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Lupus eritematoso sistémico: ¿el primer medicamento a base de CAR-T en patología no oncológica?

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica en la que se producen anticuerpos que atacan a diferentes órganos y tejidos, provocando síntomas muy diversos y con gravedad variable, alterando en muchos casos de forma grave la calidad de vida de los pacientes. Afecta en mayor medida al sexo femenino y actualmente no se conoce la causa y no se dispone de tratamiento curativo, por la que farmacoterapia habitual se dirige a controlar los síntomas mediante antiinflamatorios no esteroideos, corticoides e inmunosupresores, entre otros.

En el medio plazo la terapia CAR-T podría implicar un cambio en el paradigma en tratamiento terapéutico de esta enfermedad según revelan los resultados de un pequeño estudio piloto llevado a cabo en cinco pacientes de LES (edad media de 22 años, 80% mujeres, mediana de duración de 4 años) refractario al tratamiento con inmunosupresores. Las células T de estos pacientes (autólogas) se sometieron a un proceso de transducción con un vector lentiviral para introducir un receptor de antígeno quimérico (CAR) anti-CD19 y se expandieron in vitro para ser infundidas nuevamente en los pacientes en una dosis de 1×106 células/kg de peso corporal; los pacientes habían sido sometidos con anterioridad a un tratamiento quimioterápico de linfodepleción con fludarabina y ciclofosfamida a fin de permitir la posterior expansión in vivo de las células CAR-T.

En todos los pacientes se consiguió esa expansión, que se acompañó además de una mejora en los síntomas y de la normalización de los parámetros bioquímicos, incluyendo la seroconversión de los anticuerpos anti-ADN. El tratamiento condujo a la aplasia de células B, a una mejora de los síntomas y a una normalización de los parámetros bioquímicos, incluyendo la seroconversión de los anticuerpos anti-ADN. La remisión clínica de la enfermedad, según los criterios DORIS, se verificó sin el uso de fármacos en los cinco pacientes desde el tercer mes posinfusión y manteniéndose durante el periodo de seguimiento de 17 meses, incluso después de la recuperación de los niveles de células B, que aparecieron tras una media de 110 días. Cabe destacar que esas células B sintetizadas de novo fueron naïve, esto es, no presentaban recombinación del cambio de clase, no siendo por tanto productoras de anticuerpos que generasen autoinmunidad. El tratamiento fue bien tolerado y los efectos adversos relacionados con el síndrome de liberación de citocinas fueron leves.

Pese a que se trata de un estudio con una muestra muy reducida y que la terapia CAR-T implica a día de hoy altos costes y no está generalizada en la mayoría de hospitales, los prometedores resultados clínicos de este estudio permiten vislumbrar su empleo más allá de las patologías oncológicas. Los hallazgos citados suponen un primer paso para sustentar nuevas investigaciones con mayor tamaño muestral. De confirmarse el beneficio en estudios posteriores, junto al previsible abaratamiento de estas terapias en un futuro, puede abrirse una puerta a la esperanza para estos pacientes con lupus de disfrutar una vida normal.

Preferencias por las políticas de apoyo a la vacunación contra la COVID-19: un experimento de elecciones discretas en los Países Bajos

La pandemia de la COVID-19 ha constituido y constituye una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes. Por ello, es necesario aplicar políticas que promuevan la aceptación de vacunas seguras y eficaces, con el objetivo de conseguir un control adecuado de la COVID-19.

Diversos estudios han evaluado las preferencias de personas por la vacuna frente a la COVID-19 utilizando técnicas de valoración de preferencias, como los experimentos de elecciones discretas (DCE, de sus siglas en inglés, Discrete Choice Experiment), análisis conjuntos y encuestas periódicas. Con estas técnicas se valoraron cómo se verían afectadas características como la eficacia, la disponibilidad de la vacuna, el país de producción, el precio, la duración de protección y el riesgo de sufrir efectos secundarios. Estos estudios mostraron que una proporción considerable de la población se oponía o no estaba segura de vacunarse contra la COVID-19. Desde el punto de vista de salud pública, este es un aspecto para tener en cuenta, ya que es fundamental conseguir una alta aceptación de la vacuna para frenar la propagación de la pandemia. Actualmente, hay un número limitado de publicaciones que examinen el apoyo social, como variable clave en las políticas de vacunación y, particularmente, para el caso de la COVID-19.

Por ello, en este proyecto se realizó un DCE en el que se evaluaron las preferencias de 747 personas adultas (≥18 años) por 9 políticas destinadas a promover la vacunación frente a la COVID-19 en los Países Bajos. Estas políticas describían posibles acciones gubernamentales que variaban en función del nivel de intervención por parte del gobierno, desde “permitir la elección” hasta “restringir la elección”. A continuación, en la Tabla 1 se describen las 9 políticas seleccionadas para el DCE.

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Para cada una de las políticas mencionadas anteriormente, se definieron 4 atributos con 6 niveles cada uno, a través de datos localizados en una revisión sistemática, la opinión de responsables políticos y expertos en el área de estudio y a partir de la información obtenida de un estudio piloto. Estos atributos y niveles tienen como objetivo representar el impacto potencial que puede presentar la vacunación (Tabla 2).

A partir de una combinación de estos criterios y niveles, se generaron 36 escenarios hipotéticos que se agruparon en 4 bloques, en los cuales los participantes tenían que elegir entre 9 opciones. De esta forma, las políticas estaban distribuidas de manera uniforme en cada uno de los bloques y cada participante fue asignado de manera aleatoria a un único bloque.

Tras el análisis se observó que, los participantes tenían preferencias heterogéneas respecto a las políticas planteadas para promover la vacunación frente a la COVID-19, predominando aquellas políticas basadas en recibir un pasaporte de vacunación que les permitiese realizar actividades diarias y asistir a grandes eventos, especialmente en los subgrupos que estaban dispuestos a vacunarse y aquellos que tenían dudas sobre la vacunación (Figura 1).

Comentario

Este trabajo evalúa las preferencias de la población holandesa en relación con las políticas destinadas a promover la vacunación frente a la COVID-19, poniendo de manifiesto la heterogeneidad de las preferencias entre los encuestados. Se puede concluir que las políticas peor valoradas fueron las que castigan a la población que rechaza la vacunación, mientras que las políticas más favorables –preferidas por la población– fueron aquellas que otorgaban derechos adicionales a las personas vacunadas (por ejemplo, pasaportes de vacunación).

Habida cuenta de que resulta importante aumentar la aceptación de las vacunas en la población, especialmente en aquellos ciudadanos que aún no han decidido vacunarse, los resultados de este trabajo proporcionan información sobre las preferencias de este subgrupo sobre las políticas con las que están más conformes, como, por ejemplo, vacunarse cuándo y dónde quieran y poder recibir un asesoramiento si no se vacunan.

