En este vídeo se muestra más información de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer: síndrome de mano-pie de la mano del farmacéutico es un videoconsejo impartido por la farmacéutico David Garduño experto en Dermofarmacia

El síndrome mano-pie, también conocido como eritrodisestesia palmo-plantar, queratoderma palmo-plantar o eritema acral, hace referencia a una misma reacción adversa cutánea cuya terminología varía en función del tratamiento oncológico que la desencadena.
Todas estas reacciones producen inflamación y enrojecimiento en palmas y plantas de los pies, aunque con diferencias según el tratamiento implicado.
El eritema acral es típico de la quimioterapia convencional y de algunos fármacos antiangiogénicos.
Es dosis-dependiente y simétrico.
Se manifiesta con eritema y edema difuso.
La eritrodisestesia palmo-plantar o queratoderma palmo-plantar, frecuente en terapias dirigidas, se caracteriza por:
Dolor y ardor.
Hormigueo y engrosamiento de la piel.
Descamación.
En el síndrome mano-pie, también dosis-dependiente, aparecen:
Lesiones hiperqueratósicas dolorosas en puntos de apoyo.
Parestesias.
Ausencia de simetría obligatoria.
Se observa especialmente en terapias dirigidas y, en algunos casos, puede estar relacionado con una mayor eficacia del tratamiento oncológico.
En situaciones graves, las lesiones pueden extenderse a otras zonas como orejas, escroto, hombros o codos, siendo más frecuente con la quimioterapia.
El tratamiento se adapta según la gravedad de las reacciones:
Grados leve-moderado: corticosteroides tópicos de potencia moderada, AINEs y analgésicos si hay dolor.
Grado grave: corticosteroides orales, posible suspensión o reducción del tratamiento oncológico.
Uso de queratolíticos para eliminar durezas y sellar fisuras.
Para minimizar los efectos adversos, se recomienda:
Prevención: hidratación intensa con cremas emolientes, evitar fricción, usar guantes o calcetines protectores, incluso por la noche.
Si aparecen lesiones: aplicar agua termal, usar limpiadores syndet y cremas con activos calmantes y emolientes.
En durezas: cremas con urea (5 % para hidratar, 10 % o más para efecto queratolítico).
En fisuras, edemas, ampollas o erosiones: cremas reparadoras, bálsamos y apósitos de hidrocoloides en casos extensos.
Evita el contacto con productos irritantes o el frío extremo.
Utiliza calzado cómodo y holgado.
Mantén manos y pies limpios y secos.
Consulta al médico ante cualquier signo de empeoramiento.
Recuerda: pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza.
Te aconsejaremos y resolveremos cualquier duda sobre el cuidado de la piel durante los tratamientos oncológicos.