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Externalidades y bienes públicos

Externalidades 1,2: son aquellos efectos que necesariamente acompañan a otros que no guardan relación con la actividad económica en cuestión. Es decir, el consumo o la producción de un agente afecta de manera indirecta, sin pasar por el intercambio de un bien o servicio en un mercado, a la de otro agente. También se puede definir como las consecuencias de una acción de un individuo o grupo que cae sobre otros y altera involuntariamente la utilidad y/o las funciones de producción de esos individuos, sin compensarlos por los daños causados o sin recibir a su vez ninguna compensación en caso de generar una actividad con efectos positivos a terceros.

  • Externalidades negativas: generan un coste que no es internalizado sobre los individuos que los generan se producen (o generan un consumo de) más bienes o servicios de los considerados socialmente deseados. Ejemplos: tabaquismo pasivo, contaminación, etc.
  • Externalidades positivas: generan un beneficio que no es únicamente disfrutado por quien lo genera el nivel de consumo o producción es inferior al socialmente deseable. Ejemplos: inmunización contra enfermedades contagiosas, mejor educación sanitaria, etc.

Ejemplos de efectos externos sobre la atención de la salud1

Tipos de efectos externos

  1. Efectos externos tecnológicos: ocurren cuando la función de producción de una empresa o de utilidad de un consumidor se ve afectada por la producción o el consumo de otro agente. Existe un efecto tecnológico externo cuando las acciones tomadas por una empresa afectan al nivel físico de producción de otra, manteniendo constante su nivel de inputs.
  2. Efectos externos de tipo pecuniario: ocurren cuando las acciones tomadas por una empresa afectan directamente a los precios que otros agentes pagan o reciben por los productos, cuando el nivel físico de la primera empresa se mantiene constante.
    En el lado del consumo, los efectos externos tecnológicos ocurren cuando las acciones de una persona o empresa afectan directamente al nivel físico de la producción doméstica de otros, mientras que los efectos externos pecuniarios aparecen cuando las acciones de una persona o empresa afectan directamente el precio que otros agentes pagan o reciben por los outputs.

Más sobre alimentación infantil y publicidad

Resumen

La alimentación –y una nutrición adecuada– en los primeros años de vida es fundamental para una buena salud de los infantes y para sentar las bases del desarrollo corporal. La leche materna durante la etapa de lactancia o, en su caso, las alternativas artificiales de leches en polvo deben satisfacer los requerimientos nutricionales básicos. Conforme transitan hacia alimentos sólidos y se van desarrollando, los niños pueden requerir tener altos requerimientos, para los cuales se han desarrollado distintos tipos de alimentos “completos”. Como continuación del anterior artículo de esta sección, se ilustran aquí varios ejemplos curiosos de la publicidad que a lo largo del siglo XX –fundamentalmente– rodeó a algunos de estos productos, como las harinas reforzadas, las harinas irradiadas o las harinas malteadas.

NOTA DEL AUTOR

Empecé, hace varios años, esta serie de artículos sobre la colección familiar de propaganda farmacéutica. Lo hice con textos muy diversos y menos ínfulas académicas, acerca de asuntos muy variados, para intentar dar cuenta de la enorme diversidad temática y propagandística empleada en la misma.

Las últimas seis entregas, sin embargo, están desarrollando en profundidad el ámbito de muchas de las cosas relacionadas con el embarazo, la alimentación del recién nacido y la infancia: de momento, así pretendo seguir.

ALGUNOS MEDICAMENTOS MÁS PARA AUMENTAR LA LECHE MATERNA O MODIFICAR LA DE VACA

En el artículo anterior me dejé en el tintero dos anuncios de Leche condensada El Niño, consistentes en sendas tarjetas agujereadas (13,5×9 cm), impresas con dibujos coloreados. Estaban destinadas a ser completadas con hilos de colores, que atravesaban los agujeros en seguimiento de los dibujos, para recrear las imágenes con apariencia de bordados. Aunque modelos muy similares se emplearon para publicitar muchas cosas, no debieron tener excesivo éxito. Aquí tenemos una realizada a medias y otra sin empezar.

