Además de la centella y del árbol del te revisados en los artículos anteriores, también se utilizan popularmente como antisépticas y cicatrizantes otras especies vegetales y productos obtenidos de las mismas como por ejemplo, el nogal (Juglans regia) y el bálsamo del Perú (obtenido de Myroxylon balsamum).
NOGAL
Juglans regia L. pertenece a la familia Juglandaceae, familia que consta de entre 9 y 11 géneros y unas 60 especies. Aunque existe cierta controversia, se considera originario de Asia Central donde crece espontáneo y semi-cultivado, pero está naturalizado por las regiones templadas de casi todo el mundo. Restos arqueológicos de la especie encontrados en el sur de Francia se han datado en 17.000 años de antigüedad. Se sabe que fue cultivado hace mas de 7000 años en Asia, Europa y norte de África por sus frutos comestibles y para aprovechar su madera. Su cultivo de forma mas amplia en el área mediterránea parece que tuvo lugar en época griega y romana, detallándose sus virtudes en diversas obras médicas, entre ellas en la «Materia medica» de Dioscórides. Etimológicamente el nombre Juglans procede del latín y significa «Nueces o bellotas de Júpiter». En la actualidad se cultiva principalmente en Estados Unidos (California), oeste de América del Sur, Asia, y centro y sur de Europa.
El nogal es un árbol de gran tamaño, puede alcanzar hasta 25 m de altura, con la corteza de color grisáceo y lisa, hojas caducas imparipinnadas compuestas por 5-9 foliolos generalmente enteros, oval-lanceolados, acuminados. Las inflorescencias masculinas constan de numerosas flores, las femeninas en racimo, de 1 a 5. Los frutos son drupas con una cáscara verde que se oscurece al desecarse y se desprende, con un endocarpio duro y semilla cerebriforme.
La droga está constituida por los foliolos desecados desprovistos del raquis, aunque en ocasiones se emplean también diversas partes del fruto, principalmente los pericarpios. La monografía editada por la EMA se refiere a las hojas: Juglans regia L., folium.
Las hojas del nogal contienen principalmente taninos hidrolizables tipo elagitanino (aproximadamente un 10%) y naftoquinonas (juglona o 5-hidroxi-1,4-naftoquinona). Esta se encuentra en las hojas y en las «cáscaras» frescas en forma de glucósido (mas abundante en las últimas), y también en forma libre en la cera que recubre la cutícula de las hojas. El glucósido se hidroliza por medio de una glucosidasa en juglona, que es poco estable y se polimeriza originando pigmentos amarillos, pardos y negros, por lo que en hojas desecadas o viejas solo se encuentran trazas de dicho compuesto.
Se encuentran además en las hojas flavonoides, sobre todo quercetol y kenferol, y derivados de los mismos; ácidos fenólicos (p-OH-benzoico, caféico, gálico, vainíllico, p-cumárico, clorogénico, etc.); una pequeña concentración de aceite esencial (hidrocarburos mono y sesquiterpénicos); ácido ascórbico; mucílago; sales minerales.
El contenido de los componentes fenólicos, de juglona, y de los constituyentes del aceite esencial puede variar dependiendo de diversos factores como los tipos de cultivares, época de recolección, etc. Por otra parte, las semillas contienen una elevada proporción de aceite rico en ácido linoleico y alfa-linoleico.
Tradicionalmente las hojas y también las semillas, pericarpios verdes de los frutos y cortezas del nogal, se han empleado para tratar diversas enfermedades en diferentes países. Entre otras cosas se han utilizado en afecciones dermatológicas como acné o eczemas, síntomas de la insuficiencia venosa, como antidiarreico, depurativo, astringente, hemostático, antidiabético, antiséptico, etc. En la península ibérica la decocción de las hojas se emplea popularmente como antiséptico dental en enjuagues bucales y en casos de faringitis. Mediante ensayos farmacológicos se ha comprobado que las hojas poseen una potente actividad antioxidante, antiinflamatoria, antinociceptiva, cardioprotectora, hipoglucemiante, hipolipemiante, protectora hepática, antibacteriana, antifúngica y anticancerígena.
A pesar de su utilización desde antiguo para afecciones de piel y que la EMA y la Comisión E alemana, aprueban su empleo tradicional para el alivio de condiciones inflamatorias leves de la piel, así como para la sudoración excesiva de manos y pies, no se encuentran apenas ensayos científicos que justifiquen este uso popular. Únicamente algún estudio sobre actividad antibacteriana está relacionado con problemas en la piel. Se comentarán estos ensayos y de modo general las publicaciones sobre otras actividades atribuidas a esta planta.
Las hojas, el aceite esencial de las mismas, los frutos y la corteza del nogal han demostrado poseer propiedades antibacterianas y antifúngicas frente a diferentes bacterias y hongos. Ello podría justificar su empleo en diversos tipos de infecciones. En el caso de bacterias que desarrollan el acné (Propionilbacterium acne, Staphylococcus aureus y S. epidermidis), extractos de las hojas han mostrado poseer mayor efecto que el aceite esencial del árbol del té utilizado como referencia, pero menor que el conseguido con doxiciclina.
