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Metodología de estimación de costes en las guías de evaluación económica europeas: similitudes y diferencias

La Evaluación Económica (EE) se ha convertido en una herramienta clave en el proceso de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) para la evaluación y el reembolso de nuevos medicamentos. El objetivo de la EE es proporcionar información sobre el efecto de un nuevo tratamiento en los resultados y en los costes sanitarios, con la máxima exactitud y precisión, en base a la evidencia disponible. En la estimación de costes se deben considerar todos los recursos utilizados, así como el horizonte temporal, de forma que se tenga en cuenta el coste de las consecuencias de la intervención, a corto, medio y largo plazo.

La mayoría de las guías o directrices de los países de la UE proponen el desarrollo de EE de alta calidad para su utilización como herramienta en la toma de decisiones en la inclusión de nuevas tecnologías en salud. Sin embargo, se ha identificado la existencia de diferencias o divergencias, tanto desde el punto de vista metodológico como en la estimación del uso de los recursos y su valoración monetaria, incluyendo la medición de costes.

Por tanto, una reciente investigación fue diseñada con el objetivo de revisar la información incluida en las directrices publicadas y los documentos nacionales oficiales de 24 países europeos sobre la metodología de EE de tecnologías sanitarias, para identificar los puntos en común y las divergencias entre ellas. Con este fin, se realizó una revisión bibliográfica (2005-2021) de las guías de EE publicadas en estos países.

La selección de la perspectiva es el primer paso en el proceso de estimación de costes. La perspectiva más amplia es la social, en la que se incluyen todos los costes relevantes (directos e indirectos) y las consecuencias de las tecnologías sanitarias evaluadas. Otras perspectivas incluyen la del pagador público, del servicio de salud, del hospital o del propio paciente. Varios países, entre ellos España, recomiendan la perspectiva social. La guía EUnetHTA (guía basada en las ETS realizadas en Europa, publicada en el año 2015) recomienda que la EE debe, como mínimo, realizarse desde la perspectiva del sistema de salud, pero el uso de recursos relacionados con otra perspectiva –por ejemplo, la perspectiva social– puede también incluirse en un análisis complementario.

Una vez definida la perspectiva, los recursos deben identificarse, medirse (o cuantificarse) y valorarse. Al evaluar una intervención, se debe incluir qué recursos están relacionados con un tratamiento, así como los recursos originados por efectos secundarios, complicaciones o tratamientos complementarios. Esto depende principalmente de la enfermedad y del tratamiento en estudio. Todas las guías mencionan la necesidad de una adecuada identificación de todo tipo de costes relevantes para la enfermedad y la tecnología evaluada, aunque la identificación de los recursos es muy heterogénea.

Con relación a los costes futuros, existe consenso entre las guías en que los costes generados por enfermedades no relacionadas con la tecnología evaluada, costes emergentes debido a la vida prolongada por el tratamiento (pero no por la enfermedad analizada), u otros costes indirectos no se deben recoger, o, en casos justificados, se puede presentar en análisis adicionales.

Algunas guías, además de mencionar el tipo de recursos a incluir en la EE de una intervención, proponen métodos que pueden ayudar en la identificación de los mismos.

La medición de costes es un proceso riguroso que se centra en identificar y definir claramente qué costes se incluyen en el análisis. Para asegurar la transparencia en el análisis de costes, la recomendación es reportar el uso de recursos de tecnologías comparadas en unidades físicas y naturales, previo a su conversión monetaria. En este sentido, la mayoría de las guías recomiendan recoger por separado el consumo de recursos y el coste unitario de cada uno de los recursos. Sin embargo, existe heterogeneidad en la metodología propuesta sobre cómo medir los recursos utilizados. Las fuentes más comunes para obtener la información son las bases de datos y los registros de pacientes, los ensayos controlados aleatorizados, los estudios observacionales prospectivos y los datos en vida real.

Existen dos enfoques generales que se pueden utilizar para la valoración del consumo de recursos. En primer lugar, el llamado micro-costing, que consiste en tomar los recursos consumidos por cada paciente a nivel individual; a continuación, se multiplican estos recursos por paciente por los costes unitarios por recurso para obtener el coste total por paciente. En segundo lugar, el gross costing, mediante el que se identifican los recursos en un nivel agregado con los costes totales divididos por el número de pacientes. El resultado de este segundo enfoque suele ser el coste por Grupos Relacionados por el Diagnóstico (GRD) o los costes promedio por día.

Los recursos deben valorarse según el coste de oportunidad (el valor del uso más eficiente posible de los recursos), pero dadas las dificultades para implementar este enfoque, la mayoría de los países recomiendan otras formas de valoración de los recursos, incluidos precios de mercado, tarifas, tasas administrativas, medición directa y cálculo de “precios sombra”. La mayoría de los países coinciden en que los precios de mercado reflejan los costes de oportunidad. Sin embargo, la mayoría de los mercados en el sector de la atención de la salud son imperfectos, ya que los precios están regulados por instituciones públicas o se negocian entre asociaciones de proveedores y fondos de seguros de salud. Todas las pautas acuerdan usar la información más actualizada posible sobre los costes, así como usar moneda local. Sin embargo, existe una gran heterogeneidad en la descripción de la valoración de costes a utilizar en una EE. La guía española recomienda posibles fuentes de costes unitarios, pero no indican orden de preferencia.

Los costes y los resultados en salud (más allá de 1 año) deben descontarse para reflejar la tasa de preferencia temporal de la sociedad. La elección de la tasa de descuento es decisión de la jurisdicción en la que se realiza la EE. La mayoría de los países europeos utilizan una tasa de descuento entre el 3% y el 5% para el coste, y se recomienda realizar un análisis de sensibilidad para explorar los efectos de reducir la tasa a cero. Sin embargo, no siempre se especifica la justificación explicita para definir cuál debería ser la tasa de descuento a emplear.

