Archive

Editorial

Queridos lectores,

Os presentamos el segundo número de Panorama Actual del Medicamento del año 2020, un año que, por el momento, tiene marcada su actualidad en el ámbito sanitario por el brote epidémico del nuevo coronavirus, bautizado como SARS-CoV-2. Ante la aparición de numerosos casos de infección respiratoria por dicho virus –llamado COVID-19– en España, los Farmacéuticos nos ofrecemos a seguir colaborando con las autoridades sanitarias y el resto de profesionales sanitarios para difundir información fidedigna y actualizada, trasmitiendo a los pacientes y a la población general las medidas higiénicas y preventivas que contribuyan a reducir la propagación del virus. De igual modo, contribuiremos a transmitir un mensaje de calma y aseguraremos la prestación farmacéutica en todo momento.La ausencia actual de medicamentos o vacunas para combatir o prevenir la infección no debe hacernos desconfiar de los investigadores y laboratorios farmacéuticos, muchos de los cuales ya están centrando sus esfuerzos en encontrar y testar una vacuna eficaz y segura frente al SARS-CoV-2. Como ya se consiguió con el virus de la gripe estacional y otros virus, no podemos sino mantener la esperanza de que, en plazos razonables (la OMS habló de 1,5-2 años), estaremos divulgando en PAM la autorización –al menos condicional– de nuevas herramientas terapéuticas frente a esta nueva infección. Por el momento, se presenta en este número de PAM un artículo sobre las generalidades del COVID-19.

En cuanto a otros contenidos de PAM 431, destaca la revisión monográfica de apertura que versa sobre el estado actual del uso terapéutico del cannabis y los cannabinoides, un tema que en los últimos años viene generando cierto debate, no solo entre los profesionales vinculados a la sanidad sino también en la sociedad. Habida cuenta de que la EMA (European Medicines Agency) ha autorizado hace escasamente 3 meses un nuevo medicamento a base de cannabidiol, este artículo pretende, además de revisar la farmacología, mostrar la situación legal de los productos derivados del cannabis tanto en España como en otros países de Europa. Tratamos en este número también temas de salud ocular tan interesantes como las enfermedades de la córnea o el glaucoma.

Por otra parte,  continuando con la evaluación de medicamentos con nuevos principios activos comercializados por primera vez en España, incluimos aquí la evaluación de dos nuevos fármacos recombinantes del factor VIII de la coagulación, los cuales, si bien no suponen una innovación terapéutica disruptiva, contribuyen a ampliar el abanico de posibilidades terapéuticas en el tratamiento y prevención de hemorragias en una enfermedad rara como la hemofilia A. Además, el pasado mes de febrero se incorporó al arsenal terapéutico un nuevo anticuerpo monoclonal anti-PD-L1, durvalumab (Imfinzi®), que emerge como un posible nuevo estándar de tratamiento en la fase de consolidación de la quimiorradioterapia con intención curativa en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado y no operable.

Sin más preámbulo, confiamos en que disfruten y se enriquezcan con su lectura.

  • Ana Isabel López-Casero Beltrán –  Directora de Panorama Actual del Medicamento y Tesorera del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.
  • Carlos Fernández Moriano –  Editor científico y coordinador de Panorama Actual del Medicamento.

Durvalumab (▼Imfinzi®) en cáncer de pulmón no microcítico

Resumen

El durvalumab (Imfinzi®) es un anticuerpo monoclonal humanizado que se une selectivamente a la proteína PD-L1 (expresada en células tumorales e inflamatorias) y bloquea la interacción con sus receptores de membrana PD1 (en la superficie de linfocitos T efectores) y CD80 (en diversos tipos de células inmunitarias),  potenciando las respuestas inmunitarias antitumorales, fundamentalmente la citotoxicidad mediada por células T activadas. Se diferencia de otros anticuerpos monoclonales que actúan sobre la vía PD-1/PD-L1, como nivolumab y pembrolizumab (anti-PD-1), en que al bloquear solo PD-L1 se conserva la interacción de PD-L2 con PD-1, lo cual es una ventaja potencial que puede minimizar la autoinmunidad. Durvalumab continúa la vía mecanística inaugurada por atezolizumab (otro anti-PD-L1 previamente comercializado) en el tratamiento de CPNM. El medicamento ha sido autorizado para el tratamiento en monoterapia de pacientes adultos con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) localmente avanzado, no resecable, cuyos tumores expresan PD-L1≥ 1% en las células tumorales y cuya enfermedad no haya presentado progresión después de quimiorradioterapia basada en platino. A diferencia de atezolizumab y nivolumab, no ha recibido aprobación en CPNM metastásico.

En el ensayo pivotal PACIFIC, durvalumab ha demostrado prolongar la supervivencia libre de progresión tumoral en 11,6 meses frente a placebo (mediana de 17,2 vs. 5,6 meses), reduciendo el riesgo de progresión en un 49%. Tras más de 2 años de seguimiento, los resultados de supervivencia global (mediana no alcanzada vs. 28,7 meses con placebo) también alcanzaron significación estadística, con una reducción de riesgo de muerte del 32%; la tasa de SG a los 24 meses fue del 66% en el grupo de durvalumab en comparación con el 56% en el grupo de placebo. La eficacia del nuevo fármaco se confirmó con independencia de factores como raza, edad, género, historia de tabaquismo, estado mutacional del EGFR e histología del tumor, pero parece que es considerablemente menor en pacientes con niveles de PD-L1< 1% que en aquellos con PD-L1≥ 1% (mediana de SLP de 10,7 y de 17,8 meses, respectivamente). En cuanto a la seguridad clínica, el perfil toxicológico de durvalumab es importante (toxicidad superior a placebo) pero clínicamente manejable y está en línea con lo esperado a la vista de la seguridad clínica mostrada por otros inhibidores de PD-L1. Entre las reacciones adversas más frecuentes destaca la tos (35%), neumonitis o neumonitis por radiación (34%), fatiga (24%) y disnea (22%); también se describió alta incidencia de pirexia, neumonía, prurito y alteraciones tiroideas. La tasa de eventos de grado 3-4 relacionados con el fármaco fue del 8%, destacando por su gravedad los casos de neumonía. Las muertes relacionadas con el tratamiento fueron raras.

En resumen, los resultados de supervivencia sin progresión permiten considerar a durvalumab como una opción de tratamiento preferente –durante 12 meses o hasta progresión o toxicidad inaceptable– frente al seguimiento clínico activo (sin farmacoterapia) como terapia de consolidación en pacientes que no progresan y no muestran toxicidades acumulativas tras quimiorradiación con intención curativa. No se dispone de evidencia de beneficio en el mantenimiento del tratamiento más allá de los 12 meses. Por tratarse de una necesidad médica no cubierta (la mayoría de pacientes con CPNM no operable recaen relativamente rápido y tienen mal pronóstico, con tasas de supervivencia a los 5 años del ~15%), los resultados aquí comentados se consideran clínicamente relevantes.

Aspectos fisiopatológicos

El término cáncer de pulmón (o carcinoma broncogénico) hace referencia a aquél provocado por células malignas derivadas de las vías respiratorias o del parénquima pulmonar. Estos tumores se dividen en distintos tipos en función del tamaño y la apariencia histopatológica de las células malignas. En global, el cáncer de pulmón es actualmente el tumor más incidente –supone el 13% de todos los nuevos casos de cáncer– y letal en el mundo –responsable del 19% de todas las muertes por cáncer–. Según cifras de GLOBOCAN, en 2018 se confirmaron casi 2,1 millones de casos (el 11,6% del total de cánceres) y casi 1,8 millones de muertes a nivel mundial; fue el cuarto tipo tumoral más prevalente (prevalencia a 5 años de 2,1 millones de pacientes de todas las edades) tras el de mama, próstata y colon (OMS, 2018).

En España, su incidencia (en torno a 77 nuevos casos por 100.000 habitantes) es mayor que en el conjunto de la Unión Europea (~66 casos por cada 100.000 habitantes). Para el año 2020, la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) estima que se diagnosticarán 29.638 nuevos casos de cáncer de pulmón en nuestro país, que afectarán mayoritariamente a hombres (con casi 22.000 nuevos casos); el cáncer de pulmón se situará así como el cuarto tipo de cáncer más incidente, solo por detrás del cáncer colorrectal, el de próstata y el de mama.

Además, hay que subrayar que la supervivencia del cáncer de pulmón es muy baja y su letalidad es muy elevada: la supervivencia global a los 5 años es del 16%, tanto en Europa como en Estados Unidos (Cerezo et al., 2017). Por ello, su prevalencia en España en ambos sexos a los 5 años era de solo el 3,4% del total de tumores en 2018, cuando vivían en nuestro país 28.833 personas con cáncer de pulmón. Ese año se produjeron 22.133 defunciones confirmadas por cáncer de pulmón (casi 17.200 en hombres), situándose como la principal causa de muerte por cáncer en nuestro país, por encima del colorrectal (11.265), páncreas (7.132), mama (6.621) y próstata (5.841).

En líneas generales, la causa predominante del cáncer de pulmón es la exposición al humo del tabaco (90%), en la mayor parte de los casos por tabaquismo activo, aunque también puede contribuir el tabaquismo pasivo. Adicionalmente, se han identificado otros factores que pueden actuar sinérgicamente con el humo del cigarrillo y modificar la prevalencia del cáncer de pulmón, como son las siguientes:

  • la dieta: las frutas y verduras con elevado contenido en antioxidantes son factores protectores para el desarrollo de cáncer de pulmón;
  • la actividad física: los individuos con mayor actividad tienen un riesgo más bajo de desarrollo de cáncer de pulmón que quienes son sedentarios;
  • la exposición ocupacional, ya sea ambiental en el ámbito doméstico o industrial, como es el caso del radón, asbesto, humo de chimeneas y cocinas,
  • la radiación: por ejemplo, la exposición continua a las radiaciones ionizantes;
  • la polución ambiental, sobre todo en las zonas urbanas con un mayor grado de contaminación ambiental;
  • factores relacionados con el huésped, como la susceptibilidad genética, pues no todos los individuos fumadores y/o expuestos a agentes carcinógenos desarrollan este tipo de neoplasia, existiendo cierto grado de agregación familiar para el desarrollo de cáncer de pulmón;
  • la existencia de una neumopatía adquirida como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y los procesos fibróticos; conviene tener en cuenta que la EPOC es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de cáncer de pulmón, siendo el fenotipo enfisematoso en el que la incidencia de cáncer de pulmón es más alta.

Aunque existen otros tipos de cáncer de pulmón (sarcomas, carcinoides, etc.), la inmensa mayoría de los casos de cáncer de pulmón corresponde a carcinomas, es decir, tumores malignos que nacen de células epiteliales. Tradicionalmente, la gran mayoría de carcinomas de pulmón se divide en dos tipos principales, en función de la estirpe celular de donde provengan. Si se originan en las células del sistema neuroendocrino se llama carcinoma indiferenciado o cáncer de pulmón de células pequeñas o también llamado microcítico (CPM), que es minoritario y suele representar <20% de todos los casos de cáncer de pulmón. Si el origen es el epitelio bronquial, bronquiolar o traqueal, conduce al cáncer de pulmón de células no pequeñas o no microcítico (CPNM), que supone más del 80% de los casos. En raras ocasiones los cánceres de pulmón tienen características de los dos tipos celulares; estos cánceres se conocen como cánceres mixtos de células pequeñas/grandes.

Tal distinción responde no solo a criterios histológicos sino a un comportamiento clínico sustancialmente diferente entre ambas entidades. El CPM es el tumor pulmonar de crecimiento más rápido y de aparición de metástasis más precoces. Por su parte, dentro del CPNM se pueden definir 3 grandes variantes que acumulan ese alto número de cánceres pulmonares (>80%):

  • Carcinoma epidermoide o de células escamosas: es el más frecuente (alrededor del 25-35% de todos los cánceres de pulmón) y se localiza preferentemente en los bronquios principales, segmentarios o subsegmentarios. Es el más claramente relacionado con el consumo de tabaco. Comienza cerca de un bronquio central. Comúnmente se ve necrosis y cavitación en el centro del tumor. Aquellos tumores de células escamosas bien diferenciadas a menudo crecen más lentamente que los otros tipos de cáncer.
  • Adenocarcinoma o carcinoma no escamoso: representa también cerca del 35-40% de todos los carcinomas de pulmón y es característica la presencia de mucosustancias. Se suele originar en el tejido pulmonar periférico y, aunque la mayoría de los casos de adenocarcinoma de pulmón están asociados al hábito de fumar cigarrillos, también es la forma más frecuente de cáncer de pulmón entre aquellos que nunca han fumado o dejaron de fumar hace varias décadas. Uno de sus subtipos, el carcinoma bronquioloalveolar (3%), se ve con más frecuencia entre mujeres que nunca han fumado y generalmente muestra grandes diferencias interindividuales en las respuestas a los tratamientos.
  • Carcinoma de células grandes: representa un 10-15% de todas las formas de cáncer de pulmón y son tumores que crecen con rapidez cerca de la superficie del pulmón. A menudo son células pobremente diferenciadas y tienden a metastatizar pronto.
  • Carcinoma de células gigantes y estrelladas: supone menos del 1% de todas las formas de cáncer de pulmón.

El diagnóstico del cáncer de pulmón incluye un estudio morfológico, histológico y molecular. La mayoría de los pacientes con cáncer de pulmón –con independencia del tipo– presenta síntomas en el momento del diagnóstico, debido a que el tumor se encuentra por lo general en un estadio avanzado de la enfermedad. Solo un 5-10% de ellos está asintomático en el momento del diagnóstico, efectuándose éste de forma casual al realizarse una radiografía de tórax por otro motivo o por un chequeo rutinario.

Los factores pronósticos más importante en el CPNM son el estadio de extensión y el tipo histológico: la afectación linfática y la escasa diferenciación de las células tumorales determinan un peor pronóstico. La supervivencia disminuye progresiva y significativamente con la evolución del tumor, desde una mediana de supervivencia de 59 meses (unos 5 años) para los pacientes diagnosticados en estadio IA (tasa de supervivencia a los 5 años del 49%) hasta solo 4 meses en los pacientes en estadio IV (tasa de supervivencia a los 5 años del 1%). Globalmente, en torno al 15-20% de los pacientes con CPNM siguen vivos a los 5 años del diagnóstico. Además, el mal estado general y la pérdida de peso se han asociado a una supervivencia más corta, y algunos estudios sugieren también que los individuos afroamericanos tienen un peor pronóstico.

En los últimos años han adquirido también significado pronóstico otros factores, fundamentalmente biológicos, llegando a constituir una medida indirecta de la agresividad de la neoplasia. Actualmente se conocen varias alteraciones moleculares con implicación clínica y también pronóstica, puesto que se dispone de fármacos específicos para realizar un tratamiento individualizado. Por ejemplo, se han descrito marcadores de respuesta al tratamiento específico frente a una diana con inhibidores de tirosina cinasas (TKI, tirosine kinases inhibitors).

Entre ellos, el más importante y frecuente es la mutación del gen que codifica el receptor del factor de crecimiento epidérmico1 (EGFR), presente en el 8-10% de los casos de CPNM, seguido por las translocaciones y reordenamientos del gen que codifica la cinasa del linfoma anaplásico (ALK), identificados en el 2-7% de pacientes. Los pacientes con mutación EGFR presentan un pronóstico significativamente mejor que los que no la tienen (las deleciones en el exón 19 y las mutaciones puntuales en el exón 20 han demostrado valor predictivo de respuesta), aunque la mutación T790M en el exón 20 es importante porque está asociada a resistencia a TKI. Otras mutaciones menos comunes son las siguientes: KRAS, ROS1, BRAF, HER2 o MEK1; las mutaciones del gen del sarcoma viral de rata Kristen (KRAS) se asocian a una menor supervivencia. La expresión de PD-L1 (el ligando de la proteína de muerte celular programada) en el tumor también se asocia con una reducida supervivencia y peor pronóstico, de manera que la inhibición del eje PD-L1/PD-1 ha demostrado actividad antitumoral en varios estudios preclínicos.

La probabilidad de encontrar mutaciones es mayor en los pacientes con adenocarcinoma (el 60% tiene una mutación oncogénica), en los no fumadores (excepto las del gen KRAS, que se asocian fuertemente con historia de tabaquismo), en las mujeres y en los individuos de raza asiática, aunque no son exclusivas. Por ello, se recomienda su detección en todos los pacientes con CPNM en estadio IV de estirpe no escamosa y en los casos seleccionados de histología escamosa en sujetos no fumadores o exfumadores de menos de 15 paquetes-año.

Entre las manifestaciones clínicas iniciales debidas al crecimiento tumoral, la tos (que puede ser seca, aumentar en frecuencia respecto a la situación basal o presentar un cambio en sus características) es el síntoma inicial más frecuente (30-55%); no obstante, hasta en cerca de un tercio de los casos la hemoptisis (expectoración de sangre) es el único síntoma de presentación (15-30%), siendo su presencia rara en los pacientes con metástasis pulmonares de neoplasias extratorácicas. La dificultad respiratoria –disnea– aparece en el 10-30% de los casos y puede deberse a la compresión extrínseca o a la obstrucción tumoral de un bronquio principal o de la tráquea.

Entre las manifestaciones debidas a la diseminación intra-torácica del cáncer de pulmón (cáncer localmente avanzado) destaca el dolor torácico (presente al diagnóstico en alrededor del 20% de los pacientes con cáncer de pulmón; >50% de pacientes lo refiere en algún momento de la evolución) por invasión de las estructuras de la pared torácica, y el derrame pleural (aparece en el 8-15% de los casos), generalmente por la extensión pleural directa del tumor, aunque también puede ser secundario a la obstrucción del drenaje linfático por afectación ganglionar mediastínica. También se han descrito los siguientes signos clínicos: a) ronquera, indicativa de la invasión del nervio laríngeo izquierdo recurrente, que discurre por la parte inferior del arco aórtico; b) parálisis del nervio frénico, que recorre el pericardio y provoca la elevación del hemidiafragma, sobre todo en el lado izquierdo; c) disfagia, por compresión del esófago; d) estridor, debido a un estrechamiento de la tráquea, ya sea por invasión tumoral directa o por parálisis de ambas cuerdas vocales; e) derrame pericárdico (5-10%); f) síndrome de vena cava superior, que se produce por compresión de la misma por adenopatías paratraqueales derechas o invasión directa por el propio tumor; g) síndrome de Pancoast, que provoca dolor en el hombro y en la pared torácica superior, como consecuencia de un tumor localizado en el ápex pulmonar que invade estructuras adyacentes; o h) síndrome de Horner (que se caracteriza por la tríada de ptosis, miosis y anhidrosis) por afectación del ganglio superior cervical.

Los síntomas procedentes de las metástasis a distancia son menos frecuentes como forma de presentación del cáncer de pulmón (30%). Las localizaciones más comunes de las metástasis –más frecuentes en el tipo microcítico que en el no-microcítico– son el cerebro, los huesos, el hígado y las glándulas suprarrenales. De hecho, el cáncer de pulmón es la primera causa de metástasis en el sistema nervioso central (SNC), que afectan al 10% de los pacientes en el momento del diagnóstico y hasta el 50% de ellos las desarrolla en el transcurso de la enfermedad. Las metástasis óseas ocurren en el 25% de los pacientes con cáncer de pulmón (especialmente la columna vertebral, la pelvis, las costillas y los fémures), mientras que la afectación hepática (10-25%) suele ser silente hasta fases muy avanzadas de la enfermedad. Las metástasis suprarrenales también son frecuentes (25-45%) aunque suelen ser clínicamente silentes  (Cerezo et al., 2017).

Tratamiento

Grosso modo, el tratamiento indicado en los estadios precoces (estadios I y II) del CPNM es la resección quirúrgica, sin haberse demostrado ningún beneficio significativo con el tratamiento quimioterápico adyuvante. Sin embargo, en el momento del diagnóstico, la mayoría de pacientes (>65%) se encuentran en un estadio avanzado2 (IIIB y IV) y no pueden someterse a cirugía, único tratamiento potencialmente curativo; en estos casos el pronóstico continúa siendo deficiente (las tasas de supervivencia a largo plazo son bajas y casi ningún paciente llega a curarse) y la citología y el perfil molecular del tumor son importantes para decidir el tratamiento –quimio y radioterapéutico– de elección. Los estadios IIIA, caracterizados por presentar afectación ganglionar mediastínica limitada, son en ciertos casos también susceptibles de cirugía tras la administración de un tratamiento previo adyuvante de quimioterapia (y radioterapia), con lo que se ha mejorado la supervivencia de la resección aislada.

Por tanto, el CPNM localmente avanzado en estadio III (que representa al menos un 20-30% de todos los nuevos diagnósticos) consiste en una población heterogénea con dos subconjuntos: estadios IIIA y IIIB. En torno a un tercio de los pacientes con enfermedad en estadio IIIA se consideran operables, pero la mayoría de los pacientes con estadio IIIA/B tienen una enfermedad inoperable quirúrgicamente (no resecable), aunque sí son susceptibles de recibir un tratamiento de quimiorradiación de intención curativa.

Los objetivos del abordaje terapéutico del CPNM avanzado son: el incremento de la supervivencia global (SG), el incremento de la supervivencia libre de progresión (SLP) tumoral, el manejo de síntomas y la mejora de la calidad de vida. En la elección del tratamiento individualizado, se deben tener en cuenta factores como la histología del tumor (y el tamaño del tumor primario), las características moleculares, presencia de marcadores tumorales para terapias dirigidas, la edad, el estado funcional, el peso, las comorbilidades y las preferencias del paciente. Además, es frecuente que el paciente se vea afectado emocionalmente (miedo, ira, dolor, ansiedad, depresión, soledad, etc.) y requiera atención psicológica.

