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Casos ganadores y finalistas 6.a edición premios Foro AF-FC

El objetivo de la edición anual de Premios FORO de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria (Foro AF-FC) es reconocer el compromiso asistencial de los farmacéuticos que ofrecen a la población Servicios Profesionales Asistenciales, especialmente a los implicados en la aplicación de los de Atención Farmacéutica (Dispensación, Indicación Farmacéutica y Seguimiento Farmacoterapéutico – SFT –) de acuerdo a los procedimientos consensuados2 contando con la colaboración de laboratorios Cinfa.

La convocatoria de la 6ª edición se realizó entre los meses de marzo a julio de 2017, periodo tras el cual el jurado, compuesto por ocho representantes de las instituciones que forman Foro AF-FC, evaluó los 57 casos recibidos, diez más que los de la edición anterior, de acuerdo a los modelos editados en las webs de todas las instituciones, para la descarga, cumplimentación y remisión on line, por parte de farmacéuticos voluntariamente interesados. Se mantuvo un modelo abierto para aquellos casos que no se correspondieran con los Servicios descritos. Los casos recibidos se clasificaron en: 14 casos del Servicio de Dispensación, 5 del Servicio de Indicación Farmacéutica, 19 del Servicio de SFT y 19 de modelo abierto. El jurado valoró en cada caso once apartados relacionados con la adecuación de la terminología y metodología de Foro AF-FC, la existencia de práctica colaborativa, la utilización de herramientas informáticas, el interés clínico y el profesional del caso en su implementación en la Farmacia Comunitaria, entre otros.

Los ganadores, por orden de mayor a menor puntuación, fueron los siguientes:

  • El CASO GANADOR es el de Mª Jesús Rodríguez, farmacéutica del COF Murcia, correspondiente al Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico, con el título “Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico a mayor crónico polimedicado con dolor incapacitante”, con una puntuación total de 4,3 puntos sobre 5.
  • EL PRIMER ACCÉSIT para el caso del “Servicio de Dispensación; Tamoxifeno a una mujer en tratamiento antidepresivo”, con una puntuación de 3,9 puntos sobre 5, cuyas autoras son Eva Pol Yanguas/Elsa López, del COF Alicante.
  • EL SEGUNDO ACCÉSIT al caso “Servicio de Indicación Farmacéutica a paciente por sospecha de síndrome de ojo seco”, con una puntuación total de 3,7 puntos sobre 5, cuyas autoras son Josefa Castro Leis/Paula Briones Amor (A Coruña), del COF de A Coruña.
  • EL TERCER ACCÉSIT al caso abierto “Interacciones farmacoterapéuticas y RAM”, con una puntuación total de 3,5 puntos sobre 5, cuyos autores son Pilar Pino/ Pilar Álamos / Pilar Modamio, del COF de Barcelona.

Y los 4 finalistas cuyos casos serán publicados corresponden a:

  • EL PRIMER FINALISTA es el de Javier Reig del COF Alicante, correspondiente al Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico, con el título “Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico a paciente con pulso irregular”, con una puntuación total de 4,0 puntos sobre 5.
  • EL SEGUNDO FINALISTA es el de Ana Mª Cueto Jiménez del COF Málaga, correspondiente al Servicio de Dispensación, con el título “Dispensación de la doble antiagregación plaquetaria: importancia de la comprobación de la duración del tratamiento”, con una puntuación total de 3,7 puntos sobre 5.
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    Figura 1. Acceso a la publicación y convocatorias de Premios Foro AF FC en www.portalfarma.com

  • EL TERCER FINALISTA es el de Noelia Amador Fernández del COF Granada, correspondiente a un caso abierto, con el título “Medida ambulatoria de la presión arterial: MAPA”, con una puntuación total de 3,3 puntos sobre 5.
  • EL CUARTO FINALISTA es el de Paula Briores y Josefa Castro Leis del COF de A Coruña, correspondiente al Servicio de Indicación Farmacéutica, con el título “Servicio de Indicación Farmacéutica a paciente que solicita antibiótico para un dolor dental”, con una puntuación total de 3,1 puntos sobre 5.

Puede acceder a la publicación íntegra de todos los casos, ganadores y finalistas, a través del siguiente enlace que permite llegar al espacio de los Premios de FORO AF-FC (Figura 1): http://www.portalfarma.com/inicio/serviciosprofesionales/forofarmaciacomunitaria/premios/Paginas/Premios-Foro-AF-FC-2017.aspx

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Nueva versión de Medicamento Accesible PLUS, la app con información de medicamentos dirigida a los ciudadanos, dispensable desde la farmacia

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Resumen

Medicamento accesible PLUS es una herramienta elaborada para dar apoyo a los ciudadanos, ofreciéndoles información sobre el medicamento, accesible en cualquier momento y lugar. Desarrollada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Fundación ONCE y Fundación Vodafone España, se ha renovado y actualizado con más información sobre intolerancias alimentarias o uso en embarazo y lactancia, entre otras novedades. En la actualidad acumula más de 30.000 descargas en dispositivos móviles, estando disponible para Android e iOS y ofrece información accesible de más de 20.000 medicamentos comercializados en España.

 

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Medicamento Accesible PLUS, aplicación gratuita para dispositivos móviles con información accesible sobre medicamentos, tiene una nueva versión más completa y más fácil de usar. Esta App, desarrollada en 2014 por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Fundación ONCE y Fundación Vodafone España, facilita a los ciudadanos la consulta de información actualizada sobre los medicamentos, entre otros, mediante la captura del código de barras y de un modo totalmente accesible para garantizar la comprensión de la misma independientemente de la diversidad funcional del usuario.

Esta nueva versión se ha estado desarrollando a lo largo del último año, teniendo en cuenta la experiencia de los cuatro años de funcionamiento y del uso diario de los más de 30.000 usuarios que tienen instalada la App en sus dispositivos móviles. Además, se ha tenido en cuenta la evolución que ha experimentado la base de datos de medicamentos del Consejo General de farmacéuticos Bot PLUS, de la que se nutre esta App; así como las nuevas demandas de los usuarios con pacientes más empoderados y una farmacia comunitaria más asistencial.

Nuevo sistema de advertencias – Mejora capacidad asistencial

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Con toda esta información, las tres entidades han trabajado en una evolución del diseño de la herramienta hacia una aplicación más actual, potenciando su universalidad y mejorando la información que acompaña a cada medicamento. Además, se ha desarrollado una herramienta de advertencias que permite una mayor interactividad en beneficio del paciente. Así, este sistema de advertencias al usuario en función de su medicación y perfil – que previamente ha almacenado – avisa, de forma proactiva, de posibles precauciones en pacientes como mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, celiacos, pacientes con otras intolerancias alimentarias (soja, lactosa, cacahuete), usuarios de lentes de contacto o deportistas de competición y posible dopaje, como aspectos más destacados.

Medicamento Accesible Plus es una solución dirigida a cualquier tipo de paciente o ciudadano que precise de información sobre medicamentos, pero está especialmente diseñada para personas con discapacidad visual, con dificultades de manipulación, o personas mayores, para las que acciones cotidianas, como leer el prospecto de un medicamento, pueden suponer un reto.

Funcionamiento

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La aplicación funciona utilizando el código de barras que se encuentra en el embalaje de los medicamentos. El usuario abre la aplicación ya instalada previamente en su dispositivo móvil y captura el código, tras lo cual recibe en su móvil la información sobre el medicamento en un formato accesible. Las utilidades que brindan los dispositivos móviles a los usuarios, permiten aumentar el tipo de letra o, incluso, escuchar la información que se incluye en la aplicación, en el caso de pacientes con dificultades de visión, aprovechando las herramientas de accesibilidad que estos dispositivos tienen instaladas y ayudando especialmente a personas mayores, con dificultades de manipulación o de visión.

Para facilitar la búsqueda del medicamento, o en aquellas situaciones en las que no se dispone del código de barras, la aplicación también permite introducir el nombre de éste tecleándolo o, incluso el “código nacional del medicamento”, que aparece en todos los envases.

Además, esta nueva versión de Medicamento Accesible Plus mantiene dos funciones auxiliares: un localizador de las farmacias más cercanas al usuario y una sección que, bajo el nombre de ‘Mis medicinas’, almacena la información de aquellos medicamentos que el usuario utiliza con mayor frecuencia y a los que quiere tener un acceso rápido.

Farmacoterapia de la patología osteoarticular

Existen numerosas enfermedades óseas, si bien la mayoría son raras e infrecuentes. Desde el punto de vista clínico, la osteoporosis constituye más del 90% de los trastornos óseos. A esta sigue en prevalencia la enfermedad ósea de Paget. Trataremos también el abordaje de la osteomalacia y la osteodistrofia renal.

La osteoporosis es una enfermedad sistémica del esqueleto caracterizada por la disminución de la cantidad de masa ósea por unidad de volumen, con relación a la normalidad para una determinada edad, sexo y raza. Se produce un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo y un aumento de la fragilidad del hueso y del riesgo de fractura, habitualmente en localizaciones donde mayor peso se soporta (vértebras, cadera, muñeca, etc.).

Los mecanismos etiopatogénicos de la osteoporosis son:

  • No alcanzar un nivel óptimo de pico de masa ósea. Puede estar influido por la genética del individuo o por factores individuales modificables (ejercicio físico, tabaquismo, consumo de alcohol, aporte de calcio en la dieta, etc.).
  • Incremento de la resorción ósea. Puede deberse a aspectos fisiológicos típicos de la edad (déficit de estrógenos por menopausia) o cambios en la respuesta al ejercicio, entre otros, en los que influyen principalmente citocinas de síntesis local.
  • Formación ósea inadecuada. Como consecuencia del incremento de la resorción ósea o por una alteración en la regulación de los osteoblastos sobre la regulación del remodelado óseo (genética, actividad física, raza, etc.).

Dentro de las técnicas de diagnóstico se encuentran:

  • Absorciometría radiográfica de doble energía. Permite diferenciar entre osteoporosis, osteoporosis establecida y osteopenia.
  • Ultrasonografía. Aporta información sobre la calidad del hueso (densidad y estructura). No guarda correlación con la densidad mineral ósea (DMO) y se ve influenciada por la temperatura y la posición.
  • Radiología convencional. Herramienta esencial para el diagnóstico de las fracturas vertebrales.
  • Marcadores bioquímicos óseos. No son útiles en el diagnóstico. Aportan información complementaria a la DMO (evaluación del ritmo de pérdida de masa ósea, del riesgo de fractura y monitorización de la eficacia de los tratamientos).
  • Marcadores de la formación de hueso: fosfatasa alcalina ósea, osteocalcina o propéptidos del colágeno I.
  • Marcadores de la resorción: fosfatasa ácida resistente al tartrato, coeficiente Ca2+/creatinina, hidroxiprolina y los telopéptidos del colágeno I.

Los factores de riesgo pueden ser:

  • No modificables: edad, sexo, raza, genética o historia familiar previa de osteoporosis, enfermedades osteopenizantes (hipogonadismo, hiperparatiroidismo).
  • Modificables: hábitos de vida (alimentación, peso, tabaquismo, ejercicio físico), tratamientos farmacológicos predisponentes (glucocorticoides, tiroxina, antiepilépticos, heparina, inhibidores de la aromatasa, quimioterapia, hormona liberadora de gonadotropinas, neurolépticos).

Es una enfermedad de evolución lenta y progresiva. El primer síntoma son las fracturas óseas, dolor, deformación en las articulaciones o reducción de la altura corporal. Los procesos resortivos predominan frente a los formativos. Los osteoclastos son las principales células encargadas de la resorción ósea. Los elementos que intervienen son:

  • RANKL. Se expresa en las células precursoras de osteoblastos. Se une a su receptor RANK y estimula la diferenciación y actividad de los osteoclastos, disminuyendo su apoptosis.
  • OPG (osteoprotegerina). Se comporta como un receptor soluble de la familia del TNF, que capta a RANKL, impidiendo su unión a RANK y evitando así la activación de los osteoclastos.
  • Factor estimulador de colonias de macrófagos (M-CSF). Sintetiza los osteoblastos necesarios para la replicación de los osteoclastos.
  • Citocinas proinflamatorias (IL-1, IL-6, prostaglandina E2, TNF-α…). Podrían incrementar la activación de los osteoclastos.
  • TGB-β. Podría incrementar la apoptosis de los osteoclastos reduciendo así la pérdida ósea.
  • PTH (parathormona), hormonas tiroideas y vitamina D. Incrementan la expresión de RANKL e inhiben la síntesis de OPG, incrementando así la resorción ósea.

El objetivo del tratamiento es reducir el riesgo de fracturas por fragilidad. Es importante conocer los factores de riesgo que presenta el paciente y valorar la instauración de tratamiento farmacológico. Entre las medidas generales está el cambio en el estilo de vida: aporte adecuado de calcio y vitamina D, alimentación saludable, actividad física, evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol y cafeína.

