Monodosis

La importancia de la ingesta de lípidos para incrementar la absorción de alectinib

Publicado en Nº465 Nº465

Los nuevos inhibidores de tirosina cinasa (ITK) han supuesto un importante avance en el tratamiento de numerosos tipos de cáncer, con la ventaja para el paciente de que pueden ser administrados por vía oral. Alectinib, que se encuentra actualmente indicado en el tratamiento en primera línea del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) avanzado, positivo para la cinasa del linfoma anaplásico (ALK), es un ejemplo de este tipo de fármacos. El CPNM ALK+ representa aproximadamente el 5% de los casos de CPNM y cuenta con un mal pronóstico debido a la elevada tendencia a la aparición de metástasis en el sistema nervioso central (SNC).

Alectinib ha mostrado unos positivos resultados de eficacia en este tipo de cáncer en comparación con otros ITK como crizotinib, permitiendo aumentar la supervivencia libre de progresión, especialmente a nivel de SNC. Sin embargo, la administración por vía oral implica un proceso de absorción que puede verse afectado por los alimentos –las grasas parecen aumentar la absorción– y que puede comprometer la eficacia del tratamiento, pues se ha establecido como umbral de eficacia una concentración mínima de 435 ng/ml.

Se estima que un 37% de pacientes no alcanzan esta concentración y, debido a la importancia de este hecho, se ha llevado a cabo un estudio en el que se ha analizado la influencia de distintos tipos de alimentos en la concentración plasmática de alectinib. Aunque la posología recomendada es de dos tomas diarias (desayuno y cena), la intervención en los 20 participantes se realizó únicamente sobre el desayuno, con 3 variantes administradas de forma secuencial durante 7 días cada una (desayuno continental, yogur bajo en grasas y desayuno a elección del paciente) y un contenido de lípidos conocido.

La concentración de alectinib se midió –durante los 21 días de duración del estudio– 12 horas después de la ingesta y justo antes de la toma nocturna, punto en que se alcanza la concentración mínima (Cmin). El desayuno de yogur (3,8 gramos de grasas) se relacionó con la media de Cmin más baja (516 ng/ml) en los 20 pacientes, mientras que el desayuno a elección (19,5 gramos de grasas) y el desayuno continental (21,3 gramos de grasas) resultaron en una Cmin media de 644 ng/ml y 607 ng/ml, respectivamente. El 35% de los pacientes se encontraron por debajo del umbral de concentración de 435 ng/ml con el desayuno más bajo en lípidos, pero todos superaron este umbral con cualquiera de las otras dos variantes.

Aunque con una muestra pequeña y una duración de la exposición limitada, los resultados de este estudio parecen poner de manifiesto que una medida de sencilla implementación se puede relacionar con una mayor exposición a alectinib, incrementando la probabilidad de alcanzar una concentración plasmática suficiente para garantizar la eficacia del tratamiento.

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