Nº408
Sabemos lo complicado que es convencer a los pacientes adultos para que se vacunen. A diferencia de lo que ocurre a los padres con respecto a la vacunación pediátrica, los adultos suelen tener la creencia errónea, cuando se trata de protegerse ellos mismos, de que enfermedades como gripe o neumonía son patologías banales que no requieren vacunación. Además suelen desconfiar de la vacuna en cuanto a su seguridad o eficacia y les cuesta sacar tiempo para administrarse la vacuna. Por todos estos motivos, las coberturas en adultos son muy inferiores a las pediátricas y por supuesto, inferiores a las mínimas deseables.