Se me habían quedado en el olvido los Discos Callol, preparados por el laboratorio del mismo nombre, establecido en Barcelona. Los debían tomar las Madres y Nodrizas escasas de leche para criar hijos sanos, alegres y robustos (Figura 1).

Estaban compuestos de hipofosfitos de cal, fosfato de cal, nuez moscada, pimienta e hinojo. Con ellos pretendían evitar caries a las madres y favorecer la primera dentición del lactante gracias al fósforo y calcio asimilado. También aseguraban su utilidad para fijar las vitaminas liposolubles contenidas en los vegetales que formaban parte del producto (Figura 2).

El año en que se editó la propaganda (1941) y el que junto a un calendario de ese periodo se publicara otro anuncio de Elixir Callol, un tónico reconstituyente, nos da idea de las necesidades de la postguerra civil durante los años del hambre1.

La historia de esos laboratorios, el que permanecieran en manos de la misma familia, los Callol Chevalier, aunque cambió de director técnico, acaso al ser sometido Santiago Callol a expediente de depuración por ideas político sociales2, nos sumergen en el ambiente propio del final de la contienda civil, con graves dificultades para determinadas personas, pero no para sus allegados y una presencia protagonista, al menos en este caso, de figuras femeninas al frente de la empresa y de la dirección técnica, lo cual, aunque pueda tratarse de un solo hecho, puede dar ciertas pistas sobre lo sucedido en algunas de las empresas catalanas, en absoluto diferente al resto de las españolas y, en cierta manera similar –en los aspectos trágicos y violentos– a lo que venía sucediendo en la patronal catalana durante gran parte del siglo XX3.

Tenemos también el Kymosine Rogier, preparado por J. Uriach & Cía, otro laboratorio barcelonés4. Eran unos gránulos presentados en una caja redonda de cartón rojo (de la que carecemos) constituida por fermentos y lactosa, que había de ser añadida a la leche para hacerla completamente digerible, según una fórmula del doctor en Farmacia Henry Rocher, antiguo interno del hospital de París, establecido en el 56, Boulevard Péreire, de la capital de Francia5. Venía en un frasco transparente con su rotulata, de 11,5 cm de altura, el diámetro de la base de 4 cm y el de la boca de algo más de 3, con un cuello de 2 cm (Figura 3).

Por último, para acabar con este epígrafe, aunque sin relación con lo hasta aquí descrito está una harina lacteada, similar a las expuestas en el anterior artículo, pero no para uso humano, sino de animales jóvenes. Se trata de La Recentalina (Figura 4) anunciada al menos en 1933 y comercializada por León Luzeret en San Sebastián6.

El distribuidor era un francés asentado en la capital donostiarra durante la primera mitad del siglo XX, dedicado al comercio de harinas y alimentación general del ganado, distribuidor del mencionado producto, el caldo cúprico azucarado para el tratamiento de las viñas contra el mildiu, la Cocaolina y otros7.

LECHE DESECADA EN COPOS

Hace unos cuantos artículos8, me ocupé de la historia y de la leche alimenticia preparada por Glaxo, uno de los laboratorios fundacionales del actual GSK. Su alimento infantil consistía no en condensar la leche, sino en desecarla para transformar la caseína en copos, con lo cual la consideraban más digerible para el estómago de los bebés.

Como vimos, la compañía inglesa no tenía presencia en España, sino que era representada por Sebastián Tauler & Cia, establecido en la calle Montera 44 de Madrid, quien debía dedicarse a la introducción en España de productos ingleses9.

En 1923 aparece un anuncio suyo en el periódico, Flores y Abejas10, en donde asegura que el verano está lleno de peligros para los infantes, con lo cual debían alimentarse con Glaxo para crecer y dormir bien. También se lo aconsejaba a mujeres embarazadas o lactantes y a los convalecientes. A los médicos les recomendaba que, cuando un niño o adulto fuera intolerante a la leche, acudieran a su producto, pues sería bien tolerado.