La forma más sencilla de ajuste para actualizar el coste anual es el ajuste por inflación. Este ajuste es necesario porque los estudios a menudo provienen de diferentes años y sistemas monetarios con diferentes niveles de precios o, incluso si provienen de los mismos sistemas monetarios (por ejemplo, la zona euro), el poder adquisitivo de los países es diferente. La adaptación puede tener lugar en diferentes grados y rangos, desde métodos relativamente simples de inflación y ajuste de moneda hasta la adaptación de datos de recursos, de costes o estructuras de modelos completos. En este sentido, no todas las EE revisadas aportan recomendaciones sobre el índice de precios que se utilizará o el método de conversión de moneda para transferir datos de costes de un país a otro.

Comentario

La revisión de las diferentes directrices nacionales evaluadas muestra una amplia variabilidad/heterogeneidad en las normas y prácticas metodológicas de estimación de costes. Así, pocos países han intentado y logrado una estandarización nacional de las prácticas contables en el sector de la salud. Esta heterogeneidad en la contabilidad plantea un gran desafío para evaluar la variabilidad en los costes unitarios de atención médica entre países e identificar los factores que explican las diferencias existentes.

Dada la abundancia de estudios de EE de diferentes tecnologías sanitarias, uno de los asuntos más relevantes es la capacidad de transferir los resultados de un contexto sanitario a otro. Estas evaluaciones necesitan una adaptación al contexto (práctica médica, costes, comparadores, tasa de descuento, etc.) antes de ser incorporados a un proceso de toma de decisiones.

Como también se comenta en este estudio, en España, ante la existencia de varias agencias de evaluación de tecnologías sanitarias y donde la competencia sanitaria se transfiere a las comunidades autónomas, sería interesante que los estudios de eficiencia generasen resultados fácilmente transferibles, a fin de conseguir mayor transparencia en el propio proceso de EE.

Variación en la relación entre infección y mortalidad por COVID-19 por edad, tiempo y geografía durante la era anterior a la vacuna: un análisis sistemático

Comprender la variación en la proporción de muertes por COVID-19 e infecciones por SARS-CoV-2 sigue siendo de importancia crucial debido a la gran repercusión sanitaria y humana que ha supuesto esta pandemia.

La tasa de letalidad por infección (IFR, por sus siglas del inglés) es una medida que cuantifica la probabilidad de que un individuo muera una vez infectado con un patógeno; se trata de un parámetro crucial en los modelos de transmisión dinámica de COVID-19, ya que proporciona una forma de convertir la tasa de mortalidad de una población en una estimación de infecciones. Se estimó la IFR específica por edad y para todas las edades al comparar las encuestas de seroprevalencia con las tasas totales de mortalidad por COVID-19 en una población. Para eliminar el impacto de las vacunas en el patrón de edad IFR estimado, se excluyeron las observaciones de seroprevalencia y muertes específicas por edad que ocurrieron después de introducir las vacunas.

Los patrones epidemiológicos se mantuvieron relativamente estables durante el periodo evaluado en comparación con la fase posterior de la pandemia, que se caracterizó por el despliegue de vacunas y la aparición de nuevas variantes. Estos resultados proporcionan una línea basal importante que describe los riesgos de COVID-19 en ausencia de factores atenuantes. Debido al subregistro generalizado de muertes por COVID-19, se usó una estimación del número real de muertes por COVID-19 en una población (es decir, la mortalidad total por COVID-19) como numerador de la IFR. Las covariables incluyeron siete predictores clínicos (por ejemplo, prevalencia de obesidad estandarizada por edad) y dos medidas del desempeño del sistema de salud. Las estimaciones finales para 190 países y territorios, así como ubicaciones subnacionales en 11 países y territorios, se obtuvieron prediciendo la IFR estandarizada por edad condicional a las covariables e invirtiendo la estandarización por edad.

Las estimaciones de IFR (del 15 de abril de 2020 al 1 de enero de 2021) englobaron el periodo anterior a la introducción de vacunas y la evolución generalizada de variantes. Se encontró una heterogeneidad sustancial en la IFR por edad, localización y tiempo. Las estimaciones de IFR específicas de la edad tienen forma de J, con la IFR más baja a los 7 años (0,002%, IC95% 0,002-0,004) y aumentan exponencialmente con la edad: 30 años (0,057%, IC95% 0,042-0,087), 60 años (1,004%, IC95% 0,700-1,573) y 90 años (20,329%, IC95% 14,689-28,975).

Los países con la IFR más alta hasta el 15 de julio de 2020 fueron Portugal (2,085%, IC95% 0,946-4,395), Mónaco (1,778%, IC95% 1,265-2,915), Japón (1,750%, IC95% 1,302-2,690), España (1,710%, IC95% 0,991-2,718) y Grecia (1,637%, IC95% 1,155-2,678). La IFR para todas las edades varió en un factor de más de 30 entre 190 países y territorios. Tras realizar la estandarización por edad, los países con el IFR más alto el 15 de julio de 2020 fueron Perú (0,911%, IC95% 0,636-1,538), Portugal (0,850%, IC95% 0,386-1,793), Omán (0,762%, IC95% 0,381-1,399), España (0,751%, IC95% 0,435-1,193) y México (0,717%, IC95% 0,426-1,404).
Los países del África subsahariana y los países asiáticos generalmente tenían las IFR más bajas para todas las edades y estandarizadas por edad. La estructura de edad de la población representó el 74% de la variación en escala logit en las IFR estimadas para 39 países de la muestra.

Un análisis post-hoc mostró que las altas tasas de la transmisión en la población que vivía en residencias de ancianos podrían explicar las IFR más altas en algunos lugares. Entre todos los países y territorios, encontramos que la IFR mediana disminuyó de 0,466% (rango intercuartílico 0,223-0,840) a 0,314% (0,143-0,551) entre el 15 de abril de 2020 y 1 de enero de 2021.

