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Rinitis aguda

La rinitis aguda es un proceso inflamatorio que afecta a las vías respiratorias superiores y que se desarrolla en la mucosa nasal. En la actualidad, es una de las infecciones más frecuentes del cuerpo humano; los adultos padecen una media de entre 2 y 5 episodios al año, y, los niños, entre 8 y 12.

Los virus más frecuentemente relacionados con la rinitis aguda son los rinovirus, que causan prácticamente la mitad de los casos, seguidos por otros como los coronavirus, adenovirus, virus respiratorio sincitial (VRS), coxsackie, gripe y parainfluenza. Una vez que estos virus entran en contacto con la mucosa nasal, infectan las células epiteliales nasales, provocando daño de sus uniones intercelulares y alterando las membranas, lo que induce la muerte celular.

La clínica característica de la rinitis aguda vírica engloba una producción excesiva de moco con rinorrea, insuficiencia respiratoria nasal, estornudos, ojos llorosos y algún grado de prurito ocular y/o nasal. En el caso de los rinovirus, los síntomas suelen aparecer entre las 48 y 72 horas tras la inoculación, mientras que, en las infecciones causadas por otros virus, como el VRS, el cuadro clínico aparece a los 7 días tras el contagio. Aun así, el tiempo medio de resolución es de entre 4 y 10 días, sin existir diferencias entre los distintos virus.

Los síntomas nasales están desencadenados por el edema y la vasodilatación a nivel nasal. Tras la infección, la mucosa se hipertrofia, produciendo un exudado inflamatorio en forma de rinorrea hialina (transparente) o mucoide (verdosa-amarillenta). Tanto el edema como la vasodilatación, citados anteriormente, producen congestión nasal, que da lugar a una obstrucción mecánica al paso de aire. Por ello, los términos congestión nasal y obstrucción nasal se utilizan indistintamente en la mayoría de las ocasiones. Todos estos síntomas pueden llevar asociada una sintomatología sistémica caracterizada por fiebre, escalofríos o malestar general, que suele tener una duración media de 5 días. Por otra parte, la rinorrea hialina puede volverse mucopurulenta durante el desarrollo de la infección. Sin embargo, este hecho no se relaciona necesariamente con sobreinfección bacteriana, sino que se trata del progreso normal del proceso infeccioso.

En relación al tratamiento, aunque los estudios realizados han demostrado que la sintomatología se acorta cuando se lleva a cabo un tratamiento con antivirales, al ser la rinitis una infección con baja tasa de complicación y con una altísima incidencia, de forma sistemática únicamente se recomienda el tratamiento sintomático:

  • Lavados nasales con soluciones salinas isotónicas o hipertónicas para disminuir la rinorrea.
  • Incrementar la hidratación para compensar la respiración oral derivada de la insuficiencia respiratoria nasal.
  • En caso de insuficiencia respiratoria nasal que ocasione sintomatología limitante para el paciente, pueden utilizarse vasoconstrictores nasales de forma tópica. Al existir el riesgo de efecto rebote, está recomendado que su utilización no exceda las 48-72 horas. Los vasoconstrictores nasales más eficaces y con mayor perfil de seguridad son los imidazoles, como oximetazolina y xilometazolina, aunque pueden utilizarse otros, como tramazolina o pseudoefedrina.

Algunos estudios insisten en la importancia de utilizar el vasoconstrictor nasal con el aplicador hacia arriba, puesto que al invertirlo puede aumentar de manera significativa la cantidad de fármaco dispensado en cada aplicación. Asimismo, se debe indicar a los pacientes que deben aplicarlo hacia la pared lateral nasal y no hacia el tabique nasal, pues de esta forma aumenta la eficacia del fármaco y disminuye la probabilidad de perforación del tabique. Una forma sencilla para no administrar el vasoconstrictor nasal directamente en el tabique nasal es aplicarlo con la mano contraria al orificio nasal, de esta forma siempre se aplicará en la pared lateral nasal (Figura 1).

Búsqueda de interacciones en BOT PLUS

Resumen

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, a través de su base de datos BOT PLUS, facilita la búsqueda específica de interacciones que hay entre medicamentos, así como entre medicamentos y plantas medicinales, con el objetivo de ayudar a los profesionales sanitarios en la toma de decisiones terapéuticas. La actualización de contenidos y las progresivas mejoras introducidas en este módulo diferencial de BOT PLUS aportan gran valor en la información ofrecida al profesional para un mejor desarrollo de los servicios asistenciales (en especial, aquellos que puedan impulsarse desde la farmacia comunitaria), al potenciar la capacidad de interoperabilidad de la base de datos con otros sistemas informáticos, como los programas de dispensación o de prescripción electrónica. El presente artículo describe la información que se puede encontrar y cómo acceder a ella en BOT PLUS.

