Se estima que el tabaco es responsable en España de cerca del 40% de las muertes prematu­ras acaecidas entre los hombres con edades comprendidas entre 35 y 70 años, y del 15% en las mujeres. Estos diferentes porcentajes tienden a aproximarse, habida cuenta del fuerte incremento del tabaquismo observado entre la población femenina juvenil. Entre los mayores de 70 años, el porcentaje de muertes atribuibles al tabaquismo crónico es superior al 20%. Se calcula que el tabaco reduce una media de 22 años la esperanza de vida de una persona.
La dificultad para abandonar el hábito del tabaco se ilustra fácilmente por el hecho de que es el que tiene peor índice de eficacia entre los tratamientos de deshabituación de drogas de abuso, como el alcohol, los opiáceos, o la cocaína. El tratamiento de deshabituación del tabaquismo tiene dos partes complementarias, una psicológica y otra farmacológica. El aspecto psicológico es tan importante como la propia desintoxi­cación química y en no pocos pacientes se hace preciso recurrir a técnicas específicas de psicoterapia, que deben ser desarrolladas por profesionales especializados.
Es útil el empleo de preparados con nicotina para reducir el impacto del síndrome de abstinencia. Los chicles están dosificados para aportar algo más de la mitad de la nicotina procedente del consumo de un cigarrillo. Su objetivo básico es anular la necesidad aislada de un cigarrillo, más que su utilización de forma continua. Se estima que reducen en un 30% los síntomas de abstinencia.
Los parches de nicotina varían en su concentración y velocidad de absorción según el fabricante. Los diversos preparados están dosificados para ceder cantidades más o menos constantes de nicotina, por lo que generalmente se utilizan de forma complementaria con los chicles. En cuanto a la eficacia a largo plazo, por encima de un año de abstinencia, los porcentajes están en torno al 20-25% con los parches de nicotina.
Es muy importante aclarar que el tratamiento de deshabituación del tabaquismo es complicado y puede requerir la realización de varios intentos antes de alcanzar el éxito deseado. También debe implicarse a otras personas próximas, en especial a la pareja, en el proceso de deshabituación. No menos importante es el papel ejemplarizante de los profesionales sanitarios ante el paciente, que deben abstenerse de fumar en la oficina de farmacia o en la consulta y prohibir el consumo de tabaco en el interior de las mismas, a través de la correspondiente señalización visual.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.