Nº429
Un reciente trabajo, realizado por investigadores españoles, aporta nuevas evidencias de que la intervención del profesional farmacéutico –y la colaboración en los distintos niveles asistenciales– sobre aquellos pacientes sometidos a terapia inhalatoria es fundamental para optimizar resultados clínicos.
El objetivo de este estudio observacional, en que participaron un farmacéutico hospitalario, un farmacéutico de atención primaria y un farmacéutico comunitario, fue la evaluación de la tasa y el tipo de errores en la técnica de inhalación tanto en pacientes atendidos en hospitales (en el área de observación de Urgencias) como en aquellos atendidos en clínica ambulatoria de atención primaria y en farmacia comunitaria. Se solicitó a cada paciente de los 66 reclutados (42 hombres y 24 mujeres, edad media de 67 años) una demostración de la técnica de uso de sus inhaladores, empleándose dos listas de verificación según el tipo de dispositivo para analizar estadísticamente los resultados. Mediante una encuesta anónima, se puso de manifiesto que el 48,5% de los pacientes empleaban más de un dispositivo de inhalación, el 34,4% usaba inhaladores de diferentes tipos, y el 65,6% usaba diferentes sistemas de terapia respiratoria. Hasta 39 pacientes estaban bajo tratamiento con inhaladores de polvo seco, y 38 de ellos usaban inhaladores de cartucho presurizado.
Se observó que los errores más frecuentes –en usuarios de ambos tipos de inhaladores– fueron la no realización de una apnea de 10 segundos posteriormente a la inspiración ni de una espiración lenta. En torno a la mitad de los pacientes necesitó una nueva sesión de aprendizaje de la técnica inhalatoria, a pesar de que más del 88% de ellos ya había recibido un entrenamiento previo. Además, resultó evidente que los pacientes de mayor edad utilizaban peor sus inhaladores.
Por todo ello, se deduce que la capacitación en técnicas de inhalación por parte del personal médico no es completamente eficaz, siendo crucial crear conciencia sobre la importancia de una adecuada educación sanitaria en los pacientes sobre el uso de inhaladores, para lo cual se requiere un seguimiento programado y una evaluación de la técnica, así como disponer de una retroalimentación de la evaluación/intervención por parte del paciente. Ante esta situación, los farmacéuticos, en contacto frecuente y cercano con los pacientes, tienen mucho que decir.