Se proclama importador único para España, Portugal y Marruecos.
Además de las cartillas a las que hice referencia en el artículo citado, su campaña de publicidad comprendía, entre otras cosas, la entrega de secantes (18×9 cm) (Figura 5) mediante el cual sabemos de la existencia de tres modalidades diferentes: i) el Glaxo crema que contenía un 20% de grasa y se vendía en latas azules y blancas; ii) el Glaxo semidescremado con un 10% de grasa despachado en latas marrones y blancas; y iii) el Glaxo semidescremado con un 10% de grasa y vitamina D, vendido en las mismas latas, marrones y blancas, con la inscripción “Con vitamina D” en todos los recipientes.

Los que poseemos son de la modalidad semidescremada, de 12 cm de altura y 8 cm de diámetro de la base y boca, en donde se incrusta una tapa por presión que se aconseja mantener siempre puesta. (Figura 6)

Además de los datos del importador y de la empresa preparadora “GLAXO”-124 a 127, MINORIES, LONDON, E.C.”, asegura que cura a los enfermos del estómago y es para personas mayores y niños de más de un año, aunque también proporciona información para prepararlo en niños recién nacidos, desde el momento mismo del parto y lo considera el único sustituto de la leche materna. El encargado de la mercadotecnia del producto tenía la mente un poquito confusa, como puede verse, pese a lo cual debió de tener un éxito fulgurante.

El importador hizo un extraordinario esfuerzo de propaganda del cual he encontrado muchos ejemplos en la prensa regional y también en algunas revistas como Infancia, un semanario ilustrado poco conocido del que tenemos un ejemplar11, en donde se le califica de alimento de príncipes. Maravilloso producto inglés que cría robustos y alegres a los niños. De los alimentos para niños, es el único que se digiere tan fácilmente como la leche materna, compuesto solo de leche, que se conserva inalterable y evita la diarrea y las molestias de la dentición (Figura 7).

HARINAS REFORZADAS CON FOSFATOS: FOSFATINA

En el siglo XIX, el farmacéutico Emile Falières (1833-1908)12 demostró la importancia de los fosfatos en la alimentación. A principios del siglo XX la casa Chassaing recuperó el producto formado por bifosfato de cal soluble y asimilable, cloruro de sodio, trigo, arroz, tapioca, fécula de patatas y sacarosa, que se disolvía en leche en distintas cantidades según fuera a ser utilizado en el biberón o, más comúnmente, para hacer papillas13.

La Fosfatina Falières fue fabricada en España por los laboratorios Uriach y Cia, bajo licencia de los laboratorios franceses Chassaing Le Coq & Cía14, a partir de 1946 (Figura 8), del cual tenemos unas tarjetas de propaganda de las enviadas, en este caso a una comadrona, algunos años después (15,5×11,5 cm).

Antes ya había sido comercializada con en México por Waltz & Cía, en unas latas (10 cm de alto y 7,5 cm de diámetro de la base y la tapa) que conservaban en su etiqueta el idioma francés para definir el producto, pero en los laterales y la trasera ofrecían explicaciones en español y llevaban la firma de Falières. El producto debió comercializarse en España pues la caja la adquirimos en Madrid, aunque no sé si procede de una importación puntual efectuada por alguna persona o de una distribuidora comercial.

En nuestro suelo se preparó también el Fosfatin ´Oliva, presentado como un alimento científico rico en calcio y vitaminas y producto español15 comercializado en botes de 10 cm de alto por 7 cm de diámetro de la base y con la tapa a presión. También la Fosfatina Ambrí, en botes de 10,5 cm de alto con base y tapa de 7 cm de diámetro, preparada en la fábrica de productos dietéticos y alimenticios del mismo nombre y fugaz existencia entre 1949-1951, ubicada en la calle Santa Ana, número 24, de León16 (Figura 9).

La Fosfatina debió ser muy popular en nuestro país. El Diccionario de la lengua española, entre sus acepciones recoge la palabra como: causar daño físico o moral y dicho de una cosa. Destrozada o muy dañada; dicho de una persona: agotada o muy cansada17; expresiones empleadas de manera habitual hasta tiempos muy recientes.

Otro alimento fosfatado fue la Nesfarina, preparado por la Compañía Industrial Nesfarina, en Zaragoza18.

