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Nuevos medicamentos huérfanos

Los medicamentos huérfanos son aquéllos que sirven para diagnosticar, prevenir o tratar enfermedades raras de carácter muy grave o con riesgo para la vida. En la Unión Europea, la calificación de enfermedad rara se aplica a todas aquellas que no afectan a más de 5 de cada 10.000 personas.

Nuevas designaciones y autorizaciones de medicamentos huérfanos (EMEA)
Nuevas designaciones y autorizaciones de medicamentos huérfanos (FDA)
Medicamento Indicación Laboratorio Decisión Fecha* Designación (D)/ Autorización (A)
REMUNE VIH 1 Tratamiento del VIH pediátrico (hasta 16 años) Immune Response BioPharma, Inc. D: 14/02/2014
Análogo de somatostina Re188 P2045 Tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas Andarix Pharmaceuticals D: 14/02/2014
Rosuvastatina Tratamiento de la hipercolesterolemia pediátrica familiar AstraZeneca Pharmaceuticals LP D: 14/02/2014
Sotalol Tratamiento de arritmias ventriculares en pacientes pediátricos Arbor Pharmaceuticals, LLC D: 10/02/2014
Cannabidiol Tratamiento del síndrome deLennox-Gastaut GW Pharma Ltd. D: 27/02/2014
Gemcabeno Tratamiento de la hipercolesterolemia familiar homocigótica Michigan Life Therapeutics, LLC D: 14/02/2014
Oligopéptido con los aminoácidos H-Phe-Ser-Arg-Tyr-Ala-Arg-OH Tratamiento de la esclerosis amiotrófica lateral Genervon Biopharmaceuticals, LLC D: 14/02/2014
Doxofilina Tratamiento de las bronqiestasias Alitair Pharmaceuticals, Inc. D: 14/02/2014
Pracinostat Tratamiento de la leucemia mieloide aguda MEI Pharma Inc D: 27/02/2014
Bisantreno Tratamiento de la leucemia mieloide aguda Update Pharma, Inc. D: 27/02/2014
6-[4-deoxi-4-[(2E,4E)-tetradecadienoiiglicil] amino-L-gliceroB-L-manno-heptopiranosil]amino-9H-purina Tratamiento parenteral del dolor crónico inducido por quimioterapia refractario a los analgésicos convencionales DARA BioSciences, Inc. D: 21/02/2014

* La designación de un medicamento como huérfano no garantiza su uso en la condición designada y no implica necesaria-mente que el producto satisfaga los criterios de eficacia, seguridad y calidad necesarios para la concesión de la autorización de comercialización. Como para cualquier medicamento, estos criterios sólo pueden ser evaluados una vez que la solicitud de autorización de comercialización haya sido presentada.

PUBLICACIONES Y PÁGINAS WEB DE INTERÉS

A) Instituciones y redes españolas

INSTITUTO DE SALUD CARLOS III (MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN):

– INSTITUTO DE ENFERMEDADES RARAS:

http://www.isciii.es/htdocs/centros/enfermedadesraras/enfermedadesraras_presentacion.jsp

– CIBERER (CENTRO DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA EN RED DE ENFERMEDADES RARAS):

http://www.isciii.es/htdocs/centros/enfermedadesraras/enfermedadesraras_presentacion.jsp

– INSTITUTO DE MAYORES Y SERVICIOS SOCIALES (IMSERSO, MINISTERIO DE SANIDAD, POLÍTICA SOCIAL E IGUALDAD):

http://www.imserso.es/imserso_01/index.htm

FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ENFERMEDADES RARAS (FEDER)

http://www.enfermedades-raras.org

– ASOCIACIONES DE PACIENTES EN ESPAÑA:

http://www.feder.org.es/asociaciones_listado.php

B) Instituciones y redes europeas

AGENCIA EUROPEA DE MEDICAMENTOS. APARTADO DE MEDICAMENTOS HUÉRFANOS (INGLÉS):

http://www.ema.europa.eu/ema/index.jsp?curl=pages/special_topics/general/general_content_000034.jsp&murl=menus/special_topics/special_topics.jsp&mid=WC0b01ac058002d4eb&jsenabled=true

COMISIÓN EUROPEA: WEB OFICIAL DE LA COMISIÓN EUROPEA SOBRE ENFERMEDADES RARAS

Y MEDICAMENTOS HUÉRFANOS (ESPAÑOL).

http://ec.europa.eu/health/rare_diseases/policy/index_es.htm

ORPHANET: PORTAL DE INFORMACIÓN OFICIAL DE LA UNIÓN EUROPEA SOBRE ENFERMEDADES RARAS

Y MEDICAMENTOS HUÉRFANOS (ESPAÑOL).

http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/index.php?lng=ES

EURORDIS: FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES DE PACIENTES CON ENFERMEDADES RARAS (ESPAÑOL).

http://www.eurordis.org/es

C) Otras instituciones y redes internacionales

FOOD & DRUG ADMINISTRATION (FDA, ESTADOS UNIDOS). APARTADO DE MEDICAMENTOS HUÉRFANOS (INGLÉS):

http://www.fda.gov/ForIndustry/DevelopingProductsforRareDiseasesConditions/default.htm

PHARMACEUTICALS & MEDICAL DEVICES AGENCY. AGENCIA DE MEDICAMENTOS Y DISPOSITIVOS MÉDICOS, DE JAPÓN (INGLÉS):

http://www.pmda.go.jp/english/index.html

Catridecacog (NOVOTHIRTEEN®), en déficit congénito de Factor XIII

NOVOTHIRTEEN® (Novo Nordisk)

COAGULOPATÍA ASOCIADA AL DÉFICIT DE FACTOR XIII

La coagulación consiste en una serie de reacciones que se genera en la superficie de las células, que expresan en su superficie el factor tisular, y cuyo objetivo es la formación de trombina en sitios de lesión vascular. En ella participan factores de la coagulación, que se producen principalmente en el hígado y son liberados en el plasma. Frente al modelo clásico de la coagulación, propuesto hace más de 40 años, los avances en el conocimiento de la fisiología del proceso han conducido a la definición de una “nueva cascada de la coagulación” (figura 1), que considera un proceso de 3 fases: inicio, amplificación y acción de la trombina (Benedí, 2102).

La fase de inicio se produce tras la lesión vascular, cuando el factor VII o proconvertina se une al factor tisular (FT) y, en presencia de Ca2+, se activa proteolíticamente, dando lugar a Factor VIIa o convertina. El complejo FT-VIIa facilita la activación del factor IX y del factor X (factor Xa) en la superficie de la célula que, junto con el factor Va, cataliza la formación de trombina en muy pequeña cantidad, ya que a su vez va a estimular la producción de inhibidor del factor tisular (IFT), interrumpiendo la generación de trombina por esta vía. Sin embargo, esta pequeña cantidad de trombina formada es suficiente como para iniciar la fase de amplificacion, ya que activa las plaquetas y diferentes factores de coagulación, permitiendo su ensamblaje a los fosfolípidos de membrana (PLa) y la unión a sus cofactores. Asi, el factor VIIIa (Factor Antihemofílico A activdado) y el Factor IXa (Factor antihemofilico B o factor de Christmas) van a constituir, asociados a los PLa y en presencia de calcio, el complejo tenasa, responsable de la activación proteolítica del factor X (Factor de Stuart-Prower). El factor Va (proacelerina activada), junto con el factor Xa, Ca2+ y PLa, constituyen el complejo protrombinasa.

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En la fase de propagacion, el complejo protrombinasa, 300.000 veces más activo que el factor Xa para generar trombina, hidroliza la protrombina (Factor II) liberando trombina, ya en gran cantidad, que va a catalizar la formación de fibrina (Factor I) y, con ella, la formación del coágulo. La trombina y el Ca2+ favorecen la activación del factor XIII (Factor Estabilizante de Fibrina), dando lugar a una transglutaminasa que cataliza la formación de enlaces cruzados (gamma-glutamil-epsilon-lisina) entre las cadenas de fibrina, lo que junto con un inhibidor de la fibrinolisis (TAFI, thrombin activatable fibrinolysis inhibitor) aportan estabilidad al coagulo, haciéndolo resistente a la lisis (Benedí, 2012). Los trastornos asociados a una deficiencia congénita en la producción de determinados factores de la coagulación sanguínea constituyen uno de los ejemplos típicos de las metabolopatías congénitas de mayor impacto. Aunque se trata de patologías poco frecuentes, su incidencia en varias de las familias reales europeas – debido a la estrecha endogamia – las popularizó.

La más común de las coagulopatías hereditarias – en realidad, la menos infrecuente – es la enfermedad de von Willebrand, caracterizado por el déficit cualitativo y/o cuantitativo del factor de von Willebrand (Factor vW). Se ha calculado que en determinadas áreas puede llegar a afectar al 1% de la población, aunque los pacientes con problemas hemorrágicos graves no son numerosos. Por su parte, el déficit de factor VIII se conoce como hemofilia A y afecta entre uno y tres varones de cada 10.000 personas a nivel mundial. A su vez, la deficiencia de factor IX se conoce como hemofilia B y afecta a uno de cada 30.000 varones.

El resto de las coagulopatías congénitas son aún más infrecuentes. En todos los casos, tienen una herencia autosómica recesiva. Clínicamente se expresan con hemorragias de intensidad variable, manifestándose una mayor gravedad en los casos homocigóticos, en los que existe una muy baja concentración de factor de coagulación. El déficit de protrombina (factor II) ocurre en 1-2 casos por millón de habitantes. La deficiencia completa del factor II parece ser incompatible con la vida y en la mayoría de los casos se trata de deficiencias tipo I (disminución del factor II antigénico y funcional), aunque hay descritos casos de disprotrombinemia. El déficit de factor VII tiene una incidencia estimada en un caso por cada 500.000 habitantes y sus manifestaciones clínicas son similares al déficit de factor II. También el déficit de factor X tiene una frecuencia similar a la deficiencia de factor II; tiene una clínica similar al déficit de los otros factores del complejo protrombínico (II o VII).

Por su parte, el déficit de factor XI o hemofilia C tiene una incidencia de 1:1.000.000; la clínica hemorrágica suele ser moderada y el lugar más frecuente son las mucosas. La deficiencia de Factor V tiene una incidencia de un caso por millón de habitantes y se caracteriza por sangrado tras maniobras invasivas y sangrado mucoso. Las deficiencias de factor XII o de otras proteínas de la fase de contacto (precalicreína o cininógeno de alto peso molecular) son asintomáticas.

El déficit congénito de factor XIII está caracterizado por una tendencia hemorrágica, asociada frecuentemente a abortos espontáneos y anomalías de la cicatrización (Peyvandi, 2012). Se trata del más raro de los déficits de factores de coagulación; estimándose la prevalencia de las formas homocigotas en un caso por cada 2-5 millones de personas. Afecta por igual a hombres y mujeres, y puede manifestarse a cualquier edad, aunque generalmente se diagnostica durante la infancia; de hecho, la hemorragia del cordón umbilical se presenta en un 80% de los casos. Otros signos característicos son: hemorragia intracraneal (25-30%), sangrado de tejidos blandos, hematomas, hemartrosis (20%) y abortos espontáneos recurrentes. En la mayoría de los casos, las hemorragias después un trauma o una cirugía están retrasadas (12-36 horas). También se han descrito formas adquiridas de la enfermedad asociadas a insuficiencia hepática, enfermedad inflamatoria intestinal, y leucemia mieloide.

El déficit congénito de FXIII está generalmente causado por mutaciones en el gen F13A1 (6p24.2-p23), que codifica la subunidad A catalítica de la molécula de Factor XIII, pero también se han encontrado mutaciones en el gen F13B (1q31-q32.1), que codifica la subunidad B. La transmisión es autosómica recesiva y el fenotipo es menos grave cuando el gen mutado es el F13B.

Hasta ahora, el tratamiento de las hemorragias en estos pacientes consiste en el empleo de concentrados de factor XIII o plasma fresco congelado. El déficit congénito es tratado profilácticamente con concentrado de factor XIII para tratar de mantener niveles entre 1-3%, fundamentalmente para prevenir hemorragias recurrentes y graves, como las hemorragias intracraneales. Sin embargo, a parte de las hemorragias intracraneales, que comprometen el pronóstico vital, el pronóstico de la enfermedad es favorable, cuando el diagnóstico es temprano y el tratamiento adecuado (Goudemand, 2009).

ACCIÓN Y MECANISMO

El catridecacog es un una forma recombinante de la subunidad A del Factor XIII de la coagulación, que ha sido autorizado para el tratamiento profiláctico a largo plazo de hemorragias en pacientes a partir de 6 años con deficiencia congénita de la subunidad A del factor XIII. El Factor XIII circula como un heterotetrámero [A2B2] compuesto por 2 subunidades A y otras 2 B. La subunidad B carece de actividad biológica intrínseca y actúa como molécula transportadora de la subunidad A del Factor XIII en circulación, y está presente en exceso (en torno al 50%) con relación al total del Factor XIII en el plasma. El Factor XIII es un proenzima que es vez activado por la acción proteolítica de la trombina (Factor II activado), en presencia de Ca2+. La actividad enzimática reside en la subunidad A y cuando el sistema de coagulación es activado por la rotura o el daño de un vaso sanguíneo, la subunidad A del Factor XIII se disocia de la subunidad B dando lugar a la forma enzimáticamente activa, una transglutaminasa, la cual facilita la unión de la fibrina con otras proteínas provocando un incremento de la resistencia mecánica y a la fibrinólisis química del coágulo de fibrina, contribuyendo con ello a favorecer la adhesión de plaquetas y del coágulo al tejido lesionado. En concreto, el Factor XIII activado (la subunidad A) se une a la fibrina y cataliza la formación de diversos enlaces de tipo amida entre moléculas diferentes de fibrina y con otras proteínas adyacentes. Además de ello, el Factor XIII facilita la incorporación al coágulo de ciertas proteínas plasmáticas y de la matriz extracelular implicadas en la inhibición de la fibrinólisis (como la alfa-2 antitripsina, el principal inhibidor de la degradación del coágulo inducida por plasmina) y en la resolución del daño vascular.

ASPECTOS MOLECULARES

El catridecog es un homodímero (dos subunidades idénticas entre sí) de dos subunidades A del Factor XIII (A2), de origen recombinante e idéntico estructuralmente a la subunidad A del Factor XIII humano natural. El Factor XIII circula fisiológicamente como un heterotetrámero [A2B2] compuesto por 2 subunidades A y 2 B unidas por fuertes interacciones de carácter no covalente. La unión de las subunidades A a las B del Factor XIII [A2B2] tiene como misión fisiológica la prolongación de la persistencia en plasma de la subunidad A. El catridecacog tiene un peso molecular aproximado de 166 kDa y cada subunidad A del Factor XIII está formada por 731 aminoácidos, conteniendo una zona catalítica; la serina N-terminal se encuentra bloqueada y no existe ningún puente disulfuro en la estructura.

EFICACIA Y SEGURIDAD CLÍNICAS

La eficacia y la seguridad clínicas han sido adecuadamente documentadas a través de un ensayo clínico de fase III, multicéntrico (23 centros), multinacional (11 países, incluida España), abierto, de un solo brazo y de dosis múltiples (EMA, 2012), de un año de duración, realizado sobre 41 pacientes con diagnóstico confirmado genotípicamente de deficiencia congénita de subunidad A del Factor XIII. Los pacientes tenían seis o más años de edad y al menos 20 kg de peso, con una media de 26,4 años, siendo tratados con 35 UI/kg cada cuatro semanas (±2 días), con ajuste mensual de la posología en función del peso de cada paciente; un 56% eran varones. La variable primaria de eficacia fue la tasa de episodios hemorrágicos que requirieron tratamiento con Factor XIII (terapia de rescate), expresada por paciente y año, obteniéndose un valor de 0,048 (CI95% 0,009 a 0,250). Adicionalmente, los resultados de las principales variables secundarias fueron los siguientes:

  • Porcentaje de pacientes que no presentaron ninguna hemorragia que obligase a emplear terapia de rescate con Factor XIII: 0,9581 (95,81%; CI95% 72,42 a 99,50).
  • Tasa de episodios hemorrágicos espontáneos que obligasen a emplear terapia de rescate con Factor XIII: 0 (0%).
  • Tasa de episodios hemorrágicos de origen traumático que obligasen a emplear terapia de rescate con Factor XIII: 0,14 (14%).
  • Tasa de episodios hemorrágicos intracraneales que obligasen a emplear terapia de rescate con Factor XIII: 0 (0%).
  • Número de pacientes retirados del ensayo clínico debido a la falta de eficacia: 0.

