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DIRECCIÓN TELEMÁTICA |
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20 CONGRESO NACIONAL FARMACÉUTICO |
19-21 de octubre de 2016 |
CGCOF |
Castellón |
Tel: 91 431 25 60 |
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EUFEPS ANNUAL MEETING 2016 “CLINICAL OUTCOME AND REGULATION OF ADVANCED DRUG DELIVERY PRODUCTS” |
2-4 de noviembre de 2016 |
EUFEPS (European Federation for Pharmaceutical Sciences) |
Antalya Turquía |
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GLOBAL CONFERENCE ON PHARMACY AND PHARMACEUTICAL SCIENCES EDUCATION |
7-11 |
FIP |
Nanjing China |
http://www.fip.org/nanjing2016/home |
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REUNIÓN ANUAL DE LA AMERICAN ASSOCIATION OF PHARMACEUTICVAL SCIENTIST (AAPS) |
14-17 |
AAPS |
Denver (Colorado) Estados Unidos |
Tel:+1.703.248.4788 Fax: +1.703.243.9650 |
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FARMAFORUM + Cosmeticaforum |
1-2 de marzo |
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Madrid |
http://www.portalferias.com/farmaforum–cosmeticaforum-foro-de-la-industria-farmaceutica-biofarmacia-cosmetica-y-tecnologia-de-laboratorio-madrid-2017_30884.htm |
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INFARMA |
21-23 de marzo de 2017 |
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Barcelona |
http://www.portalferias.com/infarma-2017-barcelona_31180.htm |
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2ND EUROPEAN CONFERENCE ON PHARMACEUTICS “NOVEL DOSAGE FORMS, INNOVATIVE TECHNOLOGIES” |
2-4 de abril |
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Cracovia Polonia |
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4º ENCUENTRO DE CIENCIAS FARMACÉUTICAS Y ALIMENTARIAS “ECFA 2017” Y 1º TALLER ESTUDIANTIL DE CIENCIAS FARMACÉUTICAS Y ALIMENTARIAS |
4-6 de julio |
Instituto de Farmacia y Alimentos de la Universidad de La Habana |
La Habana Cuba |
http://www.ifal.uh.cu/ |
Archive
Revista PAM: 397
Número 397, Octubre 2016
Farmacoeconomía. Evaluación económica de tecnologías sanitarias
La farmacoeconomía, definida como la descripción y el análisis de los costes del tratamiento con fármacos al sistema de salud y a la sociedad, es un concepto que no incluye el principal interés para un profesional sanitario (como es el farmacéutico) que es la relación de esos costes con los beneficios en salud que se pueden obtener a partir de los recursos utilizados. Este argumento nos conduce directamente hacia una disciplina próxima: la evaluación económica de los medicamentos que se define como la relación existente entre los costes incurridos y los resultados obtenidos, todo ello dentro de un determinado tratamiento farmacológico y comparado con los resultados de otros tratamientos farmacológicos. Es una disciplina que analiza la eficiencia.
La evaluación de tecnologías sanitarias es una disciplina joven cuyo objetivo es analizar por comparación las tecnologías que se aplican a los procesos asistenciales sanitarios, en cualquiera de sus fases (profilaxis, diagnóstico, tratamiento, paliación, etc.).
Cualquier tecnología sanitaria debe ser evaluada con carácter previo a su aplicación en la práctica cotidiana. La demostración del valor de una tecnología exige evaluar su eficacia, su seguridad y su eficiencia. En definitiva: más beneficios de salud, igual o menos perjuicios y buen balance entre costes y resultados. Lo cual no significa que para que una nueva tecnología sanitaria sea eficiente tiene que asociarse a ahorro de costes. Puede conllevar un aumento de costes, pero, en ese caso, el mayor coste debe estar justificado por el mejor resultado. En definitiva, tiene que ser eficiente.
Las evaluaciones económicas se pueden dividir, en principio, en: evaluaciones económicas completas que comparan tanto costes como resultados de al menos dos alternativas diferentes y evaluaciones económicas incompletas que analizan bien costes o bien resultados de una o más opciones diferentes. Las evaluaciones económicas completas son las únicas útiles para estimar la eficiencia comparada de una tecnología sanitaria respecto de otra(s).
En la evaluación económica, se estiman todos los costes y todos los resultados que sean relevantes. Para ello, el estudio debe abarcar un periodo de tiempo lo suficientemente amplio para que se observen ambas variables en todo su contenido, es el denominado horizonte temporal. Cuando el horizonte temporal supera el año, es preciso ajustar tanto costes como resultados al valor actual neto, mediante la correspondiente tasa de descuento. Asimismo, independientemente del tipo de análisis, es preciso fijar de antemano la perspectiva desde la que se efectuará el mismo. Es el punto de vista desde el que se lleva a cabo la evaluación. La más habitual es la del sistema de salud, aunque la más completa es la de la sociedad.
Existen varios tipos de análisis para llevar a cabo una evaluación económica completa.
- El análisis coste-efectividad es el más frecuentemente utilizado. En él se analizan los resultados de salud, expresándolos como unidades clínicas. El resultado más robusto es el análisis de variables finales, como la supervivencia.
- La ratio coste-efectividad incremental (RCEI) expresa el resultado de eficiencia de una tecnología respecto de otra. Su significado es el coste incremental que es preciso añadir para obtener una unidad adicional de resultado al sustituir la alternativa actual por la nueva tecnología.
- Para analizar una variable final, como la variable supervivencia, se precisaría de un tiempo de seguimiento muy extenso. Esto se puede resolver mediante técnicas de modelización o mediante el uso de variables intermedias o subrogadas. Una variable intermedia o subrogada es un parámetro de laboratorio o alguna otra medida utilizada como sustituto de una variable final de resultado clínico. Para que sea útil debe haberse mostrado la correlación entre ella y una variable robusta, como la muerte (o supervivencia).
- El análisis coste-utilidad cada vez es más habitual dada la mayor información que conlleva. Interesa analizar de forma conjunta tanto la cantidad de vida que obtiene el paciente a partir de una determinada intervención sanitaria como la calidad de vida que de ello se deriva. Una variable binaria que agrupa ambos conceptos es la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Una ventaja importante de este análisis es que permite comparar tecnologías sanitarias muy dispares al expresarse los resultados de ambas con una unidad común, el AVAC.
El cálculo de la CVRS conlleva la medición de varias dimensiones. Para el análisis coste-utilidad sólo serán adecuadas las que proporcionen valores de la utilidad del estado de salud del paciente. La CVRS se expresa en años de vida ajustados a calidad (AVAC), estimados mediante el producto de los años de vida (supervivencia) por la utilidad (calidad de vida).
La utilidad es el valor del bienestar percibido por el paciente para un estado de salud completo. Su valor se expresa entre 1 (correspondiente al estado de salud completa) y 0 (correspondiente a la muerte). La estimación de la utilidad se efectúa mediante algunas técnicas, siendo la más frecuente la conocida como juego estándar. Existen algunos instrumentos o cuestionarios que permiten estimar el valor de la utilidad mediante el análisis de algunas dimensiones. El más utilizado es el EuroQol-5D (EQ-5D). A partir del valor de la utilidad obtenido, se transforma la supervivencia general (expresada en años de vida ganados o AVG) en supervivencia ajustada a calidad (expresada en años de vida ajustados a calidad o AVAC). A continuación, la eficiencia comparada de una intervención respecto de otra se calcula mediante la ratio coste-utilidad incremental (RCUI).
- El análisis de minimización de costes se realiza cuando el resultado obtenido por la intervención evaluada es equivalente al observado mediante la de comparación. En estos casos, en los que existe equivalencia de resultados, sólo resta comparar los costes. En este tipo de análisis, la intervención más eficiente será la que presente un menor coste.
