Nº379
Es bien sabido que la presión arterial aumenta con la edad y, con ello, la incidencia de hipertensión arterial. También está ampliamente documentado que el tratamiento óptimo de la hipertensión es importante para reducir la enfermedad cardiovascular y sus efectos deletéreos. Las directrices para el tratamiento de la hipertensión incluyen recomendaciones precisas para los adultos mayores, pero los datos en los que se fundamentan proceden de personas más jóvenes. Por este motivo, un grupo de investigación revisó de forma sistemática los beneficios y los daños de los fármacos antihipertensivos en adultos de ≥65 años, buscando estudios controlados entre 1996 y 2014, en los que se definiesen claramente las tareas de tratamiento, los objetivos de presión objetivos arterial y los criterios de valoración de la morbilidad cardiovascular, la mortalidad y/o los daños producidos por los medicamentos antihipertensivos. Entre todos los estudios seleccionados, siete de ellos examinaron los objetivos óptimos de control de la presión arterial, observando que un control estricto [presión arterial sistólica, PAS<140 mmHg] no fue consistentemente mejor que un control suave (PAS<150 mmHg) para adultos de ≥65 años, en todos sus rangos de edad. En cualquier caso, los datos contrastados actuales son insuficientes para determinar cuál es el régimen más beneficioso y más seguro en los adultos mayores.