El embarazo es un estado de la mujer en el que por razones obvias debemos vigilar con cuidado nuestra salud y hábitos de vida. Así, en cuanto a la nutrición, recuerde que se está alimentando al menos para dos personas, por lo tanto no es el momento para escatimar calorías o ponerse a régimen. Intente mantener una dieta equilibrada que incluya abundantes frutas y verduras. Además, las mujeres embarazadas necesitan calcio adicional de modo que debe añadir a su dieta alimentos ricos en calcio como pueden ser la leche o las sardinas.

Durante el embarazo beba muchos líquidos, y en especial agua. Beber al menos 8 vasos de agua al día puede ayudar a prevenir problemas habituales como la deshidratación o el estreñimiento. El ácido fólico es otra de las necesidades de la mujer embarazada, ya que fomenta el desarrollo propicio del bebe y previene de malformaciones lo que aconseja comenzar a tomarlo antes incluso de quedar embarazada.

El ejercicio es también sumamente beneficioso durante el embarazo. En este sentido, los ejercicios de bajo impacto y de moderada intensidad son los mejores. Por ejemplo caminar y nadar son recomendables, y por supuesto se deben evitar los deportes de contacto físico y todas las actividades que conllevan riesgo de caída. Descanse con frecuencia mientras hace ejercicio y recuerde beber muchos líquidos. Utilice el sentido común, si siente que le falta el aire o se siente incómoda, disminuya el ritmo o interrumpa la actividad.

Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer y a preparar la cavidad pélvica para el parto. Estos ejercicios también son de ayuda para las mujeres después del parto. La forma más sencilla de aprender a contraer y a relajar los músculos es interrumpiendo y liberando el flujo de orina durante la micción. Una vez haya identificado los músculos, podrá contraerlos y relajarlos mientras esté sentada en una silla.

Mientras esté embarazada debe descansar tanto como le sea posible. Su cuerpo está trabajando mucho para formar una nueva vida, por lo que se cansará mucho más rápido. A medida que el abdomen se vaya dilatando, le será cada vez más difícil encontrar una posición cómoda, pero aún así debe dormir y descansar. Para crear una posición de descanso más cómoda, apoye cojines entre sus piernas, detrás de la espalda y bajo el vientre.

No lo olvide: pregunte siempre a su farmacéutico, él le informará sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento.