Nº465
Es fundamental, cuando un paciente llega a consulta tras haber sufrido un traumatismo, derivar al siguiente nivel siempre que exista una sospecha de fractura o luxación. Para ello se hace imprescindible la exploración neurovascular del miembro afectado. En principio, la inmensa mayoría de los casos de fracturas así como de luxaciones de clavícula se pueden tratar mediante un mecanismo conservador con cabestrillo e inmovilización, excepto cuando no hay congruencia alguna entre las epífisis de clavícula y acromion, en cuyo caso se debe plantear un tratamiento quirúrgico.
En el caso de una luxación glenohumeral, una vez confirmada mediante pruebas de imagen