Cuarenta y tres farmacias rurales de Aragón están llevando a cabo desde el mes de mayo sesiones de educación sanitaria dirigidas a pacientes y cuidadores, con el objetivo de fomentar el autocuidado y la adherencia terapéutica en el ámbito de la salud mental. Estas actividades se enmarcan en la campaña Escuelas Rurales de Salud Mental, una iniciativa impulsada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España para visibilizar el papel de la farmacia como agente clave en la detección precoz y el acompañamiento en salud mental, especialmente en entornos rurales.
“El farmacéutico es mucho más que un dispensador de medicamentos. Somos profesionales sanitarios que acompañamos a diario a muchas personas, y a menudo somos el primer punto de contacto ante un problema de salud mental, sobre todo en el medio rural”, señala Enrique Eguizábal, vocal de farmacias rurales del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Zaragoza.
Las sesiones dirigidas a pacientes abordan aspectos prácticos como el autocuidado emocional, la importancia de mantener rutinas saludables y la adherencia a los tratamientos prescritos. Por su parte, las actividades destinadas a cuidadores se centran en cómo acompañar sin agotarse, identificar señales de alarma y saber cuándo y cómo pedir ayuda, tanto para ellos mismos como para las personas a su cargo.
Estas acciones se desarrollan en municipios distribuidos por las tres provincias aragonesas:
- Zaragoza: Alcalá de Ebro, Bárboles, Jaulín, Nuévalos, Tabuenca, Cosuenda, Salillas de Jalón, Pradilla de Ebro, Botorrita, Grisén, Aniñón, Leciñena, La Joyosa, Escatrón, El Burgo de Ebro, San Mateo de Gállego, Fuentes de Ebro, Villanueva de Gállego, María de Huerva, Zuera y Novillas.
- Teruel: Alloza, Cantavieja, Peñarroya de Tastavins, Beceite, Castellote, Estercuel, Manzanera, Puertomingalvo, Perales de Alfambra, Villastar y Villarroya de los Pinares.
- Huesca: Alcampell, Almudévar, Almunia de San Juan, Ballobar, Benasque, Peñalba, Candasnos, Pomar de Cinca, Sena, Villanueva de Sigena, Vencillón y Sariñena.
La farmacia, un radar para detectar señales de alerta
La cercanía del farmacéutico con el paciente convierte a las farmacias en un auténtico radar social capaz de detectar signos tempranos de problemas de salud mental, desde la interrupción de un tratamiento hasta la aparición de efectos adversos o el empeoramiento del estado emocional de una persona.
“Con estas sesiones educativas sobre salud mental —añade Eguizábal— damos un paso más en la detección desde la farmacia de señales de alerta, sabiendo cuándo es necesario derivar al especialista. La salud mental también se cuida en la farmacia”.
A veces, una conversación en el mostrador puede ser el primer paso para que alguien busque ayuda”
Enrique Eguizábal, vocal de farmacias rurales del COF de Zaragoza
Colaboración y equipos multidisciplinares
Desde los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Aragón se defiende la necesidad de integrar al farmacéutico en equipos multidisciplinares de salud mental. Su participación contribuye a mejorar la calidad de los cuidados continuos, desde la prevención y la detección precoz hasta el seguimiento del tratamiento y el proceso de recuperación.
Un compromiso firme con la salud mental
Las farmacias aragonesas han demostrado en los últimos años un fuerte compromiso con la salud mental, participando activamente en iniciativas como la Estrategia Aragonesa contra el Suicidio, la Jornada de Salud Mental Infanto-Juvenil o la campaña sobre salud mental perinatal.
Con la puesta en marcha de las Escuelas Rurales de Salud Mental, este compromiso se refuerza aún más, llevando información, escucha activa y apoyo directo a las zonas rurales de la comunidad.
“Desde las farmacias rurales queremos contribuir a que nadie se sienta solo. A veces, una conversación en el mostrador puede ser el primer paso para que alguien busque ayuda. Y ahí estaremos, como siempre, con la puerta abierta”, concluye Eguizábal.
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