La fibrilación auricular o atrial (FA), trastorno cardíaco muy común, se asocia con un incremento de hasta 5 veces superior de padecer un ictus embólico o embolia cerebral. No obstante, dicho riesgo se reduce drásticamente mediante la administración de anticoagulantes orales, como warfarina (WAR). Por dicho motivo, las recomendaciones para el manejo de la enfermedad indican administrar WAR en pacientes de riesgo moderado y alto; pero, la adherencia de los pacientes al tratamiento con WAR es baja, lo que incrementa el riesgo de trombosis.
La realización de ciertos test genéticos, como ocurre en hipercolesterolemia familiar, ha mostrado un incremento de la adherencia al tratamiento en estos pacientes. Por ello, dado que se puede determinar el riesgo de FA mediante un test genético de la región 4q25 del genoma humano, si dicha estrategia fuera eficiente podría justificar la puesta en marcha de un ensayo clínico que testara la hipótesis de que la realización de dicho test mejoraría la adherencia y, por tanto, reduciría el riesgo de trombosis en los pacientes con FA.
Con esta idea, los autores3 diseñan un modelo de Markov que simula la evolución de una cohorte de 1000 pacientes con FA, tratados con WAR. El estudio analiza los resultados (beneficios y costes) cuando el paciente no es adherente a WAR, en cuyo caso, el usualmente se prescribe aspirina (ASP) al paciente; una alternativa sería entonces la realización del test genético, a partir de lo cual, una proporción de casos positivos al test serían adherentes y los restantes continuarían con ASP.
El modelo estima el número de eventos fatales y no fatales de eventos trombóticos y hemorrágicos, así como los costes incurridos y los años de vida ajustados a calidad (AVAC) resultantes para cada alternativa terapéutica. En el caso base se asume que WAR reduce el riesgo de trombosis respecto de ASP, así como que el riesgo de hemorragia es menor con ASP que con WAR; finalmente, se asume que el test ofrecerá un 40% de casos positivos. Se estimó la tasa de ictus trombótico y de hemorragia mayor en un horizonte de 5 años.
Los resultados indicaron que la realización del test genético presentaba un ratio coste utilidad incremental inferior a 50.000 $/AVAC si el 2,1% o más de los pacientes mostraban un resultado positivo en el test con una adherencia adecuada con WAR. Además, dicha estrategia podría llegar a ahorrar costes si el porcentaje de pacientes con test positivo, siendo posteriormente adherentes, era del 5,3% o superior. En el caso de que el 20% de los pacientes con test positivo fueran adherentes con WAR, se evitarían 7 ictus embólicos y 3 hemorragias mayores extracraneales, por cada 1000 pacientes tratados; en este caso, la estrategia con el test sería dominante, al ahorrar costes (250.000$ aproximadamente) y mejorar los resultados (en unos 9 AVAC) (Tabla 3).
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TABLA 3 |
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% de adherencia a WAR |
Variación en costes ($) |
Variación en resultados (AVAC) |
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1 |
72.332 |
0,7 |
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5 |
4.328 |
2,4 |
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10 |
-80.678 |
4,5 |
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15 |
-165.683 |
6,7 |
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20 |
-250.689 |
8,8 |
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40 |
-590.710 |
17,5 |
|
50 |
-760.721 |
21,8 |
Los resultados obtenidos mostraron sensibilidad principalmente a la tasa de ictus embólico (menor eficiencia a menor tasa de incidencia), coste del test (menor cuanto mayor coste) y al riesgo de hemorragia de WAR versus ASP (menor cuanto mayor riesgo). Dado que la tasa de ictus embólico varía en función del valor del CHADS2 –cuestionario utilizado para evaluar el riesgo de sufrir un ictus en pacientes con FA-, el análisis se repitió para un rango de valores entre 2 y 5, observando que a partir de un valor de 3, la estrategia de realización del test genético sería dominante.
En conclusión, los autores indican que la realización de un test genético para motivar la adherencia a warfarina en pacientes con fibrilación atrial es una alternativa eficiente. El rango de la tasa de adherencia utilizado en este estudio podría ayudar a diseñar un ensayo clínico que testara la variación de la adherencia en función del test mencionado.


