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Medicamentos con nuevos principios activos o biosimilares

COMERCIALIZADOS EN ESPAÑA EN LOS ÚLTIMOS DOCE MESES

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VALORACIÓN DE LA INNOVACIÓN TERAPÉUTICA EN PANORAMA ACTUAL DEL MEDICAMENTO

Es importante indicar que se valora el grado de innovación. Todos los medicamentos, sean innovadores o no, tienen utilidad terapéutica, en tanto que su autorización por las autoridades sanitarias implica que han demostrado rigurosamente su eficacia, su seguridad, su calidad y las condiciones de uso (incluyendo la información contenida en la ficha técnica – sumario de características – y en el prospecto del medicamento). Por tanto, la valoración que se hace se refiere a la incorporación, en el grado que se determine, de algún elemento innovador con respecto a otros medicamentos autorizados previamente para iguales o similares indicaciones terapéuticas o, en su caso, cubriendo la ausencia de éstas.

Asimismo, debe considerarse que ésta es una evaluación que se practica coincidiendo con la comercialización inicial del medicamento. Se trata, por consiguiente, de una valoración provisional de la innovación realizada en función de la evidencia clínica disponible hasta ese momento, lo que no prejuzga, en ningún caso, la disponibilidad posterior de nuevas evidencias científicas (de eficacia o de seguridad) en la indicación autorizada o el potencial desarrollo y autorización, en su caso, de nuevas indicaciones terapéuticas o la imposición de restricciones de uso en las anteriores.

Se consideran tres posibles niveles, adjudicados en función de la relevancia de la(s) innovación(es) presentes en el nuevo medicamento, siempre en relación al arsenal terapéutico disponible clínicamente en España en el momento de la comercialización:

SIN INNOVACIÓN (*). No implica aparentemente ninguna mejora farmacológica ni clínica en el tratamiento de las indicaciones autorizadas.

INNOVACIÓN MODERADA (**). Aporta algunas mejoras, pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar.

INNOVACIÓN IMPORTANTE (***). Aportación sustancial a la terapéutica estándar.

Se distinguen dos niveles de evidencia científica para los aspectos innovadores de los nuevos medicamentos:

Evidencia clínica: mediante estudios controlados, específicamente diseñados y desarrollados para demostrar la eficacia y la seguridad del nuevo medicamento, con demostración fehaciente de lo que puede ser un avance o mejora sobre la terapia estándar hasta ese momento, en el caso de que exista.

Plausibilidad científica (potencialidad): existencia de aspectos en el medicamento que teórica y racionalmente podrían mejorar la terapéutica actual, pero que no han sido adecuadamente demostrados mediante ensayos clínicos, bien por motivos éticos o bien por imposibilidad de realización en el momento de la comercialización del nuevo medicamento: perfil de interacciones, mecanismos nuevos que permiten nuevas vías terapéuticas, nuevos perfiles bioquímicos frente a mecanismos de resistencia microbiana, posibilidad de combinar con otros medicamentos para la misma indicación terapéutica, efectos sobre el cumplimiento terapéutico (por mejoras en la vía, número de administraciones diarias, etc.), mejora de la eficiencia económica, etc.

El rigor de los datos contrastados mediante ensayos clínicos controlados (evidencia clínica) es determinante en la valoración de la innovación, mientras que las potencialidades solo pueden ser valoradas accesoriamente, como aspectos complementarios de esta valoración. En ningún caso, un medicamento es valorado con un nivel de innovación importante en función de sus ventajas potenciales, si no aporta otras ventajas demostradas clínicamente. Se analizan cinco aspectos de la innovación: clínica, molecular, toxicológica, físico-química y económico-tecnológica. Como ya se ha indicado, la fundamental y determinante es la novedad clínica.

Carta de la Directora

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Queridos lectores.

Ha querido el azar y nuestra historia que hoy tenga la magnífica oportunidad de dedicarle un sencillo pero sincero homenaje a través de estas líneas a nuestro querido y admirado Santiago Cuéllar, alma de esta publicación durante tantos años y compañero referente en el avance del conocimiento científico en el ámbito de la farmacoterapia y, les aseguro, también en otras disciplinas.

Santiago se jubiló hace pocos meses, dejando atrás un vasto y extraordinario trabajo que ha contribuido no solo a dar excelencia y rigor a la labor diaria de todos los farmacéuticos, sino también a que nuestra profesión esté siempre a la vanguardia del conocimiento en torno al medicamento y su uso racional.

Comparto con todos los lectores mi firme convencimiento de que nuestro principal valor como sanitarios es nuestro profundo conocimiento del medicamento y nuestro acompañamiento profesional y humano al paciente en el uso de su tratamiento farmacoterapéutico para conseguir los mejores resultados en salud.

Hoy, a punto de comenzar la tercera década del siglo XXI y en la orilla de un horizonte terapéutico disruptivo e innovador que creará mucha esperanza en la enfermedad, los farmacéuticos somos más imprescindibles que nunca. En plena revolución tecnológica, con profundos cambios en todos los ámbitos que impactan en nuestra calidad de vida y en nuestro planeta, la seguridad del paciente es un desafío en el que todos los profesionales sanitarios coincidimos. Y, en este desafío, los farmacéuticos tenemos mucho que aportar.

Santiago ha contribuido durante todos estos años a aportarnos las herramientas de conocimiento que necesitamos para hacer frente a este desafío y para desarrollar nuestro trabajo en todos los ámbitos profesionales, con el nivel de excelencia que se espera de nosotros como expertos en el medicamento y como profesionales sanitarios. La revista Panorama Actual del Medicamento y sus premios anuales, los numerosos programas de formación, su trabajo con las Autoridades sanitarias, etc., le convierten en una persona fundamental en la historia reciente de nuestra profesión y del Consejo General. Su reciente ingreso en la Real Academia Nacional de Farmacia es una muestra más del éxito en su trabajo y de su reconocimiento por Instituciones externas de gran relevancia científico-profesional e institucional. Desde aquí nuestra más sincera enhorabuena.

Pero, además, Santiago ha dejado escuela, que es lo que diferencia a los “grandes”, y hoy, esta área de conocimiento sigue teniendo a magníficos profesionales trabajando diariamente para todos los farmacéuticos españoles.

Sirvan estas líneas para agradecerle de forma sincera su gran trabajo en nombre de todos.

Ana Isabel López-Casero Beltrán

Tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y Directora de Panorama Actual del Medicamento

Bot PLUS informa sobre el estado de autorización y financiación de los medicamentos en España

Resumen

Bot PLUS actualiza la información sobre la financiación de los medicamentos y productos sanitarios, en base a la información que publica el Ministerio de Sanidad, mensualmente, a través del Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica al Sistema Nacional de Salud. La información referente a las presentaciones de medicamentos incluidas en la prestación farmacéutica resulta fundamental para el farmacéutico, para conocer si un medicamento es dispensable y facturable en la oficina de farmacia con cargo al Sistema Nacional de Salud y, en su caso, en qué condiciones.

Llevamos décadas hablando de “Nomenclátor” para referirnos al listado de medicamentos susceptibles de ser financiados. Desde 1985, fecha en la que desde el CGCOF se comenzaron a distribuir las primeras bases de datos informatizadas para los farmacéuticos (Banco de Datos de Medicamentos, Bot y Bot PLUS), el Nomenclátor elaborado por el Ministerio de Sanidad ha sido siempre la principal referencia de información oficial en relación con los medicamentos financiados.

NOTA

Tal y como se recoge en el Real Decreto 177/2014, el Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud se publica durante los últimos días de cada mes, para su aplicación a la facturación del mes siguiente, lo que facilita que los sistemas de información puedan actualizarse con la información correcta el día 1 de cada mes.

 

En 2007, dicho Ministerio desarrolló y evolucionó el sistema de información del Nomenclátor, pasando a ser el sistema que se emplea en la actualidad. Éste es el sistema de información que, con continuas actualizaciones e innovaciones, sigue vigente en nuestros días y que en 2014 fue definido legalmente mediante el Real Decreto 177/2014, de 21 de marzo, por el que se regula el sistema de precios de referencia y de agrupaciones homogéneas de medicamentos en el SNS y determinados sistemas de información en materia de financiación y precios de los medicamentos y productos sanitarios, que define además los contenidos y aplicaciones del Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica del SNS. Este Real Decreto regula los sistemas de información utilizados en la prestación farmacéutica del SNS, sin los cuales la aplicación de los sistemas de precios de referencia y de agrupaciones homogéneas no sería posible. Así, se definió el Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica del SNS como la base de datos del Ministerio de Sanidad en materia de prestación farmacéutica en el SNS que prevalecerá sobre cualquier otra fuente de información, sea de carácter público o privado.

Bot PLUS es fiel reflejo de la información que contiene el Nomenclátor oficial. Es por ello que contiene determinados datos muy visuales y de ayuda para el farmacéutico. El dato “INSNS: INCLUIDO EN LA OFERTA DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD” identifica que el código nacional que lo presenta está incluido en el Nomenclátor de Facturación del Ministerio de Sanidad, en el mes en curso e indica que un medicamento es financiable y facturable. Este dato figura en el apartado de “Datos Farmacéuticos Nacionales” (Figura 1).

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Figura 1. Identificación en Bot PLUS de medicamentos dispensables y facturables en la oficina de farmacia.

Esta información se complementa con la presencia del campo denominado “Precio de Facturación”, donde se incluye el precio que figura para ese medicamento en el Nomenclátor de facturación.

Además, Bot PLUS incluye dos campos de estado para cada medicamento:

  • Estado Nomenclátor: en primer lugar, y para completar la información sobre la financiación de un medicamento, se presenta el “Estado Nomenclátor”. En aquellos medicamentos que figuran incluidos en Nomenclátor, este campo muestra la situación concreta en la que se encuentra el medicamento a nivel de financiación (Alta, Baja General, Suspensión, Baja Exclusión Financiación, etc.). Por ejemplo, un medicamento puede tener el dato INSNS, que identifica que es facturable en el mes en curso y tener como estado Nomenclátor: “Baja por no Comercializar”.
  • Estado Autorización: el segundo de los estados es el “Estado autorización” que hace referencia a la situación del medicamento en cuanto a su autorización por la AEMPS (Autorizado, Suspendido o Anulado). En este campo, se identifica además, en el caso de un medicamento Autorizado, si esté se encuentra comercializado o no (“Autorizado no comercializado”). Tras la comercialización, notificada por el laboratorio como la fecha de puesta en el mercado del primer lote y la comunicación de su comercialización efectiva, el medicamento estará autorizado y comercializado. Durante este periodo, el laboratorio estará obligado a mantener el suministro continuado del medicamento y a notificar anualmente a la AEMPS su intención anual de comercialización. En el caso de un medicamento Anulado, supone que se ha revocado la autorización previamente solicitada. El laboratorio puede solicitar la revocación de la autorización de comercialización en cualquier momento. En cambio, en un estado de Suspensión temporal, el laboratorio tiene un permiso otorgado por la AEMPS para no fabricar.

El estado de autorización otorgado por la Agencia Española no tiene influencia en la posible dispensación e incluso facturación de los medicamentos que pudieran permanecer en los stocks de las farmacias. De tal manera, los medicamentos anulados o suspendidos temporalmente, continúan siendo dispensables y en su caso facturables, siempre que cumplan con la normativa de precios en vigor.

Existe una situación especial por la que un medicamento, estando en situación de Autorizado, tiene un problema puntual de abastecimiento. En esos casos, el medicamento estará en situación de problemas de suministro. Esta situación temporal informada por la AEMPS no interrumpe la obligación del laboratorio de suministrar el medicamento de acuerdo a la legislación vigente y tampoco afecta en la facturación de un medicamento en oficina de farmacia. En Bot PLUS (Figura 2) se refleja esta situación mediante un pictograma de advertencia y con una pestaña especial donde se nos muestra la información asociada a ese problema de suministro (fechas previstas de inicio y finalización y notas oficiales emitidas de la AEMPS) con una actualización diaria de este tipo de informaciones, según los listados oficiales publicados por la AEMPS.

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Figura 2. Pestaña y pictograma asociados a problemas de suministro de medicamentos.

A diferencia del dato INSNS, los medicamentos que han sido excluidos de la financiación se identifican en Bot PLUS con el Dato Farmacéutico “EXO”. En ocasiones este dato se complementa con otro que hace referencia al año en que se ha producido su exclusión por una Resolución a tal efecto: EXO98 o EXO12.

Esta información también se relaciona con el campo de “Fecha exclusión SNS”. Este campo de fecha informa del momento en que un medicamento que ha figurado en Nomenclátor deja de ser facturable a todos los efectos.

Además, Bot PLUS presenta un campo de fecha que ofrece más información sobre aquellos medicamentos que resultan desfinanciados del Sistema Nacional de Salud. Este campo se denomina: “Fecha baja exclusión financiación individualizada”. Ésta se corresponde con el momento a partir del cual el medicamento pasa, en Nomenclátor de Facturación, a “BAJA EXCLUSIÓN FINANCIACION INDIVIDUALIZADA” (“facturable”).

A nivel del Nomenclátor de facturación, estos medicamentos permanecen normalmente durante unos meses (generalmente 3), periodo en el que se pueden dispensar y facturar por las oficinas de farmacia las recetas que estuvieran pendientes de facturación. Sin embargo, el medicamento no está excluido de la financiación a todos los efectos hasta que aparezca el Dato Farmacéutico “EXO” mencionado anteriormente, así como la “Fecha exclusión SNS”. A partir de este momento, estos medicamentos desaparecen del Nomenclátor de Facturación y las recetas del SNS ya no podrán ser facturables (Figura 3).

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Figura 3. Identificación de las fechas de inclusión y exclusión de la financiación.

Existe también un grupo de medicamentos pertenecientes a subgrupos de la ATC excluidos de la financiación por Resolución de agosto de 2012, pero a los que el Ministerio mantiene su financiación con cargo al SNS para determinados grupos de pacientes con patologías concretas (Tabla 1).

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Estos medicamentos son identificados en Bot PLUS con las siglas EXOI (EXCLUIDO OFERTA – CUPÓN PRECINTO DIFERENCIADO). Tal y como se recoge en el literal de estas siglas, estos medicamentos continúan teniendo cupón precinto, si bien este está diferenciado mediante la inclusión de la letra “I” en su cupón precinto.

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Figura 4. Ejemplo de medicamentos incluidos en la prestación farmacéutica con restricciones en su uso.

Igualmente, algunos medicamentos tienen establecidas una serie de reservas singulares con el objetivo de limitar la dispensación con cargo al SNS, exclusivamente para unas indicaciones determinadas o bien para unos pacientes concretos dentro de una misma indicación. Así, existen medicamentos que presentan incluidas en financiación algunas de sus indicaciones, mientras que otras están desfinanciadas. La dispensación de este tipo de medicamentos desde la farmacia comunitaria con cargo al sistema requerirá de la inclusión del visado de inspección (CPD) (Figura 4).

De forma complementaria, en Bot PLUS se ofrece la información particularizada sobre la existencia de medicamentos en los que no todas las indicaciones están financiadas mediante un sistema de codificación particular en el apartado de ADVERTENCIAS, donde se identifican, por un lado, aquellos medicamentos sometidos a este tipo de restricciones y por otro lado, las indicaciones concretas que están financiadas (Figura 5).

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Figura 5. Mensajes de advertencia de medicamentos con indicaciones financiadas.

Por último, también se identifican en Bot PLUS aquellos medicamentos con financiación restringida, en los que la dispensación con cargo al SNS se limita exclusivamente a pacientes no hospitalizados y en los servicios de farmacia hospitalaria. Estos medicamentos, que en Bot PLUS se identifican con el dato farmacéutico “DIHSC (Dispensación Hospitalaria Sin Cupón precinto)”, no presentan la calificación de Uso Hospitalario (H), y como su propio nombre indica carecen de cupón precinto. Se trata de medicamentos de dispensación en oficina de farmacia, pero no en el ámbito del SNS, es decir, no son facturables. Su dispensación con cargo al SNS se limita, sin necesidad de visado, a los pacientes no hospitalizados, en los Servicios de Farmacia de los Hospitales y desprovistos de cupón precinto.

Terapéutica del dolor

El dolor se define como una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial. Puede experimentarse en ausencia de un daño tisular que lo justifique, por lo que se trata siempre de una percepción subjetiva. El dolor se debe a la activación de receptores nociceptivos, encargados de responder a estímulos mecánicos, térmicos o químicos a través de la transmisión de impulsos nerviosos conducidos por fibras nerviosas de tipo Aδ y C. La activación prolongada y repetida de fibras aferentes nociceptivas puede incrementar la sensibilidad a estímulos dolorosos, siendo uno de los principales responsables en el desarrollo de hiperalgesia y alodinia.