Desde el punto de vista toxicológico, los eventos adversos de mayor incidencia (1-10%) fueron cefalea, leucopenia, dolor en las extremidades, dolor en el punto de inyección y presencia de anticuerpos anti-Factor XIII en la sangre. En el ensayo clínico se notificaron efectos adversos con más frecuencia en pacientes de entre 6 y menos de 18 años de edad que en otros grupos. 4 pacientes (25%) menores de 18 años experimentaron efectos adversos graves en comparación con 3 pacientes mayores de 18 años (8,5%) que experimentaron efectos adversos graves. Se notificaron cuatro casos de desarrollo de anticuerpos no neutralizantes al comienzo del tratamiento en pacientes menores de 18 años, de los que 3 interrumpieron el ensayo.

ASPECTOS INNOVADORES

El catridecacog es un una forma recombinante de la subunidad A del Factor XIII de la coagulación, que ha sido autorizado para el tratamiento profiláctico a largo plazo de hemorragias en pacientes a partir de 6 años con deficiencia congénita de la subunidad A del factor XIII. El medicamento ha demostrado prevenir de forma eficaz la aparición de crisis hemorrágicas graves, con una tasa de 0,048 episodios por paciente y año, muy lejos del valor de 2,91 encontrado en los controles históricos de este tipo de pacientes. Es importante tener en cuenta que entre los escasos episodios de hemorragia grave registrados en el ensayo clínico de referencia, ninguno de ellos fuera espontáneo (sin causa externa, tal como un traumatismo) ni tuviera una localización intracraneal; asimismo, es destacable que ninguno de los pacientes se viese obligado a suspender el tratamiento con catridecacog por falta de eficacia clínica. En general, el perfil toxicológico no plantea problemas significativos, más allá de los previsibles para el uso extrínseco de un factor de coagulación. Evidentemente, la extremada rareza del déficit congénito de Factor XIII (un caso por cada 2-5 millones de habitantes) condiciona su desarrollo clínico, en la medida en que es imposible disponer de un nutrido grupo de pacientes sobre los que investigar diferentes estrategias posológicas y otros aspectos del tratamiento. En cualquier caso, el origen recombinante del catridecacog supone una mejora sobre el Factor XIII de origen extractivo, en tanto que permite soslayar los riesgos inherentes a este origen. Un aspecto práctico relevante es que la conservación incorrecta del catridecacog una vez reconstituido, podría incrementar su nivel de actividad antifibrinolítica y, con ello, el riesgo de trombosis, por lo que es indispensable un riguroso control también en este ámbito. Según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, 2013), en España hay actualmente tres ensayos clínicos en fase de desarrollo con catridecacog:

  • Ensayo multicéntrico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo para evaluar la eficacia y la seguridad de la reposición de Factor XIII con dos dosis diferentes de factor XIII recombinante tras cirugía de derivación cardiopulmonar (2008-006324-62).
  • Ensayo multicéntrico, abierto, con un único brazo de tratamiento y dosis múltiple sobre la eficacia y seguridad de la terapia sustitutiva mensual con factor XIII recombinante (rFXIII) en sujetos con deficiencia congénita de factor XIII (2006-003148-51).
  • Ensayo multicéntrico, abierto, con un único brazo de tratamiento y dosis múltiples sobre la seguridad de la terapia sustitutiva mensual con factor XIII recombinante (rFXIII) en sujetos con deficiencia congénita de factor XIII (2008-007883-41).

El medicamento fue designado inicialmente como medicamento huérfano en diciembre de 2003 por la EMA, pero en la actualidad ya no está incluido en Registro Comunitario de Medicamentos Huérfanos de la Unión Europea.

BIBLIOGRAFIA

  • Benedí González J, Iglesias Peinado I. Fármacos anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios y antitrombóticos. Fármacos antihemorrágicos. En: Terapéutica farmacológica de los trastornos cardiovasculares, renales y hematológicos. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos; 2012. pp. 179-216.
  • Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Bot PLUS WEB. https://botplusweb.portalfarma.com/
  • European Medicines Agency (EMA). NovoThirteen. European Public Assessment Report (EPAR). EMA/413121/2012. http://www.ema.europa.eu/
  • European Medicines Agency (EMA). EU Clinical Trials Register. https://www.clinicaltrialsregister.eu/ (12 de diciembre de 2013).
  • Goudemand J. Déficit congénito del factor XIII. Orphanet. http://www.orpha.net/ (Octubre 2009).
  • Peyvandi F, Bolton-Maggs PH, Batorova A, De Moerloose P. Rare bleeding disorders. Haemophilia. 2012; 18 Suppl 4: 148-53. doi: 10.1111/j.1365-2516.2012.02841.x.
VALORACIÓN
CATRIDECACOG ► NOVOTHIRTEEN® (Novo Nordisk)
Grupo Terapéutico (ATC): B02BD. SANGRE Y ÓRGANOS HEMATOPOYÉTICOS. Antihemorrágicos: factores de coagulación sanguínea.
Indicaciones autorizadas: tratamiento profiláctico a largo plazo de hemorragias en pacientes a partir de 6 años con deficiencia congénita de la subunidad A del factor XIII.
Condiciones de conservación y dispensación:– H: Medicamento hospitalario- FR: Refrigeración (2-8º C)/ proteger de la luz- R: Requiere receta médica- C: Caducidad inferior a cinco años.
VALORACIÓN GLOBAL: INNOVACIÓN MODERADA. Aporta algunas mejoras, pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar. ♣ ♣
Novedad económico-técnica: Obtenido mediante tecnologías más eficaces y seguras.

* Contiene además protrombina y fibrinógeno. ** Considerando 18 kg de peso. *** Considerando 70 kg de peso.

FÁRMACOS RELACIONADOS REGISTRADOS ANTERIORMENTE EN ESPAÑA
Fármaco Medicamento Laboratorio Año
Factor XIII Beriplast P* Nycomed 2001
COSTE ANUAL DIRECTO DEL MEDICAMENTO
Fármaco DDD Coste anual
Catridecacog 35 UI/kg/mes

Niños**: 83.190,45 €

Adultos***: 332.721,80 €

Medicamentos con nuevos principios activos autorizados por EMA/AEMPS

MEDICAMENTOS DE USO HUMANO AUTORIZADOS (EMA/AEMPS) DURANTE LOS ÚLTIMOS DOCE MESES, CON NUEVOS PRINCIPIOS ACTIVOS QUE AÚN NO ESTÁN COMERCIALIZADOS EN ESPAÑA

1 O= Medicamento huérfano; C= Autorizado condicionalmente; E= Autorizado en condiciones excepcionales

2 Clasificación provisional (no oficial).

3 Elvitegravir ya está comercializado en España (Stribild®), asociado a cobicistat, emtricitabina y tenofovir (2013/06/26)

4 Cobicistat ya está comercializado en España (Stribild®), asociado a elvitegravir, emtricitabina y tenofovir (2013/06/26)

Medicamentos con nuevos principios activos comercializados en España

MEDICAMENTOS CON NUEVOS PRINCIPIOS ACTIVOS COMERCIALIZADOS EN ESPAÑA EN LOS ÚLTIMOS DOCE MESES

A. Clínica: Mejora la eficacia clínica con relación al tratamiento estándar.

B. Molecular: Incorpora variaciones significativas en la estructura molecular

y/o en el mecanismo de acción.

C. Seguridad: Mejora el perfil toxicológico con relación a la terapia estándar.

D. Farmacocinética: Mejora las características farmacocinéticas, con incidencia potencial o demostrada en las condiciones de uso y en la respuesta del paciente.

E. Técnico-Económica: Mejora algún aspecto farmacoeconómico y/o farmacotécnico.

F. Valoración Global

VALORACIÓN DE LA INNOVACIÓN TERAPÉUTICA EN PANORAMA ACTUAL DEL MEDICAMENTO

Es importante indicar que se valora el grado de innovación; es decir, lo que aporta de nuevo o de mejora sobre lo disponible), no el grado de utilidad terapéutica. Todos los medicamentos no innovadores tienen utilidad terapéutica, en tanto que su autorización por las autoridades sanitarias implica han demostrado rigurosamente su eficacia, su seguridad, su calidad y las condiciones de uso (incluyendo la información contenida en la ficha técnica, o sumario de características del medicamento, y el prospecto). Por tanto, la valoración que se hace se refiere a la incorporación, en el grado que se determine, de algún elemento innovador con respecto a otros medicamentos autorizados previamente para iguales o similares indicaciones terapéuticas o, en su caso, cubriendo la ausencia de éstas.

Asimismo, debe considerarse que ésta es una evolución que se practica coincidiendo con la comercialización inicial del medicamento. Se trata, por consiguiente, de una valoración provisional de la innovación realizada en función de la evidencia clínica públicamente disponible hasta ese momento, lo que no prejuzga, en ningún caso, el potencial desarrollo de nuevas indicaciones clínicas ni la posible aparición de aspectos desfavorables (efectos adv ersos graves previamente desconocidos, interacciones, etc.).

Se consideran cuatro posibles niveles, adjudicados en función en de la naturaleza de la(s) innovación(es) presentes en el nuevo medicamento, siempre en relación al arsenal terapéutico disponible clínicamente en España en el momento de la comercialización:

– SIN INNOVACIÓN. No implica aparentemente ninguna mejora farmacológica ni clínica en el tratamiento de las indicaciones autorizadas (♣)

– INNOVACIÓN MODERADA. Aporta algunas mejoras, pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar (♣♣)

– INNOVACIÓN IMPORTANTE. Aportación sustancial a la terapéutica estándar (♣♣♣).

– INNOVACIÓN EXCEPCIONAL. Cubre la ausencia de una alternativa terapéutica farmacológica (laguna terapéutica) para indicaciones terapéuticas clínicamente muy relevantes (♣♣♣♣).

Se distinguen dos niveles de evidencia científica para los aspectos innovadores de los nuevos medicamentos:

– Evidencia clínica: mediante estudios controlados específicamente diseñados y desarrollados para demostrar lo que pretende ser un avance o mejora sobre la terapia estándar.

– Potencialidad: existencia de aspectos en el medicamento que racionalmente podrían mejorar la terapéutica actual, pero que no han sido adecuadamente demostradas mediante ensayos clínicos, bien por motivos éticos o bien por imposibilidad de realización en el momento de la comercialización del nuevo medicamento: perfil de interacciones, mecanismos nuevos que permiten nuevas vías terapéuticas, nuevos perfiles bioquímicos frente a mecanismos de resistencia microbiana, posibilidad de combinar con otros medicamentos para la misma indicación terapéutica, efectos sobre el cumplimiento terapéutico (por mejoras en la vía, número de administraciones diarias, etc.), mejora de la eficiencia, etc.

El rigor de los datos contrastados mediante ensayos clínicos controlados (evidencia clínica) es determinante en la valoración de la innovación, mientras que las potencialidades solo pueden ser valoradas accesoriamente, como aspectos complementarios de esta valoración. En ningún caso, un medicamento es valorado con un nivel de innovación importante en función de sus ventajas potenciales, si no aporta otras ventajas demostradas clínicamente. Se analizan cinco aspectos de la innovación: clínica, molecular, toxicológica, físico-química y económico-tecnológica. Como ya se ha indicado, la fundamental y determinante es la novedad clínica.

MEDICAMENTOS CON NUEVOS PRINCIPIOS ACTIVOS COMERCIALIZADOS EN ESPAÑA DURANTE LOS ÚLTIMOS DOCE MESES, POR GRUPOS TERAPÉUTICOS
MEDICAMENTOS CON NUEVOS PRINCIPIOS ACTIVOS COMERCIALIZADOS EN ESPAÑA DURANTE LOS ÚLTIMOS DOCE MESES, POR LABORATORIOS

Enfermedades raras y medicamentos huérfanos: una actualización

El Día Mundial de las Enfermedades Raras (World Rare Disease Day) se celebra todos los años el 28 de Febrero, con el fin de sensibilizar a la sociedad y a las instituciones nacionales e internacionales sobre estas enfermedades, y ayudar a tomar conciencia real sobre la situación especialmente delicada en la que viven gran parte de los pacientes afectados y, también en buena medida, sus familiares y cuidadores.

En la Unión Europea se define como enfermedad rara aquella que tiene una prevalencia inferior a 50 casos por 100.000 habitantes (1:2.000), mientras que en Estados Unidos se define como aquella que afecta a menos de 200.000 personas en ese país (lo que supone una prevalencia de 1:1.200, aproximadamente), y en Japón es de 40 por 100.000 (1:2.500). Con estos parámetros, el número máximo de pacientes de una enfermedades concreta para que pueda ser considerada rara sería de 252.000 en el conjunto de la Unión Europea (504,4 millones, estimación para 2013) y de aproximadamente 23.350 en España (46,7 millones a 1 de enero de 2013). No obstante, una enfermedad rara no solo se define en función de su baja prevalencia sino también por su relevancia clínica. En este sentido, debe tratarse de una afección que ponga en peligro la vida o conlleve una discapacidad crónica o grave, o pueda implicar una merma notable de la calidad de vida del paciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la existencia de alrededor de 8.000 enfermedades raras, que afectan globalmente al 7% de la población, lo que permite estimar la población conjunta de este tipo de pacientes en más de 35 millones en la Unión Europea y de 3,3 millones en España. Más del 80% de estas enfermedades tienen un origen genético. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que algunas enfermedades pueden ser raras en un área geográfica determinada o en una población concreta pero no en otras, como consecuencia de factores genéticos, condiciones ambientales, difusión de agentes patógenos, estilo de vida, etc. Aunque frecuentemente se asocia la idea de enfermedad rara con el de infancia (debido al origen mayoritariamente genético de las enfermedades raras), en realidad más de la mitad de los casos comienzan a manifestarse durante la vida adulta, afectando a un 3-4% de todos los recién nacidos. Desgraciadamente, solo se dispone de conocimiento científico detallado sobre menos de 1.000 enfermedades raras.

Orphanet es un consorcio de alrededor de 40 países, coordinado por el equipo francés del INSERM. Está dirigido por diferentes comités que, de forma independiente, supervisan el proyecto a fin de garantizar su coherencia, evolución y fiabilidad. Entre las actividades que realiza, está la revisión sistemática de la literatura para proporcionar una estimación de la prevalencia de las enfermedades raras en Europa, que publica de forma regular.

En el último informe publicado1 (octubre 2013) sobre prevalencia de enfermedades raras en Europa, se recopilan datos de unas 750 enfermedades raras, de las que 135 han sido registradas en menos de 10 familias y, de ellas, 61 en una sola familia en toda Europa (por ejemplo, la retinopatía hereditaria vascular o a la distrofia muscular óculo-intestinal). Entre ambos extremos se sitúan algunas enfermedades relativamente conocidas, como el síndrome de Marfan o del Turner, con prevalencias de 20:1000.000; la fenilcetonuria (6), la distrofia muscular de Duchenne (5), o la cistinosis, la alcaptonuria o la beta talasemia, con una prevalencia de 0,5 casos por 100.000.