El tratamiento estándar de primera línea para el CPNM localmente avanzado y no operable es la quimiorradiación concurrente con intención curativa. La opción inicial suele consistir en un esquema de quimioterapia basada en 2-4 ciclos de doblete a base de complejos con platino3 (fundamentalmente cisplatino, carboplatino y oxaliplatino) (Tabla 1) y radioterapia con 60 Gy de dosis total de radiación administrada en fracciones de 1,8-2 Gy/diario distribuida en 30-33 sesiones, que se ha mantenido sin cambios durante las últimas 2 décadas. Cuando la quimiorradiación concurrente no es posible, la quimioterapia secuencial seguida de radioterapia definitiva puede ser una alternativa válida. Se ha demostrado clínicamente que otras opciones (quimioterapia –neoadyuvante– de inducción adicional o quimioterapia de consolidación posterior a la quimiorradiación) no mejoran los resultados de SG.

Tabla_1

Estas estrategias pueden lograr el control inicial de la enfermedad y, posteriormente, debe hacerse un seguimiento activo para controlar la progresión tumoral. No obstante, una gran mayoría (>50%) de los pacientes progresan y desarrollan metástasis a distancia, con frecuencia cerebrales, y hasta el 40% puede experimentar recurrencia local. La mediana de SLP en pacientes que han recibido quimiorradioterapia es de aproximadamente 8 meses y la tasa de supervivencia a 5 años está en torno al 15%.

En caso de progresión, la segunda línea estándar de quimioterapia del CPNM avanzado puede consistir en monoterapia con taxanos como el paclitaxel y el docetaxel, o con pemetrexed (con TRO < 10% y medianas de 3 meses para la SLP y de 8 meses para la SG). Otros fármacos antineoplásicos utilizados en segunda línea son la gemcitabina y la vinorelbina. En general, la asociación de 2, 3 o 4 fármacos quimioterápicos ha demostrado tener una eficacia superior a la monoterapia. En las pautas con 3 fármacos se recomienda que, además de contener platino, se incluya paclitaxel.

Por último, en aquellos pacientes con mutaciones activadoras de EGFR o ALK, la terapia de primera línea son los inhibidores específicos para cada tipo de tirosina cinasa. Actualmente hay varios inhibidores de tirosina cinasas (TKI) autorizados en España para tratar el CPNM, concretamente cuatro inhibidores de EGFR (afatinib, erlotinib, gefitinib y osimertinib)4 y otros tres dirigidos específicamente a formas mutantes de ALK (alectinib, ceritinib y crizotinib). También tienen indicación en CPNM la combinación de trametinib/dabrafenib (inhibidor de MEK y BRAF, respectivamente)  y el nindetanib (inhibidor de múltiples tirosina cinasas).

Acción y mecanismo

Durvalumab es un anticuerpo monoclonal humano de tipo IgG1κ que se une al ligando PD-L1, expresado en células tumorales e inflamatorias, y bloquea selectivamente su interacción con PD-1 y CD80 (también conocida como proteína B7.1), sus receptores de membrana presentes en la superficie de los linfocitos T efectores el primero y en la de células dendríticas, células B, y células presentadoras de antígenos el segundo. Esto potencia las respuestas inmunitarias antitumorales e incrementa la activación de las células T, pero durvalumab no induce citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos. En base a ello, el medicamento ha sido autorizado para el tratamiento en monoterapia de pacientes adultos con cáncer de pulmón no microcítico localmente avanzado, no resecable, cuyos tumores expresan PD-L1≥ 1% en las células tumorales y cuya enfermedad no haya presentado progresión después de quimiorradioterapia basada en platino.

La proteína de muerte celular programada PD-1 (programmed death 1) es un receptor de membrana que actúa como regulador negativo de la actividad de los linfocitos T, particularmente en los efectos relacionados con el control de la respuesta inmunitaria de estas células. La unión del receptor PD-1 con sus ligandos naturales (PD-L1 y PD-L2), que están expresados en diversos tipos de células tumorales (así como en las células presentadoras de antígenos), provoca la inhibición de la proliferación de los linfocitos T y de su secreción de citocinas.

Es preciso tener en cuenta que el balance de la inmunidad mediada por las células T es determinante en el control de enfermedades infecciosas y del cáncer, así como en el desarrollo de  tolerancia inmunológica a los antígenos propios (a través de las células presentadoras de antígenos); la inducción y mantenimiento de la tolerancia mediada por células T a través de la vía PD-1/PD-L1 limita la respuesta de subpoblaciones de células T efectoras para evitar daño tisular como resultado de una mayor actividad de la inmunidad.

Se ha postulado que la expresión de PD-L1 (y de PD-L2), tanto en células tumorales como en células inmunitarias asociadas al tumor en el microambiente tumoral, puede ser inducida por señales inflamatorias (por ejemplo, IFN-gamma), constituyendo su expresión anómala una respuesta inmunitaria adaptativa que ayuda a los tumores a evadir su detección y eliminación por parte del sistema inmunitario (puesto que PD-L1 bloquea el funcionamiento y la activación de las células T a través de su interacción con PD-1 y CD80), lo cual facilita la progresión del cáncer. Asimismo, ciertos microorganismos también pueden alterar esta vía dando como resultado el desarrollo y progresión de las infecciones crónicas (Cuéllar, 2017).

En consecuencia, la inhibición de la unión de PD-L1 a su receptor PD-1 por durvalumab potencia la respuesta antitumoral de los linfocitos T. A diferencia de otros inhibidores de la ruta de señalización de PD-1/PD-L1, como nivolumab y pembrolizumab, que son anticuerpos dirigidos contra el receptor PD-1, durvalumab está dirigido –de forma similar a atezolizumab– contra el ligando de dicho receptor (PD-L1).

Estudios in vitro ha demostrado que durvalumab se une específicamente a PD-L1 pero no muestra reactividad cruzada con otras proteínas transmembrana similares (por ejemplo, PD-L2). Un ensayo de unión competitiva a través de métodos de fluorescencia mostró que durvalumab bloquea completamente la unión de PD-L1 a PD-1 y CD80, con una IC50 de 0,1 y 0,04 nmol/l, respectivamente. Su actividad antitumoral in vivo se ha demostrado utilizando modelos de xenoinjertos de melanoma humano (A375) o líneas de células tumorales pancreáticas (HPAC) con expresión de PD-L1 verificada por citometría de flujo, en los que ha reducido el crecimiento tumoral –en comparación con un anticuerpo control– en un 74% y un 77%, respectivamente. De forma interesante, cuando se administró en ausencia de células T, durvalumab no ejercía efecto sobre los xenoinjertos.

Además de su papel en el bloqueo de PD-L1/ PD-1, otros estudios recientes también han demostrado que los anticuerpos bloqueadores PD-L1 pueden desencadenar la vía de señalización intracelular PD-L1 en células T CD8+ efectoras (en las que también se expresa parcialmente PD-L1), lo cual podría dar lugar a un efecto paradójico al desencadenar la apoptosis de células T (EMA, 2018).

Aspectos moleculares

Como se ha sugerido, durvalumab es un anticuerpo monoclonal enteramente humano del tipo IgG1κ producido en células de mamífero (ovario de hámster Chino, CHO) mediante tecnología de ADN recombinante, que tiene un peso molecular de aproximadamente 149 kDa, incluyendo oligosacáridos. Con la característica estructura en forma de Y, la molécula está compuesta por dos cadenas pesadas idénticas de aproximadamente 49 kDa cada una (peso molecular teórico sin glucosilación) y dos cadenas ligeras también idénticas entre sí y de aproximadamente 24 kDa cada una. Además, está modificada por N-glicosilación mediante la unión de un oligosacárido bicatenario complejo, unido a cada cadena pesada en un residuo de asparagina en la posición 301. El tamaño medio del dominio oligosacarídico es de en torno a 1,5 kDa por cadena pesada.

La cadena peptídica original de durvalumab ha sido diseñada específicamente para presentar en su fragmento cristalizable (Fc) y, concretamente, en el dominio constante CH2 de las cadenas pesadas, una sustitución de 3 aminoácidos conocida como “la triple mutación”: un residuo de leucina por fenilalanina en posición 238, una leucina por un ácido glutámico en posición 239 y una prolina por una serina en 335. Esta triple mutación reduce las funciones efectoras del fragmento Fc, esto es, la unión al componente del complemento C1q (y previene la consiguiente fijación del complemento) y a los receptores Fcγ responsables de la citotoxicidad celular mediada por anticuerpos.

Eficacia y seguridad clínicas

La eficacia y seguridad de durvalumab por vía intravenosa han sido adecuadamente contrastadas en la indicación autorizada fundamentalmente por los datos clínicos derivados de un estudio confirmatorio randomizado de fase 3 (estudio PACIFIC), multinacional y multicéntrico (233 centros en 26 países), con diseño doblemente ciego. El estudio comparó el tratamiento con el nuevo fármaco como terapia de consolidación frente a placebo en pacientes (N= 713) con CPNM estadio III localmente avanzado e inoperable que no habían progresado después de al menos 2 ciclos de tratamiento de quimioterapia basada en platino (con otro fármaco a elección del investigador, como etopósido, vinblastina, vinorelbina, paclitaxel, docetaxel o pemetrexed) y radioterapia concurrente (>90% de pacientes con dosis total de 54 a 66 Gy), terminada en los 42 días previos a la aleatorización (dejando un periodo que permitiera la resolución de los efectos tóxicos asociados con la quimiorradioterapia).

Se incluyeron pacientes que tenían un buen estado funcional general (puntuación ECOG de 0 o 1) y una esperanza de vida de al menos 12 semanas; por el contrario, se excluyeron pacientes que habían recibido tratamiento previo con algún anticuerpo anti-PD-1 o anti-PD-L1, así como pacientes con inmunodeficiencia o inmunosupresión farmacológica, enfermedad autoinmune activa o reciente y pacientes con infecciones microbianas (tuberculosis, hepatitis B o C, VIH). La inclusión en el estudio fue independiente de la expresión de PD-L1, que pudo ser determinado en muestras del 63% de pacientes. Los pacientes fueron aleatorizados (2:1) a recibir durvalumab (N= 476) o placebo (N= 237) en perfusión intravenosa cada 2 semanas durante un máximo de 12 meses o hasta progresión de la enfermedad o toxicidad inaceptable. Las evaluaciones tumorales se realizaron cada 8 semanas durante los primeros 12 meses y, posteriormente, cada 12 semanas, permitiendo el retratamiento de pacientes que progresaban tras tener controlada la enfermedad a los 12 meses.

En el análisis primario, en la población por intención de tratar5, las dos variables principales de eficacia fueron la supervivencia libre de progresión (SLP) –según revisión central por un comité ciego independiente en base a los criterios RECIST v1.1– y la supervivencia global (SG); se planeó un análisis provisional de la SLP cuando ocurrieran aproximadamente 367 eventos y el análisis de SG fue realizado aproximadamente 13 meses después del análisis principal de SLP. Entre otras variables secundarias, destaca la determinación de la SLP a los 12 meses y a los 18 meses y el tiempo desde la aleatorización hasta la segunda progresión (SLP2).

La siguiente tabla (Tabla 2) resume las principales características basales de la población, que estuvieron bien balanceadas entre los brazos de tratamiento, así como los principales resultados de eficacia tras una mediana de seguimiento de 25,2 meses (Antonia et al., 2018). Las curvas de Kaplan-Meier de SLP y SG confirman el beneficio en ambas variables con el tratamiento de mantenimiento posquimioterapia con durvalumab en comparación con placebo (EMA, 2018).

Tabla_2

Continuación de la tabla aquí

Las mejoras significativas en SLP y SG en pacientes tratados con durvalumab fueron consistentes en todos los subgrupos predefinidos de pacientes y, así, independiente de factores como raza, edad, género, historia de tabaquismo, estado mutacional del EGFR e histología del tumor. Parece que el beneficio en SLP fue mayor en pacientes que nunca fumaron (HR: 0,29; IC95% 0,15-0,57) frente a los fumadores (HR: 0,59; IC95% 0,47-0,73), y también en pacientes más jóvenes de <65 años (HR: 0,43; IC95% 0,32-0,57) en comparación con pacientes mayores (HR: 0,74; IC95% 0,54-1,01).

Adicionalmente, se realizó un análisis post-hoc retrospectivo –por comité central independiente– para evaluar la eficacia en los subgrupos definidos por expresión tumoral del marcador PD-L1 (disponible para 451 pacientes, de los cuales 303 tenían una expresión de PD-L1≥ 1%), incluyendo los datos de aquellos pacientes para los que no se pudo determinar el estado PD-L1. El beneficio significativo en términos de SLP fue independiente del nivel de expresión de PD-L1 antes de la quimiorradiación, aunque el tamaño del efecto fue considerablemente menor en pacientes con expresión de PD-L1< 1% (10,7 meses vs. 5,6 meses con placebo; HR: 0,73; IC95% 0,48-1,11) que en pacientes con PD-L1≥ 1% (17,8 meses vs. 5,6 meses con placebo; HR: 0,46; IC95% 0,33-0,64). Los datos de SG en función de la expresión de PD-L1 confirman que durvalumab no mejora la supervivencia respecto a placebo en pacientes con PD-L1 <1% (HR: 1,36; IC95% 0,79-2,34).

La evaluación de autorización europea (EPAR) del medicamento también consideró los resultados de dos estudios de soporte (estudio ATLANTIC y estudio 1108), que incluyeron pacientes con CPNM metastásico. En general, los datos revelan que la eficacia es considerablemente menor en el subgrupo de pacientes con expresión de PD-L1< 25% en comparación con el subgrupo de pacientes con PD-L1≥ 25%, aunque tales resultados deben interpretarse con precaución, pues la población de pacientes y las variables medidas eran diferentes, y el diseño no comparativo.

En cuanto a la percepción de los pacientes respecto a síntomas, funcionalidad y calidad de vida relacionada con la salud, los resultados obtenidos en el ensayo PACIFIC (Hui et al., 2019) a través los cuestionarios validados EORTC QLQ-C30 y EORTC QLQ-LC13 (este último es un módulo específico para el cáncer de pulmón) revelan que durvalumab no afecta negativamente a los resultados comunicados por los pacientes en comparación con placebo. No se observaron diferencias significativas en las puntuaciones hasta el mes 12 ni en la proporción de pacientes que completó los cuestionarios durante el estudio.

Por último, con respecto a la seguridad clínica de durvalumab, los datos principales también derivan del estudio pivotal PACIFIC, donde un total de 475 pacientes recibieron el fármaco con una duración media de 44 semanas (11 meses). El perfil toxicológico del fármaco es importante, pero manejable clínicamente en términos generales. Los eventos adversos relacionados con el tratamiento se reportaron con mayor frecuencia en pacientes en tratamiento con fármaco que en aquellos que recibían placebo (68% vs. 53%, que fueron de grado 3-4 en el 8,4% y 3,4% de pacientes), la mayoría en los 3 meses tras el inicio. El abandono del tratamiento por toxicidad se produjo en el 10% de pacientes tratados con durvalumab (vs. 3,4% con placebo), pero solo 7 muertes se asociaron a la toxicidad del mismo (1,5% vs. 1,3%).

Por su frecuencia, destacan las siguientes reacciones adversas: tos (35% vs. 25% con placebo), neumonitis o neumonitis por radiación (34% vs. 25%), fatiga (24% vs. 21%), disnea (22% vs. 24%) y diarrea (18% vs. 19%); también tuvieron una incidencia de >10% con durvalumab otras reacciones adversas como pirexia, pérdida de apetito, náuseas, neumonía, artralgia, infecciones del tracto respiratorio superior y erupción y prurito inmunomediados, entre otras. Por su gravedad (grado 3-4), destacó la incidencia de neumonía (4,4% vs. 4,3%), que junto a la neumonitis fueron los principales motivos de seguridad para la suspensión del fármaco. Cabe destacar que se notificó un importante número de eventos adversos inmunorrelacionados (24% vs. 8% con placebo), en algunos casos de grado 3-4 (3,4% vs. 2,6%). No obstante, el número de casos positivos de anticuerpos anti-durvalumab fue muy limitado (19 vs. 10 con placebo) y sin efecto clínicamente relevante sobre la seguridad.

Aspectos innovadores

Durvalumab es un nuevo anticuerpo monoclonal humano de tipo IgG1κ que se une selectivamente a la proteína ligando 1 del receptor de muerte programada (PD-L1), expresada en células tumorales e inflamatorias, y bloquea la interacción con sus receptores de membrana PD1 (expresado en la superficie de linfocitos T efectores) y CD80 (en células dendríticas, células B y células presentadoras de antígenos, entre otras). De esa forma, potencia las respuestas inmunitarias antitumorales e incrementa la activación de las células T, sin inducir citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos. El medicamento ha sido autorizado para el tratamiento en monoterapia de pacientes adultos con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) localmente avanzado, no resecable, cuyos tumores expresan PD-L1≥ 1% en las células tumorales y cuya enfermedad no haya presentado progresión después de quimiorradioterapia basada en platino.

Se diferencia de otros anticuerpos monoclonales que actúan sobre la vía PD-1/PD-L1, como nivolumab y pembrolizumab (que se dirigen contra el receptor PD-1), en que al bloquear solo PD-L1 se conserva la interacción de PD-L2 con PD-1 y esta es una ventaja potencial que puede minimizar la autoinmunidad. Durvalumab continúa, por tanto, la vía mecanística inaugurada por atezolizumab (anti-PD-L1) en el tratamiento de CPNM. A diferencia con atezolizumab y nivolumab, no ha recibido aún aprobación en carcinoma no microcítico metastásico.

La eficacia clínica del fármaco en su indicación autorizada fue adecuadamente contrastada en el ensayo pivotal de fase 3 PACIFIC (N= 713), un amplio estudio aleatorizado, multicéntrico, doblemente ciego y controlado por placebo. En pacientes con CPNM localmente avanzado (estadio III) e inoperable que no habían progresado después de al menos 2 ciclos de tratamiento de quimioterapia basada en platino y radioterapia concurrente, durvalumab demostró una mejoría estadísticamente significativa de la SLP –según revisión central independiente– de casi 12 meses en comparación con placebo (mediana de 17,2 vs. 5,6 meses), lo que implica una reducción del riesgo de progresión del 49%. En el brazo experimental, la mediana de supervivencia global no se había alcanzado tras un seguimiento de 25 meses (vs. 28,7 meses con placebo), estimándose una reducción del riesgo de muerte del 32%; la tasa de SG a los 24 meses fue también significativamente mayor que con placebo (66% vs. 56%).

Las variables secundarias respaldan los resultados de supervivencia, destacando, por ejemplo, valores de tasas de respuesta objetiva del 28% (vs. 16% con placebo) y una mediana del tiempo hasta la primera terapia posterior o muerte de 21,0 meses (vs. 10,4 meses con placebo). De forma interesante, los distintos análisis por subgrupos demuestran que la eficacia de durvalumab es independiente de factores como raza, edad, género, historia de tabaquismo, estado mutacional del EGFR e histología del tumor. Incluso, un análisis retrospectivo de los datos evidenció que la eficacia superior a placebo es independiente del nivel de expresión de PD-L1 en términos de SLP, pero considerablemente menor en pacientes con niveles de PD-L1< 1% que en aquellos con PD-L1≥ 1% (mediana de SLP de 10,7 meses y 17,8 meses, respectivamente, vs. 5,6 meses con placebo), no pudiéndose confirmar el beneficio en SG en estos últimos.

El perfil toxicológico de durvalumab, aunque importante (toxicidad superior a placebo), es clínicamente manejable y está en línea con lo esperado a la vista de la seguridad clínica mostrada por otros inhibidores de PD-L1, como atezolizumab (Cuéllar, 2018). Entre las reacciones adversas más frecuentes destacan la tos (35%), neumonitis o neumonitis por radiación (34%), fatiga (24%) y disnea (22%); también se describió alta incidencia de pirexia, neumonía, prurito y alteraciones tiroideas. La tasa de eventos de grado 3-4 relacionados con el fármaco fue del 8%, destacando por su gravedad los casos de neumonía.

Conviene recordar que los eventos adversos clínicamente más relevantes de los inhibidores de PD-1/PD-L1 son quizá aquellos específicamente relacionados con mecanismos inmunológicos, que suelen aparecer de forma temprana (en los primeros 3 meses de tratamiento) pero también pueden manifestarse como toxicidad tardía; en caso de que aparezcan, especialmente si la gravedad es moderada-grave, será necesario suspender temporal o definitivamente el fármaco y administrar inmunosupresores (corticosteroides). Una revisión sistemática y análisis conjunto de datos de casi 6.000 pacientes tratados con fármacos anti-PD-1 (nivolumab, pembrolizumab) y con anti-PD-L1 (atezolizumab) para el CPNM sugirió que no hay diferencias significativas en la tasa global de eventos adversos –ni en la incidencia de los principales efectos tóxicos– entre ambos tipos de fármacos. En cambio, los eventos adversos relacionados con la inmunidad parecen ser algo más frecuentes globalmente para los agentes anti-PD-1 que para los anti-PD-L1 (16 vs 11%; p= 0,004), aunque no se aprecian diferencias estadísticamente significativas para los más comunes, con la única excepción de la neumonitis (4,0 vs 2,0%; p= 0,01) (Gordon et al., 2017).