El dolor se puede clasificar:

  • Según su evolución temporal, en dolor agudo, si aparece como consecuencia de un desencadenante y de duración no definida, o crónico, de evolución más gradual y que persiste más en el tiempo.
  • Según su etiología. El dolor puede ser nociceptivo, como consecuencia de la activación de nociceptores en un sistema nervioso intacto; éste se divide en somático, si proviene de una lesión o enfermedad que afecta al tejido musculoesquelético o piel, o visceral, si se origina en un órgano interno como consecuencia de procesos inflamatorios, isquemia o enfermedad funcional. Por su parte, el dolor neuropático es consecuencia de una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensitivo, y puede ser periférico (afectación de los nervios periféricos) o central (afectación del cerebro o médula espinal). El dolor mixto, es un dolor con componente nociceptivo y neuropático debido a una misma etiología. Y, por último, se suele hablar de dolor benigno/maligno, para diferenciar el dolor de causa oncológica (maligno) del dolor que tiene otro origen (benigno o no maligno).

La analgesia es la eliminación de la sensación de dolor mediante el bloqueo de las vías de transmisión del impulso nociceptivo (anestésicos locales, opioides) o inhibición de los mediadores dolorosos (AINE, corticoides) a través de la utilización de sustancias exógenas.

El dolor neuropático es un síntoma resultante de un daño neurológico central o periférico. Los mecanismos fisiopatogénicos más importantes son la generación ectópica de impulsos en la membrana axonal dañada y la sensibilización central a estos estímulos nociceptivos. Se puede manifestar como una descarga súbita paralizante de gran intensidad que recorre el cuerpo, como pinchazos, punzadas, ardor, escozor o quemazón persistente, sensación de tirantez, hormigueos, entumecimiento, adormecimiento, sensaciones térmicas anómalas, etc. Además, se asocia con sensibilidad disminuida (hipoestesia), aumentada (hiperalgesia o alodinia), respuesta exagerada a estímulos (hiperpatía) o parestesias en la percusión del nervio afectado (signo de Tinel). El dolor neuropático no responde a analgésicos habituales. En general el tratamiento debe ser precoz, escalonado y agresivo desde el inicio. El abordaje terapéutico debe ser multidisciplinar e individualizado. Los principales fármacos utilizados son: amitriptilina, venlafaxina, duloxetina, gabapendina, pregabalina, carbamazepina, oxcarbazepina, lamotrigina, oxicodona, tramadol, capsaicina y lidocaína.

La migraña en un trastorno paroxístico con gran carga genética, caracterizado por la aparición de episodios agudos de cefalea. Generalmente es unilateral, aunque a veces tiene localización bilateral, de intensidad moderada-grave, empeora con el esfuerzo físico, se asocia a náuseas y vómitos, y se acompaña de fotofobia y fonofobia. El aura es el síntoma más relevante para clasificar el tipo de migraña. Las comorbilidades de la cefalea migrañosa son epilepsia, accidente cerebrovascular, ansiedad, depresión, infarto de miocardio, fenómeno de Raynaud, síndrome de intestino irritable y trastornos del dolor como fibromialgia. La menstruación y la ovulación pueden aumentar la frecuencia de las cefaleas.

Las medidas no farmacológicas recomendadas en el tratamiento de la migraña son reposo en cama aislándose de estímulos visuales y auditivos, frío local (vasoconstrictor), que puede contrarrestar la vasodilatación implicada en la patogénesis, dieta suave e hidratación, evitando el consumo de sustancias desencadenantes, ejercicio físico moderado y una correcta higiene del sueño.

Debemos diferenciar el tratamiento farmacológico de la crisis aguda, del tratamiento profiláctico que debe establecerse en pacientes con alta frecuencia de episodios recurrentes de migraña.

En el tratamiento farmacológico de la crisis aguda se emplean analgésicos (AINE, triptanes, ergotamina y opiáceos), que pueden acompañarse de otros medicamentos buscando el alivio sintomático del paciente, como son los antieméticos (metoclopramida o domperidona) y coadyuvantes (diazepam y lorazepam).

El tratamiento profiláctico es necesario cuando las crisis son frecuentes, el dolor es grave y la respuesta al tratamiento, inadecuada. Se usan betabloqueantes (propranolol), antiepilépticos (topiramato, valproato), antagonistas del calcio (flunarizina, cinarizina, verapamilo), toxina botulínica tipo A y antagonistas del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (erenumab, galcanezumab, fremanezumab y eptinezumab).

La sedoanalgesia es la administración de fármacos sedantes, analgésicos o disociativos para inducir un estado que permita que al paciente tolerar procedimientos desagradables y/o dolorosos. Los fármacos utilizados son midazolam, propofol, remifentanilo y dexmedetomidina.

Los anestésicos locales son fármacos que impiden de forma reversible la transmisión de la conducción nerviosa y, por tanto, la función sensitiva o motora de las fibras nerviosas en el lugar de administración, o en las áreas inervadas por las fibras nerviosas bloqueadas. Deben ser fármacos fácilmente ionizables para que puedan atravesar la membrana plasmática (forma no ionizada) y, una vez en el interior del citoplasma, se protonen (forma ionizada). Esta forma ionizada (activa) se une al canal de Na+. Inhiben la génesis y conducción del impulso nervioso al bloquear los canales de Na+ dependientes del voltaje de la membrana de las células nerviosas. La menor entrada de Na+ deprime la excitabilidad, la velocidad de despolarización y la amplitud del potencial de acción hasta niveles en los que ya no es posible que se genere y se propague un nuevo potencial de acción. Según su forma de administración, los anestésicos locales pueden ser parenterales (ropivacaína, bupivacaína, levobupivacaína, lidocaína) o tópicos (odontológico: articaína, mepivacaína; cutáneo: lidocaína, benzocaína, prilocaína, capsaicina; bucal: benzocaína, lidocaína; ótico: benzocaína; oftálmico: tetracaína).

La asociación de vasoconstrictores a los anestésicos parenterales permite aumentar la intensidad y prolongar la duración de la analgesia, limitar la difusión del anestésico a otras regiones sin interés, retrasar el paso del fármaco a la circulación sistémica (disminuyendo sus niveles plasmáticos y la incidencia de efectos adversos sistémicos), y reducir la hemorragia quirúrgica.

La anestesia general se define como la pér­dida de consciencia y de reactividad a es­tímulos nociceptivos intensos producida de forma reversible por la acción de uno o más fármacos a nivel del sistema nervioso central, con el fin de realizar procedi­mientos quirúrgicos con la mínima afectación posible para el paciente.

La anestesia propiamente dicha puede dividirse en tres fases:

  • Inducción: pérdida rápida de la consciencia mediante el uso de anestésicos de inicio rápido de acción y corta duración. Los compuestos anestésicos más utilizados en esta fase son propofol, tiopental (i.v.), o bien óxido nitroso o sevoflurano (inhalados).
  • Mantenimiento: prolongan el estado de anestesia durante el tiempo que dure la intervención.
  • Recuperación: retirada de anestésicos.

Los fármacos empleados en anestesia intravenosa son: opioides utilizados a dosis muy superiores a las empleadas en analgesia convencional (fentani­lo, alfentanilo, remifenta­nilo y sufentanilo), propofol, ketamina, etomidato (hipnótico de acción muy corta para uso i.v como inductor de la anestesia general), benzodiazepinas (el más experimentado es midazolam), barbitúricos (el único utilizado como anestésico es el tiopental), neurolépticos (droperidol es el único que posee esta indicación), dexmedetomidina (autorizado para la sedación de pacientes adultos en la UCI que requieran un nivel de sedación no más profundo que despertarse en respuesta a la estimulación verbal) y los bloqueantes neuromusculares, tanto no despolarizantes (atracurio, cisatracurio y rocuronio) como despolarizantes (succinilcolina y suxametonio).

Los anestésicos inhalados empleados en la actualidad son el óxido nitroso (potencia anestésica muy pequeña e inducción y recuperación rápidas) y los gases halogenados –isoflurano (rápida inducción y eliminación rápida a través de los pulmones), sevoflurano (inducción y recuperación muy rápidas; el más empleado en clínica actualmente) y desflurano (rápida inducción y el más rápido despertar anestésico cuando se compara con el resto)–.

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Sustitutos dérmicos biológicos

Resumen

Se conoce como sustitutos dérmicos a una serie de materiales diseñados para cubrir zonas de la piel cuando ésta se encuentra dañada, con la finalidad de suplir sus funciones o facilitar el proceso de curación. En base a su material de origen y composición, pueden clasificarse en biológicos (xenoinjertos, alogénicos acelulares o compuestos) o en sintéticos (contienen materiales inorgánicos). En el presente artículo se realiza una revisión de los principales sustitutos dérmicos biológicos actualmente empleados, para conocer sus características y usos fundamentales.

INTRODUCCIÓN

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y desempeña importantes funciones en el organismo, entre las que cabe destacar la función barrera frente a agresiones externas (temperatura, agentes contaminantes, microorganismos, radiación solar…), la regulación de la temperatura (gracias a la transpiración y el efecto aislante), la depuración (a través del sudor) o la producción de vitaminas (vitamina D).

La piel no es un órgano homogéneo en toda su extensión, encontrando diferencias entre, por ejemplo, la piel de la planta de los pies, de los párpados, del cuero cabelludo o del abdomen. De manera esquemática, la piel puede diferenciarse en tres estratos: la epidermis, la dermis y la hipodermis.

  • La epidermis es la capa más extensa, situada en la parte externa, y carece de vasos sanguíneos. En ella se pueden encontrar fibroblastos, queratinocitos, melanocitos, células de Langerhans y células de Merkel principalmente.
  • La dermis está separada de la epidermis por la capa basal. Está formada por tejido conjuntivo, vasos sanguíneos, nervios, músculo liso, glándulas sebáceas, glándulas sudoríparas, fibrocitos y mastocitos. En esta capa se encuentra el colágeno y proteoglicanos hidrófilos de elevado peso molecular.
  • La hipodermis es la capa más interna, formada por tejido adiposo, y delimita la piel y los tejidos subyacentes.

Al estar expuesta al medio externo, la piel también es susceptible de sufrir agresiones que pueden llegar a afectar su integridad, sobre todo si afecta a la dermis, como en el caso de heridas traumáticas o quemaduras extensas (Flórez, 2008). En estos casos, es necesario un abordaje clínico para reducir la morbilidad. El tratamiento inmediato se basa en cubrir la herida para mantener la función barrera, a la vez que se permite y facilita la regeneración y cicatrización.

Los sustitutos dérmicos son un grupo de materiales diseñados para cubrir zonas en las que la estructura de la piel esté dañada, con el fin de suplir sus funciones durante el proceso de curación (Álvarez, 2012). De esta manera, además de favorecer las acciones anteriormente citadas, facilitan que se produzca una cicatrización estética y funcional.

Las características básicas que debería reunir el sustituto dérmico ideal son la de ser biocompatible, producir baja antigenicidad, ser resistente, mantener la función barrera de la piel, reducir el dolor de la herida, reducir las pérdidas de agua por evaporación, adaptarse a las superficies irregulares, ser de fácil manejo y fijación, poder almacenarse durante largos períodos de tiempo de manera sencilla y ser de coste asequible (Roa, 2015).

En función de su contenido en materiales orgánicos o inorgánicos, los sustitutos dérmicos pueden clasificarse como puramente biológicos o sintéticos. Esta revisión tiene como objetivo describir y aunar las características de los principales sustitutos dérmicos biológicos comercializados.

TIPOS DE SUSTITUTOS DÉRMICOS

Se expone en la Tabla 1 una clasificación de los principales sustitutos dérmicos biológicos en función del tejido de origen y su composición:

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Xenoinjertos

Los xenoinjertos son trasplantes de tejido procedentes de una especie diferente al individuo receptor. La calidad y durabilidad de un implante quirúrgico a base de colágeno depende del equilibrio entre la tasa de degradación del implante y el crecimiento del tejido nativo. Hay entornos que pueden potencialmente retrasar el proceso de cicatrización de la herida, y pueden requerir una mayor durabilidad del implante para proporcionar una reparación equilibrada (Markéta, 2010; Castellanos-Ramírez, 2014; Roa, 2015; Urbina, 2016).

Permacol®

Composición: Es un implante dérmico de colágeno porcino acelular reticulado. Características: Este material consta de dos características básicas: resistencia a la tracción y biocompatibilidad. El nivelde reticulacióndelcolágeno es intermedio, favoreciendo la formación de colágeno propio, la remodelación tisular, la neovascularización y la infiltración celular, a la vez que mantiene la integridad tridimensional durante un período de tiempo suficiente para la curación de la herida. Se presenta en multitud de tamaños, es adherente en superficies irregulares, no necesita rehidratación o refrigeración previo a su uso. Usos principales: Se utiliza principalmente en la reparación de hernias ventrales y reconstrucciones de la pared abdominal. Se ha comparado con mallas sintéticas, con tasas similares de recurrencia de la hernia a medio plazo y con buenos resultados frente a la erosión, infección, extrusión y rechazo. Puede ser utilizado en contacto directo con la pared abdominal sin producir adherencias, siendo su uso especialmente indicado cuando se espera una curación tardía o se requiere gran cantidad de material protésico. También ha sido utilizado en traumatismos vasculares presentando baja tasa de infección y baja incidencia de aneurismas (Skipworth, 2007; Medtronic 2011).

Strattice®

Composición: Es un dispositivo similar a Permacol® basado en el colágeno porcino, pero a diferencia de éste, no se encuentra reticulado. Características: Es un parche biocompatible y bien tolerado, que se incorpora al tejido del paciente y permite la neovascularización y la migración celular sobre su estructura, con buenas características de resistencia y sin producir adherencia a las vísceras. Requiere rehidratación antes de su uso, se puede conservar a temperatura ambiente y se comercializa en diferentes tamaños para adaptarse a la zona de aplicación. Usos principales: Se utiliza en la reparación de hernias ventrales o para reforzar quirúrgicamente zonas de tejido blando debilitadas (Allergan, 2017).

EZ-Derm®

Composición: Es un implante dérmico formado por colágeno porcino entrecruzado con un dialdehído. Características: Es un dispositivo altamente flexible y con buena adherencia. Facilita la curación en ambiente húmedo ya que evita la pérdida de agua y proteínas, y forma una barrera que evita la infección y reduce el dolor. Se comercializa en varios tamaños para ajustarse a diferentes heridas y se puede conservar a temperatura ambiente. Como inconveniente, no se produce neovascularización sobre su estructura, por lo que el dispositivo se va secando paulatinamente, reduciendo el rango de movilidad durante el proceso de curación. Usos principales: Se utiliza principalmente para lesiones de espesor parcial, quemaduras, abrasiones, úlceras por presión y heridas vasculares, así como cobertura temporal en grandes quemados, no estando recomendado en heridas de gran contenido necrótico. Se suele utilizar como prueba previa a un injerto definitivo, ya que cabe esperar una buena aceptación de este si se produce una correcta adherencia de EZ-Derm® (Jared, 2013; AmeQ, 2015).

Oasis®

Composición: Se trata de un injerto dérmico derivado de submucosa intestinal porcina. Características: Es un injerto reabsorbible, que se reincorpora al tejido del paciente. Se produce neoangiogénesis sobre la propia matriz, favoreciendo el proceso de curación y cicatrización. Se conserva a temperatura ambiente y se comercializa en diferentes tamaños. Usos principales: Su uso principal son heridas de espesor parcial o total, como úlceras por presión, úlceras vasculares crónicas, úlceras diabéticas, abrasiones o heridas quirúrgicas. No están recomendado en quemaduras de tercer grado, heridas sangrantes o con gran contenido supurativo (Mostow, 2005)

Collatamp®

Composición: Es un injerto dérmico compuesto por colágeno bovino tipo 1 saturado de gentamicina. Características: Su mecanismo de acción se basa en mantener altas concentraciones de antibiótico en el sitio quirúrgico, eliminando las bacterias que pueden ser resistentes a dosis más bajas, evitando a la vez la migración del antibiótico a otros tejidos, disminuyendo así su toxicidad ótica y renal. Usos principales: Se utiliza como apósito hemostático al favorecer la cicatrización y ser profiláctico frente a infecciones (Aralez Pharmaceuticals, 2019).