A título de muestra se relacionan las enfermedades raras con una prevalencia2 estimada de 25 o más casos por 100.000 habitantes en Europa. Dichos valores de prevalencias son la media entre los valores más altos y los más bajos recolectados; en aquellos casos en los que la prevalencia no se pudo documentar, Orphanet la calculó usando la incidencia2 según las siguientes ecuaciones:

  • Para enfermedades congénitas que aparecen al nacer, prevalencia = incidencia al nacer x (esperanza de vida del paciente/esperanza de vida de la población general);
  • Para las otras enfermedades raras, prevalencia = incidencia duración media de la enfermedad rara.

MEDICAMENTOS HUÉRFANOS

Un medicamento huérfano es aquel destinado a la prevención, diagnóstico o tratamiento de enfermedades raras o de enfermedades graves más comunes pero que difícilmente sería comercializado por falta de perspectivas de venta una vez en el mercado.

En la Unión Europea se ha afrontado el problema desde la perspectiva comunitaria para aunar esfuerzos en la recogida de información epidemiológica y científica, puesto que al haber pocos pacientes y muy diseminados por la Comunidad su control se hace más difícil si se hace por cada Estado miembro por separado. A finales de 1999 aprobó un Reglamento donde los definió legalmente, entrando en vigor en 2000. Implica un registro centralizado obligatorio para todos los países de la Unión, a través de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), aunque no todos los medicamentos autorizados en la EMA están efectivamente comercializados en cada uno de los Estados Miembros de la Unión Europea. En Estados Unidos, la iniciativa legal fue anterior, con la Orphan Drug Act, de 1983.

Como criterios generales, la regulación europea de los medicamentos huérfanos emplea el registro centralizado obligatorio y la aplicación de incentivos para la industria farmacéutica, basados en la exclusividad del mercado para un medicamento huérfano, durante 10 años del tratamiento para esa enfermedad rara, de tal manera que solo se aprobará otro medicamento huérfano para la misma indicación si aporta un beneficio considerable. También se establecen exenciones y reducciones de tasas de asesoramiento, registro e inspección por la EMA. El séptimo programa marco para la investigación y el desarrollo tecnológico 2007-2013 de la Unión Europea (FP7, Seventh Framework Programme for Research and Technological Development) incluye importantes aportaciones económicas para la investigación en enfermedades raras. En Estados Unidos, la exclusividad de mercado a un medicamento huérfano se está aplicando desde 1983, tras la aprobación de la Orphan Drug Act.

En la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) existe un Comité de Medicamentos Huérfanos (COMP, Committee for Orphan Medicinal Products), que es responsable de revisar las solicitudes de designación de medicamento huérfano para aquellos productos que pretenden desarrollar para el diagnóstico, prevención o tratamiento de enfermedades raras. También es responsable de asesorar a la Comisión Europea sobre el establecimiento y desarrollo de una política europea sobre medicamentos huérfanos, y asistir a la Comisión en el diseño de guías y comunicaciones internacionales sobre la materia.

Es importante tener en cuenta que la designación de un medicamento como huérfano por el COMP es solo un paso preliminar y no garantiza su uso en la condición designada ni implica necesariamente que el producto satisfaga los criterios de eficacia, seguridad y calidad necesarios para la concesión de la autorización de comercialización. Como para cualquier medicamento, estos criterios sólo serán evaluados tras presentar la correspondiente solicitud de autorización de comercialización, evaluación que es realizada por el Committee for Medicinal Products for Human Use (CHMP) de la EMA. Una vez autorizada la comercialización por la Comisión Europea, cada Estado de la Unión Europea establece las condiciones administrativas y económicas de dispensación farmacéutica en su ámbito territorial. Desde noviembre de 2007 es posible utilizar un procedimiento administrativo común para la EMA europea y la FDA (Food & Drug Administration) estadounidense, para solicitar la designación de un medicamento huérfano.

Datos estadísticos

Tal como aparece en la Tabla 2, desde la puesta en marcha del COMP, en el año 2000, éste ha recibido 1.798 solicitudes de designación de medicamentos huérfanos, evaluando un total de 1.710 y dictaminando una opinión favorable para casi tres de cada cuatro (72%), con una tendencia ligeramente descendente en los últimos años.

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El incremento constantemente progresivo de solicitudes de designación y de informes favorables se visualiza en la figura 1, apreciándose una tendencia ligeramente menos creciente3 en lo relativo al número de solicitudes dictaminadas favorablemente por el COMP.

Por su parte, la evolución del número de designaciones de nuevos medicamentos huérfanos puede ser visualizada en la figura 2, donde se aprecia, como en el caso anterior, una notable tendencia de crecimiento (m= 8,1011), estadísticamente muy significativa (R2= 0,854). En concreto, el COMP ha designado un total de 1.218 medicamentos como huérfanos (tabla 2).

Desde el año 2000 (inicio del registro de medicamentos huérfanos en la Unión Europea) hasta el 31 de diciembre de 2013, se han autorizado un total de 85 medicamentos huérfanos, aunque 14 de ellos han perdido tal condición por haber transcurrido más de 10 años desde su autorización o por otros motivos; igualmente, cuatro medicamentos huérfanos inicialmente autorizados han sido retirados del mercado. De todos ellos, como puede apreciarse en la tabla 3, cerca de la mitad (39, 46% del total) son fármacos antineoplásicos e inmunomoduladores (L), y la quinta parte (16, 19% del total) son fármacos para metabolopatías congénitas (A).

Beneficio significativo y plausibilidad médica

** Algunos de los medicamentos inicialmente designados como huérfanos han perdido dicha condición o han sido retirados del mercado.

La designación como medicamento huérfano solo podrá hacerse “si el Patrocinador puede establecer que no existe un método satisfactorio de diagnóstico, prevención o tratamiento de la condición en cuestión que haya sido autorizado en la Unión Europea o, si tal método existe, que el nuevo medicamento supondrá un beneficio significativo para aquellos afectados por tal condición”, según se especifica en el artículo 3 de la Regulación 141/2000. El concepto de beneficio significativo es definido como “una ventaja clínicamente relevante o una contribución importante para el cuidado del paciente” en la regulación oficial, para los cual habrá de realizarse una justificación basada en principios farmacológicos bien establecidos y datos preclínicos rigurosos o datos clínicos, aunque sean preliminares o de casuística muy reducida. El concepto de beneficio significativo está estrechamente relacionado con el de plausibilidad médica, relativa a la solidez científica de los argumentos y de los datos preliminares que permiten extrapolar el potencial beneficio terapéutico con un margen razonable de seguridad.

LOS FARMACÉUTICOS, LAS ENFERMEDADES RARAS Y LOS MEDICAMENTOS HUÉRFANOS

Los farmacéuticos españoles han mantenido un interés permanente en este ámbito, colaborando desde hace años con las organizaciones de pacientes no solo desde una perspectiva estrictamente profesional, sino también en la sensibilización social sobre esta particular problemática. Como muestra de esta precoz implicación en la atención a los pacientes afectados por enfermedades raras, el Real e Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla organizó en febrero del año 2000, con la colaboración del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, el I Congreso Internacional de Medicamentos Huérfanos y Enfermedades Raras, un encuentro entre investigadores, profesionales sanitarios, responsables de las administraciones públicas y pacientes, en el que se debatió la evolución en esta área y la forma de transformar los avances científicos en prestaciones sociales específicas. Este encuentro internacional se ha venido repitiendo regularmente, habiéndose constituido en un auténtico referente en el ámbito de las enfermedades raras y de los medicamentos huérfanos a nivel internacional. Precisamente, entre los días 14 y 16 de febrero de 2013 se celebró en Sevilla el VI Congreso Internacional de Medicamentos Huérfanos y Enfermedades Raras4, lo que constituye un auténtico hito en este campo específico.

Afortunadamente, cada vez son más las instituciones y organizaciones que participan en la divulgación de esta problemática y participan en su resolución. En esta línea – por citar un ejemplo ilustrativo – se inscribe la campaña “En enfermedades raras, sumamos todos”, realizada por Farmacéuticos Sin Fronteras5, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Cofares y la Federación y Fundación de Enfermedades Raras, con el objetivo de facilitar a pacientes con enfermedades raras los productos sanitarios necesarios para paliar las enfermedades que padecen y que suponen en muchas ocasiones un alto coste para cada paciente.

En esta misma línea se inscribe el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que, entre otras acciones, colabora mantenimiento de la sección permanente de Nuevos medicamentos huérfanos de Panorama Actual del Medicamento, desde hace más de una década.

1 Orphanet. Prevalencia de las enfermedades raras: Datos bibliográficos. Informes Periódicos, serie Enfermedades Raras. Noviembre 2012, nº2. http://www.orpha.net

2 La prevalencia de una enfermedad es el número total de individuos que presentan dicha enfermedad en un momento o durante un periodo determinado, dividido por la población en ese punto en el tiempo o en la mitad del periodo. En definitiva, proporciona una estimación de la proporción de sujetos de esa población que tenga la enfermedad en un momento determinado (generalmente, referido al último año).

3Ambas líneas de tendencia son altamente significativas, ya que presentan valores de R2= 0,9279 y 0,9119, próximos al valor máximo (1), lo que expresa la estrecha la correlación de las variables (número de solicitudes y de opiniones favorables, respecto del año). La línea de tendencia de la curva relativa a solicitudes tiene una pendiente o grado de inclinación (10,149) algo mayor que la correspondiente a la de las opiniones favorables (7,8022), lo que implica un mayor crecimiento proporcional de las solicitudes que de las opiniones favorables.

4 http://www.farmaceuticosdesevilla.es/opencms/opencms/Proyecto/proyecto/RICOFS/VICongresoMHER.html

5 http://www.farmaceuticossinfronteras.org/afespana_enfermedadesraras_verproyecto.php?id=1

PUBLICACIONES Y PÁGINAS WEB DE INTERÉS

Instituciones y redes españolas

Instituciones y redes europeas

Insomnio

El sueño puede ser definido como un estado reversible de disminución de la consciencia, en el que se produce una reducción de la capacidad motora y de la respuesta al medio ambiente. El sueño es necesario para mantener una actividad fisiológica equilibrada y, por tanto, es fundamental para el bienestar, la calidad de vida y el normal funcionamiento del individuo.

Durante mucho tiempo se consideró que los animales duermen para poder reforzar las conexiones neuronales de sus cerebros. Sin embargo, recientemente se ha propuesto una nueva hipótesis (Tononi, 2014), bautizada como hipótesis de la homeostasis sináptica (synaptic homeostasis hypothesis, SHY), según la cual el sueño debilitaría – paradójicamente – dichas conexiones, con el fin de ahorrar energía, evitar el estrés celular y mantener la capacidad de dichas células para responder a los estímulos de manera selectiva; algo así como “el precio que el cerebro tiene que pagar por el aprendizaje y la memoria”, como indican los autores de dicha hipótesis. De esta manera, durante la vigilia, el aprendizaje fortalecería las conexiones sinápticas de todo el cerebro, lo que aumenta la necesidad de energía y satura el cerebro con nueva información, mientras que el sueño permitiría al cerebro recuperarse y ayudaría a integrar el material recién aprendido en recuerdos consolidados, para que pueda comenzar de nuevo el día siguiente. Sin embargo, ¿por qué no olvidamos cómo montar en bicicleta al día siguiente de haber aprendido a hacerlo, tras un sueño reparador? Según los autores de esta hipótesis, porque los circuitos neuronales implicados en ese aprendizaje son, mientras dormimos, menos debilitados que otros circuitos, que no participaron activamente en el proceso de aprendizaje. En definitiva, la consolidación y la integración de recuerdos, así como la restauración de la capacidad de aprender, se derivarían de la capacidad del sueño para disminuir la fuerza sináptica.

De una u otra manera, el sueño tiene un papel fundamental en el mantenimiento y la restauración no solo del sistema nervioso, sino de todo el organismo. En consecuencia, la perturbación del sueño, tanto en su duración como en su estructura y profundidad (lo que suele definirse como calidad del sueño), tiene necesariamente consecuencias muy relevantes para la salud y, en general, para la vida de la persona, hasta el punto de que se ha comprobado (Spiegel, 1999) que la falta de sueño tiene efectos perjudiciales sobre el metabolismo y el sistema endocrino que equivalen a un envejecimiento acelerado del cuerpo; como resultado, la falta de sueño puede aumentar la gravedad de los trastornos crónicos relacionados con la edad. En otras palabras: un sueño de duración y calidad adecuadas previene el envejecimiento prematuro. Hace más de 2.000 años Hipócrates ya afirmaba que hay enfermedad si el sueño o la vigilia son excesivos.

En un sujeto adulto joven, el sueño se suele distribuir en las siguientes fases:

  • Fase 1 (de adormecimiento): 5%.
  • Fase 2 (sueño superficial): 45-50%.
  • Fases 3-4 (sueño profundo): 25%.
  • Fase REM (sueño paradójico o rápido; Rapid Eyes Movements): 25%.

Cuando se producen alteraciones en el ritmo sincronizado de estas fases del sueño, tienen lugar diversos trastornos del sueño. Por su parte, la sincronización de los ritmos sueño-vigilia durante el ciclo noche-día se encuentra regulada por la luz, la actividad física e intelectual, así como por las costumbres. El control del sueño es un proceso complejo que implica varias estructuras cerebrales y sistemas de neurotransmisión, entre los que cabe destacar – además de la corteza cerebral – el tálamo y el tronco cerebral, estructura ésta donde se localizan una serie de núcleos responsables del control de funciones vitales, como la respiración, el ritmo cardiaco y, por supuesto, el sueño. En el humano adulto, el sueño está consolidado como una forma monofásica (dormir de un tirón), sometida a un ciclo diario o circadiano, de acuerdo a la disminución de la exposición a la luz solar por la noche.

La fase de sueño REM se caracteriza por presentar una actividad en el electroencefalograma (EEG) similar al estado de vigilia, con hipotonía muscular y movimientos oculares rápidos (de donde deriva el término REM: rapid eyes movements), siendo en esta fase donde se producen las ensoñaciones y cambios vegetativos (por ejemplo, modificaciones de la tensión arterial). Corresponde al nivel más profundo del sueño, durante el cual la tasa metabólica y la secreción de esteroides adrenales alcanzan sus niveles más bajos y la secreción de hormona del crecimiento es más elevada. La interrupción artificial de esta fase conduce a irritabilidad y ansiedad, incluso aunque la duración total del sueño no se reduzca. Por el contrario, el sueño no-REM es lento, sin movimientos oculares rápidos, el tono muscular se conserva y hay un enlentecimiento progresivo del EEG. Fisiológicamente, durante la fase REM se produce una sincronización de las proyecciones talamocorticales, lo que es responsable del aumento de la actividad registrada en el EEG; por el contrario, durante el sueño no-REM hay una desincronización de las mismas y el efecto opuesto en el EEG.

Son diversos los grupos neuronales que desempeñan un papel en el control del ciclo sueño-vigilia, distribuidos por el tronco encefálico y el diencéfalo, y mediados por diferentes neurotransmisores. Los principales están situados en el área ventrolateral posterior del núcleo preóptico, el cual se encuentra mediado por el ácido γ-aminobutírico (GABA) y la galanina; la región tuberomamilar del hipotálamo posterior, mediada por la histamina; el núcleo dorsal del rafe, de carácter serotoninérgico; el sistema dopaminérgico mesencefálico; el locus coeruleus, principal núcleo noradrenérgico del sistema nervioso central (SNC) y el área tegmental laterodorsal o núcleo pontino de la protuberancia, mediada por la acetilcolina.