Por la publicidad de la prensa gallega en Vida Gallega, el 1 de agosto de 191619, sabemos que era muy agresiva con la intención de asustar a las madres: ¡¡Sois culpables, madres!!, clamaba: si vuestro niño está delicado, enfermizo o no se desarrolla bien, porque, en palabras del Dr. Borobio, catedrático de enfermedades de los niños en Zaragoza20, La NESFARINA endurece los huesos, da vigor a los músculos, temple a los nervios y glóbulos rojos a la sangre.

Se vendía en latitas litografiadas de 7 cm de alto por 6,5 cm de diámetro de base (Figura 10).

Poseemos también dos anuncios, impresos en la última página de La novela teatral de 1920 en donde vemos dos imágenes muy impactantes –o que pretenden serlo– sobre el producto. (Figura 11).

Entre las fosfatadas y vitaminadas tenemos el Natel, preparado con vitaminas A, B, C y D, preparadas según técnica especial, harina de trigo tostado, fosfato tricálcico y azúcar, como figura en una de las latas y en la tarjeta publicitaria (14,5×10 cm) (Figura 12). Registrado en 1926, por Real Orden de 24 de diciembre de 1927 fue declarado de utilidad pública, incluido en el Petitorio de medicamentos de Sanidad Militar para empleo en los hospitales militares y adoptado en las inclusas de Madrid, Barcelona, Valladolid y Burgos entre otras, así como en diferentes asilos y “gotas de leche”.

Poseemos dos latas con escasas diferencias, aparte del color, de 10 cm de alto por 8 cm de diámetro en la base y la boca, en donde va la tapa encajada (Figura 13).

HARINAS IRRADIADAS ARTIACH

Las mismas se comienzan a preparar cuando tratan de sustituir a las preparadas solo con cereales o malteadas, porque necesitaban añadir un tratamiento de vitaminas, pues durante la preparación, al ser calentadas por encima de los 130º, se convertían en productos avitamínicos.

Estos alimentos infantiles se preparaban sometiendo harinas de buena calidad a tostación; luego pasaban a una atmósfera inerte a base de anhídrido carbónico a una presión de 97 atmósferas. A las harinas las añadían soportes lipoideos y las sometían a radiaciones ultravioletas, al tiempo que las desecaban y añadían un compuesto denominado Poli-Ferro-Cal con iones de hierro y calcio o bien otro con fosfatos y sin hierro. Se añadía un 5% de harina integral y se envasaba21. Un esquema del proceso lo proporciona el propio folleto de dónde he sacado los datos, perteneciente a nuestra colección privada (Figuras 14 y 15).

Desde 1936, el laboratorio tenía el mismo nombre que las papillas. Siguió activo en Zaragoza hasta 197222.

Además de la mencionada publicación, poseemos una lata, fabricada en la sede del laboratorio en la zaragozana calle Moncayo, de 13 cm de alto, con una base de 13,5 cm de diámetro para contener 1000 gramos de producto, en este caso de trigo, vitaminas y calcificantes (Figura 16). Las fabricaban de distintos cereales.

En nuestra colección tenemos también dos anuncios de la misma (10,5×7 cm y 15×10 cm) y un secante bastante fatigado (17×12,5 cm) en donde se difunde que es un producto dietético infantil científicamente logrado, lo que es cierto, y que lo producen en tipo trigo, normal; arroz, astringente, y avena, laxante. También que están pre-digeridas y vitaminizadas (Figura 17).

HARINAS MALTEADAS

La malta es un cereal que se ha dejado germinar unos pocos días en un entorno húmedo y que posteriormente se seca. De esa manera se favorece la aparición de enzimas necesarios para convertir el almidón en azúcar.

La Ovomaltina se componía de huevos frescos, leche pura, extracto de malta (preparado a partir de granos de cebada germinados) y aromatizada al cacao se consideraba un alimento completo y también se preconizaba su bebida fría para lo que regalaban una especie de coctelera, según puede apreciarse en la tarjeta publicitaria (12,5×8,5 cm) (Figura 18).