Más allá de los años de vida ajustados por calidad en la atención a personas mayores: cómo puede el análisis de decisión multicriterio complementar al análisis coste-efectividad en la toma de decisiones locales

Uno de los métodos que se emplean para la toma de decisiones de las intervenciones que se deben incluir en las prestaciones sanitarias a nivel nacional o regional son los análisis de coste-efectividad (ACE). Los ACE evalúan el valor de una nueva intervención frente a otra, expresándose a través de la relación coste-efectividad incremental (RCEI). A partir de esta elección se produce una cascada de decisiones, desde la toma de decisión a nivel local sobre los servicios que una organización sanitaria plantea ofrecer hasta la toma de decisiones compartidas para seleccionar la mejor opción terapéutica para cada individuo.

Diversos estudios han evaluado si la información obtenida de los ACE es suficiente en determinados contextos de decisión como único aspecto para determinar el valor añadido que las intervenciones tienen en la atención de diversos colectivos. A modo de ejemplo, en la atención integrada en personas mayores, el objetivo principal puede no ser la mejora de los resultados en salud, sino ayudar a envejecer de la mejor manera posible aumentando el bienestar del paciente. De este modo, se pone de manifiesto la recomendación de evaluar aspectos adicionales y de considerarlos como factores contextuales en la toma de decisiones.

Así, este estudio examinó si el análisis de decisión multicriterio (MCDA por sus siglas en inglés, Multi-Criteria Decision Analysis) puede complementar los resultados obtenidos del ACE en la toma de decisiones sobre el cuidado de personas mayores en los Países Bajos. Para ello, se realizó un estudio de casos cuasi experimental empleando la técnica de valoración de experimentos de elecciones discretas (DCE, de sus siglas en inglés, Discrete Choice Experiment) a 384 personas mayores durante un año comparando un programa de atención integrada frente a cuidados habituales.

Como medidas de resultados, el cuestionario consideró el triple objetivo de la atención integrada, es decir, mejorar la salud y el bienestar, mejorar la experiencia con la atención y reducir los costes (Tabla 3).


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De acuerdo con los resultados del presente estudio, la toma de decisiones basada en dos enfoques podría variar la decisión final, ya que, si se considera únicamente los resultados obtenidos del ACE, el programa de atención integrada a personas mayores no sería coste-efectivo (RCEI: 88.249 €/AVAC). Sin embargo, evaluando los resultados del MCDA, los cuidadores informales y los profesionales sanitarios preferían el programa de atención integrada frente a los cuidados habituales, ya que dicho programa promovía la mejora de la salud, el bienestar y la atención centrada en la persona.

Comentario

En primer lugar, en base a los resultados de este estudio, el uso de varios enfoques de forma complementaria podría resultar útil para la toma de decisiones a nivel local. La información adicional obtenida del MCDA puede fomentar la aceptabilidad e implementación de intervenciones eficientes en la atención de determinados colectivos, ya que la calidad de vida de estos individuos es difícil de medir o de cuantificar.

En esta misma línea, el MCDA permite recoger las preferencias de diferentes perfiles de decisores (pacientes, profesionales sanitarios, cuidadores, políticos, etc.) obteniendo información sobre resultados más allá de la salud y la longevidad, ayudando a la toma de decisiones en el ámbito de la atención social y de la tercera edad, en el que las intervenciones suelen estar orientadas a mejorar el bienestar y la calidad de vida del paciente.

¿Qué utilidad tienen los términos de salud digital para la investigación de resultados? Un informe del Grupo de Interés Especial de ISPOR

Durante la pandemia de la COVID-19 ha aumentado el uso de la salud digital, especialmente la telemedicina, con la oportunidad de mejorar la calidad de la atención sanitaria que esto conlleva.

La FDA (Food and Drug Administration) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) reconocen la importancia de la salud digital para capacitar a los individuos a tomar decisiones mejor informadas sobre el estado de su salud y proporcionar nuevas opciones para abordar los desafíos de la atención sanitaria, como la equidad y el acceso. Aunque existe un entusiasmo generalizado por el desarrollo de este tipo de tecnologías, al mismo tiempo surge la necesidad de comprender qué aspectos se están utilizando, de qué manera y con qué impacto en la salud, y los resultados asociados. Por tanto, es preciso establecer una definición conceptual clara de los términos de salud digital, eHealth, mHealth y telemedicina para la investigación de los resultados sanitarios, a fin de facilitar una comunicación interdisciplinaria más precisa y eficaz de las pruebas y permitir una mejor evaluación de estas tecnologías. En esta línea se han realizado diversas revisiones exhaustivas de los términos de salud digital. Sin embargo, sigue habiendo confusión sobre los términos utilizados ya que a veces se usan indistintamente e incluso un mismo término puede tener múltiples definiciones.

Por tanto, el objetivo de este estudio fue realizar una revisión sistemática de la literatura para identificar definiciones de los términos de salud digital, eHealth, mHealth y telemedicina, desde la perspectiva de la aplicabilidad a la investigación de resultados. Tal revisión se llevó a cabo de acuerdo con la declaración PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses) y consideró las revisiones exhaustivas o sistemáticas publicadas en lengua inglesa entre enero de 2015 y mayo de 2020. Como bases de datos se utilizaron Medline (PubMed), Embase, Cochrane Library y EconLit.

Tras el cribado del total de publicaciones obtenidas, se incluyeron 134 artículos los cuales contenían 142 definiciones específicas (4 definiciones de salud digital, 36 definiciones de eHealth, 50 definiciones de mHealth y 52 definiciones de telemedicina).

Los autores señalan que existen definiciones originales para estos términos, pero que se han ido adaptando con el tiempo creando nuevas definiciones. Por otra parte, las publicaciones identificadas muestran que existe un considerable solapamiento entre los 4 términos, ya que, aunque el término “salud” aparezca en todas las definiciones, existe un gran número de otros términos que indican una falta de acuerdo. Por ejemplo, las definiciones de eHealth, mHealth y telemedicina introducen términos de comunicación técnica en el ámbito de la salud y la medicina. Sin embargo, la mHealth se limita a las tecnologías móviles mientras que los otros 2 términos incorporan conceptos más amplios de tecnologías de la información (Figura 2).

Comentario

En este trabajo se pone de manifiesto la diversidad de definiciones para cada uno de los términos de salud digital considerados. Desde el punto de vista de la investigación de los resultados sanitarios, la finalidad es comprender el impacto de las intervenciones de salud digital en comparación con las estrategias actuales. En este sentido, no disponer de una definición específica para cada término puede ser un obstáculo para este objetivo, pues puede conducir a revisiones inexactas o inadecuadas.

