Monodosis

«Somos lo que comemos»

Publicado en Nº451 Nº451

Frente al mantenimiento y crecimiento de malos hábitos alimentarios en los países desarrollados (que se traduce en récords históricos de prevalencia e incidencia de sobrepeso y obesidad), también es cierto que en las últimas décadas la concienciación de parte de la población por alcanzar una nutrición saludable ha crecido de manera notable. Esto se sustenta en una evidencia científica cada vez más consistente que relaciona el consumo de determinados alimentos o sustancias con un mayor o menor riesgo de problemas de salud. Para ejemplificarlo se pueden comentar con brevedad algunos hallazgos divulgados recientemente.

Por ejemplo, se ha confirmado que el consumo de bebidas azucaradas (edulcoradas con azúcar), cuyo consumo ha aumentado sustancialmente en los últimos años sobre todo en personas jóvenes, se asocia con un riesgo incrementado de padecer cáncer colorrectal de inicio precoz (CCRip). El estudio Nurses´ Health II, desarrollado en EE.UU., investigó prospectivamente la asociación de su consumo en la adolescencia y adultez temprana (< 50 años) con el riesgo de CCRip en 95.464 mujeres, quienes reportaban el nivel de consumo mediante cuestionarios validados (FFQ, food frecuency questionnaires) cada 4 años. Se documentaron 109 casos de CCRip que permitieron a los autores analizar el riesgo: en comparación con mujeres que consumían menos de 1 porción1 a la semana, aquellas que consumían ≥ 2 porciones al día presentaban un riesgo de más del doble de presentar CCRip (razón de riesgos RR= 2,18; IC95% 1,1-4,4; p= 0,02), con un aumento del riesgo del 16% por cada porción diaria de aumento. En adolescentes, cada porción diaria adicional se asoció con un 32% de incremento del riesgo de CCRip. Los autores también observaron, por el contrario, que el reemplazo de cada porción diaria de bebidas azucaradas por otras bebidas con edulcorantes artificiales, café o leche (desnatada o entera) reducía ese riesgo en un 17-36% (Hur et al., 2021).

Otro estudio prospectivo de cohortes (Zhang et al., 2021) con datos de más de 365.000 participantes de Reino Unido (edad de 50 a 74 años), quienes fueron seguidos durante una mediana de 11,4 años, ha reafirmado el beneficio en salud derivado del consumo de bases xánticas, en particular sobre alteraciones cerebrales como ictus o demencia. Aunque con limitaciones por el método de registro de datos, un análisis ajustado por factores de potencial confusión, realizado tras la detección de 5.079 casos de demencia y 10.053 eventos de accidente cerebrovascular, reveló que, en comparación con las personas que no bebían té ni café, quienes tomaban 2-3 tazas de café o 2-3 tazas de té al día presentaban un riesgo un 32% menor de ictus (HR= 0,68; p< 0,001) y un 28% menor de demencia (HR= 0,72; p< 0,002). Además, la combinación de ambos alimentos mostró un efecto sinérgico más relevante sobre la incidencia de dichas patologías: el mayor beneficio se observó con el consumo de 3-6 tazas diarias entre ambos (té o café), que redujo casi a la mitad el riesgo de demencia posterior al accidente cerebrovascular (HR= 0,52; p= 0,007).

E incluso hay evidencias crecientes de que los efectos de la dieta pueden perdurar por largos periodos. Por ejemplo, un estudio in vivo en ratones (Pascual et al., 2021) ha ahondado en la relación entre el consumo de ácidos grasos y riesgo de cáncer. En concreto, se ha probado que la exposición a una dieta rica en ácido palmítico –predominante en el aceite de palma– induce una serie de modificaciones epigenéticas en el genoma que hacen que las células cancerígenas mantengan una mayor capacidad metastática incluso meses después de estar expuestas al ácido graso, relacionada con su mayor capacidad para inervarse; esto podría implicar la creación de un entorno regenerativo que las células utilizarían en su propio beneficio, para crecer y expandirse. Algo que no ocurre con el aceite de oliva, rico en ácidos oleico y linoleico.

Bibliografía

    • Hur J, Otegbeye E, Joh HK, Nimptsch K, Ng K, Ogino S et al. Sugar-sweetened beverage intake in adulthood and adolescence and risk of early-onset colorectal cancer among women. Gut. 2021; 70(12): 2330-6. DOI: 10.1136/gutjnl-2020-323450.
    • Pascual G, Domínguez D, Elosúa-Bayes M, Beckedorff F, Laudanna C, Bigas C et al. Dietary palmitic acid promotes a prometastatic memory via Schwann cells. Nature. 2021; 599(7885): 485-90. DOI: 10.1038/s41586-021-04075-0.
    • Zhang Y, Yang H, Li S, Li WD, Wang Y. Consumption of coffee and tea and risk of developing stroke, dementia, and poststroke dementia: A cohort study in the UK Biobank. PLoS Med. 2021; 18(11): e1003830. DOI: 10.1371/journal.pmed.1003830.

1 Entendiendo “porción” como ración alimenticia.

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