El posicionamiento de durvalumab en el tratamiento del CPNM avanzado no operable requiere tener en cuenta que no hay opciones de tratamiento estándar para pacientes que han completado los ciclos de quimiorradiación con intención curativa, tras la cual se suele proceder con un periodo de seguimiento clínico activo sin farmacoterapia6 . Por tratarse de una necesidad médica no cubierta, y habida cuenta de que la mayoría (~65%) de los pacientes recaen relativamente rápido (<12 meses; mediana de SLP de 8 meses) y tienen mal pronóstico (tasa de supervivencia a los 5 años del ~15%), los resultados aquí comentados se consideran clínicamente relevantes.

De hecho, una de las principales guías clínicas –la del NCCN (National Comprehensive Cancer Network)– ya establece que el tratamiento de durvalumab debe ser considerado durante 1 año en pacientes con CPNM avanzado que cumplan los requisitos (sin progresión tras quimiorradioterapia radical y buen estado funcional). No obstante, la limitación de los datos de eficacia en periodos más allá de los 12 meses de tratamiento con durvalumab impide concluir sobre el balance beneficio-riesgo en periodos más largos que podrían ser factibles a la vista de los resultados de mediana de SLP (> 17 meses). Además, hasta el momento no se han identificado definitivamente biomarcadores que permitan seleccionar el grupo de pacientes que más puedan beneficiarse del tratamiento, si bien en aquellos con expresión de PD-L1 por debajo del 1% no pudo establecerse de manera inequívoca y han sido excluidos de la indicación, lo cual parece razonable si se valora el mecanismo de acción del fármaco.

En definitiva, el IPT (AEMPS, 2020) sitúa a durvalumab como opción de tratamiento preferente frente al seguimiento clínico activo como terapia de consolidación en pacientes que no progresan y sin toxicidades acumulativas tras tratamiento concomitante con radioterapia y quimioterapia (al menos dos ciclos). Aunque no aporta innovación en términos de mecanismo de acción ni representa una opción curativa, los beneficios en supervivencia sin progresión tumoral con durvalumab son notables.

Valoración

Valoracion

Fármacos relacionados registrados en España

Farmacos_ESP


Damoctocog alfa pegol (▼Jivi ®) y turoctocog alfa pegol (▼Esperoct ®) en hemofilia A

Resumen

Damoctocog alfa pegol y turoctocog alfa pegol son dos nuevas glucoproteínas recombinantes pegiladas que sustituyen al factor VIII de la coagulación ausente o parcialmente deficiente en los pacientes con hemofilia A. Contribuyen a que la cascada de la coagulación continúe de forma normal, pues la unión del factor VIII con el factor de von Willebrand (vW) en la sangre da lugar a un complejo que es escindido al activarse dicha cascada, transformándose el factor VIII en su forma activada (VIIIa) y liberando el factor vW; a partir de ese proceso, el factor VIIIa actúa como cofactor del factor IXa, facilitando la activación del factor X a Xa, el cual, a su vez, convierte la protrombina en trombina y ésta el fibrinógeno en fibrina, responsable último de la constitución del coágulo sanguíneo. En base a ello, ambos medicamentos han sido autorizados para su administración por vía intravenosa con la indicación de tratamiento y profilaxis de hemorragias en pacientes de 12 años o mayores con hemofilia A tratados previamente.

Damoctocog alfa pegol ha sido autorizado en base a los datos derivados de un ensayo pivotal de fase 2/3, no controlado y abierto, que incluyó un total de 134 varones de más de 12 años con hemofilia A grave previamente tratados con un concentrado de factor VIII. El fármaco ha demostrado una eficacia notable en la profilaxis de hemorragias con administraciones periódicas (tasa de 2,1 eventos/año; 38% de pacientes sin ningún episodio), y especialmente con la pauta de 2 inyecciones/semana o 1 inyección cada 5 días (vs. 1 inyección semanal). El tratamiento a demanda (tasa de 33 eventos/año) también permite controlar adecuadamente el 91-92% de los episodios hemorrágicos con solo 1-2 inyecciones. Los datos a largo plazo son similares y confirman esos resultados. Asimismo, permitió alcanzar una hemostasia “buena” o “excelente” en la profilaxis perioperatoria en todos los casos de cirugías evaluados. De forma similar, la eficacia de turoctocog alfa pegol (análogo pegilado del ya disponible turoctocog alfa) ha sido contrastada en un ensayo pivotal de fase 3, no controlado y abierto, que enroló a 186 varones hemofílicos pre-tratados. En profilaxis periódica (1 administración cada 4 días), la tasa anualizada de hemorragias fue de 3,7 (40% de pacientes sin ningún episodio), reduciéndose a largo plazo hasta 1,77 eventos/año; esa pauta se reveló más eficaz que la de 1 administración semanal. Con el tratamiento a demanda (tasa de 32 eventos/año), el 94% de las hemorragias se controlan adecuadamente con 1-2 inyecciones del fármaco. Un ensayo de soporte de fase 3 también confirmó su eficacia en el control perioperatorio de la hemostasia: fue “excelente” o “bueno” en el 96% de las cirugías.

En relación a la seguridad clínica, ambos fármacos muestran un perfil toxicológico consistente con el de otros fármacos recombinantes del factor VIII disponibles; por lo general, son bien tolerados y los eventos adversos son leves y manejables clínicamente. Las reacciones adversas relacionadas con el tratamiento afectan solo a un 10% de pacientes tratados con damoctocog alfa pegol (destacando, por su frecuencia, cefalea, tos y pirexia) y a un 5% en el caso de turoctocog alfa pegol (sobre todo, cefalea, prurito y artralgia). La incidencia de reacciones de hipersensibilidad y en el lugar de inyección es escasa y los nuevos fármacos no parecen comportar riesgo de eventos tromboembólicos ni de desarrollo de anticuerpos inhibidores.

Sin disponibilidad de opciones curativas, se trata de dos opciones de tratamiento intravenoso –a demanda o preventivo– de hemorragias por hemofilia A, que vienen a posicionarse como dos alternativas terapéuticas más a otras similares ya existentes, sin ninguna innovación en el plano mecanístico. La única ventaja respecto a otras formas recombinantes del factor VIII podría relacionarse con la prolongación de la semivida plasmática respecto al factor nativo (por la pegilación), pero la evidencia disponible no permite confirmar un beneficio clínico –en términos de adherencia– al espaciar en el tiempo las administraciones parenterales, ni qué porcentaje de pacientes podría beneficiarse de ello sin que aumente el riesgo hemorrágico.

Aspectos fisiopatológicos

Entre los trastornos hereditarios de la coagulación o coagulopatías congénitas, la hemofilia (palabra derivada del griego hemo –sangre, philos –amado o amigo, y el sufijo ia –cualidad), y más correctamente, las hemofilias, es el más conocido popularmente, pero no el más prevalente de entre ellos. A grandes rasgos, se puede definir como un trastorno hemorrágico congénito vinculado al cromosoma X, provocado por la deficiencia de la actividad del factor VIII (hemofilia A) o del factor IX (hemofilia B) de la coagulación, como resultado de mutaciones de los genes de dichos factores.

La hemofilia A (clásica o común) representa el tipo más prevalente de hemofilia, y se caracteriza por el déficit del factor VIII de la coagulación, que está implicado en la fase de amplificación de la cascada de la coagulación. En última instancia, la deficiencia de factor VIII en los pacientes hemofílicos provoca una alteración de la hemostasia, que es el mecanismo de defensa del organismo para prevenir la hemorragia cuando se produce una lesión endotelial vascular, en el que participan las plaquetas y la cascada de la coagulación. Ello determina un retraso en el proceso de coagulación, con mayor riesgo de hemorragias graves1.

La hemofilia A afecta a entre 1 y 3 varones de cada 10.000 personas a nivel mundial y, por tanto, se puede considerar como una enfermedad rara (< 1 caso/2.000 habitantes en la Unión Europea), al igual que el resto de la coagulopatías hereditarias, la mayoría aún menos frecuentes. Según el último informe anual de la Federación Mundial de Hemofilia (FMH)2, con datos de 2017, en todo el mundo viven casi 200.000 personas con diagnóstico confirmado de hemofilia, si bien estos datos proceden únicamente de 116 países, entre los que no se incluye España. Las estimaciones globales de la FMH apuntan a que el total de afectados puede llegar a alcanzar las 400.000 personas en todo el mundo, de las cuales solo 1 de cada 4 reciben el tratamiento y la atención sanitaria adecuada (Stonebraker et al., 2010). En global, el 80-85% de pacientes tiene hemofilia A y el otro 15-20% tiene hemofilia B; la hemofilia puede darse en todos los grupos raciales y sociales.

El último sondeo mundial de la FMH que incluye datos de España corresponde al año 2014. En ese año, había en nuestro país 3.050 pacientes diagnosticados de hemofilia (independientemente del tipo), lo que supone una tasa de prevalencia de 6 pacientes por cada 100.000 habitantes. En España se diagnostican cada año entre 20 y 25 nuevos casos, si bien la tasa de prevalencia se estima estable en torno a 3.000 casos durante los últimos años. El ratio de hemofilia A:hemofilia B es de 6,5:1.

Puesto que la hemofilia es un trastorno de herencia autosómica recesiva ligada al cromosoma X –en cuyo brazo largo se encuentran los genes que codifican para los factores VIII y IX (situados en el par 23)–, como norma habitual la transmiten las mujeres (portadoras) y la padecen los hombres, por la dotación de dos cromosomas X de la mujer y de un único cromosoma X en el hombre (XY). Por ello, el 100% de las hijas de hombres hemofílicos son portadoras y el 50% de los hijos de mujeres portadoras manifiestan la forma clínica de la hemofilia. Aunque la probabilidad es más remota, las mujeres también pueden padecer la hemofilia hereditaria, normalmente con una clínica más leve. Se estima que alrededor del 70% de pacientes hemofílicos tienen un historial familiar positivo para la enfermedad y por cada varón afectado de hemofilia hay una media de 4 portadoras en la familia.

Como se ha sugerido, la causa primaria de la hemofilia A hereditaria reside en mutaciones del gen que codifica para el factor VIII (F8). Así, puede aparecer como consecuencia de muy diversas mutaciones en el gen F83 (se han descrito más de 2.000 tipos), de las que aproximadamente un tercio son de novo, es decir, en pacientes sin historial familiar. Entre ellas, destacan las inversiones (cambio estructural por el cual un segmento cromosómico cambia de sentido dentro del propio cromosoma), las supresiones grandes –que se asocian con formas clínicas graves de hemofilia y un mayor riesgo de anticuerpos inhibidores–, inserciones, duplicaciones y los reordenamientos cromosómicos. Las mutaciones puntuales, deleciones o inserciones pequeñas y mutaciones sin sentido están vinculados a formas clínicas de menor severidad. La inversión en la secuencia de ADN que se encuentra en el intrón 22 del gen F8 es la anomalía molecular más frecuente en pacientes con hemofilia A grave, responsable de la enfermedad en el 45-50% de los casos; en el 3-5% de pacientes se halla una inversión en el intrón 1. El otro 50% de hemofílicos con afección grave y la práctica totalidad de hemofílicos con diátesis hemorrágica moderada o leve presentan mutaciones puntuales, como, por ejemplo, los polimorfismos bialélicos HindIII/BclI.

La manifestación clínica más característica de todas las formas de hemofilia es la hemorragia, que se expresa con intensidad variable (mayor gravedad en los casos homocigóticos), en múltiples niveles y localizaciones orgánicas: muscular, sistema nervioso central, partes blandas y, muy especialmente, en las articulaciones. La gravedad de las manifestaciones suele relacionarse con la cantidad de factor existente:

  • Forma grave. Cuando la actividad funcional del factor de la coagulación es indetectable, es decir, inferior al 1% (<1 UI/dl). Habitualmente se trata de pacientes con sangrado espontáneo antes de los 6 meses de edad o hemorragia intracraneal en el parto. Afecta a 1 de cada 3 pacientes.
  • Forma moderada. Los niveles de factor se encuentran entre el 1 y el 5% de lo normal (1-5 UI/dl). El sangrado aparece generalmente antes de los 2 años de edad, tras producirse traumas mínimos o pequeñas maniobras exploratorias invasivas.
  • Forma leve. Los niveles de factor VIII son superiores al 5% e inferiores al 50%. El sangrado es raro y puede aparecer ante traumatismos importantes o tras intervenciones quirúrgicas.

La hemartrosis o hemorragia articular es la forma de sangrado más frecuente (65-90%), hasta el punto de que constituye el sello distintivo de las hemofilias. En pacientes con hemofilia A grave, más del 90% de todos los episodios hemorrágicos se producen en las articulaciones, y el 80% de éstos representan hemartrosis de los tobillos, rodillas y codos; es menos habitual en la articulación del hombro. En cualquier caso, la hemartrosis frecuente produce dolor, tumefacción e impotencia funcional (artropatía hemofílica) a largo plazo.

En orden de frecuencia, le siguen los hematomas musculares, que suponen, en algunos pacientes, hasta el 20% de las complicaciones hemorrágicas. Pueden complicarse con síndromes compartimentales (especialmente las hemorragias localizadas en antebrazos o gemelos) e incluso shock hemorrágico; a la larga producen atrofia muscular. No obstante, la hemorragia intracraneal es la complicación más grave y puede causar la muerte si no hay un tratamiento rápido, aunque apenas constituye entre el 2 y 13% de las complicaciones hemorrágicas. Los hemofílicos también pueden presentar complicaciones hemorrágicas en otras localizaciones, destacando la hematuria y la hemorragia gastrointestinal y orofaríngea. La incidencia de sangrado en los pacientes con hemofilia durante el período neonatal oscila entre un 20% y un 44%, mientras que la hemorragia intracraneal aparece en un 3,5-4% de los neonatos con hemofilia, aunque la cifra podría ser mayor si se incluyen las asintomáticas.

La sospecha clínica de posible hemofilia suele darse en pacientes con antecedentes familiares, aparición de hematomas durante la infancia, hemorragias espontáneas sin razón aparente (en especial, en las articulaciones, músculos y tejidos blandos) o hemorragia excesiva posterior a un traumatismo o una cirugía. El diagnóstico confirmatorio implica un screening bioquímico (pruebas de coagulación sanguíneas: el tiempo de tromboplastina parcial activada está prolongado y se corrige administrando plasma normal) y técnicas de biología molecular (ensayos de una etapa, cromogénicos de dos etapas o tromboelastografía) que permitan cuantificar el nivel sanguíneo del factor de coagulación. Las técnicas de secuenciación genética también son fundamentales para identificar la mutación causante y permitir estimar el riesgo de desarrollo de anticuerpos inhibidores.

Tratamiento y profilaxis

La favorable evolución histórica de la terapéutica de la hemofilia A ha conducido a un estándar actual que consiste en la restauración o reposición del factor VIII deficiente mediante la administración parenteral de concentrados exógenos del mismo, bien de origen extractivo (factor natural obtenido de plasma humano) o bien con análogos recombinantes del factor natural, sintetizados por ingeniería genética y carentes por completo del riesgo de contaminación por virus humanos que sí presentan los primeros. En todo caso, una proporción importante de hemofílicos moderados y leves se pueden tratar con el uso exclusivo de desmopresina por vía intravenosa o intranasal (análogo sintético de la vasopresina capaz de liberar del endotelio vascular al torrente circulatorio tanto factor de von Willebrand como factor VIII, con aumentos de 3-5 veces su valor basal y una duración de acción de 6-10 horas) y de antifibrinolíticos como el ácido tranexámico (potente inhibidor de la activación de la fibrolisina, indicado en el tratamiento y profilaxis de hemorragias mucocutáneas, por ejemplo, en pacientes hemofílicos sometidos a cirugía dental).

En ausencia de tratamientos curativos, los objetivos principales de la terapia de reposición del factor son prevenir la hemorragia y, en su caso, tratarla (así como sus complicaciones y secuelas), restaurar y mantener la función articular e integrar a los pacientes en la vida social normal. En las formas graves de hemofilia A, lo más común es la administración por vía intravenosa de un concentrado –purificado o recombinante– de factor VIII. El mecanismo de acción de todos ellos es sencillo de comprender, pues vienen a sustituir al factor de la coagulación que se encuentra deficitario, ejerciendo las mismas acciones biológicas que éstos desarrollan en la cascada de la coagulación. Por ello y por su mayor disponibilidad, generalmente con una vida media más prolongada (alcanzado a través de técnicas como la pegilación), los factores de coagulación recombinantes son, quizá, los más empleados y preferidos en la práctica clínica actual (hasta ahora había once disponibles, Tabla 1).

Tabla_1

En el caso de los productos de factor VIII recombinantes, algunos presentan características moleculares particulares; por ejemplo, la molécula está delecionada en el dominio B en cuatro de ellos (turoctocog alfa, simoctocog alfa, efmoroctocog alfa y moroctocog alfa); en efmoroctocog alfa, la molécula está además modificada con la adición de una fracción Fc, lo que le confiere una semivida algo más prolongada que el resto. Los datos disponibles no muestran diferencias importantes en eficacia y seguridad (reacciones de hipersensibilidad, tromboembolismo, desarrollo de inhibidores) entre ellos, que pudieran llevar a seleccionar uno sobre otro. Todavía no existen datos en pacientes no tratados previamente, o éstos son escasos, para aquellos factores VIII recombinantes autorizados en los últimos 5 años (2014-2018).

Las pautas de tratamiento en terapia de reemplazo deben ser totalmente individualizadas, variando entre las aproximaciones terapéuticas: a demanda, para parar un episodio de sangrado manifiesto y en profilaxis previa a una cirugía, o como profilaxis general con administraciones regulares para prevenir hemorragias. En general, la cantidad de factor a infundir en el tratamiento a demanda depende de la gravedad de la hemorragia: para combatir hemorragias graves o de riesgo vital (por ejemplo, del sistema nervioso central, gastrointestinales, etc.) se debe alcanzar un 80-100% de factor circulante y, ante una hemartosis, el tratamiento debe ser lo más precoz posible (antes de 4 h) con un objetivo del 30-50% de factor (habitualmente 20-40 U/kg de factor VIII); ante la duda, una hemorragia siempre se debe tratar.

Los datos clínicos demuestran que el tratamiento profiláctico prolongado (cuyo objetivo debería ser alcanzar una tasa anualizada de hemorragias cercana a cero), iniciado a temprana edad y adaptada a la evolución clínica del paciente (manteniendo un umbral de actividad de factor VIII >1%), protege contra el daño de las articulaciones y disminuye la frecuencia de las hemartrosis y otras hemorragias, manteniendo la tasa anualizada de hemorragias en torno a 1-4 episodios/año (Morfini et al., 2019); se reduce el número de sangrados graves y, además, se ha descrito un menor riesgo de desarrollo de anticuerpos inhibidores del factor VIII en comparación con el tratamiento a demanda. No obstante, los regímenes empleados tienen el inconveniente de suponer administraciones intravenosas frecuentes (3/4 dosis de 25-40 UI/kg a la semana), pues la semivida de eliminación (t1/2) de la mayoría de los concentrados de  factor VIII oscila entre 12-20 h, lo cual afecta negativamente a la calidad de vida de los pacientes y al grado de adherencia al tratamiento.

Por último, conviene recordar que, por causas que aún se desconocen, algunos pacientes hemofílicos con o sin antecedentes familiares pueden desarrollar autoanticuerpos circulantes que actúan como inhibidores del factor VIII en el torrente sanguíneo, suponiendo la mayor complicación del tratamiento al inhibir e incluso anular por completo el efecto de los fármacos basados en dicho factor (independientemente de su origen extractivo o recombinante), con el riesgo de cuadros hemorrágicos graves y, en ocasiones, potencialmente fatales. La incidencia global de aparición de inhibidores en pacientes con hemofilia A grave se encuentra entre un 25% y un 30%, si bien se habla de cifras de prevalencia en torno al 12% dado el carácter transitorio de los anticuerpos en algunos casos.

Se ha descrito que los anticuerpos inhibidores aparecen tras las primeras exposiciones al factor (al cabo de una media de 10-12 días de exposición, aunque la primera exposición resulta el factor de riesgo más importante) y que la prevalencia de inhibidores puede variar del 21% al 88% en pacientes de hemofilia A hereditaria con defectos genéticos severos. En pacientes con hemofilia A en los que la dosificación de factor VIII es <2 UI/dl, existe correlación entre la edad de la primera exposición al factor y el desarrollo de inhibidores (~41% cuando el tratamiento se inició antes de los 6 meses, ~29% entre los 6-12 meses y ~12% si se trataron después del año). Los pacientes tratados durante al menos 5 días consecutivos en el primer episodio de sangrado o por cirugía, presentan un riesgo de aparición de inhibidor >3 veces más alto que los que reciben tratamiento solo 1 o 2 días. El riesgo de desarrollo de inhibidor es 3 veces mayor en pacientes con historia familiar (Cuéllar, 2013).

El objetivo del tratamiento de la hemofilia A con inhibidores, además del control de la hemorragia aguda, es la erradicación a largo plazo de la producción de anticuerpos frente al factor VIII. El tratamiento actual incluye como 1ª línea el uso de fármacos que aumenten la generación de trombina sin necesidad de que exista factor VIII, también denominados agentes baipás, que se basan en la capacidad de los factores de coagulación activados como el factor Xa o el VIIa para poner en marcha el proceso de la coagulación en ausencia de factor VIII, e incluso en presencia de un inhibidor contra éste. Se dispone de 2 fármacos para el tratamiento o prevención de hemorragias en pacientes con hemofilia e inhibidores: el concentrado de complejo protrombínico activado (CCPa; Feiba®), también conocido como complejo anticoagulante antiinhibidor, y el más frecuentemente empleado eptacog alfa activado (rFVIIa, NovoSeven®), una forma recombinante del factor VII activado. De forma interesante, el pasado año 2019 se comercializó en España el emicizumab (Hemlibra®), un nuevo anticuerpo monoclonal biespecífico capaz de unir el factor IXa y el factor X de la coagulación, de manera que restaura la función deficiente del factor VIIIa y promueve la continuación natural de la cascada de coagulación. En base a ese mecanismo, independiente de la presencia del factor VIII sanguíneo, emicizumab ha sido autorizado para la profilaxis de rutina –en todos los grupos de edad– de episodios hemorrágicos tanto en pacientes con hemofilia A con inhibidores anti-factor VIII como en pacientes con hemofilia A severa sin inhibidores.