Existen dos estrategias farmacoterapéuticas:

  • Fármacos antirresortivos:
  • Sales de calcio con o sin vitamina D. Se recomienda su uso simultáneo con los demás fármacos utilizados.
  • Bisfosfonatos (etidronato, alendronato, risedronato, ibandronato y zoledronato). Son los fármacos de primera elección en osteoporosis posmenopáusica.
  • Efectos adversos: esofagitis, úlcera de esófago, osteonecrosis, fracturas atípicas de fémur, reacciones inflamatorias oculares, reacciones cutáneas y hepatitis.
  • Denosumab. Anticuerpo monoclonal frente a RANKL que impide su unión a RANK, bloqueando la activación de los osteoclastos. Administración subcutánea. Eficaz tanto en fracturas vertebrales como no vertebrales. Está indicado en la osteoporosis posmenopáusica y en la del varón con pérdida de masa ósea secundaria al tratamiento de supresión hormonal del cáncer de próstata. No se han detectado efectos adversos graves.
  • Moduladores selectivos de receptores estrogénicos (SERM). Raloxifeno y bazedoxifeno. Están indicados en la prevención y tratamiento de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas. Los efectos adversos más frecuentes son sofocos, calambres y riesgo de eventos tromboembólicos.
  • Fármacos osteoformadores:
  • Hormona paratiroidea y derivados. Teriparatida está autorizada en osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, en varones con aumento del riesgo de fractura y en osteoporosis asociada a tratamiento mantenido con corticosteroides.

Los resultados de la osteoporosis en varones son similares a los obtenidos en mujeres. Alendronato o risedronato son de primera elección; denosumab en caso de intolerancia digestiva y teriparatida en osteoporosis grave con alto riesgo de fractura.

La enfermedad de Paget (osteítis deformante) se ha asociado con los virus del sarampión y de la rubeola. Aparece la formación de trabéculas óseas engrosadas, con grandes lagunas óseas en medio, fragilidad ósea, deformación y fracturas. También la presencia de osteoclastos gigantes con un número de núcleos superior al habitual y aspecto de rompecabezas del tejido óseo neoformado.

La mayoría de los pacientes son asintomáticos. Algunos presentan síntomas asociados al sobrecrecimiento óseo (dolor, deformidad ósea y compresiones del tejido nervioso). Si el sobrecrecimiento se produce cerca de una articulación se produce artropatía pagética. Si la enfermedad afecta al cráneo, se puede afectar el nervio auditivo y provocar sordera o bloquear el flujo del líquido cefalorraquídeo causando hidrocefalia. También pueden producirse complicaciones cardiovasculares debidas al aumento del flujo sanguíneo hacia el hueso pagético. El diagnóstico se basa en la observación de las manifestaciones clínicas, técnicas de imagen (radiografías o gammagrafía ósea) y determinación de la fosfatasa alcalina (incrementada en la enfermedad activa). Los objetivos del tratamiento son aliviar los síntomas y minimizar las complicaciones.

  • Bisfosfonatos. Son los fármacos de primera elección. Los más eficaces son pamidronato (sin indicación en España), risedronato y zoledronato.
  • Analgésicos, AINE y medicamentos empleados en el dolor neuropático (antiepilépticos, etc.). Pueden controlar el dolor que no responde a los bisfosfonatos.

La osteomalacia es una alteración del proceso normal de mineralización de la matriz ósea, con la formación de tejido óseo no mineralizado, de escasa resistencia y predisposición a fracturarse. Si este proceso tiene lugar en la infancia y afecta a las placas de crecimiento óseo se llama raquitismo. Puede deberse a un déficit de vitamina D por diferentes motivos; pero, en todo caso, origina niveles séricos de fósforo y calcio bajos. El déficit de fosfato se asocia con raquitismo y osteomalacia. Sin la presencia de este mineral en cantidad suficiente, los condrocitos no entrarán en apoptosis y la cadena fisiológica normal de generación de hueso nuevo se bloquea, lo que resulta en raquitismo y retraso del crecimiento. En caso de hipofosfatemia, la actividad de la fosfatasa alcalina se eleva con el fin de tratar de proporcionar más fosfato a las células óseas.

La osteomalacia provoca debilidad muscular y atrofia, deformidades y fracturas óseas y dolor. El raquitismo se asocia a deformaciones óseas y dificultades motoras, debilidad muscular y calambres, y retraso en la dentición y en el desarrollo cognitivo.

El tratamiento consiste en la administración de vitamina D y calcitriol.

La osteodistrofia renal se manifiesta como alteraciones en el remodelado, la mineralización, el volumen, el crecimiento o la fragilidad del esqueleto. La enfermedad renal crónica provoca alteraciones en el metabolismo mineral.

  • Disminuye la síntesis de calcitriol y aumenta el fósforo en sangre.
  • Disminuye la absorción intestinal de calcio e hipocalcemia.
  • Aumenta la síntesis y secreción de PTH (hiperparatiroidismo secundario) con hiperplasia paratiroidea. La hiperfosfatemia estimula la producción de FGF-23 o fosfatonina por osteoblastos y osteocitos.
  • Aumenta la excreción de fosfato, compensando la hiperfosfatemia.
  • En definitiva, se observa hipercalcemia, hiperfosfatemia y aumento autónomo de la síntesis y secreción de PTH (independiente de la concentración de calcio) (hiperparatiroidismo terciario).
  • El hiperparatiroidismo da lugar a osteítis fibrosa, caracterizada por un aumento del remodelado óseo.

En caso de osteoporosis con PTH elevada u osteítis fibrosa, puede plantearse el tratamiento con bisfosfonatos de forma experimental, con PTH normal o baja se administra teriparatida.

Tras la fractura de un hueso, algunos pacientes no consiguen una adecuada consolidación ósea, bien por baja o nula capacidad de osteoformación, o bien por la complejidad de la fractura, que impide la reconstrucción completa del hueso o de los huesos afectados.

Para el tratamiento quirúrgico de las fracturas óseas se utiliza:

  • Cirugía ortopédica. Reconstrucción de los huesos fracturados. Sustitución parcial o completa por implantes artificiales (titanio).
  • Implantes óseos autólogos (autoplastia). Son autotrasplantes de hueso. Se implanta hueso procedente de otras partes del esqueleto del mismo paciente (cresta ilíaca, por su buena capacidad formadora de hueso).
  • Aloimplante óseo. Trasplante de fragmentos óseos procedentes de cadáveres humanos.
  • Sustitutivos del hueso: colágeno, sales de calcio.

El tratamiento farmacológico se basa en la capacidad de determinadas proteínas para potenciar la consolidación ósea (proteínas morfogenéticas óseas):

  • Dibotermina alfa. Forma recombinante de la proteína osteogénica 2. Está implicada en la morfogénesis ósea. Induce la formación de nuevo tejido óseo uniéndose a receptores específicos de superficie presentes en las células mesenquimatosas, e induciendo su diferenciación en células formadoras de hueso y de cartílago. Está autorizada como sustituto para el injerto de hueso autógeno, en la fusión vertebral lumbar anterior L4-S1, en adultos con enfermedad de disco degenerativa que han sido tratados sin cirugía durante al menos 6 meses, así como en el tratamiento de fracturas de tibia en adultos como adyuvante al tratamiento estándar consistente en la reducción de la fractura abierta y la fijación de clavos intramedulares no implantados.

En relación con el metabolismo óseo existen dos situaciones que pueden observarse en pacientes oncológicos:

  • Hipercalcemia de origen tumoral. La elevación de la concentración sérica del calcio es uno de los trastornos metabólicos graves asociados con mayor frecuencia al cáncer.
  • Cánceres hematológicos. Mielomas, linfomas y linfosarcomas producen citocinas que conducen a la aparición de lesiones osteolíticas o a la reabsorción ósea directa por las células tumorales metastásicas.
  • Tumores sólidos. Producen una proteína PTHrP, que se une a los receptores de PTH en hueso y riñón e imita los efectos de la PTH.
  • Tratamiento de la hipercalcemia. Debe tratarse la causa.
  • Primera medida terapéutica: rehidratación y posterior inducción de diuresis forzada (solución salina IV y furosemida). Así se aumenta la excreción renal de calcio. Prevenir la posible hipopotasemia.
  • Siguiente paso: inhibir la resorción ósea. Bisfosfonatos IV: zoledronato y pamidronato.
  • En enfermedades linfoproliferativas: prednisona oral y calcitonina de salmón subcutánea.
  • Si no hay respuesta con los fármacos anteriores, se pueden administrar fosfatos IV (disódico y monosódico).
  • Metástasis tumorales óseas. Dan lugar a dolor refractario a los analgésicos convencionales, osteolisis que conlleva compresión medular, fracturas patológicas y trastornos metabólicos. El enfoque terapéutico de las lesiones óseas de origen tumoral debe ser multimodal.
  • Radioterapia. Alivia el dolor, aunque la irradiación en extensas áreas puede provocar fibrosis.
  • Uso sistémico de radiofármacos. Mayor eficacia y selectividad. Menor toxicidad.
  • Lexidronam de samario (153Sm). Tratamiento analgésico de las lesiones óseas por metástasis cancerosas osteoblásticas. También se ha utilizado en metástasis óseas del cáncer de mama y próstata.
  • Cloruro de estroncio-89 (89Sr). Tratamiento de metástasis escleróticas de cáncer de próstata.
  • Bisfosfonatos. Zoledronato, pamidronato, clodronato e ibandronato. Tratamiento de metástasis osteolíticas.

Las articulaciones son estructuras complejas que van a verse afectadas, ya sea por alteraciones de naturaleza inmunológica-inflamatoria (artritis) o bien mecánicas (artrosis).

Dentro del término artritis se incluyen: artritis reumatoide, espondiloartropatías (espondilitis anquilosante, artritis psoriásica, artritis enteropática, artritis reactiva), gota, condrocalcinosis y conectivopatías.

  • Artritis asociada a enfermedad inflamatoria intestinal. La afectación articular puede ser periférica o axial. El tratamiento puede ser:
  • Sulfasalazina o metotrexato. Como tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal, puede mejorar la artritis entérica.
  • Glucocorticoides. Muy eficaces a dosis bajas y tratamiento local. El tratamiento a largo plazo puede provocar osteoporosis.
  • Anticuerpos monoclonales anti-TNF alfa: infliximab, adalimumab, golimumab.
  • AINE. Eficaces contra el dolor y la rigidez de la artritis axial. Uso controvertido por exacerbación de la enfermedad intestinal.
  • Secukinumab. Anticuerpo monoclonal frente a IL-17a. Indicado en espondilitis anquilosante activa.
  • Artritis reactiva. Sinovitis aguda secundaria a una infección entérica por bacterias presentes en los alimentos (Salmonella, Shigella, Yersinia, Campylobacter, Clostridium difficile) o genitourinaria (Chlamydia trachomatis). Se manifiesta como oligoartritis y suele afectar a las articulaciones periféricas. El tratamiento será con:
  • AINE. Tratamiento sintomático de las manifestaciones articulares. Pueden administrarse infiltraciones locales.
  • Sulfasalazina o metotrexato. Para las formas crónicas.
  • Infiltración local con corticoides. En caso de entesitis u oliogoartropatía.
  • Artropatías microcristalinas.
  • Artritis gotosa. Artropatía provocada por el depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones. El tratamiento en el ataque agudo incluye AINE, colchicina, glucocorticoides (oral, parenteral o intraarticular).
  • Condrocalcinosis (pseudogota). Artropatía originada por depósito de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado en el seno del cartílago articular. El tratamiento en ataque agudo puede ser con AINE, glucocorticoides orales o intraarticulares, y en caso de dolor articular persistente analgésicos o AINE, o combinados.

La artrosis (osteoartritis) es la enfermedad reumática más frecuente. Es una alteración en la integridad del cartílago y el hueso subcondral, y la presencia de sinovitis. Afecta a la totalidad de la articulación. Los factores de riesgo son envejecimiento, sexo, menopausia, obesidad, factores nutricionales y actividad física. Las manifestaciones clínicas características son dolor articular, rigidez, limitación de la movilidad, crepitación y grados variables de inflamación local o derrame.

El objetivo del tratamiento es disminuir el dolor y la rigidez, mejorar la función articular, reducir la progresión de la enfermedad e incrementar la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento no farmacológico incluye educación al paciente y consejos higiénico-posturales, reducción de peso, aporte adecuado en la dieta de vitaminas y minerales, ejercicio, termoterapia u otras medidas como electroterapia, magnetoterapia, ultrasonidos, estimulación neuromuscular eléctrica transcutánea (TENS), acupuntura.

El tratamiento farmacológico incluye:

  • Analgésicos.
  • Paracetamol asociado o no a tramadol.
  • AINE. Ibuprofeno (el más seguro en pacientes anticoagulados), indometacina, meloxicam, ketoprofeno y naproxeno.
  • Coxibes. Celecoxib o etoricoxib.
  • Analgésicos opioides. Uso en periodos cortos. Tramadol, buprenorfina, fentanilo u oxicodona.
  • Fármacos de acción lenta activos en osteoartritis (SYSADOA): glucosamina, condroitín sulfato y diacereína por vía oral. Ácido hialurónico intraarticular.
  • Corticosteroides intraarticulares. En brotes inflamatorios. Asociados a AINE o coxibes.

