Históricamente, el parto y los primeros años de vida se han asociado a elevadas tasas de mortalidad debido a la aparición de complicaciones que el estado de la terapéutica no podía solventar de manera eficaz. Por este motivo, con el paso del tiempo la prevención y el cuidado de la madre gestante y del recién nacido cobraban una importancia creciente, y muestra de ello son los numerosos folletos y cartas editadas a tal efecto durante la II República (1931-1936). Algunos de ellos detallan todo tipo de recomendaciones de salud para la mujer embarazada y para el bebé, aunque generalmente el destinatario era el futuro padre, a quien se consideraba por aquel entonces