Comentario

Estimar la IFR para las poblaciones globales ayuda a identificar las vulnerabilidades relativas a la COVID-19. La evaluación sobre cómo la IFR varía según la edad, el tiempo y la ubicación nos informa sobre la práctica clínica y las intervenciones no farmacéuticas, como las medidas de distanciamiento físico, y respalda la estratificación del riesgo de la vacuna. La IFR y el riesgo de mortalidad forman una J con respecto a la edad, que investigaciones previas (como la de Glynn y Moss en 2020) han identificado como un patrón común entre las enfermedades infecciosas. Comprender la experiencia de una población con mortalidad por COVID-19 requiere la consideración de factores locales. Las IFR variaron por un factor de más de 30 entre 190 países y territorios en este análisis. En particular, la presencia de IFR estandarizados por edad elevados en países con sistemas de atención de la salud dotados de recursos indica que los factores que van más allá de la capacidad de atención de la salud son importantes. Las posibles circunstancias atenuantes incluyen brotes en residencias de ancianos, cargas variables de casos graves y la prevalencia en la población de condiciones comórbidas que aumentan la gravedad de la enfermedad por COVID-19. Durante el periodo previo a la vacuna, la disminución estimada del 33 % en la mediana de IFR durante 8 meses sugiere que el tratamiento para COVID-19 ha mejorado con el tiempo.

La estimación de IFR para la era anterior a la vacuna proporciona una línea de base importante para describir la progresión de los patrones de mortalidad por COVID-19.

Modelos organizativos de sistemas sanitarios

El Observatorio Europeo de Sistemas Sanitarios de la OMS considera las siguientes dimensiones para caracterizar el sistema de salud de un país1 2:

  • Gobierno
  • Financiación y pago
  • Recursos humanos
  • Atención sanitaria e integración
  • Salud pública y salud en todas las políticas

Indicadores que pueden emplearse a modo de métrica para comparar desempeño:

  • Eficiencia (resultados en salud en relación con el gasto sanitario)
  • Equidad en financiación y acceso (si contribuyen más los que más tienen)

Características de los mercados sanitarios

Elevado grado de incertidumbre3:

  • Por el lado de la demanda (inducida por la oferta) y la capacidad real de absorción del sistema, debido a la naturaleza imprevisible de la enfermedad.
  • Y de la oferta, sobre la efectividad real de un determinando tratamiento en un paciente concreto (así como su grado de adherencia correspondiente).

El aseguramiento sanitario puede provocar diversos fallos de mercado por la asimetría de información (así como el hecho de ser imperfecta e incompleta):

  • Selección adversa: en este caso la persona asegurada posee más información sobre su salud que la entidad aseguradora.
    • Soluciones al problema de eficiencia: primas ajustadas por riesgo.
    • Ofrecer seguros o planes a grupos, en lugar de seguros individuales.
  • Abuso moral: estar asegurado puede modificar a su vez los propios incentivos de los usuarios, incrementando la utilización de servicios sanitarios.
    • Ex ante: un sujeto, al estar asegurado, puede preocuparse o esforzarse menos por prevenir las consecuencias perniciosas de su enfermedad.
    • Ex post: la cobertura a la que da derecho el seguro reduce el precio monetario de la asistencia sanitaria incentivo para aumentar la cantidad demandada respecto al escenario de no aseguramiento.

Financiación (provisión) de los servicios sanitarios

  1. Liberal: pago efectuado directa y voluntariamente por el usuario al proveedor, sin intermediarios.
  2. Seguros voluntarios: los
    usuarios suscriben una póliza
    con una compañía privada, que les cubre la asistencia en una serie de prestaciones contratadas. Son las que pagan al médico, que actúan como intermediarias. Reduce la incertidumbre.
  3. Seguros sociales obligatorios (modelo Bismarckiano). Proviene de las cotizaciones obligatorias de los trabajadores y empresarios y cubre a mutualistas y sus familias.
  4. Servicio Nacional de Salud (sistema a la Beveridge). La financiación procede de los presupuestos generales del Estado y se presta en condiciones de universalidad y equidad.

La mayoría de los países ha adoptado modelos mixtos o híbridos en que la financiación –provisión– de los servicios es mayoritariamente pública, pero con parte de financiación privada fruto de copagos o de servicios directamente demandados por los ciudadanos.

La información sobre puericultura en la Segunda República

Resumen

Históricamente, el parto y los primeros años de vida se han asociado a elevadas tasas de mortalidad debido a la aparición de complicaciones que el estado de la terapéutica no podía solventar de manera eficaz. Por este motivo, con el paso del tiempo la prevención y el cuidado de la madre gestante y del recién nacido cobraban una importancia creciente, y muestra de ello son los numerosos folletos y cartas editadas a tal efecto durante la II República (1931-1936). Algunos de ellos detallan todo tipo de recomendaciones de salud para la mujer embarazada y para el bebé, aunque generalmente el destinatario era el futuro padre, a quien se consideraba por aquel entonces responsable del cuidado de toda la familia. A lo largo del presente artículo se exponen ilustraciones con imágenes y textos que dan cuenta de las costumbres y del pensamiento de la época, así como de las preocupaciones relativas a la salud.

Cuestiones generales: nota del autor

En la actualidad se distingue muy bien entre publicidad farmacéutica e información terapéutica o sanitaria. A ambas vertientes va dirigida nuestra colección. Al ser la publicidad una actividad privada, quedan frecuentes restos de la misma. Por el contrario, en el caso de la información sanitaria, generalmente pública, los excedentes de libre acceso, en el mercado de papel antiguo, son prácticamente inexistentes y, lamentablemente, no sé si se conservarán o no en los archivos públicos.

La principal fuente de alimentación para mis colecciones, tanto de propaganda farmacéutica como de libros antiguos, es el viejo Rastro madrileño. Acudo todas las mañanas de los domingos desde hace ya casi cuarenta años, con lo cual sigo una vieja tradición de los catedráticos de Historia de la Farmacia de Madrid. Allí se adquirieron, sobre todo por Rafael Folch Andreu y también por Guillermo Folch Jou, buena parte de los objetos -algunos de altísimo valor- del Museo de la Farmacia Hispana no procedentes de la vieja Facultad o de grandes compras o legados ocasionales. Durante el largo periodo en que fui Director también conseguí algunas piezas buenas, pero los trámites burocráticos para pagarlas eran de tal magnitud que desistí del empeño y comencé mi propia colección, con lo cual, además, rendía homenaje al pasado farmacéutico de mi propia familia.