El tratamiento quirúrgico puede ser:

  • Artroscopia. Tratamiento paliativo.
  • Sustitución articular.
  • Terapia celular.

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La guerra y la publicidad farmacéutica

Resumen

Casi todos los años, al empezar las clases en la Facultad de Farmacia, les pregunto a mis alumnos por la principal utilidad de la ciencia. Invariablemente me contestan: curar a los seres humanos. Es normal: pretenden ser sanitarios. Si diera clase en Físicas, me responderían: conocer el universo en toda su complejidad. Si en Químicas o Biológicas: desentrañar los misterios de la naturaleza. Nadie, ni sabio ni lego, establecería como principal objetivo de la guerra el de mejorar los conocimientos científicos… y, sin embargo, se emplean para el dominio de unos países sobre otros. No sólo en la actualidad; ha sido así a lo largo de toda la Historia. No ha existido imperio alguno, ni poder interno de un grupo sobre otro, sin primacía científico-tecnológica. Así fue con los egipcios, los griegos, los romanos, los árabes, los españoles durante el Siglo de Oro, los franceses, los ingleses o los norteamericanos en el presente.

La Historia no es – y menos en la actualidad – la historia de las batallas, pero las guerras marcan la Historia. El siglo XX es el de la absoluta eclosión de la ciencia y la tecnología: también el más sangriento de todos los vividos a causa de las guerras. La vieja creencia platónica del desarrollo indefinido mediante el conocimiento, reformulada por los positivistas – durante el siglo XIX – en idéntico sentido, a través de la consideración de la ciencia como el conocimiento racional por antonomasia, capaz del progreso perpetuo, se ha visto puesta en entredicho por la realidad.

La Primera Guerra Mundial o Gran Guerra (1914-1918) fue conocida también como la guerra de los boticarios. Primero los alemanes, luego los franceses, ingleses y americanos, incluyeron en sus estados mayores a gran número de químicos, la mayoría de los cuales – sobre todo en Francia – eran farmacéuticos. Lo hicieron como consecuencia del empleo de los gases tóxicos o de guerra, con lo cual llevaron la confrontación a un nivel de crueldad y deshumanización jamás conocido hasta el momento. A los militares no les gustaron jamás. En primer lugar, porque todos se consideraban caballeros y las armas que les impedían aplicar su particular código de honor han sido rechazadas – en principio – categóricamente: desde los mosquetes hasta los gases. En segundo, y más importante, por la imposibilidad de un empleo estratégico adecuado de los mismos.

Los gases sirven muy bien contra la población civil o ejércitos claramente inferiores, pero su empleo depende demasiado de cuestiones meteorológicas. Si se lanzan y cambia el viento, pueden volverse contra quien los ha lanzado. Si llueve pueden ser inutilizados… después de la Gran Guerra sólo se emplearon y se emplean en conflictos puntuales, como elemento de terror, no ofensivo. Pese a ello ya habían elevado las grandes disputas al nivel de tremendas carnicerías deshumanizadas.

Nuestra Guerra Civil (1936-1939) sirvió para experimentar la confrontación total: la involucración salvaje de la población no combatiente en los horrores de la guerra, mediante bombardeos inmisericordes a ciudades y no sólo a objetivos militares. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), aparte de llevar la guerra total a su máxima expresión, fue la de los físicos. Se fabricaron aviones cada vez más veloces. Bombas capaces de impactar a miles de kilómetros sobre ciudades indefensas y, sobre todo, la bomba atómica, lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente. El Proyecto Manhattan, organizado por los Estados Unidos de América para fabricarla, ha sido la más importante y costosa investigación científica puntual de la que tengamos noticias hasta la fecha, si bien los americanos emplearon también grandes sumas en la fabricación industrial de la penicilina y, más tarde, en la exploración espacial, no exenta de aspectos militares ninguna de ellas.

En la vertiente más íntimamente relacionada con la profesión farmacéutica, los medicamentos han sido empleados siempre para curar las enfermedades y las heridas. Los ejércitos más antiguos llevaban junto a ellos médicos, cirujanos y boticarios para restaurar la salud de enfermos y heridos. Desde antiguo, los venenos se han empleado para acabar con los enemigos y algún tipo de droga, principalmente el alcohol, con el fin de dar valor a las tropas enfrentadas a una más que probable destrucción, ajena o propia. Durante el siglo XX, algunos medicamentos convertidos por los mandos sanitarios, consciente o inconscientemente, en drogas de abuso, han formado parte crucial de la impedimenta del soldado y de las estrategias de los generales. Estos temas están siendo analizados últimamente por historiadores como Benno Müller-Hill y Norman Ohler2 o Lukasz Kamienski3.

Otra perspectiva para abordar el tema es la semántica. Todo empezó cuando Robert Koch (1843-1910) y Louis Pasteur, por separado, descubrieron la bacteriología o microbiología. Al encontrarse el motivo causante de las enfermedades infecciosas, todos los científicos empezaron a hablar de “guerra contra los microbios”. El más recordado de los mismos, en éste ámbito, es Paul Erlich (1845-1915). Interesado a lo largo de su vida investigadora por la quimioterapia – concepto inventado por él –, supo del descubrimiento del Treponema pallidum por Fritz Schaudinn (1871-1906) y Erich Hoffman (1868-1959) en 1905.

Sea por sus sólidos conocimientos sobre el tema, por la influencia de una noche operística durante la cual asistió a la interpretación de El cazador furtivo, de Carl María von Weber, con un libreto de Friedrich Kin sobre un cuento popular alemán según el cual el demonio es capaz de preparar “balas mágicas” que siempre aciertan en el blanco, sea por ambas cosas, Erlich empezó a investigar con productos de toxicidad selectiva, de manera tal que fuera capaz de obtener una bala mágica. Mediante ella pretendía destruir al treponema, sin dañar a su portador y así librarle de la enfermedad. El resultado de sus trabajos sobre el arsénico fue el compuesto correspondiente al ensayo 606, el Salvarsán o “arsénico que salva”, primer medicamento útil para combatir la sífilis.

Su camino fue seguido en la tardía fecha de 1930 por Gerhard Domagk (1895-1964), inventor de las sulfamidas, y en 1940 por Alexander Fleming (1891-1955), descubridor de la penicilina que, ahora sí, supuso un remedio absolutamente eficaz para la sífilis, si bien fueron Ernst Boris Chain (1906-1979) y Howard Walter Florey (1898-1968) quienes idearon en, Gran Bretaña, el método para prepararla industrialmente que se llevó a cabo en Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial, dadas las exigencias industriales y económicas para obtenerla y la necesidad de emplearla en sus heridos. De manera tal que si esa guerra impulsó el empleo bélico de la energía atómica, también lo hizo sobre la comercialización de los antibióticos y su empleo masivo.

Algunas de estas ideas, sobre todo la de la lucha contra la enfermedad, fueron empleadas por los publicistas dedicados a los medicamentos.

De los laboratorios Laben conservamos un cartelito (23,4 x 15 cm) del Tonobron gotas, específico para las toses rebeldes, firmado por Cervigón (figura 1). No sabemos mucho ni del laboratorio, ni del dibujante. El laboratorio – nos explican Antonio González Bueno y Raúl Rodríguez Nozal en su Censo-guía de los laboratorios farmacéuticos durante el franquismo (1936-1975), que utilizo sistemáticamente desde su publicación por la Real Academia Nacional de Farmacia – se creó antes del franquismo y se inscribió en 1940, con Carlos Laborde Pulido como propietario y Miguel Amador Mendívil en calidad de director técnico. Dejó de funcionar entre 1960-1970.

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Figura 1.

El cartelito se conserva, con otras doscientas ochenta estampas y láminas, en la Biblioteca Nacional de España, aunque sólo se puede consultar una ficha general en la Biblioteca Digital Hispánica, en donde se fechan entre 1914 y 1950. De Cervigón sólo sé que un dibujante con ese apellido hizo caricaturas para el periódico de Vicente Blasco Ibáñez, El pueblo (Diario republicano de Valencia), en fechas anteriores a la guerra civil. El cartel, como se ve, dibuja a un soldado, que por su aspecto parece un norteamericano de la Guerra de Corea, asaltando unas alambradas, gotero en mano en lugar de fusil, para mejor atacar a las toses rebeldes. Si es así, se dibujaría en fechas posteriores a 1950, pues esa guerra se libró, en su fase más cruenta, entre mediados de siglo y 1953. Si todo es como parece, el dibujante también sería uno de los múltiples republicanos que encontraron algo de trabajo en los laboratorios farmacéuticos.

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Figura 2.

Los laboratorios Casa Segalá eran una sociedad anónima cuya central estaba instalada en la Rambla de las Flores de Barcelona. Estuvieron activos desde antes de 1936 hasta 1959. En fecha aproximada al anterior hicieron propaganda mediante un cartelito (11,5 x 18,5 cm) de su específico Aldicin, a base de sulfamidas contra la diarrea (Figura 1). Se trataba del dibujo de una escuadrilla de bombarderos cuyo porte parece el de las fortalezas volantes americanas. No pueden ser al tratarse de aviones de bombardeo ligero, de dos motores, no de cuatro como los del Boeing B-17. Al ser bimotores podría haber intentado dibujar el North American B-25 Mitchel, de Gran Bretaña, pero su morro no concuerda en absoluto, con lo cual podemos concluir que el dibujante Torres – de quien no he encontrado datos – se inventó el aparato. La imagen no es ­demasiado afortunada. En los medicamentos contra la diarrea suelen emplearse presas y no, como en éste caso, bombas, que sean o no mágicas, dan sensación más de abrir que de cerrar compuertas.

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Figura 3.

Las pastillas aromatizadas de clorato potásico, preparadas en el laboratorio anejo madrileño de R. Malo de Molina, se publicitaban con un caballero medieval situado ante la boca de una persona, como en los relatos legendarios guardaban las cuevas en donde se refugiaban las princesas ante la presencia del dragón. El mitológico animal sería aquí la irritación de garganta, la afonía o las anginas, así como la llamada higiene del fumador. La postal (10,5 x 14,5 cm) incluye una inscripción en el escudo del caballero y una cajita del clorato potásico en dónde se aprecia el nombre del laboratorio: Larma. Como el cambio de nombre se hizo tras la muerte de R. Malo de Molina, hacia 1957, de esa fecha aproximada sería el anuncio (Figura 2).

El Hemoscobol, un preparado de hierro para las anemias, se publicitaba mediante unas tarjetas (11 x 14 cm) que representaban dos guerreros presumiblemente espartanos, cuanto menos de la Grecia antigua, bajo el lema: hombres de hierro, (lo cual no sé si excluía el trato de mujeres mediante el fármaco). Lo preparó el madrileño laboratorio Boizot, activo desde la Guerra Civil y adquirido en 1988 por los laboratorios Chiesi. Se publicó en 1952 (Figura 2).

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Figura 4.

Farmitalia, una empresa del grupo milanés Montecasini, permaneció en nuestro suelo apenas dos años, entre 1970 y 1973. Entre otras cosas comercializó la Catacetina, una asombrosa asociación entre cloranfenicol, vitaminas y ácido nucleínico. La publicitaron mediante una serie de láminas de armas antiguas (16 x 21,5 cm) del siglo XVI y XVII, conservadas en museos italianos (Figura 3).

Las aguas minerales de la Margarita de Loeches, de las que me ocupé en un anterior artículo4, también hicieron publicidad, entre 1930-1940, mediante preciosos cromos litografiados (8,5 x 5,5 cm) con los uniformes de los soldados del mundo. En nuestra colección guardamos dos, uno de España y otro de Suecia y Noruega. Son atuendos de gala de finales del siglo XIX o principios del XX (Figura 4).

La Hemoglobina Deschiens, en sus formas farmacéuticas de vino, granulado y jarabe, se publicitaba en España mediante cromos con los uniformes de los ejércitos del mundo. Por Bruno Bonnemain5 sabemos que comenzó a fabricarse en 1885. Su éxito determinó su exportación y, en España el cromo se regalaría a principios del siglo XX.

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Figura 5.

Las píldoras restauradoras Formiguera, a base de mangano-ferroso y pepsina, recomendadas para la anemia, la inexistente clorosis y la debilidad general, fueron fabricadas por la Sociedad Farmacéutica Española L. Gaza, antigua casa G. Formiguera. Si acudimos al texto de Raúl Rodríguez Nozal y Antonio González Bueno6, vemos que esa Sociedad comanditaria fue constituida en el año de 1882 bajo la dirección de G. Formiguera. Al menos a partir de 1900 la dirigió L. Gaza y en 1904 se declaró en suspensión de pagos. Ya que la publicidad es de la última época, no es arriesgado establecer entre 1900 y 1904 la fecha de publicación del cromo litografiado publicitario (13 x 8 cm) con unos soldados, creo que de Infantería de Marina, de hacia 1870. Como ven, una publicidad extraordinariamente patriótica para un medicamento fabricado en la Cataluña de principios del siglo XX (Figura 4).

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Figura 6.