Durante la vigilia, las actividades noradrenérgica, serotoninérgica, histaminérgica y colinérgica están aumentadas y disminuyen progresivamente durante la fase de sueño no-REM. Por su parte, durante el sueño REM las actividades noradrenérgica, histaminérgica y serotoninérgica se encuentran muy reducidas, mientras que el tono colinérgico se mantiene alto. Asimismo, las neuronas del área ventrolateral posterior del núcleo preóptico, ejercen una acción inhibidora mediada por el GABA y la galanina, siendo activadoras del sueño, y se proyectan a las regiones del hipotálamo posterior, como el núcleo tuberomamilar, activado por la histamina, el área perifornical, región responsable de la síntesis de hipocretinas u orexinas, y el tronco cerebral. En este sentido, la actividad hipocretinérgica podría intervenir en la consolidación del periodo de despertar, evitando la transición brusca entre las fases de vigilia y sueño; por otro lado, desde el sistema reticular ascendente (RAS), situado en el tronco cerebral, se emiten proyecciones controladas por distintos neurotransmisores (acetilcolina, histamina, serotonina, dopamina y noradrenalina) a diversas zonas cerebrales encargadas de mantener la vigilia.

La vigilia y el sueño son, por tanto, dos estados fisiológicos antagónicos gobernados por múltiples estructuras del sistema nervioso central. El equilibrio que permite iniciar y mantener el sueño depende fundamentalmente de los neurotransmisores inhibidores GABA y galanina presentes en el núcleo preóptico ventrolateral. Las hipocretinas son neuropéptidos de naturaleza excitatoria, sintetizados por neuronas del hipotálamo lateral y posterior que presentan amplias proyecciones en el sistema nervioso central (locus coeruleus, núcleos del rafe, área tegmental ventral, etc.) y que actúan sobre receptores específicos – Hcrt-1 y Hcrt-2 – donde parece que cumplen un destacado papel en la etiopatogenia de ciertos trastornos del sueño, como la narcolepsia.

Otro agente que interviene en el mantenimiento de los ciclos circadianos sueño-vigilia es la melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina), una hormona sintetizada a partir de la serotonina mediante acetilación y posterior metilación de ésta, y secretada por la glándula pineal, fenómeno mediado por la inervación simpática de dicha glándula. La producción de melatonina es suprimida por la luz en los animales mamíferos, lo que hace de esta hormona un marcador biológico ligado a la oscuridad. Al comienzo de la noche, el incremento en la liberación de noradrenalina desde el sistema simpático activa los receptores β-adrenérgicos presentes en las principales células de la glándula pineal, los pinealocitos, aumentando la formación de AMPc, y los receptores α1-adrenérgicos, que amplifican más la respuesta. El AMPc provoca la activación de la enzima serotonina N-acetiltransferasa, que incrementa la síntesis de melatonina. Por tanto, la glándula pineal funciona como un transductor neuroendocrino. En los mamíferos, la información fotosensorial que entra por la retina influye en la actividad de sus proyecciones neuronales, que finalmente inhiben o estimulan la secreción de serotonina.

La participación de la melatonina en el mantenimiento del ritmo circadiano y en la regulación del sueño está mediada por dos receptores de alta afinidad para la melatonina (MT1: inducción sueño y MT2: sincronización del reloj circadiano); existe un tercer tipo, el MT3, aunque no parece estar relacionado tan estrechamente con los ciclos de vigilia-sueño. Los receptores melatoninérgicos están presentes en el núcleo supraquiasmático (hipotálamo), la hipófisis anterior (pars tuberalis) y la retina. Estos receptores parecen ser importantes también en los mecanismos de aprendizaje y memoria; de hecho, la melatonina puede alterar los procesos electrofisiológicos asociados con la memoria, como su potenciación a largo plazo.

El ciclo luz-oscuridad es el estímulo sincronizador principal. La melatonina se sintetiza y se secreta al inicio de la oscuridad, alcanzando su pico en mitad del periodo de sueño (entre 2 y 4 de la mañana) y gradualmente va descendiendo en la segunda mitad de la noche. Pero, además de todo lo indicado, merece la pena mencionar la llamada hipótesis de los ritmos circadianos anormales en la depresión. Se fundamenta esta teoría en la observación reiterada de que la luminoterapia y la privación de sueño son eficaces antidepresivos en algunos pacientes, habiéndose observado alteraciones de los ciclos diarios (circadianos) del humor, del sueño, de la temperatura y de diversas funciones endocrinas en estos pacientes. Por otro lado, se ha contrastado la eficacia antidepresiva de algunos agentes – como la agomelatina – agonistas selectivos de receptores de la melatonina (Bourin, 2009), posiblemente normalizando los mencionados ritmos circadianos. Además, la melatonina ejerce en condiciones fisiológicas múltiples efectos a distintos niveles del organismo, no sólo en relación con el sueño o los ritmos circadianos (ver figura 1), por lo que su administración exógena podría interferir en algunos de ellos (Álamo, 2009).

EL INSOMNIO

El insomnio implica una sensación subjetiva de malestar respecto a la duración o a la calidad del sueño, que se percibe como insuficiente y no reparador, y que afecta negativamente a la actividad cotidiana del sujeto. En el insomnio es habitual la presencia de incapacidad para conciliar el sueño, el aumento del número de despertares nocturnos, la disminución del tiempo de sueño con despertares demasiado tempranos o la sensación de que el sueño ha sido insuficiente para recuperar el tono normal de funcionamiento vital.

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Figura 1.

En realidad, el insomnio no viene definido solo por la disminución de una cantidad determinada de la duración del sueño; de hecho, hay otros trastornos del sueño que también la tienen o incluso personas que restringen voluntariamente la duración de su sueño. Por otro lado, muchos pacientes que dicen tener insomnio, en realidad sobreestiman la duración de la latencia (tiempo transcurrido hasta la conciliación del sueño) e infravaloran, por el contrario, la duración del sueño en comparación con registros objetivos objetivos (polisomnográficos). Por lo tanto, lo que realmente distingue al insomnio es el conjunto de síntomas relacionados con la calidad y duración del sueño que son percibidos como limitantes, molestos o desfavorables por el paciente.

Aunque el insomnio es generalmente considerado como un trastorno del sueño, su fisiopatología sugiere un fenómeno más complejo, una combinación de un estado de hiperexcitación durante el sueño y de exceso de alerta, frente al perfil del sueño fisiológico, con aumento de la tasa metabólica, de los niveles de cortisol y de corticotropina (ACTH) durante la fase inicial del sueño en estos pacientes, así como una reducción del tono parasimpático en el proceso de adaptación de la respuesta cardiaca y un aumento de la actividad electroencefalográfica de alta frecuencia durante el sueño no-REM (Buysse, 2013).

De acuerdo con los criterios DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4ª edición), el diagnóstico de insomnio primario requiere que estos síntomas se presenten al menos tres veces a la semana, durante todo un mes. Es importante considerar que el efecto de este trastorno no se limita a las horas nocturnas, ya que comporta distintas alteraciones de la actividad diurna, como una disminución de la atención, un menor rendimiento intelectual, un descenso notable de la energía y una mayor irritabilidad e inestabilidad emocional, entre otras. Tradicionalmente, se clasifican los tipos de insomnio en función de su intensidad, duración y naturaleza:

  • Intensidad: leve, moderada o grave
  • Duración: transitorio (2-3 días), de corta duración (1-3 semanas) o de larga duración (más de 3 semanas).
  • Naturaleza:
  • Insomnio de conciliación: se tarda más de 30 minutos en conciliar el sueño.
  • Insomnio de mantenimiento: el sueño se interrumpe durante la noche y resulta difícil volver a conciliarlo.
  • Despertar precoz

EPIDEMIOLOGÍA

DEL INSOMNIO

El insomnio puede ser consecuencia de muy diversos trastornos orgánicos, psíquicos o factores externos (insomnio secundario), aunque hasta en un 20% de los casos se puede considerar como un trastorno primario, mientras que en el restante 80% pueden identificarse posibles causas (insomnio secundario). No obstante, es muy difícil en muchos casos determinar si un trastorno externo provoca insomnio o, en realidad, dicho trastorno es debido al insomnio primario; es decir, la relación causa-efecto en estos casos es ambigua. Es más, el insomnio es considerado como un factor de riesgo para la mayoría de las patologías con las que coexiste, incluyendo la enfermedad coronaria y la depresión. Por este motivo, tiende a utilizarse el término insomnio comórbido preferentemente al de insomnio secundario.

Se considera que los síntomas de insomnio son muy comunes entre la población general adulta, habiéndose estimado una prevalencia anual del 35-50%, en tanto que la de insomnio propiamente dicho estaría en el rango del 12-20% (Roth, 2011), que en el caso de las personas mayores de 55 años insomnio afectaría a un 30% (Lemoin, 2012); en España un 21% de las personas mayores de 15 años tienen insomnio, siendo más común en las mujeres que en los varones (24% vs. 18%), incrementándose la prevalencia con la edad (Ohayon, 2010). En cuanto al tipo de insomnio, un estudio realizado en Canadá (Morin, 2011) encontró que el insomnio relacionado con un acortamiento sustancial de su duración era la forma más común (50-70%), seguido de las dificultades para conciliar el sueño (35-60%) y el carácter no restaurador del sueño (20-25%); obviamente, bastantes pacientes referían dos o más tipos diferentes de insomnio. El insomnio tiende a hacerse crónico en el 40-70% de los individuos que dice padecer insomnio.

Los factores de riesgo asociados a una mayor prevalencia de insomnio son la coexistencia de depresión, sexo femenino, edad avanzada, bajo estatus económico, patologías crónicas concomitantes, estado marital (con mayor riesgo para los divorciados o separados que para los emparejados y para los que han permanecido siempre solteros) y raza (mayor para los afroamericanos que para los caucásicos). Asimismo, el propio insomnio es un factor de riesgo para las enfermedades mentales y, en particular, para la depresión; en concreto, la tasa de depresión entre los individuos con insomnio es 2,1 veces mayor (IC95% 1,86 a 2,38) que en la población general (Baglioni, 2011). Asimismo, empeora la respuesta a corto y largo plazo del tratamiento antidepresivo y de los pacientes alcohólicos, e incrementa el riesgo de síndrome metabólico, hipertensión y de enfermedad coronaria (Langsand, 2011).

Por otro lado, es importante tener en cuenta lo que se conoce como factores perpetuadores del insomnio, que tienden a convertir el problema en un círculo vicioso de causa-efecto-causa. Un ejemplo característico es el comportamiento de muchos individuos insomnes que se mantienen en la cama durante periodos muy prolongados, con la esperanza de que el sueño acabe por venir, cuando, en realidad, esta prolongación de la estancia en cama tiende más bien a prolongar el insomnio y aumentar la ansiedad asociada al mismo.

TRATAMIENTO

DEL INSOMNIO

En el tratamiento del insomnio se deben tener en cuenta tanto medidas de carácter no farmacológico (higiene del sueño y psicoterapia), como distintos tratamientos farmacológicos, de acuerdo con la fisiopatología y en función de la gravedad y duración de la sintomatología. Los mecanismos fisiopatológicos subyacentes al insomnio primario son mal conocidos, aunque se asume que pueden depender de un desequilibrio entre la inhibición de los sistemas mantenedores de la vigilia y los encargados de activar los sistemas generadores del sueño. Precisamente, las modificaciones ejercidas sobre dichos mecanismos, en uno u otro sentido, constituyen el fundamento del uso de las herramientas terapéuticas disponibles en la actualidad.

Cualquier opción terapéutica del insomnio debe pasar necesariamente por una adecuada higiene del sueño; es decir, la realización sistemática de una serie de medidas relacionadas con el estilo de vida de la persona, previniendo comportamientos afianzadores del insomnio y potenciando aquellos hábitos que mejoran la calidad del sueño. Las instrucciones para la higiene del sueño son detalladas en un apartado posterior.

Básicamente, existen dos líneas terapéuticas, la psicoterapia (principalmente, a través de terapia cognitivo-conductual) y la farmacoterapia. En Estados Unidos, los pacientes suelen preferir la psicoterapia, aunque dos terceras partes de los pacientes que utilizan fármacos hipnóticos afirman estar moderadamente satisfechos de sus efectos (Buysse, 2013).

Tratamiento farmacológico

Actualmente, el arsenal farmacológico para el insomnio es limitado, aunque puede decirse que el nivel de respuesta es, en general, satisfactorio. Básicamente, se dispone de las siguientes opciones:

  • Agonistas (activadores) GABAérgicos:
  • Benzodiazepinas: lormetazepam, midazolam, flurazepam, triazolam.
  • Fármacos “Z”: Análogos farmacológicos de benzodiazepinas (zaleplón, zolpidem, zopiclona, etc.).
  • Agonistas melatoninérgicos: melatonina y derivados.
  • Antagonistas histamínicos H1 de acción central: doxilamina, difenhidramina.
  • Plantas medicinales: valeriana (Valeriana officinalis), lúpulo (Humulus lupulus), pasiflora (Passiflora incarnata), melisa (Melisa officinalis), etc.

Aunque pueda parecer lo contrario, no es fácil determinar de forma objetiva la respuesta de los agentes hipnóticos en el tratamiento del insomnio, por lo que ha sido preciso desarrollar herramientas metódicas que permitan medir de forma precisa la respuesta clínica. Una de las más empleadas actualmente en los ensayos clínicos con agentes hipnóticos es el Leeds Sleep Evaluation Questionnaire (LSEQ), que incluye diez escalas analógicas visuales (VAS, visual analogic scale) de 10 cm1 referidas a varios dominios de la calidad y cantidad del sueño, y del comportamiento durante el día, que recogen directamente la percepción de cada paciente. Los dominios son: inducción del sueño (getting to sleep, GTS; cuestiones 1 a 3), calidad del sueño (quality of sleep, QOS; 4-5), despertar tras el sueño (awake following sleep, AFS; 6,7) y comportamiento tras despertar (behaviour following wakening, BFW; 8-10).

Agonistas GABAérgicos

El GABA se encuentra en todo el cerebro, pero su mayor concentración está en el cerebelo. Posiblemente todas las neuronas inhibitorias cerebelosas transmitan con GABA, ellas son las Purkinje, las celulas en canasta, las estrelladas y las de Golgi. Las neuronas GABAérgicas están localizadas en la corteza, hipocampo y las estructuras límbicas; son neuronas de circuito local en cada una de las estructuras o sea que su cuerpo celular y sus axones están contenidos dentro de cada una de las estructuras. Los haces GABAérgicos mejor conocidos son los cuerpos neuronales que se encuentran en el estriado y envían sus fibras hacia la substancia nigra y los cuerpos neuronales de las células de Purkinje que se encuentran en la corteza cerebelosa y emiten proyecciones al núcleo dorsal de Dieters, así como a los núcleos intercerebelares, interpósito y fastigial. Asimismo, se ha confirmado la existencia de neuronas GABAérgicas en la glía, hipófisis anterior, hipotálamo y células beta de los islotes del páncreas. Se han demostrado presuntas sinapsis GABAérgicas inhibitorias con mayor claridad entre las neuronas de Purkinje cerebelosas y sus efectores en el núcleo de Deiters, entre las pequeñas neuronas intercalares y las principales células eferentes de la corteza cerebral, bulbo olfatorio, núcleo cuneiforme, hipocampo y núcleo septal lateral y entre el núcleo vestibular y las neuronas trocleares.

El GABA es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, y en la mayoría de las neuronas cerebrales se expresan receptores para este neurotransmisor. Se conocen tres receptores para el GABA: GABAA, GABAB y GABAC. Mientras que los receptores GABAA y GABAC son ionotrópicos y están ligados a un canal de cloruro, el GABAB es un receptor metabotrópico acoplado a una proteína G que media las respuestas de inhibición más lenta y prolongada del GABA. El receptor de GABAA es el que se encuentra más ampliamente distribuido en el sistema nervioso de los mamíferos y parece tener un papel importante en el desarrollo posnatal de la plasticidad sináptica, así como en diversas funciones cerebrales (Martín, 2009).