- El análisis coste-beneficio consiste en transformar todos los beneficios de las tecnologías sanitarias evaluadas en unidades monetarias. El resultado de la eficiencia contrasta el número de unidades monetarias incurridas con las tecnologías, comparándolo con el asociado a los beneficios obtenidos. El resultado de la eficiencia se expresa mediante dos formas distintas:
- Beneficio neto, que se corresponde con la diferencia entre los beneficios obtenidos y los costes asociados a los recursos incurridos. Su significado es el coste que se puede evitar por la implementación de una determinada tecnología sanitaria.
- Ratio beneficio/coste, que se estima mediante el cociente entre el beneficio y el coste. Su significado es el valor monetario que se puede obtener por cada unidad monetaria invertida.
Coste es el sacrificio que se debe ofrecer por obtener un producto o servicio. Para llevar a cabo una evaluación económica, será preciso transformarlo en unidades monetarias. Cuanto más amplia sea la perspectiva adoptada en la evaluación económica, mayor será el tipo de costes que deberán imputarse. Los costes se dividen en dos tipos:
- Directos: están relacionados directamente con los recursos utilizados. Se subdividen en dos importantes grupos:
- Sanitarios: que se incluirán en cualquier tipo de análisis, sea cual sea la perspectiva del mismo.
- No sanitarios: son los que corren exclusivamente a cargo del paciente y no son financiados por el sistema de salud. En este caso, sólo se incluirán si la perspectiva involucra al paciente.
- Indirectos: están asociados a la reducción de la capacidad laboral como consecuencia de la enfermedad. En función de su origen, sólo se incluirán cuando el análisis presente la perspectiva de la sociedad.
En muchas circunstancias, no se dispone del tiempo o de los resultados necesarios para realizar una evaluación económica. En estas situaciones, la simulación, mediante modelización de los eventos, permitirá predecir los acontecimientos futuros a partir de la información en el presente. Los principales modelos utilizados son:
- Árboles de decisión: Son los modelos más sencillos, de fácil utilización para el análisis de procesos agudos. Con ellos se puede dividir el proceso complejo de una intervención en partes simples.
- Modelos de Markov: Permiten analizar procesos crónicos. Este modelo ofrece información de la supervivencia de la cohorte de los pacientes (resultado obtenido), así como del coste total en el que se ha incurrido. Con los datos de las dos variables, costes y beneficios, se podrá calcular el estimador de la eficiencia (ratio coste-efectividad incremental o coste-utilidad incremental).
Cuando se utilizan modelos de decisión se precisa efectuar un análisis de sensibilidad. Este análisis estudia la robustez que presenta el resultado obtenido ante la modificación de los valores de las variables relevantes. Si los valores sufren una modificación dentro de rangos plausibles y el resultado no varía de forma significativa, se puede concluir que el resultado es robusto. Si, por el contrario, las modificaciones en el valor de alguna variable, alteran notablemente el resultado, habrá que analizar en profundidad dicha variable. Los análisis de sensibilidad pueden ser:
- Determinísticos univariantes, en donde se modifica el valor de cada una de las variables relevantes, de forma aislada y consecutiva, analizando la repercusión individual de cada una de ellas. Son los más importantes.
- Determinísticos bivariantes, en los que se modifican pares de variables, para ver la relación entre ambas con el resultado final.
El método más avanzado, y más complicado, de análisis económico se corresponde con el análisis probabilístico. En él se tratan todas las variables como variables aleatorias. Este tipo de análisis permite estimar la probabilidad de que una determinada intervención sea coste-efectiva respecto de otra, para un rango de disposiciones a pagar. Ello conduce a las curvas de aceptabilidad de coste-efectividad, que indican qué probabilidad presenta la intervención de ser eficiente para cada valor de disposición a pagar.
En la práctica, la evaluación económica de una intervención farmacéutica (o de cualquier tecnología sanitaria) pasa por diversas etapas:
- Definición del objetivo del estudio.
- Identificación de las alternativas.
- Búsqueda de fuentes de evidencia.
- Definición de la medida del resultado.
- Elección del tipo de análisis económico.
- Elección de la perspectiva del análisis.
- Estimación de los costes.
- Estimación de los resultados.
- Definición del horizonte temporal.
- Elección de la tasa de descuento.
- Presentación de resultados.
- Realización de análisis de sensibilidad.
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Estados Unidos: Se sobrestiman las expectativas de los medicamentos nuevos
El uso de la palabra “decubrimiento importante” (“breakthrough”) por parte de la FDA en el proceso acelerado de aprobación podría confundir a los médicos con respecto a los beneficios reales de los nuevos fármacos, advierten los investigadores. El Congreso de EE.UU. dio en 2012 a la FDA el poder de designar a un medicamento como un “breakthorugh” terapéutico si había evidencias clínicas preliminares que suponía una ventaja con respecto a los medicamentos existentes.
Pero una encuesta realizada a casi 700 médicos reveló que muchos tendían a malinterpretar el término “breakthrough”. Los médicos a menudo creían que los medicamentos venían respaldados por evidencias más firmes de las que requiere la ley para alcanzar tal designación. Cuando los médicos escuchan “breakthorugh”, les da una idea demasiado elevada de lo que el medicamento podría hacer, dando una sensación de confianza falsa con respecto a los resultados que podrían esperar cuando lo recetan.
En la encuesta, 9 de cada 10 médicos eligieron un medicamento hipotético antes que otro idéntico basándose solamente en la designación de “descubrimiento importante”, aunque ambos se tomaran a las mismas horas, tuvieran efectos secundarios parecidos y fueran igualmente cubiertos por el seguro médico del paciente. Además, el 52% de los médicos creían de forma incorrecta que se necesita encontrar evidencias firmes de ensayos aleatorizados para conseguir la citada designación. Pensaban que cuando un medicamento se etiqueta como un “descubrimiento importante” en la terapia es realmente un avance, y eso no es necesariamente así. Muchos medicamentos etiquetados como avances en la terapia no son verdaderos avances, porque no proporcionan un tratamiento mejorado de forma sustancial con respecto a lo ya existente. La FDA designó 76 medicamentos como “descubrimiento importante” en la terapia hasta abril de 2015, pero muy pocos han tenido un impacto importante en la salud de los estadounidenses. Muchas veces, cuando las compañías farmacéuticas envían anuncios que afirman ser “avances”, muchos son escépticos. Pero si la FDA es la que lo usa, no se piensa que es publicidad.
Por otra parte aproximadamente 7 de cada 10 médicos creen que la aprobación de la FDA significa que tiene una efectividad comparable con los demás medicamentos aprobados, y unos efectos estadísticamente significativos y clínicamente importantes, pero cuando se aprueba un medicamento, no se han realizado necesariamente pruebas comparativas con respecto a los demás medicamentos disponibles. El solo hecho de que un medicamento se haya aprobado no significa que sea mejor o más seguro que otros medicamentos que ya existen.
No obstante, la encuesta no captó una parte importante del rompecabezas: los médicos con frecuencia tienen conocimiento de los nuevos medicamentos antes de la aprobación de la FDA, ya sea a través de sociedades médicas o hablando entre ellos y todavía hay algunos médicos que siguen pensando que los nuevos medicamentos son siempre mejores que los viejos.
Internacional: Diferencias Estados Unidos vs. Europa en los informes de reacciones adversas
Según estudio realizado por investigadores europeos, los perfiles de reacciones adversas a medicamentos (RAM) para 12 antidepresivos y anticonvulsivos comercializados se indican de forma diferente en Europa que en EE.UU. a pesar de que los comercializan las mismas compañías farmacéuticas. El estudio fue realizado por miembros del Imperial College de Londres, que indica: si bien se podría anticipar cierta variabilidad debido a diferencias en los ciclos de regulación entre las regiones y porque diferentes equipos de la empresa elaboran los informes, se esperaría que el perfil de las RAM fuera similar, ya que se basan en datos centralizados de seguridad.