En el mismo sendero de publicitarse mediante soldados, se situó el Mexaformo, comercializado por el laboratorio CIBA. Como quiera que en 1971 se convirtió en CIBA-GEIGY, es de suponer su fecha de publicación entre 1960-1970. Se empleaba contra la enterocolitis. A partir de 1980 una serie de investigaciones pusieron en evidencia los posibles y graves efectos secundarios y en 1983 fue retirado. Tenemos seis dibujos de soldados, bastante infantiles, recortados sobre cartón (22 x 12 cm) en cuya base se inscribe una cartela con la nacionalidad, el siglo, el cuerpo y la fecha aproximada (Figura 5).

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Figura 7.

En 1976, los laboratorios Roche recobraban el vocabulario bélico empleado por los primeros microbiólogos y para publicitar el Abactrim, a base de trimetoprim y sulfametoxazol, editaron unos folletos (40 x 21 cm en forma completamente extendida), plegados en cuatro partes, titulados: Evolución de los ejércitos a través del tiempo. Poseemos el dedicado al regimiento inglés, los BUFFS (Figura 6).

En la misma línea bélica, editaron unas lujosas carpetillas (34 x 24,5 cm) dedicadas a Las grandes batallas. En nuestra colección conservamos la consagrada a la difusión de la batalla de Sedán, celebrada el 1 de septiembre de 1870, durante la guerra franco prusiana, finalizada con derrota gala. Además de una breve sinopsis del combate, se incluye un mapa de las operaciones, a color, de 48 x 34 cm y en la contraportada, como era de esperar, una estrategia de empleo del Abactrim Roche (Figura 7).

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Figura 8.

Los franceses no se andaban por las ramas en lo referente al militarismo. La Solución Pautauberge, un antiséptico y reconstituyente para bronquíticos y tuberculosos, fabricada a base de creosota y clorhidrofosfato de cal, publicó una serie de postales magníficamente litografiadas (9 x 13,5 cm) dedicada a los generales de la primera guerra mundial. Poseemos el del francés Gallieni, comandante general de los ejércitos parisinos y el de Brossiloff, general ruso y más tarde soviético (Figura 8).

En la misma época – hacia los años veinte del siglo pasado – el Jarabe depurativo de Laroze, con ioduro potásico, empleado contra la gota el reumatismo “y las dolencias del cutis”, encargó una amplia serie de preciosos dibujos militares. De la misma sólo poseemos dos: en una, titulada bajo el fuego del enemigo, se observa una escena de la primera guerra mundial. Un suboficial dice: al primero que hable le castigo, aunque no haya sido él. En la segunda, titulada: motivos de castigo, se ve a un recluta que da un balonazo a otro; se lee: tres días de arresto del sargento Alain: volviendo de la distribución ha tirado su bola sobre la de su vecino al que ha ocasionado una inflamación del párpado. No sé si lo absurdo de la amenaza del primer sargento, ante soldados batidos por las balas enemigas y la mala manera de expresarse del segundo, pretendían ser graciosos. Sí que los dibujos son excelentes y los franceses apreciaban a su ejército y lo consideraban algo absolutamente suyo, tanto como para emplearlo en la publicidad de sus especialidades farmacéutica, dentro y fuera de su suelo (Figura 9).

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Figura 9.

Tres laboratorios: Pan Química Farmacéutica SA; Armour Iberia SA y Laboratorios Farmacéuticos Rovi SA, utilizaron los mismos cromos para publicitar respectivamente el Micropaque, un contraste radiológicos para el aparato digestivo muy similar al que más dinero dio a nuestro compañero José Giral, las enzimas digestivas Armour para los trastornos dispépticos y el Xilorroidal para las hemorroides.

Pan Química Farmacéutica funcionó entre los años 1949 y 1967, más o menos, en que lo adquirió Pfizer. Rovi comenzó en 1946 y, tras diversos acuerdos comerciales con Pfizer, sigue funcionando de forma independiente en la actualidad, y de Armour Iberia no he encontrado dato alguno, aunque estos cromos nos permiten sospechar que fue otro de los laboratorios absorbidos por la multinacional norteamericana. La fecha de su publicación es de difícil concreción. Al aparecer una imagen de la guerra del Vietnam, finalizada en 1975, podemos establecerla como probable.

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Figura 10.

Los cromos (11,5 x 7,5 cm) en papel cuché brillante y con imágenes policromadas, es difícil hacerlos peor – aun queriendo – si bien resultan curiosos. Presentan una panorámica desde las más antiguas a las más recientes batallas. Las ilustraciones, en su mayoría, están mal elegidas; aceptan recreaciones o eligen cuadros clásicos especialmente mal fotografiados… en general un desastre Kitsch, que en su pésimo gusto tiene también su encanto. El amor por la publicidad farmacéutica bélica encontró en estas últimas colecciones reseñadas su Waterloo (Figura 10), si bien no me es posible agotar todos los elementos de contacto entre la publicidad farmacéutica y la guerra en éste artículo.

 

Impacto clínico y económico de la revisión farmacéutica de las prescripciones

Los medicamentos, usados de forma no adecuada, conducen a que el paciente no pueda obtener el beneficio óptimo de los mismos. Por este motivo, las prescripciones deben ser siempre revisadas por un farmacéutico antes de proceder a su administración. Un aspecto fundamental en la revisión de la medicación de un paciente consiste en la detección de prescripciones inadecuadas (PI). Los autores3 describen que en su hospital, en donde existen más de 10.000 prescripciones ambulatorias diarias, no es posible proceder a la revisión de todas, por lo que, desde 2011, llevan a cabo esta acción sobre una muestra aleatorizada de aproximadamente el 1% de las prescripciones ambulatorias y otro tanto, de las hospitalarias. Por ello, el presente estudio evalúa el efecto clínico de la intervención, así como el ratio coste-beneficio de la revisión de las prescripciones ambulatorias.

Cuatro farmacéuticos revisaron de forma aleatoria – una de cada siete prescripciones de cada clínico – y a razón de 4 horas diarias, las prescripciones ambulatorias generadas entre enero de 2011 y diciembre de 2016; el objetivo de esta revisión fue la detección de potenciales PI, comunicándolo posteriormente al prescriptor, el cual podía o no aceptar la sugerencia formulada por el farmacéutico; se consideró una PI como aquella prescripción que fue detectada por el farmacéutico y aceptada y modificada por el médico en base a la sugerencia del farmacéutico. El análisis coste-beneficio incluyó, por una parte, el coste asociado al tiempo utilizado por los farmacéuticos en las revisiones y educación con los clínicos, y por otra, el beneficio estimado como el ahorro de costes por la no administración de la PI. El resultado del análisis se expresó como el ratio coste-beneficio (cociente entre ambas variables).

En el periodo de estudio, los 4 farmacéuticos revisaron 101.271 prescripciones de entre todas las generadas, correspondiente aproximadamente al 0,7% de las prescripciones totales. El número de PI que se detectaron fue descendiendo cada año (12,6% en 2011 a 1,22% en 2016), a pesar de que se revisaba una mayor cantidad anualmente (0,67% en 2011 a 0,78% en 2016). Ello se explica en base a que la intervención farmacéutica contribuía a mejorar de forma progresiva las prescripciones realizadas. La categoría 1 de PI (medicamento con no indicación médica) fue muy habitual en los 3 primeros años del estudio, reduciéndose paulatinamente en los 3 últimos. La categoría 3 (medicamento no apropiado para la condición médica), que fue la más observada en la primera mitad, pasó a ser la menos observada en la segunda mitad.

El coste farmacéutico total fue aumentando progresivamente a lo largo del tiempo; asimismo, el beneficio asociado a la reducción de PI fue reduciéndose de forma progresiva, si bien siempre fue superior al coste incurrido. Por ello, el ratio coste-beneficio fue siempre superior a 1, indicando que las intervenciones siempre fueron eficientes (Tabla 3): en el primer año, por cada dólar invertido, se obtuvieron 8,73 dólares de beneficio.

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Los autores concluyen que la intervención farmacéutica de revisión de la medicación, realizada de forma persistente en el tiempo, se asoció con una reducción del porcentaje de prescripciones inapropiadas a lo largo del horizonte temporal del estudio; asimismo, la intervención fue eficiente en todos los años analizados. El tipo de intervención farmacéutica evaluada constituye una forma de actuación eficiente, al mejorar los resultados clínicos así como los beneficios económicos.

Resultados clínicos y económicos en EPOC asociados a la adherencia

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), importante problema de salud, conduce a un incremento de la mortalidad en quienes la padecen, considerándose como la cuarta causa de muerte en el mundo (tras cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular y VIH/SIDA. Asimismo, es la séptima causa de discapacidad (en términos de años de vida ajustados por discapacidad). Las exacerbaciones de la EPOC aumentan aún más el riesgo de mortalidad, especialmente en aquellos con enfermedad moderada-grave. Dado que la situación no es reversible, la adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico es esencial. No obstante, la adherencia a largo plazo en esta enfermedad dista mucho de ser óptima.

Por estos motivos, los autores2 investigan la asociación entre la adherencia a la medicación y los resultados de salud clínicos y económicos en los pacientes mayores de 40 años, con EPOC grave registrados en una base de datos de Corea del Sur (Health Insurance Review and Assessment) que contiene datos clínico terapéuticos de más de 50 millones de beneficiarios. El estudio comprendió el período 2009-2013. La medida de la adherencia se estimó, como es habitual, mediante el ratio de posesión de la medicación (RPM); esta variable se analizó respecto de la utilización de medicamentos inhalados. El RPM se estimó al cabo de 1, 2, 3 y 4 años, estableciéndose como adherentes o no si en esas fechas, el paciente presentaba un RPM ≥80% o <80% respectivamente.

La adherencia se investigó en relación a los resultados clínicos y de uso de recursos, como visitas a urgencias y admisiones en UCI. Se incluyeron diversas variables explicativas como características sociodemográficas (edad, sexo, etc.) riesgos de salud (hospitalización previa, días en hospital, consultas a especialista, etc.) y condiciones comórbidas (cardiopatía isquémica, cáncer de pulmón, osteoporosis, depresión, etc.). Finalmente, se estimó el efecto de la adherencia sobre las visitas a urgencias e ingresos en UCI mediante una regresión logística y el efecto sobre el coste, mediante un modelo lineal generalizado (con log link y distribución gamma).

Se evaluaron 9086 pacientes con EPOC grave, que fueron analizados durante 4 años. En el año de inicio, el 34,6% (3148) eran adherentes respecto de los fármacos inhalados y los integrantes de este grupo mostraron una probabilidad mayor de recibir ayuda médica, así como un coste superior al de los no adherentes. En los años siguientes, el RPM y el porcentaje de adherentes fueron descendiendo progresivamente; así, de un RPM en el año 1 del 58%, se redujo al 52,6% (año 2), 48,4% (año 3) y 45,5% (año 4). El porcentaje de adherencia fue disminuyendo igualmente: 34,6%, 28,1%, 24,4% y 22,3% respectivamente). Se observó que la adherencia se asoció de forma inversa con el ingreso en UCI, aumentando dicha relación inversa con el tiempo de seguimiento: OR en el año 3: 0,74 (IC95%: 0,67-0,88) y 0,74 (IC95%: 0,60-0,91) en año 4. Finalmente, se observó una relación inversa entre adherencia y costes al final del tiempo de estudio; así, los adherentes mostraron un coste superior en los 2 primeros años, pero inferior en los siguientes (Tabla 2).

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Los autores concluyen que la adherencia a los fármacos inhalados, esenciales en el manejo de la EPOC, se asocia con ahorro de costes, el cual es explicado por una reducción de los ingresos en la UCI de los pacientes con enfermedad grave.

Uso de recursos asociado a la adherencia a corticoides inhalados en asma

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que cursa con hiperrespuesta bronquial, así como con obstrucción variable al flujo aéreo. El asma constituye un importante problema de salud, presentando una gran prevalencia (4,9%), una elevada morbilidad, una reducción importante de la calidad de vida y un aumento significativo de la utilización de recursos sanitarios. La incidencia de exacerbaciones aumenta aún más el problema. Se ha mostrado que la administración de corticoides inhalados (CI) ayuda a controlar la patología, reduciendo asimismo el riesgo de exacerbaciones.

A pesar de lo expuesto, una muy elevada proporción de pacientes – que alcanza hasta el 50% – no presentan un control adecuado de su patología. Entre las causas que influyen el ello se han identificado la dificultad en el manejo de los inhaladores y la falta de adherencia como factores relevantes. Por ello, los autores1 han investigado la tasa de adherencia a CI y la asociación entre ésta y los resultados clínicos (incidencia de exacerbaciones) y uso de recursos (coste total). Se efectuó un estudio observacional retrospectivo de los registros médicos de los pacientes de edad 15 años o superior, con diagnóstico de asma y tratamiento con CI; los pacientes fueron seguidos en el período enero de 2010 a diciembre de 2011en siete centros de atención primaria y un hospital, se calculando el ratio de posesión de la medicación (RPM), estimado como la proporción de días cubiertos con medicación sobre el tiempo total, y estableciendo un valor igual o superior al 80% para considerar al paciente como adherente. Asimismo, se calculó la tasa de persistencia en el tratamiento (TPT) a los 12 y 24 meses, estimado como el porcentaje de pacientes que recogieron su tratamiento cada 30 días o menos, así como el tiempo que permanecieron recogiendo continuamente la medicación.