Por tanto, es importante establecer una definición concreta para cada uno de los términos, con un planteamiento claro y específico sobre la población, la intervención, el comparador, el resultado, el momento y el escenario. Adicionalmente, sería recomendable establecer un sistema de clasificación funcional para crear una terminología estandarizada para las intervenciones de salud digital que denoten los efectos y resultados a nivel de paciente.
Este aspecto podría ampliar la clasificación a nivel de sistema de las intervenciones de salud digital de la OMS, incluyendo los dominios y mecanismos de los efectos en el ámbito de las intervenciones sanitarias digitales.

Actividad neuroprotectora de las plantas medicinales

Resumen

El envejecimiento es una enfermedad progresiva que afecta, aproximadamente, a 900 millones de personas en todo el mundo. Existe un reconocimiento generalizado de que las especies reactivas de oxígeno (ROS) juegan un papel clave en la función cerebral normal y en las alteraciones patológicas que ocasionan las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad, por lo que el estrés oxidativo es uno de los objetivos terapéuticos en el contexto del envejecimiento y las enfermedades neurológicas.

Los productos naturales son complejas estructuras químicas que han sido ampliamente estudiados atendiendo a sus propiedades antioxidantes. Además de prevenir el daño causado por el estrés oxidativo, han demostrado que son capaces de modular múltiples vías de transducción de señales. Esta revisión recoge los avances sobre el uso de productos naturales de origen vegetal, como posibles agentes neuroprotectores frente al daño oxidativo.

Introducción

El rápido envejecimiento de la población mundial está dando lugar a un aumento de la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas, tanto del deterioro cognitivo leve como de demencias graves. La edad es un factor de riesgo clave para estas enfermedades, considerándose que después de los 65 años, la prevalencia de la demencia se duplica cada cinco años, siendo mayor entre las mujeres que entre los hombres, en gran medida porque la esperanza de vida es mayor en mujeres.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, y se calcula que esta cifra aumentará a 78 millones en 2030 y a 139 millones en 2050. Considera, además, la OMS que la población mundial mayor de 60 años aumentará hasta el 22 % en 2050, lo que supone un incremento del 10 % respecto a 2015, año en que la esperanza de vida se encontraba en 71,4 años.

Aunque el envejecimiento de la población puede entenderse como un índice de desarrollo positivo, supone un aumento de la susceptibilidad a la discapacidad y a enfermedades crónicas como, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas. Entre ellas, la enfermedad de Alzheimer, de Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica.
El proceso de envejecimiento, en el cual algunas de las funciones cognitivas están disminuidas, fue descrito por Harman como la acumulación progresiva de cambios con el tiempo que están asociados o son responsables de la creciente susceptibilidad a la enfermedad y la muerte que acompaña a la edad avanzada.

En mamíferos, el envejecimiento también se define como un complejo proceso de acumulación de daño en moléculas, células y órganos que conduce a la pérdida de su función y a un incremento en la vulnerabilidad a la enfermedad y la muerte. El fenotipo humano del envejecimiento es el fallo de un órgano o tejido y, junto con las alteraciones mitocondriales es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas, entendiendo por éstas aquellos procesos de etiología diversa que cursan con un deterioro progresivo e irreversible del tejido nervioso.

En las últimas décadas se han realizado numerosos progresos que han permitido avanzar en el conocimiento de estas enfermedades neurodegenerativas. No obstante, tanto su etiología como los mecanismos celulares y moleculares implicados en su inicio y progresión no han sido del todo aclarados.

El mecanismo del envejecimiento es complejo y, si bien no se ha llegado a comprender a día de hoy en su totalidad, podemos afirmar que el estrés oxidativo, junto con la inflamación crónica, desempeña un papel esencial en el mismo y, por lo tanto, en la aparición y progresión de las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad. Numerosos procesos metabólicos celulares, además de factores genéticos o ambientales como la contaminación ambiental, el tabaquismo y la radiación, generan radicales libres de oxígeno (iones, moléculas o átomos que contienen oxígeno con uno o más electrones desapareados en la órbita más externa) o de nitrógeno, especies moleculares que son altamente reactivas e inestables, siendo capaces de dañar el ácido desoxirribonucleico (ADN), las proteínas y los lípidos, dando lugar diversas patologías (Figura 1).


Patel definió el estrés oxidativo como “un desequilibrio entre los prooxidantes y los antioxidantes con la interrupción concomitante del circuito redox y el daño macromolecular”. Las especies reactivas de oxígeno y de nitrógeno constituyen las especies reactivas más importantes generadas por el estrés oxidativo. Entre ellas se encuentran radicales libres inestables como el radical hidroxilo (OH•), aniones superóxido (O2•−), radicales de óxido nítrico (NO•) y otros radicales, como el peroxinitrito (ONOO−) y el peróxido de hidrógeno (H2O2). La mayoría de estas especies reactivas intracelulares se generan en las mitocondrias a través de la fosforilación oxidativa (OXPHOS) y la consiguiente producción de adenosina trifosfato (ATP), siendo la principal fuente endógena de especies reactivas de oxígeno (ROS) la cadena de transporte de electrones (ETC) mitocondrial durante la OXPHOS. De hecho, la producción de ATP por la mitocondria requiere aproximadamente el 85% del oxígeno consumido por las células, sin olvidar que el cerebro es el órgano que mayor consumo de oxigeno requiere para realizar sus funciones, aproximadamente el 20% del oxígeno basal total del organismo. Su exceso induce el estrés oxidativo, dañando proteínas y ADN e induciendo la peroxidación lipídica, siendo las estructuras mitocondriales las principales dianas de su toxicidad. Además, dado que el ADN mitocondrial está localizado cerca de los sitios de producción de radicales libres es también una diana del daño oxidativo. Así pues, la producción de especies reactivas es uno de los principales mecanismos por los cuales la mitocondria contribuye a los procesos de envejecimiento y neurodegeneración.Activan también las proteínas quinasas activadas por mitógenos (p38 MAPK) para la regulación positiva de p16, lo que da como resultado la senescencia celular y el avance del envejecimiento y las enfermedades degenerativas crónicas. Otras fuentes implicadas en la producción de especies reactivas de oxígeno incluyen células inmunitarias como los macrófagos y neutrófilos. No hay que olvidar que, a bajas concentraciones, las ROS desempeñan un papel importante en la señalización celular y en la regulación de los procesos involucrados en el mantenimiento de la homeostasis celular, además de en procesos celulares como la apoptosis, la activación de factores de transcripción y la fosforilación de proteínas.

Para contrarrestar o neutralizar los efectos de los radicales libres, el cuerpo humano está dotado de defensas antioxidantes, siendo el equilibrio entre radicales libres y antioxidantes vital para el correcto funcionamiento fisiológico del organismo. Un antioxidante se define como “una sustancia que, cuando está presente en una concentración baja en comparación con la de un sustrato oxidable, inhibe la oxidación del sustrato”. El estrés oxidativo se desarrolla debido a los bajos niveles de antioxidantes y la interrupción del sistema dinámico de circuitos redox, lo que resulta en la acumulación de radicales libres. Da lugar a reacciones en cadena, que tienen como resultado final la alteración de las estructuras celulares, la destrucción de la membrana celular, el bloqueo de las principales acciones enzimáticas y la alteración de los procesos celulares esenciales para el funcionamiento normal del organismo.

