La sostenibilidad del servicio de dispensación se ha convertido en una prioridad en el debate sanitario internacional.
El Consejo Mundial de Farmacia (WPC) ha subrayado en un documento de posicionamiento que esta labor no es solo un proceso logístico, sino un servicio clínico esencial que garantiza el uso seguro, eficaz y racional de los medicamentos en el ámbito comunitario.
Además, el documento advierte que la falta de financiación suficiente para esta actividad compromete la calidad de la atención al paciente, pone en riesgo la viabilidad de las farmacias locales y ejerce una presión adicional sobre el sistema sanitario en general.
Ante este escenario, el WPC ha reclamado a los responsables políticos que reconozcan la dispensación como un servicio clínico estratégico y que inviertan en las farmacias comunitarias como un activo clave de salud pública.