El estudio analizó las variables demográficas (edad, sexo, IMC, comorbilidades), clínicas (tiempo desde diagnóstico, gravedad de la enfermedad, incidencia de exacerbaciones), terapéuticas (fármacos administrados), así como el consumo de recursos sanitarios (consultas médicas, visitas a urgencias, pruebas realizadas, hospitalizaciones y uso de medicación de rescate) y no sanitarios (falta de productividad laboral).

El estudio evaluó a 5.305 pacientes con asma, de los cuales 2.303 cumplían los criterios de inclusión y exclusión. El 51% fueron adherentes; el 69,4% presentaron persistencia a los 12 meses (tiempo medio: 8,5 meses) y 61,7% a los 24 (tiempo medio 16,4 meses). Los pacientes no adherentes tenían una menor edad media (44,9 vs. 52,2), un menor tiempo desde el diagnóstico (11,3 vs. 13,7), un menor número de comorbilidades y una mayor gravedad del asma. Finalmente, los pacientes no adherentes mostraron una menor persistencia al tratamiento. El 63,4% de los pacientes no adherentes tuvieron 1 exacerbación o más, mientras que los adherentes presentaron exacerbaciones sólo en el 37,4% y con una menor tasa de las mismas (1,2 vs. 0,9 en no adherentes y adherentes, respectivamente). Respecto del uso de recursos, los no adherentes tuvieron un mayor consumo, especialmente de consultas médicas y urgencias; asimismo, ese grupo presentó una mayor falta de productividad laboral. En conjunto, el coste total fue mayor en los no adherentes (Tabla 1).

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Los autores concluyen que la falta de adherencia se relacionó con un incremento de la tasa de exacerbaciones y un aumento de los recursos sanitarios y los costes asociados.

Aspectos sanitarios en la producción de camélidos sudamericanos (III)

Se han presentado dos artículos sobre los camélidos sudamericanos (CSA), referidos en primer lugar a las características anatomo-fisiológicas y su implicación en los procesos farmacológicos, y en una segunda entrega, las principales enfermedades infecciosas de origen bacteriano y vírico. En esta ocasión haremos referencia a las patologías que ocasionan hongos y parásitos en estos mamíferos.

INFECCIONES FúNGICAS

Dermatofitosis (tiña)

La dermatitis fúngica es poco frecuente en los camélidos, no obstante se han descrito tanto en CSA como en camellos. Trichophyton verrucosum es la causa común de tiña en bovinos y caprinos, y más raramente en caballos, asnos, perros, ovejas, camellos y llamas. T. mentagrophytes var. mentagrophytes se ha aislado de lesiones cutáneas en llamas, gatos, perros, ganado vacuno, ovejas, cerdos, caballos, roedores y monos y tiene una distribución geográfica ubicua; tambien Microsporum spp ha sido aislado de llamas.

Los signos clínicos pueden ser simplemente áreas alopécicas con distribución limitada en la cabeza y el cuello o más generalizadas en el cuerpo y las extremidades. Las lesiones en la llama causadas por T. verrucosum, T. mentagrophytes y Microsporum, similares a lo observado en los bovinos, son placas circulares, crepitantes y elevadas alrededor del dorso y la cara, de 2-4 cm de diámetro.

La trasmisión de la tiña tiene lugar por contacto directo e indirecto. Las clamidosporas de T. verrucosum y T. mentagrophytes pueden permanecer viables hasta 4,5 años en el pelo o en los restos celulares raspados del animal y adheridos a diferentes fómites (paredes del granero, postes de cercas, árboles, recipientes de alimentación, cabestros, mantas, paquetes, cepillos y peines) de forma que otros camélidos y personas pueden infectarse por contacto indirecto con dichos fómites.

Trichophyton y Microsporum pueden ser zoonóticos, causando una respuesta inflamatoria aguda en la piel, con posible cicatrización. No se han observado lesiones tempranas en los camélidos, pero en otras especies, el dermatofito produce toxinas y alérgenos que provocan una respuesta inflamatoria en el huésped susceptible, con eritema, exudación y alopecia. El microorganismo tiende a moverse periféricamente hacia el tejido no afectado, agrandando la lesión en un patrón circular. El examen microscópico directo del pelo y las costras tomadas desde la periferia de una lesión es el método más rápido de diagnóstico. Se pueden observar esporas fúngicas adheridas a los pelos cuando se observan microscópicamente a 100×, y se pueden identificar hifas irregulares y septadas.

Tanto T. verrucosum como T. mentagrophytes se pueden cultivar en agar dextrosa de Sabouraud. A diferencia de la mayoría de los dermatofitos, T. verrucosum crece mejor a 37 °C que a temperatura ambiente. El medio puede ser enriquecido con tiamina. Cualquier lesión engrosada debe revisarse cuidadosamente. Las lesiones de la tiña generalmente son autolimitantes.

Para el tratamiento se emplea tintura de yodo o povidona yodada, durante al menos dos semanas. También se ha utilizado tiabendazol en forma de ungüento. Se ha descrito el uso de vacunas en camellos.

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Figura 1. Tiña en una llama.

Candidiasis

La candidiasis (candidiasis o moniliasis) es una enfermedad común y esporádica del tracto digestivo, entre otros órganos. La enfermedad se observa en aves de corral y cerdos y, raramente, en perros, gatos, caballos y animales salvajes. En el ganado vacuno cursa con abortos y mastitis. Se ha descrito un caso de candidiasis gástrica en un teke (cría de llama) en Europa. Candida albicans es el agente habitual de infección, aunque también se han aislado otras especies. Las cándidas no son microorganismos altamente patógenos y pueden aislarse en la flora normal del tracto digestivo, por tanto, es probablemente una infección oportunista. C. albicans normalmente está presente en las membranas mucosas del tracto digestivo y aparato genital de los animales, por lo que puede aislarse de muchas lesiones, en las que puede estar presente como una infección comensal o secundaria. Por tanto, el aislamiento de C. albicans no debe interpretarse como un diagnóstico de candidiasis.

En muchas especies, el desarrollo de la candidiasis con frecuencia se presenta en un huésped inmunodeficiente (neonato, enfermedad crónica) o que sigue una terapia con antibióticos a largo plazo.

La transmisión puede tener lugar a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados, pero la mayoría de los casos el origen es un agente endógeno, adquirido durante o poco después del nacimiento. El diagnóstico antemortem es difícil de establecer. El microorganismo puede aislarse de animales sanos y los signos clínicos son inespecíficos. En la necropsia, el raspado de la mucosa, puede mostrar blastosporas de 7.5 a 15 cm de diámetro. Para su cultivo se utiliza caldo dextrosa de Sabouraud o agar Sabouraud a temperatura ambiente o a 37 ° C. En el diagnóstico diferencial se debe incluir Coccidioides immitis y Conidiobolus coronatus. Macroscópicamente, en la infección entérica, aparecen las paredes de los compartimentos 1 y 2 (C-1, C-2) engrosadas y endebles. También se ha descrito la presencia de pseudomembranas blanco grisáceas en un patrón irregular de uno a varios mm de grosor y/o líquido blanquecino con restos necróticos de la pseudomembrana, dentro de la luz del estómago. En C-3 no se observó pseudomembrana, pero la mucosa estaba hiperémica o levemente inflamada. Microscópicamente, el epitelio de la mucosa estaba necrótico e invadido por masas de pseudohifas y levaduras en ciernes. La invasión raramente progresa más allá de la membrana basal del epitelio, y solo en los casos en que se produjo una ulceración profunda.

El tratamiento, en caso de dermatitis, se realiza con ungüentos con acetato de nistatina y clorhexidina aplicados en las áreas afectadas. En el caso de infecciones internas, debido a que el diagnóstico antemortem es difícil y la enfermedad es rara, apenas se usan tratamientos. Sin embargo, la nistatina ha sido recomendada para la infección intestinal en cerdos. La mejor forma de prevenir la candidiasis es minimizando los factores predisponentes como el estrés y la terapia prolongada con antibióticos. La limpieza en el manejo de los camélidos huérfanos es crucial.

Aspergilosis

La aspergilosis es una infección micótica oportunista, causada fundamentalmente por Aspergillus fumigatus, aunque también intervienen otras especies de Aspergillus. Es rara en mamíferos pero común en aves. La enfermedad se caracteriza por una lesión granulomatosa inflamatoria, generalmente del sistema respiratorio. La enfermedad ha sido descrita, en forma diseminada, en una alpaca y en camellos.

A. fumigatus es un microorganismo ubicuo que se presenta en mamíferos inmunodeprimidos o bajo estrés intenso o prolongado. La transmisión tiene lugar por inhalación de esporas de hongos de un ambiente contaminado. La enfermedad no es contagiosa. El único caso encontrado en alpacas, cursó con ceguera y en la necropsia se observó una úlcera perforante en C-1 y nódulos firmes multifocales en los pulmones que varían en tamaño de 3 a 4 mm de diámetro. Se observaron lesiones similares en el polo caudal de un riñón. Microscópicamente, se identificaron hifas septadas en las lesiones pulmonares y renales y en la retina necrótica, el cuerpo ciliar y la cápsula posterior del cristalino. La enfermedad se asocia con tratamientos prolongados de antibioterapia y/o deficiencia inmunitaria. Los tratamientos no suelen ser eficaces; el tratamiento de elección, la anfotericina B, no se ha utilizado para tratar la aspergilosis en los camélidos.

Coccidioidomicosis

La coccidioidomicosis (fiebre del Valle de San Joaquín, fiebre del valle) es una infección fúngica producida por Coccidioides immitis que afecta principalmente al tracto respiratorio de personas y animales susceptibles. Puede aparecer en forma diseminada o como dermatitis. Su ciclo generalmente se completa en ausencia de animales. Los CSA parecen ser altamente susceptibles a la coccidioidomicosis, que se adquiere por inhalación de artrosporas de un ambiente contaminado. Las artrosporas (etapa infectante) se convierten en las esférulas que invaden los tejidos animales. La esférula gruesa de paredes refráctiles esporula y se llena de endosporas. Estas esférulas se rompen, liberando endosporas que diseminan la infección. La coccidioidomicosis no se transmite por contacto directo de animal a animal. Tan solo se ha descrito una infección transplacentaria en una llama, algo que solo se había descrito en personas.

La infección generalmente se considera restringida a áreas geográficas específicas, pero en los camélidos, con un movimiento extenso de animales de un lugar a otro, la enfermedad puede diagnosticarse en cualquier área. Mientras que la mayoría de los otros artiodáctilos parecen tener una baja susceptibilidad a la infección clínica por C. immitis, la llama, en cambio, parece ser muy susceptible. Llamas y caballos frecuentemente desarrollan una forma diseminada. Las áreas conocidas en las que C. immitis es endémico incluyen las áreas del desierto del sur y el Valle de San Joaquín de California; las partes más al sur de Utah y Nevada; y la mayor parte del sur de Arizona, Nuevo México y el suroeste y el centro oeste de Texas. Las condiciones climáticas de estas áreas cálidas y áridas de la zona de vida inferior de Sonora son propicias para el mantenimiento del hongo y regiones áridas del norte de México. En América del Sur, las áreas endémicas están ubicadas en el noroeste de Venezuela y en la región Gran Chaco Pampa de Argentina y Paraguay, con posible extensión hacia el sur de Bolivia.

También se han identificado áreas endémicas en Honduras, Guatemala y Nicaragua en América Central. Las infecciones en Europa y Asia nunca se han confirmado de manera auténtica. Es probable que fueran transportadas por animales o fómites infectados. Los movimientos del suelo, como la construcción de carreteras o la excavación para la construcción, expone al organismo a los vientos, creando aerosoles polvorientos adecuados para la inhalación de las artrosporas.

Los signos clínicos varían según la ubicación de la lesión. Los signos predominantes son los respiratorios, con disnea y tos, y también los cutáneos con lesiones nodulares de 1 a 3 cm de diámetro o placas elevadas extensas. En formas leves de coccidioidomicosis, los granulomas pueden estar restringidos a la cavidad torácica y los ganglios linfáticos y dentro del tejido pulmonar. En la forma diseminada, cada órgano o tejido del cuerpo es un sitio potencial para la formación de granuloma. Las lesiones pueden aparecer como granulomas discretos que varían de 1 a 5 cm de diámetro o grandes masas de forma irregular. El nódulo generalmente es gris y firme. En una llama se observó paresia posterior, con reflejos posteriores ligeramente alterados y cambios radiográficos a nivel de la décima vértebra torácica (T-10), signos claramente neurológicos.

Un diagnóstico clínico presuntivo es difícil debido a los numerosos sistemas de órganos implicados. Si hay lesión se debe observar al microscopio e identificar las esférulas fúngicas El organismo puede cultivarse en medios selectivos tales como agar cicloheximida-cloranfenicol, incubados a temperatura ambiente. En medios artificiales, se verán hifas septadas brotando de la esférula. Las pruebas serológicas e inmunológicas utilizadas en el estudio de la coccidioidomicosis incluyen precipitina, fijación del complemento, anticuerpos fluorescentes, aglutinación de partículas de látex y pruebas de precipitina en difusión en gel de agar. Las lesiones dentro de la cavidad torácica se pueden detectar por exploración radiográfica pero no se puede diferenciar de abscesos, tumores u otras lesiones granulomatosas.