Matriderm®

Composición: Es un implante dérmico que combina colágeno bovino nativo tipo I, III y V con elastina. Características: El colágeno bovino no desnaturalizado facilita la proliferación y migración celular, la neovascularización y la colonización por fibroblastos del paciente receptor a través de su estructura, produciendo una cicatrización funcional y ordenada de la herida. Se suele combinar en el mismo tiempo quirúrgico con injertos epidérmicos autólogos finos, ya que Matriderm® es reabsorbido e integrado en la dermis del paciente con el paso del tiempo. Este injerto consigue recuperar la funcionalidad de la piel con buenos resultados estéticos. Al utilizarse Matriderm® con injertos de piel se obtienen mejores resultados que con injertos de piel puros, ya que se reduce la morbilidad de la zona donante (se emplean injertos epidérmicos más finos) y ayuda a generar una dermis ordenada y óptima. Usos principales: Se utiliza principalmente en heridas que comprometen a la dermis, como quemaduras parciales y totales, heridas traumatológicas, heridas crónicas o heridas quirúrgicas (Bioser, 2018).

Alogénico acelular

Se incluyen en este grupo los sustitutos dérmicos procedentes de donantes humanos.

Cadaveric®

Composición: Se trata de dermis fresca acelular obtenida de cadáveres humanos. Tras el proceso para eliminar los componentes celulares, se obtiene la matriz extracelular rica en colágeno, fibras elásticas y vasos sanguíneos. Empezó a utilizarse en la década de los 90 debido a la escasez de tejido autólogo para donar. Características: Es un dispositivo que no produce inmunogenicidad y es integrado en los tejidos del receptor, produciéndose sobre el parche neoangiogénesis y reepitelización. Usos principales: Ha sido utilizado, por ejemplo, en la reparación de recesiones gingivales (Rivera, 2009).

Alloderm®

Composición: Se trata de un sustituto dérmico similar a Cadaveric®, pero en este caso la dermis alogénica se encuentra congelada en vez de ser fresca. Características: Es un implante que no produce inmunogenicidad. Debe descongelarse e hidratarse durante 5 minutos en una solución de cloruro sódico 0,9% previo a su uso. Usos principales: Se utiliza en diferentes tipos de cirugía, como procedimientos gingivales, reconstrucciones mamarias, nasales o de la pared abdominal, entre otras (Sclafani, 2000).

GraftJacket®

Composición: Se trata de un injerto de dermis alogénico descelularizada, manteniendo la matriz extracelular con colágeno y elastina. Características: Es un injerto que no produce inmunogenicidad. Al ser aplicada sobre la dermis dañada, aporta un andamio sobre el que se produce la multiplicación celular, la neovascularización, y finalmente la inclusión del injerto en la piel del paciente.Se preserva liofilizada, por lo que su conservación se realiza a temperatura ambiente, requiriendo rehidratación antes de su aplicación. Al obtenerse a partir de cadáveres humanos, se evita la morbilidad de la obtención de un injerto autólogo. Usos principales: Se ha utilizado para tratar úlceras por presión, úlceras de origen venoso o pie diabético (Wright, 2018).

GammaGraft®

Composición: Es un implante alogénico acelular de dermis humana, que se irradia con radiación gamma, que preserva el tejido y lo esteriliza. Características: Posee una capa de queratina natural que tiene función barrera, impidiendo la pérdida de agua por evaporación. Este hecho favorece una curación de la herida en ambiente húmedo mientras que el injerto permanece seco.Puede ser conservado a temperatura ambiente. Usos principales: Se utiliza como injerto temporal de piel en úlceras por presión o por insuficiencia venosa, en pie diabético o en heridas de espesor total (Wound Source, 2018).

SureDerm®

Composición: Se trata de un injerto de dermis humana al cual se eliminan las células para evitar la respuesta inmunológica del receptor, y posteriormente se liofiliza, para preservar su estructura tridimensional. Características: Una vez aplicado sobre la herida, atrae a los fibroblastos de la dermis, favoreciendo la angiogénesis, la multiplicación de distintas células de la piel y finalmente la reepitelización. El injerto es absorbido, convirtiéndose en parte del tejido natural del paciente. Al no contener antígenos es altamente biocompatible y no es necesario realizar pruebas cutáneas previas (no se produce rechazo). Posee una gran elasticidad, por lo que se puede enrollar o doblar hasta obtener el grosor adecuado, y puede ser aplicado en cualquier parte del cuerpo. El procedimiento se realiza en una única intervención. El apósito se conserva a temperatura ambiente y se comercializa en diferentes tamaños. Usos principales: Está indicado su uso para reconstrucción de la piel en quemaduras, traumatismos, o heridas quirúrgicas, así como en cirugías estéticas (Hansbiomed, 2018).

Compuestos

Se incluyen en este grupo los sustitutos dérmicos que contienen también una capa de epidermis, o bien componentes celulares vivos y estratificados.

Stratagraft®

Composición: Es un sustituto dérmico producido in vitro en forma de bicapa: una capa interior que contiene matriz extracelular y fibroblastos dérmicos humanos, y una capa exterior en forma de epidermis estratificada y biológicamente activa derivada de queratinocitos (utilizando una línea progenitora cutánea llamada NIKS, que produce queratinocitos de larga vida, genéticamente estables, no tumorigénicos y libres de parásitos). Características: Debido a su estructura, este injerto suple las funciones tanto de la dermis como de la epidermis del paciente, asemejando una piel humana intacta. Es un tejido bien tolerado, que no produce inmunogenicidad aguda. Usos principales: Se utiliza principalmente en heridas traumáticas de espesor total, quemaduras y otras agresiones de la piel (Centanni, 2011).

ICX-SKN®

Composición: Está compuesto por una matriz extracelular rica en colágeno, fibrina y fibronectina, en la que se incluyen fibroblastos neonatales. Características: Su composición se asemeja a la que poseen las heridas en proceso de curación, por lo que acelera la regeneración. El colágeno que lo compone forma una matriz robusta y resistente a la degradación, manteniéndose en contacto con la herida un tiempo superior en relación con otros sustitutos dérmicos, por encima de los 28 días, con buenos resultados de eficacia y seguridad. Usos principales: Debido a su resistencia, se utiliza en heridas con afectación de la dermis que en las que se prevea un tiempo de curación medio-largo (Boyd, 2007).

Dermagraft®

Composición: Contiene una matriz extracelular de poliglactina bioabsorbible en la que se incluyen fibroblastos dérmicos neonatales. Características: Los fibroblastos que contiene producen y secretan proteínas que forman matriz extracelular, colágeno y factores de crecimiento, de manera similar al proceso que ocurre en la piel sana, por lo que al ser aplicado sobre la herida promueven y favorecen la curación. Según avanza el tiempo, las células del paciente van cerrando la herida, proliferando sobre la estructura del injerto, que poco a poco se va disolviendo hasta que finalmente se integra en el tejido del receptor. Usos principales: Está especialmente indicado en el tratamiento de úlceras para pie diabético, completando la limpieza, el desbridamiento y los vendajes de cobertura (Hart, 2012; Organogenesis, 2013).

Hyalograft®

Composición: Este injerto dérmico se basa en la extracción de células del cartílago del paciente (condrocitos), que son posteriormente cultivadas en el laboratorio y presentadas sobre una matriz de ácido hialurónico. Características: Este tipo de injertos se administra con técnicas artroscópicas, mínimamente invasivas. La técnica de cultivo es altamente exigente, y se han observado resultados variables en la reparación de tejidos al utilizar una matriz hialina con condrocitos del propio paciente. Usos principales: Se ha utilizado principalmente en la reparación de defectos del cartílago por traumatismos repentinos o repetitivos en adultos, como la articulación de la rodilla. Actualmente ha sido retirado por la EMA en base a los resultados de la evaluación preliminar del Comité de Terapias Avanzadas (CAT) (EMA, 2013; Marcacci, 2007).

Apligraf®

Composición: Es un sustituto dérmico que consta de dos capas: en la capa interior contiene una estructura de colágeno en la que están embebidos fibroblastos humanos neonatales productores de matriz extracelular, mientras que en la capa exterior está formada por queratinocitos humanos neonatales, que al proliferar y diferenciarse, crean una nueva epidermis. Características: Aun con su estructura de dermis y epidermis, a diferencia de la piel humana sana, este injerto no contiene melanocitos, células de Langerhans, macrófagos, linfocitos, vasos sanguíneos, folículos pilosos o glándulas sudoríparas. Una vez aplicado en el paciente, se produce una elevada liberación de citoquinas y factores de crecimiento que estimulan y aceleran la proliferación y diferenciación celular en el lecho de la herida, consiguiendo una curación más rápida y con menos fibrosis, con cicatrices más estéticas y funcionales. Usos principales: Se utiliza en úlceras venosas y en pie diabético (Novartis, 2010; Zaulyanov, 2007).

OrCel®

Composición: Es un sustituto dérmico que contiene células dérmicas alogénicas humanas (queratinocitos y fibroblastos) cultivadas sobre una estructura tridimensional de colágeno bovino. Características: Este injerto presenta alta biocompatibilidad, y favorece un medio óptimo para la curación y la regeneración celular de las heridas. Una vez aplicado sobre la piel dañada, facilita la liberación de citoquinas y factores de crecimiento que favorecen la proliferación y diferenciación celular sobre el propio injerto. Usos principales: Se utiliza sobre todo en úlceras crónicas y quemaduras de espesor parcial, no estando recomendado su uso sobre heridas infectadas (FDA, 2001; Enoch, 2006).

Discusión y conclusiones

Actualmente no existe un sustituto dérmico que presente todas las características de un injerto de piel ideal, entre otras cosas, por las diferentes características que puede presentar el lecho quirúrgico en función del origen o la localización de la herida. No obstante, se dispone de una amplia variabilidad de materiales con función de cobertura cutánea que pueden ser utilizados como injertos temporales o definitivos, en heridas de espesor total o parcial, en quemaduras o heridas traumáticas, que sustituyen la función barrera de la piel y favorecen una curación más rápida, con la generación de una cicatriz más funcional y estética. Por lo tanto, la importancia actualmente radica en conocer los diferentes tipos de sustitutos dérmicos disponibles y sus características para poder seleccionar la opción más costo-efectiva para tratar las necesidades de cada paciente.

BIBLIOGRAFÍA

El tabaco y la publicidad farmacéutica

Resumen

Desde las referencias originales al tabaco en el diario de Cristobal Colón (de su primer viaje a las Américas), muy diversos han sido los textos a lo largo de la Historia que aluden al peculiar uso de las hojas de Nicotiana tabacum, planta que fue así denominada por Linneo en el siglo XVIII como homenaje al embajador francés en Lisboa, Jean Nicot de Villemain, quien envió tal hierba a Catalina de Médici, entonces Reina madre, con la recomendación de su uso como medicamento mediante aspiración. De dichos textos se deduce una mayoría de opiniones a favor del uso terapéutico del tabaco, algunas reticencias respecto a su empleo fumado y más aún de tipo moral. Pese a ello, el uso del mismo fumado, en cigarros o pipas, mascado o inhalado se fue extendiendo por toda Europa y el mundo hasta nuestros días. En contraste con la actual prohibición de cualquier publicidad del tabaco o su consumo, desde los años veinte del siglo pasado hasta casi el final del mismo, se publicitaron medicamentos y centros sanitarios con objetos íntimamente relacionados con la acción de fumar, muy extendida en la mayoría de la población. En el presente artículo se muestran diversos ejemplos curiosamente ilustrativos.

Las noticias sobre el tabaco (Nicotiana tabacum L.) proceden del primer viaje de descubrimiento de Cristóbal Colón. En su diario, con fecha del 6 de noviembre de 1492, anota: hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mujeres y hombres con un tizón en la mano, yerbas para tomar sus sahumerios, que acostumbraban.

Muchos de los primeros cronistas de Indias se ocuparon de él, como Gonzalo Fernández de Oviedo, Bernabé Cobo o el protomédico de Felipe II, protagonista de la primera expedición científica enviada a los nuevos territorios, Francisco Hernández. Desde España se ocuparon del tema el médico sevillano Nicolás Monardes o el cirujano Juan Fragoso, en los Discursos de las cosas aromáticas, árboles frutales y de otras muchas medicinas simples que se traen de la India Oriental y sirven al uso de la medicina (Madrid, 1572; edición latina, Estrasburgo 1600 y 1602). En Italia, Girolamo Benzoni ofrece un interesante testimonio en su Historia del mondo nuovo (Venezia, 1565) y, en la propia América, fueron el médico Juan de Cárdenas y el religioso Francisco Jiménez quienes se ocuparon de un producto empleado en aquellas tierras desde tiempos inmemoriales con finalidades religiosas, sanitarias y de placer. El primero de los citados lo hizo en sus Problemas y secretos maravillosos de las Indias (México, 1591) y el segundo en el resumen del trabajo de Francisco Hernández que, entregado al rey Prudente, no vio la luz en nuestro suelo y él resumió a partir de una copia, titulado Quatro libros de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales que están recevidos en el uso de la medicina en la Nueva España… con lo que el Doctor Francisco Hernández escribió en lengua latina… (México, 1615). Un eremita, establecido en la Nueva España, Gregorio López, publicó un compendio de herboristería sanitaria entre 1580 y 1581. Lo tituló De la virtud de las hierbas o Tesoro de las medicinas, en donde también lo refleja.

Los primeros cultivos de la planta se realizaron hacia 1530 en La Española, la actual República Dominicana, en donde los españoles se establecieron por primera vez.

En Francia, fue el embajador en Lisboa, Jean Nicot de Villemain, quien envió en 1560 esa hierba a Catalina de Médici, entonces Reina madre, con la recomendación de su uso como medicamento mediante aspiración. Lo había recibido de un colono portugués residente en Sao Paolo (Brasil). En Inglaterra, la introdujeron los para nosotros piratas y para ellos valerosos corsarios y caballeros, Francis Drake y Walter Raleigh, hacia 1585.

Pese a la prioritaria, extensa y satisfactoria exposición de la planta por parte de numerosos autores españoles, cuando el sueco Linneo estableció su nombre genérico en el siglo XVIII, lo hizo mediante un homenaje al embajador Nicot y la llamó Nicotiana tabacum.

Ese olvido de la actividad científica española en la Historia es sistemático. Linneo se quejó, en los primeros ejemplares de su obra, de la barbaridad existente, en el ámbito de la Botánica, entre los españoles, lo que supuso, primero, la respuesta airada de Joseph Quer, en uno de los iniciales capítulos de la llamada polémica de la ciencia española y luego la aceptación en nuestro suelo de uno de sus apóstoles, los discípulos que enviaba a los más lejanos lugares del globo para herborizar, Pier Löefling, quien murió en el Orinoco en una durísima expedición dirigida por el capitán Iturriaga, después de haber escrito una obrita sobre la flora española y otra sobre la americana.

Los prejuicios del ilustrado sueco con respecto a los españoles proceden de nuestra leyenda negra. Se fue fraguando durante los últimos años del siglo XVI, cuando Felipe II era el monarca más poderoso del mundo, a causa de su intransigencia para con los calvinistas flamencos; fue muy bien acogida por los ingleses, de quienes había sido Rey consorte y ahora eran sus mayores enemigos, religiosos y políticos, y por los franceses, tanto protestantes como católicos, durante la guerra de los treinta años. Los católicos porque eran opuestos a la idea de una monarquía católica universal patrocinada por los Habsburgo, en el Imperio y en España.

La leyenda, forjada por el príncipe de Orange en Flandes y el Abad de Saint Real en Francia, presentaba a unos españoles medio moros (en el lenguaje empleado en el siglo XVI y XVII y pese a la Reconquista y la expulsión de los moriscos); medio judíos (pese al exilio forzoso decretado en el siglo XV por los Reyes Católicos); depravados física y moralmente, crueles, despiadados y en manos de una Iglesia, ignorante y brutal, liderada por la Inquisición. Ese estereotipo deformado de la realidad histórica y cultural de España, se profundizó, durante la Ilustración, por medio de intelectuales franceses, con Voltaire o el Conde de Buffon al frente, quienes trataron de explicar la degeneración de todos los hispanos por sus condiciones geográficas y climáticas y, lamentablemente, sigue en la actualidad, como explicitan las injuriosas declaraciones sobre nuestro país de un ministro holandés, basándose en sus creencias calvinistas, o la denominación de PIGS que los anglosajones volvieron a sacar a relucir para los países del sur durante la reciente crisis económica.

Es normal que Linneo, sueco e ilustrado, fuera sensible a esas opiniones procedentes, en su mayoría, del país ilustrado por excelencia: Francia. Lo es menos que prendieran con tantísima fuerza en el interior de la propia España, cuando los dos textos anti españoles citados y otra docena de ellos que podría citar, son auténticas noticias falsas, ahora tan de moda, post verdades, mentiras históricas, sobre las que se fundamenta un sentimiento anti español en todos los ámbitos, incluido el científico, del cual no aparecen en las Historias de la Ciencia europeas ninguno de los logros conseguidos por españoles ni durante el Renacimiento, ni durante la Ilustración.

