Introducción

En España se ha registrado la circulación del virus del Nilo occidental (VNO) desde  hace dos décadas. Desde el año 2001 se viene realizando vigilancia en animales, que se amplió a humanos a partir de 2007. Desde esta fecha, y hasta 2019, sólo se habían detectado 6 casos esporádicos en humanos.

A partir del mes de agosto de 2020 se produjo un incremento sin precedentes en la incidencia de esta enfermedad infecciosa, especialmente en determinadas regiones de Sevilla, Cádiz y Huelva. El 97% de los casos registrados presentaron cuadros de meningoencefalitis, habiéndose registrado 8 fallecimientos.

Los casos de fiebre del Nilo se han vuelto a registrar en 2021, habiéndose notificado 3 casos en humanos en la misma zona que en 2020, y 4 focos equinos en municipios cercanos.

¿Qué es la fiebre del Nilo?

La fiebre del Nilo es una zoonosis causada por el virus del Nilo Occidental (en inglés WNV). Este virus afecta fundamentalmente a pájaros, pero es transmisible también a caballos y humanos, y en menor medida a otros mamíferos.

La transmisión se produce a través de las picaduras de ciertos mosquitos, especialmente del género Culex. En el ser humano el virus no suele presentar niveles elevados en sangre, por lo que no suele contribuir a la transmisión de la infección.

Alrededor del 80% de las personas infectadas no desarrollan síntomas, y en el resto la enfermedad suele cursar como una gripe (fiebre, dolor de cabeza o articular, vómitos, diarrea o erupciones cutáneas). En menos del 1% de los casos la enfermedad puede ser grave, con encefalitis, meningitis, estupor, convulsiones, pérdida de visión, sordera, parálisis o coma, requiriendo atención hospitalaria. En los casos más graves podría producirse la muerte.

Consideraciones del farmacéutico

La fiebre del Nilo no dispone actualmente de tratamiento, ni existe vacuna en humanos. Sí existen vacunas autorizadas frente a esta enfermedad en caballos.

Normalmente la enfermedad sólo suele requerir tratamiento sintomático con analgésicos y antitérmicos, como el paracetamol. En los casos graves puede ser necesaria la hospitalización del paciente.

La medida más eficaz es la prevención a través de la lucha frente al transmisor, el mosquito. Además de la fumigación de los humedales en los que se reproducen los mosquitos, es aconsejable evitar las picaduras, en la medida de lo posible. Para ello, puede ser recomendable seguir las siguientes medidas de precaución:

  • Emplear mosquiteras en ventanas y puertas.
  • Limitar la estancia al aire libre después del atardecer y hasta el amanecer.
  • Evitar atraer a los mosquitos, manteniendo apagada la luz por la noche, y no usando perfumes intensos.
  • Usar ropa que cubra la mayor cantidad posible de la piel.

Existen en la farmacia diferentes productos con actividad repelente de mosquitos, que pueden ser útiles para prevenir las picaduras. Su uso debe hacerse siguiendo las instrucciones del fabricante. Consultar en la farmacia para mayor información.

Se recuerda una vez más que los antibióticos no son eficaces para el tratamiento de infecciones virales, y su uso inadecuado puede favorecer resistencias antimicrobianas.

Información CGCOF