Nº425
Se estima que, en la sociedad actual, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, representando uno de los principales problemas de salud. En la última década, en muchos países se han descrito incrementos de dos y tres veces en el uso de medicación antidepresiva. El mayor aumento se ha observado en el consumo de los “nuevos” antidepresivos (como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina –ISRS–), cuyo perfil beneficio-riesgo se considera más favorable que los antidepresivos más clásicos. El mayor uso de antidepresivos se asocia, además de a un número mayor de personas en tratamiento (sobre todo en la población de pacientes ancianos), a una mayor duración del mismo: un 40% de antidepresivos son prescritos por periodos de más de 180 días.
Un reciente estudio ha evaluado, mediante el empleo de una red de farmacovigilancia internacional, la tasa y características del uso de fármacos antidepresivos en países con guías clínicas más conservadoras (Reino Unido) y liberales (Canadá y Estados Unidos). Para ello, los autores recopilaron datos de los registros electrónicos de salud y datos administrativos relativos a población de seis jurisdicciones en cuatro países (Reino Unido, Taiwán, Estados Unidos y Canadá), conformando una cohorte histórica de pacientes adultos mayores de 65 años que habían padecido un nuevo episodio depresivo con tratamiento farmacológico entre 2009 y 2014. En la evaluación de los datos tuvieron en cuenta la proporción de nuevos pacientes en tratamiento, la clase terapéutica del fármaco, la indicación del tratamiento, el país y las características del régimen posológico (número de dosis/día, duración y cambios).
Los resultados del estudio revelan grandes diferencias en el empleo de antidepresivos, con tasas de uso que variaron del 4,7% en Montreal y la ciudad de Quebec al 18,6% en Taiwán. Los antidepresivos tricíclicos (AT) fueron la clase de fármacos más utilizada en el Reino Unido (48,8%) y Taiwán (52,4%) frente al uso mayoritario de ISRS en los países de Norteamérica (42,3%-53,3%). El dolor crónico resultó ser la indicación de tratamiento más comúnmente asociada al uso de antidepresivos (41,2-68,2%); para dicha indicación, los AT fueron los fármacos más consumidos en Reino Unido y Taiwán (55,2%-60,4%), mientras que, de nuevo, los ISRS eran más frecuentes en Norteamérica (33,5-46,4%). No obstante, cabe destacar que el tratamiento era más largo en la indicación de depresión que en la de dolor crónico (252-525 días vs. 169-437 días), así como las dosis estandarizadas eran mayores (0,7-1,3 vs. 0,5-1,0) y los cambios de fármacos más frecuentes (31-46% vs. 21-34%).
En definitiva, los resultados revelan que el consumo de antidepresivos en adultos mayores puede varía en casi 24 veces según el país. La tasa menor de uso de estos fármacos se identificó en Reino Unido, el país con unas recomendaciones clínicas más conservadoras de los estudiados. Además, sobresale el elevado consumo de antidepresivos tricíclicos, que hace prioritario mantener una evaluación de los riesgos asociados a su uso en ancianos, por sus potentes efectos anticolinérgicos.