El envejecimiento y cronicidad de la población, los crecientes problemas de salud mental, el temor a nuevas pandemias, la escasez de profesionales sanitarios y desafíos globales como la inteligencia artificial están obligando en la última década a repensar los sistemas sanitarios para hacer frente a las nuevas necesidades y demandas sanitarias y sociales de la población.
La farmacia no ha sido ajena a esta enorme transformación sanitaria, social y digital que se está viviendo sino todo lo contrario, pionera en un cambio que la está llevando mucho más allá de la dispensación de medicamentos, para convertirla en un agente de cambio social y en una pieza imprescindible en educación, prevención de la enfermedad y vigilancia de la salud pública.
Hace tan sólo unas semanas hemos presentado el primer Mapa de Servicios Farmacéuticos de España que ha recogido casi 200 iniciativas asistenciales y de salud pública que están ofertando ya farmacias de diferentes autonomías.
Hace tan sólo unas semanas hemos presentado el primer Mapa de Servicios Farmacéuticos de España que ha recogido casi 200 iniciativas asistenciales y de salud pública”
Se trata de servicios estrictamente vinculados al medicamento como los sistemas personalizados de dosificación (SPD) o los programas de adherencia terapéutica. Pero también de iniciativas de salud pública como cribados de cáncer o de VIH, programas de metadona y de deshabituación tabáquica, detección de enfermedades ocultas o educación sanitaria.
Esta primera radiografía de lo que hacen las farmacias más allá de la dispensación de medicamentos ha constatado el importantísimo cambio de la farmacia en sólo una década, ampliando su cartera de servicios para cubrir necesidades insatisfechas del sistema sanitario, aliviarlo y ampliar las capacidades del SNS.
Pero también nos ha revelado que estos servicios se están desarrollando a distinto ritmo y con un apoyo institucional muy desigual entre las autonomías.
Es hora de recordar que la farmacia comunitaria es el recurso sanitario más accesible para el ciudadano y por tanto uno de los pilares más importantes en los que se apoya la equidad de nuestro modelo”
Es hora de recordar que la farmacia comunitaria es el recurso sanitario más accesible para el ciudadano y por tanto uno de los pilares más importantes en los que se apoya la equidad de nuestro modelo. Garantizar la extensión de estos servicios farmacéuticos a todas las autonomías contribuirá a fortalecer la equidad y cohesión de nuestro sistema sanitario. Contribuirá a evitar que la sanidad española se quede atrás en la forma de cuidar de la salud de un mundo que afronta nuevos retos y que tiene ya poco que ver con el de hace una década.