Queridos lectores,
Transitamos ya por la segunda mitad de este año 2020, cuando parece que la recuperación de la crisis sanitaria debida a la COVID-19 se consolida en España (no así en otros países), si bien asistimos con recelo e incertidumbre a la aparición de numerosos pequeños rebrotes que hacen temer la posibilidad de desandar el camino iniciado allá por el ecuador del mes de marzo con las drásticas –y necesarias– medidas de reclusión domiciliaria. Parece, pues, obligación de todos los profesionales sanitarios contribuir a la concienciación social, empezando por nuestro entorno más próximo, sobre la necesidad de perseverar en las medidas preventivas frente al contagio mientras que el coronavirus SARS-CoV-2 circule en el entorno comunitario; es posible que la mejor situación actual no se deba a que el virus es ahora menos agresivo, sino a que estamos más alerta.
Por otro lado, desde aquí reiteramos la alabanza que merece el trabajo incansable de multitud de científicos a lo largo de estos 6-7 meses desde que se inició oficialmente la epidemia en China. El progreso extraordinario de la investigación biomédica en este reducido periodo de tiempo ha permitido demostrar, en ensayos clínicos bien diseñados, que la administración de dexametasona es capaz de reducir significativamente la mortalidad de pacientes graves-críticos ingresados con COVID-19. De forma similar, la Agencia Europea de Medicamentos acaba de dar luz verde a la autorización condicional de comercialización de remdesivir (Veklury®) para el tratamiento pacientes de más de 12 años con neumonía que requieren asistencia respiratoria con aporte de oxígeno. Su eficacia antiviral es, no obstante, moderada, y su uso no abarca a la mayoría de pacientes que sufren formas leves de la patología. Pero, sin ser una panacea, representa un gran avance terapéutico por tratarse del primer tratamiento sistemático específico autorizado para esta nueva enfermedad.
También alcanzan las últimas fases de la investigación clínica los estudios con algunos candidatos a vacunas. Con la esperanza de poder disponer de una vacuna eficaz y segura en el medio plazo (las estimaciones son variables entre al menos 6 meses y 1 año), conviene hacer una reflexión colectiva al respecto. No se trata solo de disponer de la vacuna, sino de usarla ampliamente, hecho éste de especial relevancia entre los profesionales sanitarios, por lo general más expuestos a microorganismos patógenos. Y esa voluntad de inmunoprevención debe comenzar por aquellas vacunas ya disponibles. De hecho, algunos estudios demográficos apuntan a que en la temporada 2019/20 solo se vacunaron frente a la gripe común el 57% de los mayores de 65 años y el 42% de los profesionales sanitarios. En estas fechas en que se debate sobre la conveniencia de adelantar o no la campaña de vacunación antigripal 2020/21, se debe recordar que el Ministerio de Sanidad ha establecido un objetivo de cobertura vacunal de al menos el 75% entre mayores de 65 años y el personal sociosanitario y de al menos el 60% en embarazadas y grupos de riesgo, ante la posibilidad de que se produzca una segunda oleada de contagios por el nuevo coronavirus en otoño. Ello requiere que todos pongamos nuestro granito de arena.
Con respecto a los contenidos de la revista, este número 435 de PAM se abre con una revisión monográfica sobre el mieloma múltiple, como ejemplo paradigmático de neoplasia hematológica en que la farmacoterapia ha conseguido sustanciales progresos en las últimas dos décadas. Se revisa ampliamente el conocimiento actual sobre su etiopatogenia, epidemiología, aspectos clínicos y el complejo abordaje terapéutico, poniendo en valor, finalmente, el importante papel asistencial que el profesional farmacéutico, desde sus distintos ámbitos de actuación, puede ejercer para con los pacientes. Se incluye, además, una revisión –desde un punto de vista clínico– sobre las infecciones víricas de la piel más frecuentes, que constituyen un motivo común de consulta en Atención Primaria.
Entre las novedades de principios activos comercializados por primera vez en España, se evalúa en este número de julio-agosto un nuevo derivado de retinoide de uso tópico, el trifaroteno, incorporado al mercado farmacéutico durante el mes de junio. Indicado frente al acné vulgar en cara, pecho y/o espalda en pacientes de > 12 años, representa una innovación solo moderada respecto a otras opciones ya disponibles en su área terapéutica. En todo caso, se debe apreciar que cualquier nuevo fármaco supone, por el hecho de ser innovador, al menos un pequeño paso en el avance paulatino de la ciencia.
Sin más preámbulo, les deseamos que disfruten de la lectura y un feliz verano. PAM vuelve en septiembre.