Los antioxidantes, cualquiera que sea su origen, retrasan o previenen significativamente el daño celular, protegiendo frente al estrés oxidativo. Entre los sistemas de defensa antioxidante, enzimáticos y no enzimáticos, localizados a nivel mitocondrial, se encuentran catalasa (CAT), glutatión peroxidasa (GPx), fosfolípido-hidroperóxido glutatión peroxidasa (PGPX), glutatión reductasa (GR), peroxirredoxinas (PRX3/5) y α-tocoferol (aTCP), coenzima Q10 (Q), citocromo c (C) y glutatión (GSH), respectivamente.

Existe una relación causal demostrada entre las especies reactivas de oxígeno y las proteínas alteradas subyacentes a las enfermedades neurodegenerativas, de forma que las primeras median la neurotoxicidad en estas enfermedades modificando la proteína característica de cada enfermedad por procesos de oxidación.

En relación con la enfermedad de Alzheimer, las especies reactivas de oxígeno podría activar, entre otras, la cascada de señalización de la proteína quinasa N-terminal c-Jun (JNK)/p38 MAPK, y desactivar la proteína fosfatasa 2A (PP2A) promoviendo la hiperfosforilación de la proteína Tau y causando la acumulación del péptido β-amiloide (Aβ). El daño oxidativo inducido por Aβ ocasiona la formación de subproductos asociados con la oxidación de ADN/ARN, lípidos y proteínas, induciendo todo ello la disfunción mitocondrial y muerte neuronal. Además, se ha comprobado que el envejecimiento contribuye a la vulnerabilidad de las regiones cerebrales cuyo deterioro está relacionado con la enfermedad de Alzheimer (hipocampo y corteza prefrontal, entre otras), observándose un aumento significativo de la oxidación y nitración proteica, un aumento en la expresión de la proteína ácida fibrilar glial (GFAP) y cambios asociados con una disminución de las actividades enzimáticas antioxidantes.

La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la degeneración selectiva y la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra que lleva al agotamiento de la dopamina en el estriado y un aumento anormal de la α-sinucleína en la sustancia negra; el estrés oxidativo modifica, por procesos de oxidación y nitración, la α-sinucleína dando lugar a oligómeros que conducen a degeneración y muerte celular. Tanto el estrés oxidativo como el daño mitocondrial han sido implicados en la muerte de neuronas durante la evolución de la enfermedad, observándose un incremento relacionado con la edad en la oxidación y nitración de proteínas y una disminución de la actividad del complejo I mitocondrial, así como un marcado descenso en las defensas antioxidantes, como las enzimas catalasa y superóxido dismutasa. Además, se ha relacionado a otras proteínas, como la neurotoxina 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina (MPTP) con la disfunción mitocondrial.

La agregación de huntingtina por modificaciones oxidativas desempeña un papel importante en la patogénesis de la enfermedad de Huntington, mientras que la proteína TDP-43 la principal proteína alterada por procesos oxidativos en la esclerosis lateral amiotrófica.

Además de estas anomalías de proteínas específicas de cada enfermedad, otros biomarcadores farmacológicamente relevantes incluyen índices de neurodegeneración colinérgica, dopaminérgica y serotoninérgica.

Por otra parte, existen importantes evidencias experimentales que permiten establecer una conexión entre alteraciones en la homeostasis redox en el cerebro con el aumento de la edad y el deterioro de la función mitocondrial observado en las enfermedades neurodegenerativas, tanto en humanos como en primates y roedores.

Para regular estos procesos, las células han desarrollado una variedad de mecanismos con la finalidad principal de contrarrestar las especies reactivas de oxígeno y otros radicales libres en orden a mantener la homeostasis celular. De todos ellos, el factor nuclear eritroide-2, Nrf2 (del inglés, Nuclear Factor Erythroid 2-related factor) es el principal regulador de la respuesta celular al estrés oxidativo, a través de la inducción de la expresión de la mayoría de las enzimas antioxidantes y detoxificantes endógenas (como las ya mencionadas CAT, SOD o HO-1); esta regulación se realiza a través del control de un gen transcriptor del ADN, denominado ARE (Antioxidant Response Element). En condiciones de no estrés, el factor Nrf2 se encuentra unido a Keap1 (represor citoplasmático de Nrf2) en el citoplasma. Bajo condiciones de estrés oxidativo, Keap1 cambia de conformación, lo que da lugar a la liberación del factor Nrf2 y su translocación al núcleo, promoviendo la transactivación de los genes que codifican para ARE. Será, por tanto, la activación del factor Nrf2 la encargada de desencadenar la respuesta de defensa antioxidante celular, regulando la homeostasis redox, reduciendo el estrés oxidativo y sus patogenias relacionadas.

Productos naturales neuroprotectores

Los productos naturales son complejas estructuras químicas activas frente a diferentes dianas, que han sido ampliamente estudiados atendiendo a sus propiedades antioxidantes. Además de prevenir el daño causado por el estrés oxidativo, han demostrado que son capaces de modular múltiples vías de transducción de señales. El conocimiento cada vez más profundo de los mecanismos celulares y moleculares implicados en el proceso neurodegenerativo ha estimulado significativamente la investigación para identificar compuestos de origen natural capaces de actuar frente al deterioro neurológico.

Podemos decir que son numerosos los estudios que han investigado la posible acción neuroprotectora y sobre el deterioro cognitivo de diferentes productos naturales, la mayoría de los cuales son conocidos agentes antiinflamatorios o antioxidantes con un buen perfil de tolerabilidad y seguridad.

Dentro de los productos naturales, uno de los grupos farmacológicamente más prometedores lo constituyen los compuestos polifenólicos, metabolitos secundarios desarrollados en plantas a partir de fenilpropano y 3 moléculas de malonil coenzima A. Dentro de ellos, ocupan especial relevancia los flavonoides, compuestos polifenólicos constituidos por una estructura común consistente en 15 átomos de carbono dispuestos en tres anillos. De acuerdo a sus características estructurales pueden ser divididos en 6 grupos: flavonoles (quercetina, kenferol), flavonas (rutina, luteolina), flavanonas (naringenina hesperidina), flavanoles (catequina, epicatequina), antocianidinas e isoflavonas (genisteína, daidzeína).

