DEPRESIÓN
La potencial utilidad de la estimulación cerebral profunda
Un reciente meta-análisis ha revisado la evidencia disponible respecto a la eficacia y tolerabilidad de las terapias no quirúrgicas de estimulación cerebral profunda, demostrando que varias de las técnicas empleadas, y especialmente la terapia electroconvulsiva bitemporal y la unilateral, se asocian con un mayor efecto antidepresivo. Muestran, además, una adecuada tolerabilidad.
La depresión es un trastorno heterogéneo, con aproximadamente un 30% de los pacientes considerados resistentes a los tratamientos farmacológicos convencionales, que, aunque normalmente son eficaces, distan de tener una eficacia y seguridad óptimas. En tales casos, las intervenciones neuroquirúrgicas, como los procedimientos de lesión, o la estimulación cerebral profunda, ofrecen posibles alternativas terapéuticas.
Una revisión sistemática recientemente publicada ha evaluado comparativamente la eficacia clínica y tolerabilidad de la estimulación cerebral profunda (no quirúrgica) para el tratamiento de episodios de trastorno depresivo mayor en pacientes adultos. Los autores realizaron una búsqueda de todos los trabajos de revisión de ensayos clínicos sobre el tema publicados entre 2009 y 2018, empleando, entre otras fuentes, bases de datos como Embase, Pubmed/MEDLINE y PsycINFO. La selección de trabajos se centró en los ensayos clínicos que llevaron a cabo una asignación aleatoria de los pacientes a recibir terapia electroconvultiva (TE), estimulación magnética transcraneal (EMT) –repetitiva, acelerada, de cebado, profunda y sincronizada–, estimulación de ráfaga theta, terapia de convulsiones magnéticas, estimulación de corriente directa transcraneal (ECDT) o terapia simulada. Las variables principales analizadas fueron la respuesta (eficacia) y la interrupción/discontinuación del tratamiento por cualquier causa (tolerabilidad); también se analizaron las puntuaciones en escalas de gravedad de la depresión continua y en remisión tras el tratamiento.
Finalmente, cumplieron los criterios de inclusión un total de 113 ensayos clínicos (con 262 brazos de tratamiento) que habían asignado al azar a 6.750 pacientes (edad media de 47,9 años; 59% mujeres) con trastorno depresivo mayor o depresión con un componente de trastorno bipolar. En ellos, las comparaciones de tratamientos más comunes incluían la EMT repetitiva izquierda de alta frecuencia y la ECDT frente a la terapia simulada, mientras se observaba que los tratamientos de más reciente introducción en clínica han sido escasamente estudiados hasta la fecha. La calidad de la evidencia fue mayoritariamente considerada de riesgo bajo de sesgo o de riesgo incierto (94 de 113 ensayos, 83%); la precisión de las estimaciones del efecto de los tratamientos varió considerablemente entre los distintos estudios.
En el metaanálisis del conjunto de datos, 10 de las 18 estrategias de tratamiento evaluadas se asociaron con una eficacia significativamente más alta en comparación con la terapia simulada (a modo de “placebo”), tales como: TE bitemporal (OR: 8,91; IC95% 2,57-30,91), TE unilateral derecha (OR: 7,27; IC95% 1,90-27,78), EMT de cebado (OR: 6,02; IC95% 2,21-16,38), terapia de convulsiones magnéticas (OR: 5,55; IC95% 1,06 a 28,99), EMT repetitiva bilateral (OR: 4,92; IC95% 2,93-8,25), estimulación de ráfaga theta bilateral (OR: 4,44; IC95% 1,47-13,41), EMT repetitiva derecha de baja frecuencia (OR: 3,65; IC95% 2,13-6,24), estimulación de ráfaga theta intermitente (OR: 3,20; IC95% 1,45-7,08), EMT izquierda de alta frecuencia (OR: 3,17; IC95% 2,29-4,37) y ECDT (OR: 2,65; IC95% 1,55-4,55). Las estimaciones analíticas de la red de intervenciones comparadas indicaron que la TE bitemporal y la TE unilateral derecha de dosis alta se asociaron con una mayor respuesta. Todas las estrategias de tratamiento fueron al menos tan bien toleradas como la terapia simulada.
En definitiva, estos hallazgos proporcionan la evidencia necesaria para justificar que las técnicas de estimulación cerebral no quirúrgicas puedan ser consideradas bien como una alternativa o bien como una herramienta complementaria a los tratamientos farmacológicos en adultos con episodios de depresión mayor. También remarcan la necesidad de establecer prioridades en la investigación sobre la estimulación cerebral, orientándola al mejor diseño de ensayos clínicos controlados y aleatorizados que comparen las nuevas posibilidades de tratamiento y de ensayos controlados simulados que evalúen la terapia de convulsiones magnéticas.