Para cada fármaco estudiado, los datos procedían de los prospectos del producto en EE.UU. y del Resumen de Características del Producto en Europa. La recopilación de datos se hizo entre septiembre de 2013 y enero de 2015. En promedio se reportaban 77 RAM en EE.UU. que no estaban incluidas en los documentos europeos. En EE.UU. los documentos de información del producto informaron sobre la fuente de la evidencia y el riesgo para más del 80% de las RAM incluidas en el citado documento.
La información acerca de la duración, la gravedad, la reversibilidad, o la repetición de la RAM fue “insignificante”, según los investigadores. En promedio, sólo el 29% de los términos RAM se reportaron en los documentos europeos y estadounidenses sobre un medicamento específico. La falta de datos contextuales importantes para los pacientes y médicos (tales como la duración, la gravedad y reversibilidad de las RAM) impide que los profesionales puedan asesorar sobre el riesgo-beneficio global entre terapias en competencia, concluye el estudio.
La causa de las RAM es a menudo dependiente del tiempo, y el riesgo absoluto dependerá de la duración de la exposición; por lo tanto, se necesita información sobre el periodo de observación para poder interpretar los datos, dicen los autores del estudio. Sin embargo, sólo unos pocos documentos estadounidenses o europeos contenían información sobre la duración de los períodos de observación. Sólo un documento de EE.UU. contenía alguna información sobre la duración de una RAM; sólo cuatro documentos estadounidenses presentaron información sobre la gravedad de la RAM. En general, los documentos de lo EE.UU. contenían un mayor número de reacciones adversas, y que a menudo no estaba claro si estos eventos eran verdaderamente RAM en lugar de acontecimientos adversos (AA), indicaron los investigadores. Es posible que haya habido una sobreinclusión de AA para minimizar el riesgo de litigio, ya que los fabricantes de los medicamentos de marca son legalmente responsables cuando éstos no han sido reportados [en la etiqueta/ficha técnica]. El exceso de inclusión de AA dificulta el entendimiento de prescriptores y pacientes. La falta de consistencia demostrada en este estudio entre los documentos emparejados de medicamentos plantea dudas sobre si la comparación de información producida por diferentes fabricantes podría en algún momento ser útil, dijeron los autores.
- Inconsistent Reporting of Adverse Drug Reactions in US Versus Europe. AJMC.com http://www.ajmc.com/newsroom/inconsistent-reporting-of-adverse-drug-reactions-in-us-versus-europe
Internacional: Los medicamentos cardiovasculares en investigación bajan en los últimos 20 años
En los últimos 20 años se ha reducido el número de medicamentos cardiovasculares en investigación en todas sus fases de desarrollo pese a ser la primera causa de muerte en todo el mundo, según datos de un análisis publicado en la revista JACC: Basic to Translational Science.
Aunque el uso de nuevos fármacos han permitido una reducción significativa de la mortalidad cardiovascular en las últimas dos décadas, estas patologías siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo en desarrollo y son responsables de una de cada tres fallecimientos en Estados Unidos.
Los investigadores analizaron los datos de una gran base de datos comercial que rastrea los proyectos de I+D de la industria farmacéutica e incluyó todos los compuestos que habían iniciado la fase 1 de desarrollo clínico entre enero de 1990 y diciembre de 2012, centrándose en aquellos destinados al tratamiento de alguna patología cardiovascular.
En total contabilizaron 347 moléculas que en ese periodo iniciaron un estudio en fase 1, siendo los más comunes los medicamentos antihipertensivos, anticoagulantes o hipolipemiantes, pero el número de fármacos que fueron iniciando ensayos clínicos en cualquier fase de desarrollo se redujo con el tiempo.
Así, mientras que entre los años 1990 y 1995 un total de 108 de los 679 (16%) fármacos que iniciaron un ensayo en fase 1 eran cardiovasculares, entre los años 2005 y 2012 hubo 125 pero apenas representaban un 5% de los 2.366 compuestos que iniciaron su desarrollo clínico.
Del mismo modo, mientras que en 1990 los medicamentos cardiovasculares protagonizaban el 21% de los ensayos clínicos en fase 3, previa a la autorización de comercialización, en el año 2012 apenas representaban el 7%. Sin embargo, sí hay un crecimiento relativo en el número de nuevos fármacos dirigidos a otros mecanismos biológicos. La mitad de los fármacos cardiovasculares que iniciaron un ensayo clínico fase 3 presentaban un nuevo mecanismo biológico o al menos uno para el que la FDA, no había aprobado ningún compuesto. En este caso, la tasa pasó del 27% en los años 90 al 57% en 2012.
Aunque el desarrollo de la mayoría de fármacos cardiovasculares contó con el apoyo de grandes empresas farmacéuticas, también crecieron los ensayos clínicos impulsados por pequeñas y medianas empresas.
- JACC: Basic to Translational Science.
Internacional: Compromiso mundial para abordar la resistencia a los antimicrobianos
Los líderes mundiales en la ONU se han comprometido en detener la propagación de las infecciones resistentes a los medicamentos antimicrobianos.
Por vez primera, los jefes de Estado se comprometieron a adoptar una estrategia de amplio alcance y coordinada para abordar las causas fundamentales de la resistencia antimicrobiana (AMR) en múltiples sectores, en especial en el de la salud humana, la salud animal y la agricultura. La resistencia a los antimicrobianos amenaza la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y requiere una respuesta global. Ningún país, sector u organización puede abordar este problema por sí solo.
Los países reafirmaron su compromiso de desarrollar planes nacionales de acción frente a la AMR, basándose en el Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos: el proyecto desarrollado en 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Estos planes resultan necesarios para comprender toda la magnitud del problema y acabar con el mal uso de medicamentos antimicrobianos en la salud humana, sanidad animal y agricultura. Se ha reconocido la necesidad de contar con sistemas más robustos para controlar las infecciones resistentes a los medicamentos y el volumen de antimicrobianos utilizados en seres humanos, animales y cultivos, así como en intensificar la cooperación internacional y disponer de mayor financiación.
Por ello se comprometieron a endurecer la regulación de los antimicrobianos, a mejorar el conocimiento y la concienciación, promover las mejores prácticas, además de fomentar enfoques innovadores utilizando alternativas a los antimicrobianos y nuevas tecnologías para el diagnóstico y las vacunas.
Las infecciones comunes y potencialmente mortales son cada vez más difíciles de tratar debido a la AMR. Si no se controla, se prevé que la AMR tenga consecuencias muy significativas a nivel social, económico y de seguridad sanitaria, que perjudicarán gravemente el desarrollo de los países.
El elevado nivel de AMR registrado hoy en día en el mundo es consecuencia del abuso y mal uso de los antibióticos y otros antimicrobianos en seres humanos, animales (incluyendo los peces cultivados), y cultivos, así como de la propagación de los residuos de estos medicamentos en el suelo, los cultivos y el agua. En el contexto más amplio de la AMR, la resistencia a los antibióticos se considera como la amenaza global más importante y urgente, que necesita de la atención internacional y nacional.
La AMR no solo es un problema en los hospitales, sino también en las explotaciones agrícolas y en los alimentos. La agricultura debe asumir su cuota de responsabilidad, utilizando los antimicrobianos de manera más responsable y reduciendo la necesidad de usarlos, y manteniendo una buena higiene en las granjas.
