Nº399
En 1905 se puso en pie una empresa gigantesca. Un grupo de intelectuales españoles, presididos por Santiago Ramón y Cajal, se reunieron con la idea de formar una gran biblioteca popular, semilla de otras varias, accesibles a quienes no podían adquirir libros con regularidad por sus condicionamientos económicos. Pretendían imprimir colecciones de clásicos literarios y de manuales de divulgación científica. Para la edición se servirían del soporte económico proporcionado por la propaganda comercial. En consecuencia llamaron a su empresa: Liga hispano-americana de instrucción popul