Martínez-Peñalver Mateos MT1, Mario Arana Zumaquero2, Patricia Isabel Mestre Lerma3, Pablo Gómez González del Tánago4, Marta Sojo Elías5, Iziar Concepción Andrés6 , Elva Ortega Polar7 y Francisco Javier Panadero Carlavilla8
1 Estudiante de enfermería en Universidad Alfonso X - Villanueva de la Cañada (Madrid). 2 Pediatría. EAP - Villanueva de la Cañada (Madrid). 3 Residente de Medicina Familiar y Comunitaria en Centro de Salud Valle de la Oliva - Majadahonda (Madrid). 4 Médico de Familia. Equipo de Atención Primaria (EAP) - Villanueva de la Cañada (Madrid). 5 Médico de Familia. EAP - Villanueva de la Cañada (Madrid). 6 Médico de familia. EAP - Villanueva de la Cañada (Madrid). 7 Enfermera de Atención Primaria. EAP - Galapagar (Madrid). 8 Médico de Familia y Especialista en Medicina del Deporte. EAP - Villanueva de la Cañada (Madrid). Email: javierpanadero61@gmail.com
Resumen
Al hablar de acidez estomacal o pirosis nos referimos a la sensación molesta, incluso dolorosa, de ardor retroesternal o sensación de quemazón que asciende hacia cuello y garganta. Se puede acompañar de regurgitación de contenido gástrico o de líquido de sabor ácido o agrio en la boca. Este proceso ocurre cuando se deteriora la función barrera de la zona esofagogástrica.
Se considera que la prevalencia de pirosis en la población general es superior al 30 %. El tiempo de exposición ácida supone el patrón oro para el diagnóstico y se entiende como positivo si supera el 6 % del tiempo total del estudio en mediciones prolongadas.
Aunque los inhib
Este artículo es solo para suscriptores.
Para seguir leyendo, por favor, accede con tu cuenta.
Acceder