Los líderes presentes en la reunión de las Naciones Unidas hicieron un llamamiento a la OMS, la FAO y la OIE, en colaboración con bancos de desarrollo como el Banco Mundial y otras partes interesadas, para que coordinen su planificación y acciones e informen a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2018. Además, pusieron de relieve las deficiencias del mercado, y solicitaron nuevos incentivos para la inversión en investigación y desarrollo de medicamentos nuevos, eficaces y asequibles, pruebas de diagnóstico rápido, y otras terapias importantes para sustituir a aquéllas que están perdiendo fuerza.
Literatura y propaganda farmacéutica (I). Almanaques
Introducción
En éste primer artículo, y en los que le continuarán, no trato de exponer el reflejo de la actividad farmacéutica en la literatura. Lo hice, junto a Juan Esteva de Sagrera, con la coordinación de Raúl Guerra Garrido, en El Herbario de Gutenberg (Turner/Cofares, 2013).
Pretendo, ahora, ver cómo los farmacéuticos o la industria farmacéutica han utilizado la literatura, productos cercanos a la misma, relacionados con ella o con la acción de leer y escribir, para hacer propaganda de los medicamentos. También la presencia que algunos medicamentos o industrias han tenido en determinadas obras literarias, no incluidas en el libro antes citado porque no tienen que ver directamente con la actividad de los profesionales farmacéuticos o porque los conocí – o se publicaron- con posterioridad a su redacción.
Adelantaré que el número de piezas de nuestra colección de propaganda farmacéutica, relacionados con éste tema, es muy grande. Por ello no podré agotar la información de una sola vez. No esperen en mis análisis la exhaustividad atribuible a un historiador. Me baso en una colección particular, no en un archivo público. Estoy seguro de la desgraciada inexistencia de una institución de ese tipo, con una colección significativa de publicidad farmacéutica – excepción hecha del Museo de Farmacia de la Facultad de Barcelona – aunque hay alguno, más o menos amplio, sobre publicidad sanitaria. Los coleccionistas ni somos, ni podemos ser exhaustivos en nada. Nuestras piezas – más si son de una cuestión tan exótica como ésta – las adquirimos en rastros, mercadillos especializados o en internet, con lo cual cualquier afán de exhaustividad u orden es inaplicable, aunque se lleven más de veinticinco años en el afán. También algunas piezas son absolutamente inalcanzables para las magras posibilidades económicas de un catedrático universitario.
Aquí llega la primera interacción directa con el lector.
Según Borges el verdadero escritor de unos versos, o de un artículo, añado yo, es quien lo lee. Quien tiene esto ante sus ojos, por el lugar en dónde se publica – una de las principales revistas españolas dedicadas a la información farmacológica – y por la institución que lo publica – el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos – muy posiblemente será farmacéutico. A él, o a ella, me dirijo al explicarle que muchas de las cosas tiradas a la basura, como la propaganda antigua, alcanzan precios no desmesurados, pero sí suficientemente altos como para que un profesor y académico no pueda permitirse pagarlos y, además, no hay una colección oficial que permita su contemplación y estudio. Por eso me permito aconsejarles que no tiren las cosas de sus padres o abuelos (lo hago contra mis intereses de coleccionista). Es mejor que las vendan o las cedan a una institución capaz de conservarlas y ofrecerlas al estudio público.
La segunda apelación directa a los lectores se refiere a lo bien aceptada que sería cualquier sugerencia sobre lo ya publicado o lo que se publicará. Cuando era joven me sentía incapaz de corregir cualquier texto de mis maestros. Hacía bien. Los detalles que a mí me parecían muy importantes, casi nunca eran decisivos en la interpretación general de los hechos. No sé si soy maestro en algo, aunque sin pecar de un exceso de soberbia creo que de Historia de la Farmacia y de la Ciencia en España sé bastante. En el tema desarrollado aquí, sin embargo, no hay maestros. Ya les he confesado la forma de actuar del coleccionista en la cual cualquier detalle, cualquier anécdota, cualquier nueva pieza es bienvenida y contribuye de manera sustancial a mejorar el fresco.
Remedios secretos, específicos y especialidades farmacéuticas
Antes de entrar directamente en materia conviene recordar un par de cosas, obvias para los historiadores, acaso no tanto para quienes no lo son.
La publicidad farmacéutica es muy antigua. Varios tratadistas consideran su inicio en los sellos para colirios romanos, algunos de los cuales se remontan a antes de Cristo. Durante el Renacimiento, algunos medicamentos como la Triaca Magna, sobre todo la veneciana, fueron sujetos de una propaganda amplia en variados idiomas, pues sobre su venta descansó una importante partida de los ingresos de las arcas de la República. A su sombra apareció la propaganda de algunos remedios secretos, como el Orvietano, que al parecer se publicitaba mediante carteles, parecidos a los romances de ciego, en donde se contaba la historia de algún paciente milagrosamente curado gracias al fármaco, muy similar e igual de ineficaz que la Triaca.
Los remedios secretos, recordamos todos, eran medicamentos de composición no conocida. Se prepararon, sobre todo, con quina cuando no se sabía su forma de actuación, pero era el único remedio existente contra las fiebres cuartanas (la malaria o paludismo) por el efecto antipalúdico de la quinina, el alcaloide descubierto en 1820 por los farmacéuticos franceses Pierre Joseph Pelletier y Joseph Bienaimé Caventou, cuya estatua puede contemplarse frente a una dependencia de la Sorbona en el Boulevard San Michel de París. Estos remedios se vendían merced a la autorización de alguna autoridad administrativa.
A partir de 1800 empezaron a descubrirse los alcaloides y los glucósidos, los principios activos de las plantas, las cuales habían sido consideradas durante más de veinte siglos esencialmente medicamentos. Ese descubrimiento, unido a la industrialización, propició la aparición de los específicos. Eran estos antiguos medicamentos galénicos o modernos fármacos basados en los principios activos de las plantas, pero preparados ya de forma industrial gracias a las nuevas formas de energía hidráulica, eólica o del vapor; a los novedosos utensilios para comprimir, hacer cápsulas o inyectables y a las formas de producción ligadas al capitalismo. No todos los específicos escaparon de la tutela de las oficinas de farmacia. Algunos se preparaban en las reboticas, convertidas en lo que en España se llamaron laboratorios anejos, pero muchos derivaron de grandes industrias nacidas de antiguas boticas o de la industria química relacionada con los colorantes, que comercializó como medicamentos numerosos productos químicos.
El específico seguía, como el remedio secreto, sin declarar su composición, al menos en su totalidad, y sin tener la obligación de decir quién era su preparador responsable, aunque este casi siempre aparecía como cuestión de prestigio, no de garantía sanitaria. Además, no había legislación alguna para su autorización, ni tampoco los procedimientos de análisis químico y farmacológico estaban lo suficientemente desarrollados como para poder comprobar la composición, inocuidad química, toxicológica y actividad farmacológica de los mismos. Evidentemente tampoco existían centros de comprobación, con lo cual los países hubieron de optar por la vertiente económica del nuevo fenómeno o por su tratamiento sanitario.
El tema, por una parte, supuso la aparición de la industria farmacéutica; la fabricación en masa de medicamentos y el abaratamiento de los mismos. Gracias a ello fue posible establecer sistemas generales de protección sanitaria en Europa, y se inició el camino hacia los medicamentos más eficaces y seguros cada día. En principio, sin embargo, la seguridad y eficacia se subordinó a la rentabilidad económica de los fármacos. Por otra parte, la industrialización supuso la gran crisis de la profesión farmacéutica. Hasta el siglo XIX los farmacéuticos preparaban, conservaban y dispensaban la totalidad de los medicamentos en sus oficinas de farmacia. A partir de ese momento, al mismo tiempo que cada día eran mejores científicos, dejaron de preparar, primero en parte y luego casi en su totalidad, los medicamentos en las boticas, limitándose a conservarlos, dispensarlos y educar sanitariamente sobre su consumo. Las resistencias, en todo el mundo, fueron grandes y, repito, en algunos países triunfaron las sensibilidades más relacionadas con el aspecto sanitario del fármaco industrializado y en otros las más economicistas.