En un estudio etnofarmacológico sobre diversas plantas utilizadas en el sur de Italia para tratar infecciones de piel y tejidos blandos, se comprobó que un extracto de frutos inmaduros de nogal reducen la proliferación y adherencia del Staphylococcus aureus resistente a meticilina, microorganismo que origina este tipo de infecciones. No obstante, la limitada inhibición del crecimiento se observó con dosis elevadas del extracto (128-512 μg/ml).
En algunos países las cortezas se emplean en productos de higiene dental para tratar y prevenir la placa y la gingivitis y este uso ha quedado justificado al comprobarse su efecto sobre diversas bacterias orales.
Las hojas de nogal se emplean además desde antiguo en el control de la diabetes. En este campo si se han publicado mas que suficientes trabajos tanto in vitro como in vivo y clínicos que apoyan esta actividad.
Así por ejemplo, entre los últimos articulos publicados en 2014 se puede citar uno sobre el posible mecanismo de acción y otro sobre su eficacia clínica. El primero de ellos demuestra que un extracto metanólico de hojas de nogal incrementa la recaptación de glucosa en miocitos, e inhibe la proteína tirosina fosfatasa 1B (PTP1B) in vitro, enzima hepática implicada en la resistencia a la insulina y acumulación de glucosa en diabetes tipo II. El segundo, ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado frente a placebo, ha demostrado que la administración durante tres meses de 200 mg/día de un extracto de hojas (o placebo) junto con la terapia antidiabética estándar (metformina y glibenclamida), a pacientes con diabetes tipo II, reduce significativamente la glucemia basal, la hemoglobina glucosilada, el colesterol y los triglicéridos totales en comparación con los valores iniciales y con el placebo. Además, no se observaron efectos secundarios excepto un caso de diarrea leve al inicio del tratamiento, que parece poco probable se pueda imputar al preparado por su riqueza en taninos. La mayor parte de los pacientes tratados con el extracto se mostraron satisfechos con el tratamiento.
Del mismo modo, se ha comprobado en ratón que las hojas de nogal tienen actividad antinociceptiva tanto a nivel central como periférico, y antiinflamatoria, especialmente en la fase crónica de la inflamación.
Las propiedades antioxidantes se han estudiado tanto en las hojas como en el aceite esencial obtenido de las mismas. Diversos extractos preparados a partir de las hojas han mostrado efectos captadores de radicales libres en ensayos in vitro que se han atribuido a la presencia de los polifenoles.
La posología recomendada por la EMA para adultos y ancianos en el tratamiento de inflamaciones cutáneas es: decocción de 4-6 g de hojas trituradas en 200 ml de agua hirviendo, aplicada en la zona afectada 2-4 veces/día, en forma de apósitos impregnados.
En caso de sudoración excesiva de pies y manos se debe utilizar la misma decocción, aplicada de la misma forma hasta 30 minutos/dos veces/día.
No se recomienda su empleo en menores de 18 años ni durante el embarazo y lactancia, ya que no se dispone de datos específicos. Tampoco debe usarse durante mas de una semana. Hay que advertir que durante su utilización la piel se tiñe temporalmente.
Puede producir reacciones de hipersensibilidad. Está contraindicada su aplicación en heridas abiertas y en lesiones muy extensas.
La naftoquinona juglona se considera un compuesto con cierta toxicidad celular (células de mamíferos) in vitro y en pequeños animales in vivo (de hecho tiene propiedades insecticidas). Por esta razón, se valora el contenido de este compuesto en los preparados de hojas de nogal. La decocción es la forma farmacéutica de empleo tópico mas segura ya que contiene muy pequeña concentración de juglona.
Independientemente del tema de los beneficios del nogal en problemas de piel y en otras enfermedades, se puede destacar que actualmente se llevan a cabo numerosos estudios para evidenciar la importancia del consumo de nueces (componente importante en la dieta mediterránea) para prevenir y mejorar otros problemas de salud como son las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas relacionados con la edad. Muy recientemente se ha publicado que las nueces, debido a su riqueza en ácidos grasos poliinsaturados y en polifenoles, no solo reducen la oxidación y la inflamación en células del cerebro sino que mejoran la señalización interneuronal, incrementado la neurogénesis y disminuyendo la acumulación de agregados proteicos insolubles tóxicos. Probablemente, debido a estas actividades, en ratas se ha comprobado que el consumo de nueces puede ser útil para mejorar la memoria y el aprendizaje. También los frutos y el aceite parecen mejorar el perfil lipídico lo que se traduce en un efecto favorable a nivel cardiovascular.
También se dispone de preparaciones homeopáticas en las que se utiliza una tintura madre preparada con etanol al 65% V/V de una mezcla a partes iguales de hoja y pericarpio del fruto verde fresco de J. regia.