Ir al Rastro es como ir de caza menor con perro. Cuando vas a perdices, salen codornices y conejos. Cuando a codornices o a torcaces, perdices y liebres. No se puede acudir con ideas preconcebidas, sino a la que salte y, como en la caza, no se debe fallar jamás el primer tiro, pues si dejas la pieza y es buena, alguien con más reflejos se la llevará a su casa. Como soy asiduo desde hace muchos años, los vendedores me conocen y me guardan objetos, sabedores de que los compro a un precio algo superior al del resto de parroquianos. Es más, algunos, si no los adquiriera yo, no sé si alguien lo haría.

En estos últimos meses me ha llegado una punta de papeles de la Segunda República, lo cual es francamente extraño, pues hay coleccionistas muy interesados en ese periodo histórico. Además, relacionados con la sanidad, concretamente con el cuidado de los niños.

A mi entender, la II República fue un auténtico desastre, pues no se puede calificar de otra manera un periodo histórico cerrado con una crudelísima guerra civil. Tuvo cosas buenas y malas. Si se quiere ver un panorama de la misma, sintético, desapasionado y exacto, puede leerse el texto de Juan Pablo Fusi1.

Entre las cosas negativas estarían: el modo de llevar a cabo la reforma religiosa, constituida en un ataque a la libertad de expresión y de enseñanza al prohibir el ejercicio docente a las órdenes religiosas (1933) y la disolución de los jesuitas (1932), y por graves incidentes como la quema de iglesias y conventos en mayo de 1931.

Los anarquistas empezaron una política revolucionaria prácticamente desde el inicio del periodo, culminada con los intentos insurreccionales de 1932 en el Alto Llobregat, los de 1933 en Andalucía, Cataluña y Zaragoza y el levantamiento de Casas Viejas ese mismo año. También en 1932, desde una postura política opuesta, el General Sanjurjo intentó su primer golpe de Estado. En 1934, ante la victoria en las urnas de la derecha, el PSOE con el apoyo de ERC, intentó una rebelión, revolucionaria y armada, en Asturias y el Presidente de la Generalitat declaró brevemente la independencia de Cataluña. El final, todos lo conocemos: ante la victoria de las izquierdas unidas en el Frente Popular (ahora puesta en entredicho por prestigiosos historiadores), el asesinato del Teniente de Asalto Castillo y del jefe de la Oposición Calvo Sotelo, se produjo un nuevo golpe de Estado, culminado con una terrible Guerra Civil, en donde a los fallecidos en los combates, con fuerte intervención extranjera, hubieron de unirse los asesinados en la retaguardia de ambos bandos de manera inmisericorde.

Entre las cuestiones positivas sobre las cuales hay o debería haber más consenso, estaría la creación de unas 10.000 escuelas laicas, la mayoría de cuyos maestros fueron pasto de la represión tras la guerra2. También las Misiones Pedagógicas3, el teatro universitario La Barraca4, la Feria del Libro5 o la Universidad Internacional de Verano de Santander6.

En sanidad, siguió la estructura implantada desde 1904, con un órgano consultivo, el Real Consejo de Sanidad, convertido en Consejo de Sanidad en el periodo republicano, apoyado por las Juntas provinciales y locales de Sanidad; otro técnico, la Inspección de Sanidad, con inspectores generales, provinciales y locales; y el ejecutivo, la Dirección General de Sanidad, con sus Direcciones generales provinciales de Sanidad. Todo integrado en el Ministerio de la Gobernación, con lo cual los delegados provinciales eran los gobernadores civiles.

Intentaron centrarse en la población rural, con la creación de centros de higiene de tres niveles, pues la agricultura ocupaba al 80% de la población y a los déficits higiénicos y de estructura sanitaria se unía la pobreza, con lo cual a la asistencia médica debía añadirse otra de tipo social. Realizaron diversos programas contra la tuberculosis y las enfermedades venéreas y desde el primer momento tuvieron especial interés en la asistencia sanitaria materno-infantil7.

A este último tipo de actividades se corresponde la documentación encontrada, toda impresa y publicada por la Dirección General de Sanidad. Se trata de un libro y nueve cartas; todos primorosamente editados y dirigidos, supongo, a los médicos, pues como hemos señalado lo principal de la población era rural y, entre ellos, el nivel de analfabetismo altísimo, por lo cual fue tan importante la gran creación de escuelas.

Información sobre puericultura y maternidad. Folleto.

En primer lugar, tenemos un hermoso folleto, (13×19 cm), en donde se habla de la ‘Influencia del verano sobre la frecuencia y gravedad de las diarreas de los niños de pecho’8 (Figura 1). En quince páginas se trata el tema, para prevenir la extraordinaria mortalidad infantil en los meses de julio y agosto.

En quince páginas se trata el tema, para prevenir la ‘extraordinaria mortalidad infantil en los meses de julio y agosto’.

Se había observado un paralelismo entre la curva térmica y la mortalidad infantil. En los asilos de lactantes vieron cómo aumentaba la morbilidad en junio y los casos se iban agravando al aumentar las temperaturas. Vieron cómo quienes habían tenido malas lactancias tenían mayor propensión a sufrir enfermedades graves y a morir. Para ellos, ‘no ofrece duda la frecuencia enorme con que enferman y mueren los que se crían con biberón’.

Su primera conclusión era: ‘la buena lactancia al pecho de la madre puede conseguir que el niño no muera durante el verano, y es necesario que las madres críen a sus hijos para evitar la diarrea, una de las principales causas de mortalidad infantil. Ya que la mayor parte de las naciones ven disminuir su natalidad, tratemos de evitar para nuestra nación el grave riesgo de la despoblación, conservando el mayor número posible de los nacidos’.