Se han identificado 16 subunidades diferentes clasificadas en siete familias que pueden conformar el receptor GABAA: α(1-6), β(1-3), γ(1-3), δ, ε, θ, π, A pesar de la gran variedad, la mayoría de los receptores de GABAA expresados en el cerebro están compuestos por dos subunidades α, dos subunidades β y una subunidad γ; esta última puede reemplazarse por δ, ε, θ o π. Además, se cree que la mayoría de los receptores GABAA portan una sola variante de subunidad α, β y γ. El subtipo de receptor de GABAA que más abunda en el sistema nervioso central es el formado por las subunidades α1β2γ2 (60%), seguido por α2β2/3γ2 (15-20%), α3βnγ2/3 (10-15%) y α5β3γ2/γ3 (15%)

Los hipnóticos GABAérgicos se dividen en dos grandes apartados: los derivados benzodiazepínicos y los no benzodiazepínicos, aunque todos ellos actúan más o menos selectivamente sobre determinadas subunidades del receptor GABAA que potencian los efectos del ácido γ-aminobutírico (GABA) sobre dicho receptor. En términos bioquímicos, estos fármacos aumentan la respuesta de ciertas neuronas al GABA, facilitando la apertura de los canales de iones cloruro que son activados por este aminoácido neuro­transmisor, el cual media gran parte de la transmisión sináptica inhibitoria en el sistema nervioso central. Los agentes hipnóticos de este grupo dan lugar a un aumento de la frecuencia de apertura del canal inducida por GABA, sin producir cam­bios en la conductancia o el tiempo medio de apertura. Este efecto es compatible con la observación de que tales fármacos no se fijan al sitio de unión de GABA en el receptor GABAA (sitio ortostérico), sino a un sitio modulador cuya ocupación ocasiona que el GABA incremente su afinidad por el receptor cuando el poro está abierto. Este meca­nismo alostérico explica el bajo grado de toxicidad aguda de estos hipnóticos, ya que no pueden ocasionar la entrada de iones cloruro en ausencia de GABA.

En términos farmacoterapéuticos, los efectos asociados a la activación de este receptor son ansiolíticos, hipnóticos, amnésicos, miorrelajantes y anticonvulsivantes. Según se liguen con mayor o menor afinidad o produzcan un efecto estimulante (agonista) más o menos intenso sobre una o varias de estas subunidades, los efectos neurológicos pueden variar. Ello está conduciendo al desarrollo de fármacos cada vez más selectivos, con la intención de potenciar alguno de los efectos de interés terapéutico y limitar los adversos o los innecesarios. En este sentido, tiene un particular interés la subunidad 3 del receptor GABAA, principalmente ligada al efecto hipnótico. En general, las acciones resultantes de la estimulación de las diferentes subunidades del receptor GABAA son las siguientes (Gago, 2012):

  • α1βnγn: Ataxia, deterioro locomotor, potencial de abuso, sueño, ansiolisis.
  • α2βnγn: Ansiolisis, potencial de abuso, miorrelajación, sueño.
  • α3βnγn: Deterioro locomotor, potencial de abuso, miorrelajación, sueño, ansiolisis.
  • α5βnγn: Amnesia, potencial de abuso y tolerancia.

Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas acortan el tiempo necesario para conciliar el sueño y aumentan la duración total del mismo, aun­que este último efecto sólo aparece en sujetos que normalmente duermen menos de 6 horas cada no­che. Con la utilización de agentes que presentan una duración de acción corta se puede paliar el efecto resaca al des­pertar. En la actualidad, las benzodiazepinas sólo se recomiendan para cursos cortos de tratamiento del insomnio, ya que con el uso continuado se desarrolla tolerancia al cabo de un par de se­manas y, al cesar el tratamiento, pueden aparecer in­somnio de rebote y síndrome de abstinencia.

Las benzodiazepinas también se emplean antes de la cirugía, tanto general como dental, y en estas circunstancias sus propiedades ansiolíticas, se­dantes y amnésicas suelen resultar beneficiosas. El mi­dazolam por vía intravenosa se utiliza con frecuencia para inducir la anestesia y producir sedación y relajación en exploraciones endoscópicas, además de que su efecto amnésico ayuda a que el paciente no recuerde la experiencia y ello facilita su repetición, en caso necesario. En este sentido, las benzodiazepinas (en tanto mayor medida cuanto más rápidamente son absorbidas o cuando se administran por vía iv) impiden o dificultan la memorización de los acontecimientos ocurridos mientras dura su influencia (amnesia anterógrada); éste es un efec­to que no se observa con otros depresores del sistema nervioso central. El flunitrazepam (Rohipnol®, suspendido) fue tris­temente célebre como fármaco utilizado para hipnotizar a la persona antes de cometer abusos sexuales o ro­bos (beso del sueño), ya que las víctimas frecuen­temente tenían dificultad para recordar exactamente lo que ocurrió durante el ataque. Posiblemente, triazolam y otros hipnóticos de absorción y efectos hipnóticos muy rápidos (incluyendo a los “agentes Z”) también son utilizados con similares intenciones.

Las benzodiazepinas reducen la proporción de sueño REM, aunque en menor proporción que otros hipnóticos más antiguos, y al final del periodo de administración de estos fármacos también hay un rebote del mismo. Todas las benzodiazepinas presentan las mismas acciones farmacológicas, si bien sus efectos varían dependiendo de sus características farmacocinéticas, de la vía de administración y de la dosis empleada. Por lo general, a dosis bajas se comportan como ansiolíticos, a dosis mayores como hipnóticos y miorrelajantes, y a dosis altas como anticonvulsivantes. En España, las benzodiazepinas más comúnmente utilizadas como hipnóticos son lormetazepam (Aldosomnil®, Loramet® y EFG), midazolam (Buccolam®, Dormicum® y EFG), flurazepam (Dormodor®) y triazolam (Halcion®), aunque eventualmente se emplean otras diversas con este mismo fin.

Una sobredosis de benzodiazpinas es considerablemente menos peligrosa que la de los antiguos sedantes e hipnóticos, tales como los barbitúricos o el meprobamato. Como estos últimos, las benzodiazepinas también se emplean en intentos de suicidio, aunque su baja toxicidad aguda es una ventaja muy notable. La sobredosis causa un sueño prolongado pero sin deprimir intensamente la respiración o la función cardiovascular; sin embargo, en presencia de otros depresores del sistema nervioso central, particularmente el alcohol, las benzodiazepinas pueden producir una depresión respiratoria grave que puede poner en peligro la vida del paciente. Afortunadamente, el efec­to de las benzodiazepinas se puede contrarrestar de forma rápida y efectiva administrando mediante inyección intrave­nosa el antagonista flumazenilo (Anexate®, EFG), aunque como la duración de su acción es sólo de unas 2 horas, puede ser necesa­ria la administración repetida o la perfusión continua de flumazenilo, ajustando individualmente la dosis en función de la respuesta.

Los principales efectos colaterales durante su uso terapéutico son la somnolencia, la confusión, la amnesia y una coordinación psicomotriz mermada, que afecta considerablemente a las habilidades manuales, in­cluyendo la destreza al volante de un automóvil. La dura­ción de acción larga e impredecible de muchas benzodiazepinas es importante en relación con sus efectos adversos y, de hecho, las de larga duración, como el nitrazepam, ya no se usan como hipnóticos e incluso las de duración intermedia, como el lorazepam, pueden perjudicar el rendimiento laboral y la conducción de vehículos durante el día siguiente a su administración.

Con todas las benzodiazepinas aparece, al igual que ocurría con los barbitúricos pero generalmente de forma más len­ta, el fenómeno de tolerancia o la necesidad de ir es­calando la dosis gradualmente para producir el efecto deseado, así como el desarrollo de dependencia, tanto psicológica como física. El grado de tolerancia está gobernado tanto por el número de receptores ocupados, que depende de la dosis, como por la du­ración de su ocupación por el fármaco, que puede va­riar en función de su uso terapéutico. Por lo tanto, la tolerancia a las benzodizepinas es marcada cuando se utilizan de forma continua en el tratamiento de la epilepsia pero de menor intensidad cuando se utilizan para inducir el sueño por la noche y el sujeto está relativamente libre de fármaco durante el día. La situación es menos clara cuando se considera el efecto ansiolítico.

El principal inconveniente de las benzodiazepinas es que pro­ducen dependencia. Tanto en sujetos control como en pacientes, la interrupción brusca de un tratamiento con estos fármacos que haya durado varias semanas o meses produce una ansiedad de rebote aumentada, junto con temblo­res, mareos, acúfenos, pérdida de peso y sueño alte­rado debido a una prolongación de la fase REM. Este síndrome de retirada (o de abstinencia) es de instauración más lenta que con los opioides, posiblemente debido a la mayor semivida plasmática de la mayoría de las benzodiazepinas. Con el diazepam, los síntomas pueden tardar hasta 3 semanas en manifestarse; con las benzodiazepinas de corta duración, la aparición es más brusca. Con el triazolam, un fármaco de acción muy corta, el efec­to de retirada aparece al cabo de unas horas, incluso después de una única dosis, produciendo insomnio a primera hora de la mañana y ansiedad al día siguiente de haberlo utilizado como hipnótico. Los síntomas de retirada, tanto físicos como psico­lógicos, dificultan que los pacientes dejen de tomar estos fármacos, pero el deseo compulsivo (es decir, la depen­dencia psíquica severa, que dura más que el síndrome físico de abstinencia y que aparece con muchas sustan­cias de abuso) no constituye un problema especialmente relevante para las benzodiazepinas. Por esta razón, se recomienda una retirada gradual, bajando la dosis progresivamente. ­

La somnolencia, la confusión, la amnesia y la descoordinación, además de reducir la destreza al volante de un automóvil, puede tener otras importantes repercusiones, en particular para las personas de edad avanzada, a las que puede deteriorar su capacidad para andar y propiciar las caídas y, en consecuencia, incrementar el riesgo de fracturas. Este es uno de los motivos principales por los que el uso de benzodiazepinas no suelen recomendarse en ancianos para el tratamiento del insomnio. Lamentablemente, en la práctica clínica real, son numerosos los ancianos a los que se prescriben para esta indicación.

Un meta-análisis de 24 estudios clínicos, con 2.417 participantes (Glass, 2005) encontró que la calidad del sueño mejoró significativamente con las benzodiazepinas, el tiempo total de sueño aumentó (media 25,2 minutos) y el número de despertares nocturnos disminuyó (0,63) con el uso de hipnóticos en comparación con el placebo. Sin embargo, los eventos adversos fueron más frecuentes que con placebo: los eventos cognitivos adversos fueron 4,78 veces más frecuentes (IC95% 1,47 a 15,47; P<0.01); los psicomotrices lo fueron 2,61 veces (IC95% 1,12 a 6,09) y los registros de cansancio diurno lo fueron 3,82 veces (IC95% 1,88 a 7,80; P<0,001) entres las personas que utilizaron un hipnótico en comparación con el placebo. A partir de estos datos, los autores concluyeron que las mejoras en el sueño con el uso de hipnóticos son estadísticamente significativas, pero la magnitud del efecto es pequeño; asimismo, el aumento del riesgo de eventos adversos también es estadísticamente significativa y de potencial relevancia clínica en las personas mayores en situación de riesgo de caídas y de deterioro cognitivo. En definitiva, en las personas mayores de 60 años, los beneficios de estos medicamentos no justificarían el aumento del riesgo, sobre todo si tienen factores de riesgo adicionales de eventos adversos cognitivos o psicomotores.

Fármacos “Z” relacionados con las benzodiazepinas

Se trata de un grupo de fármacos con propiedades hipnóticas similares a las de las benzodiazepinas y están prácticamente desprovistos de efectos ansiolíticos. El término de “fármacos Z” proviene del hecho de que todos ellos comienzan por esta letra: zolpidem (Dalparan®, Stilnox®), zopiclona (Datolan®, Limovan®, Siaten®, Zopicalma® y EFG) y zaleplon (Sonata®, actualmente sin comercialización). Todos ellos actúan sobre el sitio receptor de las benzodiazepinas en varios subtipos de canales de cloruro operados por GABA. Están indicados únicamente en el tratamiento del insomnio transitorio, de corta duración y crónico en adultos (incluyendo dificultades para iniciar el sueño, despertares nocturnos y despertar precoz).

Todos ellos tienen una semivida de eliminación corta (zolpidem: 2-3 h; zopiclona: 3,5-6 h), por lo que su utilidad se centra más en las formas de insomnio donde predomina la dificultad para iniciar el sueño. En este sentido, un meta-análisis realizado sobre 13 estudios conteniendo 65 comparaciones de fármaco Z-placebo que incluían 4.378 pacientes de diferentes países (Huedo, 2012), mostró que los fármacos Z disminuyeron la latencia del sueño (medida mediante técnicas polisomnográficas) en 22 minutos (-33 a -11 minutos) en comparación con placebo. Pero no se encontraron efectos significativos en el número de despertares, el tiempo total de sueño, eficiencia del sueño y la calidad subjetiva del sueño, en comparación con el placebo.

La incidencia de sus efectos adversos está relacionada con la dosis utilizada y es mayor en pacientes ancia­nos. Son frecuentes la somnolencia, los mareos, las cefaleas y una disminución del estado de alerta, así como la amnesia anterógrada, que puede afectar al comportamiento. Ocurren predominantemente al co­mienzo del tratamiento y generalmente desaparecen con la administración continuada.

Agonistas de receptores de melatonina

Como ya se ha indicado, la melatonina es una hormona sintetizada y secretada fisiológicamente por la glándula pineal, cuya producción es suprimida por la luz en el ser humano y otros animales mamíferos. El ciclo luz-oscuridad es el estímulo sincronizador principal. La participación de la melatonina en el mantenimiento del ritmo circadiano y en la regulación del sueño está mediada esencialmente por dos receptores de alta afinidad para la melatonina (MT1: inducción sueño y MT2: sincronización reloj circadiano) presentes en el núcleo supraquiasmático (hipotálamo), la hipófisis anterior (pars tuberalis) y la retina. La melatonina se sintetiza y se secreta al inicio de la oscuridad, alcanzando su pico en mitad del periodo de sueño (entre 2 y 4 de la mañana) y gradualmente va descendiendo en la segunda mitad de la noche. La producción endógena de melatonina va paulatinamente reduciéndose con la edad, especialmente a partir de los 50 años.

La melatonina ha sido autorizada como medicamento2 (Circadin®) para el tratamiento a corto plazo del insomnio primario caracterizado por un sueño de mala calidad en pacientes mayores de 55 años. Dado que la semivida de eliminación de la melatonina en el organismo humano es muy breve, se han formulado los comprimidos de Circadin® para la liberación retardada de melatonina a lo largo de varias horas, simulando su secreción natural. Así administrada, la melatonina mejora la calidad del sueño y la capacidad para funcionar normalmente al día siguiente. Se ha sugerido que el efecto hipnótico de la melatonina administrada exógenamente podría deberse una combinación de varios mecanismos: reducción de la temperatura corporal, modificación de los niveles cerebrales de neurotransmisores de tipo monoamina, normalización de la los ritmos circadianos y efectos diversos sobre los receptores GABAA (potenciación en los localizados en el núcleo supraquiasmático e inhibición en los hipotalámicos).

Al tomar en conjunto los datos de dos amplios estudios clínicos de fase III (Lemoine, 2007; Wade, 2007), se apreció una diferencia global del 14% en el porcentaje de pacientes respondedores al considerar conjuntamente las escalas QOS (calidad del sueño) y BFW (comportamiento tras despertar). Consideradas aisladamente, las diferencias entre el tratamiento con melatonina y placebo fueron del 13,5% en la escala QOS y del 10,3% en la BFW; en todos los casos las diferencias fueron significativas. En un análisis post hoc (Lemoine, 2012) de las subpoblaciones de pacientes bajo tratamiento antihipertensivo, no se observaron diferencias en el control de la tensión arterial ni en otros signos vitales entre aquellos tratados con melatonina o con placebo.