No ha de sorprendernos, por tanto, que cuando el médico alemán Wilhelm Heinrich Posselt aisló el alcaloide de la planta lo llamara también Nicotina, en honor de ese embajador francés cuyo mérito principal fue enviarlo desde Lisboa a la corte francesa. Ni Linneo, ni Posselt, se acordaron de la labor de españoles e italianos, en menor parte, en su estudio. Probablemente ambos la desconocían y así no se llamó, por ejemplo: Monarditiana tabacum, en honor a Monardes y el alcaloide Monarditina.

Durante el Barroco se comenzó a dar importancia al valor supuestamente terapéutico de esa planta. El primero en hacerlo fue el médico cordobés Juan de Castro y Medinilla. En su obra monográfica Historia de las virtudes i propiedades del Tabaco, i de los modos de tomarle para las partes intrínsecas i de aplicarle a las extrínsecas (Córdoba, 1620), da cumplida y entusiástica cuenta de sus propiedades: mata la hormiguilla de los dientes y muelas i corrige sus malos olores… haze en engordar a los que por algunos malos humores se van consumiendo. Corrige el mal olor de boca… Aguza el ingenio… Aclara la voz y quita la ronquera i romadizos… Provoca el menstruo en las mujeres… Aguza la vista… Aguza el oído… Perfecciona el sentido del gusto… Augmenta la memoria… Da presteza a la lengua al hablar… Es miraculoso para los paralíticos… Entre sus indicaciones lo aconseja para los acatarrados y desaconseja a las embarazadas, además, según él, consume la esperma y disminuye en grande manera el coito, por lo cual lo aconseja a los religiosos y sugiere no sea utilizado por desposados ni soldados.

Contra su uso, especialmente para fumar, se había manifestado Bartolomé Marradón en el Diálogo del uso del tabaco, del chocolate y otras bebidas (Sevilla, 1618) en donde manejaba argumentos de tinte moral, pues del uso, nacía el abuso y se convertía en vicio. Con consideraciones de tipo científico se opuso el cirujano Pedro López de León, en su Práctica y teórica de los apostemas…(Sevilla, 1628) pues durante su ejercicio profesional en Cartagena de Indias, en la actual Colombia, había efectuado diversas disecciones y si toma mucho tabaco en humo, le abrasa las partes interiores como he visto en este Reyno en algunos que he abierto por mandato de la Justicia, y hallándoles el hígado hecho ceniza, y las telas del cerebro negras como hollín de chimenea, que lavándolas salía un agua como tinta, aunque no dice nada sobre los pulmones y exagera a ojos vista. Le ataca también Francisco de Leiva y Aguilar en el Desengaño contra el mal uso del tabaco (Córdoba, 1634) y le defiende un catedrático de Medicina de Salamanca, Cristóbal Hayo en Las excelencias y maravillosas propiedades del tabaco (Salamanca, 1645).

De los textos citados se deduce una mayoría de opiniones a favor del uso terapéutico del tabaco, algunas reticencias respecto a su empleo fumado y más aún de tipo moral. Pese a ello el uso del mismo fumado, en cigarros o pipas, mascado o inhalado se va extendiendo por toda Europa.

No voy a continuar con su historia, sí poner de manifiesto sus aspectos económicos con grandes plantaciones para les que era necesaria mano de obra, en muchas ocasiones esclava, la industrialización de su producción en el siglo XIX y el consumo masivo en el XX, hasta demostrarse palmariamente su nocividad y empezarse campañas contra su empleo en todo el mundo.

En España, se estableció el monopolio estatal o estanco del mismo en 1632, hasta 1844 cuando fue arrendado al marqués de Salamanca, pero no desapareció hasta la entrada de España en la CEE en 1986.

Desde mi particular punto de vista, las políticas empleadas en la actualidad contra el uso del tabaco son las correctas. Anteriormente, cuando una droga –preparada generalmente por un laboratorio farmacéutico– se mostraba sanitariamente nociva (morfina, heroína, anfetaminas, ácido lisérgico…) o productos naturales como la marihuana o el alcohol, se prohibían. Las prohibiciones no han resultado eficaces, ni desde el punto de vista sanitario, ni desde el económico. Han provocado la creación de poderes paralelos capaces de dar al traste con estados, y han dotado al consumo de drogas de un hálito de rebeldía –entre los jóvenes–falso y extremadamente perjudicial. La guerra contra la droga se está perdiendo y cuando en un país puritano –como los Estados Unidos de América– se demoniza una droga, siempre aparece otra para sustituirla.

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Figura 1

Si se han fijado, en las películas americanas, hasta hace unos años, fumaba todo el mundo. Ahora no fuma nadie en absoluto, pero todos no paran de tomar café, lo cual es políticamente correcto, pero sanitariamente no sé yo… Si se ilegalizara el tabaco los maleantes tendrían un producto más con el que traficar y, desde mi punto de vista, el camino es el inverso, el seguido con el tabaco: grandes campañas de sensibilización, prohibiciones puntuales para su empleo y que cada cual haga lo que quiera. A nadie se le puede imponer nada, ni siquiera un tipo de vida sano o considerado en la actualidad como tal. Las prohibiciones, a la larga, siempre las paga la sociedad y, dentro de la misma, los más débiles psicológica y económicamente.

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Figura 2

Lo evidente, en la actualidad, es la prohibición de cualquier publicidad del tabaco o su consumo. Además, si no estuviera prohibido, sería muy difícil convencer a una empresa relacionada con la salud de identificar sus productos con el acto de fumar. Lo llamativo es que, desde los años veinte del siglo pasado hasta casi el final del mismo, se publicitaron medicamentos y centros sanitarios con objetos íntimamente relacionados con la acción de fumar. Se hizo porque la mayoría de la población fumaba. Recuerdo –perdonen la intimidad– las clases de Medicina Preventiva en la Facultad de Farmacia en los años setenta. Un médico que venía a dictarla cuando no lo hacía el profesor Piédrola, de los que conservo excelente recuerdo pues me gustó mucho la asignatura y su docencia, nos hablaba de los peligros del tabaco, de la necesidad de dejarlo, de la estupidez de fumar, mientras él mismo consumía media cajetilla de Ducados en plena clase y, con mucho gracejo nos decía: sigan mis explicaciones, no mi ejemplo.

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Figura 3

Las primeras cajas de cerillas de los años cincuenta eran muy modestas. Estaban formadas de cartón con un rascador en un lateral y, en ocasiones, con alguna ilustración sobre ellas. En las mismas se metían las cerillas, fósforos o mixtos, consistentes en una barrita de papel encerado con un punto de fósforo encima, capaz de encenderse por frotación con el rascador o con cualquier superficie áspera.

Algunos medicamentos ofrecían cobertores de metal o piel para dar una apariencia más elegante a las cerillas.

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Figura 4

En nuestra colección poseemos varias del Elixir estomacal Saiz de Carlos, en color verde o azul, dos de la siempre presente Aspirina Bayer, de piel, en color natural o teñida de azul; otra, de los años veinte, muy adornada según las pautas del modernismo del Elixir de tricalmantina Pereiro. Las aguas de Cabreiroa ofrecían a sus clientes un recuerdo que no era un cubre caja de cerillas, sino una caja en sí misma, pretendidamente elegante, formada de acero y acetato blanco (Figura 1).

El Elixir de Saiz de Carlos fue muy popular durante los años veinte del siglo pasado2; de la Aspirina he hablado en varias ocasiones y volveré a hacerlo, al ser, tal vez, el medicamento sobre el cual se ha ejercido más presión publicitaria; el Elixir de tricalmantina Pereiro, debía ser un calmante para el dolor dental. Lo preparaba R. ­Pereiro, quien había sido o era farmacéutico municipal en Santiago de Compostela y tenía su oficina en la calle Huérfanas.

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Figura 5

En esas primitivas cajas de cerillas también se imprimía publicidad. Relacionada con la Farmacia, en nuestra colección, solo tenemos la del Phylodent, con la siguiente leyenda: Fume sin miedo. El dentífrico Phylodent defiende su dentadura. El producto, al parecer, contenía clorofila y se comercializó en nuestro país en los años cincuenta, aunque no he localizado el laboratorio (Figura 2).

Cajas de cerillas convencionales, pero más modernas con el bastoncito de madera, similar a las pocas que aún hoy en día se comercializan para uso de los fumadores de puros, empleó para su publicidad ACFESA, la asociación de centros farmacéuticos. Probablemente se realizó en 1979, cuando entró a formar parte de la Federación de Distribuidores de Especialidades Farmacéuticas, aunque su origen es anterior a la guerra civil, en donde frente a las cooperativas de distribución formadas en su totalidad por farmacéuticos, se creó el Centro Farmacéutico, una sociedad anónima, formada también por farmacéuticos, que preferían esa forma de asociacionismo a la cooperativista. Las cajas de cerillas presentan una serie fotografías sobre sus edificios e instalaciones (Figura 3).

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Figura 6

La gran novedad fueron las cerillas presentadas en carpetitas. En lugar de bastoncillos tenían un cuerpo algo más apaisado, de cartón. Venían unidas en un tronco común, también de cartón, de donde había de arrancarlas antes de hacerlas arder en un rascador especial y poco seguro. Era relativamente fácil quemarse o hacer arder el paquete entero. Las primeras eran de cuatro por cinco centímetros y fueron bastante utilizadas para la publicidad de medicamentos.

La más curiosa es para el Riociline y el Riociline glucosamina, especialmente dosificado para los niños. En la cubierta principal aparece un helicóptero que, si lo mueves un poco, parece girar su hélice principal. De los laboratorios Jorba y del medicamento –que era una forma de penicilina– se puede encontrar información en la web del Museo de Historia de la Farmacia de la Universidad de Barcelona y en el libro citado3. El objeto es de los años sesenta del siglo XX.

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Figura 7

También poseemos publicidad del Bicarbonato Torres-Muñoz, muy popular desde principios desde los años veinte y que se sigue comercializando.

Muy conocida también fue la Glefina, una especialidad a base de aceite de hígado de bacalao que se anunciaba junto al Talikalin, para las enfermedades intestinales, el Bronpulon para la tos y el Dermo-Halibut para heridas y afecciones de la piel. Especialidades de los laboratorios Andrómaco, fundados por el doctor Fernando Rubiò (Figura 4).

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Figura 8

Junto a ellas me he permitido incluir el Rally’s, un producto que simulaba una carterita de cerillas, en cuyo interior iba un profiláctico de látex. Una auténtica excentricidad explicativa de cómo estaba mejor visto fumar que usar ese producto farmacéutico durante el nacional catolicismo franquista (Figura 5).

Más lujosas eran las carpetitas de 5,5 × 5 cm y de 7,5 × 5 cm impresas en papel couché, de las que tenemos multitud. He elegido el Tribesona, un analgésico y antiinflamatorio de Elmu; el Acromas, un antigripal; la Centurina, un antibiótico de MSD España y un cuarto que no anuncia medicamentos, sino La casa del médico, un establecimiento madrileño especializado en instrumental quirúrgico. De todo, como en botica y de los años setenta (Figura 6).

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Figura 9

Para facilitar las cosas, el purgante depurativo Carabaña, proporcionaba una estupenda pitillera de alpaca; el Ceregumil, sendas boquillas para señora y caballero y los laboratorios Sandoz, en 1971, un muy aparente cenicero de gas, de mesa, de un metal indeterminado que pretendía parecer plata y no era ni alpaca (Figura 7).

También, desde luego, un auténtico aluvión de ceniceros de todas las medidas y materiales: vidrio, cerámica, latón, baquelita… he elegido cinco, en peltre, con escenas de El Quijote. Dos de ellos de aguas medicinales de Solares (Cantabria) y otro de Sobrón (Álava); el cuarto del purgante Laxanfan Giménez y el último de varias espacialidades: Jarabe Bebé, Septicemiol, Eusistolina… de laboratorios Pons, Moreno en Burjasot (Valencia), que serán de mediados del pasado siglo (Figura 8).

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Figura 10

Junto a ellos, uno de vidrio del citado Saiz de Carlos, otro en metal lacado con los bordes sobredorados del jabón de sales de Carabaña y dos más de baquelita. El primero anuncia las famosas pastillas Koki, de mentol penicilina para la tos (antes se usaron de mentol-cocaína, con lo cual…) y otro de Procaingel, una penicilina preparada en el laboratorio del doctor Lara en Valencia, todos de mediados del siglo pasado también (Figura 9).

Por último, el muy conocido Doctor Andreu fabricó, en su laboratorio de Barcelona, unos cigarrillos antiasmáticos. Aunque las plantas empleadas para fabricarlos –que no explicita– pudieran ser útiles en sahumerios, la forma de aplicarlos no parece la más adecuada y, acaso, impuesta por la moda imperante de fumar, aunque esa terapéutica estuvo muy extendida en el mundo4 (Figura 10).

Eficiencia, en función de la posología, de la toxina botulínica tipo A en distonías

La distonía es un trastorno del movimiento caracterizado por contracciones musculares intermitentes o persistentes que dan lugar a movimientos repetitivos de torsión o posturas anormales. Existen 2 variantes principales en las distonías focales (aquellas que se concretan en un área muscular específica): blefaroespasmo (BL) y distonía cervical (DC). El tratamiento de elección en ambas consiste en la administración de toxina botulínica de tipo A (TBA) en los músculos afectados, la cual bloquea la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, mejorando la sintomatología.

En España hay 3 TBA con indicación en BL y DC: incobotulinumtoxinA (Inco-TBA; Xeomin®), onabotulinumtoxinA (Ona-TBA; Botox®) y abobotulinumtoxinA (Abo-TBA; Dysport®). Desde el punto de vista de la calidad, la Inco-TBA está muy purificada y difiere del principio activo de la Ona-TBA y la Abo-TBA en que carece de proteínas formadoras de complejos (hemaglutininas). Tanto Inco-TBA como Ona-TBA presentan una eficacia y seguridad similares en BL y DC, cuando se utilizan con una ratio de conversión de dosis 1:1. Asimismo, Inco-TBA ha demostrado eficacia y seguridad cuando se administró siguiendo un esquema de intervalos flexibles, en función de la necesidad clínica de cada paciente, administrándose una nueva dosis cuando el beneficio de la anterior comienza a desaparecer y los síntomas emergen de nuevo. Ello conllevaría un mayor número de administraciones de Inco-TBA respecto de Ona-TBA –y, por tanto, un mayor coste– pero se asociaría a una mejora de la calidad de vida, al controlar más tiempo los síntomas.

Con el objetivo de estudiar la modificación de la eficiencia asociada a la flexibilidad de la posología con Inco-TBA, los autores3 realizaron un análisis coste-utilidad de Inco-TBA administrada en intervalos flexibles respecto de Ona-TBA administrada en intervalos fijos en el tratamiento de BL y DC en España. Los datos clínicos se tomaron de dos ensayos clínicos, ambos con un seguimiento de 68 semanas; a partir de dicho tiempo y hasta un horizonte de 5 años, se simuló la evolución de las cohortes de cada estudio mediante un modelo de Markov. El beneficio se estimó en años de vida ajustados a calidad (AVAC) como medida de la calidad de vida del paciente asociada a la remisión/mantenimiento de la sintomatología. El valor de las utilidades se tomó de un estudio en pacientes con BL y DC, mediante el instrumento EQ-5D.

Los recursos –desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud de España– se estimaron imputando los costes sanitarios directos (adquisición y administración de las TBA), en función de la diferente utilización de cada fármaco: con flexibilidad de la posología con Inco-TBA (rango de 6-20 semanas) y con administración de dosis fijas con Ona-TBA (cada 12 semanas). La eficiencia se estimó mediante el ratio coste-utilidad incremental (RCUI), expresado en /AVAC. Finalmente, se realizaron análisis de sensibilidad de tipo determinístico y probabilístico.

Los resultados mostraron que Inco-TBA requería un número de dosis ligeramente mayor que Ona-TBa; asimismo presentaba un mayor tiempo sin sintomatología, asociándose ello a un incremento sensible de la calidad de vida; esto se observó tanto en BF como en DC (Tabla 2). Todos los parámetros estimados mostraron una diferencia estadísticamente significativa. Finalmente, los análisis de sensibilidad confirmaron la robustez de los resultados obtenidos.

