Resumen
Los frutos y semillas del azufaifo pueden tener un futuro prometedor en el mantenimiento de la salud e incluso en el tratamiento de diversas patologías. Pero, teniendo en cuenta la enorme variabilidad en su composición según los cultivares, las variedades, el estado de maduración en el momento de su recolección, etc., es preciso someterlo a ensayos principalmente clínicos y contar con productos estandarizados de calidad contrastada para asegurar su eficacia y seguridad.
Según la RAE, los frutos son el “producto del desarrollo del ovario de una flor después de la fecundación” “en el que quedan contenidas las semillas” y cuya principal función es contribuir al desarrollo y protección de las mismas y, en algunos casos, a facilitar su dispersión. En la formación del fruto también contribuyen el cáliz, el receptáculo floral y otros órganos.
La anatomía de los frutos es variable aunque por lo general están constituidos por una parte externa o pericarpio en el que se identifican: epicarpio o exocarpio, generalmente constituido por una capa epidérmica y en ocasiones por un parénquima glandular (flavedo) o esclerenquimatoso; mesocarpio parenquimatoso frecuentemente engrosado; y endocarpio de estructura variable constituido por una epidermis interna y en ocasiones por capas de tejido parenquimatoso, a veces muy esclerificado como en el caso del carozo o hueso de las drupas. El mesocarpio de los frutos carnosos se suele llamar pulpa pero su denominación técnica es sarcocarpio.
Su clasificación puede realizarse teniendo en cuenta el número de carpelos (monocárpicos, policárpicos…), la consistencia (carnosos: hesperidio, baya, drupa; o secos) y la dehiscencia (dehiscentes o indehiscentes).
El mundo vegetal ofrece una gran variedad de frutos que pueden ser empleados por el hombre para muy diferentes fines, los más importantes son su contribución a la alimentación y al mantenimiento de la salud humana, ya sea para favorecer un estado saludable por su riqueza en vitaminas y minerales o por la presencia de principios activos capaces de prevenir y tratar enfermedades.
De unos años a esta parte, el “cajón de frutos saludables” se está enriqueciendo, no solo incorporando frutos ampliamente conocidos y utilizados en el mundo occidental, hasta ahora solo apreciados por sus cualidades nutricionales, sino con frutos procedentes de medicinas tradicionales a los que el mundo científico está dirigiendo su interés. Ejemplos del primer grupo podemos citar la granada, el arándano americano, el aguacate, la piña, etc. En el segundo grupo puede citarse, entre otros muchos, el fruto que se trata en este artículo, la azufaifa.
Sin embargo, hay que advertir que para obtener los beneficios terapéuticos evidenciados científicamente es necesario realizar una administración basada en los principios de calidad, seguridad y eficacia. Es decir, se deben utilizar preparados normalizados en sus principios activos y elaborados adecuadamente de forma que se posibilite una correcta posología, siempre bajo el consejo de un profesional sanitario.
Azufaifa
La especie, Ziziphus jujuba Mill. (syn. Z. vulgaris; Z. sativa; Z. zizyphus; Rhamnus ziziphus L.) perteneciente a la familia Rhamnaceae, azufaifo o jinjolero en español, es un arbusto o árbol caducifolio muy ramificado, con ramillas de color verdoso, zigzagueantes y colgantes, espinosas, originario de China. En este país se conoce y cultiva desde hace mas de 4.000 años, existiendo en la actualidad mas de 700 cultivares. Se cultivan también en Europa, Sureste asiático, Norte de África y Australia. En Estados Unidos se introdujo a principios del siglo XX.
En China se cultivan tres especies del género con importante interés económico: azufaifo chino (Z. jujuba) conocido simplemente como azufaifo o azufaifo común y considerado la especie genérica del género Ziziphus, azufaifo silvestre o amargo (Z. acidojujuba) y azufaifo indio (Z. mauritiana). Las dos primeras especies tienen un gran parecido morfológico y se cree que el silvestre es la especie precursora. Se han considerado especies independientes, pero sigue estudiándose y debatiéndose la delimitación taxonómica entre ambas especies.
