La erupción pápulo-pustular es un efecto adverso en la piel frecuente en los tratamientos oncológicos, similar al acné, pero con diferencias importantes que debemos conocer.
Se trata de una reacción secundaria común en terapias dirigidas, con una incidencia que puede superar el 50 %.
Aparece al inicio del tratamiento.
Alcanza su máxima intensidad entre la cuarta y sexta semana.
La erupción se caracteriza por:
Pápulas: pequeños bultos sólidos y elevados con borde definido.
Pústulas: similares, pero con pus en su interior.
Suele localizarse en áreas con mayor cantidad de folículos pilosebáceos:
Frente, mejillas y nariz
Cuero cabelludo
Parte superior del tronco
Es rara en palmas y plantas, lo que ayuda a diferenciarla de otras erupciones.
Aunque se parece al acné, la erupción pápulo-pustular no presenta comedones (ni espinillas ni puntos negros).
La inflamación folicular es la causa principal y puede evolucionar a infección, provocando picor, ardor o dolor que impacta en la calidad de vida.
La erupción se clasifica en 4 grados según la extensión corporal y los síntomas:
Grado 1 (leve): <10 % del cuerpo. Tratamiento con clindamicina tópica al 1 % y corticoides tópicos de potencia moderada-alta.
Grado 2 (moderada): 10–30 %. Se añaden antibióticos orales como doxiciclina o minociclina.
Grado 3 (grave): >30 %. Puede requerir corticosteroides orales, isotretinoína oral y reducción o suspensión del tratamiento oncológico.
Grado 4 (potencialmente mortal): erupción muy extensa con sobreinfección, requiriendo hospitalización y antibióticos intravenosos.
Es fundamental no usar productos para el acné común, ya que agravan la irritación. Se recomienda:
Limpiadores syndet con pH fisiológico
Emolientes no grasos para piel sensible
Protección solar SPF50+, de amplio espectro, sin perfumes
Evita la exposición solar directa
Usa ropa suave y holgada de algodón
Mantén la piel limpia e hidratada con productos específicos para piel sensible
Consulta al dermatólogo u oncólogo si la erupción no mejora o empeora
Recuerda: pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza.
Te aconsejaremos y resolveremos cualquier duda que tengas sobre el cuidado de la piel durante los tratamientos oncológicos.