A diferencia de los anticoagulantes cumarínicos (acenocumarol, warfarina), que requieren pruebas de laboratorio de control y ajuste de la dosis, los nuevos anticoagulantes orales como dabigatrán, no los requieren habitualmente. A pesar de ello, aún no se conoce la forma adecuada de cómo optimizar el tratamiento con estos últimos. Por este motivo, se ha llevado a cabo un estudio con datos cualitativos y cuantitativos transversales procedentes de registros de pacientes con fibrilación auricular no valvular (4863 pacientes en total), procedentes de un total de 67 centros de la Veterans Health Administration de Estados Unidos entre 2010 y 2012. Cuarenta y siete farmacéuticos de 41 centros participaron en la investigación cualitativa y, en concreto, se evaluaron los efectos de la intervención farmacéutica sobre la adherencia al tratamiento con dabigatrán, en los ámbitos de la educación del paciente, el control de eventos adversos y la monitorización de la adherencia. Los resultados mostraron que la proporción media de los pacientes adherentes a dabigatrán fue del 74% (rango intercuartil [RIC], 66% -80%). La proporción de pacientes adherentes fue mayor en los centros en los que se realizó una selección adecuada (75% vs 69%), educación (76% vs 66%) y de seguimiento (77% vs 65%). Tras el ajuste multivariable, la asociación entre la educación por el farmacéutico y la adherencia al dabigatrán no llegó a ser estadísticamente significativa (riesgo relativo, RR= 0,94; IC95% 0,83 a 1,06), pero la selección adecuada de pacientes (RR=1,14; IC95% 1,5 a 1,25), y la monitorización farmacéutica (RR=1,25; IC95% 1,11 a 1,41) se asociaron con una mejor adherencia de los pacientes. Además, la mayor duración de seguimiento y proporcionar una asistencia más próxima a los pacientes no adherentes, en colaboración con el médico, también acabó mejorando la adherencia.
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Revista PAM: 383
Número 383, Mayo 2015