En España, la ley de Sanidad de 1855, y todas las disposiciones derivadas de la misma, prohibían la fabricación de específicos basándose en la dificultad de establecer controles científicos adecuados. Pese a ello fue imposible cortar la invasión de remedios industriales franceses e ingleses, ni que algunos boticarios españoles los obtuviesen en laboratorios anejos a sus boticas.
La Ley de Sanidad de 1855 y las posteriores Ordenanzas de Farmacia de 1860, que continuaron parcialmente vigentes durante más de un siglo, prohibían los anuncios de específicos en cualquier periódico no especializado y dirigido a los sanitarios. Pese al veto legal, el estudio de los anuncios de específicos en la prensa diaria, a partir de 1860, demuestra que se multiplicaron casi exponencialmente, con lo cual, al menos en el ámbito sanitario, se demuestra el viejo adagio popular según el cual el Estado español se ha caracterizado –y se caracteriza- por la promulgación de disposiciones legales rígidas y abundantes, cuya dureza se ha visto sistemáticamente dulcificada por su general incumplimiento. El Estado se dio cuenta del asunto y, con gran pragmatismo, pese a su ilegalidad, mediante la Ley del Timbre de 1892, dispuso que las aguas minero medicinales y los específicos llevasen un sello de diez céntimos en el momento de su venta. Con ello, venían a reconocer su existencia de facto.
Después de la primitiva legalización de los específicos por vía de los impuestos, el primer Reglamento para la elaboración y venta de especialidades farmacéuticas se publicó en la Gaceta del 13 de marzo de 1919, modificado en el año 1924, en donde se obligaba a registrarlos y se les consideraba ya especialidades farmacéuticas, es decir medicamentos de composición definida y, por tanto, susceptibles de control sanitario por parte de las autoridades estatales.
En definitiva, en nuestro país, se prohibieron los específicos pese a lo cual se siguieron vendiendo y se autorizaron las especialidades farmacéuticas que eran ya medicamentos de composición definida, denominación especial, con un farmacéutico preparador garante, autorizados y registrados en un registro público, sometidos a fiscalización y análisis y vigilados por las autoridades sanitarias.
En realidad la prohibición de los específicos sólo supuso una traba para la industrialización farmacéutica en nuestro país, frente a los demás países de Europa y América del Norte menos garantistas en estos aspectos, pero esa es otra historia de la que no voy a ocuparme aquí y, además, no creo debamos estar arrepentidos de la misma porque, en España, el medicamento ha sido siempre un elemento sanitario con componentes económicos antes que un medio de hacer riqueza y así, creo yo, debería seguir siendo.
Publicidad farmacéutica
La publicidad de los medicamentos, dije, es muy antigua. Sin embargo la proliferación de los específicos la hizo crecer exponencialmente confiando sus preparadores en su consumo sin el consejo médico o farmacéutico. Por tanto, la primitiva publicidad farmacéutica va dirigida, de forma directa, a los pacientes, al público en general, y no se somete a especiales restricciones. Así sigue durante todo el siglo XIX y la primera mitad del XX.
Sin entrar en consideraciones de tipo legal, la industria farmacéutica dirige sus mensajes preferentemente a los usuarios y, en segundo lugar, a los farmacéuticos. También los propios farmacéuticos generan una publicidad propia dirigida a divulgar sus establecimientos o los medicamentos por ellos preparados en los laboratorios anejos.
Es a partir de 1941 con la creación del Seguro Obligatorio de Enfermedad cuando la publicidad cambia absolutamente de orientación. A partir de esa fecha el objetivo de la misma, salvo en los casos de enfermedades leves, se dirige directamente a los médicos, convertidos en los agentes de ventas de los medicamentos por encima de cualquier otro profesional. Eso impone, con el tiempo, la aparición de una serie de disposiciones legales en las cuales se diferencia entre publicidad –dirigida al público en los casos autorizados- e información –dirigida a los médicos- y ambas van restringiéndose y regulándose cada vez más, hasta llegar a los modelos actuales en dónde muchos de los ejemplos presentados en éste artículo y en los anteriores pueden producir estupor y acaso indignación en el lector, porque en la actualidad están radicalmente prohibidos.
De eso, en buena parte, se trata; de ver cómo han ido variando las estrategias de consumo y las costumbres, en este caso relativas al empleo de los medicamentos.
Los almanaques
Según el diccionario de la RAE, en su primera acepción, almanaque es un registro o catálogo que comprende todos los días del año distribuidos por meses, con datos astronómicos y noticias relativas a festividades y celebraciones religiosas o civiles, sinónimo del cual es el lunario.
Durante el siglo XVIII la astrología era ya o una curiosidad, o una superstición. En España, sin embargo, aparece una figura importantísima para la literatura y también para la ciencia pre ilustrada: Diego Torres de Villarroel. Sacerdote y catedrático de matemáticas en Salamanca, gracias a la publicación de sus almanaques fue uno de los escritores más populares de su época y con más éxito pecuniario. También se le tomaba a chanza, con su apodo del Gran Piscator de Salamanca y se le tenía por medio nigromante, medio alquimista, bufón o embaucador.

Un peculiar lunario empezó a publicarse en 1840 a cargo del zaragozano Mariano Castillo y Osciero. Se trataba –y se trata – de una publicación con indicaciones astronómicas, la hora de salida del sol y de la luna en cada día del año, astrológicas, meteorológicas basadas en ellas y religiosas, referentes a todas las festividades del año y el santoral, junto al anuncio de todas las ferias y mercados de España. Lo llamó El Firmamento o Calendario Zaragozano y tuvo un gran éxito en toda la península, principalmente entre los agricultores. Curiosamente continuó publicándose durante el siglo XIX hasta la actualidad, en que se sigue imprimiendo cada año.

Poseo dos ejemplares de 1930 y 1933. Se trata de dos cuadernillos muy fatigados, de 13,5 x 9 cm, de 32 páginas sin foliar (figura 1), más una portada y contraportada en desvaído color violeta (figura 2). Ambos están dedicados, desde la portada, a la propaganda de los específicos de Sáiz de Carlos: el Elixir estomacal; el Neuranémico; la Purgantina; la Quinofebrina y el Reumatol, a todos los cuales se les dedica una frase en los bordes de las páginas (parte superior y margen derecho e izquierdo). En el de 1933 (el ejemplar de 1930 la ha perdido), en la contraportada, se publicitan tres específicos del laboratorio Santoyo, de Linares, Jaén y el Ungüento Mágico, un callicida al que le estoy singularmente agradecido pues lo empezó a fabricar mi abuelo, Antígono, y lo siguió elaborando, mientras le fue posible, mi padre, José Antígono, en la farmacia de la Plaza de San Ildefonso, número 4, de Madrid, encima de la cual, exactamente, sobre la mesa del comedor, vi mis primeras luces.