Se presentaba en latas, con una etiqueta naranja (14 cm de alto por 7,5 cm de diámetro de la base) (Figura 19) y la preparaba el Dr. A. Wander S.A., emplazado en Berna (Suiza) y dedicado a la preparación de productos farmacéuticos, químicos y dietéticos desde 1865, que difundió el producto por todo el mundo y cuya actividad continua en la actualidad. El concesionario español era José Balari Marco, con oficina en la calle Bailén, 95-97, de Barcelona. La bebida fue muy popular en la primera mitad del siglo XX.

La Maltolactina se presentaba en una preciosa caja litografiada (14,5 cm de alto por 8,5 cm cada lado del cuadrado de la base y de la tapa) (Figura 20). El depositario para España era la Casa Santiveri, S.A. de Barcelona y se vendía no sólo en farmacias y droguerías sino también en tiendas de comestibles. En realidad, puede incluirse aquí porque llevaba extracto de malta, pero también en los productos con cacao –de los que me ocuparé en otro artículo– ya que también estaba preparado con cacao en polvo semi desgrasado, azúcar de caña, harina destrinada de trigo y diversas vitaminas.

La casa Santiveri la fundó Jaime Santiveri en 1885. Decidió convertir su camisería en una tienda de productos naturales, a raíz de mejorar de una enfermedad pulmonar en un balneario alemán con este tipo de remedios y, en 1898, empezó a distribuir los procedentes de esos baños, convirtiéndose en la primera empresa de productos naturales de España.

La Flormaltosa fue otro alimento malteado preparado en el laboratorio farmacéutico sito en Marqués de Viana, 39, de Madrid. Se vendía en latas muy sencillas, comparadas con las de sus competidores, de 10 cm de alto por 7 de diámetro de la base. En el diario El Sol, año XIII, nº 3600, de 14 de febrero de 1929, p. 4, se anunciaba y se indicaba la recepción de pedidos al por mayor en la calle Tres Cruces, 4 duplicado, 3º izquierda, lo que nos da idea de su preparación a principios del siglo XX, probablemente en un laboratorio anejo a una botica, pues en esa dirección subsiste una oficina de farmacia en la actualidad, y su permanencia en el mercado, al menos hasta 193623.

También Chocolate Suchard S.A. de San Sebastián, preparaba un alimento malteado llamado Vita-Malt, presentado en botes de 13 cm de alto y 7 cm de diámetro de la base y la boca (Figura 21). Como la Maltolactina, se preparaba con cereales “escogidos entre los más ricos en vitaminas”, extracto de malta y aromatizado con cacao y vainilla. No debió ser muy popular pues apenas ha dejado rastro de su paso por el comercio, si bien las instalaciones vascas se construyeron en 1909, aunque la empresa suiza del mismo nombre existía desde finales del siglo anterior. La lata debe ser de principios del siglo XX y no es frecuente en el comercio, ni conozco imágenes en la red.

La Harina SOS, preparada con extracto de malta y harina de arroz, también se proclamaba como alimento de elección en niños y ancianos. Presentada en un folleto (19,5×14 cm) de cuatro páginas y vendida en la lata ya divulgada en esta serie de artículos. Ambas tienen el valor añadido de haber sido diseñadas y realizadas por el afamado cartelista republicano Josep Renau (Figura 22).

Junto a ella, los productos Eles. El Alimento Eles, preparado con extracto de malta y el “producto de la fermentación sacárida del trigo”, recomendado para iniciar el destete y evitar trastornos digestivos, preparado en los laboratorios de Productos Médico-dietéticos ELES S.A. de la calle Caspe, 141, y Cerdeña, 200, de Barcelona, activo desde antes de la contienda civil hasta 195424. Poseemos dos cartelitos: uno de 18×12 cm y otro de 14×10 cm. Ese laboratorio también preparaba la Leche maternizada Kes, publicitado como el mejor sustituto de la leche materna y el SOPEL, “la sopa que engorda” (Figura 23).

COOPERATIVA LECHERA SAM

Nació en 1931 por iniciativa de la FMCA (Federación Montañesa Católico Agraria) de Santander y muy pronto alcanzó gran preponderancia en el sector lechero. Su centro de producción lo estableció en Renedo de Piélagos (Cantabria) durante el año 1932. Más tarde abrió otra planta de producción en Cóbreces (Cantabria). Luego pasó a denominarse: cooperativa lechera de los Sindicatos Agrarios Montañeses (SAM) y alcanzó gran prosperidad durante los años cincuenta del siglo pasado, si bien en 1977 se integró en el Instituto Nacional de Industria y formó parte de La Lactaria Española25.