Actualmente, según el Anuario Forestal Chino de 2013, las plantaciones de azufaifo ocupan mas de 1,53 millones de hectáreas y constituye el cuarto fruto en importancia económica en las regiones templadas de China, detrás de la manzana, pera y uva.
Los azufaifos son resistentes a temperaturas extremas aunque no a las heladas prolongadas. Sus hojas son alternas, coriáceas, con el haz de color verde brillante, de forma oblonga a oval-lanceoladas, de borde finamente dentado, con el ápice agudo o redondeado y la base trinervada. Las flores de color amarillo-verdoso se disponen en grupos de 2 a 3 en las axilas de las hojas a lo largo de las ramas. Los frutos, azufaifas, son drupas globosas de color verdoso, rojizas al madurar, de 2 a 3 cm de longitud. La pulpa de color blanco amarillento es de aspecto harinoso y sabor dulce aunque ligeramente ácido y un poco amargo. Contienen en su interior una única semilla leñosa surcada longitudinalmente. Los frutos se recolectan en septiembre y octubre y se consumen frescos o una vez desecados y deshuesados, de forma similar a los dátiles.

Las azufaifas son ampliamente consumidas en alimentación sobre todo en China y otros países asiáticos, pero además se emplean en muchos lugares con fines medicinales. De hecho, estos frutos están incluidos en la Farmacopea China y en la Japonesa. La primera incluye la monografía del fruto, Fructus Jujubae, como el fruto maduro desecado de Ziziphus jujuba, siendo su nombre en chino “Dazao”. También incluye la de la semilla, Semen Ziziphi Spinosae, semilla madura desecada de Ziziphus jujuba var. spinosa, denominada en chino “Suanzaoren”. Por su parte, la F. japonesa lleva también las dos monografías, el fruto indica que procede de Zizyphus jujuba Miller var. inermis Rehder y la semilla de Zizyphus jujuba Miller var. spinosa Hu ex H. F. Chou. La mayor parte de las semillas de azufaifa en el mercado japonés se importan desde China y en menor medida de otros países de Asia.
Los frutos del azufaifo contienen una elevada proporción de compuestos fenólicos, variable dependiendo de factores genéticos y ambientales, y del estado de maduración de los mismos. Entre ellos se encuentran flavonoides (principalmente flavonoles y derivados, y flavan-3-oles), ácidos fenólicos, taninos y estilbenos. Contienen también ácidos triterpénicos (betulínico, ursólico, etc.), saponinas triterpénicas damaránicas (jujubósidos A, A1, B, B1, C, I-IV, acetil jujubósido B), polisacáridos, esteroles, carotenos, ácidos grasos no saturados, ácidos orgánicos (cítrico, succínico, málico, etc.), aminoácidos, vitaminas (sobre todo vitamina C) y minerales (magnesio, potasio, calcio, cobre, hierro, etc.). De las semillas se han separado C-heterósidos de flavonas.
En otras partes de la planta como las cortezas de los tallos o las raíces, se han aislado unos alcaloides que son específicos de la familia Ramnáceas y especialmente del género Ziziphus, alcaloides ciclopeptídicos. Algunos de estos compuestos han demostrado poseer una potente actividad antiviral frente al virus de la diarrea epidémica porcina (PEDV), coronavirus que no afecta a los humanos relacionado con el virus de la gastroenteritis transmisible (TGE).
Se recomienda como tónico reconstituyente en casos de fatiga crónica y pérdida de apetito, para incrementar el peso y mejorar la fuerza muscular y la resistencia. En la Medicina Tradicional China (MTC) se prescribe para mejorar la función hepática y el sistema inmune, como diurético, emoliente, expectorante, antidiarreico y en el tratamiento de quemaduras y otras afecciones dermatológicas (piel seca). Las semillas, se han empleado como sedante en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio. En Taiwan para el tratamiento de alteraciones del sueño y estados depresivos. En la medicina Kampo (tradicional japonesa) se utilizan para tratar el insomnio y la psiconeurosis. En la India además como anticonvulsivante.
