En noviembre pasado, se reportaron una serie de efectos indeseables atribuibles a tratamiento con Levaquin®, una fluoroquinolona prescrita por sospecha de sinusitis.
La FDA convocó a un panel de expertos para estudiar si tenían que hacer cambios al etiquetado/ficha técnica de las fluoroquinolonas, para explicar más claramente sus riesgos y desalentar el uso excesivo.
Después de revisar las pruebas, el panel de la FDA de 21 miembros estuvo de acuerdo en que, en la mayoría de los casos, el beneficio de las fluoroquinolonas para el tratamiento de tres infecciones comunes – sinusitis bacterianas, infecciones del tracto urinario, y algunas formas de bronquitis – en personas con enfermedad pulmonar crónica fue superado por el riesgo de efectos secundarios graves pero raros, incluyendo arritmias, depresión, daño neuronal, rotura de tendones y convulsiones.
Actualmente, en EE UU esas tres enfermedades representan casi un tercio de todas las recetas de fluoroquinolonas prescritas fuera de los hospitales, según los datos presentados por Janssen Pharmaceuticals. Mientras las fluoroquinolonas son esenciales para el tratamiento de infecciones graves como el ántrax, los miembros del panel de la FDA señalaron que se recetan para infecciones comunes en las que otros tratamientos podrían funcionar igual de bien con menos riesgo.
Si bien organizaciones médicas como la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America) han actualizado sus directrices para limitar el uso de las fluoroquinolonas en infecciones no complicadas, incluyendo la mayoría de casos de bronquitis, sinusitis e infecciones del tracto urinario, muchos médicos no han recibido el mensaje. Esto se debe probablemente a que estos potentes antibióticos funcionan contra una amplia variedad de bacterias, lo que puede llevar a la sobreprescripción.