Poseemos un magnífico folleto en papel cuché (20×14,5 cm) editado sin lugar ni fecha, dirigido a los médicos. Mediante el mismo sabemos de la existencia de un Departamento Científico dedicado a la preparación de los productos dietéticos que eran: la leche completa en polvo, la descremada, la maternizada del primer y segundo semestre, la aciláctica, la albuminosa, la babeurre en polvo, la harina lacteada y la leche condensada. Es decir, muchas leches en polvo, varias leches preparadas y la omnipresente leche condensada, todo fabricado en Cantabria (Figura 24).

En sus latas (12 cm de alto por 11,5 cm de diámetro en la base y boca, con la tapa a presión) como en las de la inmensa mayoría, se daban las instrucciones necesarias para su uso según los meses del lactante, con la intención de atender todas sus necesidades nutricias con los diversos productos fabricados, a los que se adicionaba dextrino maltosa, extracto de malta, sacarina y vitaminas A, B y D (Figura 25).

Acabo de adquirir también en el Rastro madrileña un cartelito (18×13,5 cm) en donde, mediante el dibujo de una niña adornada con un inmenso lazo blanco en su cabeza, sobre un pelo recogido en trenzas y un flequillo acaracolado, con unos inmensos ojos verdes y un acabado un poco caricaturesco de estilo americano, destaca una lata hiperrealista, a través de todo lo cual se publicita la leche en polvo SAM más fresca que la leche fresca.

En el dorso se justifica el eslogan:

Evidentemente, porque cuando la toma el niño, el anciano, el adulto sano o el enfermo, la ingiere sin hervir. Y la leche que llamamos fresca es una medida de elemental prudencia aconsejar hervirla. Pero…una vez hervida ha dejado de ser leche fresca.

La leche en polvo SAM se prepara cuando va a ser necesario su empleo. Unos botes de leche SAM en casa equivalen a tener una vaca en la despensa.

Como saben, en algunas regiones españolas, era habitual y creo que lo sigue siendo, demostrar el poderío económico mediante la posesión de una vacada más o menos extensa. Con lo indicado por los publicistas, la ostentación económica, en este caso, se haría por el número de latas de leche en polvo almacenadas en la bodega (Figura 26).

HARINAS DE MAÍZ

De la MAIZENA tenemos un folleto (14×10 cm) en donde se considera el alimento más puro y asimilable y el más económico. El producto fue registrado como marca comercial en 1856 y adquirido en 1902 por Corn Products Refining Co., con oficinas en Nueva York y la producción en Chicago, aunque contaba con casi treinta plantas en veinte países26. En España los concesionarios eran Tasada y Beltrán S. A. de San Sebastián, quienes empezaron su actividad en el año 1925 y la finalizaron en 196927.

En el mismo, que se desarrolla en cuatro páginas impresas por ambos lados, se da cuenta de su empleo en la lactancia infantil y de las distintas presentaciones del producto, con el eslogan de que “es el alimento más sano, y además está al alcance de todas las fortunas. Lo mismo puede consumirlo el niño del rico que el del pobre” (Figura 27).

NUTRIBÉN

Es una marca del grupo Alter dedicada a la nutrición infantil. Empezó a desarrollarse en 1963 y sigue en activo. Prepara alimentos infantiles, papillas, leches, cereales… De la misma poseemos un pequeño calendario (9,5×6 cm) de 1981 y una medalla metálica emitida por el laboratorio Alter en 198528 (Figura 28).

Antiparasitarios en la especie canina

Se denominan ectoparásitos a aquellos patógenos que viven sobre el pelo y la piel de los animales, por ejemplo, las pulgas, las garrapatas y los mosquitos. Son bastante peligrosos, ya que también transmiten algunos de los parásitos internos (endoparásitos), que pueden dar lugar a zoonosis. Por ejemplo, las pulgas transmiten tenias, las garrapatas la ehrlichiosis o la borreliosis y los mosquitos flebotomos son los transmisores de la leishmaniasis. En la Tabla 1 se indican las zoonosis más frecuentes y su etiología.