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Una interacción farmacológica se produce cuando la actividad o el efecto de un fármaco se ven alterados por la presencia o la acción de otro fármaco, plantas medicinales, alimentos, bebidas (como el alcohol) o agentes del medio ambiente (como el tabaco). Como consecuencia, existe el riesgo de que se produzca una disminución de los efectos terapéuticos y posible pérdida de la eficacia o un aumento de los efectos farmacológicos y riesgo de toxicidad.

Actualmente, en BOT PLUS, se dispone de información específica de hasta 41.500 interacciones farmacológicas. Esta información está en constante revisión mediante el uso de las fichas técnicas de todos los medicamentos autorizados en España, así como nuevas evidencias y publicaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la FDA (Food and Drugs Administration). Asimismo, se realizan revisiones periódicas de publicaciones específicas (por ejemplo, Medline, Pubmed, revistas científicas, etc.) y de otras bases de datos especializadas (por ejemplo, Sockley´s Drug Interactions, Drug Interactions Facts, Natural Medicines Comprehensive Database, etc.), incluyendo las interacciones asociadas a los nuevos principios activos que se autorizan en España.

Durante el último año se han codificado aproximadamente 800 interacciones entre medicamentos y plantas medicinales. Se han observado 134 interacciones con zumo de pomelo y hasta 248 con la hierba de san Juan. Un ejemplo, es la interacción que existe entre el hipérico y escitalopram (ISRS): no se pueden administrar ambas sustancias –hipérico y escitalopram– de forma conjunta, ya que el hipérico tiene un efecto inhibitorio sobre la recaptación de serotonina y puede inducir la aparición de síndrome serotoninérgico.

El conocimiento de las interacciones, tanto en el ámbito de farmacia comunitaria como hospitalaria, resulta fundamental para conocer la importancia clínica que tienen y así facilitar la labor asistencial del farmacéutico, reduciendo la incidencia de problemas relacionados con medicamentos.

Existen tres formas diferentes de acceder a la consulta de la información sobre interacciones en BOT PLUS:

  • A través del menú desplegable superior, dentro de la opción de “Uso humano”, seleccionando el buscador de interacciones (Figura 1). En esta pantalla, aparece la opción de añadir tanto el nombre de medicamentos o principios activos como el de complementos alimenticios o ingredientes. Si se incluye un único medicamento, se detectan todas las interacciones que presenta este medicamento. Cuando se incluyen otros medicamentos y/o complementos alimenticios, se muestran las posibles interacciones que hay entre ellos, ya que puede cruzar la información de varias presentaciones (Figura 2).
  • En las fichas de medicamentos y principios activos, hay una pestaña de información farmacológica (Figura 3) mediante la cual se puede acceder al listado completo de todas las interacciones que presenta el producto consultado.
  • Dentro de la ficha de cada medicamento, principio activo o producto de parafarmacia, en caso de que tenga codificada alguna interacción en BOT PLUS, dispondrá de un botón de “Interacciones” debajo del recuadro de la ficha de cada producto (Figura 4). Al clicar en dicho botón se genera un listado con las posibles interacciones que pueden producirse.

Para que la información relativa a las interacciones farmacológicas sea intuitiva y sencilla, está codificada a modo de semáforo, siendo los colores rojo, ámbar y verde, interacciones de tipo grave, moderada y leve, respectivamente.

Dentro de la ficha específica de cada interacción se pueden observar cinco apartados diferentes: importancia clínica, sentido de la interacción, efecto, así como las medidas a tomar (por ejemplo, evitar asociación, vigilar al enfermo, espaciar la administración o tomar medidas dietéticas). A su vez, se dispone de una descripción detallada con evidencias y referencias bibliográficas. Esta información puede resultar muy útil para el profesional sanitario, ya que permite evitar problemas relacionados con medicamentos y mejorar la atención farmacéutica.

Nueva Zelanda: riesgo de crisis de feocromocitomacon el uso de glucocorticoides sistémicos

La agencia reguladora de medicamentos de Nueva Zelanda ha comunicado la incorporación del riesgo de crisis de feocromocitoma en la información de los medicamentos con corticosteroides sistémicos. Se administrarán en pacientes identificados con feocromocitoma o sospecha de presentarlo, solo después de una adecuada evaluación de la relación de los beneficios y los riesgos.

La agencia reguladora de Nueva Zelanda, Medsafe, ha informado de los nuevos datos que se han incluido en la información de los medicamentos con glucocorticoides sistémicos –por vía oral y parenteral– en relación con casos de feocromocitoma (Medsafe, 2022).

