Los traumatismos por accidentes de tráfico son uno de los principales problemas de salud pública en nuestro país. El denominado "error humano" es el factor determinante del 75% de los accidentes de tráfico, y la ingestión de alcohol, drogas ilegales y algunos medicamentos, desempeñan en ellos un papel relevante. Al menos el 10% de los muertos o lesionados por accidentes de tráfico, habían tomado algún fármaco psicoactivo. Algunos problemas patológicos también pueden interferir, en mayor o menor grado, en dicha capacidad, como sucede con los trastornos del sueño, entre otros.

Los medicamentos pueden perjudicar a la conducción de muy diversas formas, bien porque produzcan un efecto terapéutico contraindicado en caso de manejar maquinaria peligrosa o conducir, o bien como consecuencia de un determinado efecto adverso. Los efectos que producen los medicamentos y que pueden afectar al conductor son entre otros, somnolencia, reducción de los reflejos, alteraciones oftalmológicas o de audición y estados de confusión y aturdimiento.

Para evitar los efectos asociados al consumo de medicamentos a la hora de conducir, es esencial estar informado por el médico o farmacéutico. Además hay que evitar conducir al inicio de un tratamiento que potencialmente pueda disminuir reflejos o capacidad visual, y tener especial precaución a la hora de la indicación conjunta de varios medicamentos. De cualquier modo, cada caso será valorado individualmente, ya que un mismo medicamento puede afectar a una persona y a otra no, incluso podría afectar de forma distinta al mismo individuo en momentos diferentes.

No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.