La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una patología respiratoria que afecta
a millones de personas en todo el mundo. Su impacto en la salud pública es cada vez mayor,
tanto por la mortalidad que genera como por el deterioro en la calidad de vida de quienes la
padecen.
En este artículo encontrarás información sobre EPOC basada en un webinar organizado por
el Consejo General de Farmacéuticos, con la participación de médicos, farmacéuticos y
representantes de pacientes. El objetivo: entender mejor esta enfermedad, su diagnóstico, su
tratamiento y cómo puede abordarse desde distintos ámbitos de la salud.
La EPOC se caracteriza por una obstrucción crónica y poco reversible del flujo aéreo,
confirmada mediante espirometría.
• Suele aparecer en personas mayores de 65 años.
• Está asociada principalmente al tabaquismo, aunque también influyen la
contaminación, factores laborales y predisposición genética.
• Según la OMS, en 2030 será la tercera causa de muerte en el mundo.
• En España, la prevalencia ronda el 10–12%, pero el infradiagnóstico supera el 70%.
Estos datos reflejan la necesidad de ofrecer más información sobre EPOC a la población y de
reforzar la detección temprana.
El diagnóstico se confirma mediante espirometría en pacientes con síntomas respiratorios
crónicos como tos, expectoración y disnea.
Para un correcto manejo, los pacientes se clasifican en riesgo bajo o alto, considerando:
• Función pulmonar (FEV1 < 50%).
• Nivel de disnea (mMRC ≥ 2).
• Número de agudizaciones (≥2 al año o 1 con ingreso hospitalario).
Este enfoque permite individualizar el tratamiento y anticipar complicaciones.
El tratamiento debe ser personalizado, teniendo en cuenta el nivel de riesgo y las características
de cada paciente.
Broncodilatadores de larga duración (LAMA/LABA): base del tratamiento.
• Corticoides inhalados (CI): recomendados en pacientes eosinofílicos o con frecuentes exacerbaciones.
• Mucolíticos: pueden ayudar en casos concretos, siempre bajo prescripción médica.
• Teofilina: de uso limitado por su estrecho margen terapéutico e interacciones.
• Cese tabáquico: es la intervención más eficaz para frenar la progresión.
• Actividad física regular: al menos 30 minutos al día de ejercicio moderado.
• Educación sanitaria: correcta técnica de inhalación, enjuague bucal tras corticoides y desecho seguro de inhaladores.
La farmacia comunitaria juega un papel clave en el manejo integral de la enfermedad:
• Dispensación activa: explicar la técnica de inhaladores y reforzar la adherencia al tratamiento.
• Programas de cesación tabáquica: entrevistas, seguimiento y apoyo al paciente fumador.
• Detección y derivación: identificar signos de alarma como tos persistente, exacerbaciones frecuentes o disnea agravada.
• Educación nutricional y hábitos saludables: orientación sobre dieta y ejercicio.
Los farmacéuticos son un punto de contacto accesible y cercano, fundamentales para mejorar
la calidad de vida de los pacientes.
La EPOC requiere un enfoque multidisciplinar, en el que médicos, farmacéuticos y pacientes
trabajen juntos. Solo así se puede mejorar el diagnóstico precoz, optimizar los tratamientos y
reforzar la adherencia.
Además, es crucial impulsar la educación en salud, sensibilizar sobre la contaminación
ambiental y promover hábitos saludables desde edades tempranas.
El farmacéutico puede reforzar la adherencia explicando la técnica correcta de inhalación,
utilizando placebos de entrenamiento, revisando periódicamente el uso del dispositivo y
resolviendo dudas sobre efectos adversos. Además, puede recomendar recordatorios (apps,
alarmas) y realizar seguimiento activo.
• Dispensación activa y revisiones de medicación.
• Programas de cesación tabáquica con entrevistas y apoyo continuo.
• Atención nutricional y consejos de ejercicio físico.
• Detección y derivación ante signos de alarma o sospecha de infradiagnóstico.
El farmacéutico, como profesional de proximidad, puede identificar síntomas persistentes (tos,
expectoración, disnea) en pacientes fumadores o exfumadores y recomendar la realización de
una espirometría en atención primaria. Esto contribuye a reducir el alto infradiagnóstico de la
enfermedad.