En algunas provincias de Paquistán se consumen diversos frutos silvestres con fines alimenticios y curativos. Entre ellos, los frutos y semillas del azufaifo se emplean como antifúngicos, antibacterianos, antiulcerosos, sedantes, anticonceptivos, hipotensores y en la curación de heridas. También se utiliza la planta para enfermedades como diabetes, diarrea, infecciones de piel, faringitis, bronquitis, insomnio, etc.

Principalmente en los últimos 10-15 años (solo entre 2014 y 2015 se han publicado en PubMed casi 50 trabajos científicos), se están estudiando sus propiedades beneficiosas para la salud mediante ensayos sobre todo in vitro e in vivo. Se han comprobado propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, inmunoestimulantes, neuroprotectoras, hipnóticas, tranquilizantes, antiepilépticas, antiobesidad, protectoras hepáticas y gastrointestinales, antimicrobianas y anticancerígenas.
Actividad anticancerígena
Respecto a la actividad quimiopreventiva o anticancerígena, en estudios experimentales se ha comprobado la actividad antitumoral de algunos ácidos triterpénicos tanto en forma de geninas libres como de saponinas. De los frutos de azufaifo se han aislado diversos componentes de este tipo como por ejemplo, ácido ursólico, ácido oleanólico o ácido betulínico, para los que se han demostrado efectos citotóxicos. También jujubósido B, saponina aislada de las semillas, ha mostrado efecto antitumoral in vivo e in vitro por inducción de apoptosis y autofagia.
En células de hepatoma humano (HepG2) un extracto clorofórmico de frutos de Ziziphus jujuba disminuyó su viabilidad. El efecto fue concentración dependiente y el extracto indujo la apoptosis pero además detuvo el ciclo celular en estas células.
Igualmente, una fracción polisacarídica desproteinizada obtenida a partir del extracto acuoso de los frutos de Z. jujuba, ha demostrado su eficacia antiproliferativa sobre células de melanoma, dosis y tiempo dependiente. El ciclo celular se detuvo en fase G2/M y la actividad de las caspasas 3 y 9 aumentó.
En MTC se emplea la azufaifa para tratar el cáncer de mama. Se han ensayado in vitro diversos extractos preparados con diferentes disolventes sobre las líneas celulares de cáncer de mama MCF-7 (receptor estrogénico alfa positivo) y SKBR3 (receptor estrogénico alfa negativo). Los extractos más eficaces fueron el clorofórmico y el de acetato de etilo (en ellos se han aislado ácidos triterpénicos), que fueron capaces de inhibir el crecimiento e inducir la apoptosis en dichas células. Esto podría justificar el uso de azufaifa en cáncer de mama en MTC.
En diversos tipos de células tumorales se ha observado que el estado de maduración de los frutos influye en la actividad anticancerígena ya que puede modificar la concentración de los principios activos. Por ejemplo, en una publicación de Choi et al. (2012), se determinó el contenido en proteínas, aminoácidos libres y flavonoides de los frutos de una variedad mejorada que se cultiva bastante en Corea en ocho etapas diferentes de la maduración. Se observó cómo la diferente concentración en flavonoides incidía significativamente en las actividades antioxidantes e inhibidoras de células cancerígenas.
En resumen, los frutos del azufaifo, solos o combinados con otras plantas, han mostrado actividad antiproliferativa y anticancerígena sobre diversas líneas celulares tumorales, en ensayos in vitro e in vivo. Uno de los mecanismos de acción principales parece ser la inducción de la apoptosis y los principios responsables investigados hasta el momento son ácidos triterpénicos y polisacáridos.
