Desde los inicios de la pandemia se planteó la posibilidad de tratar a los pacientes con infección aguda por SARS-CoV-2 con plasma de donantes que ya la han superado y han desarrollado anticuerpos específicos contra el virus, que serían infundidos al paciente (cuyo organismo aún no ha generado una respuesta inmunitaria suficiente para superar la enfermedad). Este es un enfoque terapéutico es muy antiguo y se remonta, al menos, a 1918, cuando fue usado para luchar contra la mal llamada ‘gripe española’. Inicialmente, una serie de indicios en estudios realizados en China con dicho tratamiento experimental sugerían que podía ser una terapia eficaz frente a la COVID-19 para minimizar el daño orgánico producido por el virus y mejorar la evolución clínica de los pacientes.
Para tratar de aclarar el perfil beneficio-riesgo del tratamiento con plasma hiperinmune, una revisión de la Cochrane publicada a mediados de mayo evaluó la evidencia disponible (Valk et al., 2020). Se identificaron 8 estudios (7 series de casos y 1 único estudio de intervención prospectiva de un solo brazo) con un total de 32 pacientes tratados. La mayoría de los estudios evaluó los riesgos de la intervención como variable primaria, reportando escasamente 2 eventos adversos (1 grave). Los autores concluyen que no queda claro que el tratamiento con el también llamado plasma de convaleciente sea eficaz para tratar a personas ingresadas con COVID‐19; la inconsistencia de los resultados publicados y el elevado riesgo de sesgo en los estudios dificultaba su comparación, y la baja calidad de la evidencia disponible imposibilitaba la extracción de conclusiones, a falta de la publicación de resultados de ensayos controlados en marcha (47 estudios, 22 de ellos aleatorizados).
Posteriormente, se han publicado algunos estudios con resultados que respaldan el beneficio con esta opción terapéutica. Un estudio recientemente realizado en Houston, EE.UU., (Salazar et al., 2020) sugiere que es una alternativa segura para pacientes con COVID-19 severa. Los datos indican que, sin notificarse eventos adversos secundarios graves, la administración por transfusión del plasma convaleciente favoreció la mejora clínica –mejora de al menos 1 punto en la escala ordinal modificada de 6 puntos de la OMS– tras 2 semanas en 19 de los 25 pacientes (con COVID-19 severa o crítica) tratados (76%); además, 11 de ellos pudieron ser dados de alta del hospital.
Otro ensayo más amplio desarrollado por autores chinos (Li et al., 2020), abierto, aleatorizado y multicéntrico, comparó el tratamiento con plasma convaleciente (N= 52), adicionado al tratamiento de soporte estándar, con la administración única de esa terapia estándar (N= 51); de los 103 pacientes incluidos (mediana de 70 años de edad), 101 completaron el estudio. Los resultados revelan que, a los 28 días post-transfusión, experimentaron mejoría clínica –mejora de ≥2 puntos en la escala de severidad de 6 puntos– el 52% de los pacientes del grupo experimental, en comparación con el 43% del grupo control (HR= 1,40; IC95% 0,79-2,49; p= 0,26), sin detectarse una diferencia estadísticamente significativa; la diferencia sí fue más notable entre los pacientes con enfermedad severa: mejoraron el 91% de los tratados con plasma frente al 68% en el grupo con solo terapia de soporte estándar (HR= 2,15; IC95% 1,07-4,32; p= 0,03). No se hallaron diferencias significativas en la mortalidad entre ambos grupos en el periodo de 28 días (16% vs. 24%; p= 0,3) o en el tiempo hasta el alta (51% vs. 24%; p= 0,12), si bien los datos numéricos favorecían al tratamiento con plasma. En todo caso, los propios autores subrayan que la interpretación de los datos se ve limitada por la terminación temprana del estudio, lo que le resta robustez estadística.
En definitiva, aunque parece que el tratamiento con plasma hiperinmune (la única fuente disponible de anticuerpos frente al SARS-CoV-2 en estos momentos) es una opción prometedora, no se dispone aún de datos concluyentes de eficacia y seguridad. Se plantea la incertidumbre, además, de si el beneficio puede ser mayor si la transfusión de plasma se realiza antes de la aparición de los síntomas. Para concluir en firme, habrá que esperar a la publicación de los resultados de los estudios en marcha y a futuras actualizaciones mensuales de la revisión de la evidencia por la Cochrane.
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Li L, Zhang W, Hu Y, Tong X, Zheng S, Yang J et al. Effect of Convalescent Plasma Therapy on Time to Clinical Improvement in Patients With Severe and Life-threatening COVID-19: A Randomized Clinical Trial. JAMA. 2020;10.1001/jama.2020.10044. DOI: 10.1001/jama.2020.10044.
- Salazar E, Pereza KK, Ashra M, Chen J, Castillo B, Christensen PA et al. Treatment of COVID-19 Patients with Convalescent Plasma. American Journal of Pathology. 2020; DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajpath.2020.05.014.
- Valk SJ, Piechotta V, Chai KL, Doree C, Monsef I, Wood EM et al. Convalescent plasma or hyperimmune immunoglobulin for people with COVID-19: a rapid review. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2020; 5: CD013600. DOI: 10.1002/14651858.CD013600.