Nº439
Aunque en otro campo de la investigación biomédica, una breve reseña merece también un artículo publicado por un grupo de científicos israelíes que han pretendido evaluar si un protocolo de terapia con oxígeno hiperbárico (TOH) puede limitar o revertir los procesos biológicos asociados al envejecimiento; se han centrado, específicamente, en el acortamiento de la longitud de los telómeros celulares (regiones de los extremos de los cromosomas que protegen la integridad estructural de los mismos), considerado uno de los eventos centrales del envejecimiento a nivel celular, ligado estrechamente con la senescencia celular, y que determina la pérdida progresiva de capacidad fisiológica en todos los tejidos de nuestro cuerpo.
Trabajos previos habían demostrado que la exposición intermitente y repetida a TOH puede inducir efectos regeneradores que ocurren durante la hipoxia. En el citado estudio, los autores han estudiado el efecto de la exposición a un protocolo concreto de TOH a diario durante 60 sesiones (en un periodo de estudio de 90 días) en 35 adultos sanos e independientes de 64 años de edad o mayores, a los cuales les tomaron muestras de sangre en el inicio, a los 30 y a los 60 días, y tras 1-2 semanas de finalizar el protocolo, con el objetivo de evaluar la longitud de los telómeros y el grado de senescencia en células mononucleares periféricas. Los resultados demostraron que la longitud de los telómeros de los linfotitos T helper, T citotóxicos, natural killer y células B aumentó significativamente en más del 20% de media tras la TOH; el cambio más notable se produjo en las células B, cuyos telómeros crecieron en longitud desde un 25,78% a los 30 días y hasta un 37,6% después de finalizar el periodo de tratamiento (p= 0,007). Se observó, además, un aclaramiento o reducción significativa de un 37,3% en el número de células T helper senescentes (p< 0,0001), y de un 11% en el número de células T citotóxicas tras la TOH.
Así pues, los autores concluyen que la administración de oxígeno puro en el interior de una cámara de presión (hiperbárica) logra detener, e incluso revertir, dos de los principales procesos celulares asociados a la edad. Esto, unido a modificaciones en el estilo de vida o la práctica de ejercicio físico regular, que ya han mostrado algún efecto inhibidor en el acortamiento de los telómeros, puede representar un paso más hacia el reto terapéutico de retrasar el envejecimiento a largo plazo. Se abre la puerta a investigaciones futuras sobre el impacto de la terapia con oxígeno hiperbárico en la reversión de un proceso que, no olvidemos, es fisiológico, pero también a la reflexión sobre las implicaciones bioéticas de este tipo de hallazgos: ¿realmente queremos encontrar la manera de prolongar la vida “indefinidamente”? ¿qué consecuencias sanitarias y socioeconómicas podría conllevar?