Diversas partes del árbol se emplean en cosmética, por ejemplo sus cortezas tienen utilidad como colorante en pintalabios o en tintes para el cabello.
BÁLSAMO DEL PERÚ

Se conoce como bálsamo del Perú a una droga producto obtenida de los troncos de un árbol de la familia Fabaceae, Myroxylon balsamum (L.) Harms var. pereirae (Royle) Harms = Myroxylon pereirae (Royle) Klotzsch = Myroxylon peruiferum L. La droga procede de diversos países de América Central, principalmente de El Salvador, también de Honduras y Guatemala. El nombre «del Perú» se debe a que antiguamente la exportación hacia a España se realizaba a través de Perú.
Está incluido en la 3ª edición de la Farmacopea europea que define: el bálsamo del Perú es «el producto obtenido a partir del tronco chamuscado y lesionado» de M. balsamum var. pereirae. Las características recogidas también en la Farmacopea son, que su color es pardo oscuro, líquido viscoso transparente y pardo-amarillento cuando se observa como una capa delgada; no es pegajoso ni secante y no forma hebras. Es prácticamente insoluble en agua, fácilmente soluble en etanol anhidro, no miscible con aceites grasos, excepto con aceite de ricino.
En general, los bálsamos son oleorresinas que contienen ácidos benzoico y cinámico, y sus ésteres. El que nos ocupa contiene entre el 6 y el 8% de ácidos benzoico y cinámico libres y un 45-70% de ésteres denominado «cinameina», mezcla principalmente de benzoato de bencilo, seguido de cinamato de bencilo y cinamato de cinamilo. Contiene además alcoholes terpénicos y fenólicos, el aldehído fenólico vainillina, el sesquiterpeno nerolidol y una fracción resinosa.
El bálsamo del Perú tiene actividad antiséptica y cicatrizante estando indicado en el tratamiento de eritemas, úlceras, grietas, quemaduras, contusiones, prurito en crisis hemorroidales, etc. Posee además propiedades antiparasitarias, especialmente en caso de sarna.
Se ha demostrado una potente actividad larvicida (mortalidad del 95%) de este bálsamo sobre el mosquito (Aedes aegypti), a la concentración de 0,05 mg/mL. Respecto a sus constituyentes aislados, el benzoato y el cinamato de bencilo muestran una actividad larvicida del 100% a concentraciones entre 0,025 y 0,1 mg/mL. La ventaja de este posible larvicida natural o sus componentes, frente a los de síntesis es que los efectos sobre el ecosistema acuoso son mínimos y el residuo que queda en el agua es muy bajo. El aceite esencial del bálsamo del Perú estudiado contiene benzoato de bencilo (66,24%), cinamato de bencilo (15,92%), ácido benzoico (8,91%), nerolidol (3,41%), ácido cinámico (3,01%), vainillina (0,93%) y alcohol bencílico (0,62%).
A pesar de ser utilizado en la actualidad para muy diversos fines (en medicina, preparados para la cavidad bucal, en perfumería, alimentación, etc.), llama poderosamente la atención que la mayor parte de las publicaciones científicas sobre este bálsamo, se refieren a las alergias desarrolladas por los pacientes y consumidores, tanto adultos como niños. Solamente unas pocas hacen mención a sus beneficios terapéuticos. La mas reciente, del año 2013, valora positivamente el poder cicatrizante y antipruriginoso de una mezcla de bálsamo del Perú, aceite de ricino y tripsina, utilizada en forma de aerosol sobre una herida abdominal postquirúrgica en un paciente de 81 años, tras fracasar otros tratamientos. La herida se cerró en unas cinco semanas de tratamiento.
La mezcla citada viene utilizándose desde hace tiempo ya que algunas evidencias clínicas indican que posee actividad antimicrobiana y analgésica tópica y, además, puede favorecer la curación de heridas, úlceras y estimular el flujo sanguíneo localmente. Como dato curioso se puede citar que una publicación de 1897 se refiere ya a la utilización de aceite de ricino y bálsamo del Perú en vendajes quirúrgicos.
Según la Comisión E alemana (1998) se deben utilizar, únicamente por vía tópica, preparados galénicos que contengan entre el 5 y el 20% del bálsamo. En el caso de superficies extensas no deberán sobrepasar el 10% y no debe de emplearse durante mas de una semana.
Especialidades en forma de pomada que se encuentran comercializadas actualmente en España, contienen 10 mg del bálsamo por cada gramo de pomada, asociado a otros componentes. Estas especialidades están indicadas en quemaduras superficiales, pequeñas heridas, mastitis, dermatitis alérgicas, etc. También está comercializada la asociación de bálsamo del Perú y aceite de ricino con los mismos fines y forma farmacéutica. En este caso el producto contiene 20 mg de bálsamo y 150 mg de aceite de ricino por gramo de pomada. Como apósitos la concentración es de 1,85 g de bálsamo y 16,78 g de aceite de ricino por cada 100 g.
BIBLIOGRAFÍA


