Monodosis

¿Es la anticoagulación sinónimo de mayor supervivencia a la COVID-19?

Publicado en Nº436 Nº436

Según avanzamos en esta misma sección de PAM 433, diversos grupos de investigación continúan profundizando en el papel del estatus de coagulabilidad de la sangre como un marcador determinante de la mortalidad por la COVID-19, habida cuenta de que la generación de eventos tromboembólicos (ictus o infartos) se asume ya como uno de los procesos fisiopatológicos que en mayor medida complica el manejo clínico y el estado de los pacientes. Se acaban de publicar a este respecto los resultados de un análisis retrospectivo de la asociación de la anticoagulación con la tasa de mortalidad, de intubación y de hemorragias mayores. Los autores evaluaron, además, el efecto de la anticoagulación terapéutica o profiláctica (en función de la dosis) administrada en las primeras 48 h desde el ingreso hospitalario. Para ello, emplearon los datos clínicos de 4.389 pacientes (44% mujeres, media de edad 65 años) con diagnóstico de COVID-19 que habían ingresado en 5 hospitales de Nueva York entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020, quienes podían haber sido tratados con uno de hasta 6 regímenes distintos (anticoagulantes orales, o heparina subcutánea o intravenosa).

Los resultados revelan que, en comparación con aquellos pacientes que no recibieron ningún fármaco anticoagulante (N= 1.530, 34,9%), quienes fueron tratados en cualquier momento con dosis terapéuticas (N= 900, 20,5%) y profilácticas (N= 1.959; 44,6%) de anticoagulantes presentaban una mortalidad intrahospitalaria reducida, con un riesgo de muerte un 47% (HR: 0,53; IC95% 0,45-0,62) y un 50% menor (HR: 0,50; IC95% 0,45-0,57), respectivamente. También presentaban una menor tasa de intubación, con una reducción del riesgo del 31% (HR: 0,69; IC95% 0,51-0,94) y del 29% (HR: 0,72; IC95% 0,58-0,89), respectivamente. Cuando el tratamiento anticoagulante se iniciaba en las primeras 48 h tras el ingreso, no había diferencias estadísticamente significativas entre las dosis terapéuticas y profilácticas, aunque las cifras de supervivencia eran numéricamente favorables a las dosis terapéuticas. Adicionalmente, los autores observaron que el riesgo de hemorragias no difería excesivamente en base al uso de anticoagulantes: se verificaron hemorragias severas en 27 pacientes (3%) del grupo de dosis terapéuticas de anticoagulantes, 33 (1,7%) del grupo de dosis profilácticas y 29 (1,9%) del grupo de los pacientes no anticoagulados.

Si bien aún se requieren ensayos clínicos prospectivos y controlados que aporten una evidencia sólida para la anticoagulación sistemática en el manejo de pacientes con COVID-19, la asociación de tal estrategia con una menor mortalidad y tasa de intubación en pacientes hospitalizados defiende que puede ser una opción muy eficaz. Entre los regímenes posológicos de anticoagulantes, parece que pueden ser preferibles las dosis terapéuticas, y que, específicamente, los regímenes más eficaces serían las dosis terapéuticas de apixabán oral y las terapéuticas y profilácticas de heparinas de bajo peso molecular por vía subcutánea, aunque esto también debe confirmarse. Además, el ligero mayor riesgo de hemorragias con dosis terapéuticas de anticoagulantes sugiere que se debe evaluar el balance beneficio-riesgo de forma individualizada en cada paciente.

  • Nadkarni GN, Lala A, Bagiella E, Chang HL, Moreno P, Pujadas E et al. Anticoagulation, Mortality, Bleeding and Pathology Among Patients Hospitalized with COVID-19: A Single Health System Study. J Am Coll Cardiol. 2020; S0735-1097(20)36408-1. DOI: 10.1016/j.jacc.2020.08.041.

Artículos relacionados