Nº427
Un grupo de investigadores españoles del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III ha descubierto recientemente una mutación que podría conferir protección frente a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y, por tanto, constituiría una potencial diana terapéutica de relevancia.
La mutación en cuestión es aquella que se asocia con la etiología de la distrofia muscular de la cintura escapular 1F (LGMD1F, por sus siglas en inglés), consistente en una deleción de un solo nucleótido heterocigótica en el codón de parada del gen del factor de importación nuclear transportina 3 (TNPO3), proteína de la cual se sabe que, entre otras funciones, juega un papel fundamental en la interacción entre las células eucariotas humanas con la integrasa y la cápside virales, necesaria como paso previo a la penetración del VIH. La citada deleción provoca una extensión carboxiterminal de 15 aminoácidos, que resulta en la síntesis de una proteína de función desconocida (TNPO3 mutante), coexpresada conjuntamente con la proteína normal o wild type.
En su estudio, los autores analizaron el efecto de la proteína TNPO3 mutante a través de la infección ex vivo de células mononucleares de sangre periférica (linfocitos T CD4) de pacientes con la distrofia hereditaria. Específicamente utilizaron dos variantes virales (NL4.3-Renilla y NL4.3_N74D-Renilla), una de las cuales presenta capacidad de importarse al núcleo celular por una vía independiente de TNPO3. Mediante técnicas inmunoenzimáticas, de reacción en cadena de la polimerasa y de citometría de flujo, entre otras, demostraron que la infección por el VIH “normal” se veía significativamente reducida en las células diana, con una integración viral 16 veces más baja. No se observaron, en cambio, efectos destacables sobre la transcripción inversa viral y los círculos episomales 2-LTR, todo lo cual sugiere que la integración del genoma viral se veía restringida.
Se trata, por tanto, de la segunda mutación genética que se relaciona con una fuerte resistencia a la infección por VIH, además de la descrita hace tiempo en el gen del correceptor de entrada viral CCR5 (CCR5Δ32). Se abre así una nueva vía de investigación futura de posibles estrategias farmacológicas y de terapia génica que puedan permitir bloquear la infección linfocitaria por el virus o, incluso, anular la acción de la TNPO3 mutante y mejorar los síntomas musculares de la distrofia LDMD1F.