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Los autores concluyen que en el tratamiento del blefaroespasmo y la distonía cervical con incobotulinumtoxinA en intervalos flexibles determinados por las necesidades clínicamente confirmadas del paciente es una opción terapéutica eficiente en España, respecto de la administración en dosis fijas de onabotulinumtoxinA.

Influencia del coste en el acceso a insulina

Desde hace mucho tiempo se investiga para lograr una forma de insulina que permita su administración oral. Ello permitiría una absorción en la vena portal directamente al hígado, que se traduciría en una insulinización periférica menor, por el efecto de primer paso, pudiendo reducir la ganancia de peso y el riesgo de hipoglucemia. Sin embargo, el problema para su consecución es muy importante. Existe una elevada degradación por las proteasas en estómago e intestino; además, su gran tamaño y sus características hidrofílicas dificulta su paso por el epitelio. No obstante, las investigaciones siguen avanzando para soslayar esta problemática.

Una nueva insulina oral de larga acción, denominada I338, ha sido evaluada en un ensayo clínico de fase 2, aleatorizado, doble ciego y controlado2 con el objetivo de analizar su eficacia, seguridad y tolerabilidad en comparación con insulina glarglina subcutánea (IGla). El estudio se realizó en pacientes con diabetes tipo 2 (DM2), naives respecto de insulina, de edad de 18 a 70 años, que presentaban un control inadecuado (hemoglobina glicosilada o HbA1c: 7,0%-10,0%), a pesar de la monoterapia con metformina o en combinación con otro antidiabético oral, y con un IMC de entre 25 y 40 kg/m2. Los pacientes, 25 en cada grupo, recibieron durante 8 semanas un comprimido y una inyección subcutánea, sin que nadie supiera en qué forma había un principio activo, I338 o IGla, y en cuál había un placebo.

La variable de resultado de eficacia fue la concentración de glucosa en plasma en ayunas (CGPA) a las 8 semanas de tratamiento. Las variables de seguridad comprendieron los efectos adversos, episodios de hipoglucemia, ganancia de peso y otros. Los resultados mostraron una reducción media a las 8 semanas de la CGPA de –2,4 mmol/L (IC95% de –3,1 a –1,7) en el grupo de intervención con I338 y de –2,6 mmol/L (IC95% de –3,0 a –2,3) en el grupo de control con IGla, estimándose una diferencia no significativa entre ambos grupos de 0,3 (IC95: –0,5 a 1,1). La variación de una variable secundaria, la HbA1c, fue de -0,75% (IC95% de –1,05 a –0,46) en el grupo I338 y de –1,05% (IC95% de –1,20 a –0,89) en el de IGla, pero con una diferencia estimada no significativa (p=0,077). La incidencia de efectos adversos fue similar en ambos grupos, siendo muchos de ellos de tipo medio y, presumiblemente, no asociados al fármaco. Finalmente, cabe destacar que la incidencia de episodios hipoglucémicos fue baja en ambos grupos.

Los autores concluyen que el control glicémico no difirió en ambos grupos a las 8 semanas de tratamiento y que ambos fármacos presentaron un perfil de seguridad aceptable y similar entre ellos.

Sin embargo, a pesar de que los datos de la insulina oral I338 muestran un perfil de eficacia y seguridad similar al de la insulina glargina, el desarrollo del proyecto ha sido paralizado (Correo Farmacéutico, 4 febrero 2019). El motivo: su coste económico. La cantidad de insulina necesaria por dosis es elevada, debido a su escasa biodisponibilidad, y no sería comercialmente viable su comercialización. Este hecho, al igual que otros, como el incremento del precio de la insulina en EE.UU. (Health Care Cost Institute, febrero 2019), en donde una unidad pasó de 13 a 25 céntimos desde 2012 a 2016, muestra la interdependencia de los costes y los resultados de salud, aspecto éste que debería disponer de algún mecanismo compensatorio para evitar sus desastrosas consecuencias.

Coste-efectividad de mirabegrón en el síndrome de vejiga hiperactiva

El síndrome de vejiga hiperactiva (SVH) se caracteriza por la urgencia urinaria, habitualmente junto con un incremento de la frecuencia, y de nocturia con o sin incontinencia de urgencia, en ausencia de infección urinaria. El SVH constituye un problema de salud importante en base a su elevada prevalencia a partir de los 65 años y la reducción en calidad de vida que produce. No obstante lo expuesto, la gran mayoría de los pacientes no buscan atención sanitaria, considerando que ello se trata de un problema normal asociado a la edad.

Mirabegrón (MIR) es un agonista de los receptores β3 adrenérgicos con indicación en el tratamiento sintomático de la urgencia, el aumento de la frecuencia miccional y/o la incontinencia de urgencia en pacientes con SVH. Existen asimismo otros fármacos, como tolterodina (TOL), solifenacina (SOL) y fesoterodina (FES) que, en base a su acción antimuscarínica, se utilizan en el mismo tipo de pacientes. Por ello, es importante estimar la eficiencia del nuevo fármaco, MIR, en relación a los ya existentes.

Para el análisis farmacoeconómico1 se diseñó un modelo de decisión mediante un modelo de Markov que, desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud (SNS) español y de la sociedad y para un horizonte temporal de 5 años, simulara la evolución de una cohorte de pacientes con SVH y estimara tanto los costes como los beneficios asociados a los diferentes fármacos. La población de estudio estuvo compuesta por población general naive o bien por pacientes tratados con anterioridad. En la primera se inicia con la administración diaria de MIR 50 mg o de un antimuscarínico (TOL 4 mg; SOL 5 o 10 mg; FES 4 u 8 mg). Los pacientes pueden cambiar mensualmente a otro tratamiento por fracaso terapéutico, por ineficacia, por retirada asociada a efectos adversos o incluso por abandono del tratamiento. En caso de fracaso de la segunda línea de tratamiento, el paciente recibe toxina botulínica. Por su parte, la población previamente tratada no recibe un nuevo tratamiento tras el fracaso, aunque se les puede administrar toxina botulínica. Finalmente, el modelo contempla la evolución de la gravedad de la patología así como la incidencia de efectos adversos, lo cual modifica entonces la calidad de vida de los pacientes de la cohorte.

Los datos de eficacia y seguridad se extrajeron de un ensayo clínico (MIR vs. TOL) y de una comparación indirecta de SOL vs. FES. Para estimar los datos de calidad de vida se recurrió a un instrumento específico en SVH: el Overactive Bladder Questionnaire (OAB-q). Finalmente, desde la perspectiva del SNS se imputaron los costes sanitarios directos (fármacos, toxina botulínica, absorbentes urinarios, consultas médicas, hospitalizaciones y tratamiento de los efectos adversos), adicionando los costes indirectos (falta de productividad laboral) cuando el análisis se realiza desde la perspectiva social. Todos los recursos incluidos se valoraron mediante datos de fuentes españolas. Finalmente se efectuaron diversos análisis de sensibilidad determinísticos (modificando los valores de las variables) y probabilísticos (mediante simulación de Monte Carlo).

La comparación indirecta de los antimuscarínicos mostró una eficacia similar entre éstos y MIR; únicamente se apreció una ligera menor incidencia con el uso de este último de sequedad de boca y estreñimiento, lo cual obligaba en alguna ocasión a abandonar el tratamiento. La mayor tolerabilidad de MIR fue la responsable de la obtención de un beneficio sensiblemente superior. Por ello, los resultados –en la población general naive o en la previamente tratada– mostraron que la alternativa evaluada (MIR) presentaba un incremento de costes así como de la calidad de vida (expresada en años de vida ajustados a calidad, AVAC), respecto de la alternativa TOL, estimándose un ratio coste-efectividad incremental (RCEI) inferior a los umbrales habitualmente establecidos en España.

El análisis probabilístico corroboró que MIR sería más eficiente que TOL para los umbrales habituales de eficiencia. Respecto de SOL y FES se obtuvieron unos resultados mejores que respecto de TOL, observándose que MIR era dominante respecto de ambos (por menor coste y mayor beneficio). En la Tabla 1 se muestran los resultados desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud de España.

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Los autores concluyen que, según los resultados de este análisis, el tratamiento con mirabegrón de los pacientes con síndrome de vejiga hiperactiva sería coste-efectivo frente a los fármacos antimuscarínicos tolterodina, solifenacina y fesoterodina. No obstante, sería precisa la realización de un ensayo clínico que comparara de forma directa dichos fármacos para confirmar los resultados obtenidos, dada la escasísima diferencia estimada del beneficio obtenido por mirabegrón de 0,01 AVAC en un horizonte temporal de 5 años.

Consideraciones farmacoterapéuticas en el manejo de las enfermedades respiratorias en pequeños animales

Resumen

El término enfermedad respiratoria incluye cualquier desorden del árbol pulmonar, incluyendo enfermedades infecciosas o no infecciosas de la cavidad nasal y senos, orofaringe posterior, laringe, tráquea, bronquios, parénquima pulmonar y cavidad pleural. Las enfermedades respiratorias son comunes en perros y gatos, tanto jóvenes como los de edades avanzadas. En todos ellos, los signos clínicos clásicos como tos o disnea, también pueden producirse debido a desordenes secundarios de patologías en otros sistemas, como una insuficiencia cardíaca. En los animales jóvenes, la inmadurez del sistema inmune, mientras que en animales mayores, cambios degenerativos crónicos que aumentan la viscosidad de las secreciones bronquiales, alteran el aclaramiento mucociliar y la anergia inmunológica facilitando la infección y expansión de patógenos en las vías respiratorias.

Este artículo está centrado en los fármacos utilizados para tratar enfermedades respiratorias, en las cuales la causa primaria no es debida a agentes infecciosos o parásitos. En las patologías del aparato respiratorio es preciso establecer en primer término dos aspectos esenciales, como son la causa y las características temporales del cuadro observado.

La etiología

En el tratamiento de las enfermedades respiratorias es fundamental, como ante cualquier patología, alcanzar un diagnóstico etiológico adecuado, tener en cuenta los objetivos terapéuticos, las comorbilidades en cada paciente en particular y las contraindicaciones y efectos adversos que puede conllevar la elección de la medicación.

Los factores que desencadenan la enfermedad y sus manifestaciones se pueden clasificar en:

  1. Extrínsecos o atópicos (alérgica). Se trata de una reacción de hipersensibilidad tipo 1 por exposición a alérgenos. Se desencadena por antígenos ambientales como polen, polvo, etc., que estimulan la inducción de linfocitos Th2 que liberan citoquinas como la IL-4 e IL-5. Éstas facilitan la producción de inmunoglobulina E por los linfocitos B, la proliferación de mastocitos, el crecimiento y activación de eosinófilos y la proliferación de sus progenitores en la médula ósea.
  2. Intrínsecos (idiosincráticos). Los mecanismos que originan la enfermedad son no inmunitarios, tales como irritantes o agentes infecciosos.

La rapidez de la presentación y la duración

El curso temporal de los signos y síntomas de la enfermedad respiratoria pueden reflejar la enfermedad subyacente:

  1. Agudo. Se manifiestan rápidamente pero son de corta duración. Por ejemplo, la traqueobronquitis infecciosa.
  2. Crónico. Se desarrollan con lentitud pero duran mucho tiempo. Algunas de las más comunes son la bronquitis crónica canina y la enfermedad de las vías aéreas bajas felina (asma). Es importante considerar que la terapia continua es la clave para lograr resultados exitosos en el que se puede cumplir el paradigma de enfermedad controlada pero no curada.

Independientemente de la causa, la inflamación y/u obstrucción del tracto respiratorio produce un número relativamente pequeño de signos clínicos. Estos incluyen estornudo, tos, descarga nasal, ruidos respiratorios, patrón respiratorio no efectivo –cuando el patrón de un individuo no responde, la velocidad, profundidad y ritmo no se adaptan a los cambios fisiológicos, y en el caso de las enfermedades respiratorias aparece incremento ritmo respiratorio, incremento o reducción de la profundidad de respiración–, letargo e intolerancia al ejercicio.

La mayoría de las alteraciones respiratorias cursan con la combinación de estos signos que se producen simultáneamente, si bien la mayoría de las patologías respiratorias coinciden con la aparición de un mismo síntoma, la disnea (dificultad para respirar), por lo cual la administración de fármacos debe tener como objetivo principal contrarrestar esa dificultad, ya sea dilatando los bronquios o previniendo la aparición de nuevos episodios.

En el manejo del paciente respiratorio es muy importante, además del tratamiento específico de la patología de base, el tratamiento inespecífico de apoyo y de sostén, que consiste en una serie de medidas adicionales coadyuvantes al tratamiento farmacológico, como evitar los irritantes ambientales, control de peso o su reducción, y promover la humidificación de las secreciones en aquellos pacientes que lo requieran, a través de nebulizaciones que pueden realizarse solo con solución fisiológica o incorporando la medicación. Para ello, también se deben conocer las particularidades de cada fármaco, el tipo de nebulizador necesario y tener en cuenta las particularidades de la especie o raza a tratar, con consideraciones como la predisposición al desarrollo de broncoespasmo.

La fisiología del aparato respiratorio

Los aspectos básicos de la fisiología de la respiración (regulación del músculo liso de las vías respiratorias y de los vasos y las glándulas pulmonares) son considerados fundamentales para el estudio de las enfermedades respiratorias y su tratamiento. Resulta importante el conocimiento de los diferentes neurotransmisores que participan en la función respiratoria periférica, para intentar su modulación farmacológica en determinadas patologías. En este sentido, es preciso el conocimiento de la inervación de las vías respiratorias debido a que es, a través del fortalecimiento o inhibición del efecto de determinados neurotransmisores o mediadores de la inflamación, la forma de controlar una reacción exacerbada, por ejemplo una bronconstricción, presente en muchas de las patologías respiratorias.

INERVACIÓN DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS

Las vías aferentes

La presencia de nervios aferentes se restringe a tres tipos de receptores: los receptores de adaptación rápida, los de adaptación lenta (irritación) y las fibras C (bronquiales y pulmonares).

Los estímulos físicos (el aire frío) o químicos (amoniaco, el dióxido de azufre, el humo de tabaco y la capsaicina, así como diversos mediadores inflamatorios endógenos) provocan tos, broncoconstricción y secreción de mucosidad, al actuar sobre receptores de irritación de fibras mielinizadas en las vías respiratorias superiores y/o sobre receptores de fibras C en las vías respiratorias inferiores. Las fibras C pulmonares corresponden a los denominados receptores J y presentan estrecha proximidad a los capilares pulmonares y alvéolos. La estimulación de las fibras C bronquiales produce broncoconstricción refleja, incremento en la secreción de moco en las vías aéreas, hipotensión, bradicardia, respiración rápida y superficial o apnea.

Además, las fibras sensitivas no mielinizadas –asociadas a los receptores de irritación en los pulmones– liberan taquicininas (SP, NKA y NKB) que actúan sobre el músculo liso y sobre las células secretoras e inflamatorias, produciendo inflamación neurogénica. Las fibras C sensitivas no mielinizadas y los receptores de irritación de adaptación rápida, asociados a fibras mielinizadas vagales, desempeñan igualmente una función relevante en este proceso. Los receptores de estiramiento de adaptación lenta controlan la respiración a través del centro respiratorio.

Las vías eferentes

Dentro de la estructura de inervación del sistema bronquial, se puede destacar en primer lugar un predominio de la inervación parasimpática en la musculatura lisa. El nervio vago proporciona la inervación del tracto respiratorio y sensorial de las fibras pulmonares que se originan en la raíz dorsal de los ganglios, las mismas que recorren alrededor de los nervios simpáticos. El nervio vago se divide en laríngeo superior y recurrente laríngeo, que llevan ambos fibras sensoriales y preganglionares parasimpáticas a la tráquea y los bronquios principales; además, pequeñas ramas vagales proporcionan inervación al resto de las vías respiratorias.

Los ganglios parasimpáticos se localizan en las paredes de los bronquios y los bronquiolos mientras que las fibras posganglionares inervan la musculatura lisa de las vías respiratorias y de los vasos y las glándulas sobre las que se libera acetilcolina (ACh), que interactúa con los receptores muscarínicos, desencadenando, a grandes rasgos, las repercusiones funcionales siguientes:

  • Los receptores M1, en ganglios parasimpáticos, facilitan la neurotransmisión mientras que en las glándulas incrementan la secreción.
  • Los receptores M2 se localizan en las estructuras presinápticas, en la que inhiben la liberación de ACh, y también están expresados en la musculatura lisa bronquial.
  • Los receptores M3, una vez activados, promueven el incremento de la liberación de mucosidad en las glándulas, mientras que en el músculo liso participan en la contracción.
  • Los receptores M4, localizados en la pared alveolar, controlarían la liberación de surfactante.

