Monodosis

¿Stents convencionales o con medicamentos?

Publicado en Nº397 Nº397

Los stents son protésis internas (endoprótesis) vasculares consistentes en un pequeño tubo cilíndrico hueco de malla metálica con forma de muelle que se expande dentro de vaso sanguíneo, y que ayudan a corregir el estrechamiento de éste (y, por tanto, la limitación para el flujo sanguíneo), tanto de las arterias coronarias del corazón como de arterias o venas de otras regiones del cuerpo (aorta, arterias de las piernas, venas del tórax…). Básicamente, hay tres tipos: los convencionales o de metal desnudo (bare-metal, generalmente de acero o cromo-cobalto), los liberadores de fármacos citotóxicos (drug-eluting, mayoritariamente everolimús o paclitaxel), que proporciona el mismo soporte estructural que los anteriores, pero que liberan lentamente pequeñas cantidades de agentes con capacidad antiproliferativa de la íntima vascular, contribuyendo a prevenir la reestenosis del vaso; finalmente, los stents farmacoactivos bioabsorbibles son similares a estos últimos, pero tienen la peculiaridad de que su estructura física es reabsorbida, permitiendo – al menos, teóricamente – una restauración completa de todas las funciones de la pared de la arteria, evitando problemas mecánicos tardíos y facilitando la visualización y la valoración no invasiva durante el seguimiento de los segmentos coronarios tratados. Sin embargo, este último tipo de stent es el menos común, debido a su incorporación a la clínica relativamente reciente.

Por desgracia, hay pocos datos comparativos disponibles sobre los efectos a largo plazo de los stents liberadores de fármacos frente a los metálicos convencionales. Por ello, resultan particularmente interesantes los resultados de un amplio ensayo clínico sobre 9013 pacientes con enfermedad coronaria estable o inestable sometidos a una intervención coronaria percutánea en la que se implantó alguno de estos dos tipos de stents. Los resultados mostraron que, a los 6 años de la implantación, las tasas de muerte por cualquier causa o de infarto de miocardio espontáneo no fatal fueron el 16,6% en el grupo que recibió stents liberadores de fármacos y el 17,1% en el grupo que recibió stents convencionales (razón de riesgo, HR=0,98; IC95% 0,88 a la 1,09; p=0,66); es decir, no hubo diferencias significativas entre los grupos. Sin embargo, las tasas de revascularización fueron del 16,5% con los stents liberadores de fármacos y del 19,8% con los convencionales (HR=0,76; IC95% 0,69 a la 0,85; p <0,001) y las de trombosis de la endoprótesis fueron de 0,8% y 1,2%, respectivamente (p=0,0498), siendo las diferencias estadísticamente significativas en ambos casos. Los parámetros de calidad de vida no fueron significativamente diferentes entre los dos grupos.

Bibliografía

  • Bønaa KH, Mannsverk J, Wiseth R, Aaberge L, Myreng Y, Nygård O, et al; NORSTENT Investigators. Drug-Eluting or Bare-Metal Stents for Coronary Artery Disease. N Engl J Med. 2016 Aug 29. [Epub ahead of print].

Artículos relacionados