El Consejo de Colegios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (COFCAM) se ha hecho eco de la iniciativa lanzada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) para hacer frente al repunte de casos de alergia estacional desencadenado tras las intensas lluvias registradas en marzo. Concepción Sánchez, presidenta del COFCAM, subraya que el objetivo es mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta patología. “Uno de los servicios profesionales asistenciales que presta el farmacéutico tiene que ver con la dispensación de los tratamientos antialérgicos y con los consejos para asegurar el buen uso que se debe hacer de ellos”, señala.
El tratamiento habitual incluye antihistamínicos de segunda generación, que pueden adquirirse con o sin receta médica dependiendo del principio activo. Entre los más usados están cetirizina, loratadina, bilastina, fexofenadina y desloratadina, los cuales alivian los síntomas —picor, estornudos, lagrimeo, goteo nasal—, aunque no eliminan la causa de la alergia. A diferencia de los de primera generación, estos fármacos son más selectivos y provocan menos somnolencia.
Uno de los servicios profesionales asistenciales que presta el farmacéutico tiene que ver con la dispensación de los tratamientos antialérgicos y con los consejos para asegurar el buen uso que se debe hacer de ellos”
Concepción Sánchez, presidenta del COFCAM
Se administran generalmente por vía oral, en una única dosis diaria, y pueden utilizarse tanto de forma puntual como prolongada. Otros tratamientos incluyen espráis nasales —con corticoides como mometasona o fluticasona—, colirios antihistamínicos para los ojos e inhaladores con broncodilatadores y corticoides para el asma, siempre con prescripción médica.
Uso adecuado de los tratamientos
El farmacéutico, como experto en el medicamento, también orienta sobre el uso adecuado de estos tratamientos, especialmente en personas mayores de 65 años y en niños. Aconseja evitar su ingesta con comidas grasas o zumos de frutas, utilizar agua y estar atentos a las interacciones medicamentosas —con alcohol, sedantes, antibióticos, antidepresivos o antifúngicos—, que pueden alterar su eficacia.
En los casos más graves, se puede recurrir a la inmunoterapia con vacunas antialérgicas, administradas durante varios años, que ayudan a restablecer el equilibrio de la respuesta inmunitaria.
En cuanto a la prevención, se recomienda evitar actividades al aire libre durante los picos de polinización, usar mascarilla, gafas de sol, filtros antipolen y purificadores de aire, y mantener las ventanillas del coche cerradas. Cortar el césped o podar en días de alta concentración de polen está desaconsejado.
El farmacéutico también ayuda a distinguir entre alergia y resfriado, y puede derivar al paciente al médico si los síntomas son severos, persisten o no hay diagnóstico previo. El médico confirmará el diagnóstico e identificará el alérgeno responsable, completando así la atención coordinada entre ambos profesionales.