Criptococosis

Es producida por Criptococcus neoformans, hongo similar a la levadura. No forma hifas. No es contagioso, pero es infeccioso. Se distribuye en todo el mundo y es capaz de infectar a cualquier mamífero. El microorganismo se encuentra en el polvo y la suciedad de la superficie en áreas contaminadas, particularmente donde se congregan las palomas (Columbia livia), que son el reservorio primario. La transmisión a los huéspedes mamíferos generalmente se realiza por inhalación. Los factores predisponentes incluyen la inmunosupresión, (por estrés o inmunodeficiencia preexistente) o la exposición intensiva. La infección a menudo se localiza en el sistema nervioso central y los signos varían según la ubicación de la infección, normalmente ceguera y coriorretinitis. En ganado vacuno se ha descrito mastitis. Las levaduras pueden visualizarse en un examen directo después de teñir con tinta china. Los organismos se pueden cultivar en agar sangre o agar de Sabouraud. Se debe determinar la fuente de la infección y se deben tomar medidas para eliminar el peligro. El fluconazol es el tratamiento de elección.

Mucormicosis

Existen numerosos géneros dentro del orden Mucorales. La enfermedad producida por cualquiera de estos se llama “mucormicosis”. Solo se ha aislado un género, Rhizopus spp., de una infección multisistémica diseminada en una llama. Rhizopus es un género complejo. Se ha descrito un caso en llamas, con parálisis facial bilateral, que involucró a diferentes pares craneales (VII, VI y IX). Las lesiones importantes causadas por Rhizopus incluyen bronconeumonía multifocal, rinitis necrotizante y meningoencefalitis multifocal grave. En la necropsia se aislaron nódulos en el parénquima pulmonar, crecimiento filamentoso en la rinitis necrótica y meninges inflamadas y granulosas en los nervios craneales.

Otras infecciones fúngicas

Se han descrito diversas infecciones en llamas causadas por Entomophthoramycosis conidiobolae, histoplasmosis y también Conidiobolus coronatus; se observó dermatosis nodular que afectaba las fosas nasales externas, la cara y el hocico. La invasión de las fosas nasales provoca disnea.

INFESTACIONES PARASITARIAS

Las enfermedades parasitarias se caracterizan por ser un problema de importancia en los CSA, particularmente en las especies domésticas y en las especies silvestres cuando se las confina o se las maneja en un sistema de semi-cautiverio. Por ello, muchos de los parásitos presentes en los CSA son comunes a otras especies de herbívoros en general y a los rumiantes en particular.

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Figura 2. Estercolero de un grupo de llamas.

Existen algunos detalles de hábitos en el consumo y en la defecación que plantean la posibilidad de generar algunas diferencias a la hora de ser más o menos afectados por aquellos parásitos que son incorporados al organismo por medio de la ingesta de pastos. Los CSA tienen el hábito de defecar en estercoleros (espacios que ocupan del suelo en el cual todos defecan) lo que concentra la materia fecal en un sector y disminuye la contaminación del pasto. Estos animales no defecan mientras caminan, como si lo hacen las vacas, cabras, ovejas, cerdos, caballo, por lo que no van eliminando formas parasitarias por doquier.

Una diferencia entre ellas es, por ejemplo, que la alpaca consume más al ras del suelo mientras que la llama prefiere la parte alta de los partos. Por esto, la primera especie, estará más expuesta a ooquistes (forma resistente de protozoos) y la segunda más a larvas de nematodos que suben por los pastizales.

ENDOPARASITOSIS

Enfermedades causadas por protozoos

Coccidiosis

Esta enfermedad es producida por protozoos del género Eimeria. Es un grupo con varias especies, y cada una tiene preferencia hacia alguna especie mamífera en particular. En los CSA se han reportado E. lamae; E. alpacae; E. punoensis, E. peruviana, E. macusaniensis y E. ivitaensis. Todas estas son específicas del huésped; como las que afectan a bovinos, ovinos, caprinos y rumiantes salvajes son específicos del huésped para cada uno de estos animales, esas no afectaran a las llamas, por lo que las llamas no pueden infectarse con coccidios al estar en contacto con otros herbívoros.

Las incidencias cambian según la edad del animal; por ejemplo E. macusaniensis es alta para los menores de un año tanto en alpacas como en guanacos, mientras que E. lamae presenta, en alpacas, una incidencia del 45% antes del año y luego del 17,5%. También influyen las regiones; por ejemplo, en guanacos del sur de Chile no se hallaron Eimerias y sí lo hicieron en el norte de ese país. En general los adultos no muestran signos, debido a sistemas inmunológicos maduros y exposición previa y en los animales jóvenes se observa tenesmo, enteritis, diarrea (generalmente sólo se observa diarrea catarral porque se aloja principalmente en intestino delgado, pero en casos más graves avanza hacia intestino grueso y puede observarse materia fecal con presencia de sangre) y lesiones en el intestino delgado.

El tratamiento dependerá del grado de afectación; en casos leves la sola administración de sulfamidas (sulfadimetoxina, sulfamerazina, sulfametazina o sulfaquinoxalina) mejora el cuadro y en casos más graves hay que actuar sobre la deshidratación y la protección de la mucosa intestinal. Puede utilizarse amprolium, pero éste no actúa sobre una fase del ciclo, por lo que los animales mejoran clínicamente, pero continúan eliminando ooquistes viables. No se recomienda el uso de monensina debido a la alta sensibilidad observada en estas especies a este fármaco. Otro de los medicamentos utilizados es el toltrazuril debido a su baja toxicidad.

Lo importante es no sólo tratar y atender al animal enfermo, se debe también actuar sobre los que no presentan signos, sobre los factores que desencadenan la enfermedad (como el hacinamiento) y extremar las medidas de prevención que, básicamente, consisten en cuidar que la materia fecal no contamine el agua ni los cursos de agua y mantener la buena higiene. El tratamiento profiláctico debe considerarse durante el invierno cuando los brotes de coccidiosis son más comunes utilizando decoquinato añadido en el alimento durante 4 semanas.

Criptosporidiosis

Producida por Cryptosporidium, protozoo que actúa como agente secundario en las diarreas ocasionadas por otros microorganismos, aunque también han sido aislados como único agente. Este género parasitario es inespecífico de especie por lo que cualquier especie de Cryptosporidium puede afectar a distintos animales. En los CSA se ha aislado en la mayoría de los casos C. parvum.

Algunos autores mencionan que producen diarreas en crías de llama entre la segunda y cuarta semana de edad, pero otros las enmarcan desde los 7 días a los 6 meses de edad. Una vez instalada en el lugar es difícil de erradicar, debido a que los oocistos son resistentes a la destrucción en el ambiente y a la mayoría de los desinfectantes; por otro parte, puede haber animales asintomáticos que colaboran con una contaminación permanente. La infestación ocurre vía feco-oral por ingestión de alimentos y agua contaminados. Los signos varían desde una eliminación de materia fecal acuosa a pastosa, de color blanco a marrón y verde (dependiendo esto de la edad del animal), disminución del apetito, deshidratación, desequilibrio electrolítico y mala digestión con pérdida de peso y emaciación. El tratamiento debe enfocarse a corregir el déficit de electrolitos, de líquido y de nutrientes, sea por administración de líquidos intravenosos o nutrición parenteral. Al ser una enfermedad autolimitante, no sería necesario ningún otro fármaco y sólo se debe procurar mantener en buen estado a los animales.

Giardiosis

Giardia intestinalis o Lamblia intestinalis es un protozoo flagelado que proviene principalmente de aguas contaminadas, en donde sus oocistos pueden sobrevivir varios meses. Afecta a distintas especies de animales, incluido el hombre. Cursa con diarrea, malabsorción, deshidratación y pérdida de peso. Se han observado casos en distintas edades en los CSA. El tratamiento debe ser sintomático procurando reponer lo que se ha perdido, y se ha mencionado que la administración de febendazol oral durante 5 días es muy efectiva contra el parásito. También es habitual el uso durante 5-8 días de metronidazol para tratar la diarrea provocada por Giardia en crías jóvenes, aunque nunca antes de los dos meses de vida.

Tripanosomiosis

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Figura 3. Vinchuchas. Triatoma infestans.

Los protozoos flagelados del género Tripanosoma spp. necesitan ser transportados por vectores invertebrados picadores, que atraviesen la piel de los animales vertebrados, para poder trasladarse de un animal a otro. De acuerdo a las regiones, los vectores pueden ser moscas (Glosina, Tabanidae y Stomoxy) o vinchuchas (Triatominae).

Esta enfermedad ha sido descrita en llamas oriundas de Chile. Se ha presentado de forma aguda y crónica. En la primera se observa fiebre, depresión, debilidad y edema (que en pulmón puede derivar en una neumonía secundaria); en hembras se han producido abortos y la leche se vuelve caseosa. Las presentaciones crónicas cursan con ciclos intermitentes de fiebre, anemia, edema y emaciación.

Sarcocistiosis

Los parásitos del género Sarcocystis spp. son protozoos intracelulares obligatorios. Presentan un ciclo indirecto con dos hospedadores, los definitivos y los intermediarios. Los hospedadores definitivos son los carnívoros, y en ellos se produce la reproducción sexual del parásito, quienes se infectan al ingerir carne con quistes ubicados en las masas musculares de sus animales presa; los hospedadores intermediarios son los herbívoros que consumen pastos contaminadas con ooquistes (forma de resistencia del parásito en el ambiente). En llamas y alpacas, la sarcocistiosis es ocasionada por la especie Sarcocystis aucheniae. Pocas veces las llamas y alpacas desarrollan un cuadro clínico severo, presentando edemas y anemias. Se ha observado que, si bien existe una gran prevalencia de este parásito en perros de la puna que conviven en los mismos ambientes que las llamas, no han sido descritas graves infestaciones, por lo que se presume que tal vez no sean eficientes hospedadores intermediarios y/o que la transmisión vertical no es tan frecuente como en bovinos.

La importancia de esta infestación radica en la carne del animal, debido a que los quistes (forma de granos de arroz que llegan a medir 1-5 mm de largo aproximadamente) se encuentran en la musculatura estriada (del cuello, esófago, muslo, intercostales y diafragma) y cardíaca, lo que ocasiona el decomiso de la misma debido a que es una enfermedad zoonótica, que produce en el hombre un cuadro gastroentérico con nauseas, diarreas, cólicos y escalofríos. No se aplica tratamiento en los CSA debido a que su diagnóstico se basa en las lesiones postmortem, una vez que se ha faenado el animal. Si bien existen formas de identificar los animales positivos, esto no se realiza. La prevención debería ser a partir de la concienzación de la enfermedad, los perjuicios que trae para los caninos, la comercialización y principalmente para las personas que consuman la carne del animal.

Los casos diagnosticados en camellos se trataron con amprolio. Otros medicamentos como la salinomicina y la halofuginona también se han utilizado para reducir o prevenir la sarcocistiosis aguda en animales domésticos infectados con Sarcocystis spp., pero tales fármacos podrían ser efectivos solo en el tratamiento de las etapas intestinales de Sarcocystis durante la fase aguda, que es casi imposible de detectar en condiciones de campo. Además, tales fármacos antiparasitarios no solo podrían ser tóxicos para los CSA sino que podrían no tener valor en el tratamiento de los sarcoquistes desarrollados en los músculos. Por lo tanto, la prevención es la única solución práctica para controlar la sarcocistiosis en los CSA.

Toxoplasmosis

Conocido es que la toxoplasmosis es una enfermedad zoonótica, que afecta a varios mamíferos, que tiene como hospedador definitivo a los felinos (domésticos y silvestres) y que posee varios hospedadores intermediarios, sean herbívoros, omnívoros y carnívoros. Ésta es producida por el protozoo Toxoplasma gondii, siendo éste un parásito intracelular. En las llamas se ha registrado una alta seroprevalencia en la puna y en varias regiones en donde se crían. Como en otras especies, no se observan signos de enfermedad en los animales adultos; sólo se manifiesta con la presentación de abortos, malformaciones y muerte perinatal o nacimiento de crías débiles que mueren a los pocos días de haber nacido. Cabe mencionar que la distribución no es similar en todas las regiones en que se crían los CSA; en gran parte depende de la presencia de los hospedadores definitivos, estando más contaminadas las regiones cercanas a los poblados. Otro factor relacionado es la humedad ambiental (el ooquiste sufre mucho la desecación) por lo que la supervivencia del mismo se ve favorecida por este aspecto. Finalmente es de destacar que a mayor edad de los animales existe mayor probabilidad de infestación debido a una mayor exposición en el tiempo.