Según se nos indica, entre 1901 y 1916 habían fallecido 1.778.000 niños menores de un año y 1.477.000 de uno a cuatro años. Tanto en las capitales como en los pueblos el máximo de muertes por diarreas y enteritis se producía durante el mes de julio.

Las terribles cifras las consideraba debidas a la miseria, la ignorancia y también al abandono social de los niños llamados ilegítimos, cuya ignominia había hecho desaparecer legislativamente la República, pues fallecían tres veces más que los considerados legítimos.

Aconsejaban tener a los niños, durante el verano, en las habitaciones más secas y frescas, manteniéndoles el mayor tiempo posible al aire libre, protegidos del sol.

Por un trabajo de investigación, habían observado que en las barriadas madrileñas de Prosperidad, Tejares, Cuatro Caminos y Puente de Vallecas, la mortalidad infantil era superior por la dificultad de acceder a los puericultores. Incluso vieron cómo disminuía en las familias que habitaban en los sótanos, en donde hacía menos calor. Con lo cual concluían la necesidad, no solo de ‘tratar a los niños’, sino también ‘mejorar, en lo posible, las condiciones de la vivienda, aprovechando higiénicamente la que cada uno posee y mejorándola por la limpieza y ventilación; mejorar el grado de cultura de los padres y multiplicar el número de dispensarios de higiene infantil, ya que la pobreza y la ignorancia juegan un gran papel entre las causas de diarreas de verano’.

Olvidaban o no querían mencionar la mala estructura sanitaria referente al aprovisionamiento de agua y a las excretas de los detritus, patente en toda la ciudad y especialmente en los barrios pobres madrileños desde el siglo anterior.

En otro experimento habían observado cómo muchos problemas, en los criados con biberón, se debían a la mala preparación del mismo. Aconsejaban el empleo de leche de vaca de buena calidad y suprimirlo en cuanto el niño enfermase para avisar al médico. No utilizar alimentos para los cuales no está preparado el intestino infantil, ni hacer uso de purgantes y otros remedios aconsejados por el vulgo. A los médicos les aconsejaban un uso menor de los calomelanos.

Para terminar, aseguraban: ‘procurar que las madres críen a sus hijos es el fin principal de la Puericultura’, antes de analizar los diversos tipos de diarrea posible, sus causas y la manera de solucionarlas.

Esa cartilla debía ir dirigida a los puericultores o médicos en general. En su reverso puede leerse: ‘Este folleto no tiene carácter estrictamente popular, pero los datos en él consignados deben ser vulgarizados por usted’.

Puericultura y maternidad: cartas

Para completar la iniciativa redactaron e imprimieron nueve cartas (31,5×21,5 cm), tantas como los meses normales del embarazo, en cuyo reverso iba un dibujo y una consigna, si bien solo utilizaron dos ilustraciones diferentes que repitieron a lo largo de la correspondencia (Figuras 2 y 3).



La parte inferior de las mismas iba adornada con una cenefa de, no se sabe bien, si bebés juguetones o angelotes. Al menos el estilo es el de los ángeles retozones y músicos de la tradición helenística.

Los dibujos son correctos, pero todavía no habían entrado en acción los grandes propagandistas de la guerra. En el bando republicano los lideró el cartelista comunista valenciano Josep Renau, quien, en ese momento, se dedicaba a otras cuestiones como la publicidad de los productos SOS, entre ellos la harina malteada, uno de cuyos botes es pieza destacada de nuestra colección (Figura 4).



La primera carta (Figura 5) como todas las demás, la escribía la Sección de Higiene Infantil. Iba dirigida a las parejas en su primer año de matrimonio.


Desde la óptica actual, ya vemos tres problemas, pese a la buena voluntad de la iniciativa.

En primer lugar, el número de analfabetos era altísimo, con lo cual contradecían su afirmación de la necesidad de aunar las políticas sanitarias con otras de tipo social, para mejorar las viviendas y la formación de los más desfavorecidos.

En segundo lugar, lo dirigían a los casados, probablemente mediante el registro matrimonial. Quedaba intocado el problema de los ilegítimos.

En tercero, va dirigida al padre cuando, aun estando ambos implicados en el tema, quien mayores cuidados necesita es la madre.

Señalaban que ‘para engendrar hijos basta el instinto’, para criarlos es necesario saber los cuidados necesarios en el mismo momento del engendramiento, pues empezar cuando ha nacido, a veces, es llegar muy tarde. Recomendaban no tomar las cartas por ‘reemplazadoras del médico de cabecera, pues no están hechas para ello, antes bien consúltele con frecuencia’. El lío se aumenta porque parece ser el hombre quien debía consultar al médico, pues a él iba dirigida la carta.

Acaba por considerar el embarazo como un acto fisiológico normal, aunque precisa de algún cuidado específico, en bien de la madre y de su hijo.

La segunda carta (Figura 6) no sé bien si va dirigida al hombre o a la mujer. Asegura que los ‘signos peligrosos del embarazo se presentan con suficiente tiempo para evitar el daño’. Serían: hinchazón de la cara, manos o pies; aparición de puntos móviles o fijos ante la vista; dolores de cabeza; neuralgias, mareos, etc., lo cual nos deja algo perplejos, porque el etcétera no es precisamente una expresión demasiado concreta. Ante ellos debe consultar al médico quien, mediante los análisis de sangre y orina puede descubrir el motivo. Además, los médicos pueden ver los problemas en el transcurso de la gestación, aunque no note nada la embarazada, por lo cual debe visitarle una vez al mes durante los primeros siete meses del embarazo.


Debería llevarle una muestra de orina y decirle todos los trastornos urinarios sufridos. El análisis de sangre lo considera muy importante para la vida de la embarazada y su hijo, sobre todo si ha sufrido algún aborto anterior.

El médico debe ser su único consejero. En negrita advierte: ‘No haga caso a ninguna vecina «por mucho que sepa» y siga al pie de la letra los consejos que le dé su médico’.