Ramón Sáiz de Carlos nació en Santa María del Campo (Cuenca) el 26 de enero de 1858, se licenció en Farmacia en 1877 y en Medicina en 1884, en ambos casos en la Universidad Central. Después de ejercer un tiempo la Medicina en Requena (Cuenca) en 1889 estableció una Oficina de Farmacia en la calle Serrano nº 30 de Madrid, en donde estableció un laboratorio anejo. Fue Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y Vicepresidente de la Cámara de Comercio de la capital, además de diputado a Cortes en varias legislaturas, perteneciente al partido liberal-demócrata de Manuel García Prieto; escribió algunos textos y se dedicó a la preparación de específicos que publicitó ampliamente. Fallecido en 1926, sus herederos continuaron con su empresa. Una muestra de su actividad farmacéutica es la chapa serigrafiada (50 x 35 cm) de la figura 3.
La segunda acepción de la palabra almanaque es la de una publicación anual que recoge datos, noticias o escritos de diverso carácter. Verán que, en ninguna de ellas, la relación con la literatura es unívoca pero, reconocerán conmigo que es más íntima con un cierto tipo de literatura popular que con cualquier otro género. En esta segunda acepción, dedicada por entero a la publicidad farmacéutica, poseemos varios ejemplos.

El más antiguo es el Almanaque de Holloway, publicado en 1892 en Londres, en el número 73 de New Oxford Street y editado en castellano por Vicente Ferrer y compañía en Barcelona. Se trata de un cuadernillo, muy fatigado también, de 21 x 14 cm. Formado por 30 páginas, dedicadas a la descripción de las catedrales católicas europeas; repleto de fotografías de dibujos de los centros arquitectónicos, con cubierta y sobrecubierta de color asalmonado (figura 4) y dedicado por entero a la propaganda de las píldoras y ungüento Holloway. Son verdaderas médécinas (sic) de bendición y alivio para los enfermos. Elaborados solamente en el n. 533, Oxford Street, ahora 78, New Oxford Street, Londres. Y vendidos por todos los boticarios del mundo entero. (Figura 5).

El almanaque recoge las fases de la luna en varios países sudamericanos (Colombia, Argentina, Perú, México, Brasil, Chile) datos del santoral e informaciones sobre las catedrales católicas de Roma, París, Venecia, Milán, Toledo, Sevilla, San Patricio, Armagh (Irlanda), Iglesia de los Padres del Oratorio en West Brompton (Londres) además de consejos sanitarios populares, noticias variopintas y reglas de oro para preservar la salud, aparte de muchísimos testimonios sobre la utilidad de los específicos, preferentemente de médicos y de sacerdotes, no sé si reales o inventados. Alguno tan curioso como el de Desiderio Rizzolio, argentino, quien dice haber tomado veinte píldoras sin notar mejoría alguna, por lo que considera debían ser falsificadas y les pide el envío de las auténticas.
Las píldoras Holloway se vendían como útiles para el estómago, el hígado, los intestinos y los riñones. Purificadoras de la sangre, muy buenas para aumentar el apetito y útiles en las mujeres durante la menopausia. El ungüento se vendía para curar llagas, pero también podía emplearse en cualquier otra afección.
En ningún lugar se indica su composición y sólo que fueron preparadas por Tomás Holloway, fundador del Real Colegio y del Sanatorio Holloway en 1885 y 1886, con lo cual, esos específicos ingleses, tan publicitados y con tanto éxito, en realidad eran remedios secretos y las técnicas publicitarias las propias de los curalotodos anglosajones.
Thomas Holloway (1800-1883) fue un comerciante. Entró en relaciones de negocio con Félix Albinolo, vendedor de una pomada. Estableció un negocio de venta de ungüento que preparaba en la cocina de su madre. Lo patentó, junto a las píldoras, y aplicó la publicidad a las mismas, convirtiéndose en un potentado que dedicó parte de sus ingresos a la filantropía. El negocio persistió, desde 1837 hasta 1930 y los fármacos, gracias a la publicidad masiva, tenían la fama de ser tremendamente eficaces. El análisis de sus medicamentos, efectuado tras su muerte, demostró que no poseían ningún elemento curativo significativo.

Un caso similar es el de las Píldoras de la vida del Dr. Ross, fabricadas por la Sydeny Ross Co., emplazada en Newark, Nueva Jersey (USA). De composición desconocida se publicitaron mundialmente por todos los medios, en los que se incluían sorteos con grandes premios. Poseemos los almanaques (13X18 cms.) para España, con un promedio de 30 páginas también sin foliar (Figura 6). Los libritos, ya con cubiertas a todo color, recogen las fiestas civiles y religiosas, el oráculo Ross del destino, del amor y de la fortuna, chistes (malísimos); conocimientos {in}útiles; historietas del buen humor, difícilmente tragables y muchísima publicidad bien dibujada (figura 7). No sólo de las píldoras de vida, también del jabón de Ross, el tónico Vigorón y el quitadolores Jaquetina. Se presentaba como un remedio para el hígado y los intestinos mediante el cual se podía mantener permanentemente la salud y el buen ánimo, útil para cualquier enfermedad e imprescindible para mantener una vida próspera y saludable, mantener la piel tersa y retrasar la senectud.

Las píldoras se empezaron a comercializar a principios del siglo XX y se mantuvieron en el comercio, al menos, hasta 1950. Eran unas pildoritas rosas con un leve efecto laxante.
La compañía preparadora se fusionó con Sterling Drug, Winthrop química, fundada en 1901 por William E. Weiss y Albert H. Diebold para comercializar la Neuralgina. Entre 1902 y 1986 adquirieron más de 130 empresas, entre ellas la preparadora de las Píldoras de la vida del doctor Ross. Durante la primera guerra mundial se hicieron con la filial que Bayer había instalado en los Estados Unidos y establecieron una empresa separada de la matriz alemana. Fue adquirida en 1988 por SmithKline Beecham que posteriormente se fusionó con Glaxo.
En la página web de GSK Argentina se puede consultar que las píldoras de la vida del Dr. Ross no están disponibles, pero se componen, en la actualidad, de polvo de ipecacuana; oleorresina de Capsicum; extracto de belladona y aloína; es decir, cuando decidieron que pasara de un remedio secreto a una especialidad farmacéutica lo convirtieron en un laxante no demasiado suave.

Aunque poseemos algunos almanaques más, quiero finalizar el artículo refiriéndome al de la casa europea, todavía en plena actividad, maestra en la publicidad farmacéutica. Me refiero al Almanaque Bayer para 1928 (figura 8). Como en los demás casos, se trata de un cuadernillo (20,5 x 14 cm) de 56 páginas foliadas más portada y página final en color. El contenido es similar al descrito: cálculos astronómicos; adivinanzas, calificadas por ellos mismos de flojas; chistes delirantes de los que no me resisto a reproducir uno: -¿Qué mujeres le gustan más, las caprichosas o las otras?/-¿Cuáles son las otras?. ¿Se atrevería una casa de especialidades farmacéuticas o de cualquier otra cosa a publicar hoy un chascarrillo de éste tipo? Inventos parecidos a los de TBO como las trampas infalibles; tiras cómicas. Noticias de interés para el historiador (pág. 9) como la unión de Bayer con la Farbwerke vorm, Meister-Lucius & Bruning, creada en 1863 y dedicada a la producción de colorantes. Fue la preparadora de la Novocaína, Piramidón, Suprarrenina sintética, Salvarsán y Koch la encomendó la preparación de la tuberculina. Poseía un departamento dedicado a preparar sueros como el de la difteria, descubierto por el profesor E. von Behring y un laboratorio de investigación en donde trabajaban más de trescientos químicos y farmacéuticos. Asegura que será una de las más fuertes del mundo, al unirse dos empresas que siempre destacaron por su honradez y pulcritud. Esa última afirmación nos dará mucho juego en artículos posteriores.