Dos meta-análisis relativamente antiguos recopilaron sistemáticamente los estudios clínicos controlados realizados desde los años 80 del pasado siglo hasta los primeros del presente. En el primero de ellos (Bzrezinski, 2005), los datos agrupados de 15 ensayos clínicos indicaron una reducción del periodo de latencia del sueño de 3,9 minutos con melatonina vs. placebo (CI95% 2,5 a 5,4), con un incremento del 3.1% en la eficiencia del sueño (CI95% 0,7 a 5,5) y de 13,7 minutos en su duración (CI95% 3,1 a 24,3). En el otro meta-análisis (Buscemi, 2005), la latencia del sueño fue reducida en pacientes insomnes por la melatonina vs. placebo en 7,2 minutos (CI95% -12,0 a -2,4).

Otro meta-análisis más reciente (Ferricioli, 2013), realizado sobre 19 ensayos clínicos incluyendo a 1.683 sujetos, encontró un reducción media de la latencia del sueño de 7,1 minutos (CI95% 4,37 a 9,75; p<0,001) y un aumento medio de la duración total del sueño de 8,3 minutos (CI95% 1,74 a 14,75; p=0,013); asimismo, la calidad global del sueño mejoró significativamente en los sujetos que tomaron melatonina, en comparación con placebo

Los datos clínicos disponibles indican globalmente un efecto muy modesto sobre la duración y la calidad del sueño en los pacientes con insomnio primario, que además solo se manifiesta en una minoría relativa de pacientes. En concreto, la reducción de la latencia del sueño (el tiempo medio transcurrido desde que el paciente se acuesta y hace intención de dormir, hasta que efectivamente alcanza el sueño) es de apenas 4-9 minutos de media, y un incremento de la duración que, también en término medio, no alcanza el cuarto de hora. En general, presenta una baja tasa de respuesta (alrededor de un tercio de los pacientes), siendo la diferencia con el placebo pequeña, aunque estadísticamente significativa, con un 14% de media, aunque uno de los estudios solo encuentra un 11%. Con este último dato, el número de pacientes que es necesario tratar para que uno de ellos obtenga un resultado estadísticamente superior al que produciría el placebo (NNT) sería de 9; es decir, solo 1 de cada 9 pacientes tratados obtendría un resultado estadísticamente superior a lo que produciría el placebo.

Por otro lado, no se dispone de comparaciones directas con otros agentes hipnóticos, por lo que es difícil establecer el lugar que puede ocupar inicialmente en la terapéutica del insomnio primario en personas mayores. Desde el punto de vista toxicológico, la melatonina muestra un perfil manifiestamente benigno con una tasa global de eventos adversos por 100 pacientes-semanas que es inferior en algunos estudios a la del propio placebo y sin que se observe ningún fenómeno relacionado con dependencia ni reacciones de insomnio de rebote tras la finalización del tratamiento; de hecho, los parámetros del sueño retornan a los previos al tratamiento o incluso mejoran levemente tras la suspensión.

En definitiva, los efectos de la melatonina sobre el sueño son muy modestos y muchos pacientes no llegan a beneficiarse de ellos, pero en los que sí obtienen algún grado de mejora, los efectos no parecen disiparse con su uso continuado. Aunque el beneficio absoluto de la melatonina en comparación con el placebo es más pequeño que otros tratamientos farmacológicos para el insomnio, la melatonina tiene un cierto papel en el tratamiento del insomnio debido a su perfil relativamente benigno de efectos secundarios en comparación con estos agentes, particularmente en personas de edad y en aquellas en los que el ciclo de sueño-vigilia se encuentra alterado significativamente.

El ramelteón es un análogo de la melatonina comercializado en Estados Unidos (Rozarem®) para el tratamiento del insomnio caracterizado por la dificultad para conciliar el sueño, en dosis de 8 mg administrados 30 minutos antes de ir a la cama. Se trata de un agonista con alta afinidad hacia los receptores MT1 y MT2 que también fue presentado a la Agencia Europea de Medicamentos (European Medicines agency, EMA) para su aprobación como tratamiento del insomnio primario en la Unión Europea. Sin embargo, su autorización fue rechazada como consecuencia de un dictamen negativo adoptado el 20 de mayo de 2008 por el Committee for Medicinal Products for Human Use (CHMP) de la EMA, al considerar que la documentación clínica aportada no había demostrado la eficacia de ramelteón, en la que solo se había tenido en cuenta sólo un aspecto del insomnio, el tiempo hasta la conciliación del sueño. Además, sólo en uno de los tres estudios desarrollado en un entorno natural se había registrado una diferencia significativa en el tiempo para conciliar el sueño entre los pacientes que tomaban ramelteón y los que tomaban placebo, y esta diferencia se consideró demasiado pequeña para ser clínicamente relevante. Adicionalmente, ramelteon no demostró ningún efecto sobre otros aspectos del sueño ni eficacia a largo plazo. En definitiva, el CHMP consideró que los beneficios del ramelteón en el tratamiento del insomnio primario no superaban a los riesgos del uso del medicamento (EMA, 2008).

Antihistamínicos (anti-H1) de acción central

La histamina es una amina con múltiples funciones biológicas. Está sintetizada principalmente por mastocitos y basófilos en tejido conectivo y mucosas, células similares a las enterocromafines en la región del píloro y neuronas en el hipotálamo posterior. En estas últimas, la histamina funciona como un neurotransmisor excitatorio que estimula la liberación de otros neurotransmisores mediante la activación de su receptor H1. Por otra parte, su receptor H3 actúa como un autorreceptor con efecto negativo (biofeedback negativo), de tal manera que la propia histamina inhibe a través de este receptor su propia liberación, así como la de otros neurotransmisores (acetilcolina, dopamina, serotonina y noradrenalina), cuando su concentración es elevada. La histamina tiene otras funciones importantes en el cerebro, destacando la reducción del sueño y el aumento del estado de alerta, la estimulación de la liberación de varias hormonas (vasopresina, entre otras), la regulación de la ingesta de agua y comida, el aumento de la actividad motora y un efecto analgésico.

Principalmente, la difenhidramina (Soñodor®) y la doxilamina (Dormidina®, Dormirel®, Normodorm®) están presentes en diversos medicamentos que se dispensan sin rece­ta médica en nuestro país para el tratamiento del insomnio ocasional. En este caso, no deja de resultar curioso que un efecto adverso común de al­gunos fármacos utilizados originalmente para el tra­tamiento de las manifestaciones alérgicas, como es la somnolencia (y que estimuló el desarrollo de antihis­tamínicos incapaces de atravesar la barrera hemato­encefálica, para evitarlos), se haya reconducido hacia una indicación diferente.

Una revisión reciente (Vande, 2012) concluye que los antihistamínicos pueden tener un papel en el tratamiento del insomnio a corto plazo en los adultos más jóvenes, pero la tolerancia se desarrolla rápidamente. Tanto difenhidramina como doxilamina pueden causar una disminución del rendimiento labo­ral al día siguiente de su uso; por otro lado, presentan un marcado efecto anticolinérgico, lo que se asocia con sequedad de boca, visión borrosa y estreñimiento, aunque no es probable que con las dosis utilizadas en esta indicación (50 mg de difenhidramina y 12,5-25 mg de doxilamina) lleguen a manifestarse significativamente otros efectos anticolinérgicos más relevantes (taquicardia, retención urinaria, etc.). En cualquier caso, con el fin de limitar este perfil farmacológico, se han ensayado otros agentes con actividad antihistamínica H1 central, pero sin acciones anticolinérgicas. En concreto, la utilización de doxepina en dosis bajas (3-6 mg) parece producir una reducción significativa de la duración de los despertares tras un primer sueño, un aumento de la eficiencia y de la duración del sueño, pero con escaso efecto sobre el tiempo de latencia (Krystal, 2011). Sin embargo, en España no está autorizada esta indicación de la doxepina ni las dosis citadas (está autorizada para el tratamiento de la depresión en dosis de 50-100 mg/día).

Plantas medicinales

Son las partes subterráneas (raíces, rizomas y estolones) de la valeriana (Valeriana officinalis L. Valerianaceae) las que se emplean para el tratamiento del insomnio. Sus efectos se deben a dos tipos de principios activos; por una parte, tiene un contenido del 0,3-2,0% de aceite esencial, formado fundamentalmente por ésteres de ácido valeriánico e isovaleriánico con alcoholes como borneol y eugenol, también aparecen sesquiterpenos como valerenal, valerenona y valerianol; por otra parte, presenta una cantidad del 0,5-2,0% de iridoides, conocidos como valepotriatos (dihidrovaltrato, valtrato, isovaltrato, etc.), que son compuestos muy inestables y se descomponen por calor, humedad o pH ácido, dando lugar a aldehídos, conocidos como baldrinales (baldrinal, homobaldrinal, valtroxal).

La valeriana es una de las especies que más se han utilizado en fitoterapia para el tratamiento del insomnio. También es la especie sobre la que se han realizado más estudios para comprobar sus efectos. El aceite esencial ha demostrado tener unos efectos antiespasmódicos, mientras que los valepotriatos son sedantes (Carretero, 2003).

El mecanismo de acción de la valeriana es complejo y no está totalmente esclarecido, aunque podría actuar a nivel pre y postsináptico. En ensayos in vitro se ha comprobado que los valepotriatos inhiben a la GABA transaminasa, disminuyendo la degradación del ácido γ-aminobutírico (GABA). Además podrían aumentar su liberación a los espacios sinápticos y disminuir su recaptación. Por otra parte, en la valeriana se han detectado grandes cantidades de glutamina, que podría ser captada por las neuronas y transformada en GABA. Finalmente, se ha comprobado en ensayos in vitro que el hidroxi-pinorresinol es capaz de fijarse a las mismas subunidades a las que se unen las benzodiazepinas, ejerciendo un efecto agonista y estimulando por tanto la transmisión GABAérgica. Se ha sugerido que dichos efectos podrían ser debidos también al ácido valeriánico o a los propios baldrinales.

La valeriana presenta en ocasiones, normalmente cuando se utiliza por períodos prolongados de tiempo, un efecto paradójico de estimulación nerviosa, que cursa con ansiedad e insomnio. Por esta razón se aconseja tomarla al menos 2 horas antes de acostarse. Es una especie bastante segura, y sólo en ocasiones da lugar a náuseas y vómitos. Tras su uso continuado por largos períodos de tiempo podrían aparecer arritmias, cefalea, nerviosismo, insomnio y midriasis. Sin embargo, su toxicidad aguda se considera baja, ya que la administración de dosis 20 veces mayores a las recomendadas sólo se ha asociado con síntomas poco relevantes, como espasmos abdominales, náuseas, vómitos, fatiga y midriasis.

La tila (Tilia cordata Mill. Tiliaceae) es la inflorescencia de la planta, compuesta por una bráctea liguliforme muy grande, que se suele confundir con una hoja; desde la mitad del nervio medio de esta bráctea sale un pedúnculo largo que acaba en una cima terminal con 3-5 flores blancas amarillentas muy olorosas. La inflorescencia es rica en mucílagos con estructura de arabinogalactano (3-10%), que le confiere propiedades demulcentes y antitusivas. También presenta flavonoides (kenferol, tilirósido, quercetol, hiperósido) y trazas de aceite esencial. Tradicionalmente se ha utilizado como sedante, sola en infusión o en combinación. Es, junto con la valeriana, la especie vegetal de la que más tradición como sedante hay en España. Su uso además se considera seguro, incluso para embarazadas, madres lactantes y niños.

La melisa (Melissa officinalis L. Lamiaceae) es una de las especies vegetales que más se está utilizando como sedante en la actualidad. Es rica en un aceite esencial, con geranial, neral, citronelal y limoneno. Este aceite esencial tiene una composición similar al del limón (Citrus limon; Rutaceae), lo que le da a la melisa un olor similar a esta fruta, sobre todo cuando se frota la hoja. Los efectos sedantes son atribuidos a este aceite esencial, aunque no hay pocos estudios controlados y la utilización de la misma se basa sólo en su uso tradicional. Algunos autores afirman que el aceite esencial es teratógeno y epileptógeno, aunque no se han descrito casos clínicos que lo confirmen; no obstante, se recomienda no utilizarla en embarazadas y madres lactantes, debido a la ausencia de datos que avalen su seguridad en estas condiciones.

El naranjo amargo (Citrus aurantium L. var. amara; Rutaceae) produce dos drogas, los pericarpios de los frutos, usados como estimulante del apetito, y las flores, conocidas como azahar, que tienen propiedades hipnótico-sedantes. Estas flores son ricas en un aceite esencial, cuyos componentes fundamentales son monoterpenos como limoneno y linalol, a los que se responsabiliza de los ligeros efectos sedantes. El azahar se ha utilizado como sedante ligero, normalmente combinado con otras especies vegetales. Se ha usado durante décadas una preparación, conocida como agua de azahar, muy utilizada como antiespasmódica y sedante ligera.

El lúpulo (Humulus lupulus L. Cannabaceae) es una planta trepadora que se utiliza fundamentalmente en la fabricación de cerveza, a la que aporta su característico sabor amargo. En Fitoterapia se pueden utilizar los estróbilos – las inflorescencias femeninas – que se agrupan en racimos. En estas inflorescencias hay un aceite esencial (0.3-1.0%) con sesquiterpenos como alfa-humuleno y beta-cariofileno. También es característica la presencia de floroglucinoles amargos, con estructura de α-ácidos (humulona) o β-ácidos (lupulona), que se descomponen en compuestos alifáticos como el 2-metil-3-buten-2-ol o la 2-undecanona y se acumulan en el aceite esencial y en la resina. Se desconocen los principios activos responsables de la actividad hipnótico-sedante, aunque se ha postulado que podrían ser los derivados obtenidos al descomponerse los floroglucinoles, sobre todo el metilbutenol. El lúpulo podría tener ciertos efectos estrogénicos ligeros, por lo que podría dar lugar a muy altas dosis a aborto espontáneo, por lo que no se recomienda su utilización durante el embarazo.

La pasiflora (Passiflora incarnata L. Passifloraceae) es una liana trepadora de la selva amazónica, de la que se usa la sumidad aérea, constituida por los tallos, las hojas y en ocasiones las flores. Presenta trazas de alcaloides indólicos, (harmano, harmalina y harmalol), flavonoides (apigenina, luteolina, vitexina, saponarina) y derivados de la γ-pirona (maltol, etilmaltol). Se han demostrado ciertos efectos sedantes, aunque se desconoce a qué principios activos se debe la actividad.

La amapola de California (Eschscholtzia californica Cham. Papaveraceae) contiene alcaloides isoquinoleínicos en cantidades bastante importantes (0.5%). Entre estos alcaloides aparecen californidina, californina, coptisina, escolina, escolzina, escoltaidina, sanguinarina, protopina, criptopina y celeritrina. Esta especie tiene ciertos efectos inhibidores de la monoamino-oxidasa, por lo que puede aumentar los efectos de las catecolaminas. Es por este motivo por el que debe usarse con precaución en pacientes con glaucoma, ya que podría aumentar la presión intraocular. De igual manera, algunos de sus alcaloides pueden ser ligeramente oxitócicos, por lo que no se recomienda utilizarla durante el embarazo.

Las sumidades floridas del espino blanco (Crataegus monogyna Jacq. Rosaceae) son ricas en flavonoides, con concentraciones entre el 1-2%. Entre ellos, el principal es el hiperósido (0.28%), aunque en menor medida pueden aparecer otros como vitexina y orientina (alrededor del 0.2%). El extracto de espino blanco ha demostrado en ensayos con animales tener unos efectos hipnóticos, así como un cierta actividad cardiotónica, antiarrítmica y vasodilatadora. Actúa como sedante, siendo de gran utilidad en caso de insomnio y nerviosismo asociado a taquicardias y palpitaciones, aunque su uso podría resultar peligroso en pacientes tratados con digoxina, ya que podría potenciar los efectos de ésta. Por otra parte, se desaconseja utilizarlo durante el embarazo y tampoco debe utilizarse en madres lactantes y en menores de 18 años, debido a la ausencia de datos que avalen su eficacia y seguridad.

