El carcinoma esofágico de células escamosas (CECE) es el subtipo predominante en las poblaciones asiáticas, donde representa el 90% de los casos de cáncer de esófago, en contraposición a lo que acontece en Norteamérica y Europa occidental (donde el adenocarcinoma es mayoritario). Hasta la reciente aprobación de la indicación de nivolumab y pembrolizumab, el tratamiento de primera línea del CECE avanzado o metastásico se ha limitado, a la administración de quimioterapia basada en complejos de platino, bien asociados a 5-fluorouracilo o bien a paclitaxel –régimen preferido en China–, con los que la mediana de supervivencia global (SG) de los pacientes no supera l