La tercera carta (Figura 7) se refiere a la comida de la gestante durante el embarazo. Recomienda no comer más de lo habitual. No ‘tiene que comer doble porque es para dos’ y el sobrepeso puede dificultar el parto.


Aconseja la ingesta de frutas y verduras para facilitar la necesidad de sales minerales de ambos. De esa manera servirá a las necesidades del feto y evitará la confirmación de la regla según la cual ‘cada hijo le cuesta un diente a su madre’.

He de confesar el desconocimiento de la norma mencionada hasta leerla aquí. Ya comprendo el maravilloso retrato de María Luisa de Parma, efectuado por Goya y conservado en la Real Academia de la Historia, en donde se la ve sin un solo diente luego de haber dado a luz en múltiples ocasiones.

Recomienda la leche, más barata que la carne, huevos o pescado, de gran valor nutritivo.

Considera muy perjudicial el estreñimiento y aconseja para evitarlo beber agua en ayunas, lo cual, junto al ejercicio moderado al aire libre, evitaría la aparición de náuseas y vómitos.

En la cuarta carta (Figura 8) aconseja a las embarazadas permanecer al menos dos horas al día al aire libre y a ser posible al sol; también dormir con las ventanas abiertas bien abrigadas.



Dar un paseo al día, sin considerar como ejercicio el trabajo casero. Si está acostumbrada a la gimnasia, flexiones del cuerpo hacia adelante, atrás y los lados; de piernas sobre el abdomen y del tronco sobre las piernas, con el torso tendido.

El vestido puede ser todo lo elegante que se quiera, pero colgante sobre los hombros y sin apretar la cintura; una faja maternal para sostener el vientre hacia arriba, nunca oprimiéndolo hacia abajo. Las ligas circulares facilitan la aparición de varices. Los zapatos de tacón bajo y ancho, a ser posible de goma. El tacón alto lo considera peligroso.

Si se le hinchan los pies puede ser síntoma de mal funcionamiento de los riñones y debe ir al médico.

El cuarto y quinto mes empieza a notar los movimientos del bebé.

La quinta carta (Figura 9) trata de la ropa del bebé, que debe ser sencilla para facilitar las mudas. Considera necesarias tres fajas, dos docenas de metedores, tres batas de noche, tres camisas y tres pares de calcetines.


Al principio las fajas de franela blanca, de medio metro de largo por quince centímetros de ancho, para sujetar el vendaje del ombligo sin arrugarse. No deben apretarse mucho y solo se emplearían hasta la cicatrización del ombligo.

Los metedores (paño de lienzo que solía ponerse bajo el pañal a los niños pequeños), de setenta centímetros y hechos de una tela algo absorbente. Ni los mismos ni los pantalones de goma debían emplearse más que para salir de visita o de viaje, pues mantenían la humedad y daban lugar a enfermedades cutáneas.

Las batas de noche, anchas y abiertas por debajo para poder cambiarle sin desabrigarlo. Las camisas abiertas a lo largo y con cierres en los costados, en invierno de mangas largas y cortas durante el verano.

Las prendas debían ser: grandes de tamaño, suaves y sin almidonar, acordes con la época del año, abrochadas con cintas mejor que con alfileres o botones, limpias y secas, de algodón, seda, hilo o lana. A falta de cuna puede prepararse un cesto y debe dormir separado de los padres, sin colchón por la dificultad de limpieza, con un muletón (tela gruesa, suave y afelpada, empleada para proteger los colchones) doblado tantas veces como sea necesario para su comodidad, pues puede ser lavado, hervido y secado al sol.

Protegido con un hule y una sábana, sin almohadas.

La sexta carta (Figura 10) se refiere al crecimiento del niño en el vientre materno. Habla acerca de la posible aparición de dolores de cabeza, náuseas o vómitos producidos por mal funcionamiento renal o varices; también calambres musculares, combatidos con masaje y calor. Puede empujar la bóveda del vientre y producir dificultades respiratorias. Deben ser objeto de consulta médica pues pueden deberse a alguna deficiencia cardiaca.

El aborto lo considera más peligroso que el parto normal y aconseja evitarlo. Cualquier dolor abdominal o pérdida de sangre exige la inmediata consulta médica, mientras se guarda cama.


La séptima carta (Figura 11) aconseja sobre la canastilla del recién nacido, con las ropas mencionadas, los utensilios del baño, para asearlo diariamente. Necesita buen jabón blanco, polvos de talco y un poco de aceite.



‘Todo hijo tiene derecho a la leche de su madre’. Incide en la necesidad de amamantarlo.

Durante los últimos meses de embarazo ha de ir más frecuentemente al médico; al menos cada quince días y el último mes, semanalmente. En la comida procurará no abusar de las carnes, especias y sal.

Aconseja tranquilidad y reposo físico.

En la octava carta (Figura 12) se refiere a la habitación y las cosas necesarias en el momento del parto. “El parto es el acto más trascendental en toda la vida de la mujer. Es una función normal y, por tanto, exenta de peligros en la gran mayoría de los casos.”


Debe rodearse de cosas limpias, colocarse en la habitación más ventilada y soleada, para disminuir el riesgo de infección puerperal. La cama de un solo cuerpo colocada en el centro de la habitación, con los pies al lado de la luz, para facilitar la asistencia la parto. La altura de unos setenta y cinco cm, sin somier ni colchón de muelles. El ajuar para el parto debe ser igual al oficial del Seguro de Maternidad9, ‘que se encuentra preparado en cualquier Oficina de Farmacia’.

También un paquete de algodón; compresas de gasa; cordonete umbilical; alcohol; polvos de talco; vaselina estéril; una ampolla de ergotina y otra de aceite alcanforado y un frasco de solución de argirol; también un irrigador de un litro; tres jofainas; un cubo; una olla de cinco litros al menos de agua hervida; dos sábanas y dos toallas planchadas dos semanas antes y guardadas al abrigo del polvo; jabón de tocador; cepillo de uñas; tintura de yodo; pastillas de sublimado; dos docenas de imperdibles surtidos y un frasco de treinta gramos de aceite de ricino.