Neosporosis

El protozoo Neospora caninum tiene como hospedador definitivo al perro (donde produce signos nerviosos) y varios hospedadores intermediarios, como bovinos, ovinos, caprinos, caballos y ciervos (en los que causa aborto y muerte neonatal). Si bien son los bovinos los más afectados por este parásito, existen algunos estudios que demuestran la seroprevalencia en los CSA. Estos trabajos mencionan una baja seroprevalencia, con bajo impacto reproductivo, relacionado con la geografía y clima de la puna, pero es una infestación que requiere de mayores estudios debido a que en estas especies aún no se conocen las causas de los bajos porcentajes de parición y los altos índices de muertes tempranas. No se ha podido aún establecer si existe una transmisión transplacentaria como ocurre en los bovinos.

Enfermedades causadas por Nematodos

Nematodos digestivos

Este grupo de parásitos genera muchas pérdidas económicas en las producciones animales, sean éstas ocasionadas por muerte de individuos, o por no ganancia de peso. Los camélidos sudamericanos no escapan a las patologías provocadas por estos organismos. Pocos son los parásitos específicos para estas especies, entre los que podemos mencionar a Camelostrongylus mentulatus, Graphinema auchenia, Mazamastrongylus (Spiculopteragia) peruvianuis, Lamanema chavezi, Nematodirus lamae y Trichuris tenuis. Otros géneros de nematodos compartidos con otros rumiantes domésticos son Haemonchus, Trichostrongylus, Ostertagia, Cooperia, Nematodirus, Bunostomum, Marshallagia, Chabertia, Oesophagostomum, Trichuris, Skjrabinema y Strongyloides.

Todos los géneros específicos de los CSA presentan ciclo directo y se ubican en el compartimento C-3 del estómago, en el intestino delgado o grueso; el período prepatente fluctúa entre 3 a 5 semanas, el que puede ser más extenso si en un momento del estadio larvario entra en hipobiosis (desarrollo inhibido). La patogenicidad varía entre especies. Se sabe que M. (S.) peruvianuis y L. chavezi provocan pequeñas áreas de necrosis en el hígado que luego pueden transformarse en abscesos; por su parte L. chavazi causa enteritis. Los signos clínicos que se observan en general son anorexia, diarrea, deshidratación, emaciación y anemia. Es muy grave en animales jóvenes, en los que provoca la muerte o, en caso de sobrevivir, dificultad para desarrollarse correctamente, lo que se manifiesta con bajo crecimiento y escaso aumento de peso.

Los grupos específicos sólo se han encontrado en los ambientes del altiplano, mientras que los otros adquieren importancia cuando conviven CSA con especies rumiantes.

El diagnóstico de infecciones por nematodos gastrointestinales puede confirmarse mediante recuento de huevos fecales (FEC). No existen antiparasitarios aprobados para estas especies y en general se utilizan los aprobados para los rumiantes, como febendazol, tiabendazol, levamisol e ivermectina y en ocasiones se recomiendan los que se utilizan más en perros y caballos, como el pamoato de pirantel y mebendazol. Podemos destacar algunos puntos a considerar de cada uno de ellos: el febendazol presenta una buena actividad contra el género Trichuris, y es de elección contra éste; el tiabendazol es un fármaco con amplio espectro, pero en la actualidad, con mucha resistencia; el levamisol ha demostrado cierta toxicidad en llamas cuando ha sido utilizado junto a antiparasitarios externos; los más efectivos, tanto en adultos como en formas larvarias enquistadas inhibidas han sido el febendazol y la ivermectina.

Es importante establecer un programa de control de parásitos, que debería estar basado en distintos puntos. Por un lado, los criterios de elección hacia un fármaco antiparasitario deberían estas sustentados en un alto grado de seguridad y un amplio espectro de actividad. Por otra parte, se ha de considerar la epidemiología de la enfermedad, y analizar la contaminación de los pastos con estadios larvarios sobrevivientes y resistencia de huevos en el ambiente. Finalmente tener en cuenta las épocas de lluvias o de secano, las correntías de agua y el riego de los pastos (en caso de existir).

Nematodos pulmonares

Hasta la actualidad no se han identificado nematodos pulmonares específicos para los CSA, sólo se han identificado casos de patologías pulmonares ocasionados por Dictyocaulus spp., provenientes de pastos contaminadas por heces de cabras y ovejas. En las llamas se presenta con el mismo ciclo que en las especies mencionadas, sin causar graves inconvenientes sanitarios-productivos. En caso de ser necesario, se recomienda tratar con febendazol, levamisol o ivermectina.

Nematodos meníngeos

Existe un parásito que tiene como huésped definitivo al venado de cola blanca, denominado Parelaphostrongylus tenius, pero también puede hospedarse en varios herbívoros, entre ellos las llamas causando enfermedad neurológica que puede provocar la muerte de llamas y alpacas. En América del Norte la enfermedad es endémica.

Los nematodos adultos de P. tenuis residen en el espacio subdural del sistema nervioso central y en los vasos sanguíneos y los senos paranasales asociados. El ciclo de vida comienza cuando las hembras adultas ponen sus huevos en los vasos venosos y los huevos se incuban en los capilares de los pulmones. De allí pasan a los alvéolos, luego por bronquios van a tráquea para luego pasar a tubo digestivo y culminar en las heces. Allí penetran en caracoles donde permanecen y son ingeridos por los herbívoros junto a los pastos. En el huésped natural no causa mayores problemas mientras que en las llamas causan encefalomalacia, y en caso de provocar una hemorragia local, puede provocar la muerte del animal. Los signos clínicos observables son inclinación de la cabeza, arqueamiento del cuello, incoordinación, dificultad para levantarse y una pérdida de peso gradual.

La única prueba antemortem para diagnosticar P. tenuis es la técnica de Baerman, que se basa en la detección de larvas L1 en las heces de animales infectados mediante examen microscópico. Los huéspedes aberrantes raramente arrojan larvas dentro de sus heces, por lo que esta prueba no es fiable. Las pruebas experimentales de antígeno-anticuerpo basadas en ELISA en cabras y alces se han mostrado prometedoras así como el ELISA de captura de antígenos que puede detectar antígenos de P. tenuis en el fluido cerebroespinal. El tratamiento profiláctico con ivermectina es más efectivo en etapas larvarias tempranas ya que el medicamento no atraviesa la barrera hematoencefálica. Los fármacos antiinflamatorios también son importantes para la reducción de la inflamación asociada con la migración de las larvas y la posterior respuesta inflamatoria a las larvas muertas evitando así que los signos clínicos empeoren después del tratamiento. También puede tratarse con levamisol y complejo vitamínico B.

Enfermedades causadas por Cestodos

Este grupo de parásitos presentan algunas particularidades a destacar. Los adultos habitan en el aparato digestivo (intestino delgado, hígado y anexos) y la forma larvaria en distintos órganos de la economía del organismo. Presentan ciclo indirecto, por lo que necesitan dos hospedadores, uno intermediario y otro definitivo. Algunos de ellos utilizan a los herbívoros como hospedador definitivo y son los estadios adultos los causantes de las patologías (siendo los ácaros oribátidos los hospedadores intermediarios); pero otros géneros parasitarios utilizan a los herbívoros como hospedadores intermediarios (y a los carnívoros como definitivos) y en estos casos son los estadios larvarios los causantes de las patologías.

Cestodos de la familia Anoplocephalidae

Este parásito es considerado como la tenia de los rumiantes, y los CSA resultan afectados cuando comparten ambiente con ellos. Los adultos, que pueden presentar un ancho de 3-10 mm y una longitud de varios metros, parasitan la primera porción del intestino delgado, provocando una disminución en la absorción de nutrientes, obstrucciones intestinales y proliferación de Clostridium sp.

Si bien se han identificado Moniezia expansa en guanacos de Chile y en Argentina, y Thysanosoma actiniodes en Argentina no se han sido descritas como enfermedades preocupantes en estas especies. La administración de antiparasitarios, como febendazol junto con un manejo adecuado resulta efectivo para el control de esta enfermedad.

Cestodos de la familia Taeniidae

El Echinococcus granulosus desarrolla en los herbívoros (huésped intermediario) quistes hidatídicos que suelen ubicarse en hígado y pulmón, provocando la enfermedad conocida como hidatidosis. Desde el punto de vista patológico, esta enfermedad no presenta mayores síntomas en los animales, sin embargo, en infecciones masivas en los pulmones se puede apreciar respiración forzada. De igual manera, cuando se localizan en el hígado en forma masiva, hay trastornos hepáticos. Cuando por comprensión hay ruptura del quiste, se produce la muerte del animal por shock. Los caninos son los hospedadores definitivos. En Perú se ha informado de pérdidas por decomiso de vísceras de alpacas debido a este parásito.

La Taenia hydatigena se ha encontrado en llamas y vicuñas de Argentina. Los quistes de ésta prefieren el mesenterio de los herbívoros para alojarse. Estos parásitos no causan enfermedad clínica evidente, y las mayores pérdidas económicas sólo se dan por el decomiso de las vísceras.

Enfermedades causadas por Trematodos

La Fasciola hepática es un parasito de distribución muy amplia y variable en la Puna argentina, no así en el altiplano peruano que debido a las condiciones adversas para el trematodo y para su hospedador intermediario (el caracol Limnea viatrix) tiene una baja prevalencia. A la Puna Argentina se la considera como una región endémica de esta enfermedad, pero no se ha observado alta prevalencia de la enfermedad en los CSA que allí habitan.

Si bien puede presentarse de forma aguda, subaguda o crónica, en general cursa de manera subclínica y se agudiza frente a otras infestaciones parasitarias, como las provocadas por nematodos. Tras infecciones experimentales, se ha logrado establecer un período prepatente de 56 días. Los signos clínicos de la enfermedad incluyen disminución del apetito, debilidad general y anemia. El diagnóstico se basa en la aparición de dichos signos clínicos y puede confirmarse mediante un examen fecal para detectar la presencia de huevos utilizando métodos de sedimentación.

El tratamiento es controvertido; algunos autores han mencionado que con triclabendazol lograron mejoras clínicas; respecto al clorsulon unos lo proponen como un fármaco seguro y puede usarse en llamas, mientras que otros mencionan que, a dosis indicadas, en vicuñas, presenta una baja acción fasciolicida.

La gran importancia de esta enfermedad es que es una zoonosis, y los humanos se contagian principalmente a través del consumo de hortalizas contaminadas.

ECTOPARASITOSIS

Pediculosis

Para los CSA se citan 3 especies de piojos picadores del género Microthoracius: M. praelongiceps; M. mazzai y M. minor. Ademas se ha descrito una especie de piojo masticador Bovicola breviceps. Aparentemente todos los picadores pueden parasitar a todas las especies de CSA. Estos piojos miden de 1 a 2 mm de largo con una cabeza casi de la misma longitud que su abdomen que es redondeado. Los signos clínicos son variables. El prurito suele evidenciarse en infestaciones graves. Puesto que los piojos se alimentan de sangre, en infestaciones masivas pueden aparecer una reducción significativa del aumento de peso y daño de la fibra. Las lesiones suelen aparecer en la base de la cola, en la cara y a lo largo del cuello y en la cruz y el tronco.

Sarna

Hay 3 tipos de sarna: sarcóptica, psoróptica y chorióptica producidas por ácaros de las familias Sarcoptes, Chorioptes y Psoroptes aunque el ectoparásito más común en los CSA suele ser Chorioptesbovis que provoca la sarna corióptica. Este ácaro se encuentra preferentemente en las patas, los pies y la cola. Los signos clínicos pueden incluir prurito leve, alopecia y descamación de los pies y la base de la cola con extensión al abdomen ventral, extremidades y orejas. El prurito desencadena el comportamiento de lamido, que contribuye a la lesión cutánea y predispone a infección bacteriana secundaria Se ha sugerido que las alpacas pueden ser más susceptibles a la infestación que las llamas. La prevalencia de la sarna sarcóptica puede superar el 40% de los rebaños de alpacas del Perú, siendo la segunda enfermedad parasitaria en importancia de ese país.

Los ácaros Psoroptes (P. ovis) pueden infectar a los camélidos causando lesiones similares a las que se ven en las ovejas, pero generalmente están más confinadas a los oídos, causando sacudidas y rasguños en la cabeza. Las lesiones se caracterizan por formación de costras, pápulas y exudado de suero en los sitios donde los ácaros se han estado alimentando.

La sarna Sarcóptica causada por infestaciones de S. scabiei se caracteriza por prurito intenso, hiperemia, pápulas, pústulas y costras presentes en las extremidades, abdomen ventral, tórax, axila y perineo.

La sarna presenta un riesgo zoonótico significativo. El diagnóstico se realiza mediante raspado la piel y posterior examen microscópico que permiten la identificación de los ácaros.

Garrapatas

Solo dos especies de garrapatas se han descrito como parásitos de los CSA: Amblyomma parvisatum y Otobius megnini. El primero es hematófago en cada uno de sus estadios (larva, ninfa, adulto) y parasita a hospedadores diferentes; considerándose a los adultos de A. parvisatum como específicos de los CSA. Este parásito se encuentra muy distribuido en el Altiplano de Perú, Chile y la Argentina, lo mismo que en la Patagonia, tanto argentina como chilena. Por su parte, O. megnini involucra a un solo hospedador en su ciclo, fijándose en general en el conducto auditivo externo, predisponiendo la ocurrencia de otitis. Las llamas además pueden ser hospedadores adecuados para la garrapata común del bovino (Boophilus microplus).