Los feocromocitomas son tumores en la médula suprarrenal que normalmente secretan catecolaminas. La crisis de feocromocitoma es una emergencia rara y potencialmente mortal en la que los feocromocitomas liberan altos niveles de catecolaminas, y que puede ocurrir espontáneamente o desencadenarse por la resección del tumor, un traumatismo, ciertos medicamentos (por ejemplo,, corticosteroides, bloqueadores beta-adrenérgicos, metoclopramida, agentes anestésicos) o el estrés de una cirugía no suprarrenal.

Se ha informado casos de crisis de feocromocitoma a nivel internacional después de la administración de corticosteroides sistémicos a pacientes con feocromocitoma. La presentación clínica de estas crisis varía desde hipertensión severa hasta insuficiencia circulatoria y shock, con la consiguiente afectación de múltiples sistemas orgánicos, incluidos el cardiovascular, pulmonar, neurológico, gastrointestinal, renal, hepático y metabólico (Scholten et al, 2013).

Por lo tanto, la crisis de feocromocitoma puede ser difícil de diagnosticar si no se sabe que el paciente tiene un feocromocitoma ya que puede simular otras afecciones potencialmente mortales (Health Canada, 2021). El manejo incluye la estabilización médica inicial de la crisis aguda seguida de un bloqueo alfa suficiente antes de la cirugía (Scholten et al., 2013).

Aunque existen varias hipótesis, el mecanismo por el cual los corticosteroides sistémicos desencadenan una crisis de feocromocitoma no está confirmado (Health Canada, 2021). Los corticosteroides pueden potenciar la acción de las catecolaminas en los vasos periféricos y el corazón, lo que podría provocar vasculopatía, necrosis tisular y hemorragia. El aumento de la expresión del receptor de corticosteroides puede mediar la sensibilidad del tumor del feocromocitoma a los corticosteroides y desencadenar la síntesis, producción y liberación de catecolaminas. Por tanto, se debe considerar la crisis de feocromocitoma como diagnóstico diferencial en pacientes tratados con dexametasona sistémica u otros corticosteroides y que presenten inestabilidad hemodinámica severa, shock, arritmia, isquemia cardiaca u otros síntomas sugestivos de crisis adrenérgica.

Recomendaciones

La crisis de feocromocitoma es una condición rara o infrecuente, pero potencialmente mortal. Por lo tanto, Medsafe ha solicitado que los laboratorios comercializadores de corticosteroides sistémicos incluyan la siguiente advertencia en sus fichas técnicas de los medicamentos:

Crisis de feocromocitoma. Se ha informado de casos de crisis de feocromocitoma, que puede ser fatal, después de la administración de corticosteroides sistémicos. Los corticosteroides solo deben administrarse a pacientes con feocromocitoma sospechado o identificado después de una evaluación apropiada de la relación de beneficio-riesgos.

Este tipo de advertencia se incluye ya en algunos medicamentos españoles con glucocorticoides sistémicos, pero no en todos, como sigue:

4.4 Advertencias y precauciones
Se han registrado casos de crisis de feocromocitoma, que puede ser mortal, después de la administración de corticosteroides sistémicos. Los corticosteroides solo deben administrarse a pacientes con feocromocitoma o sospecha después de una evaluación de riesgo-beneficio adecuada.

Así, esta advertencia figura en la sección 4.4 Advertencias y precauciones. Y en la sección 4.8 Reacciones adversas se cita la posible crisis de feocromocitoma como reacción adversa, solo en las fichas técnicas de algunos medicamentos con glucocorticoides sistémicos. Por ejemplo, medicamentos con hidrocortisona (como Hidrocortisona Lorien® 100 mg polvo para solución inyectable, Hidrocortisona Pharmis® 100 mg polvo y disolvente para solución inyectable), o con dexametasona (como Dexametasona Abdrug® comprimidos, Dexametasona TAD® comprimidos, Prednisona Alonga® comprimidos), entre otros. Pero no se describe nada sobre este riesgo en las fichas técnicas de otros medicamentos como Hidroaltesona® 20 mg (hidrocortisona) comprimidos, Actocortina® 75 mg (hidrocortisona) polvo y disolvente para solución inyectable, Dexametasona Kern Pharma® 4 mg/ml solución inyectable EFG, Fortecortin® (dexametasona) comprimidos y solución inyectable, Dacortin® (prednisona) comprimidos, entre otros. Esto motiva la necesaria intervención del farmacéutico informando de este riesgo en caso de que el paciente presente inestabilidad hemodinámica severa, shock, arritmia, isquemia cardiaca u otros síntomas sugestivos de crisis adrenérgica durante tratamiento con glucocorticoides sistémicos.