El diámetro de las vías aéreas está determinado por el tono bronquial fisiológico, que es complejo y no está completamente estudiado en las diferentes especies. Por ejemplo, en perros y gatos el sistema eferente primario es el sistema nervioso parasimpático y el principal neurotransmisor la ACh, que media un tono basal, que es mínimo en perros y medio en gatos. A pesar de ello, las vías periféricas son más sensibles a la ACh en perros que en los gatos. En general, las vías aéreas en gatos son más sensibles a la ACh, que a la histamina.

Sin embargo, a diferencia de los perros, en el pulmón del gato se han identificado al menos 5 tipos de receptores sensoriales, clasificados como irritantes (mecanorreceptores) de tensión que responden a ACh. Los irritantes se encuentran bajo el epitelio respiratorio en las vías aéreas superiores y en gatos en zonas tan distales como los alveolos. El mayor número de tipos y mayor distribución de receptores que responden a ACh podría explicar, parcialmente, la severidad de los signos clínicos asociados con la bronquitis felina, en comparación a la bronquitis canina. Asimismo, las vías aéreas del perro (en relación a su superficie corporal) son enormes, comparadas con las de los gatos, y los cambios en el tono bronco-motor en perros provocan cambios clínicos relativamente triviales en comparación con el gato.

La velocidad del flujo aéreo es el factor más crítico determinante de la estimulación de los receptores irritantes en las vías aéreas superiores. Una constricción de las vías aéreas suficiente para producir una velocidad de flujo de aire que exceda el umbral específico produce tos refleja y broncoconstricción mediadas vagalmente. Las vías aéreas también se ocluyen por moco y edema o por mediadores químicos liberados en infecciones de vías aéreas superiores.

En cuanto a la inervación simpática, se puede indicar que resulta irrelevante funcionalmente en términos del mantenimiento fisiológico del tono bronquial. Las fibras nerviosas preganglionares, que se originan en los seis segmentos torácicos superiores de la médula espinal, hacen sinapsis en los ganglios cervicales medio e inferior y en los cuatro ganglios torácicos prevertebrales superiores. Las fibras nerviosas postganglionares se dirigen al pulmón, donde entran por el hilio y se mezclan entre los nervios colinérgicos formando un denso plexo alrededor de las vías aéreas y los vasos sanguíneos. Las fibras simpáticas inervan los vasos sanguíneos bronquiales, las glándulas submucosas y los ganglios parasimpáticos. Adicionalmente, se debe indicar que a pesar de que el aparato respiratorio presente una pobre inervación del sistema nervioso simpático, existen abundantes receptores β2 adrenérgicos distribuidos por el músculo liso de las vías respiratorias de grueso y pequeño calibre (desde la tráquea hasta los bronquiolos terminales), así como en el epitelio traqueobronquial, las glándulas submucosas, el músculo liso vascular, las paredes alveolares y los mastocitos. Estos receptores pueden ser activados por las catecolaminas circulantes liberadas desde la médula adrenal, que a su vez permiten una regulación farmacológica de la función respiratoria.

La activación de los receptores β2 adrenérgicos origina broncodilatación, vasodilatación, inhibición de la liberación de mediadores, aumento del aclaramiento mucociliar (favorecen la eliminación de mucosidad mediante su acción sobre los cilios), etc. En la musculatura lisa del árbol traqueobronquial también existen receptores α adrenérgicos, aunque en una proporción no relevante funcionalmente. Por su parte, el bloqueo de los receptores β2 adrenérgicos no modifica el tono bronquial en el individuo sano pero provoca broncoconstricción en el asmático, lo que indica que en estos pacientes existiría una activación tónica de los receptores β, necesaria para mantener un bajo nivel de resistencia al flujo de aire.

Las vías respiratorias también se encuentran reguladas por neurotransmisores/neuromoduladores no adrenérgicos-no colinérgicos, como el péptido intestinal vasoactivo (VIP) o el óxido nítrico (NO), que producen broncodilatación, existiendo variaciones considerables entre especies.

Conceptos básicos de la función respiratoria y sus alteraciones

Algunos conceptos clave para comprender el funcionamiento del aparato respiratorio se resumen a continuación:

  • Ventilación: este término es utilizado para designar la entrada y salida de aire de los pulmones, es únicamente la conducción.
  • Respiración: es el intercambio gaseoso a través de las membranas pulmonares. La conducción hasta los bronquiolos terminales es el espacio muerto gaseoso, solo entra y sale aire. Más adelante existe una pequeña densidad de sacos alveolares donde ya empieza a existir intercambio gaseoso (difusión) para finalmente encontrar al conducto alveolar propiamente dicho.
  • Volumen tidal: es el volumen donde no existe intercambio gaseoso. Representa aproximadamente el 30% de la ventilación del espacio muerto. En las patologías que se incrementa el espacio muerto anatómico, se reduce el alveolar. Según la proporción en que uno aumenta y el otro disminuye, se establece una relación directa con la gravedad del proceso.

Principales alteraciones en el sistema respiratorio

La aproximación inicial al paciente con distrés respiratorio implica la localización de la zona afectada y la realización de un diagnóstico diferencial basado en el historial del paciente, signos y hallazgos en el examen físico.

La localización de la zona afectada es la clave para determinar la mejor opción en el manejo terapéutico. La disfunción respiratoria se produce por:

  1. Dificultad en conseguir oxígeno en los pulmones (obstrucción de las vías aéreas superiores, efusión pleural o enfermedad de las vías inferiores).
  2. Dificultad en el intercambio gaseoso (por ejemplo, alteración en la membrana alveolo-capilar provocado por un edema, neoplasia o hemorragia).
Procesos que afectan a la ventilación

Dentro de los procesos que afectan la ventilación podemos diferenciar (Figura 1):

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Figura 1. Procesos que afectan a la ventilación en la enfermedad respiratoria.

  1. Procesos restrictivos, son aquellos en los que hay dificultad en el flujo inspiratorio o de entrada, por ejemplo, en:
    • Atelectasia o colapso pulmonar: defecto en la formación de sustancias tensoactivas/surfactantes sintetizadas por las células denominadas neumocitos tipo II.
    • Condensación: infiltración por aumento de la permeabilidad de los capilares alveolares que determina que pase infiltrado alveolar al parénquima.
    • Fibrosis pulmonar.
  2. Procesos obstructivos. La capacidad pulmonar total (el volumen gaseoso por inspiración máxima) y el volumen residual (lo que queda tras coger aire y espirar con todas las fuerzas) están aumentados, lo que significa que hay CO2 retenido. Los procesos obstructivos respiratorios, fundamentalmente el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), son trastornos muy frecuentes que se asocian con una considerable morbimortalidad.
  3. Obstrucción fija al flujo espiratorio/de salida. EPOC cursa con bronquitis crónica o enfisema pulmonar. En la bronquitis crónica hay tos persistente en periodos superiores a 3 meses acompañado de hipersecreción mucosa, taponamiento de las vías e inflamación. Si afecta a las vías respiratorias altas, donde no existe intercambio gaseoso, también se presenta broncoespasmo. El enfisema cursa con afectación de zonas de intercambio gaseoso, presenta destrucción de las paredes interlobulillares (los alveolos son como un panel) y no suele existir secreción mucosa.
  4. Obstrucción reversible al flujo espiratorio/de salida. En el asma en su fase temprana, en la fase de hiperreactividad bronquial (por alteración del equilibrio sistema nervioso simpático/parasimpático, o por lesión del epitelio) o broncoespasmo, no existe inflamación. En su fase tardía, el asma presenta inflamación asociada con el estrechamiento de las vías, que incrementa la resistencia al paso del aire, empeora la tos y perpetúa la inflamación.

Asimismo, se puede considerar la existencia de diferencias fenotípicas, como el fenotipo eosinofílico o neutrofílico según la célula predominante en el esputo, con marcada diferencia en la respuesta a la terapia tradicional entre ambos (muy buena en el primer caso y variable en el segundo). Estas diferencias fenotípicas probablemente sean más útiles en la búsqueda del tratamiento personalizado adecuado para pacientes con asma severo o de difícil control.

El asma en gato puede presentarse como urgencia cuando presenta broncoconstricción en un grado de moderado a grave y los perros pueden presentar un incremento de tos y sibilancias.

La administración de fármacos

La falta de selectividad tisular o receptorial de los fármacos utilizados en el tratamiento de las enfermedades del aparato respiratorio hace que su uso por vía oral o parenteral implique el riesgo de reacciones adversas. Estas condiciones han llevado al desarrollo de medicamentos para ser administrados localmente, vía inhalatoria, lo cual, en adición a las características fisicoquímicas de cada fármaco, reduce drásticamente su absorción y sus efectos sistémicos, reduciendo también la aparición de reacciones adversas (Figura 2).

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Figura 2. La administración de fármacos por vía inhalatoria.

El inconveniente de la técnica inhalatoria reside en la dificultad para utilizarla con el máximo rendimiento, con lo que se puede perder buena parte de la dosis administrada y no alcanzar el objetivo deseable; en estos casos, será preciso completar mediante vías alternativas.

La administración por vía inhalatoria (aerosolterapia) permite el suministro del medicamento a pacientes en tratamientos de mantenimiento, si bien en casos de falta de eficacia en el manejo, en las agudizaciones estacionales, ante cambios ambientales o situaciones de estrés, o en urgencias se podría requerir incorporar fármacos por vía sistémica (intramuscular, subcutánea, oral, etc.).

En términos generales, existen tres métodos principales de administración de los medicamentos inhalados:

  1. Inhaladores dispensadores de dosis fija –también llamados inhaladores dosificadores (MDI, “metered-dose inhaler”)–. Crean partículas por medio de un gas comprimido que propulsa una dosis fija de fármaco que sale del dispositivo al activar el dispensador. Los dispensadores suelen ser fáciles de usar, pero se necesita cierta coordinación entre la inhalación y la activación del dispensador. La distribución de las partículas en las vías aéreas depende de:
    • El tamaño de la partícula: si son mayores de 10 micras se depositarán en las vías superiores, de 5 a 10 micras alcanzan las vías inferiores, y de 1 a 5 micras alcanzan la periferia del pulmón.
    • El volumen tidal del paciente.
    • El flujo inspiratorio.
    • La capacidad para mantener la respiración.
  2. Inhaladores de polvo seco (DPI, dry-powder inhaler). La inspiración crea un flujo turbulento en el aparato, que produce un aerosol y esparce un polvo seco. No se utiliza en animales por su incapacidad para generar una fuerza de inspiración lo suficientemente potente como para activar el dispositivo.
  3. Nebulizadores. Deben acompañarse de ligeros golpes para movilizar las secreciones (coupage). Pasan un gas comprimido, como el oxígeno, a través de la formulación líquida de un fármaco para convertirlo en una neblina que es inhalada. No son portátiles pero pueden utilizarse en la clínica o en casa para tratar exacerbaciones agudas de asma y son fáciles de usar para administrar el tratamiento mediante inhalación.

La administración de fármacos por vía inhalatoria requiere el uso de una aerocámara o espaciador, un sencillo entrenamiento del propietario y la adaptación del paciente. Existen aerocámaras comerciales diseñadas para perros y gatos, o bien pueden fabricarse con mascarillas o botellas desechables. La ventaja del dispositivo comercial es que tienen una válvula unidireccional de baja resistencia que permite a las partículas del aerosol estar contenidas en la cámara hasta que el esfuerzo inspiratorio abra la válvula, resultando una administración más eficiente de los fármacos. Como no es posible forzar la inspiración del paciente al momento de la aplicación del producto, este se aplica en la aerocámara o espaciador y se deja colocada a modo de mascarilla para que el paciente inspire 7-10 veces dentro de ella asegurándose así la inhalación del fármaco.

Principales grupos de fármacos utilizados en el manejo de enfermedades respiratorias

Broncodilatadores

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Figura 3. Fármacos agonistas β-adrenérgicos.

En general se puede indicar que los fármacos con efectos broncodilatadores que analizaremos a continuación precisan de broncoconstricción previa.

Agonistas β-adrenérgicos

Las acciones farmacológicas de los agonistas β-adrenérgicos dependen de su capacidad para estimular específicamente los receptores β1 o β2, siendo los agonistas β2 los broncodilatadores más efectivos disponibles en la actualidad; sin embargo, en determinadas situaciones podría estar justificado el uso de agonistas no selectivos (Figura 3).

Agonistas no selectivos β-adrenérgicos

Estimulan tanto a los receptores adrenérgicos β1 como β2. Son el isoproterenol, la adrenalina (α y β) y la efedrina. Se han utilizado durante mucho tiempo en la terapia de enfermedades agudas y crónicas, pero ha sido preciso modificar la estructura de las catecolaminas para incrementar la selectividad para los β2-adrenérgicos y evitar los efectos cardiacos adversos derivados de la activación de los receptores β1-adrenérgicos. La rápida inactivación de las catecolaminas por los mecanismos de captación y degradación enzimática (monoamino oxidasa, MAO, y catecol O-metiltransferasa, COMT) determinan la brevedad de sus efectos y la escasa utilidad de la vía oral; por ello, también se ha buscado modificar la estructura catecol para incrementar su resistencia a la inactivación y conseguir de este modo una mayor biodisponibilidad y prolongación de los efectos.

La adrenalina y el isoproterenol pueden administrarse de forma parenteral, aunque para evitar la rapidez de sus efectos también pueden administrarse por vía oral en terapias crónicas.

Los fármacos con acción agonista α, como efedrina o adrenalina, pueden ser útiles como descongestionantes por ser capaces de reducir el edema de las mucosas de las vías respiratorias, pero sus efectos fuera del aparato respiratorio (vasoconstricción e hipertensión sistémica) resultan contraproducentes.

Agonistas selectivos β-adrenérgicos

Los agonistas β2-adrenérgicos producen broncodilatación, independientemente del estímulo. Presentan acciones farmacológicas con las siguientes características:

  • Son los broncodilatadores más rápidos y eficaces de los que se dispone. Los agonistas β2 son los broncodilatadores más eficaces en el asma porque actúan como antagonistas funcionales y contrarrestan el efecto broncoconstrictor de múltiples mediadores.
  • Los principales efectos beneficiosos en el asma se derivan de la acción selectiva β2; actualmente se dispone de fármacos que muestran gran selectividad receptorial además de ser resistentes a la degradación enzimática, lo que repercute en una mejor biodisponibilidad y prolongación de los efectos.
  • En virtud de la expresión de los receptores, los agonistas β2-adrenérgicos originan relajación de la musculatura lisa, desde la tráquea hasta los bronquiolos terminales, independientemente del espasmógeno implicado, protegiendo frente a cualquier estímulo broncoconstrictor. Esta relajación aumenta con la dosis, pero por encima de una dosis máxima –que varía en función del cuadro clínico y de su gravedad– no aumenta la intensidad sino la duración del efecto.

En veterinaria, no se ha constatado que los agonistas β2 adrenérgicos inhiban la función de macrófagos y eosinófilos pulmonares. Por tanto, incluso en tratamientos prolongados, no modificarían la respuesta inflamatoria tardía a los alérgenos ni suprimirían la hiperreactividad bronquial. Cuando se utilizan exclusivamente β2 en el tratamiento profiláctico del asma, su potente acción broncodilatadora enmascara la inflamación subyacente, provocando el efecto rebote al suspender el tratamiento. De hecho, es necesario asociarlos a medicación antiinflamatoria (glucocorticoides). Este problema es particularmente relevante si se utilizan los nuevos agentes de acción ultralarga, que en pacientes asmáticos deben asociarse a corticoides inhalados, evitándose su uso en monoterapia. Los β2 también han mostrado gran valor para relajar la vía aérea en el tratamiento de EPOC estable. En bronquitis crónica y enfisema se prefieren los anticolinérgicos por su eficacia.

Tipos de agonistas selectivos β2

a) De corta duración de acción: Salbutamol, Terbutalina…

Todos los fármacos de este grupo son relativamente seguros en animales. El salbutamol (o albuterol) es un racemato de R-albuterol, que es la forma farmacológicamente activa, y S-albuterol, que es la forma inactiva y que puede inducir inflamación y broncoconstricción paradójicas. La terbulatina es un agonista β2 similar al isoproterenol.

Presentan un inicio rápido de acción de 15 a 30 min (si bien su acción se inicia a los 3 min, por lo que se indican en “terapias de rescate”) y un efecto de corta duración, de 4 a 6 horas. Sufren metabolismo de primer paso, y tienen menor biodisponibilidad sistémica tras la administración oral; por ello, las dosis orales son muy superiores a las parenterales.