Amblyoma parvitarsum se localiza en la región perineal, debajo de la cola. Las garrapatas se alimentan de sangre, perforan la piel y ocasionan heridas e intensa irritación. Por el grado de infestación, el animal puede presentar anemias, disminución del apetito y complicaciones bacterianas secundarias a las zonas lesionadas de la piel. Se pueden tratar mediante baños de inmersión, aspersión y de forma tópica o con medicamentos inyectables como la doramectina e ivermectinas. Se recomienda realizar tratamientos preventivos antes y después de las lluvias.

Miasis

También las moscas pueden provocar enfermedades y lesiones en los camélidos ya que las larvas pueden alimentarse en heridas abiertas presentes en el animal e impiden la cicatrización de las heridas, con lo que otros gérmenes pueden infectarlas. Deben eliminarse las larvas depositadas en las heridas y mantener limpias las mismas. Las larvas de la mosca nasal que vive en el hocico de estos animales se ven corrientemente en primavera y verano. Se produce secreción nasal y el animal estornuda. Habitualmente se trata con nitroxinil Por otra parte la actividad de las moscas adultas que tratan de depositar sus huevos es muy molesta.

Otro de los grandes problemas es la estomatitis vesicular enfermedad transmitida por moscar del genero Lutzomyia; la enfermedad se propaga de un animal a otro a través del contacto con la saliva o con el líquido de las vesículas. La estomatitis cursa con vesículas en la boca, encías, lengua, labios, ollares, pezuñas y mamas. Estas vesículas se inflaman y revientan dejando ulceras tan dolorosas que los animales a menudo se niegan a comer y beber. Cuando las vesículas se encuentran alrededor de las pezuñas, el animal puede presentar claudicaciones. Todo ello seguido de pérdida de peso.

CONSIDERACIONES FARMACOLóGICAS

Como es habitual, se deben evitar las extrapolaciones desde otras especies para el uso de fármacos en los CSA. En el caso de la ivermectina y doramectina se ha evidenciado que resultan más eficaz tratar en ambos casos con 300 μg/kg dosis superior a la recomendada en ovejas ya que los estudios farmacocinéticos sugieren que la absorción del fármaco es algo menor en comparación con el ganado ovino y bovino, independientemente de la vía de administración. En el caso del tratamiento frente a piojos se debe repetir la administración a los 7-10 días. También se ha empleado dispositivos de liberación lenta conivermectina en cápsula intraruminal, que pueden tratar y prevenir la parasitosis por lo menos unos 126 días.

Para los medicamentos administrados vía oral no podemos olvidar algo característico en estos animales: escupen, por lo que la dosificación oral resulta a veces complicada.

La gama de tratamientos tópicos para piojos es limitada. Generalmente se realiza con piretroides, como deltametrina o cipermetrina. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la fibra de llama y alpaca no contiene lanolina, por lo que las aplicaciones tópicas de productos insecticidas/acaricidas autorizados para uso en ovejas o ganado pueden no ser tan efectivas.

En el caso de la sarna corióptica, la administración repetida de macrólidos inyectables o tópicos no siempre pueden erradicar por completo las infestaciones de ácaros. Se ha demostrado que la aplicación tópica semanal de eprinomectina a una tasa de dosis de 500 g/kg (4 veces) es adecuada, aunque los ácaros no fueron completamente erradicados.

Los productos Pour-on3, en particular, no se recomiendan para alpacas o llamas ya que las fibras densas impiden la penetración y captación de la piel y como consecuencia, los resultados pueden ser bastante variables. También debe tenerse en cuenta que el uso repetido de productos tópicos para el control de ectoparásitos puede manchar el manto temporalmente.

El uso de inmersiones para controlar moscas o ácaros no se recomienda en estos animales, ya que la inmersión puede ser estresante para ellos y no hay información con respecto a la seguridad de los productos de inmersión (particularmente organofosforados). Los repelentes de moscas de aplicación tópica, incluidos los productos basados en piretroides, deberán ser utilizados con cuidado, especialmente en crías debido al riesgo potencial de efectos neurológicos.

Por otra parte debido a esas diferencias en el comportamiento farmacocinético, debemos estudiar con detenimiento los períodos de supresión declarados para productos bovinos u ovinos, particularmente para aquellos que contienen lactonas macrocíclicas ya que estos serán diferentes en camélidos.

Por último, recordar que como se ha visto con ovejas y ganado vacuno, la infradosificación y los frecuentes tratamientos repetidos también pueden conducir a posibles problemas de resistencia a los antihelmínticos. Ya se ha informado de la resistencia a los benzimidazoles (albendazol, fenbendazol) y avermectinas (doramectina) en alpacas en América del Norte.

 

bibliografía

 

L. Terapia Antineoplásica y Agentes InmunomoduladoresEsclerosis múltiple: Fingolimod vs. interferón beta 1a

Esclerosis múltiple

Fingolimod vs. interferón beta 1a

En pacientes pediátricos con esclerosis múltiple recurrente, el fingolimod pare producir una menor tasa de recaídas y menos acumulación de lesiones durante un período de 2 años que el interferón beta-1a, pero se asocia con una mayor tasa de eventos adversos graves.

El fingolimod y el interferón beta 1a son dos agentes ampliamente utilizados en el tratamiento en monoterapia de la esclerosis múltiple remitente recurrente muy activa o aquellos con una evolución rápida.

El fingolimod es, previa transformación en el fosfato correspondiente, un modulador del receptor 1 de la esfingosina-1-fosfato (S1P) localizado en la superficie de los linfocitos, al que se une con alta afinidad, actuando como un antagonista funcional al inducir su desacoplamiento o internalización. Este proceso hace a los linfocitos insensibles al S1P, bloqueando así la señal bioquímica que induce la salida de los linfocitos desde los órganos lifoides y, en consecuencia, provoca una redistribución linfocitaria. Como consecuencia de ésta, se reduce la infiltración de los linfocitos al sistema nervioso central, y con ello reduce el riesgo de provocar inflamación y lesiones en el tejido nervioso en los pacientes con esclerosis múltiple. Asimismo, algunos datos sugieren que el efecto del fingolimod modulando los receptores de S1P podría no limitarse a los linfocitos, sino que podrían afectar también a dichos receptores presentes sobre los astrocitos que rodean la vaina mielínica axónica, favoreciendo la aparición de efectos neuroprotectores y/o reparadores.

Por su parte, el interferón beta 1a es estructuralmente idéntico a la citocina humana, tanto en la secuencia de aminoácidos como en los restos glucídicos. Reduce en un tercio la tasa de recaídas, prolongando el tiempo transcurrido hasta la primera recaída; también incrementa de forma significativa el periodo transcurrido hasta la progresión sostenida de la enfermedad.

Sin embargo, el tratamiento de pacientes menores de 18 años con esclerosis múltiple no se había examinado adecuadamente mediante ensayos aleatorizados y controlados con comparadores activos. Por este motivo, un grupo de investigadores ha llevado a cabo un ensayo clínico de fase 3, en el que se asignó aleatoriamente a pacientes de 10 a 17 años de edad con esclerosis múltiple recurrente para recibir fingolimod oral a una dosis de 0,5 mg/día (0,25 mg/día para pacientes ≤ 40 kg) o interferón beta-1a intramuscular a una dosis de 30 μg por semana, durante hasta 2 años. De un total de 215 pacientes, 107 fueron asignados a fingolimod y 108 a interferón beta-1a. La edad media de los pacientes fue de 15,3 años la media de recaídas durante los dos años anteriores fue de 2,4.

Los resultados mostraron que la tasa de recaída anualizada ajustada fue 0,12 con fingolimod y de 0,67 con interferón beta-1a (diferencia absoluta de 0,55 recaídas; diferencia relativa 82%; p<0,001). La variable clínica secundaria fue la tasa anualizada de lesiones nuevas o agrandadas en la resonancia magnética (RMN) ponderada en T2, siendo de 4,39 con fingolimod y de 9,27 con interferón beta-1a (diferencia absoluta, 4.88 lesiones; diferencia relativa, 53%; p<0,001). Los eventos adversos, excluidas las recaídas de la esclerosis múltiple, ocurrieron en 88.8% de los pacientes que recibieron fingolimod y 95.3% de los que recibieron interferón beta-1a. Se produjeron eventos adversos graves en 18 pacientes (16,8%) en el grupo de fingolimod e incluyeron convulsiones (en 4 pacientes), infección (en 4 pacientes) y leucopenia (en 2 pacientes). Se produjeron eventos adversos graves en 7 pacientes (6,5%) en el grupo de interferón beta-1a e incluyeron infección (en 2 pacientes) y taquicardia supraventricular (en 1 paciente).

L. Terapia Antineoplásica y Agentes InmunomoduladoresEsófago de Barrett: Inhibidores de la bomba de protones y ácido acetilsalicílico

Esófago de Barrett

Inhibidores de la bomba de protones y ácido acetilsalicílico

Un reciente ensayo clínico ha mostrado que la quimioprevención mediante el empleo en combinación de inhibidores de la bomba de protones en dosis altas y ácido acetilsalicílico, mejoran de manera significativa y segura el pronóstico de los pacientes con esófago de Barrett.

El esófago de Barrett es una afección en la que el revestimiento esofágico de la zona donde el esófago se une al estómago se torna más parecido al revestimiento del intestino delgado que al del propio esófago. La principal razón es la inflamación crónica causada por la enfermedad por reflujo gastoesofágico (ERGE).

El esófago de Barrett es dos veces más común en los hombres que en las mujeres. Suele presentarse en hombres caucásicos de mediana edad, que hayan tenido acidez durante muchos años. No existe consenso entre los expertos respecto de qué tipo de pacientes deben ser examinados para detectar la enfermedad, aunque en general se recomienda examinar a pacientes mayores de 50 años que hayan tenido acidez significativa o que hayan requerido el uso regular de medicamentos para controlar la acidez durante varios años. Si ese primer examen de detección es negativo para el tejido de Barrett, no hay necesidad de repetirlo.

El esófago de Barrett es el mayor factor de riesgo del adenocarcinoma esofágico, aunque la mayoría de los pacientes con esófago de Barrett no padecerán cáncer. Solo en algunos pacientes se puede presentar una displasia, es decir, una modificación precancerosa del tejido, que es la que está más estrechamente relacionada con el cáncer esofágico.

Recientemente, se han publicado los resultados de un ensayo clínico cuyo objetivo fue evaluar la eficacia del esomeprazol, un inhibidor de la bomba de protones (IBP), en dosis altas y ácido acetilsalicílico para mejorar el pronóstico de los pacientes con esófago de Barrett. El Aspirin and Esomeprazole Chemoprevention in Barrett’s metaplasia Trial tuvo un diseño factorial de 2 × 2 y se realizó en 84 centros en el Reino Unido y uno en Canadá. Los pacientes con esófago de Barrett de 1 cm o más se aleatorizaron en proporción 1: 1: 1: 1 para recibir una dosis alta (40 mg/12 h) o una dosis baja (20 mg/24 h) de esomeprazol, con o sin ácido acetilsalicílico (AAS; 300 mg/día en el Reino Unido y 325 mg en Canadá) durante al menos 8 años, de forma no ciega. La variable principal fue un compuesto formado por el tiempo hasta la muerte por cualquier causa, adenocarcinoma esofágico o displasia de alto grado, ajustado por factores de minimización (edad, longitud del esófago de Barrett, metaplasia intestinal) en todos los pacientes por intención tratar.

Se reclutó a 2.557 pacientes de los que 705 fueron asignados a dosis bajas de IBP y no AAS, 704 a dosis altas de IBP y no AAS, 571 a bajas dosis de IBP y AAS, y 577 a dosis altas de IBP y AAS. La mediana de seguimiento y la duración del tratamiento fueron de 8,9 años (8,2-9,8) y se registraron un total 20.095 años-paciente de seguimiento y un 99,9% de los datos planificados. En total, se registraron 313 eventos primarios. La dosis alta de IBP (139 eventos en 1270 pacientes: 10,9%) fue más eficaz que la dosis baja de IBP (174 eventos en 1.265 pacientes; 13,8% e índice de tiempo, TR=1,27; IC95% 1,01 a 1,58; p=0,038). EL AAS (127 eventos en 1.138 pacientes, 11,1%) no fue significativamente mejor que no AAS (154 eventos en 1142 pacientes, 13,5% e índice de tiempo, TR=1,24; IC95% 0,98 a 1,57; p=0,068). Sin embargo, excluyendo a los pacientes que utilizaban antiinflamatorios no esteroideos (AINE) al principio del estudio, el AAS sí fue significativamente mejor que no AAS aspirina (TR=1,29; IC95% 1,01 a 1,66; p=0,043). La combinación de altas dosis de IBP con AAS tuvo el efecto más potente en comparación con las dosis bajas de IBP sin AAS (TR=1,59; IC95% 1,14 a 2,23; p=0,0068). Los números necesarios para tratar fueron 34 para PPI y 43 para AAS. Solo el 1% de los participantes experimentaron eventos adversos graves relacionados con el tratamiento.