Añaden cuentos, muchos retratos religiosos – de los que posteriormente hicieron una serie publicitaria –; cantares andaluces; también un concurso con un primer premio de 300 pesetas (los ganadores del año anterior salían fotografiados); relatos píos y no sólo múltiples anuncios de sus específicos sino de la labor investigadora de Bayer. En ese año de 1928 se centraron en el Antileprol, un remedio que, según ellos, liberaría al mundo de la lepra y la Plasmoquina, medicamento antipalúdico. Por ello escriben: la casa Bayer tiene lo que podríamos llamar su “alma”, la cual está constituida por su anhelo de contribuir al adelanto de la ciencia y por el generoso entusiasmo con que afronta esa lucha, sin considerar el gasto ni medir el esfuerzo. Eso es lo que queremos que usted vea bien. Sólo así conocerá de veras a su amiga la Casa Bayer. Las instituciones son en esto como las personas: tienen una fisionomía fea o bonita, simpática o antipática; pero no es por ella que debemos juzgarlas. Para saber lo que valen, hay que verles el “alma”.
Esta propaganda se produce después de la primera guerra mundial. Bayer había formado parte del esfuerzo bélico en la IG Farben, junto a BASF, HOESCH y otras empresas no químicas. Se habían entregado, a fondo, en la guerra química y habían sido acusados de emplear mano de obra esclava belga. Con ese precedente se entiende, mucho mejor, el afán propagandístico de la empresa con respecto a su “alma” social.

Incluyen también un reportaje de Nueva York, recetas culinarias, consejos de salud, divulgación sanitaria, propaganda de fitosanitarios y raticidas; un largo artículo sobre quiromancia… de todo, como en botica, aunque mucho mejor estructurado que en los demás almanaques citados, con un empleo de las tiras cómicas muy abundante para hacer propaganda de sus específicos (figura 9).
Aunque poseemos varios almanaques más, por cuestiones de espacio y porque las características de los mismos están bien descritas en los ya mencionados, en otros artículos seguiremos con la publicidad relacionada más directamente con la literatura, aunque también nos ocuparemos de otros aspectos laterales que siguen empleándose en la actualidad.
Coste efectividad del diagnóstico precoz en la enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer (EA), principal causa de demencia en personas mayores, muestra una prevalencia que está aumentando con el paso del tiempo. Sin embargo, aunque no existen tratamientos para curar la enfermedad, algunos fármacos permiten reducir la intensidad de algunos síntomas. Un nuevo foco de atención se centra en el diagnóstico temprano de la EA.
Actualmente se utiliza el diagnóstico por imagen como la tomografía de emisión de positrones (PET) o la resonancia magnética (RM), para excluir otras condiciones o medir la atrofia cerebral. La investigación de otros métodos diagnósticos implica el hallazgo de nuevos biomarcadores sensibles y específicos; la detección de placas de amiloide beta (aβ) mediante la utilización de nuevos contrastes en la RM podría permitir un diagnóstico temprano, lo que implicaría modificar el curso de la enfermedad.
Los autores3 analizan la eficiencia, desde la perspectiva social en Francia, de una diagnosis temprana, con un nuevo agente en RM, respecto de las técnicas actuales, estimando las consecuencias futuras de tal procedimiento. El análisis parte de una cohorte teórica de individuos de 60 años de edad, a la que se aplican 3 estrategias diagnósticas: estándar: consulta médica, test cognitivos como el MMSE y test de laboratorio; combinada (Est+RM): estrategia estándar más RM o combinada futura (Est+RM+NC) estrategia estándar más RM con un nuevo contraste. El estudio se efectúa en el horizonte temporal de 15 años, con un descuento del 5% anual a partir del segundo. Se asume que se realiza una campaña nacional en personas de 60 o más años (a nivel general o sólo en los que muestren el alelo ε4 de la apolipoproteina E, en donde el riesgo de EA es superior). Se asume asimismo que se dispondrá de un nuevo tratamiento que retarda el curso de la enfermedad.
Tras el cribado inicial –con cada una de las estrategias diagnósticas- los pacientes con resultado positivo son tratados (con el nuevo fármaco en estadios tempranos, con donepezil en estadio medio o moderado y con memantina en estadio grave) mientras que los que ofrecen un resultado negativo se reevalúan cada 5 años.
Los costes incluyeron los de tipo directo: diagnóstico (pruebas, consultas médicas, test de laboratorio), seguimiento del paciente (consultas médicas) y tratamientos farmacológicos, así como el de los cuidadores (informales, en domicilio, o formales, en residencias especializadas) y las complicaciones que éstos sufrían (depresión y ansiedad); asimismo, se incluyeron los costes indirectos (pérdida de productividad laboral). Los beneficios se estimaron como años de vida ajustados a calidad (AVAC).
Los resultados mostraron que tanto si el cribado se efectúa a toda la población de 60 años o más o se segmentaba en aquellos con los que presentan el alelo ε4, la estrategia combinada futura (RM + nuevo contraste) se asociaba con el mayor coste pero también con el mayor beneficio; no obstante, el ratio coste efectividad incremental (RCEI) superaba mucho cualquier umbral de eficiencia (Tabla 3). Los análisis de sensibilidad indicaron que la estrategia combinada futura (Est+RM+NC) precisaba una especificidad mayor del 98% para ser la opción más eficiente.
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tabla 3 |
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Coste (€) |
Beneficio (AVAC) |
RCEI (€/AVAC) |
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Cribado poblacional |
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Estándar |
43.559 |
8,0722 |
Dominado |
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Est + RM |
43.009 |
8,0732 |
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Est + RM + NC |
44.945 |
8,0752 |
991.972 |
|
Cribado a alelo ε4 |
|
|
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|
Estándar |
44.711 |
8,0377 |
Dominado |
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EST + RM |
44.180 |
8,0386 |
|
|
Est + RM + NC |
46.075 |
8,0415 |
641.326 |
Los autores concluyen que, asumiendo que exista un nuevo tratamiento con eficacia probada en un estadio temprano de la enfermedad de Alzheimer, así como un test que permita la detección temprana de la patología, éste sólo sería eficiente si presenta una muy alta especificidad para poder diagnosticar estadios tempranos de la enfermedad.
Impacto presupuestario asociado a un nuevo dispositivo inhalador en asma
El asma es fuente de una gran morbimortalidad en cualquier país desarrollado. No obstante, los avances terapéuticos han dotado de una gran variedad de fármacos para su tratamiento, especialmente, las combinaciones de beta adrenérgicos de larga acción (BALA) con corticoides inhalados (CI). Sin embargo, la vía de administración de estos fármacos, la vía inhalatoria, es muy diferente a cualquier otra a la que el paciente está habituado a utilizar. Ello es responsable de una serie de errores que finalmente conducen a una reducción de la adherencia. En este caso, el control de la enfermedad dista de ser óptimo, aumentando la tasa de complicaciones.
Cada combinación de BALA con CI tiene su propio dispositivo. Spiromax es uno nuevo que contiene la combinación de budesonida con formoterol; asimismo, es un medicamento híbrido que presenta la misma composición que otras marcas, las cuales disponen del dispositivo Turbuhaler. El nuevo dispositivo ha mostrado una reducción en la frecuencia de errores de utilización, lo cual favorecería la disposición del fármaco en pulmón, reduciendo las complicaciones. En base a todo ello, los autores2 realizan un análisis de impacto presupuestario para evaluar la modificación en el presupuesto del Sistema Nacional de Salud (SNS) español asociado a la sustitución parcial de fármacos dotados del dispositivo Turbuhaler (Symbicort y Rilast) por el nuevo fármaco (DuoResp) que presenta el nuevo Spiromax.