Por otra parte, a fin de reducir la producción de autoanticuerpos y lograr un incremento sostenido en la concentración de factor VIII, actualmente se recomienda como primera opción –tan pronto como se establezca el diagnóstico– la inmunosupresión con corticosteroides (prednisolona o prednisona, 1-2 mg/kg) en monoterapia o en combinación con ciclofosfamida oral (50-100 mg/día) durante un máximo de 6 semanas. El anticuerpo monoclonal rituximab, otros fármacos citotóxicos (azatioprina, 6-mercaptopurina y vincristina), ciclosporina A o micofenolato pueden ser utilizados en segunda línea. Por último, la inducción de tolerancia inmunológica ha sido el objetivo de algunos autores; se aborda mediante la combinación de infusiones diarias de altas dosis de concentrados de factor VIII con distintos regímenes inmunosupresores (corticoides, ciclofosfamida y vincristina), inmunoglobulinas intravenosas e inmunoadsorción. Se recomienda para pacientes con títulos altos de anticuerpos y se han descrito altas tasas de reducción de inhibidores (70-80%), pero su alto coste ha limitado su uso a ensayos clínicos o en 2ª línea en casos refractarios (Charlebois et al., 2018).

Acción y mecanismo

Damoctocog alfa pegol y turoctocog alfa pegol son dos proteínas purificadas humanas, recombinantes y pegiladas, que sustituyen al factor VIII de coagulación ausente o parcialmente deficiente en los pacientes con hemofilia A, permitiendo que la cascada de coagulación continúe hasta la formación del coágulo de fibrina. En base a ello, ambos medicamentos han sido autorizados para el tratamiento y profilaxis de hemorragias en pacientes de 12 años o mayores con hemofilia A (en el caso de damoctocog alfa pegol, exclusivamente aquellos pre-tratados).

En condiciones normales, el factor VIII constitutivo –o bien el perfundido a pacientes con hemofilia A– se une al factor von Willebrand (vW) en la sangre formando un complejo factor vW/ factor VIII que es escindido al activarse la cascada de la coagulación, transformándose el factor VIII en factor VIII activado (VIIIa) –por acción de la trombina generada en pequeñas cantidades en la fase de inicio– y liberando el factor vW. A partir de ahí, el factor VIIIa ejerce como cofactor del factor IXa, que actúa como enzima para la activación del factor X a Xa; de hecho, el factor VIII potencia en unas 200.000 veces la actividad del factor IXa, lo cual supone un incremento de la consecuente generación del factor Xa, que impulsa el proceso de coagulación. El factor Xa, a su vez, convierte la protrombina en trombina, y ésta posteriormente el fibrinógeno en fibrina, responsable último de la constitución del coágulo sanguíneo (Figura 1).

Figura_1

Los datos de farmacocinética clínica, procedentes de 3 estudios de fase 1 hasta fase 3 (N= 145), indican que damoctocog alfa pegol presenta un aclaramiento reducido que da lugar a una semivida plasmática 1,4 veces más larga (media de 17,4 h) y una AUC dosis-dependiente 1,4 veces más alta que las del factor VIII recombinante no pegilado (octocog alfa no pegilado, Kogenate®), sugerente de un efecto farmacológico más prolongado. De igual modo, la farmacocinética de turoctocog alfa pegol también ha sido evaluada en ensayos clínicos (N= 69), describiéndose una vida media plasmática 1,6 veces superior que los productos de factor VIII sin modificar en pacientes adolescentes de 12 a 18 años (media de 15,8 h) y en pacientes adultos (19,9 h).

Grosso modo, los estudios de farmacodinamia in vitro  e in vivo demostraron que los dominios moleculares de polietilenglicol (PEG) no ejercían ningún efecto inhibitorio en la eficacia de los nuevos fármacos, pero sin embargo sí contribuían a una acción hemostásica más prolongada que los productos no pegilados.

Aspectos moleculares 

Damoctocog alfa pegol es una forma recombinante del factor VIII de la coagulación humano carente del dominio B propio de dicho factor. Se produce –mediante técnicas de ingeniería genética (ADN recombinante)– en una línea celular de riñón de crías de hámster (BHK) y está conjugado con un resto ramificado de polietilenglicol de 60 kDa (concretamente, dos ramas de PEG de 30 kDa). Esa pegilación es sitio-específica, en un punto de mutación de cisteína (K1804C) en el dominio A3 de la molécula, y determina la prolongación de su semivida plasmática.

La molécula completa de damoctocog alfa pegol, cuyo peso molecular total es de 234 kDa aproximadamente, contiene las regiones A1, a1, A2, a2, un espaciador (una péptido de 14 aminoácidos compuesto de los 3 primeros residuos aminoacídicos del extremo N-terminal y los 11 residuos del extremo C-terminal del dominio B del factor VIII natural), a3, A3, C1 y C2. Es secretada como un heterodímero de una cadena pesada de 90 KDa y una cadena ligera, que persiste tras la pegilación. Cabe destacar que los dominios A1 y A3-C1-C2 tienen cada uno dos sitios de N-glicosilación ocupados y, además, hay 6 sitios de sulfatación de residuos de tirosina altamente sustituidos y un sitio en el dominio A2 con baja ocupación (EMA, 2018).

Por su parte, turoctocog alfa pegol es una molécula glicopeptídica basada en el ya comercializado turoctocog alfa (NovoEight®), que de hecho se produce a partir de este intermediario por glicopegilación. En resumen, representa otra forma recombinante del factor VIII de coagulación humano, conjugado en este caso con una molécula de 40 kDa de PEG, que se une al glicano unido al dominio B truncado –de solo 21 aminoácidos– de la proteína (concretamente, en el residuo de serina en posición 750). Cuando el turoctocog alfa pegol se activa por la trombina en el sitio de la lesión tisular, el dominio B que contiene el residuo de PEG y la región a3 se escinden, generando así el factor VIII recombinante activado (rFVIIIa), similar en estructura al factor VIIIa nativo.

El turoctocog alfa pegol se produce en células de ovario de hámster chino (CHO) y, en global, la molécula comprende una cadena pesada de 87 kDa y una cadena ligera de 79 kDa (excluyendo las modificaciones postranslacionales y la molécula de PEG), que se mantienen unidas por interacciones no covalentes; en la molécula de factor VIII natural, ambas cadenas se encuentran unidas por el dominio B nativo (EMA, 2019).

Eficacia y seguridad clínicas

Damoctocog alfa pegol

La eficacia y la seguridad clínicas de damoctocog alfa pegol por vía intravenosa han sido adecuadamente contrastadas en la indicación autorizada mediante un ensayo pivotal de fase 2/3, multicéntrico y multinacional (59 centros en 19 países), parcialmente aleatorizado, no controlado y abierto (estudio PROTECT VIII), que constó de una parte principal de 36 semanas de duración con una fase de extensión de al menos 6 meses o 100 días de tratamiento (Parte A), y una segunda parte que perseguía estudiar su efecto sobre la hemostasia en cirugías mayores (Parte B).

En la Parte A se evaluó la farmacodinamia y farmacocinética del fármaco en una pauta de profilaxis periódica (N= 114) o un tratamiento a demanda (N= 20) en un total de 134 varones de ≥12 años con hemofilia A grave previamente tratados con un concentrado de factor VIII (incluidos 13 niños de entre 12 y 17 años); todos ellos recibieron al menos una dosis del nuevo fármaco. Durante el periodo principal del ensayo tras las primeras 10 semanas de adaptación, todos los pacientes fueron parcialmente aleatorizados a recibir bien tratamiento a demanda (N= 20) o bien profilaxis periódica con 3 pautas posológicas diferentes: 30-40 UI/kg 2 veces/semana (N= 24), 45-60 UI/kg cada 5 días (N= 43) y 60 UI/kg cada 7 días (N= 43); de estos últimos, 11 pacientes aumentaron la frecuencia posológica. La variable principal de eficacia del estudio fue la tasa anualizada de sangrados (TAS) de la semana 10 a la 36 (periodo de seguimiento principal), en que la mediana de dosis para todas las pautas profilácticas fue de 46,9 UI/kg/inyección.

El análisis por intención de tratar reveló una reducción muy notable de la frecuencia global de hemorragias con la profilaxis periódica, con una mediana de TAS de 2,09 eventos/año (Q1-Q3 de 0,0 a 6,05) frente a los 23,4 eventos/año (Q1-Q3 de 17,8 a 37,3) con el tratamiento a demanda; cabe destacar que la profilaxis se asoció con una práctica ausencia de hemorragias espontáneas (mediana de 0,0 eventos/año; Q1-Q3 de 0,0 a 4,2) y hasta 42 de los 110 pacientes en profilaxis (38,2%) no experimentaron ningún episodio hemorrágico. Por grupos posológicos, la tasa de hemorragias totales se situó en una mediana de 1,93 eventos/año para pacientes que recibían 2 administraciones por semana o 1 cada 5 días (Q1-Q3 de 0,0 a 5,2 y de 0,0 a 4,2, respectivamente) y en 3,85 eventos/año para el grupo de 1 inyección semanal (Q1-Q3 de 0,0 a 6,5). Respecto a las hemorragias espontáneas, la mediana de la TAS fue de 0,0 eventos/año para los grupos de 2 inyecciones por semana y 1 cada 5 días (Q1-Q3 de 0,0 a 4,6 y de 0,0 a 4,0, respectivamente) y de 1,93 eventos/año para el grupo de una inyección cada 7 días (Q1-Q3 de 0,0 a 6,3).

En la fase de extensión de la Parte A, un total de 107 sujetos recibieron tratamiento (24 pacientes 2 veces/semana, 37 cada 5 días, 29 cada 7 días y 17 pacientes cambiaron de pauta terapéutica), con una mediana de duración de 464 días y una mediana de las dosis para todas las pautas profilácticas de 47,7 UI/kg/inyección. En esta fase, la mediana de la TAS fue de 1,17 hemorragias totales/año (Q1-Q3 de 0,0 a 4,3) y de 0,6 hemorragias espontáneas/año (Q1-Q3 de 0,0 a 3,2) en los grupos de profilaxis combinados, mientras que la TAS fue de 33,0 hemorragias totales/año en el grupo de pacientes tratados a demanda.

En relación al tratamiento de los episodios de sangrado, en la fase principal se trataron 702 eventos con la infusión del fármaco, el 90,6% de los cuales se controlaron con 1 o 2 inyecciones y el 81,1% con 1 única inyección. En la extensión, se trataron otros 942 eventos hemorrágicos, controlándose el 92,3% de ellos con 1 o 2 inyecciones del fármaco y el 83% con 1 sola inyección. Los porcentajes fueron similares tanto en los grupos de profilaxis como de tratamiento a demanda y la mediana de dosis por inyección de fue de 31,7 UI/kg y 37,3 UI/kg en las fases principal y de extensión, respectivamente.

La Parte B del ensayo PROTECT VIII perseguía estudiar la eficacia de damoctocog alfa pegol, administrado a demanda en el periodo perioperatorio (pre-, durante y postoperatorio hasta 3 semanas), sobre la hemostasia en pacientes que habían participado en la Parte A –o que, aunque no hubieran participado, cumplían criterios de inclusión/exclusión– y tenían indicación de cirugía mayor. En particular, se evaluó en 20 cirugías mayores en 17 pacientes, con una mediana de la dosis total administrada de 219 UI/kg y determinando como variables de eficacia la pérdida de sangre, la necesidad de transfusión y el nivel de hemostasia mediante una escala de 4 puntos (excelente, buena, moderada o pobre). La eficacia hemostática perioperatoria se consideró buena o excelente en todas las cirugías mayores. Además, en todas las 34 cirugías menores que se desarrollaron en 19 pacientes, la hemostasia también se calificó como buena o excelente.

Por otro lado, la caracterización de la seguridad clínica de damoctocog alfa pegol deriva de los datos clínicos de un total de 221 pacientes que han sido tratados con al menos 1 dosis del fármaco en 3 ensayos pivotales de fases 1-3. Los 148 pacientes adolescentes y adultos (≥12 años) incluidos en los estudios fueron seguidos durante una mediana de 713 días, con una mediana de 131 días de exposición por sujeto. En global, se notificaron eventos adversos en un total de 148 pacientes ≥12 años (83,1%), la mayoría de los cuales fueron leves y no relacionados con el fármaco; solo se consideraron potencialmente relacionados con el fármaco los eventos adversos en 15 pacientes (10,1%).

Las reacciones adversas notificadas con más frecuencia fueron cefalea, tos y pirexia; también se describieron algunos casos de hipersensibilidad (angioedema, urticaria generalizada, eritema, hipotensión, mareos, náuseas, vómitos, etc.) y reacciones en el lugar de la inyección (ardor, quemazón y escozor). Cabe destacar que no se notificó ningún evento tromboembólico intravascular (aunque no se pueden excluir en casos excepcionales de sobredosis), ni ninguna muerte durante los ensayos clínicos. La evaluación de la inmunogenicidad se realizó en 159 pacientes, notificándose un único resultado de positividad de anticuerpos (bajo título de inhibidor) en un adulto tras cirugía, que no ha sido confirmado. También en otro paciente se describió el desarrollo de anticuerpos específicos frente a la fracción de PEG4 del fármaco (asociada a una reacción de hipersensibilidad clínica), que desaparecieron tras la interrupción del tratamiento.

Turoctocog alfa pegol

Con un desarrollo clínico similar al descrito para damoctocog alfa pegol, la eficacia y la seguridad de turoctocog alfa pegol por vía intravenosa también han sido adecuadamente contrastadas en la indicación autorizada mediante 1 ensayo pivotal de fase 3, multicéntrico y multinacional (93 centros en 24 países), con diseño parcialmente aleatorizado, no controlado y abierto (estudio NN7088-3859).

Dicho estudio constó de una fase principal no aleatorizada de duración mínima de 6 meses en que se incluyeron inicialmente pacientes varones adolescentes y adultos (N= 186) con hemofilia A grave (actividad del factor VIII <1%) previamente tratados –con una media de ≥150 días de exposición– y sin antecedentes de anticuerpos inhibidores. Éstos fueron asignados a dos brazos de tratamiento, uno a demanda (20-75 UI/kg) y otro de profilaxis periódica (50 IU/kg cada 4 días). La media de edad de los pacientes fue de 31,1 años (rango 12-66), la mayoría (74%) eran de raza blanca (caucásica), y la media del peso era de 75,5 kg (rango 39-122).

Para estimar la eficacia de turoctocog alfa pegol en prevención y tratamiento de hemorragias, la variable primaria en la fase principal del estudio fue la tasa anualizada de sangrados (TAS). Los resultados del análisis en el total de pacientes demuestran que los 175 tratados con pautas periódicas de 50 UI/kg cada 4 días (o cada 3-4 días) –esto es, 2 inyecciones por semana– presentaban una TAS media de 3,7 hemorragias totales/año (IC95% 2,9-4,7), con 70 pacientes (40%) carentes de episodios hemorrágicos, mientras que para los 12 pacientes que fueron tratados a demanda para el control de hemorragias –la mayoría de ellas leves-moderadas en severidad– la TAS media ascendía hasta 31,9 eventos/año (IC95% 2,9-4,7). El control de la hemostasia se reportó como excelente en el 44% de los pacientes en profilaxis y en el 60% de aquellos tratados a demanda, y como bueno en el 40% y 32% de los casos, respectivamente.

En el grupo de pacientes tratados a demanda (N=12) se trataron un total de 1.126 hemorragias (con una dosis media de 38,1 UI/kg por inyección), alcanzando una tasa de éxito en el control del sangrado del 87,7% con 1 sola administración del fármaco, y del 94,4% para todas las hemorragias tratadas con 1-2 inyecciones. Los resultados confirman la consistencia de la eficacia del fármaco en todos los grupos etarios, tanto en profilaxis5 como en el tratamiento de hemorragias, con una media de consumo anual del fármaco de 4.641 UI/kg en profilaxis periódica y de 1.457 UI/kg en tratamiento a demanda.

En la fase de extensión del estudio, de otros 6 meses de duración, 55 pacientes de ≥12 años que habían presentado una TAS baja (0-2 episodios de sangrado durante los últimos 6 meses) y que habían recibido al menos 50 inyecciones de turoctocog alfa pegol en la fase principal, fueron voluntariamente aleatorizados a una profilaxis periódica de una administración de 50 UI/kg cada 4 días (N= 17) o de 75 UI/kg cada 7 días (N= 38). Los pacientes con pauta posológica cada 4 días mostraban una media de la TAS de 1,77 eventos/año (IC95% 0,6-5,3), bastante inferior al promedio de 3,57 eventos/año año (IC95% 2,1-6,0) del régimen de una administración semanal; por ese mayor riesgo de sangrado, 9 de los pacientes tratados una vez por semana cambiaron al grupo de profilaxis cada 4 días durante la fase aleatorizada. Una segunda fase de extensión del ensayo, aún en marcha, aportará más datos que permitan definir en mayor detalle la farmacodinamia clínica del fármaco.

Adicionalmente, un ensayo clínico confirmatorio de soporte (estudio NN7088-3859), de fase 3, multicéntrico y multinacional, abierto y de un único brazo, investigó la eficacia de turoctocog alfa pegol durante la cirugía mayor en pacientes con hemofilia A. Se llevó a cabo de forma paralela al estudio pivotal e incluyó 33 pacientes procedentes del mismo (luego continuarían con su tratamiento profiláctico o a demanda), que debían haber recibido al menos 5 dosis del fármaco. En ellos, se realizaron un total de 45 cirugías mayores, 42 de las cuales fueron elegidas para el análisis por no tratarse de cirugía de emergencia (la práctica totalidad eran cirugías ortopédicas). El día de la cirugía, todos los pacientes recibieron una dosis del fármaco que pretendía alcanzar un nivel del factor VIII del 80-100%, seguido de dosis en el periodo postoperatorio (días 1-6) que buscaban mantener los niveles por encima del 50%.

El fármaco demostró eficacia en el mantenimiento de la hemostasia durante la cirugía –variable primaria de eficacia–, con una tasa de éxito del 96%; en 40 de las cirugías, el control de la hemostasia se calificó como excelente o bueno. Solo 5 pacientes requirieron transfusiones sanguíneas durante o posteriormente a la cirugía, y solo se reportaron 7 episodios de sangrado en el periodo perioperatorio, 6 de los cuales se controlaron satisfactoriamente con el tratamiento.

Por último, el perfil toxicológico de turoctocog alfa pegol ha sido definido en base a los datos de seguridad procedentes de 270 pacientes de ≥12 años con hemofilia A grave previamente tratados que han recibido el fármaco en hasta 5 estudios prospectivos de fase 1-3 de su desarrollo clínico; de ellos, 192 pacientes recibieron el fármaco durante más de 3 años, 139 durante más de 4 años y 18 durante más de 5 años. En general, se notificaron eventos adversos en un total de 239 pacientes (88,5%), la mayoría de los cuales fueron leves y no relacionados con el fármaco; solo se consideraron posiblemente relacionados con el fármaco los eventos adversos en 14 pacientes (esto es, el 5,2%), todos ellos leves-moderados.

Los eventos adversos descritos con mayor frecuencia fueron: aumento de los niveles de aspartato y alanina aminotransferasas (2,2% y 1,5%, respectivamente), cefalea (1,5%), prurito (1,1%) y artralgia (1,1%); la relativa alta incidencia de elevación de enzimas hepáticas se puede asociar a la alta prevalencia de hepatitis C en la población global de pacientes (44%). Solo en 7 pacientes (2,6%) se notificaron reacciones en el lugar de inyección (tales como eritema, prurito, hematoma o dolor), de gravedad leve o moderada. Además, las reacciones de hipersensibilidad o alérgicas (que pueden incluir angioedema, escalofríos, rubefacción, urticaria generalizada, etc.) fueron muy escasas, y solo se reportó una sospecha de evento tromboembólico, cuya relación con el tratamiento se estableció como improbable. En relación a la potencial inmunogenicidad, se describió la presencia de anticuerpos inhibidores del factor VIII en un único paciente, por lo que parece que el riesgo de desarrollo de inhibidores no es superior respecto a otros fármacos derivados de dicho factor, y tampoco se estableció una correlación con la detección de anticuerpos anti-PEG (bajo título) en 11 pacientes.

Aspectos innovadores

Damoctocog alfa pegol y turoctocog alfa pegol son dos nuevas glucoproteínas recombinantes pegiladas que sustituyen al factor VIII de la coagulación ausente o parcialmente deficiente en los pacientes con hemofilia A, y contribuyen a que la cascada de la coagulación continúe de forma normal. La unión del factor VIII con el factor von Willebrand (vW) en la sangre da lugar a un complejo que es escindido al activarse dicho proceso, transformándose el factor VIII en su forma activada (VIIIa) y liberando el factor vW; a partir de ahí, el factor VIIIa actúa como cofactor del factor IXa, facilitando la activación del factor X a Xa, el cual, a su vez, convierte la protrombina en trombina y ésta el fibrinógeno en fibrina, responsable último de la constitución del coágulo sanguíneo. En base a ello, ambos medicamentos han sido autorizados para su administración por vía intravenosa con la indicación de tratamiento y profilaxis de hemorragias en pacientes de 12 años o mayores con hemofilia A tratados previamente.