La mayoría de las acciones conocidas de los flavonoides guardan relación con sus propiedades antioxidantes. Así, los mecanismos de la acción antioxidante pueden incluir la supresión de la formación de especies reactivas de oxígeno, la actividad captadora de radicales libres, previniendo las lesiones celulares producidas por estos, la sobrerregulación o protección de enzimas de defensa antioxidantes y la quelación de oligoelementos implicados en las reacciones redox. Además de su efecto inhibitorio sobre numerosas enzimas como la COX, la xantina oxidasa (XO), la PI3K y la lipoxigenasa. Se ha comprobado que flavonoides como (-)-epicatequina, (+)-catequina, rutina y 7,8-dihidroxiflavona son potentes captadores del radical OH•.

Sin embargo, su actividad clásica antioxidante (hydrogen donating antioxidant activity) no explica en su totalidad la bioactividad de estos compuestos. De hecho, la acción neuroprotectora de los flavonoides es probable que se deba a la modulación de las cascadas de señalización intracelular que controlan la supervivencia, muerte y señalización neuronal, sus efectos sobre la expresión génica y la interacción con la mitocondria.

Ginkgo biloba L.

Ginkgo biloba es la especie arbórea viva más antigua del mundo y actualmente es el único miembro sobreviviente de la familia Ginkgo. Ginkgo biloba L. es una de las especies vegetales más estudiadas y utilizadas por su actividad farmacológica relacionada con el estrés oxidativo. Contiene flavonoides (quercetina, kenferol e isoramnetina, entre otros) y terpenos (lactonas diterpénicas como los ginkgólidos A, B, C J y M y lactonas sesquiterpénicas, como el bilobálido).

Desde que Oyama y colaboradores (Oyama et al., 1996) demostraran la capacidad protectora en células frente a daño oxidativo de un extracto estandarizado de Ginkgo biloba, son numerosos los estudios que aportan evidencias sobre su actividad neuroprotectora basada en su capacidad antioxidante. Esta actividad va mucho más allá de la capacidad captadora de radicales libres, modulando importantes funciones gliales, particularmente incrementando el contenido de glutatión y sobreexpresando la actividad de los principales enzimas antioxidantes, inhibiendo la peroxidación lipídica e interaccionando con proteínas específicas. A nivel mitocondrial, mejora la fosforilación oxidativa de los Complejos I-II y III, estudiada sobre células que expresan la proteína precursora amiloide, lo que apoya su actividad frente al estrés oxidativo.

El efecto neuroprotector del extracto estandarizado de Ginkgo biloba (GBE) ha sido validado en varios estudios in vitro e in vivo. Los estudios in vitro revelaron que GBE protege a las neuronas de la muerte inducida por diferentes tóxicos, entre ellos, el peróxido de hidrógeno y el péptido amiloide-β. Asimismo, mediante ensayos in vivo se ha observado que el extracto estandarizado (EGb761) produce una reducción del daño neuronal ocasionada por la oclusión transitoria de la arteria cerebral media en ratas. Se ha demostrado que los ginkgólidos, concretamente el bilobálido (Figura 2) y también la fracción flavonoide, contribuyen a su efecto neuroprotector. Además de la capacidad de eliminación de radicales libres del extracto estandarizado, también se ha demostrado su acción sobre la transcripción de varios genes asociados a la regulación del estrés oxidativo y la quelación de iones metálicos transitorios prooxidantes, protegiendo así a las células neuronales contra el daño oxidativo comúnmente asociado a las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.

En modelos animales de la enfermedad de Alzheimer, el extracto de GB inhibe la disfunción y la muerte de las neuronas del hipocampo inducidas por Aβ1-42, el comportamiento patológico inducido por Aβ y la agregación de Aβ, mejorando la neurogénesis.

Camellia sinensis (L.) Kuntze. EGCG

La hoja de té (Camellia sinensis (L.) Kuntze) (Figura 3) contiene principalmente polifenoles, entre ellos, las catequinas (catequina, epicatequina, el galato de epicatequina, y el galato de epigalocatequina, entre otras) y los flavonoles (miricetina, quercetina, ácido clorogénico, entre otros) son los principales componentes. Las catequinas están presentes en el té verde en un porcentaje que oscila entre el 30 y el 42 %, contenido que disminuye por los procesos de fermentación. Son polifenoles de tipo flavanol (flavan-3-ol) y, de ellos, la epigalocatequina 3-galato (EGCG, Figura 2) es el principal componente del té verde, siendo un agente potencial en la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas.


Está bien establecido que las catequinas poseen actividad captadora de radicales libres y actúan como antioxidantes biológicos, captando anión superóxido y radical hidroxilo, además de radicales peroxilos, oxígeno singlete y radicales de nitrógeno.

Diversos estudios in vitro demuestran que los polifenoles del té eliminan directamente las especies reactivas tanto de oxígeno como de nitrógeno, inhiben la actividad de enzimas como la óxido nítrico sintasa, la xantina oxidasa, las ciclooxigenasas y las lipooxigenasas, junto con el factor nuclear-кB, e inducen a las enzimas antioxidantes, como glutatión S-transferasa y la superóxido dismutasa a unirse y quelar el exceso de metales como el hierro (Fe2+) y el cobre.

En cuanto a EGCG, múltiples estudios han investigado su actividad neuroprotectora como principal componente polifenólico del té verde. Ha demostrado ser más eficaz como captadora de radicales libres que otras catequinas, probablemente debido a la presencia de tres hidroxilos en uno de sus anillos y a la fracción galato en posición 3 en otro de los anillos. Según estudios in vitro, EGCG suprime eficazmente la muerte de células neuronales tratadas con β-amiloide. Además, reduce los niveles de péptido amiloide tanto in vivo como in vitro.

El galato de epigalocatequina puede modular, además, la acumulación de otras proteínas como la huntingtina, el β-amiloide y la α-sinucleína y mejorar el aclaramiento de la proteína tau fosforilada, relevante para la enfermedad de Alzheimer. Diversas vías moleculares de señalización participan en la actividad neuroprotectora de EGCG como agente potencial frente a las enfermedades neurodegenerativas. Además de su actividad captadora de radicales libres, revierte la pérdida de integridad de mitocondrial, impidiendo la liberación a citosol del citocromo C mediante la expresión del canal liberador VDAC, y mejora la relación Bax-Bcl como marcador de apoptosis neuronal.

En estudios in vivo se ha comprobado su capacidad para reducir la acumulación de Aβ en modelos de ratones con enfermedad de Alzheimer suplementados en la dieta con EGCG. Esta capacidad para suprimir la neurotoxicidad inducida por Aβ podría ser debida a la activación de glucógeno sintasa quinasa-3β (GSK-3β), junto con la inhibición de c-Abl/FE65-la tirosina quinasa. También se ha observado que la EGCG suprime la expresión de TNFα, IL-1β, IL-6 y óxido nítrico sintasa inducible (iNOS), restaurando los niveles de antioxidantes intracelulares contra los efectos proinflamatorios inducidos por los radicales libres en la microglía, activando el factor nuclear eritroide-2 (Nrf2) y la hemo oxigenasa-1 (HO-1). Además, el EGCG suprimió la citotoxicidad inducida por Aβ al reducir la activación de NF-κB mediada por ROS y la señalización de la proteína quinasa activada por mitógenos (MAPK), incluyendo la señalización de c-Jun N-terminal quinasa (JNK) y p38.