Tan pronto como nazca el niño ha de echársele unas gotas de la solución de argirol en los ojos para evitar la supuración y las cegueras llamadas de nacimiento.

En la novena y última carta (Figura 13), como el noveno es el último mes del embarazo, habla de la necesidad de reposo en cama tras el parto para que los músculos del vientre descansen y vuelvan a su posición normal con el fin de evitar los males que describe. Vuelve a incidir sobre la lactancia materna. ‘Es muy peligroso guiarse por los anuncios de las casas comerciales, que están hechos para la generalidad de los niños, pero que muy bien pueden no convenir al suyo’. Tampoco guiarse por el consejo de nadie excepto de los médicos, para acabar con el consejo de visitar las consultas de Higiene Infantil y Maternal para completar con el debido detalle los consejos generales aparecidos en las mismas.


En definitiva, unos consejos mediante los cuales se refleja toda una época, en este caso la primera y considerada más revolucionaria de la II República.

Se observa un exquisito cuidado con la intimidad personal. Nada se impone, todo se aconseja, a diferencia de la actualidad, en que la legislación se inmiscuye permanentemente en la vida íntima de las personas de muy diferentes maneras.

También se advierten las diferencias en el vivir y en la manera de actuar. El parto siempre era casero y las ropas muy distintas a las actuales, si bien los consejos no parecen dirigidos a los más desheredados sino a una cierta clase burguesa, pues los gastos en Farmacia no eran menores; tampoco los necesarios de la ropa, de la alimentación aconsejada y de la vivienda, soleada y ventilada.

Aparte de la primera aproximación al varón del matrimonio, llama la atención el constante recurso al reposo en cama, hoy en día casi absolutamente descartado salvo casos muy graves y especiales, la defensa de la unión tradicional -aunque la República legalizó el divorcio y el matrimonio civil- y el ataque al aborto como algo indeseado y nocivo, y la consideración del parto como el culmen de la vida femenina.

También la ausencia de un sistema de salud a nivel nacional, luego creado durante el franquismo (de seguridad social), que se hiciera cargo de los gastos médicos y garantizara la salud de mujeres y niños, pese a lo cual el descenso en la natalidad, hoy en día, es superior al de cualquier otra época de nuestra historia, aunque esa ya es otra cuestión.

Formas líquidas orales

Se entiende por formas farmacéuticas líquidas, independientemente de su vía de administración, aquellos preparados cuyas características fisicoquímicas responden a una consistencia fluida, pudiendo presentar una mayor o menor viscosidad y/o consistencia, dependiendo de la presencia en su composición de componentes diferentes.

Desde un punto de vista fisicoquímico, las formas farmacéuticas líquidas se pueden definir como sistemas dispersos, en los que una o más sustancias (fase interna, discontinua o medio disperso) se distribuyen en otra (fase externa, continua o medio dispersante). Ambas fases pueden ser sólidas, líquidas o gaseosas, siendo el sistema homogéneo.

En función del tamaño de partícula de la fase interna, se pueden diferenciar las soluciones verdaderas, cuando el sistema se presenta homogéneo y transparente, y los sistemas dispersos heterogéneos, en donde las partículas de la fase interna adquieren un tamaño mayor. En este último grupo diferenciamos las soluciones coloidales, emulsiones y suspensiones.

Pueden utilizarse diferentes vías de administración: oral, tópica (ótica, oftálmica, nasal) parenteral, anal, etc., aunque la vía oral y tópica son las que se presentan con mayor frecuencia en los preparados de formulación magistral.

De esta forma, desde el punto de vista didáctico se pueden distinguir las siguientes formas líquidas orales:

  • Soluciones
  • Gotas orales
  • Jarabes
  • Suspensiones

Se entiende por solución o disolución a una mezcla de una o más sustancias sólidas, líquidas o gaseosas (soluto) con un líquido llamado solvente cuando el producto resultante es tanto química como físicamente homogéneo. Cuando no se especifica el solvente o vehículo, debe entenderse que es agua purificada.

Las gotas orales son soluciones en las que el principio activo está concentrado y permiten el ajuste posológico según las necesidades del paciente.

Los jarabes presentan elevada viscosidad por contener un azúcar disuelto en agua en una concentración próxima a la saturación. Por sus agradables características organolépticas, son de elección en pediatría. La sacarosa es el azúcar de elección para los jarabes, pero puede sustituirse por otros (como el sorbitol) en el caso de pacientes diabéticos.

Por su parte, las suspensiones se formulan para fármacos poco solubles en agua o para principios activos que son inestables en disolución acuosa. El vehículo más frecuente en la elaboración de estas suspensiones orales es el agua purificada.

Las formas líquidas orales presentan ventajas e inconvenientes con respecto al resto de presentaciones. Estas se describen a continuación:

Ventajas

Fácilmente dosificables, ya que los solutos o principios activos se pueden diluir a las proporciones deseadas con la seguridad de obtener un medicamento homogéneo. Esto permite dosificar fármacos muy activos y utilizar dosis muy pequeñas.

Ideal para algunos principios activos, como pueden ser los fármacos higroscópicos, delicuescentes, etc.

Es la forma farmacéutica de elección para pacientes con problemas de deglución. Además, sus caracteres organolépticos son fácilmente modificables ya que pueden añadirse edulcorantes, colorantes o aromatizantes.

Al disolverse el principio activo, se atenúa su posible poder irritante en la mucosa gástrica.

Por vía oral tienen una mayor biodisponibilidad, al no necesitarse disgregación ni disolución previa, por lo que la liberación de los principios activos se realiza mucho más rápidamente que en las formas sólidas.

Inconvenientes

  • El estado de solución facilita la reacción entre los solutos o principios activos con el solvente.
  • Mayor facilidad de contaminación que las formas sólidas.
  • Las formas líquidas suelen tener un peso y un volumen a veces considerable, generalmente mayor que en forma sólida, a igualdad de principio activo, aunque a nivel de formulación magistral este inconveniente es secundario.

