Nº470
Acinetobacter baumannii es una bacteria gramnegativa con gran capacidad de adquirir genes de resistencia a los antibióticos, lo que ha convertido el tratamiento de las infecciones que provoca –generalmente asociadas al ambiente hospitalario– en un importante desafío para la salud pública. La resistencia de A. baumannii frente a las carbapenemas ha sido considerada por la CDC americana (Centers for Disease Control and Prevention) como una amenaza urgente debido a la escasez de opciones terapéuticas disponibles. De hecho, la innovación en nuevas clases de antibióticos capaces de hacer frente a la infección por este patógeno ha sido prácticamente nula en las últimas décadas. En este sentido, un nuevo antibiótico desarrollado recientemente, denominado zosurabalpina, incorpora una estrategia no utilizada hasta ahora y que podría ser útil tanto en infecciones por A. baumannii como frente a otras bacterias gramnegativas.
En la envoltura de las bacterias gramnegativas se encuentra una membrana externa rica en lipopolisacáridos (LPS) que, además de cumplir diversas funciones de importancia para la célula bacteriana, dificultan la penetración de los antibióticos. Zosurabalpina es un péptido macrocíclico que en ensayos bioquímicos in vitro ha mostrado capacidad para inhibir al transportador del LPS, impidiendo de este modo la formación de la membrana celular externa y haciendo a la bacteria susceptible a agentes exógenos como otros antibióticos, que podrán penetrar con mayor facilidad al interior de la célula. Concretamente, el nuevo antibiótico –todavía en investigación– actúa uniéndose al LPS cuando éste va a ser transportado en un complejo dependiente de ATP (LptB2FG), truncando la actividad ATPasa del complejo e impidiendo así que las moléculas de LPS pasen desde la membrana interna, donde son fabricadas, hacia la membrana externa.
Identificada una nueva diana con potencial terapéutico y un nuevo compuesto capaz de dirigirse a ella de manera específica, la investigación sobre la eficacia y la seguridad de zosurabalpina in vivo dependerá en buena medida de un problema adicional al que se enfrenta el desarrollo de nuevos antibióticos: la falta de incentivos económicos. Sin embargo, la amenaza de un futuro en el que las resistencias a antimicrobianos podrían convertirse en la primera causa de muerte a nivel mundial debe urgir a la inversión en este campo.