Los datos clínicos que respaldan la autorización de damactocog alfa pegol proceden de un amplio ensayo pivotal no controlado de fase 2/3, parcialmente aleatorizado y abierto, que incluyó un total de 134 varones adolescentes y adultos (≥12 años) con hemofilia A grave previamente tratados con un concentrado de factor VIII. En una primera parte, con una fase principal de 36 semanas, el fármaco demostró una eficacia notable en la profilaxis –con administraciones periódicas– de hemorragias, con una mediana de la tasa anualizada de hemorragias de 2,09 eventos/año (0,0 en el caso de hemorragias espontáneas) y un 38% de pacientes que no presentaron ningún episodio hemorrágico. La mediana de hemorragias/año fue de 1,93 para los regímenes de 2 administraciones semanales o 1 cada 5 días, mientras que los pacientes tratados con 1 inyección cada 7 días sufrían una mediana de 3,85 eventos/año, lo cual indica que la profilaxis con un mayor número de administraciones puede ser más eficaz. En aquellos pacientes tratados a demanda, la tasa anualizada de hemorragias alcanzó una mediana de 23,4 eventos/año.

Los resultados a largo plazo (~15 meses) en la fase de extensión confirman la eficacia del fármaco: la mediana se situó en 1,17 hemorragias totales/año en los pacientes en profilaxis y en 33,0 hemorragias/año en aquellos tratados a demanda. En global, el 91-92% de los eventos hemorrágicos fueron adecuadamente controlados con 1-2 inyecciones (de 32-37 UI/kg/inyección). Además, una segunda parte del ensayo puso de manifiesto que la administración de damoctocog alfa pegol a demanda en el periodo perioperatorio permitió alcanzar una hemostasia “buena” o “excelente” en todos los eventos de cirugía mayor (20 casos) y de cirugía menor (34 casos) evaluados.

El perfil de seguridad del fármaco parece bien caracterizado y es comparable al de otras formas recombinantes del factor VIII, siendo por lo general bien tolerado. Los eventos adversos –posiblemente– relacionados con el tratamiento afectan a solo un 10% de los pacientes y son leves o moderados en gravedad, de fácil manejo clínico; destacan, por su frecuencia, la cefalea, la tos y la pirexia; también se ha relacionado el fármaco con algún caso de hipersensibilidad y reacciones en el lugar de la inyección; no obstante, no se ha confirmado ningún evento tromboembólico ni ningún caso presencia de anticuerpos inhibidores con implicación clínica.

Por su parte, la autorización de turoctocog alfa pegol deriva fundamentalmente de los datos clínicos de un ensayo pivotal de fase 3 no controlado y abierto, en que se enrolaron un total de 186 pacientes varones adolescentes y adultos con hemofilia A grave previamente tratados y sin antecedentes de anticuerpos inhibidores. Los resultados de su fase principal, de al menos 6 meses y sin aleatorización, demuestran que la tasa anualizada de hemorragias fue notablemente inferior en aquellos pacientes en profilaxis periódica de 1 pauta cada 4 días (mediana de 3,7 eventos/año; 40% de pacientes con ningún episodio hemorrágico) respecto a aquellos tratados a demanda (31,9 eventos/año); de las más de 1.100 hemorragias tratadas a demanda, el 94% se controlaron adecuadamente con 1-2 inyecciones del fármaco. De forma interesante, se verificó esa eficacia en todos los grupos etarios tanto en prevención como en tratamiento a demanda (control de la hemostasia “bueno” o “excelente” en el 84% y el 92% de los pacientes, respectivamente).

La fase de extensión del estudio, aleatorizada y de otros 6 meses de duración, reveló que, a largo plazo, el régimen profiláctico de 1 administración cada 4 días es más eficaz que el de 1 administración cada 7 días (mediana de tasas anualizadas de 1,77 y 3,57 hemorragias/año). Además, el fármaco también exhibió una eficacia significativa en el mantenimiento de la hemostasia durante el periodo perioperatorio en un ensayo de soporte de fase 3 abierto y de un solo brazo (N= 33): se reportó una tasa de éxito del 96%, ya que en 40 de las 42 cirugías mayores permitió un control de la hemostasia “excelente” o “bueno”.

De forma similar a lo comentado para damoctocog alfa pegol, turoctocog alfa pegol parece bien tolerado por los pacientes, con un perfil de seguridad manejable y similar al de otras formas recombinantes del factor VIII. Solo el 5% de los pacientes presentaron eventos adversos potencialmente relacionados con el tratamiento, todos ellos leves-moderados. Los más frecuentes se relacionaron con una elevación de los niveles de transaminasas hepáticas (3,7%, posible consecuencia de la alta prevalencia de hepatitis C en los pacientes investigados), así como con cefalea (1,5%), prurito (1,1%) y artralgia (1,1%); las reacciones de hipersensibilidad fueron muy escasas. A priori, el fármaco tampoco se asocia a un riesgo incrementado de tromboembolismo ni de desarrollo de anticuerpos inhibidores.

En términos moleculares, los dos fármacos aquí evaluados se caracterizan por su conjugación con un dominio de polietilenglicol (PEG) que, si bien no afecta a la eficacia, sí que permite un mantenimiento más prolongado de la acción hemostática. Se ha descrito que damoctocog alfa pegol y turoctocog alfa pegol tienen, respectivamente, una semivida plasmática (t1/2) 1,4 y 1,6 veces más larga que los medicamentos de factor VIII no pegilados, lo cual se traduce en valores de t1/2 de 17,4 h y 19,9 h, que se sitúan, no obstante, dentro del rango (11-20 h) de los fármacos previamente comercializados; el efecto de la pegilación6 es evidente si se compara la t1/2 de turoctocog alfa pegol con la de su análogo sin pegilar –turoctocog alfa–, de 11,2 h.

Esta característica podría permitir, en principio, espaciar en el tiempo su administración intravenosa, que es uno de los principales problemas del tratamiento y complica la adherencia terapéutica. Pero existen incertidumbres sobre la proporción de pacientes que podrían beneficiarse clínicamente de un menor número de perfusiones sin un incremento del riesgo de hemorragias. Por tanto, como ocurre con otras formas recombinantes del factor VIII, será necesario individualizar –en base a edad, déficit del factor VIII, localización y gravedad de las hemorragias o la actividad física del paciente– la dosis e intervalo posológico de los dos nuevos fármacos.

A grandes rasgos, el desarrollo clínico tanto de damoctocog alfa pegol como de turoctocog alfa pegol es acorde a las guías europeas de investigación clínica en hemofilia7 y tanto el número de pacientes estudiados como su representatividad de la población diana y el tiempo de seguimiento han sido considerados adecuados por la EMA. Hay que subrayar que no se dispone de estudios comparativos –ni de eficacia ni de seguridad– con otros fármacos similares disponibles, lo cual complica la extracción de conclusiones habida cuenta de que la tasa anualizada de sangrados no es comparable entre diferentes concentrados del factor ni entre diferentes ensayos clínicos (por la escasa homogeneidad en la definición de la variable y en los criterios de asignación de pacientes).

Por ello, el posicionamiento de ambos fármacos con respecto al arsenal terapéutico existente hoy en día se basa fundamentalmente en los datos de farmacocinética comparada. Si, a pesar de lo comentado, se hiciera una comparación indirecta de eficacia clínica (con grandes limitaciones inherentes y escasa robustez), se observaría que las tasas anualizadas de hemorragias alcanzadas con estos nuevos fármacos son similares a las observadas con otras formas recombinantes de factor VIII, como efmoroctocog alfa (Cuéllar, 2016) o lonoctocog alfa (Cuéllar, 2018).

Se debe subrayar, además, que no han sido autorizados en población pediátrica (< 12 años), lo que restringirá su uso respecto al de otros fármacos recombinantes no pegilados que pueden usarse en cualquier rango de edad (por ejemplo, efmoroctocog alfa, lonoctocog alfa, moroctocog alfa o simoctocog alfa). Esta limitación se debe a que aún existen incertidumbres sobre los riesgos de una posible acumulación en los tejidos de polietilenglicol en tratamientos a largo plazo –especialmente en el tejido nervioso en desarrollo–, a pesar de que en los ensayos clínicos no se ha evidenciado ningún signo clínico sugerente de toxicidad. Futuros estudios deberán aclarar su balance beneficio-riesgo de uso en niños.

En conclusión, damocotocog alfa pegol y turoctocog alfa pegol representan dos nuevas opciones de tratamiento intravenoso –a demanda o de profilaxis periódica– de hemorragias por hemofilia A, que vienen a posicionarse como dos alternativas terapéuticas más a otras similares ya existentes, sin aportar ninguna innovación en el plano mecanístico. En comparación con otras formas recombinantes del factor VIII, la única ventaja podría relacionarse con la prolongación de la semivida plasmática respecto al factor VIII nativo, pero la evidencia actualmente disponible no permite confirmar un beneficio clínico –en términos de adherencia al tratamiento– al espaciar en el tiempo las administraciones parenterales periódicas, ni qué porcentaje de pacientes podría beneficiarse de ello sin que aumente el riesgo hemorrágico.

Valoración

Valoracion_Damoctocog

Valoracion_Turoctocog

Fármacos relacionados registrados en España

Farmacos_ESP


Seguimiento farmacoterapéutico a mujer adulta polimedicada

Premios Foro AF-FC 2018

Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico

 Finalista, 7ª Edición Premios FORO de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria.

Presentación inicial del caso

Se trata de una mujer de 58 años, usuaria de un centro de día para enfermos mentales, cuyo caso nos llega a través de su psicóloga. La paciente está diagnosticada de varias enfermedades psiquiátricas: psicosis, depresión y ansiedad. Presenta también insomnio, diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial. Es fumadora de, aproximadamente, medio paquete al día.

La paciente se queja de somnolencia y cansancio, lo cual atribuye a la medicación, que le impide realizar sus actividades cotidianas y los talleres que se organizan en el centro, que además son su principal entretenimiento. Ante esta situación, acudió a su psiquiatra, quien le aumentó la dosis de bupropion de 150 mg a 300 mg una vez al día. La paciente se extraña ante esta nueva situación, y comentándolo con la psicóloga deciden pedir consejo al farmacéutico para analizar el caso (Tabla 1).

Tabla_1

Estudio del caso

Una vez evaluada la medicación de la paciente, se observa que, con la excepción de la obesidad, tiene tratamientos indicados para los diferentes Problemas de Salud (PS). Los resultados de la fase de estudio de este caso se muestran resumidos a continuación:

SOMNOLENCIA

En relación con este síntoma referido por la paciente, analizada la medicación, se ha encontrado una duplicidad de hipnóticos. La paciente está tratada con dos hipnóticos de forma asociada: flurazepam y clonazepam.

  • Flurazepam: presenta acción residual sedante durante todo el día (t 1/2eliminación 40-240 h).
  • Clonazepam: tomado a primera hora de la mañana es rápidamente absorbido, contribuyendo al efecto sedante: (t 1/2eliminación 20-60 h).

Cabe destacar que hay una ausencia de ensayos clínicos aleatorizados de politerapia en adultos de más de 55 años con clonazepam y flurazepam como ansiolíticos o hipnóticos. Esta asociación se traduce en una elevada carga benzodiacepínica en mg equivalentes de diazepam:

  • 30 mg flurazepam equivalen a 10 mg diazepam.
  • 4 mg clonazepam equivalen a 80 mg diazepam.

Total equivalente: 90 mg de diazepam (no se recomiendan más de 40 mg/día).

A esto habría que sumar la somnolencia causada por el uso concomitante de neurolépticos como clotiapina y amisulprida y por el antidepresivo sertralina. Como consecuencia del cuadro de somnolencia, la paciente toma café habitualmente a mitad de tarde, lo cual puede alterar ciclos circadianos y de actividad.

El psiquiatra, al ser consultado por el Problema de Salud (PS), aumentó la dosis de bupropion.  Sin embargo, bupropion es una catinona, una amina despertadora. Antes de incrementar la dosis de bupropion, parecería más adecuada la retirada progresiva de benzodiazepinas a primera hora de la mañana en lugar de aumentar dosis y/o polifarmacia.

TERAPIA ANTIPSICÓTICA

sis, las dosis se consideran dentro de rango (máximo 2 DDD):

  • 100 mg amisulprida; 100/400= 0,25 DDD.
  • 40 mg clotiapina; 40/80= 0,5 DDD.

Total= 0,75 DDD.

Al aumentar la polifarmacia antipsicótica, si los medicamentos presentan diferente mecanismo de acción, indirectamente podrían disminuir la gravedad de reacciones tipo A (dependiente de dosis), pero pueden aumentar la diversidad de las reacciones adversas tipo B (no dependiente de dosis). Además, dificultan la atribución de causalidad en caso de reacciones adversas o inefectividad del tratamiento.

Por todo ello, no estaría recomendada la asociación de antipsicóticos. Se podría proponer la reducción de la terapia antipsicótica.

EVALUACIÓN DE LA POLIFARMACIA

tratados con más de un medicamento, lo cual podría estar justificado en el caso de la HTA y la diabetes, donde la asociación de medicamentos tiene efectos beneficiosos. Sin embargo, no se justifica en el caso de la ansiedad o de la psicosis, donde los medicamentos empleados tienen el mismo mecanismo de acción, y tampoco en insomnio y depresión, donde ante la falta de efectividad se recomienda cambiar de medicamento.

Varios medicamentos, especialmente aquellos empleados contra la ansiedad (clonazepam) y el insomnio (flurazepam), sobrepasan en exceso la duración recomendada según su ficha técnica. Otros tres requieren reevaluación periódica (sertralina, clotiapina y pregabalina).

La polifarmacia de la paciente está teniendo repercusión sobre la carga anticolinérgica que, en este caso, corresponde a un riesgo moderado-alto (1,9 DBI), lo que puede afectar a su capacidad cognitiva, principalmente por los efectos de bupropion, clonazepam, flurazepam y sertralina.

Evaluación: estado de situación final

Con la información obtenida se han evaluado los Problemas Relacionados con la Medicación (PRM) detectados, así como los Resultados Negativos de la Medicación (RNM) correspondientes. El resumen se muestra en las Tablas 2 y 3:

Tabla_2
Tabla_3

Intervención

La estrategia propuesta se muestra progresivamente y en el orden indicado, a continuación, y se aconseja esperar unas semanas entre cada una para valorar adecuadamente el efecto de la intervención:

  • Se prioriza la resolución del PS que más preocupa a la paciente: la somnolencia, mediante la reducción de la carga benzodiacepínica total; para ello, se consensua una estrategia de de-prescripción a largo plazo, comenzando por clonazepam.
  • Se explica a la paciente que la cafeína puede alterar el ciclo de sueño, y se pacta disminuir la dosis diaria de café.
  • Se ofrece a la paciente el Servicio de deshabituación tabáquica, explicándole los beneficios que podría tener el abandono del hábito.
  • Además, puesto que sertralina y bupropion presentan interacción y se emplean en la misma indicación, se propone retirar la sertralina, ya que el bupropion a la dosis prescrita realizará el efecto antidepresivo y ayudará, además, en el proceso de deshabituación tabáquica.
  • Reducción de la polifarmacia antipsicótica, eliminando el agente con menor dosis (amisulprida).
  • Realizar un seguimiento de la psicopatología y de las actividades de la vida diaria.
  • Seguimiento de parámetros bioquímicos, presión arterial, frecuencia cardiaca y función respiratoria.
  • Medidas no farmacológicas de apoyo: se debe acompañar de actividades de terapia psicosocial, arteterapia e instaurar un estilo de vida saludable que nos permita ir indicando la estrategia para el abordaje de la obesidad.

Resultados

Se informó a su médico mediante informe escrito y se comenzó seguimiento. Se observó que la paciente mejoró clínicamente tras la subida de la dosis de bupropion: se mostraba participativa y más despierta. No obstante, en la consulta con su médico a finales de mayo, volvieron los problemas que motivaron la consulta de la psicóloga; incluso se quedó dormida en la entrevista psiquiátrica. Esto impulsó el cambio en la medicación sugerido por farmacia: retirada gradual de amisulprida, clonazepam y sertalina (Tabla 4).

  • Resto de medicamentos: flurazepam, clotiapina, pregabalina, antidiabéticos, hipolipemiantes y antihipertensivos se mantienen a fecha de hoy como estaban.
  • Se ha seguido semanalmente a la paciente desde la farmacia.
  • La intervención ha resultado efectiva, a juicio de la paciente y del equipo asistencial, desapareciendo la somnolencia, lo que ha permitido a la paciente incorporarse a las actividades terapéutico-educativas. Ha pasado más de un mes y la mejoría se mantiene.
Tabla_4

Comentarios

El abordaje del paciente psiquiátrico no debe centrarse únicamente en la farmacoterapia. Se debe enfatizar en las terapias psicosociales y apoyarse en la medicación cuando sea necesaria. La polifarmacia puede desencadenar RNM, por lo que se debe siempre analizar hasta qué punto es viable un determinado tratamiento y monitorizarlo a través de un adecuado Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico (SFT).

La de-prescripción de amisulprida, clonazepam y sertralina, aunque quizá muy brusca –se podría haber realizado más gradualmente (sería recomendable realizar la retirada con administración en días alternos durante 4 semanas)–, demuestra resultados favorables y una mejora del estado cognitivo y anímico de la paciente. A partir de aquí se deberían abordar el resto de PRM/RNM, incluyendo a la paciente en un programa del Servicio de SFT.

 

Casos ganadores y finalistas 7ª edición premios Foro AF- FC

El objetivo de la edición anual de Premios FORO de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria (Foro AF-FC) es reconocer el compromiso asistencial de los farmacéuticos que ofrecen a la población Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales, especialmente los implicados en la aplicación de los de Atención Farmacéutica (Dispensación, Indicación Farmacéutica, Seguimiento Farmacoterapéutico –SFT–, Conciliación de la medicación, Adherencia terapéutica, entre otros) así como de los relacionados con la Salud Comunitaria de acuerdo a los procedimientos consensuados, contando con la colaboración de laboratorios Cinfa.

La convocatoria de la 7ª edición se realizó entre los meses de marzo a julio de 2018, periodo tras el cual el jurado, compuesto por ocho representantes de las instituciones que forman Foro AF-FC, evaluó los 52 casos recibidos, 6 menos que los de la edición anterior, de acuerdo a los modelos editados en las webs de todas las instituciones, para la descarga, cumplimentación y remisión on line, por parte de farmacéuticos voluntariamente interesados. Se mantuvo un modelo abierto para aquellos casos que no se correspondieran con los Servicios descritos. Los casos recibidos se clasificaron en: 8 casos del Servicio de Dispensación, 8 del Servicio de Indicación Farmacéutica, 21 del Servicio de SFT y 15 de modelo abierto. El jurado valoró en cada caso once apartados relacionados con la adecuación de la terminología y metodología de Foro AF-FC, la existencia de práctica colaborativa, la utilización de herramientas informáticas, el interés clínico y el profesional del caso en su implementación en la Farmacia Comunitaria, entre otros.

Foro de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria (Foro AF-FC) es un grupo de trabajo y debate constructivo creado en 2009. Actualmente está constituido por farmacéuticos representantes de las siguientes instituciones:

  • Conferencia Nacional de Decanos.
  • Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF).

  • Fundación Pharmaceutical Care España.

  • Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada.

  • Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC).

La principal función de Foro AF-FC es contribuir a la implantación de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) en la farmacia comunitaria, para lo cual:

  • Apoya la máxima difusión de los SPFA para alcanzar su implantación en la Farmacia Comunitaria.
  • Mantiene el consenso adoptado y la homogeneidad de los procedimientos de Foro AF 2008 en los proyectos, conjunta o individualmente; de esta manera, se consigue un objetivo común transmitiendo el mismo mensaje con una terminología consensuada.

  • Incrementa la colaboración entre las organizaciones del Grupo.

  • Constituye un agente de referencia en SPFA coordinado por el Consejo General.

Principales actividades:

  • Definición y clasificación de SPFA abordando tanto los relacionados con el medicamento (AF) como con los relacionados con la Salud Comunitaria.
  • Elaboración de documentos consensuados; definición y procedimientación de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales.

  • Edición de la actualización de la Guía practica de SPFA

  • Edición anual de Premios a los mejores casos de farmacéuticos implicados en SPFA y participación en eventos/congresos para su divulgación.

Foro AF-FC cuenta con la colaboración de Laboratorios Cinfa.

Más información en: http://www.portalfarma.com/inicio/serviciosprofesionales/forofarmaciacomunitaria/Paginas/default.aspx

COVID-19

Introducción

Los coronavirus (CoV) constituyen un amplio grupo de virus que se encuadran taxonómicamente en la subfamilia Coronavirinae dentro de la familia Coronaviridae. Se trata de virus cuyo genoma está formado por una única cadena de ARN con polaridad positiva (+ssRNA, del inglés single-stranded positive sense RNA).

A grandes rasgos, los coronavirus inician su replicación con la entrada de los viriones, pierden su envoltura y liberan el ARN viral en el citoplasma de la célula eucariota. El parecido con el ARNm del hospedador le permite adherirse directamente a los ribosomas para su traducción. Allí, se emplea como plantilla para traducirse directamente en la poliproteína 1a/1ab, en la cual están unidas todas las proteínas que formarán el complejo de replicación-transcripción. A partir de dicho complejo y por la acción de una proteasa no estructural, se sintetizan diversos ARN subgenómicos codificantes para los polipéptidos y proteínas (estructurales y no estructurales) que determinan la biología del virus y la simetría helicoidal de su nucleocápside.

