La economía de mercado ajusta la oferta y la demanda en función de los intereses de los usuarios, compradores y vendedores, siendo uno de los preceptos fundamentales que rigen su actividad, la simetría de la información, es decir, que compradores y vendedores tengan la misma información. La falta de esta simetría es lo que se conoce como información asimétrica, en la que uno de los usuarios del mercado tiene más información que el otro.
La información asimétrica aparece de forma habitual en el sector sanitario y es uno de los factores que legitiman la intervención del sector público en el mismo. La persona que prescribe un determinado tratamiento tiene más formación e información que la persona que lo recibe, por lo que es preciso que un tercero, el regulador compense de alguna manera esta diferencia. El papel de esta tercera parte es garantizar que los recursos del sistema se utilicen racionalmente para garantizar que todas las personas pueden recibir los tratamientos necesarios, evitando que estos recursos se concentren en un número determinado de casos y no lleguen a otros.
El estudio que aquí se reseña ha analizado la conciencia que tienen las personas con responsabilidad clínica, es decir, las que prescriben tratamientos, sobre el coste de sus decisiones. En este trabajo se ha realizado una encuesta con personal hospitalario al que se le realizaban preguntas como esta: “dé su mejor aproximación de los costes que conllevan las siguientes pruebas asistenciales, episodios o eventos”, y que incluía elementos como hemograma completo, radiografía de tórax o electrocardiograma. El estudio incluyó cuatro cohortes: estudiantes de medicina, residentes en sus dos primeros años, residentes en sus dos años finales y facultativos adjuntos en seis hospitales del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y España, entre junio de 2020 y febrero de 2021.
Para estimar la conciencia de coste del personal médico, se calculó el porcentaje de desviación entre el coste propuesto y el coste real aportado por los departamentos financieros de cada centro hospitalario u obtenidos de publicaciones nacionales. Se consideró que una desviación del ±25% era significativa y se cuantificó el número de personas que caían fuera de ese rango. Se analizó también la posible existencia de variables personales que podrían tener influencia en esas desviaciones.
La encuesta fue contestada por 705 personas, de las que 120 (17%) pertenecían a centros españoles. En general, el 13% de las estimaciones estaban dentro del 25% del coste real. Las estimaciones presentaron una desviación hacia la sobreestimación de costes en 15 de los 17 costes solicitados. Además, se notificó también una tendencia hacia una excesiva sobreestimación; por ejemplo, mientras que la media de coste estimado de un hemograma completo fue el doble que el real, algunas de las estimaciones superaban 200 veces a los costes reales. La mayor sobreestimación media observada fue para cefuroxima intravenosa, (hasta 12,2 veces más), y únicamente se infraestimaron la angiografía coronaria y el concentrado de glóbulos rojos, siendo el ítem estimado con mayor precisión la consulta general externa. Los países con mayor precisión en la estimación fueron Australia y Nueva Zelanda. En España las estimaciones más próximas al coste real fueron las relacionadas con la tomografía craneal y la radiografía de tórax; por el contrario, las de menor precisión fueron el hemograma completo y la cefuroxima intravenosa. Curiosamente, el poseer cierta formación en costes o el tener acceso a datos de costes no proporcionaba apenas ventajas para la estimación de costes.
Los autores argumentan finalmente que la situación financiera actual hace que sea necesaria una concienciación sobre los costes y el uso adecuado de los escasos recursos sanitarios. Gran parte del enfoque de la investigación en economía de la salud se centra en soluciones innovadoras en tecnologías de alto coste, pero no se hacen esfuerzos en herramientas rutinarias relacionadas con el sobretratamiento y el sobrediagnóstico, que podrían reducirse con una mayor educación sobre los costes asociados o con una mayor instauración de protocolos. Dado el papel relevante de los médicos en el sistema de salud, con repercusión tanto en pacientes como en proveedores, parece necesario trabajar en la eliminación de las asimetrías de información y en la mejora de la conciencia de los costes por parte de estos prescriptores.
Comentario
En este estudio se pone de manifiesto un problema clásico de la economía de la salud. El usuario final no toma las decisiones sobre su consumo y el agente que finalmente toma la decisión no se ve afectado por el coste de esta decisión. Por ello, es necesario que un regulador intervenga en este “juego” para garantizar el correcto funcionamiento del sistema, es decir, para que intervenga en la asignación adecuada de los recursos que permita atender el máximo de necesidades de la población. Una de las herramientas para favorecer el circuito de toma de decisiones sería concienciar a los prescriptores sobre el coste de oportunidad que tienen sus decisiones y que, con ello, se racionalice el gasto sanitario, lo que no quiere decir que se gaste menos, sino que se gaste mejor, es decir, de forma más eficiente.
Esta labor de concienciación podría ser mal interpretada en los responsables clínicos como una delegación de funciones del ámbito de la gestión, ya que es una creencia bastante extendida que la responsabilidad de los prescriptores, en base a su código deontológico, es exclusivamente garantizar la salud de sus pacientes y no controlar el coste asociado a sus decisiones. Entendemos, según nuestro punto de vista, que favorecer la concienciación sobre el coste y las consecuencias de las decisiones realizadas por el personal clínico podría conllevar una mejora de los sistemas sociosanitarios públicos. Por todo ello, esfuerzos como el presentado en este artículo son de destacar y ponen de manifiesto la necesidad de considerar las consecuencias clínicas y económicas de todas las decisiones, en base a garantizar la sostenibilidad y solvencia del sistema.





