Cabe destacar que, al terminar la elaboración de una solución, esta se deberá siempre filtrar, con el fin de eliminar cuerpos extraños que podrían actuar posteriormente como núcleos de cristalización, alterando la estabilidad de la formulación. Tampoco deberán contener precipitados ni restos de soluto sin disolver y, en caso de estar presentes, no se deberían eliminar con el filtrado ya que, en ese caso, la concentración de la solución no sería la adecuada. Además, las soluciones deben dispensarse límpidas y contener la menor cantidad de aire posible.

Fichas de productos de parafarmacias: contenido y funcionalidades

Resumen

BOT PLUS, la base de datos de medicamentos y productos de parafarmacia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, es una herramienta en continua evolución, con el objetivo de cubrir las necesidades informativas del farmacéutico, de forma que le sirva como una herramienta de ayuda en su ejercicio profesional diario. Por este motivo, el Consejo General ha lanzado en 2022 una nueva versión de BOT PLUS, en la que se ha rediseñado completamente la aplicación, siendo muy significativa la modificación de las fichas de los productos de parafarmacia.

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BOT PLUS siempre ha buscado ayudar a los profesionales farmacéuticos en su ejercicio profesional diario y siguiendo con este objetivo, en la nueva versión hemos mejorado la manera de mostrar la información que contiene la base de datos, para que sea más intuitiva, más fácil de encontrar y más visual.

Dentro de BOT PLUS vamos a poder encontrar diferentes tipos de productos de parafarmacia, como pueden ser productos alimenticios, dietoterápicos, productos de dermofarmacia o productos sanitarios, entre otros. Todos ellos presentan una ficha con una estructura similar que puede distinguirse en algunos aspectos.

La nueva versión de la base de datos ha permitido rediseñar la ficha de estos productos, permitiéndonos conocer de una forma mucho más sencilla e intuitiva la información de cada uno de ellos. Para ello, se ha distribuido la ficha de los productos de parafarmacia de la siguiente manera:

  • En la parte izquierda superior de la ficha, encontramos un espacio donde se han incluido el nombre, código nacional, número de registro y la imagen del producto. A continuación, podremos encontrar una serie de pictogramas de advertencia relativos a posibles alergias e intolerancias o la validez tras la apertura.
  • En la parte derecha, podremos ver el tipo de producto de parafarmacia de que se trata, seguido de su nombre, y de sus precios oficiales, si dispone de ellos, como ocurre en el caso de los dietoterápicos o los efectos y accesorios, así como precios oficiales de ámbito autonómico. Además, se ha creado un apartado denominado Condiciones de dispensación y facturación, que nos permite conocer diferentes aspectos (véase Figura 1):
  • Necesidad de receta para su dispensación.
  • Posibilidad de dispensación por parte
  • de la farmacia comunitaria.
  • Posibilidad de financiación en farmacia comunitaria.
  • Tipo de aportación: normal, reducida o nula.
  • Necesidad de visado de inspección para su dispensación con cargo al Sistema Nacional de Salud.

Si descendemos en la ficha del producto, encontraremos en la parte izquierda un menú lateral que nos permite dirigirnos rápidamente a la sección de la ficha deseada, mientras que en la parte derecha encontraremos un cuadro resumen con la información que ya teníamos disponible en la parte superior de la ficha.
En la parte central, encontraremos las diferentes secciones en las que se encuentra distribuida la ficha de los productos de parafarmacia. Entre estas secciones, podemos encontrar las siguientes:

  1. Información general:
    aquí podemos encontrar información relativa al código nacional, número de registro, tipo y subtipo del producto, forma farmacéutica, vía de administración, laboratorio, estado de comercialización y precios oficiales, en caso de que disponga de ellos (véase Figura 2).
  2. Composición:
    incluye todos aquellos ingredientes presentes en el producto que hayan sido codificados por el Consejo General. Al pinchar en uno de estos registros podremos acceder a la ficha del ingrediente.
  3. Productos similares:

incluye los listados de productos que son similares al seleccionado en base a diferentes criterios. En el caso de productos financiados, se recoge también la posibilidad de buscar productos que pertenezcan a las mismas agrupaciones homogéneas, tanto del Ministerio de Sanidad como de la comunidad autónoma (véase Figura 3). En este apartado podemos encontrar cuatro listados diferentes:

  • Agrupación homogénea autonómica: incluye todos los productos de parafarmacia financiados que la comunidad autónoma ha incluido en la misma agrupación, y que son intercambiables entre sí.
  • Agrupación homogénea nacional: incluye todos los productos de parafarmacia financiados que el Ministerio de Sanidad ha incluido en la misma agrupación, y que son intercambiables entre sí.
  • Clasificación Nomenclátor: incluye todos los productos de parafarmacia financiados que, según el Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud (en el caso de productos sanitarios) o el Nomenclátor de dietoterápicos, se encuentran en un mismo grupo.
  • Categorización Consejo General: recoge los distintos niveles de la categorización del Consejo General para productos de parafarmacia, en base a sus usos contemplados y sus características diferenciales.
  1. Información farmacológica:
    en este epígrafe podremos encontrar información relativa a la descripción, modo de empleo o advertencias particulares del producto de parafarmacia.
  2. Advertencias:
    incluye información relacionada con posibles mensajes de advertencia a tener en cuenta antes de la utilización o administración del producto, como pueden ser intolerancias o alergias alimenticias. Este apartado recoge, de nuevo, los pictogramas presentes en la parte superior de la ficha (véase Figura 4).
  3. Conservación y periodos de validez:
    incluye la información acerca de la caducidad y periodo de validez tras apertura de los productos de dermofarmacia (véase Figura 5).
  4. Histórico:
    recoge, ordenadas de forma cronológica, todas las posibles modificaciones que haya podido sufrir el producto tales como posibles cambios de nombre, laboratorio o precio, entre otros.
  5. Información adicional:
    aquí podemos encontrar el acceso a posibles publicaciones en la revista Panorama Actual del Medicamento, introducciones de catálogo y la legislación existente, relacionados con el producto de parafarmacia.