Los coronavirus pueden transmitirse entre animales y humanos (enfermedades zoonóticas). Se ha descrito que muchos coronavirus pueden usar a los mamíferos como reservorios u hospedadores intermediarios. Los murciélagos pueden actuar como hospedadores de muchos virus sin verse afectados por ellos, por lo que facilitan la recombinación y lo eventos mutagénicos favoreciendo la diversidad genética de los virus. En la infección a mamíferos, los coronavirus infectan fundamentalmente células del tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal.

Existen diferentes especies de coronavirus que circulan entre animales pero que aún no han dado el salto a humanos. Desde la década de 1960 (en que se describieron por primera vez en las cavidades nasales de pacientes con resfriado común) solo se conocían 6 especies de coronavirus que podían infectar a humanos (HCoV) y causar enfermedades respiratorias. El nuevo coronavirus, nombrado como SARS-CoV-2, no se había detectado antes de que se notificara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

Epidemiología

Sus características genómicas orientan a un origen en murciélagos, pero posiblemente transmitido por otro mamífero que actúa como hospedador intermediario.

La transmisión tiene lugar por contacto con secreciones respiratorias (gotas o contacto), aerosoles (gotas de <5 µm), fómites o heces de animales o sujetos infectados.

El SARS-CoV-2 se caracteriza por ser un coronavirus mucho más contagioso que el SARS-CoV o MERS-CoV, pero con una tasa de mortalidad general inferior a éstos. Se observan diferencias en cuanto a la mortalidad registrada hasta la fecha ajustada por grupos etarios y pacientes con comorbilidades: no afecta a los niños y se observa una mortalidad mayor en ancianos, así como en pacientes con comorbilidades, especialmente problemas cardiovasculares o inmunológicos.

Se ha acuñado el término COVID-19 (Coronavirus disease) para hacer referencia a la enfermedad que produce el SARS-CoV-2.

01_Epidemiologia

Clínica

Las manifestaciones clínicas de una infección por coronavirus dependen en gran medida del tipo de virus y el estado de salud de la persona, pero los signos clínicos más comunes incluyen los propios de un resfriado común, destacando síntomas respiratorios, fiebre, tos, disnea y otras alteraciones de la respiración. Estos síntomas aparecen tras un periodo de incubación de 1-14 días en la mayoría de pacientes (80%) con una media de 5-6 días, aunque puntualmente se han hallado casos de hasta 27 días. También se han notificado síntomas gastrointestinales, incluyendo diarrea. En los casos más graves, la infección puede causar bronquitis o neumonía (bien sea neumonía viral directa o favorecer una neumonía bacteriana secundaria), síndrome de distrés respiratorio, insuficiencia renal aguda e incluso la muerte.

Diagnóstico

Las guías del CDC establecen unos requerimientos mínimos para el manejo de muestras de laboratorios de bioseguridad nivel II (BSL-2) equipados con cabinas de bioseguridad clase II.

La técnica diagnóstica es la RT-PCR en tiempo real, que cuantifica la presencia de tres marcadores. El caso se confirma con resultados positivos para los tres marcadores además del control positivo. Se consideran muestras biológicas adecuadas para el diagnóstico:

  • Tracto respiratorio superior: exudado nasofaríngeo/orofaríngeo.
  • Tracto respiratorio inferior: esputo (si es posible) o aspirado endotraqueal, especialmente en pacientes con enfermedad respiratoria grave.

Si un paciente no tiene signos o síntomas de infección del tracto respiratorio inferior o si la toma de muestras del tracto respiratorio inferior está clínicamente indicada, pero no es posible su recolección, se podrá optar por estudiar solo las muestras respiratorias de tracto superior.

Si las pruebas iniciales son negativas en un paciente con una alta sospecha clínica y epidemiológica (especialmente cuando solo se han recogido muestras de tracto respiratorio superior o la muestra recogida inicialmente no estaba tomada de forma adecuada) se repetirá el diagnóstico con nuevas muestras del tracto respiratorio.

El CDC desaconseja aislar el virus en cultivo celular, para el cual, en caso de realizarse, sería necesario disponer de un laboratorio de nivel de bioseguridad III (BSL-3).

Prevención

Actualmente al no existir un tratamiento curativo, las medidas de prevención son la base para evitar la propagación del virus. Atendiendo a su naturaleza podemos dividirlas en dos categorías:

Medidas generales

  • Lavado de manos: debe adoptarse la costumbre de lavarse de forma frecuente las manos, especialmente en los momentos en los que cambiemos de entorno (p.ej al llegar al trabajo, a casa, etc.) o antes de comer. Para el lavado de manos puede utilizarse agua y jabón (método de preferencia) o soluciones hidroalcohólicas. Estas últimas son especialmente útiles en aquellos lugares en los que no exista fácil acceso a un grifo con jabón, aunque en caso de que exista suciedad visible deberá realizarse en primer lugar un lavado con agua y jabón. Es muy importante que el lavado se haga con la técnica apropiada que garantice la descontaminación de la piel en toda su extensión. Los jabones de manos (salvo los desinfectantes) no matan los microorganismos, sino que actúan disminuyendo la tensión superficial permitiendo así que se desprendan de la superficie de la piel. El alcohol en concentraciones del 70% sí que produce la muerte de microorganismos por desestabilización de sus membranas.
  • Higiene respiratoria: al toser o estornudar debe cubrirse la boca ya sea con un pañuelo desechable o con el codo flexionado para evitar en la medida de lo posible la dispersión del virus.
  • Separación física: es importante mantener una separación de al menos 1 metro entre las personas que puedan ser transmisoras del virus. Las gotas de secreciones respiratorias permanecen poco tiempo en el aire antes de sedimentar. La separación física dificulta que se produzca esta transmisión. Los aerosoles al tener en suspensión tamaños de partícula más pequeños son más peligrosos porque permanecen más tiempo en el ambiente. Por este motivo el personal sanitario debe tomar medidas de precaución adicionales (ver más adelante).
  • Seguimiento de contactos: todos los contactos de un caso confirmado deben ser seguidos durante 14 días (tiempo máximo del periodo de incubación en la mayoría de los casos). Si una persona no ha desarrollado síntomas hasta ese momento, se considera que no ha habido contagio. Está indicado el uso de mascarillas, respetando sus normas de uso, en caso de sintomatología respiratoria.

Medidas en profesionales sanitarios

  • Descontaminación de superficies: se estima que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir algunas horas sobre las superficies. Es importante la desinfección frecuente de las superficies para evitar su propagación. Esta recomendación aunque a día de hoy es más propia del ámbito hospitalario y centros de salud (ubicaciones de máximo riesgo), puede extrapolarse a otros espacios en el momento en el que se declare una epidemia en la región. En ese caso es importante la limpieza de superficies de contacto habitual (p.ej teléfonos móviles, teclados de ordenador, barandillas etc.).
  • Uso de equipos de protección individual (EPI): incluye el uso de batas desechables, guantes, gafas y mascarillas. Ante cualquier caso sospechoso o confirmado se deben poner en práctica las medidas generales además de las precauciones de contacto (guantes, batas y gafas) y secreciones respiratorias (mascarillas). La higiene de manos es esencial cada vez que se proceda a sustituir el EPI.
    • Guantes: pueden ser estériles o no. Su uso no exime la necesidad del lavado de manos.
    • Batas: se utilizan si hay riesgo de salpicaduras de fluidos corporales. Si las batas no son impermeables deben usarse además delantales de plástico.
    • Gafas o máscaras: tienen el objetivo de evitar el contacto ocular con las secreciones del paciente.
    • Mascarillas: se distinguen dos grandes tipos de mascarillas: mascarillas quirúrgicas y mascarillas con respiradores. Las mascarillas quirúrgicas normales se recomiendan en situaciones en las que no exista un procedimiento generador de aerosoles (PGA). Son PGA la broncoscopia, RCP, ventilación no invasiva (BiPAP, CPAP, HFOV), cirugía, intubación traqueal, ventilación manual, inducción del esputo, aspiración o necropsias. Cuando exista un PGA se recomienda el uso de respiradores FFP2 (también llamados N95) o FFP3 (con capacidad de filtración aun superior). Estos mismos tipos de mascarillas con respirador son necesarios en los procedimientos de toma de muestras para análisis de laboratorio. La OMS aconseja el uso racional de las mascarillas para evitar el derroche innecesario de recursos y su posible uso indebido.
  • Traslado de urgencias extrahospitalarias: el transporte del paciente se realizará en una ambulancia con la cabina del conductor físicamente separada del área de transporte del paciente. El personal que intervenga en el transporte deberá ser informado previamente y deberá utilizar el EPI adecuado (bata resistente a líquidos, mascarilla FFP2, guantes y protección ocular anti salpicaduras). Una vez finalizado el transporte se procederá a la desinfección del vehículo y a la gestión de los residuos producidos. Se deberán seguir los protocolos de descontaminación, mantenimiento y eliminación de residuos utilizados para otro tipo de microorganismos con el riesgo de propagación y mecanismo de transmisión similar. El interior del vehículo será limpiado posteriormente con una solución de hipoclorito al 1% o del desinfectante aprobado para superficies en el centro y se desechará en el contenedor apropiado el material de un solo uso no tributario de descontaminación.
  • Procedimientos de generación de aerosoles (PGA): deben realizarse a ser posible en salas de presión negativa.
03_Protocolo_hospitalario
02_Protocolo_extrahospitalario

Tratamiento

Por el momento no hay ningún medicamento autorizado para el tratamiento del COVID-19. Los casos leves se tratan como cualquier otro cuadro respiratorio banal, mediante medidas de soporte y antipiréticos orales (paracetamol o ibuprofeno). Para los pacientes graves o con comorbilidades, basándose en datos in vitro y a la luz de experiencias previas de tratamientos en epidemias anteriores por otros coronavirus (MERS o SARS), se han propuesto y utilizado diversos fármacos. Este uso debe individualizarse y debe cumplirse siempre con todos los requisitos legales para usos compasivos o en indicaciones fuera de ficha técnica, con el correspondiente consentimiento informado.

En la guía de manejo clínico de COVID-19 del Ministerio de Sanidad, se recomiendan como opciones de tratamiento remdesivir, un análogo de adenosina que se incorpora al ARN viral e impide su replicación, que se encuentra aún en investigación (como uso compasivo), o la combinación de inhibidores de la proteasa lopinavir/ritonavir con interferón (en uso fuera de ficha técnica). Aunque hay información preliminar sobre otras opciones terapéuticas con potencial in vitro (darunavir, atazanavir, o cloroquina, de la que algunos autores chinos sugieren cierta eficacia en pacientes), son necesarios más datos para plantearlos como opción a nivel general.

04_Tratamiento

Alta hospitalaria

Además del criterio clínico, para el alta médica será necesario demostrar la negativización de las muestras del tracto respiratorio para finalizar el aislamiento. Para ello, será necesario obtener dos resultados de PCR negativa en dos muestras respiratorias obtenidas con una separación mínima de 24h entre ellas.

05_Alta
06_Direcciones
tabla-covid-19

Santiago Ramón y Cajal y la publicidad farmacéutica

Resumen

Profundizando en el impacto y alcance de la publicidad farmacéutica, el presente artículo se centra en el papel de la figura de Santiago Ramón y Cajal, el reputado Premio Nobel español en el campo de la medicina. Diversos aspectos de su persona han sido ensalzados en numerosos artículos que, con fines publicitarios, emplearon algunos laboratorios farmacéuticos durante el pasado siglo. Se describen e ilustran a continuación varios ejemplos relevantes.

La publicidad de los medicamentos no se efectúa solo mediante anuncios en soporte de papel; también en radio, televisión… y por medio de los propios recipientes: de su grafismo, los mensajes emitidos en los mismos, el nombre, la estética, el conjunto de sensaciones producidas ante la vista de cualquier objeto físico. Voy a ocuparme en este artículo de aquellos avalados o fabricados por conocidísimos médicos o farmacéuticos, y en primer lugar, por nuestro único Premio Nobel en medicina.

Existe una preciosa cajita (7,5×4,5 cm) (Figura 1) de color crema con filos dorados, en donde se contenían unas sales purgantes naturales, Perla del Castellar, cuyo manantial estaba en Villarrubia de Santiago (Toledo). El ejemplar que poseemos nos señala como propietarios a Eusebio Caja y compañía. El depósito se encontraba en la calle Marqués de Cubas, nº 18, de Madrid.

Figura_1

Lo llamativo es el análisis efectuado por Santiago Ramón y Cajal, en quien se fundamentaba el mayor impacto publicitario.

Uno de los pocos científicos conocidos en España es precisamente don Santiago1, por el Premio Nobel obtenido, el único de un español en ciencia –pues el de Severo Ochoa lo obtuvo en USA y como americano–, por su labor al frente de la Junta para la Ampliación de Estudios, mediante la cual pretendía renovar la docencia y sobre todo la investigación en la universidad española, por su tarea al frente del Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología Alfonso XIII (de Madrid), por su labor como catedrático, académico, literato, y por ser uno de los personajes más influyentes en la opinión pública de su tiempo.

Precisamente su tarea en el Instituto Alfonso XIII le hizo firmar varios análisis de aguas, los cuales se emplearon como reclamo publicitario por sus propietarios, evidentemente con el conocimiento y, supongo, la aquiescencia del laureado profesor. No sé si de ello obtuvo remuneración económica personal o no, pero hoy en día sería una práctica prohibida, no el análisis en sí, sino la recomendación efectuada por un médico y la utilización en la propaganda de su nombre, al menos si se trata de una especialidad para la cual sea necesaria receta; en las demás sería, cuando menos, poco estético.

No era la primera vez que eso sucedía. Ramón y Cajal había dado el visto bueno al análisis de las aguas La Maravilla de Coslada, realizadas por Germán Cerezo en 1903. Los propietarios obviaron que el autor era el jefe de la sección de análisis químicos del Instituto Alfonso XIII. Emplearon el nombre del Premio Nobel en su propaganda y en ocasiones su efigie, lo cual es indicio de aceptación por parte del investigador; ahora bien, esto no significa su ánimo de lucro, sino su firme convicción de la utilidad de la hidroterapia (de la Rosa et al., 2004). La finca, con su pozo, pasó a ser propiedad de Alejandro Lerroux, el líder del Partido Republicano Radical, quien a partir de 1920 intentó crear una sociedad para explotarla a gran escala (Calvo, 2013).

En el caso de la Perla de Castellar, la implicación de don Santiago fue mayor. Publicó, incluso, un folleto de treinta y dos páginas con el análisis efectuado (Ramón y Cajal, 1907), y llegó a recomendarlas como purgantes y para varias dolencias. La caja de nuestra colección es de la época en que eran propiedad de Eusebio Caja. Como tarde en 1929 pasaron al poder de Florestán Aguilar Rodríguez2.

Aunque parece un poco tarde (don Santiago falleció en 1934) nos encontramos a dos personajes, trascendentales de su época, unidos por unas sales purgantes.

Florestán Aguilar fue nombrado vizconde de Casa Aguilar por Alfonso XIII, de quien era dentista y hombre de confianza. Formado en EE.UU., era partidario de una carrera diferenciada para médicos y odontólogos, pese a lo cual él estudió ambas disciplinas. Fue una de las personas más destacadas de su profesión; fue fundador de la Escuela –hoy Facultad- de odontología, consejero del Rey en los trabajos para la construcción de la Ciudad Universitaria (hoy Universidad Complutense de Madrid) y a quien el último gobierno de la monarquía encargó la tarea de hacer llegar al Rey la fecha y hora de su salida de España y acompañarle siempre en territorio nacional3 .

Como ven: dos grandes hombres y unas sales purgantes, cuyas utilidades se explicaban en la parte interior de la cajita metálica en inglés, alemán y francés. La lengua de los países a donde se exportaba.

No fue, ni mucho menos, ésta la única implicación del Premio Nobel en la publicidad.

La firma Parke-Davis S.A.E. regaló una lámina (23,5×16,5 cm) reproducción de un cuadro al óleo, donado a la facultad de medicina de Madrid. No es una gran obra, pero sí muy descriptiva. Se ve a un Cajal joven, probablemente antes de ganar su premio (lo hizo con cincuenta y cuatro años) en su laboratorio. No lleva bata blanca, sino una especie de blusón o guardapolvo azulado. El pelo totalmente oscuro aunque ya algo clareado –con grandes entradas– y la negra barba escrupulosamente recortada. Está realizando las acciones que le hicieron sabio y famoso, rodeado de frascos para preparar las tinciones, junto a un microscopio y en el acto de dibujar cuidadosamente lo observado (Figura 2, imagen superior).

Parke-Davis fue creada en Detroit (Michigan) por el Dr. Samuel P. Duffield, médico y farmacéutico, en 1860; fue una de las primeras compañías farmacéuticas norteamericanas. En 1970 la adquirió Warner-Lamber y en 2000 Pfizer, con lo cual, seguramente, la lámina litografiada fue ofrecida entre los años treinta y cincuenta del siglo pasado. Regalaron, también, una serie de historia de la medicina, cuyos colores y dibujos son inconfundibles y similares al aquí presentado.

El incombustible Ceregumil obsequió a sus clientes un azulejo (17×13 cm) (Figura 2, imagen inferior) bastante elegante, en cuya cara se imprimió la efigie del sabio, de perfil, ya más que maduro, y en el envés una pequeña elegía a su figura. No sé si la fecha que aparece (1935) fue la de su confección –es posible pues falleció el año anterior–. También sé que en esa misma serie se editó otro azulejo con la efigie de José Rodríguez Carracido, conservado en el gabinete o museo de la Real Academia Nacional de Farmacia.

Figura_2

Victor Pierre Edmond Deschiens (1880-1957), doctor en farmacia, abrió una fábrica en Romainville dedicada a preparar específicos relacionados con la hemoglobina: jarabe, vino, elixir, gránulos, grageas… comercializadas en Francia y en el extranjero4. En España, sus productos los distribuyó el laboratorio Giménez-Salinas & Cía, desde antes de la guerra civil hasta 1963, en que fueron absorbidos por el laboratorio Seid (González et al., 2018). Como medio de propaganda editó, en Francia, una revista llamada Nos Maîtres, absolutamente gráfica, dedicada a retratar grandes galerías de médicos de universidades u hospitales. En España se tradujo como: Las grandes figuras médicas contemporáneas (álbum ofrecido exclusivamente a médicos), y en él, en la portada, aparecía Pasteur en el centro –francés al fin y al cabo–, a la derecha Letamendi, una especie de filósofo de la medicina muy influyente y popular en su tiempo (aunque sin ninguna idea ni investigación apreciada por la posterioridad), y Ramón y Cajal, maduro, adusto y retratado de frente, a la izquierda (Figura 3, imagen izquierda).

Bajo la figura de cada médico fotografiado se ve una leyenda. En la misma declara utilizar, tanto en la institución pública en donde trabaja o dirige, y en su clientela particular, el vino y jarabe de hemoglobina Deschiens, con gran éxito. Estos testimonios –en la actualidad absolutamente prohibidos– no sé si serían suficiente pago para la vanidad de quienes allí eran retratados o tendrían compensaciones materiales diferentes.

En otra colección de fotografías, ofrecida también por Deschiens, aparece una de Cajal joven, sin ninguna inscripción publicitaria bajo su retrato (Figura 3, imagen derecha).

Figura_3

Antibióticos S.A., cuya historia creo haber narrado escuetamente en alguno de los trabajos previos, ofreció una serie de carpetas dedicadas a los premios Nobel de medicina. En la primera, dedicada a la publicidad del Neosincrobin 1 millón balsámico, la estampa nº7, cedida por la Fundación Nobel, aparece de nuevo don Santiago retratado con gran seriedad. En la parte posterior se hace una ficha biográfica muy escueta pero exacta, firmada por el fallecido catedrático de Historia de la medicina de Salamanca, Luis S. Granjel, que escribió también las de los demás premiados (Figura 4).

Figura_4

Un retrato del sabio, ya anciano, nos lo ofrece el laboratorio Andrómaco (González et al., 2018b) dentro de una serie titulada tengamos confianza en los médicos (Figura 5, imagen izquierda).

Los laboratorios Merrell, para dar a conocer su específico Mereprine, un sedante suave no barbitúrico, emplearon también a los premios Nobel. La William S. Merrel Chemical Company fue fundada el año 1880 en Cincinnati (Ohio); en la década de 1930 se fusionó con la empresa de Lunsford Richarson para convertirse en la Richarson-Merrell, cuyo producto más conocido fue el Viks Vaporub.

Esta compañía, en lugar de publicar solo la fotografía de Cajal, en el premio de 1906, hace honor a la realidad y divulga dos dibujos, no excesivamente bien conseguidos, de Camilo Golgi y Santiago Ramón y Cajal, pues ambos fueron galardonados ese año. Golgi por la tintura mediante la cual se podían ver, con extraordinaria nitidez, las células cerebrales. Cajal por el perfeccionamiento de la misma, lo cual dio lugar a la enunciación de la teoría neuronal, a la que Golgi, educado en el reticularismo cerebral, siempre se opuso con una cierta displicencia y complejo de superioridad hacia el español, quien no solo perfeccionó su técnica sino que supo utilizarla adecuadamente y enunciar la teoría mediante la cual se inició el desarrollo de la investigación científica cerebral (Figura 5, imagen derecha).