Actividad antioxidante
Se ha comprobado también la actividad antioxidante de la azufaifa. En un estudio utilizando el método de determinación del radical DPPH, se demostró un efecto concentración-dependiente, siendo el porcentaje de actividad antioxidante del 41,1% y 47,3% a las concentraciones de 0,5 mg y 1 mg, respectivamente.
En otro trabajo realizado con extractos obtenidos de cinco cultivares en China se observó una capacidad antioxidante diferente según el cultivar aunque no, curiosamente, una correlación entre su contenido en fenoles totales y dicha actividad. No obstante, el fruto del azufaifo contiene mas cantidad de compuestos fenólicos totales que otros frutos conocidos por su actividad antioxidante como caquis, cerezas, manzanas o uvas rojas.
La piel parece ser la parte del fruto mas rica en fenoles y la de mayor capacidad antioxidante. Los componentes fenólicos, vitamina C y las fracciones polisacarídicas solubles en agua, los mas eficaces como captadores de radicales libres.
Este mismo año 2015 un grupo español ha publicado un estudio con cuatro cultivares de azufaifo en España. Han determinado el contenido en azúcares, ácidos orgánicos, minerales y compuestos volátiles (importantes para el olor y el aroma), comprobando su elevado contenido en vitamina C y un bajo contenido en sodio. La composición de los frutos varía con el genotipo. Uno de los cultivares tiene un contenido elevado de fructosa por lo que los autores indican que podría ser útil para los diabéticos. Otros dos cultivares podrían ser fuente de minerales.
Actividad hipnótica y ansiolítica
Sobre la eficacia de las azufaifas en el tratamiento del insomnio es de destacar el artículo de revisión publicado por Yeung et al., en el año 2012. En este artículo se analizó la eficacia de la MTC para el tratamiento del insomnio agudo. Se incluyeron 217 ensayos clínicos, la mayoría de calidad cuestionada debido a problemas metodológicos (número de pacientes, inexistencia del grupo placebo, normalización de los preparados, duración de tratamientos, etc.), en los que se utilizaron tanto mezclas de plantas (98 mezclas diferentes en 127 ensayos) como preparados que incluían una única especie vegetal (90 ensayos). Considerando tanto las mezclas como los preparados simples, se observó que la planta más utilizada es Ziziphus jujuba ya que figura en 190 de los 217 estudios (87,6%), seguido por Polygonum multiflorum (Ye Jiao Teng) en un 42,6% y el hongo Poria cocos (Fu ling) en un 41,0%.
Los resultados globales, teniendo en cuenta todos los ensayos independientemente de su calidad, indicaron la mayor eficacia de la MTC, tanto frente a benzodiacepinas como frente a placebo. Sin embargo, en el metanálisis realizado con los ocho ensayos de calidad suficiente (con puntuación en la escala de Jadad de 3 o superior) no se observaron diferencias significativas ni frente a placebo ni frente a tratamientos convencionales.
Algunas de estas fórmulas, en concreto “Suan Zao Ren Tang” en la que figura la azufaifa como componente principal (semillas maduras y secas, en la mayoría de los casos), así como los preparados simples, han demostrado en animales de experimentación poseer propiedades ansiolíticas, antidepresivas, sedantes y ligeramente hipnóticas.
En ratas, la administración oral de la mezcla “Suan Zao Ren Tang” induce un incremento en el sueño no REM que es suprimido mediante la administración intra-cerebroventricular de un antagonista de receptores GABA A, bibuculina y no por un antagonista del receptor GABA B como es el 2-hidroxisaclofeno. El principio activo responsable de esta actividad podría ser jujubogenina, genina derivada de la hidrólisis de jujubósido A capaz de atravesar la barrera hematoencefálica. Los componentes de los frutos de azufaifa, principalmente los de las semillas, también podrían actuar sobre receptores de serotonina (5-HT1A, 5-HT2).
