La Unión Europea y Estados Unidos alcanzaron el 27 de julio un esperado acuerdo comercial que evita la imposición de un arancel generalizado del 30% por parte de EE. UU., previsto para el 1 de agosto.
El pacto, anunciado tras una reunión entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, introduce un arancel uniforme del 15% que afecta, entre otros productos, a los fármacos.
La Federación Europea de la Industria Fermacéutica (Efpia) ha asegurado que continúa revisando los anuncios sobre el acuerdo comercial entre la UE y EE. UU., ya que, según explican en un comunicado, las implicaciones clave para el sector farmacéutico “siguen siendo inciertas”.
“Los aranceles sobre los medicamentos son un instrumento contundente que interrumpirá las cadenas de suministro, afectará la inversión en investigación y desarrollo y, en última instancia, perjudicará el acceso de los pacientes a los medicamentos a ambos lados del Atlántico”, asegura la Efpia en un comunicado en el que exhibe una postura similar a la de la mayoría de líderes europeos.
Según se indica desde la federación, “si el objetivo es asegurar la inversión farmacéutica en investigación, desarrollo y fabricación, reequilibrar el comercio y garantizar una distribución más justa de la financiación de la innovación farmacéutica global, existen medios más eficaces que los aranceles que impulsarían, en lugar de obstaculizar, los avances globales en la atención al paciente y el crecimiento económico”.