Figura_5

Hace poco tiempo, en el Rastro madrileño se vendieron las pertenencias conservadas por el hijo del maestro, en manos ahora de sus bisnietos: la biblioteca, algunos muebles, estatuas y dibujos (falsos todos). Desgraciadamente no hay un museo Cajal y, por tanto, los recuerdos se fueron por ese vertedero de tristes naufragios en que se convierten, muchas veces, las calles del Rastro madrileño. Ninguna institución oficial acudió al quite, aunque les avisamos. A Golgi, por lo que me contó días después un conocido italiano, le ha sucedido lo mismo o, si se quiere, más grave. Se ha reformado el laboratorio empleado por él durante años y sus recuerdos simplemente se han destruido. Al fin y al cabo Italia y España somos países plenamente mediterráneos.

En cuanto a dibujos, hacia 1972 la división ibérica de Cyanamid utilizó una plumilla (28×21,5 cm) con su cara para hacer publicidad del antibiótico Variobiotic (González et al., 2018b). Está firmado con una marca imposible de descifrar para mí y carece de cualquier nota biográfica (Figura 6).

Figura_6

Los productos farmacéuticos “Faes” hicieron también una campaña propagandística mediante la publicación de los Premios Nobel, en esta ocasión mediante retratos bien dibujados por Ladislao Tinao en 1944. Sé poco de este dibujante, pero debió tener una cierta relevancia artístico-social en los años cincuenta5, y también una gran relación con médicos. A la exposición que hizo en 1959 acudieron Jiménez Díaz y Zúmel y colaboró con Carlos Younger de la Peña, para quien dibujó las láminas de su Atlas ilustrado de cistoscopia diagnóstica (Virseda et al., 2007).

La Fábrica Española de Productos Químicos y Farmacéuticos (FAES) empleó ese elegante método para hacer propaganda de marca. Cada retrato, y con ellos el de Cajal, iban en una carpetilla (27,5×20 cm) en donde se incluía una amplia biografía –no firmada– del personaje, acompañada por un dibujo del mismo rubricado por el artista ejecutante (Figura 7).

Figura_7

De mucho mayor tamaño (41,5×29 cm) es el ofrecido por los Laboratorios Made, en 1971, dentro de la serie dedicada a los Maestros de la Medicina Española desaparecidos. La biografía aparece en el dorso del cartelito, también anónima, y el dibujo está firmado por Bernardo Olavarria, de quien me ocupé cuando escribí sobre toros y publicidad.

Una espléndida caricatura (21×14,5 cm) nos la ofrece el dibujante y académico Antonio Mingote6 (Figura 8) en una Historia de la medicina, publicada a iniciativa de Francisco G. Sicilia, director de Publicidad Médica Garsi, quien debió embarcar al dibujante en la empresa, consiguió una introducción de don Pedro Laín Entralgo y el mecenazgo de un laboratorio médico para cada una de las viñetas dibujadas por Mingote.

Figura_8

La de Ramón y Cajal hace especial homenaje a su gran habilidad pictórica. Por la ventana se observa a un grupo de ciudadanos muy atentos a un cartel de toros. Seguramente nos quería señalar la gran importancia dada al espectáculo, en nuestro país, y la poca a la ciencia. Fue sufragada por los laboratorios Leo y sus especialidades Insulina Leo, Stelazine y Sanodin, los últimos medicamentos fabricados bajo licencia.

No solo fueron los laboratorios de medicamentos. También una casa de instrumental de laboratorio, ofreció un vaciado en cartulina (20,5×14 cm), el cual, si se ilumina por la parte trasera, ofrece un efigie cajaliana en donde se le ve observando por el microscopio. La casa empleaba la disculpa del trabajo efectuado, durante muchos años por el sabio, con instrumentos adquiridos en su negocio (Figura 9, imagen izquierda).

Para ser exhaustivo, dentro de la falta de método inherente a una colección como la nuestra, efectuada con un esfuerzo sostenido a lo largo de los tiempos pero sujeta, como todas las colecciones, a los albures del azar, Antibióticos S.A. empleó durante el año 1968, una serie de fotografías en color (18,5×10 cm) de no muy buena factura, algo desgalichadas, mal enfocadas y en ocasiones quemadas por exceso de exposición, para recoger los monumentos médicos en España. La iniciaba con el existente en el parque del Retiro madrileño dedicado a don Santiago. En el mismo se le ve, reclinado como un patricio griego o romano, con una alberca delantera de un  claro estilo neoclásico (Figura 9, imagen derecha).

Figura_9

El conjunto, obra de Victorio Macho, se conserva en el paseo de Venezuela del mencionado parque. Fue reproducido en los billetes de cincuenta pesetas emitidos por el Banco de España en 1935, en homenaje a Cajal. Se inauguró en 1926 con asistencia del monarca Alfonso XIII y sin la del homenajeado, a quien no le hizo ninguna gracia su representación como patricio medio desnudo. La fotografía, cuyo único mérito es el de recordatorio, se utilizaba para difundir la Clorofenicina inyectable e incluía una brevísima biografía del Nobel.

El año de concesión del premio (1906), la facultad de medicina de la Universidad Central publicó una Revista de medicina y cirugía de la Facultad de Madrid (antiguo Colegio de San Carlos), llamada Cajal, con una periodicidad quincenal (el 10 y 25 de cada mes) y el compromiso de la colaboración cajaliana en todos y cada uno de sus números (Figura 10, imagen izquierda).

Tenemos el privilegio de poseer algunos, en donde el maestro publicaba sus artículos con una prosa y una frescura soberbias. La publicación, en parte, se financiaba con publicidad farmacéutica, la cual tenía el marchamo de aparecer en una revista de la facultad de medicina más prestigiosa de España y dedicada al médico más famoso de su época. En el número 12 y 13 del año III, publicado el 28 de febrero de 1908, en la página 39, aparece la publicidad del jarabe Benzo-Cinámico con Heroína (Figura 10, imagen derecha) preparado por el Doctor Madariaga, en donde, como su nombre indica, mezclaba sustancias balsámicas: benzoatos y cinematos, extraídos de los bálsamos de Tolú y Perú, con la heroína, considerado por él el analgésico por excelencia. Lo recomendaba para la tos, las afecciones catarrales y como auxiliar para los tratamientos de la tuberculosis7, en un ejemplo más de lo que fue la utilización terapéutica temprana de la heroína, en este caso en una revista médica dedicada a Cajal, aparte de la anteriormente citada de sus primeros fabricantes: los laboratorios Bayer.

Figura_10


Coste-efectividad de cetuximab en primera línea en cáncer colorrectal RAS salvaje

El cáncer colorrectal (CCR) es uno de los tipos de cáncer más prevalente en el mundo; aproximadamente la cuarta parte de los casos presenta ya metástasis al diagnóstico y aproximadamente la mitad de los pacientes presentarán dichas metástasis en un futuro. Durante muchos años los regímenes basados en fluorouracilo, como FOLFOX (fluorouracilo, oxiplatino y leucovorin) y FOLFIRI (fluorouracilo, irinotecan y leucovorin), han constituido el tratamiento estándar en el cáncer colorrectal metastásico (CCRm). Por otro lado, cetuximab (CET) es un anticuerpo monoclonal quimérico recombinante que inhibe el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y que ha sido indicado en el tratamiento del CCRm RAS salvaje; la combinación de CET con quimioterapia basada en platino mejora la supervivencia según los resultados del estudio TAILOR, un ensayo clínico de fase III que evaluó la eficacia y tolerabilidad de CET más FOLFOX-4 en pacientes chinos con CCRm RAS salvaje.

En un artículo recientemente divulgado, los autores han realizado un análisis coste-efectividad para evaluar la eficiencia de esa combinación respecto de FOLFOX-4 solo en el tratamiento de la patología mencionada. Se diseñó un modelo de Markov con 3 estados de salud (estable, progresión y muerte) por los que transitaba una cohorte de pacientes, los cuales eran tratados con CET más FOLFOX-4 (C+F) o FOLFOX-4 solo (F); el ciclo o periodo de tiempo para permitir el potencial paso de uno a otro estado de salud fue de 1 mes y el horizonte temporal de 10 años (tiempo estimado en el que no quedaría nadie vivo en la cohorte de pacientes estudiada). La perspectiva del estudio fue la de la sociedad, por lo que el modelo estimó, tanto el coste sanitario directo como indirecto. El beneficio fue medido como años de vida ajustados a calidad (AVAC) a partir de los valores de utilidades previamente publicados.

El resultado del caso base indicó que el coste del tratamiento C+F fue superior al del de F solo, pero también lo fue su resultado en términos de eficacia. Sin embargo, la ratio coste-efectividad incremental (RCEI) fue notablemente mayor que el umbral habitualmente aceptado en ese país (China), de 28.106 $/AVAC (correspondiente a 3 veces su renta per cápita). Los análisis de sensibilidad determinísticos mostraron que la supervivencia global y la libre de progresión en el grupo C+F constituían las variables a las que el resultado era más sensible. El análisis de sensibilidad probabilístico estimó que, para que C+F comenzara a ser eficiente, es decir, mostrara una probabilidad de eficiencia superior al 0%, la  disposición a pagar debería ser de al menos 40.000 $/AVAC.

Los autores concluyen que, en China, a pesar de un ligero incremento de la supervivencia, cetuximab en combinación con FOLFOX-4 no es un tratamiento coste-efectivo para ser utilizado como primera línea en pacientes con cáncer colorrectal metastásico con RAS salvaje.

Tabla_3

Coste sanitario asociado al control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2

La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es un importante problema de salud pública en la actualidad que, además, está aumentando progresivamente, conduciendo a un incremento de la utilización de los recursos sanitarios que, ya de por sí, son más elevados en estos pacientes que en población sin DM2. Asimismo, se ha observado un aumento en la utilización de recursos a medida que el control glucémico es menor; sin embargo, los estudios que analizan este aspecto no están exentos de limitaciones importantes, lo que impide generalizar los resultados. Por ello, los autores de un reciente estudio han analizado el consumo de los recursos sanitarios en España en función del grado de control glucémico.

Se evaluaron todos los pacientes con DM2 de 31 a 90 años tratados en España –concretamente, por el CatSalut en Cataluña– y con al menos una medida de HbA1c; un total de 1,9 millones de personas conformaron la muestra del estudio. La variable principal fue el valor de HbA1c, estableciendo las categorías de control bueno (<7%), débil (7% a 8%), pobre (8% a 10%) y muy pobre (>10%). Los eventos registrados fueron la incidencia de complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía y albuminuria o insuficiencia renal) o macrovasculares (coronariopatía, insuficiencia cardíaca, arteriopatía o ictus). Se consideró también la duración de la enfermedad, agrupando a los pacientes en varias categorías (<2 años, 2-5 años, 5-10 años y >10 años), así como la edad (<45 años, 45-55 años, 65-80 años y >80 años) y el índice de masa corporal (IMC) del paciente (>30, 25-30, 19-25 y <25 kg/m2). Los costes incluidos se correspondieron con los de las consultas en atención primaria (AP) y especializada (AE), hospitalizaciones, test diagnósticos, fármacos, diálisis y tiras reactivas.

Los resultados mostraron un coste medio anual por paciente con DM2 de 3.039 €, el cual aumentaba a medida que se reducía el control glucémico (Tabla 2).

Los autores concluyen que el pobre control glucémico se relaciona con un incremento del coste sanitario total, de hospitalizaciones y de fármacos en pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Las estrategias preventivas y el mejor control de la glucemia en estos pacientes podrían reducir el impacto económico asociado a esta enfermedad.

Tabla_2

Coste-efectividad de rivaroxabán versus antagonistas de vitamina K en prevención de ictus

La fibrilación atrial (FA) es la arritmia cardíaca más común, afectando a un 3% aproximadamente de los mayores de 20 años. Su incidencia se asocia con un aumento de hasta el doble del riesgo de mortalidad y hasta de 7 veces superior en el riesgo de ictus. Los anticoagulantes orales, incluyendo antagonistas de vitamina K (AVK) o no antagonistas (no-AVK) constituyen el tratamiento habitual. Los no-AVK, entre los que se hallan rivaroxabán (RIV), dabigatrán, apixabán y edoxabán, conforman el tratamiento principal para la prevención de ictus en pacientes con FA. Si bien la efectividad de éstos es importante, lo es también su coste de adquisición, por lo que los sistemas de salud tratan de controlar su coste mediante diversas actuaciones.

Por ello, un reciente trabajo ha analizado el coste-efectividad de estos fármacos desde la perspectiva del sistema de salud de Francia, con datos de vida real para evaluar su verdadero valor. Se utilizó un modelo de Markov previamente diseñado para estimar el coste y los beneficios asociados al tratamiento en pacientes con AF. Los pacientes (de 70 años de edad, el 85% de ellos con puntuación de la escala CHAS2DS2-VASc≥2) se incorporaban al modelo con un tratamiento inicial con RIV o fármacos AVK; dichos pacientes podían evolucionar de FA estable a ictus isquémico mayor o menor, infarto agudo de miocardio, hemorragia intracraneal, gastrointestinal o muerte, cada uno con un riesgo estimado a partir de datos de vida real. El modelo finalmente estimaba el coste asociado a cada grupo de pacientes, así como el número de eventos adversos sufridos y la supervivencia global (en años de vida ganados, AVG) o ajustada a calidad (en años de vida ajustados a calidad, AVAC). El modelo presentaba un horizonte de toda la vida de los pacientes y transitaba en ciclos de 3 meses.

Los datos de riesgo de eventos asociados a los fármacos AVK se tomaron de estudios de vida real; los asociados a RIV se estimaron mediante los valores de Hazard Ratios (HR) o razón de riesgos. Los valores de las utilidades se derivaron de estudios europeos publicados, y los costes imputados se correspondieron con los de adquisición de los fármacos, de su administración y monitorización y los asociados con el manejo de los eventos adversos producidos. Finalmente, se procedió a la realización de un análisis de sensibilidad de tipo determinísticos y probabilístico.

Los resultados mostraron que los pacientes tratados con RIV presentaban un mayor beneficio (en AVG y AVAC), una menor incidencia de eventos adversos –aunque una tasa de hemorragia ligeramente mayor– así como un mayor coste, presentando un valor estimado del ratio coste-efectividad incremental (RCEI) inferior al de los umbrales utilizados en ese país (Tabla 1).

Los autores concluyen que el modelo de coste-efectividad, efectuado a partir de datos de vida real, muestra que rivaroxabán puede ser más coste-efectivo que los fármacos antivitamina K para la prevención de ictus en pacientes con fibrilación atrial en Francia.

Tabla_1

Antimicrobianos en veterinaria: optimización de esquemas posológicos mediante modelos PK/PD

Resumen

El mal uso y/o abuso de los fármacos antimicrobianos comporta el gran riesgo de Salud Pública que representan las resistencias bacterianas, por lo que resulta crucial optimizar el modo de empleo de los mismos. En el correcto diseño de las pautas posológicas, destaca la aplicación de la llamada “simulación de Monte Carlo”, que es cada vez más utilizada en los estudios de farmacocinética/farmacodinamia (PK/PD) de fármacos antimicrobianos y puede ser muy útil en la simulación derivada de análisis PK/PD por modelos mixtos no lineales, dadas las ventajas que ofrece en relación a la integración PK/PD tradicional.

El presente artículo tiene por objetivo mostrar la utilidad de esta herramienta en la optimización de esquemas posológicos de antimicrobianos en medicina veterinaria, ilustrándola con ejemplos que demuestran que la técnica no solo es útil en la evaluación de regímenes de dosis por diferentes vías de administración sino que también puede utilizarse para el cálculo de la dosis óptima diaria (en caso de que el esquema posológico propuesto no cumpla con los criterios de eficacia deseados) y para la simulación de perfiles de concentración vs. tiempo (a partir de datos farmacocinéticos de administraciones a dosis única).

Introducción

Como es bien sabido, los fármacos antimicrobianos (ATM) revolucionaron la medicina desde su aparición en el siglo XX, pues gracias a su utilización la mortalidad debido a causas infecciosas (una de las principales causas de muerte antes de su descubrimiento) se redujo sustancialmente; fueron un factor determinante en el incremento de la expectativa de vida observado en los últimos tiempos, no solamente en los seres humanos sino también en diferentes especies animales.

En medicina veterinaria, los ATM se emplean ampliamente en diferentes especies animales, aunque su en especies de interés productivo –tales como cerdos, vacas, ovejas, cabras, pollos o peces– representa especial interés debido a la cantidad y la manera en la que son utilizados. La mayoría de las producciones animales son de carácter intensivo, por lo que existe una gran concentración de animales en espacios relativamente reducidos, hecho que predispone a la transmisión de enfermedades infecciosas entre los mismos y, consecuentemente, a pérdidas productivas y económicas; además, repercute en el bienestar animal y la calidad e inocuidad de los alimentos.

En todo caso, los ATM son las principales herramientas terapéuticas para el control de brotes de enfermedades infecciosas bacterianas en producción animal. Según datos del informe JIACRA (Joint Interagency Antimicrobial Consumption and Resistance Analysis) del año 2017 –realizado por el ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control), EFSA (European Food Safety Authority) y EMA (European Medicines Agency)–, España, Chipre e Italia son los países que mayor consumo de ATM en producción animal han reportado, siendo el de España de 152 mg/kg de biomasa (rango de 3-419 mg/kg) destinada a animales y 124 mg/kg de biomasa (rango de 50-182 mg/kg) destinada a uso humano.

La correcta utilización de ATM depende de las características productivas de la especie en cuestión así como de diferencias específicas que existen entre ellas, principalmente de carácter farmacocinético, que hacen necesaria la adecuación de los esquemas posológicos a cada especie en particular. La extrapolación de esquemas de dosificación entre diferentes especies, aunque estén emparentadas filogenéticamente (por ejemplo, especies de rumiantes como vacas, ovejas y cabras), es arriesgada, ya que existe evidencia de que los procesos de absorción, distribución y eliminación pueden variar enormemente. Esto puede llevar a una sobredosificación del ATM, incrementando la probabilidad de desarrollo de efectos tóxicos o indeseables, o a la infradosificación del mismo, que predispondría a la selección de resistencias bacterianas.

Problemática de la resistencia a los antimicrobianos. El rol de los modelos PK/PD en medicina veterinaria

Debido al constante incremento de bacterias resistentes a ATM en poblaciones de personas y animales, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Comisión Europea (CE), dentro del marco de los criterios de “una salud”, han declarado que el estado actual de la eficacia antimicrobiana es crítico y han propuesto el concepto de uso prudente de los ATM como la estrategia principal para combatir este problema. Un uso prudente implica, entre otras cuestiones, considerar la necesidad real de usar estos medicamentos, eligiendo adecuadamente el fármaco antimicrobiano, el tipo de formulación comercial, la vía de administración y el régimen posológico.

El mal uso y el abuso de los ATM son los principales responsables de la selección y amplificación de poblaciones bacterianas resistentes en humanos y animales. La subexposición de los microorganismos al ATM –a una concentración inferior a la microbicida– es el factor determinante en la emergencia de las resistencias a los ATM. Por otra parte, el uso masivo de estos compuestos en producción animal puede generar una gran presión de selección de microorganismos resistentes que posteriormente se amplifica en las poblaciones animales y pueden transferirse a las poblaciones humanas.

El problema de la pérdida de eficacia de los ATM se agrava por el hecho de que las compañías farmacéuticas no desarrollan nuevos grupos de ATM, debido a la baja rentabilidad que éstos representan en comparación con la inversión necesaria para el desarrollo de nuevas moléculas. En este escenario, las alternativas para mantener la utilidad terapéutica de los compuestos disponibles a lo largo del tiempo son: i) reducir la incidencia de enfermedades bacterianas en las producciones animales mediante mejoras en los sistemas productivos, las medidas de manejo, la nutrición y la sanidad animal; y ii) optimizar los regímenes posológicos de los ATM, teniendo en cuenta la población de animales diana. La terapia antimicrobiana óptima puede definirse como el esquema posológico del ATM que maximice la eficacia clínica y minimice los efectos tóxicos y selección de resistencias.

Para una correcta optimización de un esquema posológico es necesario tener en cuenta la relación entre la concentración y el efecto que el ATM presenta frente a un patógeno determinado (farmacodinamia) y la variación en las concentraciones del compuesto en el organismo –fluidos o tejidos– a lo largo del tiempo tras la administración de una dosis determinada (farmacocinética). La farmacocinética permite caracterizar los procesos de absorción, distribución y eliminación del fármaco en el organismo y, como se ha sugerido anteriormente, se encuentra afectada por la especie animal, estados fisiológicos, patológicos y por la variabilidad interindividual típica de una población.

ÍNDICES O PARÁMETROS PK/PD

El análisis farmacocinético/farmacodinámico (PK/PD, por sus siglas en inglés), permite establecer pautas posológicas que alcancen concentraciones efectivas del ATM durante el tiempo adecuado para lograr el éxito terapéutico en una población o subpoblación de pacientes en particular. Esto es posible porque un análisis PK/PD integra información farmacodinámica con información farmacocinética mediante los llamados índices o parámetros PK/PD, definidos como la relación cuantitativa entre un parámetro farmacocinético y un parámetro farmacodinámico. La magnitud del parámetro PK/PD se correlaciona con la eficacia del esquema posológico desde el punto de vista clínico y microbiológico. La siguiente tabla (Tabla 1) muestra los principales parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos utilizados en el análisis PK/PD tradicional.

Tabla_1

En el análisis PK/PD tradicional, el parámetro farmacodinámico utilizado por excelencia es la MIC, debido a que es un parámetro estándar para cuantificar la potencia de los ATM y la metodología para su realización se encuentra pormenorizadamente descripta por el CLSI (Clinical Laboratory Standards Institute). Los parámetros PK/PD basados en MIC se correlacionan bien con la cura clínica y microbiológica en diversos estudios in vitro, ex vivo e in vivo, y los puntos de corte o “endpoints” se encuentran relativamente bien establecidos, aunque existen algunas diferencias.