El efecto neuroprotector del té verde en comportamiento (desarrollo de memoria) y los parámetros neuroquímicos asociados han sido estudiados en diferentes modelos de procesos neurodegenerativos, incluida la enfermedad de Alzheimer. Se ha observado que el té verde reduce las alteraciones de la memoria y previene el estrés oxidativo y los daños en el hipocampo en un modelo de rata de la enfermedad de Alzheimer, con un efecto superior al del té rojo y el negro. Esto podría atribuirse al mayor nivel de EGCG en el té verde. Los polifenoles del té, cuando se administran por vía oral, podrían reducir las deficiencias motoras y las lesiones neuronales dopaminérgicas, y atenuar el agotamiento de la dopamina y las neuronas dopaminérgicas (estudio realizado en monos), además de mejorar las funciones motoras del cerebro.

En consecuencia, la EGCG demuestra sus efectos neuroprotectores tanto por su actividad antioxidante como por su capacidad de modular las vías de señalización en el proceso de daño neuronal.

Curcuma longa L.

La curcumina o diferuloilmetano (Figura 2) es uno de los principales constituyentes del rizoma de Curcuma longa L. (Figura 4), que consta además de demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina. Es un compuesto tautomérico que puede encontrarse en forma ceto y enol. Dada su estructura, puede adoptar distintas conformaciones a fin de maximizar su zona hidrofóbica y unirse a las macromoléculas diana como, por ejemplo, el ADN. Como se aprecia en la Tabla 1, es un antioxidante bifuncional debido a su capacidad para reaccionar directamente con especies reactivas de oxígeno y de nitrógeno, así como para inducir la sobre-regulación de enzimas citoprotectoras y antioxidantes. Estas propiedades justifican muchas de sus propiedades farmacológicas y se han asociado con la presencia de los grupos funcionales betadiceto, el doble enlace carbono-carbono y presencia de anillos con número variable de sustituyentes hidroxilo y metoxilo.


Los efectos protectores frente a daño oxidativo han sido mostrados en modelos in vivo e in vitro. Se ha demostrado que activa mecanismos de defensa antioxidantes endógenos a través de la inducción de genes como el aumento de la expresión de enzimas citoprotectoras (superóxido dismutasa, catalasa, hemooxigenasa-1, etc.). Además, induce la biosíntesis de glutatión, principal antioxidante citosólico y previene las enzimas productoras de ROS, incluidas la xantina hidrogenasa/oxidasa y la lipoxigenasa/ciclooxigenasa. La reducción del estrés oxidativo por la curcumina se asoció con su acción sobre la translocación nuclear de factor eritroide nuclear Nrf2, como principal vía reguladora, estabilizándolo y mejorando la expresión de la enzima hemooxigenasa, lo que tiene un papel fundamental en la activación de las enzimas antioxidantes y la preservación de la función mitocondrial; estos efectos beneficiosos se han observado en estudios in vitro. Los estudios in vivo han demostrado que la curcumina atenúa el estrés oxidativo en diversos modelos en los que la generación de ROS fue desencadenada por diversos factores.

Numerosas evidencias indican que las mitocondrias están implicadas en las propiedades terapéuticas de la curcumina, ya que puede modular numerosos mecanismos regulados a nivel mitocondrial, atenuando las alteraciones al disminuir el consumo de oxígeno, la ratio de control respiratorio, la producción de ATP, la retención de calcio, el potencial de membrana mitocondrial, la integridad de la membrana, la actividad de la enzima aconitasa y la inhibición de la apertura del poro de transición mitocondrial, evitando así la muerte celular.

Existen, además, numerosos estudios que han puesto de manifiesto la actividad antiamiloide de la curcumina, inhibiendo la formación y la acumulación del péptido Aβ, y favoreciendo su eliminación. Además, se ha observado que dificulta la activación de NF-κB y los efectos inflamatorios.

Panax ginseng C.A. Meyer

Panax ginseng C.A. Meyer es una especie que se ha utilizado en medicina tradicional china durante muchos años debido a sus propiedades cardioprotectoras, anticancerígenas y neuroprotectoras . El término “Panax” se debe al botánico ruso CA Meyer e incluye el prefijo “pan” (todo) y “axos” (curación). La designación “ginseng” proviene de la palabra china “rensheng” que significa humano.

En su composición destacan saponinas triterpénicas de tipo oleanano y dammarano, denominadas ginsenósidos. Según su genina, las saponinas de tipo dammarano se dividen en dos grupos mayoritarios: derivados del protopanaxadiol (Rb1, Rb2 y Rb3, Rc y Rd, entre otros) y protopanaxatriol (Re, Rf y Rg1).

En relación con su actividad frente al estrés oxidativo, estudios experimentales han demostrado que la administración de ginsenósidos en ratas y ratones puede reducir la peroxidación lipídica, eliminar los radicales libres de oxígeno y aumentar las actividades de enzimas como glutatión peroxidasa (GPx), glutatión reductasa (GR), superóxido dismutasa (SOD) y catalasa (CAT), implicadas en la reducción del daño oxidativo celular. Algunos estudios han puesto de manifiesto que el ginsenósido Rg3 puede suprimir significativamente la activación de NF-κB, inhibiendo el estrés oxidativo mediante la activación de Akt y la respuesta inflamatoria, además de suprimir el aumento de la expresión de IL-6 e IL-8 en astrocitos. En ratones, el ginsenósido Rg3 ocasionó un aumento en los niveles de enzimas antioxidantes como CAT y SOD, así como una disminución en los niveles de marcadores de peroxidación lipídica como malondialdehído (MDA) y 4-hidroxinonenal (4-HNE), además de reducir la apoptosis.

Los ginsenósidos Rd (Figura 2) y Re han resultado también activos en la prevención de enfermedades neurodegenerativas, manifestado en su capacidad para aumentar la actividad de las enzimas antioxidantes, preservando la actividad de la cadena de transporte de electrones (ETC), manteniendo la integridad de la membrana mitocondrial , evitando la formación de ROS, aumentando la formación de ATP e inhibiendo la apoptosis al regular la relación Bcl2/Bax y prevenir la liberación de citocromo c y caspasa-3. Rg1 y Rb1 también muestran acciones relevantes en la prevención del deterioro cognitivo, ya que inducen la secreción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), necesario para la supervivencia neuronal. Rg1, además, resultó activo en la inhibición de la apoptosis. El pretratamiento con Rg1 indujo la translocación nuclear de Nrf2 y la activación de la vía PI3K/Akt, lo que podría antagonizar el aumento de especies reactivas de oxígeno (ROS) inducido por el hierro y la disminución del potencial transmembrana mitocondrial en neuronas cultivadas.