Son buenos candidatos para aliviar los ataques agudos de asma y los episodios disneicos agudos (inhaladores de rescate). No obstante, esta característica hace que sean malos candidatos para controlar el asma nocturno y para prevenir los ataques, aunque puedan utilizarse profilácticamente antes de que el paciente sea expuesto a un desencadenante conocido, como puede ser el ejercicio físico.

Cuando se presentan signos severos que comprometen la vida del paciente, se requiere un tratamiento inicial agresivo que se puede administrar cada 10-30 min hasta la remisión de la crisis aguda, para seguir con el tratamiento indicado en pacientes crónicos. Cuando no hay experiencia previa a los β-adrenérgicos inhalados, es una buena opción en animales hospitalizados o ambulatorios.

Cuando se emplean en nebulizadores, van diluidos en solución salina y, puesto que las partículas son mayores que las de los inhaladores, deben administrarse dosis superiores (no por ello son más eficaces). En tratamientos de mantenimiento se pueden administrar por vía oral.

b) De larga duración de acción: formoterol, salmeterol

Presentan gran estabilidad metabólica, con un incremento de la lipofilia de la molécula que confiere unas características especiales de unión a los receptores β2-adrenérgicos. Los efectos tienen una duración de 12 a 24 h y comienzan a actuar aproximadamente a los 30 minutos, por lo que no son efectivos en terapias de rescate, pero sí les hace buenos candidatos para prevenir la broncoconstricción. Son particularmente útiles en tratamiento de asma nocturno y broncoespasmo en pacientes con EPOC.

Por otra parte, aunque son buenos controladores del asma, no tratan la inflamación subyacente. Si bien tienen un leve efecto antiinflamatorio, está contraindicado su uso como monoterapia, ya que la inflamación crónica de las vías aéreas, sintomática o no, requiere el uso de antiinflamatorios más potentes como los corticoides. Dado que los glucocorticoides reducen el riesgo de exacerbación del asma, la reducción o el abandono de estos glucocorticoides aumenta el riesgo de sufrir una crisis. Se deben utilizar solo en combinación con glucocorticoides inhalados: la asociación de glucocorticoides con β-adrenérgicos es sinérgica y permite reducir la dosis minimizando la tolerancia y evitando la necesidad de tener que aumentarla con el peligro asociado de desarrollar reacciones adversas.

c) De duración ultralarga: indacaterol, olodaterol

Son agonistas altamente selectivos de duración ultralarga, cuyo efecto dura más de 24 h. En monoterapia inhalatoria están contraindicados en pacientes asmáticos y deben administrarse en asociación con glucocorticoides inhalados. Por vía oral sufren un primer paso muy importante –se absorbe solo el 10%–, necesitando la administración de 3 a 4 veces al día, además de presentar una elevada incidencia de efectos secundarios.

Reacciones adversas

Las reacciones adversas guardan estrecha relación con la dosis y la vía de administración y están asociadas con la estimulación simpática; por tanto, son mayores por vía oral o parenteral y mínimas por vía inhalatoria. Por vía oral, con frecuencia se presenta: temblor fino de extremidades, taquicardia y palpitaciones (por acción directa β1 y vasodilatación), intranquilidad y nerviosismo. Por vía subcutánea, son frecuentes los efectos cardiovasculares. Por vía intravenosa, producen arritmias si hay alteraciones cardiacas previas o en asociación con teofilina.

Además, los agonistas β deben administrarse con precaución en diabéticos porque incrementan el riesgo de cetoacidosis. También pueden producir hipopotasemia y favorecer el desarrollo de arritmias cardiacas.

Cuanto mayor es la selectividad β2-adrenérgica, menor es el efecto taquicardizante y arritmogénico β1, aunque los β2 selectivos también producen taquicardia por diversos mecanismos:

  1. Como mecanismo reflejo a la vasodilatación e hipotensión.
  2. La selectividad β es relativa, a dosis suficientemente elevadas pueden producir efectos β1.
  3. En el corazón existe una pequeña población de receptores β2.

La selectividad de los efectos sobre receptores β2 respecto a los β1 se aumenta considerablemente al utilizar la vía inhalatoria, pues se consiguen concentraciones en las vías respiratorias tan elevadas como las que se obtienen por vía oral o intravenosa pero con concentraciones plasmáticas mucho más bajas, reduciendo la aparición e intensidad de reacciones adversas.

Tolerancia

Es posible que aparezca tolerancia a los agonistas β2-adrenérgicos con disminución de la eficacia, aunque existe disparidad de opiniones sobre su incidencia real y su valor clínico. La ineficacia progresiva que a veces se observa puede deberse a una hiposensibilidad real de los receptores β o al agravamiento del curso natural de la enfermedad. Estas reacciones son menores y prácticamente indetectables si se administran adecuadamente por vía inhalatoria a las dosis prescritas.

En el asma, a medida que aumenta la gravedad del mismo, disminuye la capacidad broncodilatadora de los agentes β2-adrenérgicos, sin que se produzca una disminución en el número de receptores presentes en el músculo liso bronquial. También existe disfunción de los receptores β de membrana en los linfocitos pulmonares de individuos asmáticos. Se ha propuesto que la fosfolipasa A2 –activada por alérgenos a través de la movilización de ácido araquidónico y del factor activador de plaquetas– no sólo está vinculada a la reacción inflamatoria, sino que también es capaz de reducir la función de los receptores β-adrenérgicos. Se sugiere que la lisofosfatidilcolina y los metabolitos del ácido araquidónico pueden producir desacoplamiento entre el receptor y la adenilato ciclasa. La consecuencia final será una pérdida de la capacidad relajante muscular.

Anticolinérgicos

La actividad parasimpática aumenta a través de reflejos neuronales vagales broncoconstrictores desencadenados por la estimulación de terminaciones sensoriales próximas a las células epiteliales (receptores de “irritantes”). Los estímulos desencadenantes pueden ser muy variados. Tanto en el asma como en la bronquitis crónica existe una hiperreactividad de los bronquios a estos estímulos, que puede deberse a un estado de hiperexcitabilidad a cualquier nivel del arco reflejo vagal: receptores, centros integradores o células efectoras.

Los fármacos anticolinérgicos bloquean competitivamente la acción de la ACh liberada en las terminaciones nerviosas parasimpáticas que llegan al músculo liso bronquial. Su eficacia terapéutica, por lo tanto, dependerá de hasta qué punto el reflejo colinérgico broncoconstrictor contribuya al broncoespasmo total presente en el cuadro clínico concreto.

En virtud de sus acciones farmacológicas, el antagonista colinérgico ideal para el tratamiento de asma y EPOC sería aquel que bloqueara los receptores M1 y M3 pero no a los M2. En condiciones normales, existe un bajo nivel de actividad tónica basal en la musculatura lisa bronquial, que depende del tono colinérgico. El tono colinérgico es mayor en la EPOC que en el asma; además, en el asma, un componente broncoconstrictor fundamental es la liberación de mediadores como histamina o leucotrienos, frente a los cuales los fármacos anticolinérgicos son ineficaces. Todo ello determina que estos agentes sean más útiles en EPOC que en asma. Estos fármacos producen una inhibición menor de la sensibilidad provocada con histamina, bradicinina, PGF2α, y protegen muy poco frente a la broncoconstricción inducida por serotonina o leucotrienos.

Los antagonistas muscarínicos derivados de amonio cuaternario se utilizan en patología respiratoria en mayor medida que los derivados de amonio terciario, como la atropina, ya que ofrecen como ventaja la ausencia de efectos sistémicos cuando se administran por vía inhalatoria, debido a su baja capacidad para atravesar barreras biológicas. Su administración por vía inhalatoria ha hecho posible el incremento de la concentración local, produciendo broncodilatación y minimizando los efectos secundarios propios del bloqueo muscarínico en otros órganos. Los anticolinérgicos inhalados constituyen la primera línea de tratamiento para la EPOC, junto con los agonistas β2, con los que muestran una acción sinérgica cuando se administran en asociación. Los pacientes con EPOC no presentan broncoconstricción con estímulos indirectos como el ejercicio o la bradicinina (Figura 4).

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Figura 4. Principales grupos de fármacos utilizados como broncodilatadores.

El tratamiento a largo plazo con antagonistas muscarínicos por vía inhalatoria tan bien tolerado como el de los β2 agonistas inhalados, pero a diferencia de éstos, su eficacia se mantiene a largo plazo ya que no se ha observado el desarrollo de tolerancia o taquifilaxia.

Dentro de los principales anticolinérgicos podemos hacer mención a:

  • ATROPINA

Es un fármaco que tiene una aplicación limitada por sus efectos secundarios, siendo además su eficacia dependiente del grado del tono colinérgico presente en el broncoespasmo. Por vía intravenosa, sus efectos se evidencian tanto en las vías superiores como inferiores, mientras que su aplicación vía nebulización restringe sus efectos a las vías superiores.

Entre sus efectos colaterales derivados de su facilidad de paso de barreras biológicas y de su falta de selectividad frente a los receptores muscarínicos, se puede destacar la disminución del aclaramiento mucociliar, la reducción de la secreción mucosa y la secreción de agua y electrolitos hacia la tráquea. La reducción de la secreción bronquial es un efecto no deseado, producto del bloqueo colinérgico que tiene consecuencias variables, ya que, en situaciones de broncorrea, convendría limitar la secreción pero al mismo tiempo acarrearía un incremento en la densidad del esputo que hace más difícil su expulsión.

En situaciones de bronquitis crónica y enfisema, que cursan con un tono vagal aumentado, la atropina se emplea con frecuencia. Así también, el tono colinérgico es mayor en EPOC que en asma. La atropina puede ser combinada con agonistas β2 y glucocorticoides.

  • BROMURO DE IPRATROPIO

Es un fármaco que por su naturaleza polar presenta una absorción restringida, lo que minimiza sus efectos secundarios. Administrado por vía inhalatoria, solo el 10% puede alcanzar los bronquios (el resto es deglutido), y se absorbería menos de un 1% alcanzando niveles plasmáticos inapreciables.

Es un bloqueante no selectivo de los receptores muscarínicos, que no modifica ni el volumen ni las propiedades viscoelásticas de la secreción; además, presenta un efecto inhibidor del aclaramiento muy reducido que evita la acumulación de secreciones (como sí ocurre con la atropina). Puede ser administrado con los agonistas β2 adrenérgicos.

  • BROMURO DE TIOTROPIO

Es más potente y presenta mayor afinidad por los receptores muscarínicos (M1 y M3) que el ipratropio. La selectividad que presenta sobre los receptores M1 y M3 se debería a que la velocidad de disociación de éstos es muy lenta, disociándose más rápidamente de los receptores M2.

La latencia de sus efectos se produce más lentamente, pero el efecto dura más (≥24 horas), lo que facilitará el cumplimiento terapéutico y el mejor control de la sintomatología durante todo el día, incluido durante el reposo nocturno (pues permite pautas de una administración al día).

El tiotropio se posiciona en la primera línea de tratamiento sintomático de EPOC en cualquier nivel de gravedad. Su utilidad en EPOC radica en que al presentarse una lesión mayor en las vías periféricas, existe destrucción de parénquima, hay más fibrosis y secreción de moco, y en la lesión inflamatoria predominan neutrófilos y macrófagos (se liberan pocos mediadores inflamatorios). En el asma están afectadas todas las vías aéreas (sin implicar al parénquima) y las células más implicadas son eosinófilos y células cebadas; no obstante, están involucrados más de 50 mediadores inflamatorios.

No disminuye el aclaramiento ciliar y presenta pocos efectos secundarios (sequedad de boca…). Puede administrarse junto a β2 o glucocorticoides presentando mejores resultados que en monoterapia.

Metilxantinas

Las metilxantinas (teofilina, aminofilina) inducen relajación de la musculatura lisa mediante mecanismos complementarios –son inhibidores no selectivos de la fosfodiesterasa– a los producidos por los agonistas β2-adrenérgicos. Asimismo, produce un efecto inmunomodulador y antiinflamatorio, por lo que la teofilina puede ayudar a controlar el asma crónica de forma más efectiva de lo que se esperaría únicamente por su efecto broncodilatador.

Adicionalmente, las metilxantinas son antagonistas de los receptores de adenosina que se expresan en el músculo liso de las vías respiratorias y en mastocitos. El antagonismo de estos receptores podría desempeñar un papel importante a la hora de prevenir tanto la broncoconstricción como la inflamación. Se ha descrito que sustancias que son antagonistas de adenosina, pero que no inhiben la fosfodiesterasa, provocan poca broncodilatación, lo que sugeriría que el mecanismo principal de las metilxantinas es la inhibición de la fosfodiesterasa. Sin embargo, el antagonismo de los receptores de adenosina es también el responsable de muchos de los efectos secundarios de la teofilina, tales como el aumento de la ventilación durante la hipoxia, la mayor resistencia de los músculos diafragmáticos y la disminución de la liberación de los mediadores (normalmente estimulada por la adenosina en los mastocitos). Además, algunos efectos secundarios de la teofilina, como la taquicardia, la agitación psicomotora, la secreción de ácido gástrico y la diuresis (beneficioso en caso de edema) son producidos por el antagonismo sobre los receptores de adenosina.

La teofilina no es soluble en agua, por lo que sólo se puede administrar por vía oral. Están disponibles sales de teofilina para administración oral y parenteral (por ejemplo, la aminofilina tiene un 80% de teofilina). Asimismo, las características farmacocinéticas –con gran variabilidad interindividual en el metabolismo (fundamentalmente hepático)– sugieren que las dosis se deben establecer por la masa corporal magra. La teofilina tiene un amplio volumen de distribución, aunque no accede a todos los órganos.

Al contrario que en el hombre, en perro no se ve limitada por la unión a proteínas plasmáticas. En gatos se elimina más lentamente, necesitándose dosis menores que en perros, aunque muchas veces, las dosis de teofilina resultan empíricas.

Por todas estas consideraciones, su uso en el tratamiento del asma crónico ha disminuido, aunque aún se emplea con una monitorización cuando los agonistas β2 y los corticoides no son efectivos o están contraindicados. A veces se pueden aprovechar sus efectos sinérgicos, por ejemplo, con los agonistas β2 adrenérgicos (Figura 4).

La falta de selectividad de las metilxantinas induce múltiples mecanismos de acción y, por tanto, múltiples efectos adversos, presentando en general un estrecho margen de seguridad. Esta es la causa principal de que administración requiera de monitorización para el control de posibles reacciones adversas, como arritmias, convulsiones o alteraciones gastrointestinales (vómitos, diarrea, náuseas, polifagia).

Dentro de las interacciones importantes con otros fármacos, se puede hacer mención a algunos antibióticos, los cuales aumentan la semivida de la teofilina, y a los antiepilépticos, que la reducen.

Expectorantes y mucolíticos

Las células caliciformes de la mucosa y las células mucosas de las glándulas de la submucosa segregan moco, cuya función es proteger la mucosa traqueobronquial frente a agresiones físicas, químicas o biológicas. Las glándulas submucosas producen mucho más volumen de moco en comparación con las caliciformes. Ambas responden al contacto directo de gran cantidad de estímulos y tienen inervación directa predominantemente colinérgica. Tanto las células caliciformes como las glándulas submucosas están localizadas principalmente en las vías respiratorias centrales y se hacen cada vez menos frecuentes al disminuir el diámetro de estas vías.

La actividad ciliar (vías periféricas) y la tos (vías centrales) garantizan el drenaje mucoso. Diversas enfermedades pueden producir una alteración de este proceso: exceso de secreción, alteración de las características físicas (viscoelasticidad) del moco, depresión del tránsito ciliar o del reflejo tusígeno. El objetivo terapéutico será, por lo tanto, facilitar la expulsión de la secreción.

El moco es una capa protectora normal del tracto respiratorio, desde la cavidad nasal hasta los grandes bronquios. Actúa como barrera de infecciones y partículas irritantes. También aporta humificación a la vía aérea y participa en mantenimiento de un ambiente ideal para el movimiento ciliar. Para que la mucosidad puede atrapar las partículas (y puedan ser expulsadas) debe tener las propiedades físicas de viscosidad (resistencia al deslizamiento) y elasticidad (deformación con acumulación de energía liberable). La viscoelasticidad resultante condiciona la eficacia del transporte por tracción ciliar. La viscoelasticidad de la secreción normal depende principalmente del contenido de agua y de la glucoproteína o mucinas de alto peso molecular.

