El texto, aprobado en Consejo de Ministros, amplía la capacidad de sustitución del farmacéutico, que además podría dispensar tratamientos para enfermedades recurrentes sin necesidad de nuevas prescripciones, entre otras medidas novedosas de desarrollo profesional.
Sin embargo, la futura norma incorpora un nuevo sistema de selección de medicamentos que pondría en peligro la adherencia terapéutica y la continuidad de los tratamientos, al establecer revisiones semestrales que modificarían cada poco tiempo el fármaco seleccionado que dispensar al paciente.
El nuevo modelo de subasta disminuiría la disponibilidad de fármacos, provocando pérdidas de empleo y reducción del número de farmacias, que se verían directamente afectadas por la norma, lo que repercutiría en su calidad asistencial
El Consejo General advierte de que si no se cambia el sistema de selección de precios que incorpora la ley de nada servirán los avances profesionales que introduce para el farmacéutico.
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