Monodosis

A vueltas con las bajas temperaturas…¿será la COVID-19 una enfermedad estacional?

Publicado en Nº448 Nº448

Como se sugirió en esta misma sección del número 435 de Panorama Actual del Medicamento, desde los inicios de la pandemia por COVID-19 se especuló sobre si la transmisión del coronavirus sería única o mayoritariamente asociada a bajas temperaturas y ambientes cerrados, y aparecieron algunos trabajos apuntando a una escasa participación del clima en el proceso de difusión viral. Una reciente investigación desarrollada por autores españoles ha concluido que la COVID-19 es, y será a futuro, una enfermedad estacional que se asocia a temperaturas y humedades bajas, igual que sucede con la gripe y con otros coronavirus más benignos, destacando el papel que juegan los aerosoles en los contagios por coronavirus y la conveniencia de tomar medidas que favorezcan la higiene del aire.

A través del diseño de un método estadístico estudiaron lo ocurrido a nivel mundial –en 162 países de 5 continentes– desde los albores de la pandemia, antes de que los países implementaran las políticas de salud pública. Los resultados han mostrado una correlación negativa entre la tasa de transmisión (el conocido como factor R0) y la temperatura y la humedad: se han descrito tasas de transmisión más altas en lugares con temperaturas y humedades ambientales más bajas, es decir, lo mismo que ocurre con la práctica totalidad de virus respiratorios. Posteriormente, analizaron si la asociación entre el clima y la evolución de la enfermedad se mantenía a lo largo del tiempo, y si se veía afectada por un patrón geográfico, para lo cual emplearon datos epidemiológicos a nivel mundial, de país, de regiones con alta incidencia (por ejemplo, Lombardía o Cataluña) e incluso a nivel de ciudad. De nuevo, observaron una fuerte asociación negativa entre número de casos y clima, que fue consistente durante la primera, segunda y tercera olas de la pandemia: la primera y segunda ola decayeron conforme aumentaban la temperatura y la humedad, con un patrón que se vio interrumpido por un repunte de los contagios durante el verano en todos los continentes, paradoja que podría explicarse por eventos de aglomeraciones de jóvenes, el turismo o los usos de aires acondicionados, entre otros factores.

Finalmente, adaptaron el modelo para analizar las tendencias en los países del hemisferio sur, donde la pandemia “explotó” más tarde, con similares hallazgos: los efectos del clima eran más evidentes a temperaturas entre 12 y 18ºC y en niveles de humedad de entre 4 y 12 g/m3 (aunque advierten de son rangos solamente indicativos). El hecho de que las condiciones de baja humedad reducen el tamaño de partícula de los aerosoles puede también justificar estos hallazgos. Todo lo anterior convierte la inclusión de parámetros meteorológicos en la evaluación y planificación de medidas de control frente al SARS-CoV-2 en una punta de lanza de la política sanitaria.

Bibliografía

    • Fontal A, Bouma MJ, San-José A, López L, Pascual M, Rodó X. Climatic signatures in the different COVID-19 pandemic waves across both hemispheres. Nat Comput Sci. 2021; 1: 655-65. DOI: https://doi.org/10.1038/s43588-021-00136-6.

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