Nº451
Uno de los inconvenientes –además de los efectos deletéreos sobre nuestro organismo– del consumo de alcohol en grandes cantidades es “el día de después”: la resaca. Veisalgia es el término médico usado para referirse a ese trastorno caracterizado por malestar general con síntomas físicos y mentales que se padece tras un consumo excesivo de bebidas alcohólicas; puede cursar típicamente con dolor de cabeza, alteraciones gastrointestinales (vómitos, náuseas, diarrea, acidez, etc.), sed intensa, dolor abdominal y amnesia parcial, entre otras manifestaciones. Popularmente se han planteado diversas estrategias de dudoso fundamento para contrarrestar ese cuadro clínico, pero son escasos los datos disponibles para las opciones farmacológicas estudiadas con tal objetivo, lo que impide recomendar una en particular.
Esa es la principal conclusión de una revisión sistemática de la evidencia realizada a partir de ensayos clínicos controlados por placebo que incluyeron a adultos sanos e investigaron una intervención farmacológica activa en la prevención o en el tratamiento de la resaca. Los autores realizaron una búsqueda de los trabajos incluidos hasta agosto de 2021 en cuatro bases de datos (Medline, Embase, PsycINFO and CENTRAL), y consideraron como principales variables la determinación continua de los síntomas generales de la resaca (eficacia) así como la interrupción del tratamiento por eventos adversos (tolerabilidad). Incluyeron un total de 21 estudios que reportaron datos de 386 participantes; todos ellos se referían a distintas intervenciones, lo cual impidió el desarrollo de un meta-análisis de los datos.
Empleando el sistema GRADE de evaluación de la calidad de la evidencia, observaron que por las imprecisiones metodológicas todos los resultados de eficacia eran de baja calidad. Comparativamente con placebo, los estudios individuales que revelaban una reducción estadísticamente significativa en el porcentaje medio de la puntuación general de los síntomas de la resaca fueron aquellos que evaluaron el extracto de clavo (42,5% vs. 19,0% con placebo; p< 0,001), ácido tolfenámico (84,0% vs. 50,0%; p< 0,001), piritinol (34,1% vs. 16,2%; p< 0,01), extracto de la fruta de Hovenia dulcis (p= 0,029), L-cisteína (p= 0,043), ginseng rojo (21,1% vs. 14,0%; p< 0,05) y jugo de pera coreana (41,5% vs. 33,3%; p< 0,05). Ningún estudio reportó abandonos del tratamiento motivados por eventos adversos, pero todos los resultados de tolerabilidad considerados se calificaron como de calidad baja o muy baja.
Por todo lo anterior, no parece que la base científica justifique por ahora la recomendación sistemática de uno u otro tratamiento, si bien los datos sugieren que el extracto de clavo, el ácido tolfenámico1y el piritinol2 merecen futuros estudios clínicos que clarifiquen su potencial terapéutico. Hasta entonces, moderar el consumo de alcohol se reafirma como la mejor opción profiláctica de la resaca.
1 El ácido tolfenámico es un fármaco antiinflamatorio no esteroideo para el cual se han descrito ciertos efectos antimigrañosos y analgésicos. Está autorizado en España en medicamentos de uso animal.
2 El piritinol es un nootrópico estimulante del sistema nervioso central, análogo de la vitamina B6, considerado como un “reactivador neurocerebral”. Está aprobado en algunos países europeos con otras indicaciones.