Para ello diseñan un modelo matemático en Excel que analiza, en el horizonte de 4 años y desde la perspectiva del SNS el coste asociado a la utilización de cada fármaco por sus usuarios correspondientes, en base a las cuotas de mercado de cada uno de ellos. Los costes incluyen la utilización de recursos asociados a complicaciones, como visitas a urgencias y hospitalizaciones; se expresan en euros de 2015. El estudio imputa una tasa de descuento anual del 3% a partir del segundo año, si bien las recomendaciones actuales indican que no se efectúe descuento alguno, al tratarse de un análisis financiero y no de un análisis farmacoeconómico. Por otra parte, los datos que señalan la frecuencia de uso de los recursos (estancias hospitalarias y visitas a urgencias) fueron indicados por un panel de cinco médicos (atención primaria y especialistas). No se incluyó el precio de los fármacos al ser el mismo en las tres alternativas.
El modelo sólo incluyó a pacientes que presentaban un control de su patología y se hallaban en tratamiento de mantenimiento. Asumiendo diferencias en las tasas de adherencia de los pacientes tratados con Spiromax respecto de los tratados con los otros fármacos, aquellas se trasladaron a diferencias en el uso de recursos sanitarios. La población a tratar se calculó a partir de la total y la prevalencia del asma (se asumió del 9,9% para España: 3.748.190 pacientes asmáticos), el porcentaje de diagnosticados con tratamiento (35,52%: 1.331.357 pacientes) el porcentaje de tratados con los fármacos que disponen del dispositivo Turbuhaler (34,99%) y que están siendo tratados con combinaciones de dosis fijas de BALA más CI (35,85%). En definitiva, el estudio evaluó una población de 166.985 pacientes.
La frecuencia anual asumida para el uso de algunos recursos fue ligeramente menor con Spiromax que con los 2 fármacos actuales que presentan el dispositivo Turbuhaler, en base a la reducción de errores de uso con el dispositivo: 4,6 vs. 4,8 consultas médicas, 2,8 vs. 3,6 días de estancia hospitalaria, manteniendo igual el número de consultas a especialistas (2,0), la tasa de visitas a urgencias (0,014) y de hospitalización (0,003) y la frecuencia de pruebas diagnósticas. El resultado mostró una reducción ligera del coste total en el escenario alternativo (tras la introducción de Spiromax) respecto del escenario actual (sin dicho dispositivo) (Tabla 2). Dicho ahorro se debió principalmente (91%) a una reducción del número de consultas médicas.
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tabla 2 |
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ACTUAL |
2015 |
2016 |
2017 |
2018 |
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Turbuhaler (1) |
64.210.549 |
65.753.902 |
69.363.528 |
75.437.044 |
|
Turbuhaler (2) |
64.210.549 |
65.753.902 |
69.363.528 |
75.437.044 |
|
Total |
128.421.098 |
131.507.804 |
138.727.057 |
150.809.389 |
|
ALTERNATIVO |
|
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|
Turbuhaler (1) |
57.147.388 |
53.918.199 |
54.103.552 |
56.553.521 |
|
Turbuhaler (2) |
57.147.388 |
53.918.199 |
54.103.552 |
56.553.521 |
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Spiromax |
13.913.892 |
23.315.439 |
30.061.000 |
37.135.388 |
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TOTAL |
128.208.670 |
131.151.839 |
138.268.105 |
150.242.430 |
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Impacto presup. |
-212.428 |
-355.965 |
-458.952 |
-566.959 |
Los autores concluyen que los resultados del estudio sugieren que la utilización de Spiromax podría asociarse con una reducción de la utilización de recursos sanitarios y, por tanto, de costes.
El incremento de la adherencia es un factor clave para garantizar la eficacia de un tratamiento, especialmente en el caso de las enfermedades crónicas. El farmacéutico se halla en una ubicación perfecta para influir en la mejora de la adherencia. El recientísimo Plan de Adherencia Terapéutica es una oportunidad única para que la profesión farmacéutica en su totalidad colabore muy activamente, mostrando cómo puede mejorar los resultados de salud, objetivo principal que la sociedad espera de ella.
Eficiencia de una vacuna para la enfermedad de Alzheimer
La demencia deteriora de forma significativa la calidad de vida de las personas que la padecen, siendo la enfermedad de Alzheimer (EA) la causa principal. La OMS estimó que más de 42 millones de personas en el mundo presentarían demencia en 2020, de los cuales, el 60-80% correspondía a dicha enfermedad. El tratamiento se basa en inhibidores de colinestarasa (donepezil, galantamina y rivastigmina) y antagonistas del receptor de N-metil-D-aspartato (memantina); sin embargo, la eficacia se observa sólo en la mitad de los pacientes y sus efectos se limitan a síntomas leves, empeorando pronto. Las investigaciones actuales analizan la relación entre el metabolismo anormal de los péptidos amiloides beta (aβ) y la EA, existiendo evidencias que sugieren que la inmunoterapia de aβ podría modificar la enfermedad. Para evaluar la idoneidad de dicha terapia, los autores1 realizan un estudio para analizar la eficiencia de la inmunoterapia en el ámbito de los pacientes con EA en Taiwan.
El estudio analiza una cohorte teórica de 120.000 pacientes con EA (basado en una prevalencia del 4,6% en los mayores de 65 años). Se asume que el 50% presentarán un estadio medio y el resto, moderado. Las opciones evaluadas son la inmunización activa con un aβ intacto sintético, ANI792, y la de no inmunizar. Los datos de eficacia de la vacuna se obtuvieron de un metaanálisis de ensayos clínicos con ANI792, a partir de los resultados de las escalas cognitivas aplicadas: l Mini-Mental State Examination (MMSE), Alzheimer Disease Assessment Scale-Cognitive subscale (ADAS-Cog) y Disability Assessment for Dementia (DAD).
Se diseñó un modelo de Markov –con ciclos de un año- que simulaba el curso natural de la EA en los 10 años siguientes, tiempo estimado de protección de la vacuna. Ésta comienza en un estadio medio, pasando a moderado, grave y, finalmente, alcanzando la muerte. El beneficio clínico se midió en años de vida ajustados a calidad (AVAC), obteniendo los valores de utilidad de un estudio que utilizó el instrumento Health Utilities Index Mark II (HUI.2). Por su parte, los costes incluidos comprendieron los de tipo directo (consultas, test de laboratorio, procedimientos diagnósticos) e indirecto (cuidadores formales e informales). Finalmente, el estimador de la eficiencia fue el ratio coste efectividad incremental (RCEI). Dada la incertidumbre de los parámetros, se efectuó un análisis probabilístico con 5000 iteraciones, estableciéndose como umbral la cifra de 20.000 US$/AVAC. Posteriormente se estimó el RCEI y la curva de aceptabilidad de coste efectividad.
Los resultados mostraron que, para un horizonte temporal de 10 años, la inmunización activa presentaba un coste superior respecto de no tratar, así como incrementaba el beneficio clínico, ofreciendo un RCEI por debajo del umbral definido previamente (Tabla 1). Si el horizonte contemplaba sólo los 5 primeros años, el resultado era de dominancia simple respecto del no tratamiento. Por su parte, el análisis probabilístico –a 10 años- mostró una probabilidad del 70,7% de ser coste efectivo para una disposición a pagar de 20.000 US$/AVAC.
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tabla 1 |
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Inmunoterapia |
No inmunoterapia |
Diferencia |
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Costes (US$) |
156.542 |
148.786 |
7.756 |
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Beneficios (AVAC) |
3,469 |
2,909 |
0,560 |
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RCEI (US$/AVAC) |
13.850 |
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Beneficios (AVG) |
6,768 |
5,931 |
0,837 |
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RCEI (US$/AVG) |
Dominante |
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Los autores concluyen que, a la vista de los datos disponibles, la utilización de una vacuna para la enfermedad de Alzheimer podría ser coste efectiva.