Entre los indicios que sugieren que los animales puedan presentar parásitos externos se encuentran el picor o rascado excesivo, piel seca y escamosa, pelaje seco, pérdida anormal de pelo, manchas de calvicie y residuos oscuros en el oído.

La desparasitación de los perros se debe realizar desde que son cachorros. Existen diversas formulaciones para la administración de endectocidas, pero sin duda entre las más cómodas y populares se encuentran los collares y las pipetas.

Las pipetas son dispositivos monodosis y entre sus ventajas pueden destacar que ofrecen una barrera protectora y que pueden eliminar al parásito si éste ya está presente; son fáciles de aplicar y el efecto es casi inmediato. Entre sus inconvenientes destaca su baja resistencia al contacto con el agua, que la duración de su efecto no es superior a las 4 semanas y que en perros con mucho pelo la aplicación puede ser difícil.

Los principios activos que suelen incluir son el fipronilo, S-metopreno, imidacloprid, permetrina, dinotefuran o piriproxifeno, normalmente en combinación.

Entre las advertencias especiales que se suelen indicar se especifica que deben tratarse todos los perros del hogar. Las pulgas pueden infestar la cesta del perro, la cama y las zonas de descanso habituales, como alfombras y colchonetas. En caso de infestación masiva por pulgas y al principio de las medidas de control, estas áreas deben ser tratadas con un insecticida adecuado y luego aspiradas regularmente. Por tanto, deben tenerse en cuenta todos los aspectos relacionados con el tratamiento integral del problema.

La dosificación de las pipetas antiparasitarias se realiza según el peso del animal. Por ejemplo, una pipeta que contenga 268 mg de fipronilo en 2,68 ml se utiliza en perros con un peso de 20-40 kg. La administración se realizará manteniendo la pipeta en posición vertical (Figura 1) y separando el pelaje del animal hasta que la piel quede visible. Una vez hecho esto, se coloca la punta de la pipeta directamente contra la piel exterior y se aprieta ligeramente varias veces la pipeta para vaciar totalmente su contenido. Se recomienda dar golpecitos en la parte estrecha de la pipeta con el fin de asegurarse de que el contenido de la pipeta permanezca en el cuerpo principal de la misma. Repetir el procedimiento en uno o dos puntos distintos a lo largo del lomo del animal.

Por otra parte, los collares antiparasitarios (Figura 2) funcionan desprendiendo progresivamente el fármaco sobre la piel del perro. Según la marca, su efecto puede durar entre 6-8 meses. Presenta algunas ventajas importantes respecto a la pipeta, como por ejemplo que la duración del efecto es mayor, es más económico (la unidad es más cara pero el efecto es más duradero), no huele, no es tóxico a menos que el animal lo muerda y se puede bañar al perro con el collar puesto. Entre sus inconvenientes, quizás el más importante es que solo previene la parasitación, es decir que, si el animal ya tiene el parásito, el collar no lo erradicará.

Un collar tipo comercializado actualmente en España con deltametrina como principio activo tiene un efecto repelente (antialimentación) durante 12 meses para flebotomos (Phlebotomus perniciosus) y, efecto repelente durante 6 meses para mosquitos culícidos del complejo Culex pipiens. Además, previene de infestaciones por garrapatas (6 meses) y pulgas (4 meses).

A diferencia del calendario de vacunas, no existen unas pautas fijas a la hora de desparasitar a un perro. Dependerá de lo que el veterinario decida en función del estilo de vida del animal y del lugar de residencia (campo, ciudad, etc.). No obstante, se pueden establecer unas pautas generales:

  • Cachorros: desparasitar antes de las vacunaciones. Puede desparasitarse a partir de los 15 días. Se aconseja aplicar el antiparasitario una vez al mes o una vez cada 2 meses si el animal tiene contacto frecuente con el campo y otros animales.
  • Adultos: lo más común es que sea entre una vez al mes y una vez cada tres meses.