Además de las anteriores especies, se han utilizado como hipnóticas otras como la hierbaluisa (Lippia citriodora HBK. Verbenaceae), amapola (Papaver rhoeas L. Papaveracear), lavanda (Lavandula angustifolia Mill. Lamiaceae) o verbena (Verbena officinalisL. Verbenacae), en ocasiones con buenos resultados. Normalmente se usan asociadas a otras plantas medicinales.

Enfoque farmacológico del insomnio

Las benzodiazepinas y otros agonistas del GABA, son eficaces inductores del sueño, pero presentan un evidente riesgo de dependencia, así como de alteraciones cognitivas, psicomotrices y de la memoria, amén de incrementar el riesgo de caídas e incluso la tasa de mortalidad entre los pacientes de mayor edad; conviene recordar, asimismo, que las benzodiazepinas y sus “primos” zolpidem, zaleplón y zopiclona, pueden producir insomnio de rebote si se suspende bruscamente el tratamiento. Los antihistamínicos son menos eficaces como hipnóticos y tampoco están exentos de estos riesgos, aunque en este caso la dependencia no parece ser un problema real; no se aconseja su uso continuo durante más de una o dos semanas y más bien se manejan como tratamiento de episodios puntuales de insomnio. La valeriana actúa potenciando el efecto neuroinhibitorio del GABA, posiblemente inhibiendo su degradación, aumentando su liberación a los espacios sinápticos y/o disminuyendo su recaptación presináptica. Su eficacia hipnótica está menos cuantificada en términos clínicos que los anteriores y, además, puede incluir compuestos hepatotóxicos en el extracto, por lo que en pacientes con daño hepático debe utilizarse con precaución.

Frente a todos los anteriores fármacos, la melatonina presenta un perfil toxicológico manifiestamente benigno, sin problemas de dependencia o de insomnio de rebote tras la finalización del tratamiento; asimismo, explota un mecanismo fisiológico hasta ahora poco utilizado, al menos en términos estrictamente científicos. Es, por tanto, una alternativa a considerar en pacientes donde los anteriores fármacos puedan resultar problemáticos, pero sin perder de vista que la melatonina tiene un efecto hipnótico muy modesto, que puede requerir varios días de tratamiento hasta alcanzar una respuesta clínica significativa y que ésta solo llega a manifestarse en una parte (30-40%) de los pacientes en los que se emplea (posiblemente más si se trata de cuadros muy severos de insomnio), y ello siempre que sea en las condiciones de uso autorizadas (Cuéllar, 2013).

Psicoterapia

El tratamiento cognitivo-conductual del insomnio es el tratamiento no farmacológico más ampliamente usado y mejor estudiado en términos clínicos. Sus efectos a corto o medio plazo (6-10 semanas) son comparables o incluso superiores a los conseguidos con fármacos y persisten durante al menos tres años (Mitchell, 2012). Además, también es eficaz en pacientes que están tomando hipnóticos e incluso puede ayudar a reducir la utilización de estos últimos.

La terapia cognitivo-conductual informatizada (TCCI) es un modo innovador de atender a los pacientes con trastornos psicológicos. Un meta-análisis (Cheng, 2012) realizado sobre seis ensayos clínicos controlados mostró que los efectos de la TCCI fueron significativas sobre la calidad y la eficiencia del sueño, el número de despertares, la latencia de sueño y el Índice de Gravedad del Insomnio, aunque con una notable variabilidad en los resultados. Por otro lado, los efectos sobre el tiempo despierto después del inicio del sueño, el tiempo total de sueño y el tiempo en la cama no fueron significativos. En promedio, el número necesario a tratar3 fue 3,59 y la tasa de adherencia al tratamiento fue alta (78%). Todo ello lleva a concluir que los resultados sugieren que la TCCI es ligera a moderadamente eficaz en la autoayuda en el corto plazo para el insomnio, considerándose una forma aceptable de tratamiento de baja intensidad en el modelo de atención escalonada para el insomnio.

Acupuntura

Una revisión Cochrane (Cheuk, 2012) mostró que, en comparación con la ausencia de tratamiento o con práctica simulada (placebo), la acupuntura mejoró en más personas la calidad del sueño en comparación con ningún tratamiento (Odds Ratio, OR=13,08, IC95% 1,79 a 95,59) y en comparación con el tratamiento simulado (placebo) (OR=6,62; IC95% 1,78 a 24,55). Sin embargo, el análisis de sensibilidad no fue concluyente en algunos casos. En comparación con otro tratamiento solo, la acupuntura como complemento de otro tratamiento marginal podría aumentar la proporción de personas con una mejor calidad del sueño (OR= 3,08; IC95% 1,93 a 4,90). En el análisis de subgrupos, sólo la acupuntura con aguja mostró beneficios, pero no así la electroacupuntura.

EL PAPEL DEL FARMACÉUTICO

El papel del farmacéutico en el manejo del insomnio es relevante, en la medida en que puede resolver los casos aislados de carácter autolimitado y encauzar hacia la consulta médica aquellos otros que requieran una ulterior investigación clínica; pero, en todo caso, el farmacéutico debe proporcionar una información clara, concisa y rigurosa de lo que es el insomnio, de cómo puede prevenirse, de las enfermedades con las que puede relacionarse y de las posibles complicaciones que pueden surgir si no se atiende adecuadamente su presencia.

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Es importante, igualmente, informar a cualquier persona que solicite información sobre el tema que existe herramientas terapéuticas útiles que pueden corregir este problema, siempre que sea adecuadamente diagnosticado y se siga con precisión las recomendaciones sobre hábitos saludables.

El tratamiento de los trastornos del sueño se basa tanto en medidas farmacológicas como no farmacológicas y, en ambos casos, un asesoramiento farmacéutico adecuado puede ayudar a aliviar el problema y a realizar un seguimiento correcto del mismo.

El farmacéutico tiene un ineludible papel como educador sanitario también en este aspecto específico, además de actuar directamente cuando detecte un problema de insomnio leve, mediante la dispensación de fármacos que no requieran receta médica. Finalmente, debe orientar sobre la derivación del paciente al médico cuando estime que sea necesario, en caso de problemas del sueño de carácter moderado a severo o prolongados o cuando existan determinadas circunstancias que así lo aconsejen.

En la figura adjunta se define un protocolo de atención farmacéutica específico, en el que se recogen una serie de preguntas que pueden servir de base al farmacéutico para discernir cuándo el insomnio es un síntoma autolimitado frente a otras situaciones que requieren estudio clínico y, eventualmente, tratamiento médico.

En este sentido, básicamente, debe remitirse al médico a cualquier persona con síntomas persistentes o crónicamente intermitentes, a aquellos con enfermedades crónicas orgánicas o psiquiátricas, aquellos que estén utilizando crónicamente determinados medicamentos (particularmente, antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos, broncodilatadores de tipo beta-agonistas, etc.) y, desde luego, los niños y las personas de edad avanzada. El resto de casos – insomnio transitorio en adultos – pueden ser afrontados desde la oficina de farmacia, informando sobre las condiciones más adecuadas para conciliar el sueño, limitando o evitando aquellas que pudieran estar influyendo en cada caso particular (higiene del sueño) y técnicas de relajación, sin que sea preciso, en muchos casos, recurrir a ningún medicamento. En concreto, entre las instrucciones para la higiene del sueño, son especialmente recomendables las siguientes:

  • No tomar alimentos o bebidas con cafeína 6 horas antes de la hora de dormir.
  • Evitar la nicotina durante la noche o cerca de la hora de dormir.
  • No consumir bebidas alcohólicas 6 horas antes de dormir (el alcohol induce el sueño, pero acorta su duración).
  • Hacer cenas ligeras y al menos dos horas antes de acostarse.
  • No realizar ejercicio físico intenso a menos de 6 horas antes de la hora de acostarse.
  • Minimizar la luz, el ruido y los extremos de temperatura en la habitación.
  • Permanecer en cama sólo el tiempo que se esté durmiendo (la permanencia en cama despierto prolonga la fase de vigilia).
  • Tratar de dormir solamente cuando se tenga sueño.
  • Si es incapaz de dormir o de volver a dormir, es mejor dejar la cama y comenzar una actividad tranquila que distraiga.
  • No quedarse dormido fuera de la habitación. Regresar a la cama solamente si se tiene sueño, repitiéndolo tantas veces como sea necesario durante la noche.
  • Mantener una hora regular de despertar, aun durante los fines de semana o días de vacación, independiente de cuánto haya dormido.
  • No leer, comer o ver televisión en la cama.
  • Si se es insomne, evitar las siestas diurnas; pero si el sueño aparece durante el día y es invencible, puede recomendarse una microsiesta (menos de media hora de duración), siempre que se haga no menos de 6 horas antes de acostarse por la noche.

Si se considera preciso el empleo de algún medicamento hipnótico, se recomiendan fitofármacos o antihistamínicos H1, utilizando la dosis mínima eficaz, aunque la duración del tratamiento no debe exceder de una semana. Una estrategia a considerar inicialmente es administrar el fármaco de manera intermitente (por ejemplo, una noche de cada dos).

Entre los antihistamínicos, la doxilamina tiene una importante acción hipnótica y sedante, así como actividad anticolinérgica y antiemética. El tiempo preciso para que aparezca la acción útil en el insomnio es de 30 minutos. Por su parte, el tiempo preciso para la inducción del sueño por la difenhidramina es algo mayor que el de la doxilamina, pero también la duración de su efecto hipótico es mayor. Ambos están indicados en el insomnio a corto plazo, particularmente cuando existe dificultad para conciliar el sueño. La posología de la doxilamina es de 12,5 o 25 mg, mientras que la de la difenhidramina es de 50 mg, en ambos casos 30 minutos antes de acostarse.

Los efectos adversos de los antihistamínicos son, en general, leves y transitorios, apareciendo como consecuencia de una prolongación de la acción farmacológica: sedación, mareos, hipotensión, así como a los efectos anticolinérgicos tales como sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, somnolencia residual, hipersecreción bronquial. Con las dosis recomendadas, no es probable que se manifiesten otros efectos clínicos más relevantes de origen anticolinérgico (taquicardia marcada, retención urinaria, etc.). En cualquier caso, no se aconseja la conducción de vehículos ni el manejo de maquinaria de precisión durante la mañana siguiente, así como la ingesta de bebidas alcohólicas.

En el embarazo sólo se deben emplear bajo estricto control médico. Los ancianos son especialmente sensibles a los efectos adversos de estos medicamentos pudiendo desarrollar reacciones paradójicas. Tampoco se recomienda el uso de estos fármacos en sujetos menores de 18 años para el tratamiento del insomnio ya que pueden desarrollar reacciones paradójicas de hiperexcitabilidad. Es preferible no utilizarlos en pacientes con glaucoma, retención urinaria, estreñimiento, insuficiencia cardiaca o hepática, e hipertrofia prostática, debido al potente efecto anticolinérgicos de estos antihistamínicos, que podría agravar o complicar dichas enfermedades.

Entre las plantas medicinales tradicionalmente utilizadas para combatir el insomnio, la valeriana es el referente, aunque también se utilizan ampliamente la melisa, la pasiflora, la tila, el azahar (flores de naranjo amargo), el lúpulo, la amapola común y la de California, el espino blanco, la hierba luisa, la lavanda, la verbena, etc.; hay muchos preparados que combinan varias de ellas.

Por lo que respecta a la valeriana, la dosis recomendada en casos de insomnio es de 50-360 mg (depende del tipo de preparado) al acostarse. Los comprimidos y las grageas se deben tragar enteros, sin masticar, siempre acompañadas con líquido. Aunque poco frecuentes, se han demostrado algunas reacciones adversas relacionadas con el uso de V. officinalis por períodos breves (días). Éstas incluyen sedación prolongada o somnolencia, confusión, dolor de cabeza, depresión, dispepsia, taquicardia sinusal y prurito. Se han descrito también reacciones paradójicas, que incluyen estimulación del sistema nervioso central y agitación, sobre todo en niños y ancianos. La administración de valeriana durante períodos prolongados puede conducir a un cierto grado de dependencia susceptible de provocar un leve síndrome de privación o abstnencia si se suspende el tratamiento bruscamente.

No se recomienda la administración de valeriana a menores de 12 años sin conocimiento del pediatra, principalmente debido a la falta de estudios clínicos en este grupo de edad. Por lo mismo, no se recomienda su uso durante el embarazo ni la lactancia. Como no se conoce con precisión la vía de eliminación de sus principios activos, la dosis de valeriana debe aquilatarse en pacientes con insuficiencia renal y, particularmente, con insuficiencia hepática. Por otro lado, se debe suspender gradualmente el uso de valeriana 3 a 4 semanas antes de una intervención quirúrgica y/o procedimiento de anestesia general. La sobredosificación de valeriana puede causar somnolencia, por lo que se recomienda que las personas que conduzcan u operen con maquinaria que requiera un estado de alerta mental, evalúen previamente el modo en que la dosificación administrada afecta su actividad durante el día. Igualmente, los pacientes con historial de epilepsia u otros problemas neurológicos o psiquiátricos, deberían ser advertidos de las posibles interacciones con su medicación.

No deben utilizarse extractos de otras valerianas, como la valeriana mexicana (Valeriana edulis), o valeriana de la India (Valeriana indica), por el posible riesgo citotóxico, debido a su elevado contenido en valepotriatos y baldrinal.

1 El paciente indica un punto entre 0 y 10 cm, cuantificando su percepción de cada tema consultado.

2 Adicionalmente, existen más de 40 productos de complementos alimenticios comercializados en España, en los que la melatonina figura en su composición.

3 Número de pacientes que es necesario tratar para que uno de ellos obtenga un resultado estadísticamente superior al que produciría la ausencia de tratamiento (NNT).

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Tiocolchicosido (Adalgur®): uso limitado a 7 días para minimizar el riesgo de efectos mitóticos

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha implementado en los textos de ficha técnica y prospecto del medicamento Adalgur® (tiocolchicósido 2 mg + paracetamol 500 mg por comprimido) los acuerdos del comité europeo PRAC de la revisión de la seguridad de este derivado de la colchicina en cuanto a efectos mitóticos, en la división celular, por lo que puede ser teratogénico.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha implementado los cambios sugeridos en el arbitraje1 llevado a cabo con los medicamentos con tiocolchicósido debido a los datos sobre su capacidad de alterar la mitosis de las células.

El tiocolchicósido se utiliza como un relajante muscular en el tratamiento de condiciones musculares dolorosas. Se considera que actúa sobre los receptores en el sistema nervioso que están involucrados en la regulación de la función muscular.

El tiocolchicósido está autorizado a través de procedimientos nacionales en la República Checa, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Malta, Portugal y España (Adalgur®). Está disponible para su uso por vía oral o por inyección intramuscular. En algunos países también se encuentra disponible como preparados tópicos para ser aplicados a la piel, pero estos últimos preparados que no se ven afectadas por esta revisión.