Rb1 disminuye la sobreproducción de ROS, restablece el equilibrio de las enzimas captadoras de radicales libres y estabiliza la permeabilidad de la membrana mitocondrial al reducir el poro de transición de la permeabilidad mitocondrial (mPTP).

Asimismo, el ginsenósido Rh3 aumentó la actividad de unión al ADN de Nrf2 y el nivel de sirtuina 1 (SIRT1), lo que resultó en la inhibición de NF-κB en células cultivadas. El protopanaxatriol extraído de Panax ginseng aumentó la entrada de Nrf2 en el núcleo e indujo la expresión de enzimas antioxidantes de fase II, incluidas HO-1 y nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH) quinona oxidasa 1, después de la lesión inducida por ácido 3-nitropropiónico.

Así pues, diversos estudios demuestran que Panax ginseng y sus componentes aislados pueden proteger frente al daño oxidativo celular al reducir los radicales libres y aumentar la actividad de los sistemas de defensa antioxidante, componentes más importantes en el proceso de envejecimiento y neurodegeneración. Los resultados indican un papel importante de la vía Keap1/Nrf2 en sus efectos neuroprotectores.


Conclusiones

Las enfermedades neurodegenerativas son trastornos del sistema nervioso central que provocan una pérdida lenta y progresiva de la función normal de poblaciones neuronales específicas, así como de sus conexiones. Por otra parte, el envejecimiento es un fenómeno multifactorial que provoca una disminución paulatina de la funcionalidad del organismo. Las mitocondrias son la principal fuente de energía en el cerebro, y su deterioro se ha implicado en el proceso de envejecimiento y, en mayor medida, en los trastornos neurológicos.

El estrés oxidativo se caracteriza por un desequilibrio entre los antioxidantes y los radicales libres, lo que contribuye a la fisiopatología de las enfermedades neurodegenerativas, a través de cascadas de señalización sensibles a redox. En las últimas décadas ha progresado significativamente el conocimiento de los mecanismos moleculares por los cuales los antioxidantes atenúan los efectos perjudiciales de las ROS, a la vez que existe una creciente evidencia que sugiere que la producción excesiva de ROS, como los radicales O2•–, H2O2 y OH• alteran el crecimiento celular e inducen la senescencia y muerte celular. Existe, además, un papel causal demostrado del estrés oxidativo en la patogenia de las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y la de Parkinson, entre otras.

Tal como hemos comprobado los procesos neurodegenerativos son una compleja cascada de eventos patológicos en los que el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial juegan un papel relevante. Así pues, aquellas moléculas que protejan a la mitocondria a través de su capacidad antioxidante, activando el factor Nrf2 y reduciendo los daños asociados al estrés oxidativo, supondrán una estrategia terapéutica válida frente a las enfermedades neurodegenerativas.

Los productos naturales, definidos como pequeñas moléculas procedentes de fuentes naturales, principalmente especies vegetales, se han utilizado para el tratamiento de enfermedades durante miles de años y han demostrado ser una valiosa fuente de nuevos fármacos. Es evidente, por tanto, que los productos naturales pueden ser potentes moléculas bioactivas y que el conocimiento de su mecanismo de acción como moduladores de la señalización celular es crucial en la evaluación de su potencial farmacológico para actuar, entre otros, frente a procesos neurodegenerativos asociados a estrés oxidativo. En la última década, la identificación de productos naturales dirigidos a la función mitocondrial se ha convertido en un campo emergente en el descubrimiento de fármacos.

En esta revisión se ha descrito el potencial neuroprotector, basado en la capacidad antioxidante, de diversas especies vegetales y sus principios activos, con especial atención a la prevención y el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad y al estrés oxidativo, incidiendo en los mecanismos de acción que actúan sobre diferentes proteínas diana, induciendo enzimas antioxidantes y modulando cascadas de señalización.

Eccema dishidrótico

El eccema dishidrótico, también conocido como dermatitis dishidrótica o dishidrosis, es una dermatitis inflamatoria que se caracteriza por la presencia repentina de pequeñas vesículas pruriginosas, transparentes y llenas de líquido, frecuentemente dolorosas, principalmente en las caras laterales de los dedos (Figura 1). Estas vesículas, que a menudo se comparan con el pudín de tapioca, persisten durante varias semanas antes de evolucionar hacia la desecación y la descamación. En casos graves, las lesiones pueden extenderse a la zona palmar, y afectar a la región ventral de las manos, así como a las plantas de los pies.

Etiología

Su etiología parece estar relacionada con la sudoración, ya que el eccema dishidrótico suele aparecer en individuos con hiperhidrosis, así como con la temporada de alergias en primavera. Otros factores que se consideran asociados al desarrollo de la dishidrosis son los antecedentes de dermatitis atópica o la dermatitis de contacto, el eccema generalizado, el tabaquismo, la exposición solar, así como la exposición a inmunoglobulinas intravenosas. La alergia a los metales se considera también uno de los factores etiológicos potenciales importantes del eccema dishidrótico ya que se ha visto que los síntomas mejoran tras la eliminación del alérgeno metálico. Sin embargo, a pesar de todos estos factores, la etiología exacta del eccema dishidrótico sigue siendo desconocida.

Tratamiento

El tratamiento para todos los pacientes con eccema dishidrótico consiste en evitar los irritantes de contacto, llevar a cabo un adecuado cuidado de la piel para reducir la irritación y usar emolientes para restaurar la función barrera de la piel. Los casos de leves a moderados pueden tratarse con corticoides tópicos, con inhibidores de la calcineurina (tacrolimus) y/o luz ultravioleta (UV-B de banda estrecha y UVA-1). El tratamiento de primera línea son los corticoides tópicos de moderada-alta potencia (aceponato de metilprednisolona); sin embargo, debido a que el fracaso del tratamiento con estos medicamentos es frecuente, a menudo se utilizan tratamientos más potentes como los corticoides tópicos de muy alta potencia (propionato de clobetasol), los corticoides sistémicos (prednisolona 20-40 mg), la terapia con psoraleno-ultravioleta A (PUVA) y los inmunosupresores sistémicos como el metotrexato, el micofenolato mofetilo, la ciclosporina y la azatioprina. Por su parte, los medicamentos tópicos con tacrolimus se utilizan en adultos que no responden adecuadamente o que son intolerantes a las terapias convencionales con corticoides tópicos. Una combinación de tacrolimus y corticoides tópicos ha demostrado reducir el riesgo de efectos secundarios asociados a los corticoides. La toxina botulínica también se ha utilizado con éxito en el tratamiento del eccema dishidrótico de las manos.