La viscosidad de la secreción mucosa pulmonar depende de la concentración de mucoproteínas y de ADN. Las cadenas de moco se enlazan por puentes disulfuro, que es el enlace que van a modificar algunos agentes mucolíticos. Los gatos se caracterizan por presentar residuos de ácido siálico que confiere una naturaleza particularmente viscosa al moco. Mientras las glucoproteínas maduras o mucinas de alto peso molecular confieren al moco sus características propiedades tipo gel y son los principales responsables de la viscosidad en el mucus normal, en la inflamación purulenta la concentración de ADN en el mucus incrementa (por el aumento de restos celulares), contribuyendo a una mayor viscosidad. La presencia de infecciones o de factores inflamatorios en las vías respiratorias que den lugar a la entrada de células inflamatorias y a fenómenos de lesión y destrucción celulares también puede ocasionar un aumento de la viscosidad del moco por la presencia de cantidades elevadas de ADN.

Teniendo en cuenta lo anterior, se entiende que las estrategias terapéuticas que reduzcan la infiltración y activación de células inflamatorias se traducirán también en una disminución de la secreción de moco y eventualmente de su viscosidad. Es importante resaltar que, aunque durante la formación del moco se incorpora agua en la matriz de gel del moco, la aplicación tópica de agua no se absorbe en el tapón mucoso.

Las enfermedades de las vías aéreas inferiores en perros y gatos producen grandes cantidades de exudado inflamatorio relativamente viscoso y moco que se adhiere a bronquiolos y bronquios, pudiendo exacerbar el estrechamiento de la luz bronquial y potenciando una tos persistente. En esta situación, la terapia mucolítica tiene valor clínico teóricamente para facilitar la resolución de la enfermedad respiratoria.

Los expectorantes y mucolíticos son fármacos que se utilizan para incrementar la expulsión de las secreciones bronquiales, mejorar el aclaramiento del exudado bronquial y promover una tos productiva. Desde el punto de vista fisiológico, un mucolítico disminuye la viscosidad de la mucosa bronquial, con lo que facilita la liberación del esputo, mientras que un expectorante estimula los mecanismos de eliminación, como el movimiento ciliar, que impulsa la secreción hacia la faringe para ser eliminado por expectoración o deglución.

En la práctica, esta distinción no suele ser tan evidente ya que, por ejemplo, no existe un expectorante puro, puesto que la acción irritante bronquial necesaria para estimular la expulsión del esputo induce la actividad de las glándulas secretoras, con el consiguiente aumento de la cantidad y fluidez del moco bronquial. A la inversa, la fluidificación del moco producida por los mucolíticos resulta de ayuda para la expectoración.

Los mucolíticos y expectorantes son útiles mientras no haya afectación de la mucosa y se produzca la posibilidad de regeneración de la misma. Así, se pueden aplicar en las fases iniciales de la bronquitis crónica, en que la mucosa se mantiene conservada. En etapas más avanzadas en las que la mucosa ha perdido su posibilidad de regeneración y la hipersecreción es principalmente serosa y muy fluida, los mucolíticos son inútiles e incluso contraproducentes, como también lo son en las afecciones broncopulmonares infecciosas agudas, bacterianas o víricas.

Expectorantes

Los expectorantes deben estimular los mecanismos de expulsión del moco mediante:

  • El incremento del movimiento ciliar que traslada la secreción hacia la laringe, donde es eliminado por la expectoración o es deglutido.
  • El incremento de la secreción (sobre todo su volumen hídrico), que favorece su expulsión, ya que el contenido en agua es determinante de la viscoelasticidad del moco. Este efecto se puede conseguir por una acción directa sobre la mucosa bronquial y/o a través de un mecanismo reflejo vagal resultante de la irritación de la mucosa gastroduodenal.

Se atribuye actividad expectorante, entre muchos otros compuestos a las siguientes sustancias:

  1. Expectorantes salinos. Estimulan la secreción bronquial vía vagal por reflejo sobre la mucosa gástrica aunque estos mecanismos aún no están avalados por estudios bien fundamentados.

En este grupo se incluyen:

  1. Compuestos de amonio: cloruro amónico o carbonato de amonio.
  2. Yoduros: aumentan la secreción acuosa de las glándulas submucosas, de las glándulas salivales y de la mucosa nasal, por acción directa o por activación del reflejo vagal gastropulmonar. Se eliminan en parte por la mucosa respiratoria. El yoduro potásico produce molestias gastrointestinales, ptialismo, rinorrea, yodismo y alteraciones tiroideas. No se deben utilizar en animales gestantes o hipertiroideos.
  3. Sueros hipertónicos al ≥7%. Hidrata las secreciones y produce, en conjunto, un incremento de la depuración o aclaramiento mucociliar.
  4. Aceites (volátiles) esenciales de terpenos (mentol, eucaliptol). Incrementan directamente la secreción respiratoria aunque su eficacia en animales es desconocida.
  5. Guaifenesina. Es un relajante muscular central que tiene efecto expectorante. Estimula la secreción bronquial vía vagal. No se modifica el volumen ni la viscosidad de la secreción pero se acelera el aclaramiento.

Mucolíticos

Estos fármacos modifican las características fisicoquímicas de las secreciones traqueobronquiales (por ejemplo, disminuyen su viscosidad) de modo que la expectoración resulta más cómoda y eficaz. Este objetivo está justificado cuando los procesos de secreción y transporte están alterados de manera que resulta difícil arrancar el esputo (bronquitis, EPOC, asma y bronquiectasias).

Mecanísticamente, los fármacos mucolíticos actúan modificando la estructura por cambios de pH, proteolisis directa y/o rotura de enlaces de disulfuro. Sin embargo, un fármaco puede disminuir la viscosidad del moco in vitro y resultar de escasa utilidad in vivo porque no aumenta el aclaramiento ni mejora la función pulmonar.

Dentro de los principales mucolíticos se puede hacer mención de:

  • ACETILCISTEÍNA

A través de sus grupos sulfhidrilo libres provoca la ruptura de los puentes disulfuro de las mucoproteínas, de esta forma, las moléculas -más pequeñas y menos viscosas- pierden capacidad de unión con los restos inflamatorios.

Su actividad mucolítica no se modifica por la presencia de ADN (moco purulento), esto es, reduce la viscosidad de secreción purulenta y no purulenta, y se incrementa con el aumento del pH (su efecto mucolítico es mayor en medio alcalino, ya que las mucinas de mayor viscosidad son las sulfomucinas y las sialomucinas de naturaleza ácida). Por ello, cuando se administra por nebulización se prepara en suero bicarbonatado. Puede producir irritación local con broncoespasmo cuando se administra a pacientes sensibles en asma. Este efecto se evita administrándolo con agonistas β2 broncodilatadores.

Se considera también un precursor de glutatión (cuando ha sufrido un descenso por estrés oxidativo), que es el secuestrador más importante de los radicales libres asociados con el proceso inflamatorio. La acetilcisteína se debe usar con precaución en animales con enfermedades hepáticas (como encefalopatía hepática) debido a que en su metabolismo se hallan productos que contienen azufre.

  • BROMEHEXINA

La bromhehina, así como su metabolito activo –ambroxol (de mayor potencia)–, reduce la viscosidad de las secreciones al incrementar la actividad lisosomal, lo cual hace que aumente la hidrólisis de los mucopolisacáridos ácidos que tienen un papel relevante en la viscosidad del moco normal. Sus efectos son inconstantes y no afecta al contenido de ADN, por lo que su acción en estas situaciones es limitada. A dosis altas tiene cierta acción estimulante de las glándulas mucosas bronquiales. También se ha observado cierta acción regeneradora de las células epiteliales ciliadas.

Antitusivos

La tos es un síntoma muy frecuente en la clínica de pequeños animales, especialmente en el perro. Es frecuente que en pacientes de cierta edad, algunas patologías cardiovasculares y pulmonares o respiratorias pueden cursar con tos crónica; sin embargo, en pacientes jóvenes se suele presentar de forma aguda. Antes de instaurar un tratamiento sintomático de las tos, que puede enmascarar una patología grave, es necesario realizar una anamnesis, exploración clínica, y, en su caso, pruebas complementarias con la finalidad de establecer un buen diagnóstico.

La tos se caracteriza por la contracción sinérgica y convulsiva de los músculos espiratorios torácicos y abdominales. La tos es un acto reflejo con una función protectora tendente a evitar el bloqueo mecánico de las vías respiratorias. Solo tiene sentido cuando la tos se debe a estímulos dentro de las vías respiratorias destinadas a expulsar secreciones o cuerpos extraños. Cuando los estímulos se producen fuera de las vías respiratorias es tos no productiva y, por tanto, inútil.

La broncoconstricción es la causa más frecuente e importante del estímulo de la tos. La broncodilatación se induce por bloqueo de los receptores o por alivio del estímulo irritante (inducido por la deformación mecánica que se produce en la pared bronquial por la broncoconstricción).

El reflejo de la tos también se desencadena por estímulos irritantes de fibras nerviosas sensoriales, con terminaciones sobre todo en la mucosa de la laringe, tráquea y los bronquios extrapulmonares, siendo estos estímulos aferentes transportados principalmente por el nervio neumogástrico o vago. Se ha descrito la contribución de otros nervios como el trigémino, glosofaríngeo y laríngeo superior.

Al menos dos tipos distintos de fibras sensoriales vagales pueden iniciar el reflejo tusígeno:

  • Un tipo de fibras se caracteriza por su bajo umbral mecanosensor, que se adapta rápidamente a un estímulo mecánico supraumbral y constituye los receptores de adaptación rápida; probablemente se trata de receptores de la tos primarios.
  • El otro tipo de fibras son capsaicina-sensibles, difíciles de estimular mecánicamente pero sensibles a algunos mediadores inflamatorios y a los agonistas de los receptores vaniloides tipo 1 (TRPV1), como la capsaicina. Estas fibras son análogas a las fibras somatosensoriales caracterizadas como nociceptivas.

Las aferencias implicadas en este proceso son integradas en un centro nervioso –el centro de la tos– situado en el bulbo raquídeo, que parece ser independiente del centro respiratorio.

Una diversidad de vías eferentes (nervio laríngeo recurrente, nervios espinales) articula una compleja respuesta muscular (músculos respiratorios torácicos y abdominales, glotis, broncoconstricción) que constituye el acto de la tos, así como la posibilidad de su reiteración inmediata, el “acceso de la tos” o tos paroxística.

En general, la tos productiva se suele conservar, mientras que la no productiva se aborda con medidas que la hagan productiva (broncodilatador y expectorantes); si la secreción es muy viscosa se suprime. Un reflejo tusígeno insuficiente favorece la infección pulmonar. Por consiguiente, la tos desempeña un papel integral en la defensa inmunitaria, ayuda a mantener la vía respiratoria permeable y preserva el intercambio gaseoso. Cuando la tos excede la mera necesidad de expulsar partículas o secreciones, convirtiéndose –por su frecuencia, gravedad o duración– en una fuente de patología (trastorno del estado general, insomnio, dolor e incluso neumotórax y problemas cardiovasculares) exige tratamiento.

Entre los principales fármacos antitusivos se puede hacer mención de:

  • MORFINA

Es un antitusivo efectivo a dosis inferiores a las necesarias para producir analgesia y sedación. No se utiliza habitualmente debido a sus efectos adversos y su potencial adictivo. Por vía oral tienen una pobre biodisponibilidad como consecuencia de un marcado efecto de primer paso.

  • CODEÍNA

Es el producto de la metilación de la morfina. Tal modificación estructural le confiere un considerable aumento de la biodisponibilidad oral al reducir el efecto del primer paso hepático. Presenta igual potencia antitusiva que la morfina con efectos adversos significativamente inferiores; asimismo, su efecto analgésico es un 10% del de la morfina. Los efectos adversos principalmente observados en gatos son: excitación, espasmo muscular, convulsiones, depresión respiratoria, sedación y estreñimiento. Su potencial adictivo es considerablemente inferior al de la morfina.

  • HIDROCODONA

Su estructura química y propiedades farmacológicas son similares a codeína pero presenta una mayor potencia. Puede reducir la secreción mucosa por mecanismos desconocidos. En perros, su efecto dura generalmente entre 6 y 12 horas, por lo que se debe consultar al propietario por la duración observada para poder establecer el intervalo de dosis más apropiado. En gatos debe ser utilizada con precaución. Las reacciones adversas principales son: sedación, estreñimiento y efectos gastrointestinales, como borborigmos y diarrea.

  • BUTORFANOL

Es un opioide agonista-antagonista con propiedades antitusígenas y analgésicas. En perros su potencia antitusiva es unas cuatro veces más potente que la morfina y cien veces la de la codeína, aunque a la par produce una sedación considerable. Debido a su reducida biodisponibilidad oral es administrado en una dosis diez veces superior a la subcutánea. En gatos, es más utilizado como un analgésico inyectable pudiendo presentar estos pacientes eventos adversos como dolor en la zona de la inyección, midriasis, desorientación y sedación.

  • DEXTROMETORFANO

Es un fármaco que no se une a los receptores opioides, por lo que técnicamente no es un opiáceo, y por tanto, no presenta efectos analgésicos o adictivos. Como antitusivo, su utilización es cuestionable en perros, debido a unas pobres propiedades farmacocinéticas, como un aclaramiento rápido, una corta semivida de eliminación y reducida biodisponibilidad oral.

glucocorticoides

Los glucocorticoides (prednisona, fluticasona, budesonida, etc.) actúan especialmente frente a la hiperreactividad bronquial e inhiben la infiltración pulmonar tardía por ­células inflamatorias. De igual modo, inhiben la liberación de mediadores inflamatorios de los macrófagos y eosinófilos, pero no inhiben la liberación de gránulos de mastocitos. Además, son capaces de disminuir la síntesis de prostaglandinas, leucotrienos y del factor activador de plaquetas, que desempeñan un papel importante en la fisiopatología de la inflamación de las vías respiratorias.

Los glucocorticoides reducen la producción de moco, hipersecreción, edema e hiperreactividad bronquial, disminuyen número de mastocitos e inducen apoptosis eosinofílica. Debido a efectos inmunosupresores, los glucocorticoides se evitan generalmente en enfermedades respiratorias infecciosas.

Para ataques severos de bronquitis canina, asma felina y obstrucción recurrente de las vías aéreas, la inyección parenteral de glucocorticoides generalmente proporciona alivio rápido. Para la terapia crónica en perros, la prednisona oral es generalmente el fármaco de elección. La prednisona es un profármaco que se metaboliza por el hígado a prednisolona. Estudios farmacocinéticos han mostrado una pobre biodisponibilidad oral de la prednisona en gatos, por lo que es preferible administrar prednisolona en esta especie. Los gatos son, en general, parcialmente resistentes a los efectos de los glucocorticoides y suelen requerirse dosis de prednisona mayores que en perros, por ejemplo, para el abordaje del tratamiento crónico el asma felino. Alternativamente, el acetato de metilprednisolona puede ser administrado por vía intramuscular a los gatos asmáticos cada 3 semanas. Para el tratamiento de gatos disneicos, se recomienda una dosis intravenosa de choque de un glucocorticoide: succinato sódico de prednisona o dexametasona fosfato sódico.

En la bronquitis felina el tratamiento suele ser prednisona o prednisolona. Algunos expertos sugieren el uso concurrente con broncodilatadores orales como teofilina o terbutalina. El tratamiento inicial de gatos asmáticos irá dirigido a controlar la crisis con glucocorticoides por vía oral o parenteral antes de considerar la transición a glucocorticoides inhalados. La bronquitis canina responde bien a prednisona oral; si se complica con infección, estaría contraindicado utilizar glucocorticoides orales y habría que pasar a glucocorticoides inhalados.

La asociación entre glucocorticoides y agonistas β2-adrenérgicos tiene un efecto sinérgico adicional: incrementan el número de receptores β2 y mejoran las respuestas a los broncodilatadores. Generalmente, los glucocorticoides inhalados presentan un elevado metabolismo de primer paso hepático y una escasa absorción cuando son deglutidos.

ciproheptadina

Debido al papel de la serotonina en la broncoconstricción inducida por alérgenos en gatos, la ciproheptadina –un antihistamínico antagonista de la serotonina– puede utilizarse como complemento de glucocorticoides y broncodilatadores con el objetivo de bloquear la broncoconstricción en tratamientos crónicos.

En modelos experimentales de asma felina, la ciproheptadina disminuye la hiperreactividad de las vías respiratorias pero no disminuye la inflamación eosinofílica de las vías respiratorias. Debido a su semivida de eliminación larga (12 horas), la ciproheptadina requiere varios días para alcanzar concentraciones de estado estacionario y pueden ser necesarios de 4 a 7 días para evidenciar efectos clínicos. El antagonismo de los receptores de serotonina en el centro del apetito estimula el apetito, por lo que el aumento de peso puede ser un problema.

 

bibliografía