Las recomendaciones del CHMP de la EMA, Comité de Medicamentos de uso Humano, formado por representantes de todos los estados miembros, se basaron en una revisión de los datos disponibles de los estudios preclínicos y clínicos, de la literatura publicada y de la experiencia postautorización, y de consultas a un grupo de trabajo de expertos sobre seguridad de los medicamentos. Los estudios preclínicos indican que el metabolito del tiocolchicósido 3-demetiltiocolchicina (M2, SL59.0955) puede estar asociado con aneuploidía (número anormal de cromosomas y la pérdida de heterozigosidad) en células que se dividen, a niveles de exposición no mucho mayores que los conseguidos en el cuerpo con el máximo dosis orales recomendadas. La aneuploidía es un factor de riesgo establecido para la teratogenicidad, embriotoxicidad o aborto espontáneo, y deterioro de la fertilidad masculina. En teoría, también aumenta el riesgo de cáncer, aunque cualquier aumento significativo del riesgo de cáncer sería, en general, dependiendo de la exposición a largo plazo a la sustancia causal. Los metabolitos del tiocolchicosido no se asociaron con efectos mutagénicos (cambios en los genes) o clastogenicidad (daño estructural en los cromosomas). El Comité llegó a la conclusión de que, a la luz de la evidencia actual el beneficio-riesgo de los medicamentos se mantuvo positivo siempre se tomen las medidas adecuadas de reducción del riesgo, incluida la restricción de la dosis máxima y duración del uso y el uso contraindicado durante el embarazo y la lactancia y en niños.

La información detallada en el prospecto y en la ficha técnica de las indicaciones y condiciones de uso autorizadas del medicamento Adalgur® se puede consultar en la web de la AEMPS, dentro de la sección CIMA: Centro de Información Online de Medicamentos de la AEMPS.

Recomendaciones para Profesionales

  • El tiocolchicósido por vía sistémica sólo se recomienda como tratamiento adyuvante para las contracturas musculares agudas en la patología de la columna vertebral, para los adultos y adolescentes mayores de 16 años de edad.
  • No se recomienda para el tratamiento a largo plazo de las condiciones crónicas.
  • La dosis oral máxima recomendada es de 8 mg cada 12 horas, con una duración del tratamiento que no debe ser de más de 7 días consecutivos. Cuando se administra por vía intramuscular, la dosis máxima debe ser de 4 mg cada 12 horas, durante un máximo de 5 días.
  • Los medicamentos que contienen tiocolchicósido (Adalgur®) no deben utilizarse durante el embarazo y ni la lactancia, ni en mujeres en edad fértil que no estén tomando medidas anticonceptivas apropiadas.
  • Los pacientes tratados con tiocolchicósido (Adalgur®) por vía sistémica deben revisar su tratamiento en la próxima cita programada, y se deben considerar los tratamientos alternativos adecuados.
  • Los farmacéuticos deben aconsejar a los pacientes que presentan un uso repetido de prescripciones que consulten con su médico.
  • Los médicos se les enviará una carta dándoles más información sobre la restricción de indicación de tiocolchicósido por vía sistémica. También se prepararán materiales educativos para los prescriptores y para los pacientes.
  • Los nuevos resultados no se aplican a las preparaciones tópicas de tiocolchicósido.

Recomendaciones para los pacientes

  • El tiocolchicósido es un medicamento que se utiliza en algunos países de la UE para condiciones asociadas con el dolor muscular.
  • Una nueva evidencia ha demostrado que tiocolchicósido se transforma en el cuerpo en una sustancia llamada M2, que en cantidades suficientes puede afectar el material genético de las células. Esto se traduce en un número anormal o una disposición anormal de los cromosomas, lo que puede reducir la fertilidad en los hombres y, en caso de que suceda durante el embarazo, puede dañar al bebé en el útero. En teoría, la exposición a largo plazo puede aumentar el riesgo de cáncer, aunque actualmente no hay pruebas de ello.
  • Con el fin de minimizar la cantidad de M2 producida en el cuerpo, y por lo tanto los riesgos asociados, actualmente los medicamentos que contienen tiocolchicósido (Adalgur®) sólo se recomiendan para uso a corto plazo como complemento de otros tratamientos para el dolor debido a la tensión permanente de los músculos en los que hay problemas en la columna vertebral, en adultos y adolescentes de 16 años de edad.
  • Actualmente, el tratamiento debe darse sólo durante 7 días por vía oral o 5 días por inyección intramuscular. Los pacientes que están tomando tiocolchicósido (Adalgur®) para una condición a largo plazo deben revisar su tratamiento por parte de su médico en la próxima cita programada.
  • Los medicamentos que contienen tiocolchicósido (Adalgur®) nunca deben tomarse si usted está embarazada o en periodo de lactancia. Las mujeres que puedan quedar embarazadas deben utilizar métodos anticonceptivos mientras estén tomando estos medicamentos.
  • Los medicamentos que contienen tiocolchicósido (Adalgur®) para su aplicación a la piel, no producen los mismos niveles de M2 en el cuerpo y no se cree que afecta el material genético de las células. Estos medicamentos por lo tanto, no se ven afectados por estas recomendaciones. No existe ninguno en España.
  • Los pacientes que tienen alguna duda, deben consultar con su médico o farmacéutico.

Referencias

  1. European Medicines Agency (EMA). European Medicines Agency recommends restricting use of thiocolchicoside by mouth or injection. Medicine only to be used at low doses for additional short-term relief of painful muscle contractures. Comunicación EMA/706409/2013, 22 November 2013. Disponible en la página web de la EMA: http://www.ema.europa.eu/docs/en_GB/document_library/Referrals_document/Thiocolchicoside-containing_medicines/WC500155447.pdf (consultado 06 marzo 2014).

IMPORTANTE

El Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-H) se basa en el programa de notificación espontánea de un profesional sanitario (médico, odontólogo, farmacéutico, enfermero, otros) de una sospecha de relación entre un medicamento (incluidos vacunas, sueros, gases medicinales, fórmulas magistrales, plantas medicinales) y un síntoma o signo adverso (reacción adversa, RAM) que manifieste el paciente (programa de tarjeta amarilla). El Real Decreto 577/2013 de Farmacovigilancia de medicamentos de uso humano (BOE núm. 179, de 27 de julio de 2013) entró en vigor el 28 de julio de 2013. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) coordina el SEFV-H.

¿Qué notificar?

Se deben notificar las sospechas de RAM:

– con medicamentos autorizados, incluidas las de aquellos que se hayan utilizado en condiciones diferentes a las autorizadas o con medicamentos extranjeros importados con autorización de la AEMPS,

– principalmente las RAM ‘graves’ (mortales, o que amenacen la vida, prolonguen o provoquen una hospitalización, causen incapacidad o sean médicamente importantes y las trasmisiones de un agente infeccioso a través de un medicamento) o RAM ‘inesperadas’ de cualquier medicamento,

– con medicamentos de ‘seguimiento adicional’ (durante sus primeros 5 años desde la autorización, identificados con un triángulo negro invertido (▼) a la izquierda del nombre del medicamento en el material informativo, en el prospecto y en la ficha técnica); ver la lista mensual de los medicamentos con triángulo negro en la web de la AEMPS, en la sección de CIMA con el criterio de búsqueda del “Triángulo negro”: http://www.aemps.gob.es/cima/pestanias.do?metodo=accesoAplicacion

– las que sean consecuencia de ‘errores de medicación’, que ocasionen daño en el paciente,

– las originadas por ‘interacciones’ con medicamentos, plantas medicinales, incluso alimentos (zumo de pomelo, ahumados, crucíferas, etc).

¿Cómo notificar?

No olvide notificar cualquier sospecha de RAM a su Centro Autonómico o Regional de Farmacovigilancia mediante las ‘tarjetas amarillas’. Consulte en este directorio su Centro Autonómico de Farmacovigilancia correspondiente. NUEVO MÉTODO: se puede notificar a través del sitio web https://www.notificaram.es/, y el sistema electrónico le hace llegar a su centro correspondiente la notificación de sospecha de RAM. Sirve para profesionales sanitarios y para ciudadanos, en formularios diferentes. La nueva legislación europea de farmacovigilancia establece esta posibilidad para facilitar la notificación de las sospechas de RAM por la población en general.

¿Dónde conseguir tarjetas amarillas?

Consultando a su Centro correspondiente del SEFV-H. Podrá encontrar el directorio de Centros en las primeras páginas del “Catálogo de Medicamentos” y en las páginas de Internet http://www.portalfarma.com y http://www.aemps.gob.es/vigilancia/medicamentosUsoHumano/docs/dir_serfv.pdf.

¿Dónde consultar las fichas técnicas y prospectos de los medicamentos?

En la página web de la AEMPS http://www.aemps.gob.es >> seleccionando >> ”CIMA: Centro de Información on-line de Medicamentos de la AEMPS, Humanos”, se pueden consultar por nombre comercial o por sus principios activos. También están disponibles en la base de datos BOT Plus.

NOTA: la mención de marcas comerciales en el texto solo tiene fines de identificación, y en absoluto se les debe asignar directamente lo descrito en el texto.

MODIFICACIONES de medicamentos enero-febrero 2014

CAMBIO DE PRECIO Y CODIGO NACIONAL

CN Nuevo PRECIO NOMBRE Y PRESENTACIÓN CN Antiguo
654845 37.7 Sekivar HCT 40/10/25 mg 28 comprimidos 678661
654844 37.7 Sekivar HCT 40/10/12.5 mg 28 comprimidos 678652
654842 37.7 Capenon HCT 40/10/25 mg 28 comprimidos 678584
654843 37.7 Capenon HCT 40/10/12.5 mg 28 comprimidos 678592
654846 37.7 Balzak PLUS 40/10/25 mg 28 comprimidos 679051
654847 37.7 Balzak PLUS 40/10/12.5 mg 28 comprimidos 678605

CAMBIO EN LAS CONDICIONES DE DISPENSACIÓN/OFERTA AL SNS (Acumulado desde enero 2014)

MODIFICACIONES DE NOMBRE (Acumulado desde enero 2014)

MODIFICACIONES DE NOMBRE (Acumulado desde enero 2014)
NOMBRE ACTUAL NOMBRE ANTERIOR
Ácido alendrónico semanal Zentiva Acido alendrónico semanal Vegal
Amisulprida Mylan Pharmaceutica Misulmylan
Amoxicilina Aristo Amoxicilina Ur
Candesartan/Hidroclorotiazida Apotex Candesartan/Hidroclorotiazida Cinfamed
Carvedilol Aristo Cravedilol Ur
Cinitaprida Zentiva (Sanofi Aventis) Cinitaprida Ibermedgen
Citalopram Aristo Citalopram Ur
Epirubicina Sandoz (Sandoz) Epirubicina Sendras (Ferrer)
Escitalopram Zentiva Escitalopram Vegal
Exemestano Zentiva (Sanofi Aventis) Exemestano Gobens (Normon)
Fexofenadina Sanofi Telfast
Gine Canesmed Clotrimazol Bayfarma
Junifen 40 mg/ml suspensión Junipro
Lansoprazol Tecnigen Lansoprazol Liconsa
Latanoprost Sandoz Xalavista
Lisinopril Aristo Lisinopril Edigen
Micofenolato de mofetilo Ur Micofenolato de Mofetilo Germed
Mitoxantrona Sandoz Mitoxantrona Ferrer Farma
Omeprazol KRKA Omeprazol Liconsa
Oxcarbamazepina Mylan Oscarmylan
Pramipexol Zentiva (Sanofi Aventis) Pramipexol Vegal
Pramipexol Ratiopharm Pramipexol Ibermedgen
Quetiapina Mylan Quetiamylan

Nuevas indicaciones aprobadas 2014

PRINCIPIO ACTIVO NOMBRE LABORATORIO INDICACIÓN
▌ Bevacizumab Avastin Roche En combinación con carboplatino y gemcitabina para el tratamiento de pacientes adultos con cáncer de ovario epitelial sensible al platino tras primera recaída, carcinoma de la trompa de Falopio, o carcinoma peritoneal primario que no hayan recibido tratamiento previo con bevacizumab, otros inhibidores VEGF o agentes dirigidos frente a receptores VEGF»
Bortezomib Velcade Janssen Cilag Se añade a la monoterapia «o en combinación con doxorubicina liposomal pegilada o dexametasona» para el tratamiento de pacientes adultos con mieloma múltiple en progresión que han recibido previamente al menos un tratamiento y que han sido sometidos o no son candidatos a trasplante de progenitores hematopoyéticos.
▌ Catridecacog NovoThirteen Novo-Nordisk Ampliación de indicación a menores de seis años: Tratamiento profiláctico a largo plazo de hemorragias en pacientes adultos y niños con deficiencia congénita de la subunidad A del factor XIII
Dabigatran Pradaxa Boehringer Ingelheim 75 mg cápsulas duras

 

Prevención primaria de episodios tromboembólicos venosos en pacientes adultos sometidos a cirugía de reemplazo total de cadera o cirugía de reemplazo total de rodilla, programadas en ambos casos.

Pradaxa 110 mg cápsulas duras

Prevención primaria de episodios tromboembólicos venosos en pacientes adultos sometidos a cirugía de reemplazo total de cadera o cirugía de reemplazo total de rodilla, programadas en ambos casos.

Prevención del ictus y de la embolia sistémica en pacientes adultos con fibrilación auricular no valvular, con uno o más factores de riesgo, como ictus o ataque isquémico transitorio previos; insuficiencia cardíaca (Clase≥ II escala NYHA); edad ≥ 75 años; diabetes mellitus; hipertensión.

150 mg cápsulas duras

Prevención del ictus y de la embolia sistémica en pacientes adultos con fibrilación auricular no valvular, con uno o más factores de riesgo, como ictus, ataque isquémico transitorio previos; insuficiencia cardíaca (Clase≥ II escala NYHA); edad ≥ 75 años; diabetes mellitus; hipertensión.

Linagliptina/Metformina Jentadueto Boehringer Ingelheim En terapia triple: Combinado con insulina como tratamiento añadido a la dieta y el ejercicio para mejorar el control glucémico en pacientes adultos que no estén adecuadamente controlados con insulina o metformina en monoterapia.
▌ Omalizumab Xolaris Novartis Urticaria crónica espontánea como tratamiento adicional de la urticaria crónica espontánea en adultos y adolescentes (a partir de 12 años) que tienen una respuesta insuficiente al tratamiento con antihistamínicos H1.
Paclitaxel Abraxane Celgene Paclitaxel (Abraxone) en combinación con gemcitabina está indicado para el tratamiento en primera línea de pacientes con adenocarcinoma de páncreas metastásico.
▌ Ustekinumab Stelara Janssen-Cilag Psoriasis en placa de moderada a grave en los adultos que no responden, tienen contraindicadas o no toleran otros tratamientos sistémicos, incluyendo la ciclosporina, el metotrexato (MTX) o PUVA (psoraleno y ultravioleta A).

Alertas riesgos AEMPS

FECHA REF. TÍTULO ALERTA MEDICAMENTO PRINCIPIO ACTIVO MEDIDAS A TOMAR MOTIVOS ALERTA RELACIONADA
10 Enero 2014 01/2014 Ranelato de estroncio (▼Osseor, ▼Protelos): la revisión europea concluye que el balance beneficio-riesgo es desfavorable ▼Osseor, ▼Protelos Ranelato de estroncio Hasta que se tome una decisión definitiva sobre su suspensión de comercialización, no iniciar nuevos tratamientos y revisar los actuales, comprobando que las condiciones de uso (indicaciones y contraindicaciones) son las autorizadas en ficha técnica Balance beneficio-riesgo desfavorable debido al riesgo cardiovascular junto a su limitada eficacia en la prevención de fracturas graves. 11/2013 y 04/2012
21 Febrero 02/2014 Finalización de la revisión del balance beneficio-riesgo de ranelato de estroncio (▼Osseor, ▼Protelos): restricciones de uso ▼Osseor, ▼Protelos Ranelato de estroncio Restringir el uso a pacientes con osteoporosis severa y alto riesgo de fracturas que no puedan utilizar otras alternativas terapéuticas y que no presenten ni tengan antecedentes de cardiopatía isquémica, enfermedad arterial periférica o patología cerebrovascular. Tampoco en aquellos con hipertensión arterial no controlada. Decisión definitiva europea de restringir el uso por considerarse desfavorable su balance beneficio-riesgo 01/2014, 11/2013, 04/2012