El eccema de las manos tiende a hacerse crónico, lo que da lugar al desarrollo de hiperqueratosis y fisuras. Las pomadas ocluyen e hidratan la piel y suelen ser más adecuadas para el tratamiento del eccema de manos que las cremas. Debido a que puede resultar poco práctico utilizar las pomadas durante la jornada laboral, es preferible aplicarlas a la hora de acostarse. Los corticoides tópicos de moderada-alta potencia deben utilizarse en las zonas afectadas de las manos 1 vez al día durante 1 o 2 meses y, posteriormente, deben reducirse a un uso intermitente durante varios meses. Por su parte, los corticoides tópicos de muy alta potencia pueden aplicarse 1 o 2 veces al día, pero el tratamiento no debe prolongarse más de 4 semanas. Estos corticoides, además, pueden utilizarse en aplicaciones cortas y repetidas para controlar las exacerbaciones. Por otro lado, los inhibidores de la calcineurina deben aplicarse cuando aparezcan los primeros signos y síntomas, 2 veces al día y, una vez estos hayan desaparecido o remitido, se debe establecer un tratamiento de mantenimiento, aplicándose 1 vez al día 2 veces por semana en las áreas habitualmente afectadas para prevenir la progresión a brotes. Los ciclos perpetuos de recaída y remisión suelen durar varios años y las recidivas son frecuentes. Por ello, si vuelven a aparecer signos de brotes, debe reiniciarse el tratamiento 2 veces al día.

Como tratamiento coadyuvante, es aconsejable el lavado de manos con preparados con acción secante y astringente que eliminan el exudado de las lesiones cutáneas exudativas con el fin de reducir el riesgo de infecciones.

Fichas de medicamentos de uso veterinario: contenido y funcionalidades

Resumen

BOT PLUS, la base de datos de medicamentos y productos de parafarmacia del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, es una herramienta en continua evolución, con el objetivo de cubrir las necesidades informativas del farmacéutico, de forma que le sirva como una herramienta de ayuda en su ejercicio profesional diario. Por este motivo, el Consejo General ha lanzado en 2022 una nueva versión de BOT PLUS, en la que se ha rediseñado completamente la aplicación, siendo muy significativa la modificación de las fichas de los medicamentos de uso veterinario. El presente artículo resume los principales cambios.

BOT PLUS tiene siempre como objetivo el de ayudar a los profesionales farmacéuticos en su ejercicio profesional diario y, siguiendo con este objetivo, en la nueva versión se ha mejorado la manera de mostrar la información que contiene la base de datos, para que sea más intuitiva, más fácil de encontrar y más visual.

Entre otros cambios, se ha rediseñado la ficha de los medicamentos veterinarios para permitir conocer de forma sencilla e intuitiva la información principal del medicamento, tanto en relación con sus condiciones de dispensación, como a sus principales advertencias de empleo. Con ese fin, se ha distribuido la ficha de los medicamentos veterinarios de la manera que se describe a continuación.

En la parte izquierda superior de la ficha encontramos un espacio donde se han incluido el nombre, código nacional, número de registro, imagen del medicamento y pictogramas de advertencia relacionados con el periodo de validez tras apertura del mismo.

En la parte derecha, se ha creado un apartado denominado “Condiciones de dispensación y facturación”, que permite conocer diferentes aspectos del medicamento (Figura 1):

  • Necesidad de receta veterinaria para su dispensación.
  • Posibilidad de dispensación por parte de la farmacia comunitaria.
  • Posibilidad de financiación en farmacia comunitaria.
  • Necesidad de administración bajo control veterinario.
  • Necesidad de administración exclusiva por el veterinario.
  • Medicamento estupefaciente.
  • Medicamento psicótropo.
  • Medicamento de importación paralela.
  • Medicamento homeopático.

Más abajo (descendiendo con el ratón) en la ficha del medicamento, se encuentra en la parte izquierda un menú lateral que permite dirigir rápidamente al epígrafe deseado, mientras que, en la parte derecha, se encuentra un cuadro resumen con la información que ya estaba disponible en la parte superior de la ficha. A continuación, el usuario tendrá a disposición un enlace de descarga tanto al prospecto como a la ficha técnica del medicamento veterinario, disponible en la página de la AEMPS (Figura 2).


En la parte central, están visibles los distintos epígrafes en los que se distribuye la ficha de un medicamento veterinario:

  1. Información general:
    aquí puede encontrarse información relativa al código nacional, número de registro, código EAN13, IVA aplicable, forma farmacéutica, vía de administración, laboratorio y un apartado sobre el estado de autorización y comercialización del medicamento.
  2. Composición:
    este apartado contiene todos aquellos principios activos presentes en el medicamento, y la cantidad de cada uno de ellos (Figura 3).
  1. Medicamentos con igual composición:
    Incluye la clasificación ATC (niveles 1 al 5) del medicamento veterinario, de modo que si pinchamos sobre cualquiera de estos niveles se podrá obtener un listado de todos aquellos medicamentos veterinarios pertenecientes a dicho nivel.
  1. Información farmacológica:
    en este epígrafe se incluye la información relativa a las indicaciones del medicamento veterinario clasificadas en función de las distintas especies destino a las que va dirigido. También se puede acceder a un apartado de patologías relacionadas, con aquellas enfermedades veterinarias en las que está indicado el medicamento, de forma que, si pinchamos sobre cualquiera de ellas, accederemos a la ficha de la enfermedad (Figura 4).
  1. Advertencias:
    Aquí se pueden ver los distintos mensajes de advertencia relativos al medicamento veterinario que se esté consultando, entre ellos, la necesidad de notificación anual mediante la plataforma ESVAC o la existencia de una alerta de calidad.
  1. Conservación y periodos de validez:
    este apartado contiene la información codificada referente al periodo de validez del medicamento (antes y después de la apertura) y a su conservación (si debe o no conservarse en nevera, congelador o a cierta temperatura, o si debe mantenerse protegido de la luz).
  2. Tiempos de espera:
    recoge los distintos tiempos de espera del medicamento (definido como el periodo de tiempo necesario entre la última administración del medicamento veterinario a un animal productor y la obtención de productos alimenticios procedentes de dicho animal) clasificados en función de la especie animal productora y el tejido a partir del cual se va a obtener el alimento (Figura 5).
  3. Alertas de calidad:
    contiene información relativa a las distintas alertas de calidad publicadas por la AEMPS, identificando los lotes afectados por dicha alerta. Durante el mes posterior a la publicación de la alerta, cada vez que se acceda a la ficha de un medicamento afectado, BOT PLUS emitirá un pantallazo que advierte que tiene lotes retirados por una alerta de calidad.
  4. Información adicional:
    desde este último apartado se puede acceder a los distintos documentos de la ficha técnica y el prospecto del medicamento, posibles publicaciones en Panorama Actual del Medicamento y la legislación existente, relacionados con el medicamento veterinario.