Suele ser deseable estimar los parámetros PK/PD teniendo en cuenta la concentración del ATM libre o no unido a proteínas, que es la disponible para difundir a los tejidos y fluidos orgánicos. Esto es relevante porque la MIC (que es la medida de actividad antimicrobiana) se determina en “caldo”, que carece de proteínas, por lo que todo el antimicrobiano se encuentra disponible para ejercer su actividad. La no utilización de la concentración libre puede llevar a una sobreestimación de la eficacia en fármacos que presentan una elevada unión a proteínas.

Por otra parte, se han propuesto parámetros PK/PD basados en MBC, MPC o TMSW. Aparentemente, estos parámetros se correlacionarían mejor con la selección y amplificación de mutantes resistentes (desarrollo de resistencias). Particularmente, el caso del TMSW indica que cuanto más tiempo la concentración del ATM se encuentre dentro de la MSW, mayor será la probabilidad de seleccionar mutantes resistentes y que posteriormente esta subpoblación sea amplificada (la subpoblación sensible al antimicrobiano es inhibida). Si bien existen trabajos con resultados prometedores en los cuales se utilizan parámetros PK/PD basados en MBC, MPC o TMSW, los puntos de corte no están todavía claros ni definidos, por lo que la interpretación de los resultados se hace confusa.

Parámetros PK/PD y puntos de corte para diferentes grupos de antimicrobianos

De acuerdo a los estudios realizados en modelos murinos por el Dr. Harry Eagle en las décadas de los 40 y 50, y luego continuados por el Dr. William Craig en las décadas de los 80 y 90, se identificó que los diferentes grupos de ATM presentaban diferentes tipos de actividad antimicrobiana y PAE, dependiendo fundamentalmente de los mecanismos de acción que cada uno tuviera.

De esta manera, los ATM se clasificaron de acuerdo a este criterio en tres grupos:

  • Antimicrobianos con actividad dependiente de su concentración y elevado PAE. Poseen una actividad antimicrobiana dependiente de la concentración alcanzada en el sitio de acción y poseen un prolongado PAE, lo que permite administrarlos a dosis elevadas con intervalos de dosis prolongados, generalmente cada 24 horas. En este grupo se incluyen a los aminoglucósidos, fluoroquinolonas, metronidazol, polimixinas o daptomicina. Los  parámetros PK/PD más adecuados para este grupo son AUC/MIC y Cmáx/MIC.
  • Antimicrobianos con actividad dependiente del tiempo y PAE mínimo o moderado. Su actividad antimicrobiana es independiente de la concentración alcanzada, siempre y cuando ésta se encuentre por encima de la MIC. El objetivo principal para garantizar una adecuada eficacia es mantener durante el mayor tiempo posible la concentración por encima de la MIC, por lo que los intervalos de administración suelen ser más cortos, dependiendo de la semivida de eliminación del ATM. Algunos ejemplos son los betalactámicos o los macrólidos. El parámetro PK/PD adecuado es el T > MIC.
  • Antimicrobianos independientes de la concentración con PAE prolongado. Generan un efecto máximo en su actividad antimicrobiana una vez superada una concentración determinada, pero presentan un PAE prolongado. Como ejemplos destacan las tetraciclinas, sulfonamidas, trimetoprim, glicilglicinas (tigeciclina), glucopéptidos (vancomicina), linezolid, azitromicina, clindamicina. En este caso, el parámetro PK/PD de elección es AUC/MIC.

Los puntos de corte para los parámetros PK/PD varían de acuerdo al grupo de antimicrobiano que se trate e incluso pueden existir diferencias con respecto al patógeno en cuestión o a la subpoblación de pacientes en la cual el ATM sea utilizado. Por ejemplo, el punto de corte para el parámetro AUC/MIC para fluoroquinolonas varía entre bacterias Gram-positivas y Gram-negativas, siendo menor en los primeros. Por otra parte, el valor de este último parámetro es mayor en pacientes inmunodeprimidos (Tabla 2).

Tabla_2

En resumen, existen muchas fuentes de variabilidad tanto farmacocinética como farmacodinámica que pueden influir en el análisis PK/PD para la optimización posológica de ATM en medicina veterinaria. Desde el punto de vista farmacocinético, las diferencias entre diferentes especies animales es una de las más importantes pero existen otras fuentes de variabilidad dentro de una misma especie, tales como diferentes estados fisiológicos (edad, gestación o lactancia, entre otros) o patológicos (deshidratación, enfermedad renal o hepática o sepsis) que pueden afectar los procesos de absorción, distribución y eliminación de los ATM, haciendo necesario optimizar regímenes posológicos para subpoblaciones de animales dentro de una misma especie.

Por otra parte, es importante conocer la variabilidad en la sensibilidad del microorganismo estudiado hacia el fármaco, para poder incluir la variabilidad farmacodinámica al análisis PK/PD. La simulación de Monte Carlo, como se desarrollará a continuación, es una herramienta que permite incluir estas fuentes de variabilidad farmacocinética y farmacodinámica, generando resultados más robustos que los obtenidos mediante la integración PK/PD clásica.

LA SIMULACIÓN DE MONTE CARLO EN EL ANÁLISIS PK/PD DE ANTIMICROBIANOS

La simulación de Monte Carlo es una herramienta matemática de re-muestreo aleatorio muy útil en el análisis PK/PD, ya que permite incluir la variabilidad poblacional de los parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos, permitiendo aumentar el tamaño muestral mediante simulación matemática. Para ello, se utilizan datos del tipo de distribución estadística que la variable en estudio presente y las medidas de tenencia central y de variabilidad propia de la distribución en cuestión. A partir de estos datos, se simulan por el usuario una cantidad determinada de valores aleatorios. La principal ventaja de incluir la variabilidad de la población en el análisis PK/PD es que las condiciones para lograr un objetivo terapéutico son más exigentes, maximizando la eficacia y minimizando la aparición de resistencia en la población de pacientes en la que está destinado el antimicrobiano.

En general, está ampliamente aceptado que la mayoría de los parámetros farmacocinéticos presentan una distribución log-normal. Esta distribución pertenece a una familia de distribuciones continuas similar a la normal o Gaussiana, pero presenta las siguientes características: no es una distribución simétrica, no puede adoptar valores menores o iguales a 0, presenta un valor mínimo que produce el truncamiento de la cola izquierda y el logaritmo de los valores de la variable se encuentran normalmente distribuidos (es por ello que muchas veces se recomienda aplicar el logaritmo natural a los datos para satisfacer los criterios de normalidad en los test estadísticos). En la Figura 1 se presenta un ejemplo de distribución log-normal de los parámetros AUC y Cmáx de marbofloxacino en cabras.

Figura_1

A partir de las especificaciones de la distribución estadística de los datos, puede simularse una población de datos mucho más grande que la muestra original (suelen simularse 10.000 datos o más), lo cual incrementa la robustez del análisis PK/PD. La simulación de Monte Carlo ayuda a determinar la probabilidad de alcanzar un valor determinado del parámetro PK/PD en la población simulada para un régimen posológico determinado. Esta herramienta es muy útil cuando es difícil llevar a cabo estudios a gran escala, por motivos de bienestar animal o por limitaciones en recursos.

La simulación de Monte Carlo permite calcular la probabilidad de alcanzar un objetivo (PTA, por las siglas en inglés de “probability of target attainment”), que se define como la probabilidad de que la población de datos simulada alcance o supere un punto de corte PK/PD determinado para un valor específico de MIC (Figura 2). Es importante recalcar que la PTA indica probabilidad de éxito del esquema posológico propuesto para un valor de MIC en particular y es útil cuando la MIC del patógeno en cuestión es conocida, bien por datos epidemiológicos o por determinación en algunos ámbitos hospitalarios (donde se aisla el patógeno y mide la MIC –en vez de realizar solamente antibiograma– con el fin de optimizar la terapia antimicrobiana en un paciente en particular).

Figura_2

Frecuentemente, la MIC del patógeno no es conocida, o hay situaciones en las cuales es necesario realizar un tratamiento a más de un paciente en forma simultánea (en brotes de una enfermedad infecciosa en explotaciones animales) o se desea evaluar un esquema posológico en una población de pacientes determinada, en vez de en un individuo en particular. En estos casos es necesario calcular la fracción acumulada de respuesta (CFR, por sus siglas en inglés de “cummulative fraction of response”), definida como la probabilidad de que el régimen posológico analizado alcance o supere un punto de corte PK/PD determinado, teniendo en cuenta la distribución de los valores de MIC en la población bacteriana estudiada. El concepto de CFR se basa en que la frecuencia de aparición de los diferentes valores de MIC en una población determinada presenta una distribución de probabilidad en la cual algunos valores de MIC serán más frecuentes que otros. De esta manera, la CFR es la sumatoria de las PTA para cada valor de MIC de la población multiplicada por su frecuencia relativa:

Formula-Farmacia-veterinaria

El punto de corte de PTA y CFR para considerar un esquema posológico adecuado es ≥90%.

APLICACIÓN DEL ANÁLISIS PK/PD CON SIMULACIÓN DE MONTE CARLO EN MEDICINA VETERINARIA

A continuación se muestran algunos ejemplos prácticos sobre la aplicación de la simulación de Monte Carlo para la optimización de esquemas posológicos de ATM en especies de interés veterinario.

Ejemplo 1: marbofloxacino en cabras lactantes – evaluación de diferentes vías de administración y cálculo de una dosis óptima

EVALUACIÓN DE UN ESQUEMA POSOLÓGICO POR VÍA INTRAVENOSA E INTRAMUSCULAR

Marbofloxacino es una fluoroquinolona –de uso exclusivo en veterinaria– que se encuentra indicada para el tratamiento de diversas infecciones durante el período neonatal y pediátrico en diferentes especies animales, principalmente producidas por Escherichia coli y Staphylococcus aureus (septicemia, diarrea u onfaloflebitis), que en muchos casos producen altas tasas de mortalidad en esta subpoblación de animales. Se recomienda a una dosis de 2-5 mg/kg/24 h en bovinos, aunque la dosis no está especificada para cabras en lactación. Un estudio (Lorenzutti et al., 2017), se evaluó un esquema posológico de marbofloxacino a una dosis de 5 mg/kg/día tras la administración intravenosa e intramuscular en cabras lactantes (N= 6). Para ello se llevó a cabo un análisis PK/PD con simulación de Monte Carlo.

Tras un análisis farmacocinético no compartimental se determinó el AUC y Cmáx en estado estable para ambas vías de administración. Por otra parte, se obtuvieron los valores de MIC correspondientes a 106 cepas de estafilococos coagulasa negativos (ECN) aislados de cabras con mastitis. Los puntos de corte utilizados de AUC/MIC fueron 30 y 50 h, y Cmáx/MIC de 8 y 10. En la Figura 3 se muestran los valores de PTA obtenidos luego de la simulación de 10.000 valores de AUC/MIC y Cmáx/MIC.

Figura_3

Como puede observarse, el esquema posológico propuesto resultó adecuado para cepas con valores de MIC≤ 0,4 µg/ml cuando se consideró un punto de corte de AUC/MIC≥ 30 h para ambas vías de administración, aunque solamente fue adecuado frente a cepas con MIC≤ 0,2 µg/ml cuando se utilizó el punto de corte más exigente de AUC/MIC≥ 50 h. Lo mismo fue observado cuando se consideró el parámetro Cmáx/MIC.

Para evaluar el régimen posológico tomando en cuenta la población total de MIC observada en los aislamientos de ECN, se procedió al cálculo de la CFR. Los resultados se muestran en la Tabla 3. Los valores de CFR indican que el esquema posológico propuesto resultó adecuado para la población bacteriana estudiada solamente para los puntos de corte de AUC/MIC y Cmáx/MIC más bajos, pero resultó inadecuado cuando se evaluaron los puntos de corte más exigentes.

 
DETERMINACIÓN DE LA DOSIS ÓPTIMA DE MARBOFLOXACINO

Dado que los resultados del análisis PK/PD mediante simulación de Monte Carlo muestran que la administración de 5 mg/kg/24 h de marbofloxacino podría no ser adecuado para el tratamiento de infecciones por ECN en cabras, se procedió a calcular la dosis diaria necesaria para alcanzar los puntos de corte más exigentes de AUC/MIC≥ 50 h, a partir de la siguiente ecuación (Toutain et al., 2002):

Formula2-Farmacia-veterinaria

donde Cl es el aclaramiento corporal total, AUC/MIC es el punto de corte PK/PD seleccionado (50 h), fLp es la fracción libre de marbofloxacino y F es la biodisponibilidad IM.

Para el cálculo de la dosis óptima, se realizó una simulación de Monte Carlo de 10.000 individuos. Para este propósito, la variabilidad de la población de cada parámetro farmacocinético en condiciones de estado estacionario se incluyó en el modelo. Se supuso que los datos farmacocinéticos de Cl seguían una distribución log-normal, los datos de F una distribución beta-pert y se fijó fLp en 70% (datos provenientes de la bibliografía). De acuerdo al análisis PK/PD, la dosis optima de marbofloxacino que permitió que el 90% de la población simulada alcanzara el punto de corte de AUC/MIC≥ 50 h fue de 11,25 mg/kg/24 h para la vía IV y de 11,56 mg/kg/24 h para la vía intramuscular. Así, puede observarse cómo la técnica de simulación de Monte Carlo no solo es de extrema utilidad en la evaluación de regímenes posológicos, sino también de ayuda para el cálculo de dosis óptimas que garanticen la eficacia de los esquemas posológicos en animales.

Ejemplo 2: marbofloxacino en llamas – simulación de un esquema posológico a dosis múltiple de marbofloxacino en crías de llama a diferentes edades y cálculo de la dosis óptima

SIMULACIÓN DE UN ESQUEMA POSOLÓGICO A DOSIS MÚLTIPLE EN CRÍAS DE LLAMA A DIFERENTES EDADES

Frecuentemente, en animales neonatos o pediátricos suelen utilizarse los regímenes posológicos recomendados para adultos, pero en muchos casos esto puede ser inadecuado, ya que existen diferencias fisiológicas notables entre los animales muy jóvenes con respecto a los adultos, principalmente debido a la inmadurez de los sistemas de metabolismo hepático y excreción renal, así como también en la estructura corporal.

En el estudio de Rubio-Langre y colaboradores (Rubio-Langre et al., 2018) se evaluó un régimen posológico de marbofloxacino a una dosis de 5 mg/kg por vía intravenosa en crías de llama de 3, 10, 24, 50 y 80 días de edad. Tras el análisis de los datos, se determinó que los animales de 3  y 10 días de edad presentaban un aclaramiento de marbofloxacino mucho menor que los animales de 24, 50 y 80 días (Figura 4).

Figura_4

Dado que por cuestiones de bienestar animal un estudio farmacocinético multidosis no era recomendado en animales tan pequeños, se utilizó la simulación de Monte Carlo para simular dos regímenes multidosis diferentes: uno para animales neonatos (NEO, de 3 y 10 días de edad) y otro para animales pediátricos (YNG, de 24 a 80 días de edad). Para ello se simularon 100 perfiles de concentración vs. tiempo para cada grupo (NEO y YNG), basándose en la siguiente ecuación de un modelo bicompartimental:

Formula3-Farmacia-veterinaria

donde Cij es la concentración sérica de marbofloxacino del i-ésimo animal en el momento j, A y B son intercepciones para la fase de absorción y eliminación, λ1 y λ2 son pendientes de distribución y eliminación y t es un tiempo dado. Se supuso que todos los parámetros A, B, λ1 y λ2 presentaron una distribución log-normal.

Posteriormente, se determinaron los valores de AUC y Cmáx en estado estable a partir de los perfiles de concentración vs. tiempo simulados, los cuales fueron utilizados junto con los datos de MIC de cepas de Escherichia coli (N= 28) y Staphlococcus aureus (N= 35) para llevar a cabo el análisis PK/PD. Los puntos de corte utilizados fueron de AUC/MIC ≥ a 60 y 125 horas, y Cmáx/MIC ≥ a 8 y 10. El punto de corte más bajo de AUC/MIC se utilizó para evaluar la eficacia del esquema posológico frente a Staphylococcus aureus, mientras que el más exigente lo fue para Escherichia coli (Figura 5).

Figura_5

Para determinar la eficacia del esquema posológico en ambos grupos, teniendo en cuenta la variabilidad total observada de las MIC en la población bacteriana, se llevó a cabo el cálculo de la CFR para cada microorganismo (Tabla 4). Como puede observarse, el régimen posológico propuesto fue adecuado para el tratamiento de infecciones por Escherichia coli en ambos grupos (NEO y YNG), pero no lo fue frente a cepas de Staphylococcus aureus, ya que los valores de CFR para AUC/MIC≥ 60 h y Cmáx/MIC≥ 10 fueron menores a 90%.

Tabla_4

 
CÁLCULO DE LA DOSIS ÓPTIMA DE MARBOFLOXACINO PARA CRÍAS DE LLAMA MAYORES A 24 DÍAS DE VIDA CON INFECCIONES POR STAPHYLOCOCCUS AUREUS

Se procedió al cálculo de la dosis óptima mediante simulación de Monte Carlo y utilizando la misma ecuación que en el ejemplo anterior, con la diferencia que la biodisponibilidad se estimó en un 100%, por tratarse de una vía IV. Para este propósito, se incluyó en el modelo la variabilidad de la población de cada parámetro farmacocinético en condiciones de estado estacionario. Se supuso que los datos farmacocinéticos de Cl seguían una distribución log-normal. Tas una simulación de 10.000 individuos, se determinó que la dosis de marbofloxacino necesaria para alcanzar un punto de corte de AUC/MIC≥ 60 h en el 90% de la población de crías de llama mayores a 24 días de edad fue de aproximadamente 7,5 mg/kg/24 h.

Bibliografía

  • Ahmad I, Huang L, Hao H, Sanders P, Yuan Z. Application of PK/PD modeling in veterinary field: dose optimization and drug resistance prediction. BioMed research international. 2016.
  • Asín-Prieto E, Rodríguez-Gascón A, Isla A. Applications of the pharmacokinetic/pharmacodynamic (PK/PD) analysis of antimicrobial agents. Journal of Infection and Chemotherapy. 2015; 21(5): 319-29.
  • Blasco AC, Alfaro LA, Reinoso JC, Mestre MJG, Rodríguez-Gascón A. Análisis farmacocinético-farmacodinámico en microbiología: herramienta para evaluar el tratamiento antimicrobiano. Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 2015; 33(1): 48-57.
  • CLSI, Clinical & Laboratory Standards Institute. Performance Standards for Antimicrobial Disk and Dilution Susceptibility Tests for Bacteria Isolated From Animals, 4th Edition. CLSI document VET01. Wayne, PA: Clinical and Laboratory Standards Institute. 2013.
  • CLSI, Clinical & Laboratory Standards Institute. Performance Standards for Antimicrobial Susceptibility Testing. 27th ed. CLSI supplement M100. Wayne, PA: Clinical and Laboratory Standards Institute. 2017.
  • ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control), EFSA (European Food Safety Authority) and EMA (European Medicines Agency). ECDC/EFSA/EMA second joint report on the integrated analysis of the consumption of antimicrobial agents and occurrence of antimicrobial resistance in bacteria from humans and food-producing animals – Joint Interagency Antimicrobial Consumption and Resistance Analysis (JIACRA) Report. EFSA Journal. 2017; 15(7).
  • European Commission. A European One Health Action Plan against Antimicrobial Resistance (AMR). 2017. Disponible en: https://ec.europa.eu/health/amr/sites/amr/files/amr_action_plan_2017_en.pdf.
  • Lorenzutti AM, Litterio NJ, Himelfarb MA, Zarazaga MDP, San Andres MI, De Lucas JJ. Pharmacokinetics, milk penetration and PK/PD analysis by Monte Carlo simulation of marbofloxacin, after intravenous and intramuscular administration to lactating goats. Journal of veterinary pharmacology and therapeutics. 2017; 40(6): 629-40.
  • Papich MG. Pharmacokinetic–pharmacodynamic (PK–PD) modeling and the rational selection of dosage regimes for the prudent use of antimicrobial drugs. Veterinary Microbiology. 2014; 171(3-4): 480-486.
  • Rubio-Langre S, Aguilar-Sola S, Lorenzutti, AM, San Andrés MI, De Lucas JJ, Litterio NJ. Pharmacokinetic evaluation of marbofloxacin after intravenous administration at different ages in llama crias, and pharmacokinetic/pharmacodynamic analysis by Monte Carlo simulation. Journal of veterinary pharmacology and therapeutics. 2018; 41(6): 861-70.
  • Singh R, Tam VH. Optimizing dosage to prevent emergence of resistance–lessons from in vitro models. Current opinion in pharmacology. 2011; 11(5): 453-6.
  • Toutain PL, del Castillo JR, Bousquet-Mélou A. The pharmacokinetic–pharmacodynamic approach to a rational dosage regimen for antibiotics. Research in veterinary science. 2002; 73(2): 105-14.
  • United Nations. Political Declaration of the high-level meeting of the General Assembly on antimicrobial resistance. New York, USA. 2016. Disponible en: https://digitallibrary.un.org/record/842813/files/A_71_L-2-ES.pdf.
  • WHO, World Health Organization. Critically important antimicrobials for human medicine: ranking of antimicrobial agents for risk management of antimicrobial resistance due to non-human use. 5th Revision. WHO Advisory Group on Integrated Surveillance of Antimicrobial Resistance (AGISAR). WHO Press, World Health Organization, Geneva, Switzerland. 2016.
  • WHO, World Health Organization. Global priority list of antibiotic-resistant bacteria to guide research, discovery, and development of new antibiotics. WHO Press, World Health Organization, Geneva, Switzerland. 2017.