La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha solicitado a los países que, de forma urgente, implanten las medidas que consideren necesarias para prevenir, detectar y frenar la falsificación de medicamentos y productos sanitarios.  Y es que, tal y como ha detallado, en los últimos cuatro meses se ha tenido constancia en al menos siete países de que se estaban comercializando jarabes para la tos con altos niveles de dietilenglicol (DEG) y etilenglicol (EG), cuyo consumo se ha asociado a más de 300 muertes, la mayoría de niños menores de cinco años.

"Estos contaminantes son sustancias químicas tóxicas que se utilizan como disolventes industriales y agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso en pequeñas cantidades y nunca deben encontrarse en los medicamentos", ha alertado el organismo de Naciones Unidas.