En animales de experimentación se ha comprobado que jujubósido A favorece la conciliación del sueño, prolonga su duración y mejora su calidad. Entre los mecanismos implicados, además de incrementar la expresión de receptores GABA, se ha comprobado que modula la secreción de citocinas inflamatorias intestinales modificando los complejos mecanismos de comunicación intercelular en células nerviosas cerebrales, de forma similar a la melatonina. Esta actividad moduladora en la producción de citocinas también podría estar relacionada con el efecto inmunomodulador de las semillas de azufaifa.
En este sentido, un estudio realizado en rata y ratón ha evidenciado que el efecto de estos saponósidos está influenciado significativamente por los ritmos circadianos. Durante el día los jujubósidos incrementan significativamente el tiempo de sueño total y el sueño REM sin afectar al sueño no REM, mientras que durante la noche además de incrementar el tiempo de sueño total, incrementan el sueño no REM. También se ha comprobado que prolongan el sueño inducido por barbitúricos.
El flavonoide espinosina también parece intervenir en la actividad hipnótica de estas semillas. Se ha comprobado que prolonga el tiempo de sueño inducido por pentobarbital probablemente a través de su actividad antagonista sobre receptores postsinápticos 5-HT1A.
Espinosina ha demostrado además poseer actividad ansiolítica en diferentes modelos experimentales en ratón sin afectar a la motilidad espontánea, actividad que queda anulada por administración de antagonistas de receptores GABA A (flumazenil) y 5-HT1A (WAY-100635).
El extracto acuoso administrado a ratones previamente tratados con alcohol, mejora la memoria y el aprendizaje. También se ha comprobado que la administración intracerebroventricular de jujubósido A en ratones disminuye significativamente las alteraciones de la memoria y el aprendizaje provocadas por la administración también intracerebroventricular del péptido amiloide Aβ 1-42. Inhibe además la actividad acetilcolinesterasa y la producción de NO y minimiza la acción tóxica de este péptido en el hipocampo y la corteza cerebral. Por todo ello se plantea su posible eficacia en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Actividad antimicrobiana
El extracto metanólico del fruto de Ziziphus jujuba ha mostrado una potente actividad antibacteriana frente a Escherichia coli, Salmonella typhi y Pseudomonas aeruginosa. Esto justificaría su empleo tradicional para tratar diarreas, infecciones respiratorias, urinarias, etc.
Igualmente, un extracto etanólico resultó eficaz frente a las dos bacterias gram negativas citadas anteriormente, frente a dos gram positivas (Bacillus subtilis y Staphylococcus aureus) y frente a los hongos Candida albicans y Aspergillus fumigatus. El extracto resultó mas eficaz que la vancomicina utilizada como antibiótico de referencia. Los investigadores aconsejan este extracto para el tratamiento de infecciones, especialmente en pediatría.
Tanto la actividad antioxidante como la antibacteriana pueden favorecer la disminución del riesgo de sufrir enfermedades crónicas e infecciosas, por lo que el consumo de estos frutos, sobre todo en países con un nivel de vida bajo, podría ser una gran ayuda para mejorar la salud de estas poblaciones.
Otras actividades
Se ha comprobado el efecto protector frente a la enfermedad inflamatoria intestinal de los polisacáridos aislados de los frutos de azufaifa silvestre. El ensayo se realizó en ratas a las que se provocó la EII de forma experimental. Se pudo observar una mejoría importante en la colitis, además de una disminución de la respuesta inflamatoria. Tras varios experimentos se ha demostrado que dichos polisacáridos incrementan la función de la barrera intestinal implicado la activación del AMPK.
También se ha demostrado actividad protectora hepática de los frutos del azufaifo frente a la toxicidad inducida por tetracloruro de carbono en ratón. Este efecto está relacionado con el estrés oxidativo, actividad antioxidante y la respuesta inflamatoria. Los polisacáridos parecen ser los principales responsables de esta actividad. Por otra parte, un extracto acuso de azufaifas es capaz de disminuir en ratas la nefrotoxicidad debida al ibuprofeno.
Bibliografía




